Partida Rol por web

No te pasa desapercibida la mención de este último guerrero al Limbo. Según tus creencias, si alguien muere fuera de la gracia del Uno, será para siempre privado de su presencia. El Limbo es lo contrario al Reino Celestial al que todos los miembros de tu iglesia aspiran. Pero ¿cómo conoce este hombre, evidentemente un taolkerita, esa parte de vuestra liturgia? ¿Acaso algún vector ha llegado hasta esta tierra para extender la palabra de Soustraine? Y, lo que es más preocupante, ¿por qué piensa que estáis muertos?

El giganton contempla la discusion, tranquilo, con sus brazos cruzados a la altura de su pecho, con el virote sobresaliendo del antebrazo de uno de ellos. La situacion que se planteaba ante los ojos de Mor era de lo mas confusa para el. Desde luego agradecia la hospitalidad y el descanso ante el acoso al que se habian enfrentado momentos antes, pero las emociones iban y venian como olas en la orilla de un mar embravecido.

-La misma...Magiencia que nos ha afectado a nosotros puede haber afectado a los hombres que salieron tras nuestra.

 Plantea como una posibilidad, igual los soldados andaban perdidos entre la niebla, igual habian caido ante una emboscada de los espias Reizhitas, Mor no sabia el destino de dichos hombres a pesar de que el barbudo soldado les responsabilizara por los actos que habian llevado a cabo. Pero temia que si se volvian a adentrar en la niebla, la amnesia y desorientacion les volviera a afectar, por lo que una partida de busqueda puede que fuera mas contraproducente que ayuda y mas en el estado en el que se encontraban Ean y Liam.

Las palabras de nuestros nuevos acompañantes resuenan en mi cabeza y hacen que me pregunte nuevas cosas. Miro a mis "compañeros", si es que los puedo llamar así. - Mòr un Ionnthén, probablemente de Taol-Kaer, Liam... no se de que reino será, pero claramente le gusta o tolera la Magiciencia, Yldiane la que parece una Varigal, podría ser neutral en este caso, y Arven y Ean hombres de armas... hasta ahora no es que desencajara demasiado o simplemente no me habia parado a pensarlo pero... ahora que nos encontramos con estos tres, que parece que nos conocen y están con nosotros y estos parecen ser de Taol-Kaer ya que les lidera lo que parece un demorthèn ¿qué pinto yo en todo esto? ¿Por qué iba a estar en un grupo así? ¡Dichosa memoria! arrg - pienso con frustración.

- Nada tiene sentido, pero las palabras de Soustraine son sabias, si realmente esta gente cree en ellas debería confiar en ellos, aunque sea de momento. - Me giro al anciano y le vuelvo a preguntar lo que no nos ha contestado. - Señor ¿Dónde estamos? ¿Cómo hemos llegado aquí y por qué? - y además aprovecho y añado alguna que se me pasa por la cabeza. - ¿Cómo os llamáis? y viendo que nos reconocéis ¿qué relación tenéis con nosotros? - Estas dos últimas las expongo al resto de los presentes mirando a los dos guerreros y centrando mi mirada en el último que habló, esperando que me responda con confianza.

El anciano parece estar sumido en un trance y el más rubio de los guerreros sigue en el borde del campamento, oteando entre la niebla en busca de sus hombres. Es el hombre moreno que hablaba con vosotros quien se dirige a Mór.

- Sí, esta niebla nos ha afectado a todos... - dice en un susurro.

Se queda un momento pensativo, escuchando a Urvan.

- Mi nombre es Jearon - explica, pero desgraciadamente, eso no significa nada para vosotros. - Por algún motivo, carezco de recuerdos más allá de estar en estas ruinas, montar este campamento y esperar a que volváis con noticias de una salida. Más allá de saber que sois nuestra única esperanza para salir de este lugar, desconozco qué relación puedo tener con vosotros... Ni con ellos... - añade mirando de soslayo al anciano y al otro guerrero.

Se siente a vuestro lado y observa cómo Liam va curando poco a poco vuestras heridas. En estos momentos le está quitando a Mòr el virote del brazo y poco a poco va cuidando vuestras heridas, aunque el dolor aún tardará unos días en desaparecer.

- Entonces... ¿no habéis encontrado nada? - pregunta sin poder ocultar un cierto tono de desesperación. - Pensaba que con vuestro mapa podríais llegar a la salida de este lugar, ya sea una fábrica magientífica o un maldito laberinto.

Las palabras de Jearon os hacen miraros con cierta esperanza. ¡Un mapa! Rápidamente, Yldiane revisa su mochila buscando algunos pergaminos. Ahora que tiene tiempo para pararse a mirarlos, encuentra uno que puede parecerse al lugar en el que estáis.

Sin embargo, hay algo que no termina de encajar. Por el tiempo que habéis estado caminando entre las ruinas, estáis convencidos de que, hay algo raro. Tal vez habeis caminado en círculos por la niebla, o el lugar es mucho más grande de lo que da la impresión por el mapa, pero desde luego hay algo que no termina de encajar.

Miro extrañada el mapa, con el ceño fruncido. Así que veníamos preparados... Qué idiotas fuimos al meternos aquí voluntariamente. Me enfurezco con mi yo anterior. Recorro el mapa con la mirada, esperando que algo provoque un recuerdo, una intuición.. lo que sea.

- No lo entiendo - susurro más para mí que para los demás. Me acerco a Jearon - Vale, no recuerdas quién eres, en eso estamos igual. Pero parece que lleváis en este sitio más tiempo que nosotros. - le enseño el mapa, señalando a la entrada de las ruinas- O por lo menos recuerdas más tiempo... A lo mejor aquí, en esta habitación, estamos a salvo de lo que sea que esté jugando con nosotros. Entonces, ¿nos fuimos en busca de una salida hace cuánto tiempo? ¿Por qué os dejamos atrás?

Extrañado y en parte decepcionado por las respuestas obtenidas, la curiosidad y necesidad de descubrir algo más me hacen reaccionar. Me acerco a Yldiane y Jearon para poder mirar el mapa con detenimiento. La primera pregunta que me viene a la cabeza es... - Si este es el mapa de esta zona, ¿dónde nos encontramos exactamente? - Intento mirar a mi alrededor a ver si observo algo que me permita poder situarme en el mapa. La sensación de que o el mapa esta mal o este sitio es muy grande me inunda, pero algo me llama la atención. - Todo esto parecen ruinas, ¿es posible que las pareces que rodean el lugar estén derruidas y que vengamos de un sitio más alejado, de un sitio que no aparece en el mapa? - Sigo buscando algo que me permita localizarme si Jearon no me lo comenta antes.

Se encoje de hombros, como si él tampoco tuviera respuesta a las preguntas que plantea Yldiane.

- O a lo mejor nosotros morimos antes y por eso recordamos un poco más de tiempo - dice continuando su teoría de que estáis en el Limbo. - ¡Yo qué sé!

Ante las dos últimas preguntas de la Varigal parece centrarse un poco mas.

- El tiempo en este lugar no parece tener ningún sentido. ¿Has visto alguna hoguera que arda y arda sin consumirse? Yo tampoco... hasta ahora. Pero de la misma forma podría decirte que llevamos aquí unas horas o varios días. ¿Acaso habéis sentido alguna punzada de hambre desde que tenéis recuerdos?

A su último comentario sí ofrece una respuesta más concreta.

- El anciano insistió en que tenía que meditar... - explica. - Además, con sus hombres éramos demasiados para estar dando vueltas en círculos todos juntos - añade señalando al otro guerrero. - Vosotros teníais un mapa, así que os ofrecisteis voluntarios. - Cuando menciona el mapa, se fija en que Urvan lleva un rato mirándolo. - En teoría estamos en esta zona - dice señalando abajo a la derecha, donde una serie de líneas aparentemente al azar está marcada como "laberinto". - Pero parece mucho más grande de lo que está indicando ese mapa.

- ¡¡Hay que joderse!! Justo en el laberinto, ¿en serio? - Suelto un gran suspiro ante las palabras del guerrero. Empiezo a asumir cual es nuestra situación.

- Entonces, recapitulando un poco: hace un rato, el cual desconocemos cuanto tiempo ha pasado desde entonces, estábamos en la misma situación. Nosotros nos ofrecimos voluntarios para buscar una salida con el mapa, y al salir visteis unos soldados enemigos que iban detrás nuestra y enviasteis los hombres del guerrero rubio de allá para protegernos. Al rato durante nuestra búsqueda volvimos a perder la memoria y hemos acabado regresando aquí... vale, muy a mi pesar creo que si no encontramos algo que evite las pérdidas de memoria nos va a ser imposible salir de aquí. - Comento apesadumbradamente.

Me siento en la piedra más cercana con cara de preocupación. Miro hacia arriba y poniendo las palmas de las manos hacia arriba me pongo a orar al Uno, en busca de su sabiduría.

Cansada, dolorida y con el colgante aún entre los dedos, moviéndolo entre ellos de forma distraída, Arven observaba la conversación sin terminar de aprobar las formas en las que llegaban las respuestas. Nadie se había preguntado la escala del mapa a la hora de llegar ahí... de lo contrario esa gente no parecería tan sorprendida con el tamaño del laberinto pero si alguien había plasmado varias áreas (aunque el laberinto fuese borroso se veían los contornos de las zonas que colindaban con él) la respuesta era obvia.

-Hay una manera de salir-la conclusión era casi más un ruego al optimismo. Aquello no era más que otra prueba en su camino. ¿Quién dijo que las cosas fuesen fáciles? No lo recordaba y tampoco estaba segura de si alguien había llegado a decir aquello en algún momento de su viaje.- seguramente los de la academia Rheiz la conocen...-miró a Jearon con determinación, casi desafiándole-si esto es el limbo ¿qué pintan ellos aquí y por qué nos atacarían?-necesitamos a uno de esos bastardos de la niebla.

Sí, el interrogatorio a uno de esos ballesteros quizá era viable pero con las fuerzas bastante mermadas y aquella niebla a su alrededor no tenían muchas posibilidades de éxito, en eso no podía engañarse... pero en los libros nunca se rendían fácilmente y ella no se dejaría aplastar por las circunstancias por muy feas que éstas se presentasen.

-Magientificos... magientificos... magientificos. El muchacho estaba dándole vueltas a todo lo que había escuchado. El trabajo de limpiar y tapar las heridas le había mantenido un buen rato ocupado. Pero lo había hecho diligentemente sin importar las apreciaciones del anciano, ante las cuales había fruncido el ceño. ¿Que no nos curamos aquí dentro? Estaba como absorto observando el mapa desde detrás de sus compañeros mientras ellos lo comentaban. En cierta medida habían agradecido el rato que Liam había permanecido callado y musitando, como ahora. Pero por otra parte algunos se sentían realmente preocupados por él. No era normal que estuviese así de callado, claramente la herida le había afectado. Pero ahora estaba de nuevo incorporándose a la conversación. Tenía algo en mente. -Si el efecto se aplica por la localización será casi completamente imposible evitar la perdida de memoria, salvo ir con cuidado y evitar las zonas que nos afectan. Pero si consideramos que es la niebla la que de alguna forma nos afecta entonces podríamos suponer que el contacto y/o la inhalación de la propia niebla es la causante de la amnesia. En ese caos podríamos intentar evitar el contacto de la niebla con la piel cubriendo en la medida de lo posible nuestro cuerpo de arriba a abajo y usar pañuelos empapados en agua en la boca y nariz para filtrar las posibles inhalaciones de lo que haya en la niebla. Dejó que los demás captaran la idea con mayor detenimiento. Escuchando a Arven hablando de los hombres de Rheiz sus ojos se desorbitaron un poco y pareció flaquear un momento. Llevándose las manos a la boca para contener lo que parecía una arcada.

-Estáis todos chiflados, -pienso para mi mismo, aunque en voz alta naturalmente- Magientúficos y gimnolocos,- atisbo a decir junto con un gesto despectivo frustrado por su dolor. La idea de que no se recuperarme de este dolor horrible en todo mi cuerpo me produce un miedo que atenaza mi estómago. Así que mr callo rápidamente. Yo no sé de qué hablan estos hombres, ni quienes son, ni por qué confiamos en ellos.

Después sigo escuchando las ideas de Liam sobre cómo evitar los efectos de la niebla. Evito decir lo que pienso, por no repetirme más que nada, aunque mi mueca entre interrogante y perpleja, espero que refleje aproximadamente lo que pienso acerca del plan.

-Pañuelos empapados...- Se me escapa.

Me aterra la velocidad con que hemos aceptado estar en el Limbo. Sabía, de algún modo que no puedo llegar a descifrar, que algunos de mis compañeros estaban mal de la azotea, pero no tanto.

-Para reconocer un perímetro se me ocurre utilizar una cuerda, si hay alguna disponible, deshilarla para reducir su peso y aumentar su longitud, y lanzar flechas para establecer un sistema de medida y líneas de seguimiento en caso de que podamos llegar a perdernos por efecto de la niebla de los duendes.- Comento guiñando un ojo al anciano malhumorado.- Por cierto, ¿alguien podría decirme si se puede escapar del Limbo? Más que nada para saber si vale la pena el intento, claro.

Los comentarios de mis compañeros me hacen salir de mi concentración. Abriendo un ojo y enarcando una ceja me miro a Liam y Ean y les contesto:

Primero a Liam - Mmm, es posible, pero si se te ha ocurrido esto ahora, es posible que se te ocurriera la última vez que estuvimos aquí y lo último que recuerdo en la niebla no llevábamos esos paños en la boca... no se, aunque por probar...

Luego giro la cabeza a Ean. - Del limbo no se puede salir más que para alcanzar la gloria eterna al lado del Uno, quizás el Uno con todo su poder podría hacer que resucitaramos en cuerpo y alma, pero no creo que nos merezcamos ese milagro. En cualquier caso cómo a dicho Arven no creo que estemos en el limbo.

Cuanto termino de contestar vuelvo a cerrar los ojos e intento volver a concentrarme.

- Si estamos en el limbo, poco podemos hacer ... - me dejo caer, acostándome con las piernas cruzadas. El frío suelo y las piedras que se me clavan en la espalda no me dejan relajarme totalmente, pero parece que aquí estamos seguros. El crepitar de la hoguera, el olor de la tierra tiene una reminiscencia que me tranquiliza. - Aunque lo de taparnos en la medida de lo posible para evitar tocar la niebla me parece buena idea - respondo mirando a Liam con una media sonrisa - Total, si sale mal, descartamos una opción.

Mira al banco de niebla del que hace nada habíamos salido. Seré imbécil.

- Pero no vale la pena hacerlo todos, me ofrezco voluntaria - me agacho para recoger la cuerda que habíamos usado previamente - me ato con esto, me cubro el cuerpo lo mejor que pueda y me meto ahí - señalo el camino del que habíamos venido - si sentís que la cuerda hace algo raro, tiráis, ¿ qué os parece ?

Tus recuerdos son borrosos en el mejor de los casos, pero a pesar de todo consigues mantener tu cabeza clara. Por las palabras del guerrero te parece entender que, dado que estabais buscando una salida cuando os fuisteis, aún teníais consciencia del lugar en el que os encontrabais. Si es así, la niebla únicamente habría borrado vuestros recuerdos anteriores a ella y cabe la posibilidad de que no pueda afectar vuestra memoria desde que habéis recuperado una cierta consciencia. Por supuesto, es sólo una hipótesis, porque de la misma forma Urvan podría tener razón y, si volvéis a salir, podríais volver a perder los recuerdos y regresar a la misma situación en la que estáis ahora.

Todo esto te recuerda a uno de los símbolos que utilizan los Demorthén: una espiral. Si tus enseñanzas son correctas, simboliza que todo vuelve prácticamente al mismo lugar, pero incluso cuando eso ocurre, nunca es exactamente lo mismo. Si eso es cierto, tal vez en esas diferencias se encuentre la clave para salir de aquí.

El hombre se encoge de hombros cuando negáis su teoría del Limbo. Carece de la información necesaria para corroborarla, así que para él sigue siendo tan buena como cualquier otra.

- Tal vez lo de los pañuelos pueda funcionar... - dice secundando a Liam. - O incluso marcar las direcciones con las flechas, aunque carecemos de tantos proyectiles como para que resulte útil y estaríamos limitados a su alcance - señala al comentario de Ean. - Sin embargo, ya hemos probado a explorar los alrededores, Yldiane. - Os sorprende que utilice el nombre de la Varigal, pues no lo ha dicho en algún momento... ¿O sí? - No hay nada más que piedras a una distancia de un tiro con arco.

Mira a Arven, como si de alguna forma se hubiera dado cuenta de que está pensando en la clave para salir de aquí. - Tal vez ellos estén tan perdidos como nosotros - advierte - aunque parece probable que conociesen el camino antes de entrar en la niebla... ¡Maldita niebla! Sin ella podríamos ver los muros del edificio y saber al menos en qué dirección hay que ir - dice señalando el mapa. Si pudiérais llegar hasta el perímetro del laberinto, sería sólo cuestión de seguirlo hasta alguna puerta al interior.

El chico se mostró incomodo ante la idea del limbo y las insinuaciones de la muerte. Todo alrededor de ello le turbaba. Pero algo llamó poderosamente su atención y empezó a farfullar y moverse vertiginosamente en circulo por el campamento hablando para si mismo. Buscó en los alrededores hasta que levantó una rama suficientemente contundente para realizar trazos en el suelo y parecía muy contento con su adquisición. -Como en un laberinto volvimos al comienzo de donde habíamos partido, al igual que nuestras mentes han vuelto a un estado de consciencia que podría llamarse anterior. Hay ciertas enseñanzas Demorthen que sugieren que la existencia es cíclica, con el transcurrir del tiempo todo vuelve a un estado casi idéntico... ¡pero! no completamente idéntico. Hay pequeñas diferencias, matices.- Mientras decía esto estaba dibujando en el suelo un símbolo en espiral. -Estas enseñanzas suelen estar referenciadas por este símbolo- una amplia sonrisa asomaba a la boca de Liam mientras dibujaba el símbolo en el suelo. Se acercó a Môr sonriendo bobaliconamente y con cierta chulería le dijo mientras sujetaba su cara con ambas manos -¿Sabes lo que eso significa grandullón? ¿eh? ¿sabes lo que significa? Môr se limito a mirarle. Mientras a Liam se le desdibujaba la sonrisa. -¡Bueno! Yo tampoco lo tengo claro. ¡Pero estoy trabajando en ello! ¡si tan solo pudiese concentrarme... Pareció molesto y absorto un rato en el dibujo del espiral. Mientras tanto los demás dieron por concluido su arrebato, como si este tipo de comportamiento fuese natural en él. Molesto, pero habitual. -¡EDRICK VAN STEIGHER!- gritó tras un rato en silencio y lo único que pudieron pensar sus compañeros fue "ahí va otra vez". Completamente excitado corrió hasta donde había dejado su petate y empezó a revolver sus cosas buscando algo. - Leí sobre el por primera vez en un tratado sobre el cerebro humano llamado "la mente". Una corriente de pensadores afirman que las ideas, los recuerdos, las vivencias y decisiones nacen de la cabeza- se giro momentáneamente para llevar un dedo que señalo su sien -A diferencia de otros que consideran que en estos ambitos el "alma" y el "corazón" tienen mucho que decir.- -En este libro comentaban la historia de Van Steigher y su gran contribución al campo, motivada por la extraña enfermedad de su padre quién recibió un fuerte golpe en la cabeza en un accidente, tras el cual no podía retener absolutamente nada de lo que sucedía en los últimos momentos de su vida. Imaginaros por un momento que ahora mismo no pudiese recordar lo que estaba diciendo cuando escribía ese espiral ¡o incluso que no recordase que yo mismo lo dibujé en el suelo!- -Aquello cautivó tanto mi atención que investigué sobre aquel hombre, encontré pocos libros en los que se hablaba de él, en alguno comentaba mas acerca de su padre, pero en general su mayor contribución fue datar enfermedades extrañas recogidas a lo largo de sus viajes. Todas referentes a perdidas de memoria o parecidos- -Van Steigher descubrió muy lejos de aquí una comunidad azotada por una extraña enfermedad. Le llamaban la enfermedad del sueño, los habitantes que contraían la enfermad eran incapaces de dormir, permanecían las noches en vela y desarrollaban cierta tendencia a comer tierra. Algo realmente perturbador. Lo curioso es que poco a poco iban perdiendo la memoria sobre todas las cosas que conocían. Dejaban de recordar como se usaba una cuchara, un plato, para que servían sus azadones, que utilidad tenía la ropa o un baúl. Lo olvidaban todo de forma gradual. La solución que encontraron en aquella comunidad fue llenar todo el pueblo de pequeñas notas con un nombre y una descripción. Así las personas que tenían la enfermedad solo necesitaban leer esta nota y recordaban inmediatamente lo que habían olvidado.- Volvió al centro del campamento con una caja de madera y la plantó delante del fuego. De ella extrajo una pluma, tinta y papeles con notas probablemente suyas. Algunas de esas hojas estaban en blanco. -Señores, señoritas. Creo que podría decirse que tenemos un plan.

Después de escuchar todo el discurso de Liam intento descifrar lo que nos quiere decir - ¿Por qué no dirá las cosas claras? Es realmente molesto. - Pienso para mi mientras me levanto dejando por imposible la meditación en este momento. - En cualquier caso la idea de Yldiane me gusta. -

- Yo estoy de acuerdo contigo Yldiane. - Comento justo cuando me viene a la cabeza. - ¡Claro! lo que quiere es que escribamos todo lo que nos acordamos ahora y lo dejemos aquí por escrito. Bueno no perdemos nada por hacerlo. - Me giro hacia Liam. - No se si los pensamientos se originaran en el alma, el corazón o la cabeza, pero lo que está claro es que el Uno solo proverá a los que realmente se mueven. Por mucho que pidas que te de fruta esta no llegará si no plantas árboles frutales. - Me acerco a mi compañero y le pido amablemente una hoja y una pluma, dispuesto a escribir todo lo que me acuerdo ahora mismo.

Ean escuchó entre alucinado y sonriente la clase de Liam sobre cerebros, almas y espirales. Realmente resultaba conmovedora esa personalidad científica y locuna.

-Bien, entonces escribimos en estos papelitos. ¿Y qué? ¿Se los enseñamos a los soldados y les soltamos palabrotas para liquidarlos? Sí, sin duda es un gran plan. Tal vez en la próxima vida se te ocurra uno mejor, muchacho -Dijo el arquero cada vez de peor humor.- En cuanto a tí, Yldiane, yo no estoy tan feliz como Urvan con mandarte a la niebla y después tirar de la cuerdecita. Prefiero una estrategia algo menos suicida, ya me entiendes. No quiero que desaparezcas en la niebla y luego resulte imposible encontrarte. Además, -comentó con una sonrisa irónica- si la primera vez que nos adentramos en la niebla ibamos juntos, sería por algún buen motivo que ahora mismo no puedo recordar.

La idea de la guía era peligrosa. ¿A qué llamaba ella que la cuerda hiciese un movimiento raro? ¿Llevaría la cuerda tensa o la llevaría laxa?¿Con la fuerza de quién de los no heridos contaba para que la arrastrasen de vuelta lo suficientemente rápido mientras ella era un blanco fácil y lo único que podía hacer durante el "rescate" sería nada?

Pero tampoco tenían muchas más ideas así que Arven no objetó nada pero el susurro apresurado de Liam, quien pese a su estado se movía de un lado a otro, atrajo su atención.

¿Qué demonios?

Miró el dibujo del suelo, desde donde estaba no era más que un garabato distorsionado por la perspectiva desde la que estaba.

Ya está, le ha dado un algo en la cabeza. La pérdida de sangre le ha afectado más de lo que pensaba. Tendríamos que habernos dado cuenta antes. Mientras hablaba para sí negó con pesadumbre, dando por terminada la conversación relativamente coherente del erudito.

Si hubiese sido un gato en el momento en que Liam volvió a gritar habría saltado a la cara de alguien aferrándose con las uñas como si la vida le fuese en ello y la cola convertida en un plumero. Por suerte o desgracia, la guerrera no tenía demasiados rasgos felinos así que su reacción se limitó a una aspiración abrupta acompañada de un bote en el sitio que le recordó exactamente dónde un virote había acertado con su objetivo.

-¿E-apretó los dientes- Edrick?- A ella el nombre ni le iba ni le venía aunque no sería necesario preguntar quién era el mentado porque el emocionado Liam, como siempre que se veía arrastrado por la vorágine de sus pensamientos, acabaría por contar de él hasta el color de la ropa de cama.

Un plan.

No es que se mostrase escéptica pero después de lo vivido, la desorientación y la pérdida de recuerdos aún intentaba hacer criba entre todo lo que había dicho Liam para intentar llegar a la idea principal del mensaje.