Partida Rol por web

Os encontrais en el Comedor, una gran habitacion a la que todos podeis acceder donde trabajan criaturas Magicas como Cocineros para la Capilla. Pueden cocinar cualquier alimento,sea del lugar que sea, y lo hacen muy bien.
La sala es enorme, con capacidad actual para mas de 100 personas, aunque no useis tanto espacio... como todo en la capilla se ajusta a las necesidades de sus Huespedes.
Han pasado meses desde la ultima amenaza Tecnocrata y el resto de criaturas sobrenaturales no han causado problemas desde hace mas tiempo incluso.
El tiempo pasa demasiado lento y los dias parecen no acabar nunca... casi habeis agotado todas vuestras fuentes de ocio ¡¡¿¿que hacer??!!

Una brisa recorre la Habitacion, no es la primera vez que notais esa sensacion.
Una nube incorporea se situa en la Mesa de los miembros del Consejo. Desde vuestra posicion podeis ver sus caras de asombro y disgusto. Algo esta pasando y pensais que pronto lo sabreis.

Por todos los espíritus, nunca pensé que volvería a probar el hurón a la nyama... dijo Wayne mientras pinchaba trocitos de carne de su bol mientras repasaba un libro sobre esoterismo tribal en las épocas primigenias. Y menos aún que estuviese tan delicioso.

Al notar la brisa, levanto la cabeza y observó a los miembros del consejo. Ya lo dijo Coleridge, no es un espíritu bien formado aquel al que le falta el sentido del humor y creo que a nuestro guardian se le olvidaron darle un poco... dice con una media sonrisa por su comentario.

KannoN desde que llegó a la capilla no paraba de mirar por todas partes, como queriendo ver más alla, y desde que llegaron a aquel lugar percibió varias veces unas sensaciones extrañas, quería ver cada detalle de cada sala por la que paseaba, se mantenía algo alejado de los demás miembros, su rostro oculto y desconfianza hacia los demas le hacía ir a veces un poco en solitarío; por lo menos de momento.

Estando en la sala  del consejo, se fue a un extremo de esta, no queriendo ser el centro de las miradas, y cuando pasaron unos minutos notó como una brisa recorría la habitación, él estaba acostumbrado a entrar en contacto con todo tipo de entes y cerró los ojos por un momento para concentrarse e intentar percibir que es lo que estaba ocurriendo.

 De pronto , para disimular abrió los ojos (quizás es que ya sabía que es lo que ocurría, quizás no, su rostro no denotaba nada en particular ya que sólo se le podian ver sus ojos y estos no eran muy expresivos).

Susurro en voz baja : "Cocinero,.... ¿podeis traerme un gazpachuelo?, con unos boquerones en aceite de oliva si puede ser por favor"

 Sin especial hambre en ese momento, juego un poco con la comida que tengo delante, pensándome si comer o simplemente quedarme mirando, profundamente aburrido después de días de completa inactividad y falta de ocio... Emborracharme puede ser divertido en una fiesta, dejándolo correr mientras me rozo con quien sea que se ponga delante, pero dedicarme a mirarme alcoholizado en un espejo es tirar por la borda todo lo bueno de ello, sería propio de un alcohólico. Y me falta compañía femenina. Un tío está bien igual que el vino, en una fiesta, pero, aunque me pese porque limita mis posibilidades, estando completamente sobrio me redescubro siempre predominantemente heterosexual. Ni se me ocurriría, no obstante, proponérselo a ninguno de mis compañeros de cábala. Demasiado serios para un simple polvo: sin sangre ni pollos muertos o plumas tiradas por ahí, ni mucho menos círculos de sal y mercurio hirviendo en una marmita o lo que sea que seguramente me pedirían para que compartiésemos esa unión de manera verdaderamente mística, por mi parte y por la suya.

Suspiro, resignado ante la idea de recurrir, no por gusto, sino porque no tengo otra alternativa, a mi mano derecha —o la izquierda, según me dé—. Pero me corta el suspiro la brisa fría que me despierta de mi viaje mental por el mundo del aburrimiento, y veo la situación. Entonces no suspiro, resoplo, hastiado. ¿Qué pasará ahora? No, problemas no... Al menos no antes de poder descargar la tensión. Bueno, quizás esa sea una buena forma de divertirme, aunque la idea de poder hacerme daño le quita un poco de atractivo.

Vuelvo a jugar con mi comida. Me aburro...

Geist come generalmente en el laboratorio, una sandwich acompañado de una cerveza de importancia alemana (la americana es horrible para su gusto), la cual es uno de sus pocos vicios.

El laboratorio de el Dr Archmeister es un sitio que tiene todo su espacio ocupado. Sobre la mesa principal un microscopio electrónico comparte sitio con un completo set de probetas, pipetas y matraces. Más allá una sencilla pizarra luce llena de garabatos que vienen a ser extrañas y complejas formulas matemáticas mezcladas con diagramas arcanos. En un corcho aparecen mezclados diversos diseños a escala de lo que vendría ser las minúsculas maquinas que son la especialidad del Doctor, mezclado con "post its" que recuerdan por escrito citas o tareas pendientes.

Más allá , en otra mesa de aspecto rústico, cuatro ordenadores de viejas carcasas en red, la mayoria de segunda mano, se pasan el día y la noche ronroneando, computando en sus cerebros de silicio las operaciones que Geist les ha reservado. Más silencioso un ordenador portátil, propiedad personal de Geist, permanece a la espera. Una impresora su lado no deja de vomitar papel. Cerca hay un congelador que lo mismo guarda el almuerzo y las cervezas del joven austriaco como muestras necesarias para su trabajo. En un lado, en reparación, hay un extraño brazo mecánico hecho con piezas de repuesto de automovil.

Como único desestresante hay una pequeña canasta a penas tres metros de la estación de trabajo, sobre una papelera obturada de papel arrugado y desechado.

En esta caótica habitación se está gestando lo que Geist llama "la futura Esociencia". Una disciplina que espera cruce el puente que separa el esoterismo de la tecnología. Cajas de cartón llens de equipo y el equipaje no ordenado del Doctor ocupan el poco espacio restante.

A vuestro alrededor se forman grupos, reuniendose por cabalas,expectantes.
Algo esta pasando dice un Adepto Virtual que conoceis por AlphaXVI han usado un escudo de silencio y distorsion para que no podamos leer ni interpretar que dicen vocalizando... ¡mierda! Seguro que es algun rollo tecnocrata... no saben estarse quietos los jodidos.

En la Capilla,como bien sabes, la Magia es mas facil, tus creaciones son casi como las has imaginado y no tienes limite. La Paradoja no existe para ti dentro de tu Hogar.
El Consejo permite aprovisionarse de Quintaesencia con pocas restricciones del Nodo que sustenta este lugar de Poder.
Pero hubo algo que no te gusto la ultima vez que rozaste el Nodo. Parecia como si no estuviese tan lleno como antes... como un escape de un desagüe.
Tenias mas cosas que hacer y por ello lo dejaste aparcado, tus maquinas tienen trabajo que hacer...

Tus Nanocreaciones podrian ser como un Uno, tener una consciencia compartida, pseudo IA que interactuara contigo en algunos momentos... personalidad limitada

A Geist no le acaba de gustar estar totalmente resguardado de la Paradoja. Le permite mucha libertad, pero teme acabar como la mayoría de Hijos del Éter que conoce, científicos con una ciencia tan personal que solo es entendida por ellos mismos. Con el tiempo necesitará enfrentarse a la Paradoja y al mundo si desea avanzar en su Esociencia.

Lo del Nodo es extraño, porque sus compañeros no parecen saber nada. El mismo no es un experto en Cardinal a pesar de haber empezado estudiando en la Casa Bonisagus y le gustaría contar con la opinión de otros.

Geist aparece en el area común, aun vestido con la bata blanca que suele portar en su laboratorio. Observa a sus compañeros con afabilidad, aunque echa de menos alguna femina entre ellos.

-¿Que tal? ¿Como estamos hoy?- Saluda amablemente.

Ante el comentario del tecnócrata, Wayne cierra su libro suavemente y termina de masticar el última cacho de hurón.

Justo en ese momento llega Geist. Chssss. le dice con un dedo en los labios, haciendo un gesto con la cabeza hacia el Consejo. Algo está pasando aunque nadie sabé qué exactamente...