Partida Rol por web

Al internarme en el bosque comienzo a sentirme a gusto. Poco a poco voy mimetizándome con la naturaleza, atento a cualquier sonido para discriminar una posible presa.

Mientras estamos al acecho, me comunico con mi compañero mediante señas para evitar hacer ruido.

Por fin damos con un cervatillo y lo llevamos al campamento.

Me siento en una piedra para despellejarlo y preparar la carne, pero parece que todo el campamento no tiene otra cosa que mirar.

Le echo un vistazo a las madres hambrientas y resoplo. Me siento muy incómodo rodeado de tantas féminas que nada bueno buscan-No por mirar más al cervatillo, va a crecer, así que pueden ir preparando el fuego y buscando algunas hiervas para aderezarlo.

El tal Artros parece moverse con habilidad entre la vegetación, hasta el punto de que a menudo tengo que pararme y empezar de nuevo a moverme, tras darme cuenta de que estoy haciendo más ruido que él. A iniciativa propia, comienza a comunicarse conmigo por señas, y no tardo en sentir un principio de ansiedad por demostrar que sé hacer algo ante alguien que parece tan experto. Al fin, tengo mi oportunidad y, en cuanto veo al cervatillo, me pongo en posición de tiro. Por suerte, me sale un disparo limpio, y casi me siento en condiciones de igualdad cuando ambos encontramos un palo largo y lo aprovechamos para atar en él a la presa y cargarla de vuelta a la caravana.

Una vez allí, Artros se pone a preparar la carne mientras las mujeres y los chiquillos le miran. En cuanto veo la ocasión, corto con mi daga la pieza del solomillo, la más tierna y jugosa que conozco, mientras le guiño un ojo a Artros:

- Deséame suerte... -le digo mientras miro de reojo a Lilith.

Una vez con la pieza más o menos limpia en la mano, me acerco a la mujer y le digo:

- Hola. Soy Itán. Me gustas. Ten.

Sin decir más, me fijo atentamente en su reacción a mis palabras y a mí, en su mirada cuando me mira, en la comisura de sus labios y las tiranteces de sus más leves gestos para intentar detectar si yo también le gusto, aunque en todo momento mantengo un gesto neutro levemente sonriente y una mirada brillante por la atención y la expectación.

-Tranquilo Kazuhr, los niños están bien, no ves la energia que desprenden? Bendita inocencia, creo que no se dan cuenta de la situación- digo, mirando a los crios con cierta pena, pero tambien con envidia, pues la inocencia de esos pequeños era tan pura que muchos problemas eran evadidos. Miro a Morrowir, que ya de ha despertado -Qué tal te ha ido la guardia solo? Veo que no te ha pasado nada, menos mal- respiro aliviada, pues la baja de un compañero supondría muchas dificultades y, además, es un amigo.

Veo volver a Artros y al otro joven con un ciervo Bien! Comida!, pienso mientras se me dibuja una sonrisa en el rostro, Lilith no deberías ser tan glotona.... Acto seguido, el joven pícaro se acerca a mí y me ofrece la carne que ha preparado, alegando que le gusto. No sé cómo reaccionar, le miro y veo que su cara refleja expectación Me está proponiendo algo? Quizá estoy siendo muy malpensada, el chico está siendo amable conmigo. Le miro a los ojos y le sonrío, cojo el trozo de carne que me ha ofrecido con delicadeza -Muchas gracias, es muy amable por tu parte- le digo con dulzura mientras me acerco a darle un beso en la mejilla -Perdon por el atrevimiento-

Observo con alegria como los cazadores han traido una presa, no es mucho, pero suficiente para tirar el camino. Pero mi alegria no dura demasiado ya que de repente se acerca unod e los cazadores y con toda la cara le hecha los trastos a Lilith, y para mi sorpresa esta parece contenta de que el primero que se acerque le hable de esa forma, entrecierro los ojos y me dirijo a Morrowir con brusquedad.

- Vamonos por algo de comida Morrowir, aqui sobramos.

Y sin decir nada mas me marcho con el ceño fruncido por algo de comida.

Observo como Lilith y Itán comparten algo mas que simples palabras, y como consecuencia de eso, Kazurth se molesta

- Vamonos por algo de comida Morrowir, aqui sobramos-  Observo a el Enano, que se dirige a la fogata a cojer algún pedazo de carne del ciervo que ha sufrido la mala suerte de toparse con nuestros cazadores, y decido seguirle, respetando el momento de intimidad. Me siento cerca de la Fogata, y me sirvo un trozo de carne para luego sentarme al lado de Kazurth.

-Parece que te ha molestado el gesto cortés del cazador. Va todo bien?- Pregunto al enano

Cuando Itán me indica sus intenciones lo miro y al abrir la boca para advertirlo se va dejándome con la palabra en la boca.

Bah, mientras sólo sea para aliviar las penas del camino.

Al ver que se acercan los dos compañeros les ofrezco un buen trozo a cada uno- Más vale que los guerreros de los que dependen nuestras vidas guarden reservas, los demás, si tuviesen algo de cortesía, renunciarían a su parte, total para lo que hacen, está claro que no gastarán muchas fuerzas. Digo algo ofendido mirando al grupito de damiselas.

Al escuchar a Morrowir, no entiendo del todo el comentario confundiendo mi cortesía con la de Itán, ya que para mí es impensable que un enano se pique por una humana- Bueno, pues si nuestro robusto compañero no desea tener preferencias, libre está de rechazarlas- digo encogiéndome de hombros, y comienzo a comerme el trozo de carne que le había ofrecido al enano.

   Rápidamente me dirijo en dirección a Artros y los demás, apenas me siento me quito mi mascara característica y observo un poco la discusión... tratando de pasar inadvertido tomo un trozo pequeño de carne y me lo hecho a la boca.

   "Parece que hubo suerte, la carne ya me estaba haciendo falta".

   Yargor no emitió palabra alguna, prefería pasar desapercibido y no hablar al menos que le preguntaran...

-Parece que te ha molestado el gesto cortés del cazador. Va todo bien?- Me pregunta Morrowir cuando llegamos, por desgracia no tenemos tiempo de hablar ya que hay extraños presentes como para tener conversaciones intimas.

- Si, no te preocupes; ya hablaremos despues. - es en ese momento cuando veo que el cazador que corta la carne se siente ofendido - Oh, no se referia a ti. Es que aqui hay mucho buitre. - y dicho esto le cogo el trozo de carne de la mano antes de que pueda metersela en la boca y me lo como con media sonrisa mientras lo miro.

Y es cuando me fijo en que esta con nosotros el que peor pinta tiene, del que menos me fio, y el que me da mas mala espina.

- ¿Y esa mascara? ¿Tienes algo que ocultar? - le digo sin miramientos y mirandolo fijamente.

   No para nada contesta mientras sonríe, es un gusto personal que se ha vuelto costumbre, además ¿qué problema si tengo o no algo que ocultar?

   Ya las palabras del feo comenzaban a molestarle, en un principio pensaba contenerse pero no pudo evitar lanzar esa pregunta con un tono no del todo agradable, más allá que esbozaba una sonrisa y apartaba la mirada...

   "Parece que no tiene un buen día, aun así debería moderar más sus palabras si no sabe con quién está hablando, podría costarle más que una mala respuesta...".

 Por desgracia, el venado es demasiado pequeño para comer todos más que un bocado. Pero es hora de ponerse en marcha. El día avanza y el asentamiento aún está lejos. Por suerte, todavía no llueve pero el cielo encapotado y los lejanos truenos os dicen que no tardará mucho en hacerlo. Y a ninguno os apetece andar por esos senderos bajo la lluvia. 

Itán y Artros, se ponen en cabeza pues son los que saben más o menos hacia dónde va el sendero. Según descendéis de lo alto de la montaña, el sendero se va internando más y más en un espeso bosque y a ratos incluso se pierde entre los helechos que cubren el suelo. A veces, una raíz traicionera os hace tropezar pero nada grave. Camináis en silencio más por el abatimiento que por el miedo aunque de vez en cuando, algún chiquillo se queja de cansancio u otras cosas.

Finalmente, el sendero desemboca en un camino mayor, aparentemente más transitado, marcado por herraduras y rodadas de carros así como multitud de pisadas. El camino, al igual que el sendero está completamente embarrado pero será más sencillo caminar que por el sendero que acabáis de dejar. Aún así, os amontonáis pues de repente, lo abierto del camino os hace sentir temerosos. El bosque se mantiene en silencio, sólo roto por el piar de los pájaros en los árboles y las gotas de agua que chorrean de las hojas. Desde dónde estáis, se oye el ruido de un riachuelo hacia vuestra derecha.

El camino cruza el sendero de forma perpendicular, hacia vuestra derecha desciende y se pierde en una vuelta, hacia la izquierda asciende y se pierde en una vuelta.

Uno de los chiquillos, una niña de apenas cuatro años de grandes ojos azules y pelo rubio y sucio, se acerca al enano y le observa descaradamente.

- ¿Erez un enano? Mi hermano dize que zí... pero yo te he oído dezir que erez un hombre... zolo que muy pequeño... como yo...

No para nada -me contesta mientras sonríe - es un gusto personal que se ha vuelto costumbre, además ¿qué problema si tengo o no algo que ocultar?

Pues que los que ocultan su rostro es porque no quieren que lso reconozcan, y si es asi seguro que has hecho algo mas que robar maldito malnacido, ese es el problema.

Sin decir nada me levanto de golpe y empiezo a rpeparar el campamento para marcharnos pensando en mis cosas.

Si me entero de que tocas a alguien del campamento, te incrustare el hacha tan dentro que mas valdria terminar de cortarte por la mitad que intentar sacarla...

...

El tiempo pasa y seguimos avanzando,y  con el tiempo mi humor va mejorando, aunque no para hablar con los demas, por alguna razon me siento avergonzado y no quiero hablar con nadie.

...

- ¿Erez un enano? Mi hermano dize que zí... pero yo te he oído dezir que erez un hombre... zolo que muy pequeño... como yo... 

Miro a la niña y le sonrio abiertamente.

- ¿Cuantos Enanos ha visto tu hermano? - dejo unos segundos para que piense y continuo - Y tu tienes razon, soy un humano bajo debido a que desde que naci fui preso de unos Enanos malvados los cuales mataron a mis padres y me tuvieron prisionero en unas cuevas con tuneles muy bajos, y claro, mi cuerpo no pudo crecer mas, por lo que durante años creci hasta que mi cuerpo no pudo crecer mas. Pero lo que no sabian es que yo estaba esperando la oportunidad de escapar, de vez en cuando esos Enanos venian a matarme, pero me defendia y los mataba yo. Asi hasta que pude escapar y salir de su cautiverio lleno de tirania.

La poca comida que había tenido no era suficiente, pero era mejor que ir con el estómago vacío. El campamento se movía y el cielo no daba buenas señales Lloverá pronto y eso va a ser un problema, creo que estamos todos muy cansados, pienso, mirando al resto del grupo que no hacía demasiada buena cara. El espesor del bosque me hace pensar que puede ser un buen lugar para que nos tiendan una emboscada Realmente si nos pillan aquí estaremos perdidos todos, no hay que bajar la guardia, pienso, cuando de golpe, al ir tan sumergida en mis pensamientos, tropiezo con una raiz del suelo y caigo -Maldita sea!- grito, pues me he pelado un poco la rodilla -No se puede ser más torpe-. Me levanto apoyándome en mi bastón Menuda imagen van a tener de mí si hago estas cosas

La reacción de Lilith me desarma, esperaba cualquier tipo de oposición imaginable a la que sabría sobreponerme mediante la improvisación y el descaro, pero esto... Mudo de repente, tan sólo la miro y niego levemente moviendo la cabeza, mienras me despido diciendo:

- No es atrevimiento... Gracias.

Me alejo de ella tocándome la mejilla, aún intentando asimilar qué extraña sensación me acaba de recorrer ante la primera muestra espontánea de cariño que recuerdo en años.

Apenas tengo tiempo de comer unos bocados antes de que nos dispongamos a partir, el mal tiempo nos espolea con fuerza, así que vuelvo a adelantarme junto a Artros a reconocer el camino.

Buf... por si no fuera poco con el de la máscara, también está ese enano que se cree un humano... ¿Y si es verdad? ¿Magia, quizás? No... Está claro que es un enano algo tocado del tarro...

Pero al poco tiempo, me olvido de esos pensamientos y empiezo de nuevo a tratar de imitar a Artros en sus cuidados movimientos, a la vez que me vuelven con fuerza las sensaciones que me dejó el beso de Lilith.

Al ver que el enano habla de buitres, mi boca se abre de la sorpresa y mis ojos se giran sin querer hacia la maga. Pero si tampoco merece tanto la pena, es una más del montón y encima, maneja artes oscuras, claro eso es, seguro que está empleado algún hechizo para embaucar a estos nobles hombres. Pero conmigo no podrá y mi deber es protegerlos de sus oscuras artes.

Miro al enano y mi intención es invitarlo a adelantarse conmigo para reconocer el camino y a solas advertirle del serio peligro que corre. Pero al escuchar su historia y el desvarío, pienso que tal vez sea demasiado tarde, y esa bruja ya lo haya echado a perder.

La conversación sobre la máscara no me sorprende, está claro que no ha sido un comentario muy acertado.

Para suavizar el ambiente me dirijo a Yargor- Tal vez sería conveniente que fuésemos a echar un vistazo, el camino es ancho y corren mucho peligro- digo señalando al grupito de mujeres y niños.

   Cuanta con ello le digo a Artros, terminó el último bocado y con la máscara puesta salgo junto a mi compañero, pues de todos los del grupo era con el que más me entendía...

    Parece que el otro elfo también quería adelantarse con nosotros, por esa razón Yargor se quedo un poco más atrás pero sin dejar de concentrarse en el camino, por si al donjuán se le escapaba algo...

   "Que grupo tan distante, sólo el destino es capaz de cruzar a gente tan dispar".

 Yargor, Artros e Itán

Según Artros, el camino bueno debería de ser el que desciende, así que, os adelantáis a los demás con Itán y Artros por los bordes del camino y Yargor un poco restrasado respecto a éstos.

Camináis algo más de media milla por el sendero descendente. El ruido del agua va aumentando y pronto vislumbráis el caudal a vuestra derecha casi paralelo al camino y un centenar de metros más allá.

El sendero, gira despacio hacia el río y a vuestros oídos (los tres) llegan voces mezcladas con el ruido del agua. 

Hacéis una seña al grupo de que se pare.

Además de las voces y por encima del agua, podéis distinguir la cantarina risa de al menos, dos mujeres. 

Artros, Yargor: Spoiler (marca el texto para leerlo):

Morrowir, Lilith y Kazurh

Esperáis a que los exploradores se adelante un poco antes de que el grupo se ponga en marcha. Los campesinos y su prole, cierran la marcha. El noble, su sirviente y su guardaespaldas, abren el grupo y Lilith y Kazurh, se limitan a caminar en medio charlando en voz queda.

Al poco una inesperada seña, os llega de los que encabezan la marcha un centenar de pasos por delante. Os hacen la seña de que os paréis. Parece que han descubierto algo. Los campesinos rápidamente, corren hacia el borde del camino y se apresuran a ponerse a cubierto entre las ramas y troncos. El guardaespaldas, desenfunda su arma despacio para ponerse frente a su protegido y el elfo, mira alrededor claramente alarmado y retorciéndose las manos.

 Percepción: 2d10+Car.+Percepción (Oído)

Artros: 15+0=15

Yargor: 12+4=14

Itán: 7+2=9

NO=9. Voces y Risas

NO=11. Común y mujeres.

Tras redcojer las cosas del campamento, decido mantenerme junto a Lilith y Karzuh mientras que los exploradores van en la vanguardia de la caravana vigilando a los laterales por si algo nos sorprende. Disfruto del viento que hace a lo largo del viaje, ya que desde bien pequeñito me ha dado una sensacion de libertad sentir el viento en mi cara. Pero mi disfrute se ve cortado debido a las señales de los exploradores y los refugiados que van a esconderse a los laterales del camino. Sin pensarlo 2 veces, llevo mi mano a la empuñadura de mi espada sin desenvainarla, y mantengo mi posicion para esperar a que los exploradores nos informen de la situacion.

-Creo que nos hemos topado con algo, esperemos a que nuestros compañeros valoren la situacion y su reporte-