Maite baja la mirada hacia la serpiente y esboza una sonrisa.
Vaya... ¿echas de menos a Anaïs? Pregunta mientras se cruza de brazos y se inclina hacia el suelo. No tiene intención de alargar la mano hacia ella. No te preocupes... estará bien.
No dice nada más, pero se queda allí, de brazos cruzados sentada en el sillón y mirando a la serpiente.
Mirando con parsimonia a la serpiente, de la que sólo me he percatado tras su siseo repentino, sin variar mi posición en el sillón observo como Maite 'habla' tranquilamente con ella. Cuando la chica deja de hablar y se queda mirándola, emito una serie de silbidos (o siseo) relajados y extrañamente acompasados...
A la serpiente (en serpentino XDDDD)
Volverá pronto tu señora... su padre se ha tomado su desaparición como algo personal y la verdad es que tiene toda la pinta de ser un tipo peligroso cuando se enoja... y estaba muy enojado.
La serpiente mira a ambos... no sisea más, aunque mira a Emilio a los ojos... sin embargo, la serpiente se sigue arrastrando por el suelo hasta quedarse a un lado de la puerta de entrada, atenta, esperando.
Carlos Milán hace aparición en su Sala Común, observa los alumnos... son pocos. La Casa de Slytherin es la que más desaparecidos suma... mira a los miembros de la casa, lleva una bandeja con varias botellas llenas de un líquido transparente, como agua.
¿Estáis todos bien? ¿Queréis pociones para no tener sueños?
Pregunta directamente, parece muy cansado.
Yo no, gracias. Respondió desde una butaca Pablo, quien había entrado con Natalia poco antes que el jefe de Slytherin en la sala común.
Se le notaba algo cansado por todo lo que había ocurrido en aquella noche de locos, pero no estaba más afectado de la cuenta por las muertes.
Negando con levedad, desde mi posición en el sillón
Yo tampoco... no creo que, tras lo visto hoy, mis sueños puedan ir a peor. Lo que tenga que ser que sea...
Maite desvia la mirada del fuego al profesor.
No será necesario, gracias. Niega con la cabeza y esboza una leve sonrisa agradecida, pero enseguida vuelve a apoyar la barbilla en la mano para dirigir la vista a la chimenea.
Yo tampoco. Se une Natalia a sus compañeros.
Solo dirige una mirada al profesor junto a una sonrisa, que rapidamente borra, y centra su mirada en su piercing del ombligo, jugando con él.
Cuando todos ya han respondido a la pregunta del 'tutor' de la casa, pregunto de improviso tras unos momentos mientras sigo acaririando distraídamente a mi gata. Con un tono relajado y bien modulado
Diga, profesor... ¿y ahora que? Tras lo de esta noche, ¿que se hará con nosotros, los alumnos? ¿se acabó el curso? Pregunto por que tras el 'espectáculo' ofrecido por el progenitor de Anaïs, no hay duda de que el Ministerio meterá las manos en la escuela...
No se esperaba de los alumnos de Slytherin. De sus alumnos. Los demás, de cursos superiores, también se acercan... algunos están heridos. El profesor deja lo que llevaba en las manos al lado.
- La escuela continuará. El problema ha sido interno, alguien permitió a los erumpent entrar en la escuela... y no sabemos si los que se han llevado a los demás alumnos y los profesores estaban vinculados... al fin y al cabo, mientras habéis estado "perdidos" a nadie le ha pasado nada. - habla sinceramente, y se le nota, su mala leche habitual parece haberse desvanecido, dejando paso al cansancio - Por eso lo de dos profesores entre clases, pero ni siquiera sabemos qué combinación hacer... ¿y si es más de un profesor? - mira a Emilio y asiente - El Ministerio intentará meter mano, sin duda, de hecho, ya la está metiendo... esperemos, pero, que los alumnos desaparecidos sean encontrados pronto, estamos regirando bosques, lagos e incluso el mar. Pero nadie sabe nada de nada.
Maite desvía la mirada del fuego al profesor cuando empieza a hablar, visiblemente interesada. A medio discurso, cambia de posición, cruzando las piernas y los brazos para mirarlo directamente.
¿Alguien de dentro? Echa una mirada a Emilio... Era lo que habían supuesto antes del discurso de la directora. Esto se ponía feo... ¿Habría sido el ataque sólo un medio para separar a los alumnos y poder pillarlos por sorpresa para reclutarlos? ¿O había algo más detrás de todo aquello? Seguía faltándole alguna pieza del puzzle y no llegaba a entender cuál era.
Perdoooooooooooooooon
Zaida entró, parecía que se había perdido -quizás a propósito- por los pasillos de Sorgintasun. Al entrar saludó cansada al Jefe.
Buenas noches tenga, señor.. Había llegado justo cuando éste había terminado de hablar, pero supuso vagamente sobre qué había hablado. De todos modos, siempre le quedaría preguntar a alguien.
Le saludó con una sonrisa algo cansada por el haber corrido y demás. Subió a los dormitorios de las chicas, donde se cambió y no tardó ni apenas dos minutos en vovler a bajar, con ropa mucho más cómoda y con Sucy en manos.
Se sentó en el mismo lugar de siempre, cerca la chimenea. Nico, Anaïs y Andrés... Repasó mentalmente...
Respondo a la mirada de Maite de igual forma, pues habíamos elucubrado una teoría similar y ahora se iba concretando lentamente. Sin embargo faltaban partes importantes antes de 'sentenciar' el asunto... Pasando la mano por la barbilla de forma inconsciente, desde mi posición en el sillón, asiento mientras comento con una mirada demasiado serena
Entiendo... espero que, busquedas y apariciones aparte, la normalidad sea recobrada en la escuela con prontitud.
Asiente mientras se levanta del sofá y asiente mirando a Emilio.
Esperemos que así sea. No vayáis a dormir tarde.
Se entretiene unos minutos más a hablar con los de cursos superiores, finalmente abandona la Sala Común.
Maite se despide del jefe de la sala con un movimiento de cabeza.
Buenas noches, profesor.
Sin más, se inclina para desabrochar la cremallera de sus botines y dejarlos en el suelo mientras sube las piernas al sofá, abrazándo una de ellas mientras la otra se queda flexionada bajo su trasero. Haga como lo haga, aunque tenga una postura tan casual con un vestido tan corto, no consigue verse más muslo de la cuenta.
Apoya la barbilla en su rodilla, pensativa.
Al rato se levantó y miró a los que aún quedaban en la sala.
Buenas noches...hasta mañana profesor.
Sin decir nada más, se fue hacia el dormitorio. Acariciaba a Sucy como si la necesitara cerca.
No me quedo tranquila...Anaïs y Nico sabrán cuidarse, pero ese cabeza de chorlito, ¿ese es el honor de Gryffindor?
Buenas noches. Se despide Natalia del profesor sin prestar mucha atención.
Luego se queda algo pensativa, con la mirada fija en su piercing del ombligo. Solía tocarse los pendientes cuando estaba nerviosa o preocupada.
Asintiendo profundamente desde mi sillón, respondo a Zaida cuando se levanta para irse a dormir
Que descanses bien... hasta mañana.
Tras esto me muevo levemente en mis asiento para adoptar otra posición mientras sigo perdido en sombríos pensamientos, un estado que hace que no esté demasiado atento a la hora real a la que nos encontramos ahora.