Partida Rol por web

Andrés sigue con la vista clavada en la mujer, sin poderse llegar a mover. La verdad es que... después observarla unos instantes... y ahora que había escuchado su voz... no estaba nada mal. La idea de quedarse junto a ella le atraía cada vez más...

Ita no puede hacer otra cosa que callar, baja la mirada, y la vuele a subir mirando al espacio vacio que dejan la mujer y el emcapuchado.

Las piernas de los tres flaquean, sus cabezas ruedan... como mareados. Se acerca primero a Markel... y le da un suave beso a los labios... y repite el proceso con Andrés e Ita...

Bien... - los mira a los ojos, acariciando la mejilla de Ita y mirando a los otros dos - ¿Por qué no vais a buscar a vuestros amigos y los detenéis...?

Ita empieza a ver borroso, y sólo oye voces celestiales que le dicen:

"buscar a vuestros amigos y los detenéis"

esa frase se repite constantemente en la cabez del muchacho.

En un instante las voces desaparecen y se alcara su vista, pero un instante despues vuelven, pero más leves.

Ita se da la vuelta, no quiere dejar de ver la imagen de su amada, pero ella lo manda, y tienen que hacerlo, empieza una marcha por el tunel, separandose cada vez más de ella.

Andrés no se resiste en absoluto. Parece que el beso de la mujer se ha llevado la poca voluntad que tenía y asiente sin más, echando a caminar por donde huyeron los demás. Con total tranquilidad. Total, sabe que el pasillo está cerrado y no hay salida.

Markel se queda parado cuando la muje le da el beso, pero un instante después... cuando la mujer le dice que traiciones a sus amigos... ¡Markel no puede permitirlo!

Menea la cabeza y sale del trance al que había estado sometido.

Con decisión levanta la varita hacia la mujer...

Frunce el ceño al ver cómo Markel le levanta la varita...

¿Qué crees que haces, insensato...?

Esbozó una sonrisa... al momento que levantaba la mano y de un movimiento hacia delante, el encapuchado se movió muy rápidamente, parecía que volara, por tal y como arrastraba la capa... y se plantó delante de Markel.

Asústalo, de momento...

El encapuchado puso las manos en ambas mejillas de Markel... y procesó un grito gutural que todos los cabellos del chico se despeinaron hacia atrás, además pudo oler su aliento... repugnante. No solo eso, dentro de su boca... los dientes estaban completamente torcidos... y lo que era peor... no tenía lengua.

Cuando la criatura le grita todo el valor que Markel había conseguido se le cae a los pies y se queda allí pretificado.

Una lágrima se desliza por su mejilla y empieza a sollozar de impotencia y miedo.

El encapuchado se aparta... la mujer se acerca de nuevo a Markel y cogiéndolo de la mejilla con una suave mano, le deposita un dulce beso en la otra mejilla.

Bien... sabía que nos entenderíamos, chiquitín... - sonrió y se apartó de él - Luego volveremos a por ti...

Y se alejó por el pasillo, hacia la dirección por donde habían ido los demás... el encapuchado se alejó junto a ella, sin mirar siquiera a Markel.

Casi en estado catatónico Markel no se entera del beso de la mujer.

Cuando ella y los encapuchados se alejan Markel se pone en cuclillas en el suelo, hecho una bola, y comienza a llorar con mayor intensidad. Se acuerda de su padre, de su abuela... y también de su madre. Los echa de menos.

Cinco velas aparecen flotando en el aire... más tarde se empieza a hacer algo traslúcido en el aire... una bella mujer aparece, aunque sus pies y la parte del final del blanco vestido es completamente transparente... permitiendo ver únicamente las arrugas que habría.

La mujer se dirige a Markel, aunque parece que esté andando, por el movimiento del vestido... al no verse los pies, más bien parece que se esté arrastrando...

Se agacha, y deja el candelabro al suelo, a su lado. Abre los brazos y toca con suavidad la espalda de Markel.

¿Estás bien...? ¿Qué te han hecho, criatura...?

Su voz es dulce y suave... angelical.

Markel sigue hecho una bola y sollozando. Sin levantar la vista del suelo y entre llantos dice.

-¿Amatxo? Ese... ese encapuchado... me ha... *snif, snif* me ha... asustado...

Sonrió con ternura, mientras lo recogía del suelo y le ponía la cabeza en el regazo, acariciándole el cabello.

No, cariño... no soy tu madre... pero no debes preocuparte... os sacaremos de aquí, ¿vale?

Markel no pudo verlo, pero... la mujer miró al frente, por donde había desaparecido el grupo y la mujer con el encapuchado. Volvió a mirar a Markel.

Ahora debes levantarte y colocarte bien esta túnica tan bonita que llevas...

Markel se levanta secándose las lágrimas y se estira de la túnica. Está arrugada y sucia...

-¿Que ha pasado?- dice, entre hipo e hipo- ¿Que es este lugar?

Ella misma lo ayuda a quitarse el polvo de la túnica, se levanta también, cogiendo el candelabro con la mano.

Es un pasillo de Sorgintasun... hay siete como este, largos y oscuros pasillos que han permanecido cerrados mucho tiempo... pero alguien los ha abierto, con la mala pata que vosotros habéis sido uno de los grupos que ha entrado dentro... Es una emboscada, cielo... aunque sospechamos que hay más alumnos por el bosque...

Finalmente, la mano libre la pasa a su cabello, y lo va peinando pausadamente.