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Pudiste hacerlo cuando él corrió, y no escapaste. Respondió sin dar más importancia a las palabras y gestos de Isaac, quien parecía defender al chico que salió corriendo sin pensárselo dos veces.
¿Heroes? Allí no hubo héroes, pero sí cobardes. Lo uno no quita lo otro, y por el motivo que fuese tu no salvaste tu culo sin pensar en el grupo que supuestamente debía permanecer unido. Pensó para sí mismo con cierto rencor.
Sin más, volvió a darles la espalda girándose hacia Natalia.
De valientes están los cementerios llenos, le digo a la espalda de Pablo, ya que parece que después de soltar sus bravuconadas no está dispuesto a escuchar las réplicas. Si tan valiente eres, ¿por qué no vas a buscar a más personas que salvar? ¿Por qué te refugias aquí? Todos hacemos lo que podemos. Todos tenemos miedo. Unos tenemos más suerte que otros, eso es todo. Valentía no es quedarse a pelear con alguien mucho más poderoso que tú sin conocer ni una docena de hechizos, chaval, digo al recordar que no conozco su nombre, eso es ser un insensato. Ayudar a los heridos si es valentía, así que te recomiendo que empieces.
Dicho lo cual, me giro y sigo ayudando como puedo.
La conversación me estaba llegando y tensando.
-Creo que deberíamos estar callados y atentos a los profesores que soliciten nuestra ayuda. "Lo que sucede en las vegas se queda en las vegas". Aplicaros el cuento y dejar de contar penas que de esas ya tenemos todos suficientes. Que en un día de clase e asistido a un funeral a una fiesta y a una guerra campal. Así que si queréis deciros algo ahí tenéis el patio ancho para lo que lo necesitéis.
A ver si la directora pone algo de orden que me estoy calentando.
La Directora de dirige al lugar donde normalmente reside la mesa de los profesores a las horas de comer, ahora hay un pequeño pódium algo más elevado, para que todos podáis verla. Los profesores se ponen a su lado, y podéis ver como el de Criaturas Mágicas está siendo curado una fea herida en el brazo por la profesora de herbología, y los miembros del Ministerio, también aquella mujer, se ponen igualmente a su lado, Adrián Espriu, el padre de una compañera vuestra busca a alguien con la mirada, con el ceño fruncido.
La Directora se golpea un momento la garganta con la varita... y se aclara un poco la garganta. Parece muy afectada.
- Alumnos, no me gustaría ser yo la que os diera esta noticia... pero por eso soy la Directora de Sorgintasun, y por mucho que me pese en el alma... es mi labor. Por favor, tomar asiento - unos segundos de silencio que los alumnos aprovechan para moverse hasta los bancos. - Hemos buscado por todos los sitios de Sorgintasun, por el bosque y por los jardines, por suerte, muchos de vosotros habéis sido capaces de volver solos... muchos otros los hemos encontrado heridos y otros... no hemos llegado a tiempo. Sin embargo, aun hay una lista de alumnos desaparecidos, de los que desconocemos el paradero. - os mira a todos, tiene los ojos brillantes - Sabemos, porque nos habéis informado, que estos desaparecidos se fueron con las extrañas mujeres, los extraños hombres o las bestias a dónde fuera... pero no podemos dejar de pensar, con optimismo, que no ha sido por nada más que por estar bajo el influjo de un potente hechizo...
Mira a los profesores y a los del Ministerio... clavando su mirada en Adrián Espriu, que parece que va enfadándose cada vez más.
- Ahora recitaré los alumnos desaparecidos, si alguien los ve en los próximos días... sería de mucha ayuda que nos lo dijera. - un pergamino llega volando hasta ella y se abre, empieza a recitar nombres en voz alta, de todas las casas, no los conocéis, son de los cursos superiores... hasta que llegan a la parte final del pergamino: - y de primero, Anaïs Espriu, de Slytherin; Andrés López, de Slytherin; Nicolás Nogueira, de Slytherin; y Carlos Riera, de Gryffindor.
Tras terminar de decir los nombres los alumnos se miran y cuchichean... nerviosos, y mirando aquellos cuerpos inhertes tapados con sábanas blancas...
- Y ahora... diré en voz alta la lista de los fallecidos... sin embargo... - de un movimiento de varita a todos os aparecen velas rojas delante de vosotros - Encenderemos estas velas para darles honor... muchos de ellos hicieron lo que mejor pudieron... para salvar a los demás. - las velas se encendieron todas al unísono, y empieza a recitar nombres, por orden de curso y de lista. Al igual que antes, no conocéis los nombres de quién habla... pero podéis escuchar los sollozos que empiezan a emerger en el Gran Comedor, en las mismas mesas que estáis vosotros, o en otra de distinta... susurros... hasta que llega con los de primer curso.
La profesora os volvió a mirar... lloraba, pero se mantenía fuerte.
- No sabemos de quién se trataban estos ataques... ni porqué. Pero podemos estar seguros... que los erumpent no fueron obras de las mismas personas... no obstante, aun es muy pronto para decirlo. - cierra un momento los ojos, su mano izquierda tiembla ligeramente - A partir de ahora, impartiréis clase con dos profesores ya que... tenemos enemigos en nuestra propias filas.
Parece que hay algun alumno que se dispone a hablar, pero la Directora lo detiene.
- Ahora mismo, será mejor para todos que nos vayamos a dormir, ha sido un día largo... y duro, mañana veremos las cosas de otra manera... o nos esforzaremos para hacerlo. - antes de despedirse, pero, añade una última cosa: - Los Jefes de las casas pasarán por la Sala Común a repartir poción de no-sueños para quien esté realmente afectado... para que tenga una mejor noche - esboza una leve sonrisa - Ahora, que paséis una buena noche.
Los alumnos de cursos superiores empiezan a levantarse... muchos ayudados por sus compañeros, terriblemente afectados.
Postear aquí y que os vais a la Sala Común directamente, si queréis, podéis INTENTAR hablar con los profesores.
Los más cercanos a la tarima pueden notar como el concejero del Ministerio se pone en tensión al escuchar el nombre de su hija, Anaïs Espriu, entre la lista de desaparecidos. Detiene a la directora antes de que se aleje e intercambia con ella unas palabras, con gesto serio y el ceño fruncido... su mirada es la pura imagen de la ira.
Esto es intolerable, Mercedes. Se supone que esto era un lugar seguro. No acabará así.
Y sin más, da media vuelta y se retira, saltándose todo el protocolo y delante de las narices del mismísimo Ministro, que no hace nada para detenerlo. Su capa ondea al cruzar el gran comedor hacia la salida del castillo.
Daniela se mantiene con la cabeza gacha, ocultándo su rostro tras su rubia melena... hasta que la directora nombra a Nicolás. Su cuerpo, que estaba completamente desprovisto de energía, se pone en tensión durante unos segundos. Sus manos, arrugan su vestido en su regazo. Levanta la vista lentamente...
Sí... Nicolás estaba entre los desaparecidos. Y claro... habría sido un hechizo... él se había negado a ir en un primer momento... porque quería quedarse con ella. Si se fue, sería por su família o por... un hechizo. Claro...
Ahora las cosas quedaban más claras. Ahora, el vacío que sentía en su corazón por sentirse abandonada, se ha sustituido por la preocupación de saber si él estaría bien... tenía que volver sano y salvo. Sino... sino...
Traga saliva y vuelve a bajar la mirada. Se sorprende llorando de nuevo cuando la vela roja se enciende delante de su cara, pues estaba segura de que en su cuerpo ya no quedaba una sola lágrima.
Cuando empezó a hablar la Directora me cuidé de sentarme junto a Salomón, con la esperanza de celebrar la noticia de que Sofía y Sara estaban a salvo, en algún sitio. Los nombres de los desaparecidos no me importaban, pues sabía que Sofía no abandonaría la escuela. No si Salomón permanecía en ella, y aunque con Sara no había llegado a cruzar más de dos palabras, presentía que no sería capaz de algo semejante. Y, desde luego, Eloísa permanecería aquí.
Sin embargo, cuando empezó con la lista de desaparecidos, cada nombre que dijo fue seguido con un latido de corazón y un temblor palpitante en mi espalda, aunque procuraba mantener una cara serena para que Salomón se tranquilizara. Hasta que...
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Una pesada y oscura losa desciende desde mi garganta hasta el estómago. Mi cara, antes serena, pasa de la confusión a una honda pena. Pero, antes de que las lágrimas intenten aflorar a mis ojos, consigo contenerlas y, poniendo mi mano sobre el hombro de Salomón, le susurro: Sé fuerte, Salo. Yo voy a serlo, y tú también lo serás. Porque no pienso dejar que su muerte sea en vano. No pienso dejar que su muerte caiga en el olvido. Estudia junto a mí, entrena junto a mí..., hasta ahora el susurro ha sido quedo, firme, con voz apenada aunque con una marcada determinación, pero las siguientes palabras se dicen con total convicción, con un sentimiento de venganza profundamente ligado a ellas... lucha junto a mí. Llora por ella, yo también lo haré. Y luego, honremos su resistencia con nuestros actos. Tanto Sofía, como Sara y Eloísa merecen que hagamos algo más que llorar por ellas.
Las lágrimas, al fin, son liberadas, y comienzan su descenso por las mejillas, hasta encontrar el vacío.
Sin mirar a los lados ni a las literas flotantes, Raúl escucha el discurso de la directora sin variar su ceño fruncido. Por suerte para sus compañeros, nadie de Gryffindor, menos Carlos, ha desaparecido. Pero eso da igual, todos sus compañeros han sufrido el ataque en sus huesos y muchos han muerto, sin importar la casa. Parce que este curso no será tan normal como Raúl creyó.
Sin poder asimilar todo lo que este día pasó, Raúl no atina a hablar con sus compañeros. Aunque se impulsa a hacerlo. Se acerca a sus compañeros y presiona el hombro de Daniela a modo de saludo. Entonces mira a los que estaban con él, pero se dirige a Ita y Aurora. Oíd... Tenéis que decirles a los profesores lo que pasó con esos de Slytherin...
Me acerco a la Directora Mercedes Vila:
- Perdone Directora Mercedes Vila, soy Lara Urbieta acabo de llegar hace unas horas y me he encontrado con esto. ¿Podría usted hablar conmigo ahora? La profesora Belinda Daza me dijo que debía explicarme algunas cosas.
Me levanto del banco, cansada... la vela aun no se ha apagado, y tengo ganas de llorar, pero al fin y al cabo no conocía a nadie de los fallecidos...
Observo a África y al chico de Ravenclaw... se les ve muy afectados, y también a la chica rubia de larga melena... los miro con los ojos entornados... lo que ha pasado es muy fuerte, y en cuanto mis padres se enteren me sacan de esta escuela de un tirón... cierro los puños con fuerza.
Y junto a los demás alumnos de cursos superiores y de otras cosas... me dirijo a mi Sala Común en absoluto silencio. Quizás después, cuando esté sola, llore. Ahora no.
Los nombres de los fallecidos me caen encima como un cubo de agua fría. Hacía poco que los había conocido y casi no había cruzado ni una palabra con ellos, pero tanta muerte...
Mi corazón se encoge a más no poder. "Como puede ser que esté pasando esto? Parece una pesadilla."
Perplejo y aturdido, me acerco a Salomón y África. No me entrometo, pero quiero estar cerca de ellos, hacerles saber con mi presencia que nos afecta a todos el dolor.
En mi cara se observa un rostro frío pero infligido de tristeza.
Palabra tras palabra... pausa tras pausa, la directora del colegio fue diciendo lo que Ita ya se esperaba...como a nosotros, los atacantes han intentado engañar a todos los alumnos...tres de los cuales eran slytherin, Ita no quería pensar en ello, no era momento de viejos tópicos. Ita miraba a la directora... en esos momentos, su cuerpo se sentía frio... frio como el hielo.. y desprotejido, como una cria de pajaro, que aun no sabe volar, sin su madre... desorientado como al perro que abandonan...
Ita aun estaba situado a la vera de Daniela, ella había pasado de su pregunta, tal vez por que no tenía las fuerzas suficientes para hablar, o simplemente, se había hecho la sueca...
Entonces llegó el turno de los fallecidos... ningún Gryffindor, pero sin embargo... mucha gente, demasiado... La verdad, estaba vez a Ita, no le dolieron los nombres qeu recitó la directora... dentro de su ser, en realidad, no le importaron...no los conocía, no puedo sufrir por ellos... si las cosas siguen como estan, nos marcharemos todos... y... perderé la oportunidad de ser un mago... y tendré que volver con mi familia...¡mi familia! mi hermano!
Ita hecha a correr, pero al intante su tobillo se lo impide, y vuelve a andar despacio, hasta la jefa de la casa de Hufflepuff.
Perdone! perdone! -le llama la antención a la profesora-cómo está mi hermano Pedro?, es de tercero?.... Pedro Piedrahita
La directora empieza ha hablar apoyo una mano en el hombro de Salomón para apoyarlo convencida de que Sofía no estara en esa lista.
La explicación del hechizo para que se fueran con ellos no me parece creible, si fuera así no quedaría ninguno aquí calmará a algunos pero los que lo hicieron por propia voluntad eso lo tengo bastante claro.
El nombre de Andres Lopez entre los deseparecidos me produce un malestar, es una minucia comparada con las muertes pero aun así tenía la esperanza de poder hablar con él sobre lo que me dijera esa misteriosa mujer...
El autentico jarro de agua fria me lo produce las muertes más de la mitad de las compañeras de habitación son nombradas, Sofía era con la que tenía más trato de todas ellas pero todas y cada una eran chicas estupendas.
Solo quedamos nosotras Africa... Digo con voz temblorosa con lagrimas en los ojos, me muerdo el labio inferior ¿que ha pasado? ¿por que no dicen que ha pasado? esto es una escuela... no debería morir nadie... Estoy totalmente derrotada no tengo animos ni para consolar a Salomón Vamonos a la sala comun...
Mercedes, la Directora, se gira hacia Lara y hacia Ita... se la ve muy afectada, con los ojos llorosos e hinchados, estaba hablando con el profesor de Historia... el cual os mira con expresión totalmente seria, él también parece afectado, se gira y se aleja junto a los demás profesores.
Frunce el ceño, sobretodo al escuchar a Lara... y también tensa los labios.
- Creo que este no es el mejor momento para preguntas, señorita Ubrieta - dijo con un tono claro de frialdad - Lo que se te tenga que explicar, se te explicará en su momento, creo que ahora mismo hay cosas más importantes. - señaló los cuerpos inhertes tapados en sábanas.
Se gira ahora hacia Ita... sigue con el ceño fruncido.
- No recuerdo haber dicho en ningún momento el nombre de Pedro Piedrahita. Quizás sea uno de los alumnos que se haya dirigido a la Sala Común de su casa, como he mandado que hiciérais.
Si le respondéis "solo para el director", sino para todos.
La cara de Ita se relaja enormemente, aunque aun queda una pizca de desasosiego, pero ahora queda la parte en la que hay que explicar lo que pasó con los chicos de slytherin.
-perdone de nuevo profesora, pero, le tengo que decir, que dos de los desaparecidos se fueron con los atacantes, y añadir, que no estaban bajo ningún conjuro, Andrés Lopez y Anais Espriu-sus palabras son claras, contundentes y tenían un tono de voz amargo, pero cualquiera que estubiese cerca podría haberlas oido perfectamente.
Sus labios se tensan aun más, parece que se está enfadando por momentos. Pero finalmente sonríe... en absoluto una sonrisa amable o tierna. Alza la varita y envía unas chispas que desaparecen por la puerta del Gran Comedor.
- Vamos a ver qué opina Él de esto.
A Lara también la marco, pero pon "solo para el director", Ita.
Adrián Espriu vuelve a entrar por la puerta del gran comedor, dirigiéndose directamente a la directora Mercedes Vilá, que parece haberlo avisado. Junto a ella, hay 2 alumnos, Lara y Luis.
Ita observa con asombro los gestos de la directora, y escucha sus palabras, pero no es nada de lo que esperaba el muchacho... ¿quién es él? ¿qué conjuro a hecho?... esas dos preguntas le rondaban esos momentos por la cabeza, pero no dijo nada espectante, a lo que iba a pasar.
Un hombre se asoma a la vista de Ita, y se dirige hacia ellos.
cuanto me suena
Dirije una mirada airada a la directora, y mira de reojo a ambos alumnos, por encima del hombro.
Estaba apunto de desaparecerme. ¿Qué ocurre? Usa un tono de voz frío y distante... pero sobretodo, prepotente.
Con un movimiento de mano, la afectada directora hace un gesto con la mano a Ita invitándole a hablar.
- Cuéntale... lo que me has dicho a mí sobre estos dos alumnos