Partida Rol por web

El enano sigue siendo tan amable como empezó -Tranquilo, estoy bien- digo sonriendo -yo también deseo montar guardias, ayudaré en todo lo que pueda-. El día ha oscurecido y parece que el temporal va empeorando, el viento cada vez es más fuerte y la lluvia amenaza con ser fuerte Espero que todo vaya bien esta noche, porque esas malditas bestias aprobecharán las malas condiciones para atacar en cualquier momento... Veo como se acerca un elfo con una máscara, llamado Yargor; da bastante miedo, ya le había visto en la caravana y aún así parecía no muy amigable, aún así, se ofrecía para turnar guardias y probablemente fuese útil, necesitábamos toda la ayuda posible para enfrentar a esos engendros.

Mientras vamos decidiendo las guardias, Yargor se acerca hacia nosotros para saludarnos y hacernos saber que esta dispuesto a ayudarnos para realizar alguna guardia. -La primera impresión de ese hombre parece la de un homicida con esa mascara, pero su dispocision para colaborar en las guardias me dice todo lo contrario, esta bien, que colabore en las guaridas y le daremos un lugar para descansar cuando acabe-

-Muy bien, pues la primera guardia que la hagan Artor y Yargor, la segunda guardia se encargaran Kazurh y Lilith, y la ultima me encargaré yo. os parece bien?- Digo a los 5 que estamos ahí -Manteneos alerta, quién sabe lo que hay rondando por ahí-

- Hola, mi nombre es Yargor... tal vez puede ayudarlos a encender el fuego y acompañar alguna guardia. - Tu no me gustas, en realidad no me gustais ninguno, unos deberian estar combatiendo en vez de "muy lejos", y otros parecen asesinos que esconden su rostro y que tampoco participaron en la batalla, probablemente saqueando y violando a mujeres en las aldeas sin proteccion. Y lo peor es lo agradable y educados que son todos, me he encontrado hombre y familias de lo mas hulmildes que me han insultado por mi aspecto, pero estos que tienen esas pintas y van de buenos...

- Soy Kazurh, el que enfrentó a los Enanos de la Cueva del Terror. Vendrian bien esos fuegos antes de que el viento los haga imposibles o los apague.

Morrowir organiza las guardias, y como cabia esperar parece que lo hace a conciencia, dejando a la dama a mi cargo - puedo defender cuidar de esto solo, y asi Lilith se sentira util.

- Me parece estupendo, nosotros haremos la primera guardia, me gusta dormir de un tiron sin que me despierten jajajaja. - Ademas no seria bueno que una mujer no duerma, dejaron que se acueste mas tarde y ya esta, con eso estara contenta..... ¿podria ser que a ella no me importe el aspecto de mi cuerpo, que no sea un humano normal?

Me percato de que Kazurh ha usado el nombre que le dí -Veo que te ha gustado, o lo haces por pura diplomacia?- digo, guiñándole un ojo con picardía -Me parecen muy bien las guardias, Kazurh, empecemos nosotros. Morrowir, realmente estarás bien haciendo la guardia tú solo? Si quieres puedo doblar yo mi guardia, por un día que no duerma no me pasará nada y me quedaría más tranquila sabiendo que no estarás deambulando por ahí solo-

Me dispongo a ir hasta mi tienda para descansar, hasta que Lilith me interrumpe con esas palabras

-No, es mejor así, os necesito frescos para el dia de mañana por si hay algun percance en el camino. Yo puedo ocuparme solo de hacer mi turno, además en caso de que algo ocurriese, no dudaria en llamaros- Le digo amistosamente a Lilith-Y ahora si me disculpais, voy a descansar hasta que me toque vigilar, Descansad todo lo que podais compañeros, y cuidaos los unos a los otros- digo mientras esbozo una sonrisa

Una vez dicho esto, me vuelvo a poner en camino dirección a mi tienda, mientras alzo mi mano con la palma abierta para despedirme de ellos

Me parece bien no tener que realizar la guardia con esta mujer. Además ¿porqué querrá realizar la guardia doble?. Humm, menos mal que esta noche no se queda sola, habrá alguien vigilando con ella.

Al ver acercarse al nuevo miembro no puedo sino sorprenderme.

Me acerco a él para entablecer un contacto preliminar- Bueno pues parece que nos ha tocado hacer la guardia juntos, tal vez tu me puedas poner al día de cómo van las cosas por aquí. Llevo mucho tiempo fuera.

 La noche pasa tranquila pero calados como estáis apenas lográis dormir entre el ruido de los truenos, los relámpagos, el viento y la incesante lluvia. La tenue luz del alba, os anuncia el nuevo día. Ha dejado de llover pero el cielo permanece encapotado con pesadas nubes grises. Por suerte apenas hay viento; pero para vuestra desgracia, la lluvia ha apagado los fuegos y ha dejado la madera inservible. Así que el desayuno tendrá que ser frío y escaso pues tras varios días de huida, apenas queda nada que comer. Los gritos de los chiquillos alborotando os despeja de la somnolencia.

Con un poco de suerte, ésta será la última jornada al aire libre, pues según uno de los campesinos, Sothmere está a apenas medio día o un día de viaje. Pero para vuestra preocupación, no sabéis si los Enegendros Tenebrosos han llegado hasta el asentamiento. Habrá que ir con cuidado. Desde lo alto de la montaña, apenas se ve le valle más abajo pues una tenue neblina inunda las faldas de la montaña ocultando el valle de vuestra vista. Entre los jirones de niebla podéis distinguir de tanto en tanto un campo de trigo verde.

Es hora de ponerse en marcha. El sendero que desciende hacia el valle, está casi impracticable por la reciente lluvia. Habrá que andarse con cuidado.

Tras la noche, me dispongo a recoger las cosas.

La comida escasea. Tal vez será mejor que me adelante a la caravana, a ver si puedo atrapar algo para el almuerzo. Somos muchas bocas, y un simple conejo no será suficiente.

Me al resto del grupo y digo en voz alta: Me adelantaré sólo a buscar alimento. Espero volver en unas cuatro horas.

Los compañeros de hoguera no son muy habladores, y tras engullir la carne nos arrebujamos en nuestras capas y no tardamos en caer dormidos. Tras conseguir dormir del tirón por primera vez en muchos días, me levanto descansado y con ganas de cazar.

Debería haber organizado guardias, pero esos de allí ya parecían más que dispuestos... Debo congraciarme con ellos, creo que son los únicos con los que podría contar si aparecen los engendros...

Así pues, desayuno unos buenos tragos de agua y, en cuanto el tipo de la cicatriz rara dice que se adelantará para cazar algo, replico lo siguiente:

- Si das con una presa grande, no podrás tú solo con ella. Además, dos ojos ven mejor que uno. Te acompañaré.

Sin esperar su aprobación ni la de nadie, echo a andar con los ojos bien abiertos y la mirada tanto en el cielo como en el suelo.

   Yargor apenas habló con su compañero de guardia, se argumento de la misma forma que él cuando este le solicito algo de información: Pues somos dos, yo también llevo bastante tiempo fuera y no estoy muy enterado sobre los sucesos recientes.

   Durante su guardia se mantuvo alerta, mirando de vez en cuando en dirección a su compañero por si este necesitaba algo pero siempre manteniendo algo de "distancia", una vez terminado el turno dejo que su compañero fuera el encargado de despertar a sus reemplazantes. Rápidamente se ubicó entre unas rocas a intentar dormitar lo que quedaba de noche.

   A la mañana se puso su máscara y salió sólo, como de costumbre... generalmente volvía a las pocas horas a su posición de siempre, detrás de la caravana.

La noche es peor que mala, asin que aun dormitando remoloneo en mis pensamientos.

Y es que no acabo de acostumbrarme a la interperie, si algo bueno tenian los Enanos eran las cuevas, uno podia dormir tranquilamente, sin lluvia, sin frio. Aunque claro, te pasas la vida debajo de tierra, perdiendote todo un mundo fuera.... Cuanta vida me han hecho perder esos malditos Enanos, y lo que le han hecho a mi cuerpo, sin poder crecer por culpa de los pequeños tuneles..... algun dia me vengare.... Tengo hambre, seguro que los exploradores deben andar de caza, Aghh  tendria que levantarme a vigilar el campamento... Bueno solo unos minutos mas y me levanto....

Las guardias han pasado tranquilas, pues aun habiendo mucho peligro, los engendros no aparecieron en toda la noche, aún así, el mal tiempo azotó todo el campamento y estábamos calados hasta los huesos.

Me despierto por el ruido de los chiquillos revoloteando de arriba a abajo Ya es de día? Cómo me ha costado dormir...Así no hay quien descanse, pienso mientras me levanto y me dirijo al lado de Kazurh, que aún está tumbado, y de Morrowir, que sigue durmiendo también -Vamos holagazanes! Es hora de levantarse!- digo, con una sonrisa, pues me parecía estar empleando el rol de madre con ambos en esa postura. Escucho a Artros y a Itán hablar sobre ir a por el desayuno Pero quizá somos muchos para la poca comida que hay, encima las maderas del fuego están inservibles...habrá que conformarse con lo mínimo, pienso, mientras intento distraerme del hambre.

-Vamos holagazanes! Es hora de levantarse!

- Grrrrrrrrrrrmmmmm - Le gruño a nuestra maga para que me deje dormir mas, pero algo me dice que siempre sera mejor que me despierte Lilith que Morrowir; asi que con trabajo me siento y me desperezo con fuerza mientras miro que mi equipo este donde debe para despues levantarme poco a poco.

- Buenos dias y pesimas noches. Espero que al menos esos cazadores hayan ido por el desayuno, estaria bien que alguien se asegurara que los niños ya han desayunado con las privisiones que tenemos - digo mientras miro a Lilith. Luego mi pierna se encarga de despertar mas claramente a Morrowir - ¡Venga demonios, que tenemos que asegurar el campamento!

La ultima guardia habia sido algo dura debido al fuerte viento y la lluva, así que cuando salieron los primeros aldeanos decidí hecharme un poco para recuperar algo de las fuerzas mermadas. Hasta que Karzuh decide despertarme con un toquecito de pierna

-Si Karzuth tienes razon, será mejor ponerse en marcha, tal vez con suerte lleguemos al asentamiento que buscamos. por cierto, buenos dias a todos-

Acto seguido me levanto y recojo mi equipo, hasta que me doy cuenta que faltan unos cuantos individuos. -Donde estan esos 3?- Digo a mis compañeros

 Lilith, Kazurh, Morrowir

Tras la desapacible noche, todo está empapado incluso vuestras ropas de recambio. Empezáis a recoger mientras los otros se marchan a buscar caza o simplemente recorrer los alrededores. Los niños corretean por el campamento bajo la triste mirada de sus madres. Los campesinos, están recogiendo sus pocas pertenencias y alguna que otra rama menos mojada. La verdad es que los ánimos están muy alicaídos.

Por suerte, al cabo de una hora, Itan y Artos regresan. Llevan un pequeño cervatillo muerto, con la flecha aún clavada. No os hartaréis de comer pero al menos no viajaréis con el estómago vacío. Pronto, tanto los niños como las mujeres se agolpan en torno a los "cazadores". Casi al mismo tiempo, Yargor surge de entre los árboles.

Itan, Artros

Seguís el sendero durante un buen trecho intentando hacer el menor ruído posible. La quietud del bosque es sólo rota por el sonido de las gotas al caer y el trino de los pájaros en los árboles. De vez en cuando, algún ruido entre la maleza os sorprende pero no acertáis a ver nada.

Finalmente, el sendero, desemboca en un camino más amplio y que en apariencia está más transitado, aunque no sabríais decir en qué dirección está el asentamiento. Aunque, según Artros, debería estar hacia el sentido descendente del sendero. Por suerte, allí en medio del camino, a casi medio centenar de pasos, Itan descubre un pequeño cervatillo que busca comida entre las hojas caídas. 

Al poco, estáis de vuelta con el cervatillo muerto a cuestas. La flecha de Itan, aún está clavada en su cuerpo. Al llegar al campamento, los famélicos chiquillos y sus tristes madres, os rodean enseguida. Casi al mismo tiempo, Yargor surge de entre los árboles.

Yargor

Decides ir a explorar en torno al campamento. Te internas entre los árboles manteniéndote en silencio. La quietud del bosque es sólo rota por el sonido de las gotas que caen de las hojas y el trino de los pájaros entre las ramas. No hay demasiado que ver, hasta que tus ojos distinguen un brillo bajo unas ramas de enredadera. Te acercas, y con el pié, apartas un poco las ramas. Parece un oxidado peto de metal. Sacas la espada y cortas las ramas. Poco a poco, descubres entre las enredadas ramas, un viejo esqueleto embutido en un peto de metal. Debe llevar ahí más de un año a decir de su aspecto ajado. Además, las alimañas del bosque han esparcido la mayor parte de los huesos en torno al cuerpo caído y notas que faltan muchos de ellos. Giras un poco el cuerpo y descubres con asombro, el símbolo de la espada llameante grabado en el oxidado peto. El cadáver es de un Templario de la Capilla. Seguramente murió hace ya más de un año pero te resulta curioso encontrarlo en un lugar tan apartado.

Te incorporas y te sacudes las manos tras enfundar la espada. Es hora de volver al campamento. Regresas casi a la vez que los "cazadores" que traen una pequeña presa a hombros.