Partida Rol por web

Ita se sorprende a las palabras de la directora, pero en un momento, comprende...Padre de Andrés o de Anais... la forma de hablar del hombre no le había gustado un pelo, y seguramente fuese un alto cargo del ministerio...vaya vaya

Andrés Lopez, y Anais Espriu se fueron con los atacantes, y digo se fueron porque se marcharon por decisión propia, bajo ningún conjuro.

Ita se sentía útil, bastante útil, y le agradecía a la directora el haberle dado a el la palabras

El concejal del ministerio, la mano derecha del mismísimo ministro, enarca una ceja vacilante para escuchar las palabras de Ita, desviando la mirada de la directora, hacia el muchacho, cruzándose de brazos.

Cuando Ita termina de hablar... su mirada fría y distante se llena de ira.

Ahora los alumnos de primero de esta escuela son capaces de identificar conjuros de dominación, ¿verdad? Esboza una sonrisa cínica sin apartar la mirada del chico... clavando sus profundos ojos negros en los de él. Gryffindor tenía que ser... Ahora esa sonrisa cínica se vuelve una sonrisa de desprecio.

Tan altanero, impertinente y prepotente en apariencia, pero... sin nada en su interior. Sólo el deseo de acusar a los demás sin saber si quiera cuál ha sido su paradero.

Desvía la mirada del chico... esa mirada foribunda que podría haber convertido en piedra a cualquiera, y ahora habla a la profesora, ignorando completamente de nuevo al alumno.

Permíteme decirte, Mercedes, que si la seguridad del colegio deja mucho que desear, la educación de algunos de sus alumnos, como éste Luis Piedrahita, es patética. Ahora, si no hay más acusaciones absurdas por hacer contra ningún compañero más... Mira de reojo a Ita... Dejaré de perder el tiempo, pues el ministerio tiene bastante trabajo ahora mismo como para andarse con criaturadas.

Dicho esto, vuelve a darse la vuelta, haciendo ondear su capa y saliendo por la puerta del gran comedor, ignorando a todo aquel que vaya a su paso y con la ira marcada en la mirada y en sus gestos.

Tomando notas en su libreta. Sale de la sala sin decir mas.

Durante todo el tiempo permanezco de pie junto a ita, apenas podia hacerlo y mucho menos caminar con el dolor que sentia en el cuerpo, pero no queria permanecer sentada... no queria.

¿Porque la directora no quiere que le hablemos hoy? ¿No ve que es un asunto urgente?
Maldicion, solo dos dias en esta escuela y ya pasa esto ¿Y si quizas yo soy la proxima victima de esta situacion? que asco, nunca pense que me encontrario con algo asi al venir aqui.

Al ver que Raul me habla, le respondo. No creo que hoy quieran escucharnos... y me siento un poco debil para intentarlo.

Cuando se encendió la vela en frente de Rogelio, su respiración se contuvo unos eternos segundos.

"Pude haber sido yo, esta vela podría haber tenido mi nombre. Esto no puede estar pasando, no puede..."

Volvió a respirar, entrecortado, pero respiró al fin.
En su rostro ya no corrían lágrimas, los sucesos lo habia vuelto frio, un cambio muy radical en su conducta. Solo una idea permaneció en su mente.

"Pude haber sido yo, pero no dejare que eso suceda. Nunca."

Rogelio se levanto de su asiento y se dirigió a su sala.

Maite se pone en pie y avanza un par de pasos, separándose de la pared, cuando hace acto de presencia la directora y su séquito.

Se cruza de brazos y escucha atentamente sin mostrar signos de aflicción ni nada parecido... Tampoco cuando nombra a Nicolás, Anaïs y Andrés, los tres alumnos de su casa desaparecidos. Aunque sí muestra respeto por los fallecidos al agachar la cabeza mientras la vela roja se enciende.

Al terminar, echa a andar hacia la sala común, sin esperar a nadie... no quería quedarse más tiempo del necesario allí. Ya tenía suficiente con controlar su propio estado como para intentar calmar las discusiones sin sentido de los demás.

Camina segura, haciendo sonar el tacón de sus botines y con los brazos aún cruzados. Su melena oscura ondea tras ella como una sombra misteriosa.

Ita escucha las palabras del hombre...Su interior sigue calmado, sabía como le respondería, no se sorprende, pero el tenía una buena réplica, y no dejaría que el hombre se fuese de rositas...

Señor Spriu-evoca ita al padre de Anais- no se identificar un conjuro de dominación, pero ella no lo estaba, porque minutos antes, la mujer me controló a mi, además... en esta conversación no se está hablando de mi educación, se está hablando de la seguridad de su hija, y de otro alumno.

Ese hombre era poderoso, Ita lo sabía, y podría ayudar a capturar a aquellos extraños atacantes.

Tú mismo lo has dicho. No sabes reconocer ese tipo de conjuros. Y ni siquiera te atrevas a dudar, señor Piedrahita, que no me preocupa la seguridad de mi hija. Por eso mismo, pretendo dejar de perder el tiempo intercambiando palabras con un alumno que lo único que hace es acusar a sus compañeros de traición. Y por tu bien, jovencito... cuida de hablar más de la cuenta con quien no debes. Esa impertinencia no te conviene.

Sigue andando alejándose del gran comedor.

Ita se queda allí plantado, observando el desconcierto de la gran sala, ardía en deseos de llamarle traidor a él, no a su hija, pero las contestaciones eran de esperar, pero no entendía como podía reporcharle de imertinente, sus palabras habían fluido con sinceridad, y desde el fondo de su ser, sentía lastima por los dos slytherin, como atraidos por el poder habían sido engañados.

Ita se dio la vuelta y se despidió de la directora, al tiempo que se iba con el grupo de primero, que estaban allí en sus divagaciones personales.

Al llegar junto al grupo observa a los presentes, sobre todo a los gryffindor y se sienta al lado de ellos.

Pablo permaneció en completo silencio mientras la directora hablaba. Se mostró ligeramente sorprendido cuando ésta nombró a los tres Slytherin que habían decidido seguir a aquellos que atacaron el castillo, pero no mostró preocupación por ello, él tambien había sido tentado.
Al terminar la reunión ya se conocían los nombres de los alumnos fallecidos. Aunque había dos miembros de su casa no había ningún alumno conocido, por lo que no mostró un sentimiento de dolor que realmente no tenía... tan solo respeto hacia las víctimas.

Finalmente, se dirigió a Natalia mientras buscaba con la mirada a Zaida y Emilio.
Bueno, ¿Volvemos tambien a la sala común?

Durante todo el discurso de la directora permanezco en silencio, y sólo una lágrima rueda por mi mejilla cuando empiezan a leer el nombre de los fallecidos. Cuando termina, me levanto aún en silencio, cogiendo la mano de Alex, pero me detengo a la altura de Daniela.

- Daniela, vamos, ven a la Sala Común.

Le digo en voz muy baja, poniendo una mano en su hombro.

- Lo entiendo... Directora - tras una pequeña pausa - preguntaba sólo por educación, ya que la Profesora Belinda Daza me dijo que lo hiciera. Si puedo ayudar en algo por poco que sea digamelo por favor. Bueno gracias por su tiempo ya hablaremos en otro momento, no se angustie por lo ocurrido no pudo hacer nada. Pero a partir de ahora no estará sola, todos la ayudaremos y no dejaremos que esto vuelva a ocurrir - le doy un abrazo de apoyo - de eso puede estar seguro.

Bueno, la próxima vez seré más comprensiva con todos parece ser que les ha afectado mucho, supongo que conocerían a todos los alumnos, aunque bueno no me imagino a otra persona en mi situación sin explicación alguna tras haber muerto una decena de alumnos no me han dado ninguna explicación, supongo que a otro le daría un ataque de pánico y querría irse a casa. Pero no yo, lo ocurrido me motiva para quedarme.

Esucho el discurso con pena pues a pesar de no haber ningun fallecido de nuestra casa, hay muchos que conocia.

Al terminar el discurso siento como Angela se levanta y la sigo al detenerse al costado de Daniela, le suelto la mano y me agacho.

Vamos, necesitas descansar, acto seguido la ayudo a levantarse para regresar a nuestra sala común cogido de la mano de Angela que es lo único que me ayuda a soportar este gran dolor.

Daniela levanta la cara al notar la mano de Angela en su hombro... No queda nada del maquillaje que lucía hace unas horas y sus ojos siguen enrojecidos por el llanto... pero su rostro sigue siendo tan hermoso como acostumbra. Vuelve a bajarla, pero obedece a Alex. Se pone de pie y camina a su lado, con la cabeza gacha y abrazándose a sí misma.

A pesar del aura de tristeza que emana a su alrededor... su figura y sus gestos, frágiles y delicados, consiguen que la rubia siga siendo excepcionalmente bella.

Noto a Africa y Sara cerca de mí y siento un profundo sentimiento de gratitud hacia ellas, aunque mi cuerpo no responde y nisiquiera puedo levantar la cabeza, de manera que la visera sigue ocultándome al mundo...

Escucho hablar a la directora como quién enciende la tele para que le haga compañía mientras lee un libro. Es apenas la voz de una radio que suena en la casa de al lado.
Cuando dice el nombre de Sofía entre los muertos no me sobresalto, es como si solo fuera un pequeño trámite burrocrático. Ella ya estaba muerta antes de que anunciara el nombre... para mi no podía morir dos veces.

Me siento estúpido, realmente estúpido. ¿Por que baje la guardia? ¿Por que creí que aquí iba a ser diferente?¿Por qué creí que aquí mis seres queridos iban a vivir más?.

Porque nunca creiste que esto fuera real. Pero lo es.

Noto como el Salomón que ingresó en un hospital por un tiro de bala vuelve a emerger. El Salomón que había vendido drogas en callejones. Que había visto morir a todos sus amigos. Que había perdido a Yúmia, a su amor...
El Salomón que había vengado aquellas muertes. A navajazos, con bates de beisbol o con cadenas... a puñetazos o cabezazos.
Había sido tan estúpido de creer que su pasado era un doloroso pago para merecerse un lugar mejor como era aquella escuela.Pero no, el mundo era dolor, el mundo era pelear, el mundo era violencia.

Salomón levanto su cabeza y miró a Africa de manera que la sombra de la gorra dejó de ocultar su rostro. Sus mejillas brillaban por las lágrimas que había vertido. Pero sus ojos estaban secos, su mirada no era de pena, ni tristeza. Sus ojos brillaban de odio, rábia y venganza, su mirada bañada por la rojiza luz de las velas parecía inyectada en sangre.
Era una mirada como las que aguardan en callejones oscuros junto a brillos de pistola, bajo la sombra de los puentes con navajas emergiendo de las mismas. Su mirada era un pozo infinito de puro odio y crueldad.

A su lado escuchó a ÁfricaTanto Sofía, como Sara y Eloísa merecen que hagamos algo más que llorar por ellas
Esta vez Salomón sí pudo responderle, le temblaba la voz, pero no por tristeza. Los mataré...los mataré a todos... ayúdame...ayúdame las palabras empezaron a perder intensidad y al final acabó llorando mientras las decía. Era la petición de ayuda deseperada del Salomón que habían conocido que no quería morir aplastado por el odio, por su antiguo yo.

...ayúdame,ayúdame...

Pero ya nada se podía hacer por el. Estaba condenado a desaparecer.

-Creo que ya lo saben Andrés. Lo ha dicho la directora...- dice Markel.- Lo mejor es que nos vayamos a la Sala Común. Aunque no creo que durmamos mucho esta noche...- busca con la mirada y ve que Dani y otros Gryffindor se dirigen ya hacia allí.- ¿Venis?- les dice a los que quedan.

Shhhhhhh trato de callar a Salomón aun con mis propias lagrimas en los ojos ya que parece fuera de sí la venganza no lleva a ningun sitio... los culpables tienen que recivir su castigo pero querer matarlos no ayudará en nada... la violencia nunca soluciona nada, ya murieron demasiados. Recemos por sus almas y alegremonos por los que aun estan vivos a pesar de esta tragedia... Me seco las lagrimas. Vayamos a la Sala Comun... digo casí arrastrando a Salomón conmigo ha sido un día duro y mañana tambien lo será... vaticino

Natalia no se mostró afectada tras el discurso de la directora. Había llegado hace poco, y aquellos nombres no le sonaban para nada. Sin embargo, sí había oído los nombres de los desaparecidos. Andrés, Anaïs y Nico, de Slytherin. Una sonrisa disimulada se muestra en su rostro.

Se borra enseguida al oír a Pablo. Simplemente asiente, y le sigue.

Los pequeños ojos de Vicky, empezaron a llenarse de lágrimas oyendo el discurso de la directora. No conocía de nada a aquellos alumnos, pero no lo podía evitar.

Una vez finalizado, se las intenta secar, casi consiguiéndolo.

Oye a Markel y asiente, pero al ver a Daniela que parecía estar abatida, coge al chico de la manga y se lo lleva corriendo hacia la chica.

¡Daniela! Exclama dejando ir a Markel y abrazando a la chica.