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Star Trek - Bajo la sombra del Raptor

Bitácoras de la tripulación

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07/05/2017, 17:42
Almirante

 

Bitácoras de la tripulación

 

La siguiente escena es para los cuadernos de bitácora de la tripulación, sean públicos o no (según decisión del Almirante y del Tripulante).

Las bitácoras escritas a lo largo de la partida serán detalladas aquí, a fin de plasmar los sucesos de la partida.

Notas de juego

Bitácoras anteriores.

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10/05/2017, 05:26
Jack Ollander
Sólo para el director

15 de Noviembre de 2159

Diario Personal

Han pasado ya dos semanas desde que llegamos de nuestra misión inaugural en B-Sygnus. Resultó ser un verdadero bautismo de fuego tanto para la nave como para la tripulación, no puedo decir menos a título personal. Los innumerables peligros a los que fuimos sometidos provocaron efectos muy ambiguos en mí cuando llegué a la Tierra: por un lado deseaba descansar, sentirme protegido, fuera de peligro; por otro, quería volver a la batalla, sabiendo que muchos de nosotros se encontraban en situaciones igualmente apremiantes, aunque quizá no tan exóticas.

En fin, la primera semana fue de descanso total. Abandoné la Excalibur en cuanto supe que se encontraba en buenas manos y en cuanto tuve el pase de licencia. Volví a mi casa, visité a mis padres y permanecí con ellos, recordando lo que es una vida normal, al menos durante siete días.

Desde el lunes que me encuentro de vuelta en servicio. Quise regresar a mi nave para reconocer cada tuerca que hubiera sido cambiada, cada sistema modificado y comprobar cada cuestión que los ingenieros del astillero tocaron. Allí fue donde me enteré de que "todas las solicitudes de cualquier índole quedan suspendidas". ¡Ignoraron mi denuncia! Ese maldito de Lightman se saldría con la suya, ¡y luego de insultarme!

Rápidamente guardé aquellos pensamientos en un rincón de mi mente donde no molestaran, tenía todavía que comprobar y analizar muchas cosas antes de garantizar que la Excalibur estaba lista para volver al campo de batalla.

Ing. Jack Ollander

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11/05/2017, 12:32
Diane Walker
Sólo para el director

Diario personal de Diane. 12/11/1956

Posiblemente, esta sea la última entrada que vaya a escribir desde la Tierra y, aunque desearía de corazón poder añadir la expresión "por una temporada", vista mi suerte en los viajes espaciales y atendiendo a la sabiduría popular de que "a la tercera va la vencida" creo que lo voy a dejar así. Para qué negarlo, tras recibir el centésimo mensaje de advertencia (o amenaza, depende de cómo se mire) de mi padre y ante el desconocimiento de lo que podré encontrar ahí fuera, no es que me  encuentre especialmente del mejor de los humores... vamos, tampoco es como si eso fuera una novedad.

En fin, para bien o para mal, el 15 volveré a partir en la Excalibur con rumbo hacia el vacío desconocido, aunque espero que en esta ocasión esto haga referencia al espacio y no a la muerte. Estoy harta de tanta muerte: amigos, amantes, compañeros... y ahora también mi madre. ¿Queda alguien en el universo que no haya perdido a alguien preciado en esta guerra? ¿Era tanto pedir haber tenido una última oportunidad de despedirme de ella y no volver de la misión solo para descubrir que había desaparecido?

En el fondo, no puedo culpar a mi padre por haberse puesto firme y haber tratado de forzarme a tomar un puesto político en la Flota Estelar. También imagino que de no haber estado ambos tan dolidos por la pérdida, el conflicto no habría escalado hasta el punto de hacerme abandonar mi casa y buscarme un apartamento privado al que ni con toda su influencia sea capaz de acceder. Toda esta situación le está afectando más de lo que da a entender: está demasiado acostumbrado a salirse con la suya, pero tras todo este tiempo parece que la guerra sigue en tablas y ni toda la retórica del mundo podrá convencer al diablo de que le devuelva a su esposa del infierno. Ahora que yo también le he defraudado, cualquiera diría que tendría que aprender a resignarse, pero es demasiado orgulloso para ello...

Supongo que tendría que llamarle y tratar de arreglar las cosas antes de embarcar. Maldición, supongo que lo haré en cuanto acabe de escribir. Después de todo, soy lo único que le queda y, lo que es peor, él es lo único que me queda a mí: no puedo arriesgarme a que ninguno de los dos sufra un accidente mientras estamos enfrentados. Además, quiero asegurarme de que no va a hacer ninguna tontería: demasiado poder en manos de un hombre para el que el fin justifica los medios siempre es intranquilizante, pero cuando además ese hombre tiene razones personales para vengarse de un enemigo puede entrar ya en el terreno de lo abiertamente peligroso. Solo espero que el dolor no vaya a nublarle la razón e inteligencia.

Yo puedo decir, al menos, que mis experiencias en el espacio me han ayudado a mirar nuestra mortalidad con otra perspectiva: evidentemente, echo de menos a mi madre, pero tarde o temprano iba a perderla de todos modos. Es la ley de la naturaleza. Igualmente, ya duermo mejor y las pesadillas no me acosan con tanta frecuencia: es cierto que desearía que las cosas hubieran sido de otra manera, que mis sentimientos no han cambiado y que perdí demasiado en aquella fatídica emboscada romulana... pero no puedo cambiar el pasado y tampoco tiene sentido vivir atrapada en el recuerdo. Sobrevivir no es solo seguir respirando, sino también seguir avanzando hacia delante. Estoy segura de que eso es lo que todos ellos hubieran querido.

Aunque no me lo esperaba, hablar con Naomi también me ha supuesto una cierta... ayuda, supongo. Al principio, la verdad es que encontrarme con otro Shiraoka a bordo de la misma nave en la que yo iba a servir no fue una noticia agradable. Temía los recuerdos que aquello podía traerme, pero supongo que he cambiado en estos tiempos y espero que para mejor. A pesar de que cuando me puse en contacto con ella mi intención era sugerirle que pidiera un traslado ahora que aún estaba a tiempo, tanto por mí como por ella misma, puesto que una sola baja en combate es más que suficiente para una sola familia, lo cierto es que el resultado fue muy diferente.

Hemos estado comunicándonos este último mes y, aunque no se parece en nada más a su hermano, lo cierto es que ambos comparten el mismo ingenio y brillantez intelectual (y la misma falta de humildad al respecto, por cierto). Sus proyectos sobre robótica son verdaderamente innovadores, y no dejo de preguntarme si a sus diseños no podría incorporarse una base biológica para crear a un auténtico androide. Lo cierto es que desarrollar algunas de estas ideas han estado ocupando muchas de las interminables horas de tiempo libre de estos meses. Si las circunstancias hubieran sido diferentes, estoy segura de que habríamos formado toda una familia... por lo menos, nuestras conversaciones sirven para mantener el recuerdo de Taiki vivo en nuestra memoria: es obvio que ella le admiraba profundamente y que le ha tomado como modelo.

Entre discutir con mi padre, asistir a entrevistas, asistir a funerales de todo tipo y condición, así como alguna noche en que me he molestado en acudir a algún casino para echar alguna partida de póker, lo cierto es que estos tres meses se han pasado relativamente rápido. No tanto como me gustaría, sin embargo: lo cierto es que me encuentro más cómoda trabajando que sin tener nada que hacer: el ser humano suele hacerse demasiadas preguntas que no debería cuando está ocioso.

Aun así, a pesar de todo no me agrada demasiado la idea de volver a partir en un viaje arrastrando a viejos conocidos: me ha ido mucho mejor cuando no me he preocupado por nadie más que por mí misma. Ahora, entre que la mayoría de los que sobrevivimos al rescate de la Valiant vamos a volver a reencontrarnos, Naomi, y que he encontrado alistado igualmente a algún viejo compañero de carrera, lo cierto es que permanecer al margen va a resultar más complicado que la última vez. Aunque, por otro lado, me he labrado una fama lo suficientemente marcada como para que ya nadie se me acerque. Supongo que entre unas cosas y otras, la balanza se equilibra.

Sea como sea, mi voluntad no ha cambiado en absoluto: Un médico no puede permitirse el lujo de alternar con aquellos a los que un día tendrá que diagnosticar que sus heridas son mortales.

En fin, debería llamar a mi "querido padre" ahora que aún no es muy tarde, aunque solo sea para decir adiós. Que ilusión me hace. Por lo menos, la próxima anotación será desde la Excalibur.

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11/05/2017, 19:44
Sirril

Tras la dura misión en la que se vió envuelto, Sirril volvió a Vulcano, donde el alto consejo reclamaba su presencia a fin de tener un informe de primera mano sobre lo sucedido. Sirril miró fijamente por la escotilla de la lanzaderá cuando su planeta natal apareció al fin, Vulcano aquel árido planeta que invitaba al recogimiento y la soledad tan asociada a su pueblo.

Su llegada había sido anunciada y los relatos sobre la misión sin duda habían precedido su regreso, a pié de pista esperaban los representantes del alto mando, codiciosos de información y respuestas que no esperarían en recibir.

La primera bocanada de aquella seca tierra trajo recuerdos a Sirril quien saludo a sus anfitriones dispuesto al duro interrogatorio al que sería dispuesto.

La Excalibur, el ataque de aquella misteriosa nave, la pirámide y su civilización perdida... largo y detallado fue su relato, describiendo cada detalle como solo una mente como la suya era capaz de retener. Aunque Sirril no incluyo en aquel informe, nada sobre Aleksandra o su capacidad de activar o desactivar sus sentimientos. Sabía que a pesar de la gran evolución del pueblo vulcano, se escandalizarían pues la evolución del ego de su cultura, no era menor a la de sus conocimientos.

Sirril, puso especial énfasis en su conexión con la pirámide y su propia muerte si es que aquello sucedió así realmente, aunque la lógica y la visión que obtuvo de Aleksandra no dejaban lugar a las dudas para él. Sin duda aquellos sucesos, así como los viajes temporales se escapaban hasta el entendimiento de los vulcanos.

Las pruebas médicas se sucedieron nuevamente, esta vez con la tecnología vulcana a fin de poder determinar o encontrar alguna evidencia sobre si era realmente Sirril o una perfecta copia de si mismo. La fusión mental era una opción, pero Sirril no permitió aquello, alegando estar en cuarentena debido a la exposición al ente telepático... aunque lo que realmente quería ocultar a sus iguales era a Aleksandra. Nuevamente inconcluyentes...

Pasaron los días, mientras el alto consejo digería lo sucedido. Mientras Sirril pudo encontrar algo de tranquilidad después de las últimas semanas, pasaba el tiempo consultando viejos manuscritos vulcanos, buscando propias pruebas y constancia de todo el conocimiento que le había sido revelado, la historia perdida de aquella poderosa raza y sus secretos. Sirril sabía que las antiguas bibliotecas vulcanas contenían algunas referencias a aquella civilización, aunque los viajes en el tiempo tan solo parecían fantasías y cuentos de ancestrales testimonios.

Cuando no se encontraba entre viejos libros y documentos dedicaba su tiempo a la meditació, al estudio de la mente... de su propia mente. El rojo desierto era su principal visión, y el propio silencio su fiel acompañante, su confidente... el único que no le juzgaba, que no desconfiaba de en lo que se había convertido. Los vulcanos siempre rechazaban cualquier comparación con los humanos, pero sin embargo Sirril percibía la misma desconfianza que encontro en la Excalibur en su vuelta. Pago un alto precio, el más alto quizá en aquella pirámide... en la que sin duda algo cambió en su interior, pero en las profundas relflexiones del vulcano se dio cuenta de que el verdadero cambio se dio en el resto de personas quienes ahora lo miraban con recelo y ese era un precio que debía seguir pagando.

Pero si un Vulcano estaba por encima de todos aquellos pensamientos sobre él, Sirril todavía lo estaba más. Los últimos sucesos habían puesto a prueba su cuerpo, pero el límite al que fue llevada su mente sobrepasaba todo lo imaginable, aquella conexión con la pirámide, con Aleksandra. Sirril había sido capaz de leer la mente, pero aquellas experiencias le abrieron a la fusión mental no solo con entes externos como algunos vulcanos eran capaces, de alguna manera Sirril encontró la manera de fusionarse mentalmente con su verdadero yo, aquel que se quedo en la pirámide... su mente parecía a ver trascendido a un nivel superior en su subconsciente, imposible de describir, de definir.

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11/05/2017, 21:11
Cristina de Alba

Aquella primera misión había sido dura, condenadamente dura... hasta tal punto que estuvo a punto de hacer añicos la autoestima de Cristina. Las muertes de parte de su tripulación había supuesto una carga muy dura para la capitana, pero era una carga que debería llevar y para la que ni siquiera las enseñanzas del almirante Kane, habían conseguido prepararla... eso lo debía aprender por sí misma.

Tras las largas sesiones de informe, preguntas y demás protocolos a los que fue sometida como máxima responsable de la Excalibur. Cristina agradeció las dos semanas que le concedieron, necesitaba reencontrarse consigo misma, tratar de conseguir sostenerse la mirada a sí misma cuando se miraba al espejo sin el impulso de escupir sobre el reflejo de la cristalina superficie. Sí, había conseguido traerlos de vuelta, pero lo había hecho condenadamente mal... tan mal, que ni siquiera había sabido ganarse la confianza de su primer oficial... sí, SU primer oficial, porque ambos deberían aguantarse nuevamente tras el periodo de descanso. En su atormentada mente resonaban con atronadora claridad las palabras que ambos se dedicaron en su camarote... aquello parecía un caso perdido, algo que la agotaba más de lo que el propio Mukherjee podía imaginar.

Por ese motivo, para poder volver a ser ella, decidió volver a casa. El lugar donde nació, dió sus primeros pasos y que le pertencía por derecho de nacimiento... el Palacio de Liria en Madrid.

Aquella residencia de los Alba, se había ido conservando a lo largo de los años sin que se notase el paso del tiempo, conservando el rico patrimonio que allí se atesoraba para sosiego de Cristina, a quien le encantaba perderse por sus jardines y sus habitaciones, la calma era lo que más necesitaba... pero lo cierto es que la calma parecía mostrarse esquiva con ella, puesto que su familia que solía hospedarse en otra de las propiedades de los Alba, decidió acompañarla. En un principio pensó que sólo iría su madre y alguno de sus hermanos... pero su padre también entró dentro del paquete.

Don Alvaro de Alba, el duque, tenía que hablar con su hija... la mirada de reproche por haberse enrolado en la flota seguía palpable, era una espin que difícilmente iba a poder quitarse, sin embargo los recientes acontecimientos protagonizados por su primogénita habían conseguido que variase la promesa que se había hecho a sí mismo, negarle la palabra por su renuncia a llevar los asuntos de la familia. El duque había sido informado de todo lo relativo a la misión de la Excalibur por el propio almirante Kane, que consciente de como era Cristina se había tomado la libertad de intervenir entre padre e hija. Kane sabía que si ella había decidido volver a su casa era porque no se encontraba bien y era prioritario tenerla dispuesta para lo que se les venía encima.

- Cristina, tenemos que hablar- le dijo escuestamente don Alvaro haciendo que al acompañase a su despacho- fueron las primera palabras que le dedicó tras años de silencio.

Lo que padre e hija se dijeron nadie quedaría en lo annales de la historia de los Alba, una larga conversación donde ambos dijeron todo lo que habían estado guardando y que concluyó con la paz entre ambos, una paz tan necesaria para uno como para el otro. Las muestras de heroismo que Cristina había demostrado había sido determinante en el perdón del duque, pero quizás fue algo más... aunque don Alvaro se negase a aceptarlo, en parte aquella cabezonería tan particular suya, era la misma que poseía su hija.

El tiempo, tras aquella conversación, transcurrió deprisa pero para la capitana de la Excalibur supuso el respiro que había necesitado. Con todos su fallos había logrado volver a casa y hasta que a su nave le dieran el trato que a la mismísima Enterprise... joder tan mal no estaba para ser su primera misión, Kane no se había avergonzado de ella, como le había demostrado cuando ambos se vieron la caras y su padre le había levantado el castigo... ¿Qué más podía pedir? Bueno, algo sí, que le asignaran a otro primero, pero quizás aquel era su peculiar castigo por los errores cometidos, fuere como fuere Cristina estaba lista para volver a asumir el mando y darlo todo.

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12/05/2017, 09:30
Aakesh Kush Mukherjee

Diario personal de Aakesh Kush Mukherjee, San Francisco, 25 de septiembre de 2159

Están siendo unos días muy duros. Pensaba que la redacción de informes relacionados con mi primera misión como Primer Oficial de la Excalibur, así como los exámenes médicos habían finalizado pero no es así. En una hora tengo una nueva entrevista ante la comisión de la Flota Estelar que está evaluando nuestro comportamiento en la primera misión de la Excalibur, y esta tarde tengo a primera hora nuevos exámenes médicos, tanto físicos como psicológicos, sin olvidar los informes extra que me han pedido sobre detalles concretos de nuestra misión. Me ha llamado la atención especialmente que amplíe mis explicaciones sobre la Guerra Temporal y sobre Donalson. Me dio la sensación de que su interés no era por mera curiosidad, sino que sabían de lo que les estaba hablando, tal y como sospechamos cuando hicimos nuestras indagaciones en la Excalibur. Por contra, parece que no han mostrado mucho interés por la civilización que encontramos en B-Sygnus 104, ni por el dispositivo de la Valiant, ni por el señor Sirril y lo que es peor, por el ente que controló a la primera oficial Ellie de la Valiant.

Entiendo que muestren cierto interés por la guerra temporal, todos los datos que puedan reunir sobre la misma podría facilitar el viaje temporal y eso daría a la Tierra una ventaja extraordinaria sobre otras civilizaciones de la galaxia, pero es una tecnología que puede ser peligrosa. Tal vez, al menos, con un informe más detallado sobre lo que sabemos, o creemos saber sobre esa Guerra Temporal, podamos evitar el ataque del Sirril del futuro de alguna manera. Lo quieran o no, el Sirril que tenemos no es el original, es una copia, y esta copia vendrá del futuro por un motivo que aún se nos escapa, provocando muerte a su paso. Espero que con mis recomendaciones lo tengan, al menos, vigilado.

Tengo una sensación agridulce ante todo esto. Independientemente de las dificultades que nos encontramos en nuestra primera misión, cometimos muchos errores de tipo operativo, mando, e incluso en nuestra actitud. Nos enfrentamos demasiado entre nosotros, la cadena de mando no se respetó en más de una ocasión y esto pudo llevarnos al desastre. Afortunadamente supimos responder, más o menos coordinados, ante la adversidad, tuvimos suerte, pero...¿la tendremos la próxima vez? Es algo que todos tenemos que trabajar, desde el último tripulante hasta el oficial al mando de la nave, y evidentemente yo el primero. Ahora bien, hay cosas de las que no me arrepiento, tal vez las podría haber hecho de otra forma, o actuado de otra manera, pero creo que tuve que actuar así por el bien de la nave y la misión.

Una fina lluvia cae en el exterior, y a medida que las gotas golpean la ventana no puedo evitar recordar los momentos que vivimos en al Excalibur, los fragmentos de la nave volando por todos lados como consecuencia de las explosiones, el sacrificio del señor Silky.....Curiosamente, las únicas pesadillas que sigo teniendo están relacionadas con la Ulysses. Confiaba que, si me había tocado vivir una situación crítica como la que me tocó vivir en la Ulysses, tal vez ambos hechos traumáticos se neutralizarían entre sí, pero no ha sido así. Sé que algún día los demonios que me persiguen se irán, pero ahora los he de sufrir.

Diario personal de Aakesh Kush Mukherjee, San Francisco, 03 de octubre de 2159

Hoy el Alto Mando me ha convocado para comunicarme que de momento mi solicitud de traslado queda suspendida y permaneceré en la Excalibur. No sé si alegrarme, enfadarme....tengo sentimientros enfrentados ante dicha decisión, pero en parte es comprensible. La situación de la Flota Estelar, en un momento tan crítico justifica esta decisión. La pregunta es ¿cómo se lo tomará la capitán?.

Evidentemente mi actitud frente a ella seguirá igual, al no ser que vuelva a confiar en mí. Me pregunto si al verme seguirá pensando que mi objetivo es hacerme a toda costa con su puesto. Si es así, que poco me conoce. Tengo ganas de obtener un mando, como cualquier oficial de la Flota Estelar, pero sería de locos que me lo diesen cuando llevo tan poco tiempo como Primer Oficial de una nave estelar. Ni los klingon, los cuales dicen que ascienden retando a su capitán a un combate, ascienden tan rápido.

Pienso cumplir mis obligaciones en la Excalibur lo mejor que pueda, espero que la capitán, por el bien de todos, deje de verme como un rival.

Diario personal de Aakesh Kush Mukherjee, san Francisco, 28 de octubre de 2159

Parece ser que por fin he acabado con todo el maldito papeleo. He perdido la cuenta de los informes que me han pedido para ampliar los primeros que entregué. Pero las entrevistas y los informes médicos continúan. Espero que acaben pronto.

Me pregunto que habrá sido de los demás. No he vuelto a tener contacto con ellos, es más, nos ordenaron expresamente que de momento no hubiese comunicaciones entre los oficiales de la Excalibur. Supongo que quieren evitar que pongamos en común nuestros argumentos de cara a los interrogatorios del Alto Mando. Hace unos días me pareció ver a Lightman salir de uno de los interrogatorios, pero me encontraba a cierta distancia y no pude ni siquiera saludarle.

Lo único que he podido averiguar es que la teniente Isathaa regresó a Andor por orden del gobierno Andoriano y Sirril estuvo en Vulcano por decisión de su Alto Mando. Me pregunto que será de ellos. Espero que los informes sobre Sirril que he presentado ante la Flota Estelar sirvan para algo y podamos evitar un mal futuro.

Diario personal de Aakesh Kush Mukherjee, San Francisco, 1 de noviembre de 2159

Por fin todo ha acabado, aunque parece que, al menos, de forma temporal. Según decisión del Alto Mando, las solicitudes, los posibles consejos de guerra, y problemas entre la tripulación, han quedado suspendidos, al menos temporalmente. Parece ser que la situación de la guerra es crítica y nos necesitan en el frente.

En parte me alegro de esta decisión, tal vez así podamos demostrar nuestra valía como tripulación, limar las asperezas y subsanar los errores en nuestra forma de operar de forma conjunta y así lavar nuestra imagen. Aunque por un lado, me da la sensación de que tenemos una mancha en nuestro expediente.

He solicitado al Alto Mando información sobre la tripulación de la Excalibur y acceso a los expedientes personales de los nuevos miembros que se han incorporado. Me apena ver que la alferez Kuznetzov no se encontrará en esta ocasión entre nosotros, porque ha sido trasnferida temporalmente a otro puesto. No pude conocerla bien, pero creo que actuó correctamente y su ayuda fue crucial en varias situaciones comprometidas. Espero tenerla pronto de vuelta con nosotros.

Lo que sí me ha llamado la atención ha sido el expediente de Donalson. Para ser un agente temporal del futuro, parece que lleva asignado mucho tiempo en esta época. Su hoja de servicios es increíble, así como el café que prepara. Por desgracia no hay nada relevante que me indique algo más sobre su verdadero cometido en esta época, ni tampoco, curiosamente, sobre su nuevo destino.

También he solicitado las nuevas especificaciones técnicas de la Excalibur. Parece que nuestra querida nave ha sido reparada del todo, se han actualizado algunos de sus sistemas, y se encuentra preparada para volver a la acción.

Aprovecharé este tiempo que nos han dado para relajarme un poco, ponerme al día de la situación en el frente, la tripulación y la nave. Vamos a ir a por los romulanos y quiero hacerles pagar por cada una de las gotas de sangre terrestre que han derramado, especialmente por mis compañeros de la Ulysses.

Pero tampoco pienso dedicar estos días a trabajar, y que mi descanso sean pequeños momentos entre expedientes y expedientes. Estoy pensando en viajar a ver a Macara o a Kunik, o incluso a los dos. No me hace mucha gracia tener que abandonar la Tierra, aunque sea para hacer un viaje tan corto a la Luna, pero por mi hermana lo que sea. Menos mal que Kunik está en la Tierra, además, será agradable volver a casa.

Diario personal de Aakesh Kush Mukherjee, Nueva Delhi, 6 de noviembre de 2159

Que agradable es volver a casa. Nueva Delhi no ha cambiado nada, salvo por las defensas anti naves que han distribuido por toda la ciudad. Espero que esta guerra se acabe pronto y la ciudad recobre la tranquilidad, al igual que el resto del planeta.

La revisión de los expedientes y las nuevas especificaciones de la nave me llevaron mucho menos tiempo de lo esperado. Incluso podía permitirme el salir a correr y tocar el clarinete. Nada más acabar reservé dos pasajes para Nueva Delhi y a la ciudad lunar de Neil Amstrong. Pienso descansar estos días y ver a la familia.

Me llevé una sorpresa a ver a Kunik, ha cogido peso y se ha dejado bigote. ¡Se parece tanto a nuestro difunto padre! Parece el vivo retrato de él. Pero esta sorpresa no fue nada comparada cuando me presentó a su pareja, una ingeniera australiana, Jennifer. Los vi muy enamorados, se compenetran muy bien, hasta el punto que en algún momento finalizaban las frases que pronunciaba el otro, ¡¡¡llegaron a sacarme de quicio!!!. Si esto sigue así, no me extrañaría que en breve me comunique que se casará con ella. Me alegro mucho que mi hermano haya encontrado la felicidad.

Diario personal de Aakesh Kush Mukherjee, Neil Anstrong, 10 de noviembre de 2159

He pasado unos días maravillosos con Kunik y Jennifer. No sólo visitamos la ciudad que nos vio crecer, sino que me explicaron su trabajo. Están intentando recuperar unos terrenos que permanecen contaminados desde la época de las Guerra Eugénicas entre el dictador Khan Noonien Singh y sus enemigos. Si tienen éxito, y pienso que lo tendrán, la recuperación de esas tierras permitirá que toda la India tenga unos recursos agrícolas sorprendentes

Volver al espacio me ha producido una sensación extraña. He pasado parte de mi vida viajando por las estrellas, pero los dos últimos acontecimientos traumáticos que he vivido en la Ulysses y la Excalibur han hecho que le tenga un respeto casi religioso.

Macara sigue igual de guapa, pero lo sorprendente es verle su barriga ¡¡¡está embarazada!!! Sabía que tenía una relación desde hacía más de un año con Alunikka, un técnico de la base, pero esto ha sido toda una sorpresa. Decir que estoy feliz es poco.

Diario personal de Aakesh Kush Mukherjee, lanzadera terrestre, 14 de noviembre de 2159

Tras unos días maravillosos toca volver a casa. En unos días nos reincorporamos al servicio. Mientras nos alejamos de la Luna, observo a través de la ventanilla a la Tierra, como cada vez se hace más grande, y lo frágil que es. Puede verse la marca que dejaron en su superficie los Xindi, con su vil y traicionero ataque que costó la vida a nuestros padres. Y ahora una nueva amenaza se cierne sobre nosotros, tal vez más letal y peligrosa.

Al ver a Macara y a Kunik, cuyas vidas siguen adelante, felices, con sus parejas, sus futuros hijos, y pensar que esta felicidad está en peligro por culpa de los romulanos, al igual que la del resto de habitantes de la Tierra,...... Mi determinación está más clara que nunca, hemos de derrotar a los romulanos, y para eso tendremos que subsanar los errores que cometimos en la Excalibur, hemos de ser una tripulación unida.

¡Que se preparen los romulanos, vamos a devolverles a Rómulo de una patada!

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13/05/2017, 00:39
Johnny "Trueno" Lightman

Diario personal de Johnny Lightman. New Orleans, 20 de septiembre de 2159.

Estos días de descanso me han permitido relajarme y prepararme para la siguiente misión.

Afortunadamente, los incidentes ocurridos en la nave parece que no tendrán gran repercusión. Espero que Ollander se comporte con Blake. No es mal chico y es bueno en su trabajo, pero creo que en cuestión de mujeres no sabe tanto. Se le da mejor las tuercas y los tornillos.

Estos días también me han permitido refrescar mis conocimientos de pilotaje. He estado meditando sobre si seguir siendo piloto o si intentar optar a otro puesto dentro de la nave. Tal vez como MACO, pero no se si soportaría tanta estructura militar, con tantos jefes y obedecer órdenes ciegamente... demasiados mandos, y como siempre los que realmente valen son los que dan su vida, mientra que los jefes guardan sus culos sentados en los despachos.

Aunque estos días me han ido bien para descansar y recuperarme, tengo ganas de volver a pilotar. Ponerme al timón de la Excalibur y probar hasta dónde puede llegar. Voy a leer el informe que han enviado, a ver que nuevas incorporaciones tenemos. Muchos cayeron en la última misión y hace falta gente nueva. Vaya... ¡rayos! ¡No puede ser!

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15/05/2017, 22:15
E.M. Jankowsky

Diario personal de Eduard M. Jankowsky, comandante MACO y actual Oficial Táctico y de Seguridad de la U.S.S. Excalibur

La llegada a la Tierra llevó consigo unos cuantos días de papeleo y entrega de informes a diferentes mandos. La Flota no esperaba que nuestra misión llegase a ser tan accidentada y algo me dice que sospechan que pudo haber cierta negligencia. Es realmente insultante que alberguen ninguna duda sobre la profesionalidad de la tripulación que me acompañó en la Excalibur. Desde la capitana hasta el joven timonel todos demostraron su compromiso con la misión. Defendí a mis compañeros de la mejor forma que pude.

También nos realizaron pruebas físicas y psicológicas, normal teniendo en cuenta que nos enfrentamos a razas desconocidas con poderes telepáticos. Nunca olvidaré la sensación de impotencia en la que nos sumió aquella mujer.

Pero por suerte me dieron unos días libres, un tiempo para descansar y relajarme que aproveché para viajar a West Point y ver a mi hijo. Tuvo un problema con un instructor que lo acusó de indisciplinado y rebelde. Pude saber, gracias una vieja amiga instructora, que lo que realmente había hecho el chaval había sido desobedecer una orden para ayudar a un compañero. Quise hablar con él sobre el tema pero quiso decirme nada. También hablé con el instructor aunque no tardé en darme cuenta de que era un imbecil, el típico soldado venido a menos que se dedica a la docencia porque no tiene huevos a ir a primera linea de fuego, con razón, no duraría ni dos minutos delante de una criatura como las que nos atacaron en B-Sygnus.

Sin embargo me siento orgulloso de Adam, sus calificaciones son, en general, excelentes. No es matrícula de honor pero todo indica que será un buen soldado y eso me preocupa, me hace darme cuenta que pronto le darán destino.

Pasé unos días con Adam y hasta me lo llevé a Nueva York un fin de semana, pasamos unos días divertidos. Lo mejor fue cuando lo llevé a una galería de tiro. Me dejó gratamente sorprendido cuando fue capaz de superar mi puntuación, tiene un temple de acero.

Después de ese fin de semana me pasé por Bridgeport, hacía tiempo que no entraba en casa, por suerte la mujer que se encarga de cuidarla sabe hacer su trabajo aunque las máquinas del gimnasio que tengo en el garaje se quejaron por tanto tiempo de desuso.

Entonces llamaron de la flota era momento de volver al trabajo. Por fin.

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16/05/2017, 09:24
Unger Urmoz

Diario personal de Unger Urmoz, Sargento MACO y Jefe del Destacamento de Asalto.

 

Tras el regreso de su última misión había luchado al lado de su mentor. Había sangrado junto a él, y este, heroicamente, se autoinmoló para destruir a un enemigo que, sin duda, hubiera traído no solo problemas a la nave, sino a toda la humanidad. Había sido un acto, tan desesperado como necesario, que le había dejado solo. Que le había dejado huérfano. Ahora tenía que ser la viva imagen de la reencarnación de su mentor. Y además, tendría que serlo él mismo.

Sabía que había un cabo francotirador, como su comandante perdido, que era uno de los ojillos de su jefe. Bueno, ex-jefe. Del que le había sacado de la vida de depravación y de voracidad sin medida de su vieja nación. Lo tenía decidido. Sería el mentor de aquel cabito, que tanto, en habilidades, pero no en carácter, le recordaba a Silky. Ahora, él ocupaba ese puesto. Y tendría que hacer con otros, lo mismo que habían hecho con él.

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12/06/2017, 14:32
Erika Schmidt
Sólo para el director

 

Informe personal de Erika Scmitd/ Exposición de los hechos/ Opiniones Personales.

Aquel día que ahora ha sido borrado prácticamente de nuestras memoria ha traído como revelación diversos aspectos a tener en cuenta, no sólo por el atentado y el secuestro de nuestros oficiales, sino el motivo por el cual fueron arrastrados a esa ideología de Terra Nova que deberé seguir investigando. 

Pese a los sucesos, incluso el peligro de muerte inminente, no padecí miedo siendo la primera vez en esta vida dentro de la Flota donde percibo la adrenalina como un foco de despertar e inspiración. Cierto es que el cemento de la academia solo me trajo comodidad y ahora que los riesgos llegaron hasta mi puerta, no haré más que avanzar hacia ese sentido. Uno que me incita a ir más allá. 

Por otra parte el Oficial Científico ha demostrado en sus conductas cierto grado de irritabilidad, incluso ha correspondido al ímpetu ofrecido a través de un beso compartido entre los dos. Desconozco sus verdaderas intenciones, incluso soy consciente de que esta copia es algo "más emocional" y no desacredito realizar un proceso de investigación al respecto. No sólo porque es mi área, sino por el misterio que se esconde detrás de una raza dominada por control interior. 

¿Qué pasaría si esas barreras autoimpuestas por los vulcanos se rompen? Sin dudas volveríamos al principio, a ver su verdadera naturaleza. 

Al margen de ello, mi rol como Comodoro es bastante llevadero y siento que la tripulación de la Excalibur necesita un ajuste en general. No será una tarea fácil, más aún cuando deseo seguir investigando sobre Terra Nova y viajar en una nave de la cual sería mi vuelo de bautismo. Demasiadas cosas, pero iré poco a poco. 

Informe expedido por Erika Schmidt, Comodoro. 

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14/06/2017, 03:48
Erika Schmidt
Sólo para el director

Informe de la Comodoro Erika Scmitd sobre el Interrogatorio al Oficial Técnico Sirril. 

A partir del presente informe dejo constancia de que el Oficial pese a todo lo acontecido en la misión de la pirámide, se encuentra plenamente capacitado psicológicamente para ejercer su puesto dentro de la Excalibur con amplias condiciones de ascender un rango más si fuese conveniente. 

Todo lo conversado y discutido ha sido de especial relevancia tras recibir pruebas que lo eximen de toda duda sobre las cuestiones de como regresó a la nave y sus cambios repentinos de humor. Nada llamativo a simple vista y considerando lo subestimada que es su raza, solo se aprecia cierto recelo por el no reconocimiento. 

A su vez, considerando los actos heroicos hacia quien les transmite ese mensaje, más su capacidad resolutiva y su buena predisposición para aceptar la cadena de mando sin desafiarla en absoluto, le he devuelto los galones confiando en sus capacidades y sentido de la lógica en cada circunstancia transcurrida. 

Ahora dando por terminado este informe, dejo constancia su excelente rendimiento y compromiso hacia la flota. 

Informe expedido por Erika Schmidt, Comodoro. 

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14/06/2017, 03:57
Erika Schmidt
Sólo para el director

Informe de la Comodoro Erika Scmitd sobre el Interrogatorio a la Capitán de Excalibur Cristina de Alba y al Primer Oficial de la misma, Aakesh Mukherjee.

Ante la presente dejo constancia sobre lo recabado durante el interrogatorio a los mencionados oficiales, manteniendo la misma postura que al iniciar el mismo, considerando esa falta de autoridad por parte de la Capitán y el desacato muy remarcado manifestado por el Primer Oficial. 

Se ha conversado al respecto y es importante destacar la flexibilidad como así también consciencia por parte de Alba sobre el proceder de la Flota, su cadena de mando y el comportamiento adecuado que debe tener al capitanear una nave de tanta relevancia como la Excalibur. Lo relevante del interrogatorio ha sido ese admirable sentido de obediencia y la forma en que asume sus errores al igual que las responsabilidades que toma a la hora de dirigir a sus oficiales. 

Considero a nivel personal y tras haber analizado en profundidad, que la Capitán debe aprender del error para mantener su rango ya que de no ser así correría el riesgo de ser sustituida por alguien más competente. De momento dejo al beneficio de la duda y apelo a que puedan darle una segunda oportunidad para que ella logre resarcirse y así encauzar a una tripulación que se toma demasiadas libertades. 

Con respecto a Mukherjee, su rebeldía se acentúa cuestionando a la Capitán en cada oportunidad que surge. Algo que se aclaró de diferentes formas y ninguna de ellas ha sido aceptada por el mismo, volviendo a refutar cada palabra esbozada. Al margen de ello, el solo hecho de quitarle los galones por unos días ha servido para que sepa comportarse y tomar decisiones acertadas cuando la flota transcurrió por aquel suceso inminente. Dejo constancia de su capacidad resolutiva, aunque debe controlar ese ímpetu de tener siempre la razón. 

Al igual que De Alba, considero desde mi posición y tras lo recabado que se mantengan vigilados a través de un exhaustivo seguimiento que puede dar buenos resultados. Confío en el cambio radical que ambos Oficiales puedan manifestar, por esa razón opto a una segunda oportunidad. 

Sin más que informar, dejo constancia de lo evaluado. 

Informe expedido por Erika Schmidt, Comodoro. 

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16/10/2017, 01:42
Almirante

Tras haber finalizado la conversación con Sirril, tomó asiento frente a la computadora y la enciende mientras contempla las paredes aún perdida entre pensamientos. Debía informar a la sección 31 sobre este incidente y las decisiones de la Flota Estelar al enviar esta tripulación a una misión suicida hacia el corazón Romulano. 

Por esa razón, una vez que encendió tecleó rápidamente un mensaje bastante conciso. 

La situación ha empeorado en la Excalibur debido al compromiso emocional de la Capitán De Alba al denegar el apoyo Vulcano tras haber estado al tanto de la Misión suicida que la misma Flota Estelar dictaminó.

Se ha enviado a una Andoriana para que sirva de apoyo con sus habilidades, no obstante, se sabe que hay espías dentro de la tripulación y pocos saben que en este preciso instante se debe viajar Wolf 424 recibir indicaciones ahí por parte de un tercero (codificado) para dirigirnos a pleno corazón Romulano. Declarando así, la calidad de la misión y el riesgo de todos los que en la misma viajan. 

Solicito directivas para mis futuras acciones. 

Erika Schmidt.

Notas de juego

Lo dejo acá para que no se pierda entre los mensajes.

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05/04/2018, 15:22
Cristina de Alba

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Diario de la capitán Cristina de Alba, fecha estelar 22 de Noviembre de 2159

Partimos de la Tierra con una misión a priori sencilla, llegar a Worf-424 y ceñirnos a protocolos diplomáticos. La travesía hacia el sistema está transcurriendo sin incidentes, quizás lo más llamativo sea que tengamos a bordo a la comodoro Schmidt con la misión de supervisar nuestro trabajo

Diario de la capitán Cristina de Alba, fecha estelar 23 de Noviembre de 2159

Hemos tenido nuestro primer incidente al ser atacados por una nave klingon, una de las especies más conflictivas del cuadrante. Gracias a la ayuda de la Archon hemos podido sobrevivir al ataque, dejo anotado todos los pormenores tácticos y militares del incidente en la bitácora del capitán sección 0.7

El ataque por parte de los klingon me generan varias interrogantes, pues ignoro el motivo real de un ataque tan directo sobre una nave de la flota, presiento más incidentes por su parte, puesto que la Excalibur parece haber convertido en su objetivo.

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Diario de la capitán Cristina de Alba, fecha estelar 24 de Noviembre de 2159

El día de hoy ha sido intenso, hemos sido interceptados nuevamente por la Archon la cual transportaban a dos pasajeros especiales, El Señor Walker y el señor Turak. El señor viceministro venía con la intención de llevarse a su hija, la doctora Walker con él tras una sesión intensa la doctora ha mostrado evidentes muestras de no querer acceder a los deseos de su progenitor, por lo que he decidido dejar que sea ella quien decida sobre su futuro, para no verme obligada a darle una orden al respecto. Mientras se debatía el futuro de Diane, hemos sido atacados nuevamente por los klingon y una nave camuflada, durante el ataque sufrimos el abordaje de una lanzadera klingon. Con un curioso polizón, dicho polizón era el verdadero objetivo de los klingon, se trata de el señor Gaheris Soong uno de los hijos del doctor Soong cuya fuerza sobrehumana ha quedado testada por la tripulación de la Excalibur.

El combate contra los klingon terminó gracias a la ayuda de la estación de defensa Ouroboros.

Nota: Parece ser que el trabajo de al comodoro se está centrando especialmente en supervisar mis decisiones, he tenido un pequeño desacuerdo con ella y mi decisión de permitir a Walker elegir entre continuar bajo mi mando o aceptar la propuesta de su padre para contar con los servicios del señor Turak como doctor de la Excalibur, beneficiándonos así de la ayuda que los vulcanos puedan aportar, dado que nos dirigimos a territorio hostil.

Diario de la capitana Cristina de Alba, fecha estelar 29 de Noviembre de 2159

Contamos con un nuevo invitado a bordo de la Excalibur, la embajadora Shirrazz, cuya ayuda será vital para desenmascarar al traidor que se encuentra oculto entre la tripulación. Los actos de traición son cada vez más evidentes, pero es complicado actuar sin levantar la alarma general, he decidido comunicar esta información únicamente a la comodoro, dudo que alguno de los oficiales superiores sea el traidor pero prefiero no correr riesgos. En cuanto me sea posible hablaré con el primer oficial al respecto.

Con respecto al señor Soong tras hacerme entrega de un objeto destinado a mi persona, he accedido a que forma parte de la tripulación tras una conversación entre ambos, es más razonable emplear sus habilidades en favor de la nave que mantenerlo arrestado.

Notas de juego

Falta la Bitácora del 1 de Diciembre

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05/04/2018, 22:52
Dameon McCall

Diario personal del Asistente de Asuntos Consulares Dameon McCall,  01 de diciembre de 2161 23:04, San Francisco.

Hoy se cumplen dos años del Incidente X'agroron y, a pesar de todo lo que ha pasado desde entonces, soy incapaz de dormir. Cierro los ojos y veo el horizonte de sucesos y atisbos de cosas que no estoy seguro de si he vivido o no... tantas vidas... 

Es posible que el que el "Incidente" se considere información clasificada y que sólo se me permitiese hablar de ello con el Alto Mando de la Flota y esos...*una porción de la grabación ha sido borrada y sobre escrita*... esos "agentes" que se identificaron como la Sección 31. Ni siquiera me dejan hablar de ello con el psicólogo, y eso que he tenido muchas sesiones para tratar de arreglar mi cabeza. Dice que el Síndrome de Estrés Postraumático no se supera de un día para otro. Santa África cómo... ¿Cómo se supone que debo "superar" lo que ocurrió con la Excalibur si no puedo explicar la mitad de lo que pasó?

Quizá... quizá debería empezar desde el principio. Así entre tú y yo, computadora *se oye un suspiro y pasos en la habitación. Al cabo de un minuto se oye el sonido de una lata de algo con gas abriéndose, y como Dameon da un largo trago* 

Bueno, estoy listo, sí, en todo caso creo que me queda memoria para grabar todo. Quizá si lo escucho pueda encontrarle un sentido.

Por el principio *se escucha otro trago*: Me uní a la tripulación de la  Excalibur en... ¿Noviembre de 2159?, Creo que fue finales de noviembre, un mes húmedo en San Francisco, eso lo recuerdo bien. Recuerdo que me sentía el hombre más bendecido de la faz de la Tierra, había conseguido entrar en una de las pocas NX en activo. Después de haber estado en equipos de comunicaciones en estaciones orbitales y ese mes horrible en la Estación Fría, era la oportunidad de mi vida: explorar mundos desconocidos, descubrir nuevas formas de vida y nuevas civilizaciones, llegar donde ningún hombre había llegado jamás... ¿Cómo no emocionarse? Aún a pesar de la guerra con los romulanos y todo el incidente con los Xindi *se oye una risa irónica* creía que podía cambiar las cosas, que la Flota podía ser un cuerpo de paz y que nos recibirían con los brazos abiertos en cualquier sitio. Que inocente era. Ahora, tras la formación de la Federación de Planetas Unidos las cosas son distintas, como dije tantas veces, la alianza nos hace fuertes. La Flota a pasado de ser un cuerpo exclusivo de la Tierra a ser un cuerpo de la Federación, y las tripulaciones tienen miembros de todas las especies de la antigua Coalición, aunque sigan siendo mayoritariamente humanas.  Aún así no deja de ser un paso adelante, y demuestra la realidad de en lo que hemos estado trabajando: la Unión de las cuatro especies fundadoras, el establecimiento de un gobierno y una legislación común nos ha convertido en una fuerza en el sector. Ha habido mucho ajetreo diplomático y he tenido suerte de poder participar en ello y por eso se que aún queda trabajo. Pero aún así, lo que importa, es que ahora la Flota puede ser un Cuerpo de concordia y exploración, como soñaba entonces. Cada día, mas planetas presentan su solicitud para unirse a la Federación, creo que cuanto más nos abramos a ellos, más nos enriqueceremos. Pero me estoy yendo por las ramas.

*se oye como Dameon se termina la lata y la aplasta y como abre otra*

El caso es que yo pensaba que eso iba a ser un paseo por el campo y fue una locura. Empezó muy bonito, con una fiesta en Frisco que se fue... un poco de las manos. En seguida embarcamos y ya... ya debería haber sabido como terminaría todo. Sólo en los primeros días tuvimos un ataque klingon, rescatamos una nave andoriana, tuvimos un polizón con un Sehlat *risas* Madre mía, estaba espantado del Sehlat, tenía pesadilla con él. Recuerdo esos días como un borrón: hacía mi turno del puente, comía la bazofia de Mohammed como bien podía poniendo buena cara y me encerraba en mi camarote para estudiar idiomas alienígenas. No sé como no me dio algo pero estaba... feliz. Era feliz. Recuerdo que incluso me atreví a concertar citas con el sub-comandante Sirril y la embajadora Shirrazz  zh'Irín para que me ayudasen a mejorar mi dicción en sus idiomas.

La cosa empezó a hacerse interesante cuando detectamos la anomalía. Al principio pensamos que sería un evento natural pero cuantos más datos recabamos, más imposible parecía. Hicimos malabares con torpedos y sondas para obtener datos, lo cierto es que hicimos un equipo excelente. Creo que la idea fue de Jankowsky ¿O fue Sirril? O quizá mía. No estoy seguro. El caso es que según salimos de WARP sobre Babel nos llegó la información de que una nave romulana cabalgaba la ola de la anomalía que destruía todo a su paso. La capitana se temió que fuese un arma y dimos media vuelta para dirigirnos a la anomalía.

Cuando alcanzamos la anomalía,no nos encontramos un agujero negro: nos encontramos en un campo de asteroides. Y ocultos entre ellos, un par de aves de presa romulanas. Inocente de mi pensé que podríamos conversar con ellos, que quizá se habían visto atrapados por un evento catastrófico y necesitaban ayuda. Nos atacaron. No sabía que estaban haciendo pero no nos querían allí. Allí es cuando me enteré de que Lightman era un portento a los mandos de una nave estelar, era para verlo. Él junto con Mu-Mu*se oye como Dameon traga saliva con dificultad* con Mukherjee a los mandos de la nave, la capitana de Alba y Jankowsky a las armas, Sirril en los sensores con mi apoyo... incluso estaban alli la Embajadora, el polizón y la Comodoro Schmidt. Había fricciones pero todo funcionaba como un equipo engrasado. Aún así recibimos un daño terrible.

 

La cosa fue de mal en peor cuando Sirril y la Embajadora detectaron que había Aenar en una especie de espera que protegían los raptores, y, creo que fue entonces cuando apareció. X´agroron, la semilla estelar, el Kraken. Si la batalla había sido terrible hasta el momento a partir de ahí se volvió una locura. Cabalgábamos sobre el borde de una especie de agujero negro, con las aves de presa sin darnos cuartel, el Kraken amenazando la realidad con su propia presencia y encaminándose al Sistema Sol, los asteriodes volando por doquier. Un equipo de salida se dirigió a la esfera que constituía el corazón del Kraken, donde en apariencia se encontraban los andorianos blancos para rescatarlos: La Comodoro, la Embajadora, Sirril, el polizón... no recuerdo quién más fue, quizá un grupo de seguridad, pero esos detalles se desdibujan.

Los que quedamos en el puente presentamos batalla, como pudimos, pero era un caso perdido, no dejábamos de recibir daño y en apariencia a penas hacíamos nada a las aves de presa y, menos aún, al maldito pulpo. El ánimo en el puente era bueno, nos sobreponíamos como podíamos a la desesperación. Nos hicimos más humanos, más cercanos unos a otros y entonces... entonces tuvimos un atentado, un miembro de Terra Prime reventó ingeniería o casi. Nos atacó de nuevo una nave klingon y... bueno... digamos que mi primer pinito como diplomático no salió demasiado bien, pero resolvimos la papeleta de alguna manera. La capitana rebeló que teníamos a bordo misiles de tricobalto y que había que evitar que se hiciesen con ellos. La capitana y el primero se dirigieron al interior de la nave  y entonces... entonces el mundo giró y la anomalía nos consumió cuando nos lanzamos a la desesperada contra uno de los raptores... Sé que morimos. Todavía lo recuerdo.

Aquí empiezan parte de los problemas... recuerdo... recuerdo muchas vidas, muchos sucesos paralelos: recuerdo la fiesta donde empuje a la capitana a brazos de Jankowsky, porque deseaba verles felices. Recuerdo a Lightman loco de dolor por una mujer que no era quien era, un juego de bebidas que ni acabo, el polizón y el Sehlat comiendo un enorme pedazo de carne sanguinolenta,  el primer oficial golpeado... pero tambien recuerdo otras posibilidades, otras NX, otras situaciones, pero todos eramos los mismos, todos iguales y distintos. Una miriada de versiones de lo que pudo pasar, de lo que pudimos ser, sólo si un hecho insignificante de nuestra vida cambiase. Si Blake fuese rubia, si yo no hubiese ido a la Academia, si... tantas cosas. 

Todavía hay veces que despierto por la mañana y no sé que versión de mi soy. No estoy seguro si este es el universo donde debo estar. A veces me quedo despierto por las noches, asustado de dormirme porque no sé en que universo voy a despertar.

Pero entonces, en el 59, aún no había tenido tiempo de que me afectase tanto sólo... sólo seguimos adelante. Eso era lo que hacía grande a la Excalibur. A pesar de todas las adversidades, de todos los reveses del destino, a pesar de parecer estar bajo la mirada de un dios vengativo que deseaba su destrucción... salían.. SALÍAMOS adelante. Olvidábamos nuestras disputas, nuestras pequeñas rencillas y antipatías y... luchábamos hasta el final.*Se oye un ligero sollozo, cortado por otro trago*

Todas las historias... todas las versiones confluyen en un punto: otra vez nos enfrentamos a los raptores, otra vez X´agroron y sus aenar cautivos se dirigían a la tierra... Tantas veces fallamos. Tantas. Pero una de ellas, sólo una, una versión de los romulanos atrapados en ese bucle que, como nosotros, veían su contrapartida luchando esa batalla perdida de nuevo nos ayudaron. No es que se lanzasen a nuestros brazos en aras de una amistad eterna, ni siquiera dispararon un fáser a sus contrapartidas. Sólo, sólo nos protegieron, que ya es mucho más de lo que puede decirse de la mayoría de los encuentros con esa gente sin rostro. Otra vez, la comodoro, Siriil y, esta vez, el Primer Oficial se dirigieron hacia la esfera. Pero esta vez como aliados... difíciles, habían pasado cosas en la primera incursión a la esfera que el resto desconocíamos, igual que los que quedamos en la Excalibur, algunos habían muerto... a manos de sus propios compañeros. Fue una situación... difícil... pero al final ambos grupos nos dividimos, cada uno con su misión. 

Sé... poco de lo que pasó en la esfera. Y el puente era una locura, estábamos acosados por todos lados y Lightman se volvió loco, como poseído por una de las peores versiones de sí mismo. Yo estaba apoyándole, casi... *risa* casi le hubiese golpeado ese día, yo, que aún a día de hoy soy incapaz de matar una mosca. Fue una de las situaciones más tensas de mi vida. Más aún cuando sabíamos que teníamos al hombre de Terra Prime. Creo que fue el momento en el que la desesperación nos alcanzó. Perdimos cerca de la mitad de la tripulación, la NX apenas se sujetaba por las costuras, los romulanos que nos apoyaban a penas hacían nada y los enemigos... los enemigos nos estaban inflingiendo un daño terrible. No sabíamos nada de nuestros compañeros. Fue entonces cuando nuestro aliado nos instó a disparar al Kraken los torpedos de tricobalto, a la desesperada. Y entonces....

 

 A penas lo recuerdo pero... pero si alguna vez he estado en presencia de un ser superior, fue entonces. ¿Vi a Dios... a los dioses? No sabría decirlo con claridad pero.... pero el regalo de la eternidad era una nadería para esos seres. Nos devolvieron a la vida, a quienes así lo decidimos otros... otros se quedaron. Se me oprime el corazón al pensar lo que ocurrió all no puedo, no... yo...*se escuchan sollozos retenidos, el sonido se prolonga durante varios minutos*

No, no puedo.... no puedo contar lo que ocurrió allí. Sirril, Erika, Unger, la embajadora zh'Irín... y tantos, tantos, decidieron abrazar la eternidad. Sólo espero que estén donde estén sean felices.

El resto... bueno, el resto caíamos en barrena. La NX estaba muy dañada y caía descontrolada hacia Babel, incapaz de mantener la órbita, con un ángulo de entrada imposible. Trabajamos como locos, con la mitad de la tripulación del puente desaparecida y la otra aún en shock. Cuando estuvo claro que no era posible recuperarnos, de Alba mandó evacuar la nave. Pobre Cristina, siempre tan digna, pero preocupada por que todos saliesemos con vida. La mayoría de la tripulación senior se quedó, para ayudarla, para tratar de salvar la Excalibur hasta el último momento pero a mi... a mi me ordenaron irme. En el mundo de los dioses había expresado mi deseo de abandonar la Flota y unirme al cuerpo diplomático y Cristina quería respetar mis deseos. Recuerdo muy bien mirarlos mientras la cápsula se separaba, sin saber si los volvería a ver...

 

 

Diecisiete días.... pasé solo en esa cápsula más de dos semanas, vagando sin rumbo en el espacio, deseando que alguna nave captase mi señal. Al cabo de tres días tuve que empezar a racionar el agua. La comida se acabó el día once. Sólo... sólo podía flotar en el vacío, pensando y recordando lo que había pasado. Dormía mucho, y en mis sueños sólo veía las caras de los que había perdido, que por entonces pensaba que eran... todos, toda la tripulación de puente de la Excalibur. Cuando una nave mercante Tellarita me encontró estaba medio enloquecido por la soledad, la sed y el hambre. Nunca.... nunca he podido volver a estar en un espacio pequeño, hasta necesito ir al servicio con la puerta abierta. La perspectiva de estar encerrado otra vez con la sed en la garganta en la oscuridad... me aterra.

Cuando llegué a la Tierra empezaron los interrogatorios, nadie sabía que había pasado con la NX. Cuando lo explique, la mitad no me creyó, pero aún así clasificaron el suceso. Lo único bueno es que me facilitaron el acceso a la escuela diplomática y al cabo de unos meses pude empezar a trabajar como asistente del Embajador. Sé que no me merecía el puesto, no al principio, pero era una manera de mantenerme callado. Ahora... ahora que puedo controlarme en público sé que soy imprescindible para el embajador. El problema es que sigo sin poder dormir....

La Excalibur se consideró perdida en acción, así como sus tripulantes. Estaba... estaba obsesionada por saber que les había ocurrido. Creo que fui muy vehemente con que se siguieran buscando, amenacé con hablar. Dioses, podría haberlo perdido todo. Pero cuando se encontró la nave destrozada sobre la superficie de Babel supe....*la grabación falla y se interrumpe en este momento. Archivo irrecuperable*

Notas de juego

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07/04/2018, 00:20
Johnny "Trueno" Lightman

Diario personal del Alferez Timonel Johnny Lightman. Fecha estelar, desconocida. Paradero, desconocido.

Permanecer vivos. En esto se ha convertido nuestra principal misión, en permanecer otro puñetero día vivos en la pocilga donde hemos ido a parar. No entiendo cómo la Tierra no ha intervenido aun para liberarnos, eso demuestra que a veces la paz no es el camino. Tenemos que ser más fuertes, más rápidos y no dejarnos pisar por otras razas. Si fuéramos más potentes no seriamos el blanco de todos los golpes de las demás criaturas de la galaxia. La exploración está bien, pero tenemos que saber defendernos de los que nos amenazan, demostrar que la Humanidad es fuerte y hacernos respetar.

Y para ello debemos luchar, saber atestar buenos golpes y debilitar a quien nos quiera atacar. Sólo así podremos ir por la galaxia con tranquilidad y no acabar como esclavos.

Pero lo primero es sobrevivir, y poder volver a casa.

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07/04/2018, 15:51
Cristina de Alba

 

Diario de la capitán Cristina de Alba, fecha estelar 1 de Diciembre de 2159

Uno de Diciembre, es la fecha exacta que el ordenador de la nave sitúa esta grabación y es la fecha que debe ser. Sin embargo no podría ser capaz de decir cuantas veces hemos revivido este mismo día.

Un suspiro cansado acompaña la grabación, dura apenas unos segundos, como si Cristina necesitase tomar aire.

La llegada al sistema Wolf 424 se produjo sin incidentes ni mayores altercados, nuestro destino era el planeta Babel, el duodécimo del sistema, un planeta de calificación K donde es imposible la vida, sobre el que hay un proyecto de terraformación que ha sido paralizado por la guerra. El punto de encuentro para las conferencias era un centro de reunión emplazado bajo la superficie del planeta y protegido por una cúpula.

Antes de entrar en Wolf 424, detectamos una anomalía que hizo que nuestros sistemas de comunicación comenzasen a fallar, decidimos investigar la anomalía y procedimos al lanzamiento de una sonda, los datos arrojados por la misma fueron insuficientes para obtener resultados determinantes, pero si aportaron la información necesaria como para percatarnos que había algo que debía ser investigado y que necesitábamos profundizar más. Puesto que al penetrar más en la anomalía quedaríamos incomunicados, decidimos lanzar un mensaje a la Flota. Además procedimos al lanzamiento de una sonda de enlace y un torpedo sonda para que penetrase en la profundidad de la anomalía.

 

Como era de esperar comprobamos que estábamos incomunicados por los efectos del fenómeno y que debíamos actuar por nosotros mismos. En aquella ocasión el resultado de nuestros esfuerzos dio resultado, detectamos una nave romulana tras la anomalía. Ante tal hallazgo ordené que se lanzase una boya de auxilio con un mensaje encriptado con la esperanza que pudiese ser localizado por la nave de la federación más cercana, posiblemente la Enterprise.

Dado que los sistemas del ave de presa también se encontraban en la misma situación que los nuestros , lo mejor era tratar de averiguar que estaban haciendo y su relación con la anomalía por lo que penetramos en la misma, al hacerlo nos encontramos rodeados de un campo de asteroides que la pericia del señor Lightman nos ayudó a sortear.

Se inició entonces un primer conflicto entre la Excalibur y el ave de presa, el escenario hacía aún más complicada la contienda, por lo que para poder solventar la situación me ofrecí en la asistencia del pilotaje para apoyar a Lightman, gracias a la convinación de ambos y la excepcional habilidad de nuestro piloto sorteamos los obstáculos, no corriendo tanta suerte nuestro enemigo, que sufrió graves daños en su estructura, sin embargo la segunda ave de presa no tardó en aparecer iniciándose un nuevo combate que empeoró la situación de la Excalibur.

 

Pero nuestro frente no era sólo el combate con las aves de presa, lo más imprevisible que pudo ocurrir fue la aparición de una especie de deidad con forma de octopus, cuyos tentáculos gigantescos surgieron de una especie de brecha en el espacio durante el conflicto con ambas naves.

No fue difícil llegar a la conclusión de que aquel ser, era el arma secreta que los romulanos estaban protegiendo y cuyo centro de control o de liberación… aún no tengo claro de lo que se trataba, se encontraba en una esfera donde los romulanos tenían retenidos a un grupo de Aenar, una especie emparentada con los andorianos y que debido a sus poderes psíquicos podían haber abierto la brecha para que la entidad saliese a nuestra dimensión. Para poder iniciar el rescate de los Aenar designé  a un equipo de rescate encabezado por la embajadora y el señor Gaheris al que decidió unirse la comodoro Schmidt y hacerse acompañar de mi oficial científico, el señor Sirril. Para asegurarme de que la operación se realizase con garantías le pedí al señor al señor Urmoz que se uniera al grupo, así como un destacamento de soldados MACO.

Por si no fuera suficiente, una nave klingon hizo acto de presencia, posiblemente la misma que nos atacó con anterioridad, de la que pudimos escapar gracias a la intervención de la Archon.

El capitán klingon, se puso directamente en contacto con nosotros para proceder a amenazarnos. Reconozco que mi diplomacia con esta especie debe de mejorar, puesto que tras tratar de apelar a su código de honor lo enfurecí lo suficiente para que jurara que se encargarían de nosotros más tarde y que el señor McCall no quisiera traducirme lo que me había dicho, aún así conseguí que se hiciera a un lado para que nos dejaran hacernos cargo de las aves de presa.

La lucha pareció volverse a nuestro favor cuando el gran Octopus movió sus tentáculos eliminando a uno de nuestros enemigos, pero nuestra posición se complicó aún más con la aparición del traidor que teníamos a bordo, el señor Sergei Birikov, perteneciente a Terra Prime que en un acto deleznable- la voz de la capitán mostró rabia al rememorar lo ocurrido- saboteó ingeniería masacrando a parte de la tripulación que se encontraban en la sección provocando además que los sistemas, ya precarios de la nave se resintiesen aún más, inutilizando los sistemas de soporte vital en varias cubiertas y expulsando a parte de la tripulación al espacio…- Cristina se detuvo en este punto, el recuerdo le resultaba tremendamente doloroso- Era cuestión de tiempo que el enemigo hiciera blanco, por lo que decidí utilizar las cargas de tricobalto que se encontraban escondidas en la bahía de carga, para ello decidí ir con un grupo de soldados para proceder a su carga mientras el primer oficial decidió dirigirse a ingeniería para tratar de detener al traidor, dejando al señor Jankowsky al mando de la nave.

Sin embargo, todo explotó...

La respiración de Cristina se alteró, originando un ligero sollozo apenas inaudible, la capitana estaba tratando de volver a organizarse eran muchos los sentimientos que la estaban embargando, necesitaba recomponerse pues arrastraba una gran pesar. 

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Finalmente volvió a tomar la palabra temblorosa al principio, hasta que finalmente recobró la determinación que solía demostrar en todo lo que hacía, enjugándose las traicioneras lágrimas que habían surcado sus mejillas.

Pero no terminó con la explosión... aquello sólo fue el principio de lo que vino después...- tomó aire- Todos los oficiales nos encontramos en la Excalibur, la misión había salido bien, ni rastro de romulanos, grandes octopus ni klingons... lo más sorprendente es que no recordábamos nada de lo vivido, sólo que todo había marchado bien, aunque algo en nuestro interior nos alertaba de que no todo era bueno, algo iba mal. Mandé organizar una fiesta por el éxito, el baile comenzó, pero las cosas demostraron no ser lo que parecía, pues excepto los oficiales de mayor rango, el resto de la tripulación estaba cambiada, no eran como deberían ser y al parecer nosotros mismos tampoco... llegamos a la conclusión tras un altercado con el señor Lightman, el señor Fisher, que recuerdo había perecido en la anterior misión de la Excalibur... y la señora Blake... que aquella no era nuestra tripulación y que nos encontrábamos en otra dimensión. Pero no tuvimos mucho tiempo para analizar la situación, pues el gran Octopus hizo acto de presencia y con él las aves de presa y la aparición de ¿nuestra Excalibur?

En medio de todo aquel giro de acontecimientos las dos aves romulanas pertenecientes a nuestra dimensión se pusieron en contacto conmigo como aliados. El capitán de una de ellas nos informó que nos encontrábamos en un bucle temporal y que la única forma de salir de él era impedir que las otras aves de presa destruyeran a la otra Excalibur pues con ellos se detonarían las cargas de tricobalto y que tuviéramos las nuestras preparadas para enviarlas a unas determinadas coordenadas, se ofrecieron a sí mismo a protegernos a cambio de no destruir a sus congéneres, sólo detenerlos. Accedí porque no teníamos mayor alternativa y porque los datos y sus intenciones me parecieron ser ciertas. No obstante y ante la petición del señor Sirril y la embajadora Shirraz volví a mandar un equipo de rescate a la esfera, pues ahí parecía estar la clave. A dicho equipo se unió la comodoro Schmidt que a pesar de haber acusado al señor Sirril de traidor por un altercado anterior en la esfera, cuyo informe no he podido recibir... decidió personarse con él para tenerlo controlado, así mismo mi primer oficial, el señor Mukherjee, se unió. Con respecto a lo acaecido en la esfera, ha de revisarse el cuaderno de bitácora del señor Mukherjee como único miembro de la segunda expedición que sigue con nosotros... Iniciamos pues un nuevo combate con dos aves presas.

Conseguimos inhabilitar a una de ellas con un gran coste tanto personal como humano- Cristina se controló y siguió adelante- sobre el que es mi deber dejar constancia. Con un sólo enemigo a batir, nuestra nave se encontraba con daños muy severos así como la perdida de los escudos y varias cubiertas. Haciendo que nuestros esfuerzos se centraran, primero en redirigir la energía hasta conseguir recuperar los escudos y después en apoyar al señor Lightman en el pilotaje y al señor Jankowsky en el lanzamiento de munición. Fue entonces cuando el capitán romulano, incapaz de seguir nuestra estela y la de su congénere, nos indicó que debíamos realizar el disparo de las cargas. Tras darnos las coordenadas estimé que el objetivo debía ser el Octopus, la orden fue acatada con celeridad y el ser destruido.

Lo que a continuación sucedió fue algo aún más imprevisible... los E´nar, unos seres de luz que según los datos que hemos recopilado fueron los constructores de la esfera, condujeron a todos los tripulantes que habían permanecido con vida justo antes de que el gran Octopus fuera destruido, a un lugar que bien podría denominarse como el cielo, donde todo era luz...- De Alba se rascó la cabeza- podría parecer que estoy desvariando, pero no es así... sé perfectamente lo que todos vimos... los E´nar nos hicieron una oferta, pues estaban agradecidos por haberlos liberado. O bien nos íbamos con ellos para ser E´nar y ser inmortales o continuar con nuestra vida mortal. Entre los tripulantes que eligieron ir con los E´nar se encuentran el señor Sirril, la señora Schmidt, el señor Urmoz, la embajadora Shirrazz y el siguiente listado de tripulantes...

La capitana nombró a todos los que decidieron ser E´nar para finalmente proseguir con el relato de aquel día

 Tras la despedida, los que decidimos volver nos encontramos con la Excalibur precipitándose hacia la superficie del planeta Babel, dí orden de evacuación de toda la tripulación, utilizando todas las cápsulas y la lanzadera que nos quedaba. 

En este punto Cristina miró fijamente al ordenador como si fuera su interlocutor.

Un capitán debe llevar bien puesto el uniforme, ir bien peinado y morir con su nave- meditó más para sí misma- por eso ordené la evacuación íntegra de la misma, pretendía tratar de hacerla aterrizar en el planeta tal vez con la esperanza de poder reparar los daños, sin embargo ni el señor Mukherjee, ni el señor Jankowsky, ni el señor Lightman, quisieron proceder a la evacuación para ayudarme a hacer aterrizar la Excalibur- se denotó tanto orgullo como tristeza en su voz.

La nave romulana que nos había ayudado se desintegró en la atmósfera, pude ver como las cápsulas y al lanzadera se ponían a salvo y después recibimos el impacto, hemos conseguido aterrizar, pero retomar el vuelo va a ser más complicado por la infinidad de daños y la ausencia de personal adecuado para iniciar las reparaciones.

Diario de la capitán Cristina de Alba, fecha estelar 2 de Diciembre de 2159

Las condiciones a bordo de la Excalibur son complicados, nos encontramos a bordo el señor Mukherjee, el señor Jankowsky, el señor Lightman, la señora Blake... que no quiso abandonar la nave sin Lightman y yo. De momento poseemos los recursos necesarios para sobrevivir dentro de la nave, la energía es la suficiente para mantener los soportes vitales en las cubiertas A,B,D Y E . El objetivo es conseguir unas reparaciones mínimas para ponerla en marcha y salir del planeta. 

Diario de la capitán Cristina de Alba, fecha estelar 7 de Diciembre de 2159

Se está haciendo harto complicado la idea de reparar nosotros solos la nave, nuestros conocimientos sobre ingeniería son limitados y es más urgente mantener los sistemas vitales activos así como los replicadores de alimentos. La moral de los oficiales y la mía es baja, sin embargo, estoy covencida que si continuamos unidos conseguiremos sobrevivir. Me mantendré fuerte por ellos, a pesar de que mi cuerpo está notando el esfuerzo... me noto cansada. 

Diario de la capitán Cristina de Alba, fecha estelar 10 de Diciembre de 2159

Grandes son nuestras dificultades, pero mayor es nuestro espíritu... haré todo lo que esté en mi mano para que mis hombres sobrevivan, hemos conseguidos algunos avances. Cruzando varios relees he conseguido activar los sensores gracias a eso hemos localizado el lugar del reunión protegido con la cúpula al que nos habíamos dirigido en un principio... puede que encontremos material suficiente para nuestras reparaciones o quizás un sistema de comunicación de mayor alcance para que podamos ser detectados.

Diario de la capitán Cristina de Alba, fecha estelar 13 de Diciembre de 2159

Hemos conseguido un éxito relativo, formamos un grupo de expedición el señor Mukerjee, el señor Jankowsky y yo para llegar a la cúpula, mientras el señor Lightman y la señora Blake se quedaban en la Excalibur para monitorizar nuestras acciones. No podíamos perder mucho tiempo por que la atmósfera del planeta, y nuestros movimientos estaban limitados por tener que usar trajes de protección, aún así conseguimos cumplir los tiempos y acceder al recinto. Lo que encontramos no era lo que esperábamos pero si pudimos hacernos con algunos elementos útiles con los que reparar algunos puntos de la nave, entre ellos el sistema de comunicación que hemos utilizado para mandar un mensaje de ayuda. Ha transcurrido un día desde que lanzamos la llamada, sin novedad... pero tengo esperanza. Mientras tanto seguiremos resistiendo...

En aquel punto la disertación de Cristina fue bruscamente interrumpida por un fuerte sonido, con el que la bitácora de la capitán quedó finalizada.

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09/04/2018, 23:36
E.M. Jankowsky

Diario personal de Eduard M. Jankowsky, comandante MACO y actual Oficial Táctico y de Seguridad de la U.S.S. Excalibur

Iba a comenzar mi primera misión en el puesto de oficial táctico por lo que durante el tiempo que pude me entrené en el simulador para poner al día mis capacidades como artillero.

Tras el incidente en los cuarteles generales nos ordenaron partir y no nos comunicaron nuestro objetivo hasta nuestra partida, durante ese incidente el Almirante Leonard me hizo entrega de unos chips de datos para la Capitana de Alba que entregué discretamente a la misma en cuanto tuve ocasión.

De entrada no me pareció una misión complicada pero, por supuesto, no tardó en complicarse. En guerra, nada es “rutinario”. Para empezar una comodoro se unió a la tripulación, aún no tengo claro el motivo pero supongo que estaba como observadora.

Después de nuestro intercambio con la USS Archon un crucero ligero Klingon, Clase D5, se cruzó en nuestro camino. Las naves de Klingon están preparadas para la guerra y las de la flota para la exploración por lo que pese a ser dos contra uno ese D5 nos superaba. Puse a prueba mis capacidades como artillero recién entrenadas pero ya he dicho que el enemigo era superior. Por suerte, un pulso de energía de una fuente desconocida detuvo el combate.

Durante la batalla un intruso abordó la Excalibur y se coló junto con un shelat que resultó ser su mascota. Intentamos interrogarle pero no colaboró y después de una charla con la capitana se convirtió en otro tripulante más, mi oposición cayó en saco roto pero lo vigilé de cerca durante un tiempo. Ahora, aunque parece de confianza, mantengo las distancias con él.

He de comentar que aún no entiendo como logró colarse ese infausto personaje en la bahía de lanzaderas, en su momento pensé comenzar una investigación al respecto pero la sucesión de hechos me impidieron centrarme en tal tarea.

Comenzamos a buscar el origen de aquel pulso hasta que dimos con una anomalía a la que enviamos, por seguridad y precaución, una sonda improvisada ingeniosamente a tal efecto.

Entonces tuvimos un encuentro con dos naves romulanas y una extraña esfera, en ese momento empezaron a desencadenarse una serie de extraños sucesos. Se unió a la batalla otra nave klingon e hizo su aparición una especie de calamar gigante que hizo que todo terminara con un golpe de uno de sus tentáculos. Como quien se despierta sobresaltado de una pesadilla nos vimos inmersos en la celebración de una victoria que muchos de nosotros no habíamos vivido. Vestidos de gala participamos en la fiesta como si realmente hubiéramos ganado una batalla que parecía haber sido un sueño.

Durante ese festejo donde celebrábamos nuestro aparente éxito pude acercarme a la capitana, he de decir que me agrada bastante su compañía. A ella tampoco le cuadraban los hechos, nos sentíamos como en un deja vu imposible. Y para otros la situación fue mucho más traumática, el joven Lightman, nuestro piloto, tuvo un encontronazo con otros tripulantes, no terminó bien para él pero la situación era capaz de sobrepasar a cualquiera.

Un tripulante de ingeniería de segunda clase resultó ser un infiltrado y provocó el terror en la nave haciendo explotar ingeniería y parte de la nave provocando innumerables bajas, incluído él. Pero tal hecho sucedió antes de que nos despertáramos, antes de aparecer todos, él también, vestidos de gala.

Una alerta interrumpió la fiesta para llevarnos, de nuevo, a una batalla que todos conocíamos. Ahí había una nave que parecía ser un fiel reflejo de nuestra Excalibur, no podría explicarlo ya que mis conocimientos de astrofísica son limitados pero en general comprendimos que la anomalía nos había metido en un bucle temporal y cruzado dos universos, dos realidades. Yo me mantenía en mi puesto, en todo momento conté con el apoyo de la capitana y les plantamos cara a los enemigos pero el titan cefalópodo nos superaba sobremanera.

Esta vez, la amenaza de Birikov fue tomada en cuenta como si fuera a ocurrir la explosión en cualquier momento pero su comportamiento fue radicalmente diferente.

Descubrir que había ojivas de tricobalto ocultas en la nave no me gustó. Demasiados fallos de seguridad, un polizón, un terrorista suicida y ahora esto. Se supone que soy el encargado de la seguridad de la nave y debo conocer nuestro arsenal sobre todo si se trata de armas de destrucción masiva extremadamente potentes y peligrosas como es el caso, la capitana sabía que contábamos con ellas desde el principio pero no lo dijo hasta que consideró que eran necesarias. Comprendo que todo vale en la guerra pero debía haberme comunicado su existencia, habría sido discreto.

En cualquier caso agradecí esas ojivas, fueron decisivas. ¿O no?. Ahora es todo muy confuso, una explosión borro de los sensores al calamar y entonces los En´ar se nos aparecieron con la propuesta. Nos dieron a elegir entre la vida eterna o la terrenal, algunos compañeros marcharon con ellos pero yo no tuve dudas, aún tengo responsabilidades aquí.

Diario personal de Eduard M. Jankowsky, comandante MACO y actual Oficial Táctico y de Seguridad de la U.S.S. Excalibur, fecha estelar 9 de Diciembre de 2159

Lightman consiguió que la malograda Excalibur aterrizara en Babel pero nos dejó incomunicados y con la nave gravemente dañada y sin tripulación, somos muy pocos los que seguimos al lado de la capitana despues de su orde de evacuar.

Hemos conseguido sobrevivir dentro de la nave haciendo funcionar los sistemas vitales. Realizamos una expedición en busca de repuestos para la nave, y hemos conseguido algún material que podría ayudar.

Diario personal de Eduard M. Jankowsky, comandante MACO y actual Oficial Táctico y de Seguridad de la U.S.S. Excalibur, fecha estelar 13 de Diciembre de 2159

Llevamos demasiado tiempo aquí y han dado con nosotros, creo que son Klingon. Si alguien lee esto que se lo haga llegar a mi hijo, Adam Jankowsky cadete en la Academia de la Flota Estelar.

 

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09/04/2018, 23:57
Johnny "Trueno" Lightman

Diario personal del Alférez Timonel. Fecha: desconocida. Ubicación: en el maldito infierno.

No soporto su ceceo. Puedo aguantar muchas cosas, pero oír a esa asquerosa criatura supera con creces lo que puedo soportar.

Al menos tengo a Blake al lado. Cuando volvamos a la Tierra podremos intentar ver que pasa entre nosotros, eso si no me cae una condena por el consejo de guerra por mi actuación en el puente. Aun no comprendo que me ocurrió, ni por que actué de esa forma. Supongo que el bucle temporal en que estábamos inmersos me afectó de alguna manera, tal vez sí que la personalidad del Johnny del otro universo se metió dentro de mi. Aunque ahora ya todo eso no importa, ahora lo importante es seguir viviendo y lograr volver a casa.

El piloto de la Excalibur hizo otra anotación mental en su diario, aunque carecía de medios para plasmarla. Al menos le ayudaba a mantener algo de cordura, dada la situación en la que estaban inmersos. Aun así, seguían adelante. Tenia a Blake consigo, y parte de la tripulación, y todos juntos se daban apoyo para aguantar día tras día, para sobrevivir y poder encontrar la manera de volver a su hogar.

Confiaba en que la Flota haría lo posible por encontrarlos, pero hasta ese momento debían seguir con vida, y si lograsen escapar de alguna manera, mucho mejor. Escapar, conseguir alguna nave y poder poner rumbo a la Tierra. Eso es lo que se decía Johnny cada día, para mantener la esperanza de poder volver a su vida anterior.

Y, de alguna manera, sabía que lo lograrían...

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10/04/2018, 00:22
Aakesh Kush Mukherjee

Diario del Primer Oficial Aakesh Kush Mukherjee, fecha estelar 24 de noviembre de 2159

Han sido unos días complicados y no ha sido hasta que he tenido un momento para sentarme y registrar los eventos que han acontecido desde nuestra partida de la Tierra el 22 de noviembre pasado.

De forma resumida. Dos días antes de partir la capitán y yo fuimos requeridos en el cuartel general de la Flota Estelar, para informar de lo acontecido entre nosotros en nuestra última misión. Tuve la agradable sorpresa de que mi vieja amiga, Erika, se encontraba allí, pero por desgracia era la encargada de evaluarnos. Me alegra verla como comodoro, y también después de tanto tiempo, pero dadas las circunstancias no es algo agradable para ambos, conociéndola lo estará pasando mal. Por desgracia, la capitán y yo tuvimos allí nuestro enésimo desencuentro motivo por el que nos retiraron los galones. Al poco y cuando parecía que la capitán y yo habíamos conseguido una tregua entre ambas, el cuartel sufrió un ataque por una fuerza desconocida. Lo único que sabemos es que nos reunimos con el señor Sirril, Lightman y Ollander logramos escapar de allí, y que se nos ordenó mantener el secreto de lo sucedido. Los atacantes no eran romulanos, eran terrestres, con uniformes de la Flota Estelar. Ignoramos quien estaba detrás de este ataque, ¿tal vez terroristas terrestres?. Los locos de Terra Prime están muy activos últimamente, tal vez eran ellos, y ya podrían meterse sus bombas por donde les quepa, o mejor, metérselas a los romulanos si tan gallitos se creen y quieren que no haya alienígenas en la Tierra. Nos hacen un flaco atentando contra los suyos, a pesar de toda la propaganda pro Tierra que lanzan después.

Un hecho controvertido fue que el señor Sirril mató fríamente a uno de los atacantes, sin compasión y sin lógica, algo impropio de un vulcano. Aunque inconsciente estaba vivo y podríamos haberle interrogado para saber más sobre este asunto. Me preocupa este comportamiento, y más tras saber lo que sabemos de él.

Tras estos eventos tuvimos un momento para relajarnos, momento que fue interrumpido con la orden de abandonar la Tierra en 24 horas. Nos teníamos que dirigir hacia el sistema Wolf 424 para realizar una misión cuyos detalles conoceríamos después. La comodoro Erika Schmidt se incorporó a la tripulación para evaluar nuestro trabajo, aunque me temo que su evaluación se centrará en la capitán de Alba y en mí, tras las discusiones que han habido entre nosotros dos. Lo curioso es que su supervisión viene cuando parece que habíamos conseguido firmar una tregua entre ambos, tregua que confío en que dure al menos hasta el final de la misión, por el bien de todos.

No nos habíamos alejado mucho cuando una nave terrestre nos interceptó, la Archon. Escoltaba al viceministro Walker el cual transportaron a la Excalibur junto con un vulcano, el señor Turak, los cuales se reunieron con la capitán. Ignoro los motivos de la reunión, sólo que la doctora Walker se unió a ellos y la capitán parecía muy enfadada. Me alegro que por una vez su ira no esté centrada en mí, aunque tal vez tenga algo que ver que la doctora es la hija del viceministro, y no me extrañaría que le haya pedido o exigido alguna cosa a la capitán, en favor de su hija. Si es así es comprensible su enfado, yo también lo estaría, todos los políticos creen que pueden hacer y mandar lo que les viene en gana y conociendo a la capitán, no lo permitirá en su nave.

En un momento dado detectamos una extraña radiación de fondo. Avisamos a la Archon y procedimos a su análisis. El señor Sirril concluyó que se trataba de tres campos de distorsión que coincidían con las firmas de las naves romulanas. Pero descubrimos que eran klingon, lo que nos sorprendió ya que no disponen de esa tecnología. Activamos la Alerta Roja.

Afortunadamente nuestra inferioridad numérica era aparente, el señor Sirril descubrió que se trataba de una única nave klingon y dos señuelos creados para despistarnos, lo que explicaría que no nos atacasen teniendo la ventaja de su invisibilidad. El comandante klingon se puso en contacto con nosotros y nos exigió nuestra rendición y que le entregásemos nuestra presa. En un principio pensó que se refería al viceministro o al vulcano que le acompañaba, pero la huida de una nave de escape y disturbios en la Excalibur llamaron nuestra atención.

Al final la nave klingon se mostró, era un crucero D5, y comenzó a atacarnos y a pesar de superarles en número su armamento era más poderoso que el nuestro y nos superaba. Cuando parecía que nos iba a derrotar y conseguir su objetivo, la nave klingon fue repelida por el ataque de una estación secreta, la Ourobos, cuya posición no revelaré por motivos obvios.

A todos nos pareció raro este ataque, los motivos del cual siguen siendo una incógnita. ¿A quien querían llevarse?, ¿por qué?, ¿habrán establecido una alianza los klingon con los romulanos contra nosotros?. Esperemos que no, dudo mucho que la Tierra y los aliados pudiesen hacer frente a las fuerzas combinadas de ambas potencias.

El polizón ha resultado ser un tal Gaheris Soon, el cual ha subido a la nave con una especie de ¿oso?, ¿tigre?, no lo tengo muy claro. De momento está recluido en espera de saber más sobre él.

Parece ser que hubo alguna clase de oferta por parte del viceministro respecto a su hija, por lo que parece que no me equivoqué en mis sospechas.

Hubo una circunstancia que me preocupó, la capitán se reunió con Sirril y la comodoro, pero sin contar conmigo. Hubo cambios en las órdenes y no me informaron de nada. ¿Tal vez las reticencias entre ambos tenían algo que ver?, pensaba que las habíamos dejado de lado, al menos temporalmente, ¿o la causa será otra?, espero que sea así.

 

Diario del Primer Oficial Aakesh Kush Mukherjee, fecha estelar 29 de noviembre de 2159

 

En la nave tenemos un nuevo tripulante, la embajadora andoriana Shirrazz. Ignoro los motivos de su presencia en la nave, pero deduzco que tendrá que ver con la misión que hemos de cumplir. El viaje hacia Wolf 424 transcurre sin novedad.

 

Diario del Primer Oficial. Anexo.

 

Ha habido dos sucesos de vital importancia. La embajadora ha sufrido un atentado, del cual afortunadamente ha salido ilesa. Tras hablar con Erika y la capitán, pude ponerme al día. No diré que información obtuve de cada una de ellas, pero todo fue legal, o todo lo legal que se puede decir.

Resumiendo, los romulanos han conseguido tecnología procedente de la pirámide de B-Sygnus, ignoro como y si Sirril puede tener algo que ver. Vamos hacia una misión suicida contra los romulanos y hay un espía a bordo, posiblemente el mismo que atentó contra la embajadora. La capitán me confió la seguridad de la embajadora, dado el atentado que había sufrido y porque ella es la persona más adecuada para encontrar al espía. Me ha confiado su seguridad a pesar de que yo seguía siendo sospechoso de ser el traidor, al igual que el resto del personal de la nave, algo significativo para mí. O pretendía que de esta manera me descubriese, si era el espía, o confiaba plenamente en mí. Creo que es una combinación de ambas posibilidades, confía en mí y por eso ha de descartarme como sospechoso. Soon, el polizonte, parece ser que ha sido enviado para entregar un mensaje a la capitán y ha solicitado ser miembro de la tripulación. No sé si podemos confiar en él, pero dadas las circunstancias voy a hablar con él, es posible que me pueda ayudar a proteger a la embajadora, eso si no es el espía y acaba con ella.

El otro suceso es que hemos detectado una extraña anomalía que producía una gran cantidad de energía a treinta años luz, alejada de nuestro destino. Pensamos en un principio que se trataba de una supernova, pero resultó que en esa zona no había estrellas masivas que pudiesen convertirse en nova, además el fenómeno no emitía ni masa, ni otros remanentes como ondas de choque o de luz. Era un fenómeno extraño, pero dado que estaba lejos de nuestra trayectoria, nos limitamos a recabar información, por lo que procedimos a enviar una sonda. Dada la distancia tuvimos que desviarnos de nuestro destino y aproximarnos para lanzar la sonda. No podemos descartar de que se trate de un evento artificial, y si es así, escapa a nuestra tecnología dada la cantidad de energía liberada. Sea lo que sea, ha anulado los canales de comunicación al menos hasta cuarenta años luz alrededor nuestra, que es el límite de nuestros sensores. Esta interferencia es parecida a la que producen los agujeros negros al engullir materia. Sea lo que sea hemos de proceder con precaución, recopilar toda la información posible e intentar avisar a la flota.

Notas de juego

Continuará....