Partida Rol por web

Owl Court era una zona residencial con cierta distinción en el pasado y, como todo en Swansea, venida a menos. Las casas eran grandes mansiones con amplios jardines en su mayoría devorados por la maleza. Algunos de los residentes habían convertido sus casas en pequeñas fortalezas con púas en las vallas, circuitos de CCTV y perros guardianes. Otros, simplemente, las dejaban ser pasto del abandono.

Al final de la calle había una antigua capilla con los cristales de las ventanas rotos y las puertas entabladas. A diferencia del resto de casas, no tenía jardín, sólo el césped de la calle. 

Hacía una noche oscura y el viento soplaba entre las copas de los árboles. Grandes nubes se desplazaban lentamente por el cielo dejando entrever a ratos el cielo nocturno.

-¿Es aquí?

-Sí.

-No me gusta nada.

Cuando Orion paró en la tienda a recoger a Yakub, una mujer se subió con él al Land Rover... Era Claudia, la mercenaria aquella que le tendió una emboscada en el callejón junto con su colega... ¿Cómo se llamaba? Hibou... Sí, el de la cadenita...

El vampiro no hizo preguntas pero le echó a Claudia una mirada abiertamente hostil, fija y sin parpadeos. Cuando ella se acomodó en el asiento de atrás, Orion arrancó el coche.

Si esta es toda la ayuda que ha logrado reunir, la leyenda del viejo cazador está más que amortizada. Y yo podría irme por el desagüe junto a él esta misma noche.

Pasaron por delante de su destino con el coche, comprobando el tipo de vigilancia externa. Aquel grupo había sufrido numerosas bajas en la batalla contra Owain, según afirmaban Yakub y los otros; pero lo cierto es que no tenían ni idea de cuántos de ellos habían venido a Swansea en un principio.

—Voy a parar el coche a una distancia prudencial pero cerca por si tienes que correr hasta él, Yakub.

La idea de ver al viejo corriendo le hizo a la vez gracia y le preocupó mucho.

Yakub observaba aquel caserón. No le había dado tiempo todavía de preparar su bastón personalizado, pero al menos ya no iba con una muleta. Portaba uno elegante de madera de haya tallada a mano con una especie de lobo en su empuñadura. Al parecer perteneció a un lord tiempo atrás.

Le hubiera gustado venir con algo más de información, pero no parecía que las cosas fueran a ir de cara, de nuevo. 

— Se que os conocisteis en circunstancias especiales. Os ruego profesionalidad y dejar eso al margen. El plan es sencillo. No esperamos demasiadas defensas así que debemos ser directos y no dudar. —

— Su base estará presumiblemente en el sótano, así que vamos a entrar por la entrada de la parte de atrás*. Intentemos mantenernos sin hacer ruido todo lo que podamos. Si podemos neutralizarlos en silencio mejor. Es muy posible que haya un niño convertido entre ellos. Será el más peligroso de todos. No dudéis... ninguno. —

Miró a Claudia.

— El objetivo final es una vampiresa que responde a los nombres de Midori o Yin Wang. No hay que eliminarla; pues hemos de interrogarla. Tal y como te expliqué una vez asegurada la casa y el objetivo retenido seguiremos Orion y yo. ¿Entendido? —

Yakub colocó la mano en el hombro de Orion.

— Esperemos que no tengamos que salir corriendo... —

-¿Cuál es el plan?

—Creo que sé cómo entrar y llegar hasta a ellos, pero tenéis que confiar en mí —se dirige a los dos, pero detiene su mirada en Yakub cuando explica el plan: —Mi idea es llamar a la puerta, "como comité de bienvenida a Swansea", intentar hablar con ellos, hacerles bajar la guardia y, quien sabe, a lo mejor hasta sonsacarles algo. Sin duda necesito un cebo y esos seréis vosotros, dos suculentas ofrendas: dos de los cazadores que les jodieron los planes. Sí, lo sé, Claudia no estaba allí, pero en cuanto te pongan el ojo encima, Yakub, seguro que todo fluirá a nuestro favor.

Yakub miró a Orion. El viejo era experto en cazar vampiros... pero ciertamente nunca había tenido un vampiro entre sus filas. Además tenía la mente ciertamente nublada y una mala decisión ya le había costado mucho no solo a él y sus amigos, sino a toda la ciudad. Suspiró pensando en el plan de Orion... Lo cierto es que no tenía ni idea de como podría salir. Jamás había tratado con vampiros más allá de él. Pero si quería que se convirtiera en el nuevo líder de la noche en Swansea... tendría que confiar en él.

— Muy bien Orion. No tengo ni idea de como puede salir eso pero... Confío en ti. —

Toda la vida cazando vampiros y ahora su vida quedaba en manos de uno, no solo su vida. Sus esperanzas, sus sueños,el amor de su vida. Jamás Yakub se había sentido tan indefenso y vulnerable como en aquel momento. 

— Claudia, necesito que sigas el plan de Orion al pie de la letra. Si no estás dispuesta a ello será mejor que te marches. No podemos arriesgarnos a que algo salga mal porque nos adelantemos. Se que suena arriesgado, así que si quieres marcharte... esta es la última oportunidad. —

-¿Entrar ahí dentro desarmada? Dime que estás de coña...

—No irás desarmada, Claudia —aseguró Orion—. Ninguno de los dos irá desarmado; pero habrá que comportarse bien, de modo que no sospechen de vosotros —miró a ambos, pero se detuvo en Claudia—. Yakub está jodido de verdad y no le hace falta mucho teatro, pero tú, esa mirada...

Sin esperar la respuesta de la mercenaria Orion le lanzó un puñetazo a la boca del estómago que la hizo doblarse casi hasta el suelo. Con un solo brazo la alzó así encogida y le propinó un fuerte cabezazo en el puente de la nariz, aunque sin llegar a rompérselo. Claudia se tambaleó mareada y, cuando logró apoyarse en el Land Rover, el vampiro la agarró del cuello y le cruzó la cara del revés dejándola, esta vez sí, caer al suelo. 

—MALDITO CABRÓN HIJO DE MIL PUTAS... —logró escupir Claudia después de haber vomitado la cena.

—Ahora sí resultas convincente —apuntó Orion con una sonrisa torcida—. Puedes insultarme de vez en cuando, para mantener la mascarada; pero si te pasas volveré a zurrarte y tal vez te meta un calcetín en la boca.

El vampiro hizo una presa suave en el cuello de Yakub y de Claudia y los llevó casi al trote, para que les costara seguir el ritmo y trastabillaran de vez en cuando por el camino.

Se acercaron a la entrada trasera, tal y como había dicho Yakub. Habían reforzado aquella puerta, seguramente empleando un blindaje a prueba de balas y goznes anti arietes. Una pequeña mirilla estaba disimulada en la misma. Orion llamó dando un par de patadas contundentes y, al cabo de unos segundos, la mirilla se oscureció.

—Ábreme la puerta, lacayo—ordenó el vampiro, casi en un murmullo que, no obstante se escuchó perfectamente a ambos lados de la puerta—. Mi nombre es Orion Jones y vengo de visita oficial. Avisa a tus amos y no me hagáis esperar mucho o mi pastel de carne de bienvenida se enfriará —en ese momento tiró de ambos humanos acercando sus caras a la suya, poniendo morritos y creando un efecto cómico a través de la mirilla.

Cuando se aseguró de que el ghoul había visto bien sus caras, se retiró unos pasos de la puerta y puso a Claudia y a Yakub de rodillas a su lado. Por un momento fue consciente del dolor que debía producirle a Yakub aquel movimiento, pero el espectáculo debía continuar...

La puerta se abrió. Un ghoul delgaducho con la piel demacrada se retiró a las sombras.

Un tipo calvo de aspecto siniestro les miraba con condescendencia ocupando el marco de la puerta. Orion sintió al instante que era uno de los suyos. Las venas de su cuello estaban hinchadas de forma grotesca. Sus ojos brillaban con un tono azulado antinatural. Tenía una presencia sobrecogedora, como si fuera mucho más grande realmente.

En el interior podían ver los bancos de la capilla organizados creando cubículos con sábanas tiradas por el suelo como si hubieran sido habitaciones. No vieron a nadie más pero había un bulto en suelo tapado con una manta ensangrentada.

-Orion Jones-dijo el hombre grande-Me suena el nombre. ¿Qué clase de visita oficial?

El vampiro sintió como los humanos se encogían bajo sus brazos.

Yakub levantó la cabeza. No de forma desafiante. Debía jugar su papel y ese era el de un viejo cazador capturado. Pero quería aprovechar para ver aquel lugar, para conseguir toda la información posible para que en caso de que lograran salir con vida de allí pudieran sacarle algo de provecho. Entonces lo reconoció. ¿Era el vampiro que había salido despedido después de morder al dragón? 

Mierda, estamos jodidos. 

Por ahora dejaría que Orion siguiera con su plan, actuar ahora mismo sería un suicidio o como poco las consecuencias serían desastrosas...

Era una suerte que el corazón de Orion hubiera dejado de latir hacía más de veinte años. De lo contrario ahora mismo le estaría dando un infarto. 

Aquel vampiro emanaba tal poder que era como si en una cata de vinos alguien te metiera de cabeza en una barrica. Orion había escuchado el relato detallado del combate contra Owain por boca de sus compañeros y, por tanto, sabía que uno de los vampiros del grupo de Midori había mordido al rey dragón.

Sin duda, ahora estaban ante ese vampiro.

—Y tú eres Craig —acertó a articular Orion manteniendo la calma a duras penas—. Tu reciente fama te precede* y, ya que no tuve oportunidad de conocerte a ti y a los tuyos cuando os mudasteis a mi ciudad, aprovecho la ocasión para tomar yo la iniciativa —trataba de sonar educadamente contrariado—. Y como no me gusta llegar de visita con las manos vacías he pensado, ¿coño, Orion, y si le llevas a esta buena gente a algunos de los mierdecillas que intentaron frustrar sus planes contra el Rey Dragón? Y, para mi fortuna, te he conseguido a un par de peces gordos.

Con un movimiento de manos rápido soltó a Yakub, desarmó a Claudia y la lanzó a los pies de Craig**.

—A esta os la regalo ya; pero el viejo Yakub se queda conmigo un ratito más, mientras charlamos. ¿Qué me dices? ¿Me invitas a pasar?

Claudia cayó a los pies de Craig. De repente, sin saber como, Craig estaba arrodillado junto a ella cogiéndola por el cuello.

-Qué considerado. El pequeño Alfie siempre está contento de tener nuevos juguetes. Está en una edad difícil y lo rompe todo enseguida...

La mercenaria era fuerte como un toro y cada músculo de su cuerpo estaba endurecido por muchos años de entrenamiento. Sus intentos de liberarse fueron como un gatito compitiendo contra un tractor.

Craig inclinó la cabeza mientras examinaba a Yakub.

-Sí, ese me es familiar. ¿No fue una de esas sabandijas que irrumpieron a tiros en medio de nuestra pelea? A decir verdad, si no hubieran distraído al viejo cabrón ahora estaría muerto yo también... Perdimos mucho aquella noche pero la ciudad ha perdido más todavía. ¿De dónde lo has sacado?

—El pequeño Alfie... —Orion trató de no mirar a Claudia ni a Yakub. Temía que algún gesto, por leve que fuera, expresara lo que no debía—. No me parece muy ortodoxo convertir a un niño en vampiro, aunque te voy a ahorrar la chapa porque la habrás escuchado mil veces.

Trataba de concentrarse en Craig, en quién era antes de la transformación. Sus rasgos estaban alterados por la sangre del dragón, pero tampoco había cambiado tanto.

—¿Al viejo Yakub? —salió de su ensimismamiento y recordó que le habían hecho una pregunta—. Yakub es mi amigo... O, a decir verdad, era mi amigo... ¿Sabes, Craig? Este viejales de aquí —Orion le empujó con el pie para que cayera tendido al suelo pero Yakub, asombrosamente, supo resistirse y apenas apoyó una mano. El vampiro contuvo un gesto de contrariedad: Yakub, no me jodas—... Este viejales ha hecho más por mí que nadie en mi no-vida. Me ha instruido, me ha sacado las castañas del fuego... ¡Incluso me ha alimentado, joder! Pero, ¿sabes lo que ha hecho también? Me ha mentido y ha intentado usarme como una marioneta para llevar a cabo sus ambiciosos planes.

Orion dio unos pasos alrededor del viejo cazador.

—El abuelo pensaba que si me llenaba el coco con toda esa mierda de mantener la humanidad y bla, bla, bla, tendría a un vampiro comiendo de la manita como una puta paloma del parque. Incluso me reveló un falso plan para mantenerme alejado del combate aquella noche: encuentra a mi querida Midori, Orion, por favooor —se burló—. Y la encontré —abrió los brazos en un gesto que abarcaba aquel lugar—. Claro que, este zorro astuto no quería que me diera cuenta de cuáles eran sus verdaderas intenciones. Pero como suelen hacer toooooodos los estúpidos humanos, me subestimó. Et voilá! Aquí lo tienes: el cazador, cazado.

Orion alzó la vista hacia Craig y trató de sostener su mirada en un gesto de triunfo.

La sonrisa de Craig era escalofriante: tenía más colmillos de la cuenta, arriba y abajo. Se arregló la chaqueta con la mano libre. 

-Yo no creé al chico: fue él el que mordió a Midori. Y ella nos mordió a mí y a mis muchachos. Un pequeño clan de chupasangres, eso es lo que éramos. -se incorporó sin soltar a Claudia que era poco más que un muñeco en sus manos. Orion advirtió que la mercenaria estaba acercando la mano a su cinturón donde había una navaja plegada-Pero esa mujer sigue obcecada con cuidar de esa mala bestia como si fuera el cabeza de familia y las cosas han cambiado: ahora yo soy el jefe así que deja aquí tus regalitos y dile a quien esté al mando ahí fuera que...

-¡Craig!-le interrumpió una voz desde el fondo de la capilla. Venía de una puerta abierta por la que se veían escaleras que bajaban-¡Alfie está inquieto y todavía no se ha dormido! ¿Queda algo para que juegue o tenemos que salir a cazar?