Partida Rol por web

-Tengo... *snif, snif* tengo que ir con mis amigos y ayudarles. Pero... pero esa mujer y esa cosa dan mucho miedo... y yo casi no se magia...- Markel mira a la mujer, con los ojos llorosos, suplicándole ayuda.- ¿Que puedo hacer?

Puso un dedo delante de los labios de Markel.

Shhht... estás mal... y tus amigos van a venir a por ti, seguramente... ven conmigo...

La mujer cogió la mano de Markel al momento que empezaba a caminar/arrastrarse... el candelabri iluminaba poco, pero parecía que ella sabía muy bien a donde iba, aunque igualmente... todo era recto, era difícil perderse.

A los cinco minutos, que para Markel probablemente se hicieron eternos... debido a la fría mano de aquella mujer y la poca iluminación, ella se paró.

El miedo no permite ver Cosas... - y avanzando un poco el candelabro, permitió ver una puerta de madera cerrada - Ahora sí quizás tendrás que ir a buscar a tus amigos... pero ten cuidado, almenos uno de ellos está bajo la influencia de esta mujer... y ella está yendo hacia ellos...

Se agachó levemente, hasta depositarle un suave beso a la mejilla derecha de Markel... y de repente, una sensación de bienestar le inundó todo el cuerpo... sintiéndose más valiente, mucho, más valiente.

Y luego... desapareció... dejando una vela en la mano de Markel.

Markel asintió decidido a lo que le decia aquella... ¿mujer? Depronto ella no estaba allí y se encontró a oscuras frente a la puerta.

Estaba decidido a rescatar a sus compañeros, ¡estaba lleno de decisión!

Agarró su varita con fuerza y palpó la pared en busca del picaporte. Lo giró para atravesar la puerta, dispuesto a enfrentarse lo que hubiera allí.

Cuando abres la puerta... el aire impacta en tu cara, un aire frío... que parece llevar las noticas de la desgracia. Es el exterior.

Por lo que parece, la salida no está al final del pasillo como creíais... sino allí.

Markel se da cuenta de que sus amigos han seguido caminando por aquel pasillo en vez de salir por la puerta... ¡tiene que ir ayudarlos!

Para no volver a pasar de largo la puerta Markel hunde la mano con la que no agarra la vela en el barro del jardín y coge un puñado. Después lo coloca en el pasillo, junto a la puerta, por si está volviera a quedar oculta.

Una vez marcada la puerta se limpia como puede y la cierra.

El pasillo tiene un aspecto muy tétrico iluminado por la titilante luz de la vela, pero aun así sabe lo que tiene que hacer.

Comienza a caminar hacia donde han ido sus amigos con cautela. Lleva la varita en la mano, preparada para lanzar un sortilegio en cuanto tenga ocasión.

Vas caminando... y no tardas en encontrarte con la espalda de la mujer y el encapuchado... tus compañeros están delante de ellos.

Bien hecho, chico... bien hecho... ¿por qué no les das ahora un escarmiento...?

Escuchas que dice la mujer... pero no sabrías a quién.

Markel alza la varita hacia la mujer con decisión y dice:

-Incendium

Los cuatro empezáis a correr como auténticos posesos... y aun después de haber corrido unos cuantos metros, podéis escuchar el grito de la bestia... y daros cuenta que cuatro de vuestro grupo se ha quedado atrás.

Pero la vela de Markel, que a pesar de la carrera no se ha apagado, ilumina una puerta de madera, el suelo del pasillo de enfrente de la puerta está lleno de barro.

Markel abre la puerta.

-¡Vamos! Esta puerta da a alguno de los jardines. ¡Hay que ir a buscar ayuda! Yo me quedaré aquí para que los demás sepan donde está la puerta...

Escucho a Markel y asiento...

Yo mismo iré a buscar ayuda, ¡volveré lo más rápido que pueda!!

Salgo por la puerta y hecho a correr lo más rápido que puedo.

Raúl asiente con nerviosismo a sus compañeros, aunque no sabe quehacer. Al oír el grito de una bestia, seguramente la sombra que estaba con la mujer, Raúl se pone aún mas nervioso. Oye Markel... Ita está... Se quedó atras? -le pregunta, bastante preocupado. Mira su varita un momento y la agarra con fuerza. Echa un vistazo a la oscuridad, de donde proviene el grito. Duda. Y mucho. No sabe que hacer. Por un momento está a punto de salir corriendo, dejando las cosas tal y como están para salvarse a si mismo. Pero la visión de la bruja noqueada por su hechizo le viene a la cabeza. Creo... Creo que tendríamos que ayudarle. -le susurra a Ita, tras tomar una decisión- Voy a por Ita, no te preocupes, volveré pronto.

¿

Vicky está de acuerdo en volver a por los demás, y asiente a sus compañeros.

Pero no sabe qué hacer, si ir con Raúl o con Salomón.

Mira indecisa a Markel. Si no le pedían lo contrario, se quedaría con él.

Aunque un poco más decidido avanza hacia la dirección dónde esta Ita, hay algo que lo tira hacia atrás. No sabría como describirlo, pero siente como si sus piernas no le hiciesen caso. Cuando vuelve involuntariamente con sus compañeros, mira a Vicky y a Markel. Oíd, salid de aquí y yo me quedaré vigilando la puerta. -les dice con decisión, superada ya la tensión del ataque- Id y seguid a Salomón, pedid ayuda o escondeos. Pero salid de aquí...

Tras decirles eso, se queda junto a la puerta. Mira su apagada varita y susurra un Lumos para encenderla, como si ya hubiera pillado el truco.

-Ni hablar, nos quedaremos aquí esperando, contigo.- dijo Markel, parado en el umbral de la puerta con Vicky.- Ese chico volverá enseguida con algún profesor.

Con su varita apuntando al oscuro tunel Markel repasó mentalmente los hechizos que le había enseñado su abuela aquel verano. No pensaba que iba a tener que usarlos tan pronto, y sin entrenamiento.

Como queráis -les susurra Raúl mientras otea a lo lejos. Se mantiene delante de la puerta abierta para que su Lumos ilumine también el exterior. Así si alguien tiene que volver verá su luz.

Por un momento resta indeciso, sin saber exactamente que hacer. Si llevase ese extraño diario podría repasar los cuatro hechizos que leyó esa mañana -piensa mientras echa un vistazo hacia el exterior.

Salomón desaparece en la oscuridad del jardín que se ve en el exterior de la puerta...

Vicky asiente a Markel muy convencida, no pensaba dejar que nadie más se separara de nadie.

Con un poco de temor, saca su varita y susurrando un casi inaudible "Lumos", su varita se enciende al momento, iluminando casi todo el pasillo. Lo había estado practicando desde que supo de su magia y los esfuerzos habían valido la pena. Lo había hecho porque se sentía algo inútil, y era un hechizo que almenos ayudaría un poco.

El Lumos de Vicky se expande hasta iluminar buena parte del pasillo...