Partida Rol por web

En algún momento de tu niñez, cuando vivías en Tulg Naomh, alguien te contó la historia de Savellis y su amante, que no tardó en convertirse en su esposa. Considerados por muchos los fundadores de la Magiencia, era de todos conocido lo mucho que les gustaba montar en barca por el río.

Los otros símbolos de la nota te resultan vagamente familiares, como si fueran fórmulas alquímicas o algún dibujo que utilizan los boticarios, pero no sabes distinguirlos.

Mientras espera a ver si Liam se calma, levanta la vista y comenta con los demás.

-Recuerdo una historia de cuando era pequeño... sobre Savellis y su amante, la cual no tardó en convertirse en su esposa. Era de todos conocido lo mucho que les gustaba montar en barca por el río... Creo que son considerados por muchos los fundadores de la Magiencia. Del resto de la nota -dice señalando el papel que le dio a Mòr- esos símbolos...me resultan vagamente familiares. como si fueran fórmulas alquímicas o algún dibujo que utilizan los boticarios... pero no lo tengo claro.

Miro a todos mis compañeros uno tras otro. Así no van a conseguir calmar a Liam. El pobre no está como para que lo apabullen así y menos todos a la vez. Con cuidado, sin quitar el brazo que tengo puesto sobre sus hombros, le levanto la barbilla con la otra mano y lo obligo a mirarme a los ojos.

-Liam, cielo, calma –comienzo con la voz suave, modulada-. No te preocupes, no tienes que contárnoslo todo ahora mismo, tómate tu tiempo. No tenemos prisa; trata de calmarte, sólo eso.

Hice una breve pausa, mientras le limpiaba las lágrimas de las mejillas con un dedo.

-Calma, shhhhh… Tranquilo. Estamos aquí para ayudarte, ¿de acuerdo? Sólo tranquilízate, tómate tu tiempo. Ya nos lo contarás cuando estés un poco mejor. 

Liam se sintió de repente más bloqueado aun. Todos le preguntaban cosas a la vez y el no quería… no quería pensar. Entonces fue cuando Arwen le amenazó (o al menos le pareció eso, Liam intentaba siempre evitar los conflictos interpersonales) y Ean se mostró agradable (lo cual incluso en su estado le resultó sospechoso e imaginó que era algún tipo de subterfugio) ¿Querían ambos golpearle? Es lo que se merecía, lo sabía y…

Pero entonces intervino Yldiane, estaba allí, junto a él y no se había ni fijado… pero es que se sentía tan vacío… quería sentirse vacío. Pero no, ella tenía razón, ellos también habían perdido y cometer un crimen contra ellos no borraría el que había cometido.

- En… en la factoría…- Dijo Liam respirando hondo.- Maté un hombre en la factoría. Ese hombre era mi hermano. Pero es lo único que he recordado… no puedo ayudar en nada más.- Dijo el joven añadiendo más culpabilidad a la que sentía y cayendo en ese momento en la nota (la cual comprobado que no tenía que ver nada con su sueño ni su hermano había perdido esa cualidad de condena y salvación) alargó la mano para pedirla.

Las palabras de Ean te recuerdan que, efectivamente, los Savellis son considerados los creadores de la maigencia, aunque en tu estado de ánimo actual no te puedes concentrar lo suficiente como para pensar ninguna anécdota sobre ellos.

Lo que sí reconoces perfectamente son los símbolos de la parte superior, pues se trata de una fórmula química que has estudiado en algún momento: consiste en un tipo de ácido derivado del azufre y la nota indica la proporción de la disolución. Recuerdas perfectamente cómo preparar ese ácido, calentando el azufre en presencia de óxido de hierro mientras añades agua a la mezcla. Tu maestro te enseñó a fabricarlo de forma más pura con un caro instrumento de platino, pero para la concentración que necesitas sabes que el hierro oxidado será suficiente.

- Los simbolos son la notación alquímica del ácido sulfúrico.- Indicó Liam con la voz rota tras un vistazo al papel.- Y especifica una concentración específica, una bastante sencilla de sintetizar.

Liam explica un poco más a sus compañeros cómo pueden conseguir ese ácido del que está hablando. La mayor parte de los compuestos son bastante sencillos de conseguir incluso en una aldea tan apartada como Varn. Incluso el más complicado de ellos, el azufre, se utiliza a menudo para tratar problemas cutáneos o hepáticos, tal y como os explica el joven boticario.

Mientras habláis va amaneciendo poco a poco y escucháis cómo unos pasos se acercan a vosotros. Os volvéis para ver al pescador con el que hablasteis la noche anterior y con quien quedasteis en visitar el pequeño islote en el centro del lago.

- ¡Buenos días! - saluda. - Veo que han madrugado. ¿Están preparados para ese paseo en barca?

Ean abre los ojos, sorprendido. ¿No acaba de recordar y decirle a sus compañeros que al matrimonio Savellis le gustaba salir de paseo en barca? Desde luego, a pesar de que en la zona abundan los pequeños riachuelos y alguna zona pantanosa, el mejor lugar para pasear en barca es el propio lago.

Cuando llegó el barquero y les ofreció el esperado paseo en barco, Ean pensó en la historia que acababa de contar sobre el matrimonio Savellis. ¿Y qué mejor lugar para pasear en barca por esos lares que no fuera ese? No tenía muy claro que podría tener eso que ver con su perdida de memoria, pero en el estado que estaban, cualquier pista podría ayudar. Pero antes tenia que aclarar lo que recordaban.

-Un momento amigo, hemos de aclarar una cosa. Pero no se vaya, tenemos muchas ganas de hacer ese paseo.

Entonces Ean puso una mano sobre el hombro de Liam.

-Amigo, lo siento mucho. Pero recuerdas tu día de ayer, como fue? Quizá juntar los recuerdos pueda ayudarnos. -Entonces levantó la vista, mirando a Arven y a Mòr -Y vosotros que recordáis? Sois los únicos que no nos habéis contado aún vuestros recuerdos. ¿Nadie recuerda encontrar una nota, o un libro en el templo? Yo recuerdo que alguno de vosotros lo mencionó, pero no recuerdo ver nada de eso personalmente.

—Yo también recuerdo que alguien mencionó haber encontrado algo cuando entramos Liam y yo con la leña, pero no recuerdo quién exactamente —añadí, apoyando la pregunta de Ean mientras miraba a Mòr y a Arven a ver si decían algo—. ¿Tú qué recuerdas, Liam? —terminé, con voz aún suave y el brazo todavía sobre los hombros del más joven del grupo. 

- Yo...- dijo el joven por la respiración entrecortada por las lágrimas. El joven parecía más sereno que hace unos minutos, pero también parecía que esa noche le había arrebatado parte de la candidez de su juventud.- No recuerdo nada más, en serio. Recuerdo... algo, estabamos en peligro o algo y... un hombre, recuerdo que lo embosqué. No vi bien su cara, no me fijé o no quise fijarme, pero la he recordado con claridad esta noche. Era él...- Explicó entre convulsiones antes de caer de nuevo sobre sus manos perdido en un mar de lágrimas.

Cuando mis compañeros mencionan la noche en el templo, en la que algunos nos quedamos dentro mientras otros iban a cortar leña, mis ojos se abren de par en par, como si acabase de acordarme de algo.

—Ah —exclamo de repente—. Me extraña que no te acuerdes, Ean… En la capilla, Arven, Urvan, tú y yo encontramos una trampilla que daba a una cámara subterránea en la que había un libro grande. Urvan, enséñaselo —le indico al sacerdote del Templo—. Pero tampoco es que fuese muy importante… Era un registro de los soustrainitas. Hacía referencia a los nacimientos, defunciones y conversiones que habían tenido lugar entre los años 853 y 857, además de algunas notas referentes a tensiones con los demorthèn, especialmente con nuestro amigo Deorn. Al parecer, el viejo demorthèn llegó a insinuar que los responsables de la destrucción de las ruinas magientíficas eran unos aliados del autor del libro, ocultos en las montañas, mientras que el propio autor piensa que ha sido Deorn. —Me encojo de hombros—. Los demorthèn y la iglesia del Uno echándose la culpa los unos a los otros. Nada nuevo.

Tomo el libro de manos de Le pido el libro a Urvan para mostrárselo a los demás.

Urvan busca en su mochila el libro de registros del templo escrito por el sacerdote de la Capilla. Tanto él como Mór y Arven recuerdan haber bajado a ese sótano donde encontraron el libro con Ean y luego están seguros de habérselo enseñado a Yldiane y Liam que habían salido a buscar leña alrededor del edificio.

Todos recordáis perfectamente lo que ponía en las páginas: la situación precaria del sacerdote y cómo empeoró bruscamente al iniciarse la guerra entre Gwindre y Reizh, hasta forzarle a exiliarse incluso antes de que se declarase la guerra también a Taol-Kaer, cuando el sacerdote fue acusado por el demorthén de la aldea de dar cobijo a los espías del Templo que acabaron con la vida de Verzal, el megiéntífico de la fábrica próxima a Varn.

Sin embargo, a pesar de que Urvan es consciente de haber guardado con celo el libro de la Capilla, ahora no es capaz de encontrarlo por ningún lado.

—Yo... —digo tímidamente, concentrándome deliberadamente en mi búsqueda del libro para evitar las miradas de mis compañeros cuando de repente me convierto en el centro de atención—. Ni se me había ocurrido mencionar el libro. Todos lo habíamos visto, y además, la información que contenía tampoco parecía tan import... —Se me eriza el vello de la nuca cuando compruebo que el viejo manuscrito no está. Me giro un momento hacia mis compañeros, como si por algún motivo ellos hubiesen de conocer el paradero del libro, antes de volver a mirar en el fondo de mi mochila en un gesto vano. Nada—. No está... La última vez que lo comprobé... —Y de repente, lo comprendo. En todo el día de ayer, mientras estábamos en la aldea, no me vi en la obligación de revisar mis pertenencias. Seguramente entonces ya no tenía el libro. Seguramente lo perdí de algún modo durante el día cuyo recuerdo también he perdido. La visita a esa fábrica, durante la que Liam cree haber matado a su hermano. Esto cada vez tiene menos sentido. Enmudezco y miro humildemente a mis amigos, esperando a que digan algo.

Escucho a cada uno hablar de sus recuerdos, atenta para ver si alguno de ellos dice algo que yo no recuerde, e intentando buscar algo que yo recuerde y que ellos no mencionen.

- Creo que recordamos todos más o menos lo mismo, con las excepciones de los momentos en los que nos separamos.  Yo recuerdo todo lo que dice Mòr, lo de la Capilla, y lo del libro. También que decidimos qué hacer con el cuerpo... Yo propuse enterrarlo, pero al final lo incineramos... ¿no?

El pescador os mira un poco sorprendido.

- ¿Libros? ¿Cuerpos icinerados? No sé de qué están hablando, pero el sol no tardará en alzarse y esta es buena hora para la pesca, así que si quieren que les lleve allí, será mejor que cojan lo que necesiten y vengan al muelle, porque tendré que salir en breve...

Os mira como si estuviéseis mal de la cabeza, cosa que ahora mismo no podríais negar con absoluta certeza.

- Les espero allí, ¿de acuerdo? No tarden demasiado - dice empezando a caminar hacia el lago.

No se preocupe amigo, en nada estamos con usted -Le responde Ean al pescador. Entonces mira a su compañera Arven.

-Pues...yo sinceramente no recuerdo incinerarlo... espera, creo que Jaber se quedó con él. Dijo que lo embalsamaría y prepararía hasta que enviásemos a alguien a recogerlo... ¿Por qué a Jaber si que lo recordáis, no? Venia con Urvan pero se quedó en la capilla. -Tal y como estaban las cosas, ¿podrían no recordarlo?

Miré a Ean extrañada. ¿Jaber? ¿Quién era Jaber? No sólo el arquero no se acordaba de Jearon, sino que ahora recordaba gente que yo no... Pero, llegados a este punto, me lo creí. 

—Esto es cada vez más raro... No sé qué demonios ha pasado estos días en esa fábrica magientífica, pero algo ha hecho en nuestras mentes...