Partida Rol por web

Aria susurró al ver algo en el suelo.– Creo que alguien ha estado por aquí antes que nosotros recientemente... –Señaló el suelo cercano a ellos, donde se podían advertir algunas pisadas.– Hay marcas de tres o cuatro personas diferentes.

David condujó de nuevo la mula desde el lugar donde los dejó Faraday hasta la entrada de la mina. Ahora que podía ver el lugar de cerca, se fijó en los restos de una antigua línea ferroviaria que por su estado debía de haber quedado en desuso ha´cía mucho, así como unos pocos edificios de los que apenas quedaba algo más que los cimientos. Seguramente un poblado minero de las primeras oleadas de colonización, y cuyos pobladores simplemente se habían marchado una vez la mina quedó agotada.

Veía sufrir un poco a Aria bajo el peso del rifle, pero tendría que acostumbrarse a él si quería seguir teniendo la cabeza bajo los hombros. Aunque también era cierto que deberían haberle dejado un arma menos grande y aparatosa para un adolescente, pero David ya le había dado su revólver a Jun. No tenía más armas, y todavía no la había cogido tanto asco a la vida como para ir a enfrentarse a Reavers con las manos desnudas. Aunque sí que iba justo de munición, así que esperaba que la cosa no se alargara mucho o tendrían que salir corriendo.

- Alguien debería quedarse con el vehículo y cubrirnos la salida - dijo mientras amartillaba su subfusil y echaba un ojo por los alrededores. El chico tenía razón, no eran los primeros en estar allí, pero aquello tampoco quería decir nada. Después de todo, los que hubieran colocado la mercancía también habrían tenido que adentrarse en la mina - Iré en cabeza - encendió una linterna que llevaba pegada al cañón del arma y empezó a avanzar hacia el interior cuidando cada paso y vigilando cada hueco en las paredes.

La orden del Capitán le resulto difícil de sugerir. Ya era difícil sacarle completamente el jugo a la Constanze sin tener un ingeniero en los motores, como para que le dieran el mando de artillería. Si. Estaba entrenado en ella, pero solo funcionaba si tenia alguien en quien confiara en los mandos de la nave. Y si no confiaba en pilotos entrenados, mucho menos en alguien que tenía menos horas de vuelo que un pato. Realizo una mínima mueca, tratando de evitarla, como si alguien le hubiera golpeado el costado en esa orden.
También, le dolió ver a Vasilis tocando sus mandos. La orden del capitán, tenía dos vías. Una era suicida, la otra era genial más allá de su comprensión. Si resultaba ser la primera, Faraday tendría solo una opción, volarle la cabeza a Kaine y tomar el mando, pero hasta entonces, le daría todo su apoyo. No sacrificaría a toda su tripulación por órdenes erradas. No otra vez.
Cuando Vasilis empezó a tocar los mandos de la nave, fue demasiado para el piloto. Anulo con un botón la sección del copiloto, y evito de esta forma la nave se desestabilizara, cargando un rotor con mas aceleración. El equilibrio en el que tenia los sistemas Faraday era muy delicado para que alguien venga a tocar el sistema de regulación hidráulico.
- Si. No toque eso. Las Clases Firefly lo tienen, pero hay que activarlo desde la sala de motores. ¿Porque cree que vengo quejándome hace dos días de ello? –
La joven le hace una confesión. Es obvio. Nadie puede pilotar como el. Tal vez Huban podía hacerle sombra, pero aun estaba por verse. Tenía que definir ese duelo alguna vez.
- Señorita Vasilis. Respire hondo. No importa quienes sean, confié en que puedo sacarnos de aquí. Se los garantizo. Sea lo que sea que ocurra, puede contar que sacare de aquí, incluso en medio de un huracán.-
Le responde al Capitan - La Rampa esta abajo, Señor. -

Nikita habría tenido los pelos de punta si hubiese sido un gato. No le gustaba nada la situación en la que se encontraban, y la estaban haciendo a lo loco y con mucho riesgo. No era su estilo, pero no tenían otro remedio. Ver a su querido rifle en manos del lorito le dolía en el alma, pero era necesario. Ella necesitaba llevar el arma más ligera, porque iba a meterse dentro de la mina y ahí necesitaba precisión de pistola corta.

Te sigo. Le dice a Kovacs, posicionándose detrás de él, dejándole a él vigilar el frente y ella vigilaba los alrededores y espaldas.

-Probablemente, las pisadas sean del capitán Reynolds y su tripulación -dije, pensativo, ante las palabras de Aria.

En el mejor de los casos, Reynolds y su compañera habrían entrado junto a dos miembros más de su tripulación, quizá para transportar la carga. En el peor, un grupo de tres o cuatro reavers podíam haber entrado en la mina en los últimos minutos y, sabiendo lo impredecibles que eran aquellos seres caníbales, era difícil saber cuál sería la situación en el interior de la mina.

-Kovacs, me quedo con el vehículo para cubriros la salida -decidí, tras ver que Nikita tomaba la iniciativa de entrar junto a Kovacs y el muchacho-. Si veo que estamos en problemas, os daré una voz. -Desenfundé el revólver y me aposté dando la espalda a la mina, vigilando los alrededores con atención-. Buena suerte, camaradas.

- Recibido - les dijo a Nikita y a Spencer al escucharlos. David fue adentrándose en la cueva, con el arma lista y con todas las alertas disparadas. La luz fue disminuyendo a medida que entraba y solo su linterna le permitía ver con claridad lo que tenía delante. Pero allí no había nada, solo oscuridad y motones de turba y demás basura por el suelo. Recorrieron unos treinta metros y entonces encontraron algo. Una vieja lona que estaba tapando algo, por la parte inferior podía verse que eran unas cajas metálicas - Capitán, lo hemos encontrado - dijo por el comunicador, aunque no sabía sí la mina interferiría con la frecuencia.

Dió un par de pasos pero se detuvo. Allía había algo más, lo notaba. El lugar estaba impregnado de un hedor putrefacto a orina, sudor y carne podrida. O los que habían dejado la mercancía se habían dejado también a uno de los suyos o... - Atención, no estamos solos aquí dentro - advirtió a Stark y Russel - Mantened la posición, yo me adelantaré a ver que és. Si oí "Despejado", es que tenemos vía libre para sacar eso de aquí - dijo señalando las cajas.

No lo entiendo dijo mostrando el monitor en el que se podían ver los sensores. Necesito saber la situación para entenderla, Kaine. Fijate si puedes darme una mano con esto.
Esto señalo mostrando unos cuadrados en el mapa Son lo que identifico como Reavers. No están viniendo, están en un pueblo cercano. Me indicaron que venían Reapers hacia nosotros. Esta trayectoria, es la que tomo la Serenity al salir de Atmo. Ya no esta visible en el radar. Esto, son naves muy pequeñas, de cómo mucho dos personas. Y son modelos recientes, o antiguallas. Y mas alla del alcance, no por lo que dice el Sensor, si no por lo que no dice, puedo llegar a pensar que hay una batalla o la hubo hace muy poco. O la Serenity nos hizo un favor, o hay alguien esperándonos con las armas espaciales esperando que emerjamos.De modo que… ¿Que carajos? ¿Nos están siguiendo Capitan? ¿O nos quieren robar? ¿Qué le dijeron los de la Serenity? ¿Porque tenemos con nosotros lo que parece a todas luces una papa caliente? Deme algo, díganme algo, aunque sea la mas loca de las teorías, necesito saber a que nos enfrentamos para saber cómo sacarnos de aquí, y como

- ¿Ey Kovacs, todo bien alli? ¿Me escuchas? dijo el piloto por la radio, esperando que la conexion llegara hasta la mula.

Está bien... –Aria dijo unas pocas sílabas, estaba tan concentrado en la misión que no podía pensar en enlazar más de dos palabras a la vez. Buscó con la mirada una posición desde la que no estar tan expuesto en caso de que les atacaran y esperó a oír el "Despejado" que había dicho Kovacs.

Me inclino sobre el radar, tratando de entender las explicaciones de Faraday.

-A ver si lo entiendo -reflexiono- hay un montón de reavers atacando un pueblo cercano. Y la Serenity ha salido al espacio sana y salva. ¿Hasta aquí, bien?

Lo que no logro entender es todo eso de la batalla.

-¿Crees que hay naves fuera de la atmósfera esperando a que emerjamos? No lo entiendo, ¿cómo puedes saberlo? ¿Qué clase de naves? ¿Reavers o la alianza? ¿O de otros contrabandistas? -Me retiro un mechón de cabello de la frente, pensativa- Si son reavers quizás simplemente están esperando a los que atacan el pueblo. Quizás ni siquiera saben que estamos aquí. Podríamos esperar a que se marcharan...

...

Están atacando un pueblo.

-O deberíamos ir a ayudar... -murmuro, echando una mirada de reojo al capitán.- En cualquier caso, si son reavers de verdad, no creo que haya naves de la Alianza en órbita, ni ningún otro contrabandista. Cualquiera pondría pies en polvorosa en cuanto viera a los reavers. Y aquel tipo de la Serenity parecía convencido de que lo eran. A  lo mejor sólo necesitamos esperar... o seguir la trayectoria abierta que nos ha dejado la Serenity.

El aire de la cueva parece intenso y sofocante, avanzas solo apuntando con tu arma y alumbrado por la linterna mientras caminas sin oir más que las gotas de posible humedad. En uno de esos momentos una de las gotas cayó en tu cara, sobre tu nariz y al apartarla con la mano, ves la mancha rojiza. No es agua lo que gotea, es sangre.
 

Veo sus rostros y aunque trata de disimular puedo percibir con suma facilidad la desaprobación de mis órdenes.

No podría importarme menos.

Los planes de emergencias son sólo eso, para circunstancias excepcionales. No pienso dar explicaciones, es por eso que siempre trabajo solo. Sugar no debería haberme dado el mando. Lo odio.

Suspiro e ignoro a la acompañante mientras me fijo en los sensores. Lejos de alarmarme, y ponerme a hacer teorías confusas, me dedico a estudiar sus movimientos.

- Ignoren esas naves. Mientras sigan entretenidas y nos dejen recuperar la mercancía por mi pueden estar recreando una batalla histórica para divertir a los reavers. 

Al escuchar la voz de Faraday por el comunicador, se lo acercó a la boca para responderle - Aquí Kovacs, te recibo alto y claro. Hemos encontrado el paquete, son varias cajas y nos costará un poco cargarlo en la mula, pero de momento todo está despejado. Procedemos a la extracción - hacía tiempo que no utilizaba un tipo de vocabulario que sonara tan militar, y tenía que reconocer que algo sí lo había echado de menos.

Se detuvo al escuchar la voz de Faraday por el comunicador, hizo una seña con el aparato a sus compañeros para que entendieran lo que ocurría y se lo acercó a la boca para responder al piloto - Aquí Kovacs, te recibo alto y claro. Hemos encontrado el paquete, son varias cajas y nos costará un poco cargarlo en la mula, pero de momento todo está despejado. Procedemos a la extracción - hacía tiempo que no utilizaba un tipo de vocabulario que sonara tan militar, y tenía que reconocer que algo sí lo había echado de menos.

Siguió avanzando hacia el interior de la cueva, el aire se notaba intenso y asfixiante. Solo se escuchaba el sonido de sus pasos y el de gotas de humedad cayendo desde las pequeñas estalactitas que el tiempo había formado en la roca. De repente, una de aquellas gotas cayó sobre el rostro de David, sorprendiéndolo. Se pasó la mano por la cara para limpiarsela, y entonces se sorprendió aún mas al ver que la mancha que le había quedado en la mano no era transparente y fluida, sino roja y espesa. Sangre.

Rápidamente puso la mano en el subfusil de nuevo y lo alzó, iluminando el techo de la cueva, con el dedo del gatillo listo para lo que fuera que hubiera ahí arriba.