Partida Rol por web

Capitán, he encontrado a la embajadora de la coalición de planetas dentro de una capsula en la bodega de carga.
Solicita su presencia.

Shirrazz tomó la mano ofrecida y salió con mucha elegancia, digo, para la situación en la que estaba. 

Muy amable oficial.  -dijo, la voz un poco grave aún por el proceso de despertar del hipersueño.

Active el protocolo de que nada de información debe de salir de la Excalibur sobre mi presencia aquí.  Comunicaciones seguras con su capitana. 

Volteó a ver a toda la bahía, estirando de paso sus músculos como se recomienda al salir de estas cámaras de hiper-zzz. 

Así que aquí estaba, interesante. 

Mm, quizá haya algún... otro mejor lugar... donde podamos ir a esperar a la capitana, ¿de Alba?, verdad.  Esto se ve un poco informal.

¿La embajadora de la coalición? Conduzca si es tan amable a nuestra invitada al comedor del capitán y que se ponga cómoda. Iré en unos minutos.

La lanzadera klingon que usó el maleante fue requisada por las fuerzas de seguridad y puesta bajo vigilancia en una de las bahías de carga junto al animal de origen Vulcano que había dentro. Quizás el único evento sin pistas hasta el momento fue el saboteo de la lanzadera la misma noche del 24. Ni los sistemas de seguridad obtuvieron alguna pista y tampoco los soldados allí apostados que fueron reducidos con facilidad. En definitiva no lograron identificar al atacante ni cual fue el objetivo aparte de dañar el banco de memoria de la lanzadera y con ello perder todos sus registros. Tampoco se estima si algo de su interior fue robado...

 

 El animal de origen Vulcano se encuentra sano y salvo dentro de una jaula improvisada. Es atendido por el equipo de ciencias de la nave aparte de ser alimentado y cuidado como corresponde. La nave, que se encuentra en la misma bahía, fue sellada con un Sello Magnético que solo puede ser abierto por los oficiales de la nave.

 Me acerqué a mi nave y la miré como si me reencontrase con un ser querido:

 - Hola, vieja amiga, ¿me echabas de menos?. Espero que hayas cuidado de Dientes De Sable mientras estaba fuera...

 Me acerque a ella y entonces pude apreciar el Sello Magnético que me impedía acceder a ella. Con cara de disgusto, exclamé:

 - Esto es nuevo... ¿Alguien puede quitar esto para que pueda entrar, por favor?.

-Retiren el sello- el oficial de seguridad dio la orden a uno de sus hombres.- Por su "animal" no se preocupe, me consta que ha sido alimentado debidamente.- Descubrir que el sehlat que venía en la nave era como una "mascota" para Gaheris hizo que que Jankowsky confirmase que estaban tratando con alguien especial empezaba a dudar de si sería un psicópata o un genio, por ahora el maco se decantaba más por lo primero.

Por orden suya aquello ni se había abierto, y además se habían tomado las medidas de seguridad oportunas para que el osito no escapara de allí, así que al abrir entre olor a oso, sus heces y su desesperación aquello tenia que apestar. En cuanto abriera sabría por la peste nauseabunda que ni comer, ni beber ni nada había entrado ni salido de allí.

- Ya se dará cuenta solito.

Lo que no se creía era que aquel tipo fuera suelto por la nave como "Pedro por su casa". Eso era una violación de las normas y además una imprudencia. - ¿Sabrá la "Jefa" lo que hace?

De Alba no perdía de vista a Gaheris, no terminaba de fiarse de él y le disgustaban sus formas, a sus ojos no era más que un fósil del pasado, pero de momento no le quedaba más remedio que esperar que cooperase. Al llegar al hangar Cristina tuvo un motivo más de disgusto, alguien había saboteado aquella lanzadera con extraordinaria facilidad borrando los datos... el peligro era cada vez mayor.

Con gesto de preocupación la capitana aguardó a que retiraran el sello para que Gaheris accediera a la nave, a una distancia prudencial de Gaheris y al lado de Jan, por si acaso al oso se le antojaba tomar el postre.

- Espero que sepa controlar a su mascota- le dijo a Soong- soy contraria a que haya animales a bordo- le advirtió realmente asqueada por tener que controlar a parte de a su tripulación a un oso "Eramos pocos y parió la abuela" pensó irritada.

 En cuanto la compuerta de la lanzadera se abrió, una enorme figura salió disparada de su interior y me derribó. Apenas pude hacer nada, mientras el ser se puso encima de mí... Y comenzó a lamerme la cara como si fuera de miel.

 - ¡Para, para, para,... Vale, yo también te he echado de menos chico!. - Me reí como un niño jugando con su perro, mientras un juguetón Dientes De Sable no estaba por la labor de dejarme marchar. ¿Como pueden tener miedo esta tripulación de este chicarrón?.

 Finalmente me pongo de rodillas a su lado, mientras él se sienta, para que pueda acariciarlo, como un gatito, mientras les comento a los demás, con mis ojos brillando de agradecimiento:

 - Gracias por cuidar de él, es toda la familia que tengo...

Pedazo de bicho... pensó Cristina, cada vez más molesta con la situación, si aquel oso era como un perro para Gaheris no podía deshacerse de él sin despachar a Soong, y aunque eso no constituía ningún problema para De Alba, hasta que no obtuviera lo que esperaba, debía tolerarlo.

- De nada...- dijo desde su posición- y ahora si es amable señor Soong, ¿podría pedirle a... Dientes de Sable, que sea un buen chico y se quede sentado mientras reviso con usted la lanzadera?

 Sonreí a la capitán antes de dirigirme a mi compañero de fatigas:

 - Ya has oído a la dama, chico, quédate ahí sentado y pórtate bien, ¿vale?.

 Tal y como esperaba, el Sehlat obedeció. A continuación miré a los hombres armados y les dije:

 - No les hará nada al menos que piense que ustedes son una amenaza para él o para mi. No hagan nada que le haga pensar eso y será tan dulce como un gatito...

  A continuación entré en la nave, seguido de la capitana. Una vez dentro, fui directo a un rincón y puse mi mano extendida sobre una parte concreta de la pared. En ese momento un cuadro invisible hasta ahora que estaba tocando mi mano se iluminó de color verde y una luz del mismo color apareció para escanear todo mi cuerpo. Cuando terminó, y verificó mi identidad, se abrió el compartimiento oculto, de donde saqué un paquete, que le dí a la capitán:

 - Hay tiene. Ahora debemos de ir al punto de encuentro acordado...

Cristina tras inspeccionar el paquete que le tendió Gaheris lo guardó en uno de los bolsillos del uniforme sin decir nada.

- El punto acordado está en una bahía de carga de esta nave, ¿necesita usted la cápsula de hipersueño o su contenido? porque si es así, la Andoriana que había a bordo ha sido despertada- le dijo al "superhombre" para después dirigirse a Jan y a Unger- El señor Soong me ha solicitado formar parte de la tripulación para ayudarnos en esta misión, me gustaría que fuese evaluado por vosotros para ver que tareas puede ir desempeñando- a continuación miró a Gaheris- He de atender otros asuntos, confío en que se muestre colaborador en las tareas que se le asignen, recuerde quien está al mando y no tendrá problemas- le recordó metida en su papel, dando un poco de tiempo antes de retirarse por si querían algo más de ella, antes de dirigirse al puente. 

 - Yo no se nada de eso que me dice... - Le respondí a la capitán. - Solo sé que los dos debemos de entregar el contenido del paquete en ese sitio.

 A continuación miré a los dos MACOS, con una sonrisa que decía Mirad las vueltas que da la vida.

La cara de Jankowsky no dejaba lugar a dudas, la petición de la capitana era lo último que esperaba oir. ¿Aquel completo desconocido miembro de la tripulación?.

-¿Cómo? ¿Lo dice en serio? ¿Usted cree que eso es seguro? No se si podemos fiarnos de él

En ese momento a Jankowsky no se le ocurrían ningún lugar para aquel indeseable que no fuera limpiar las letrinas, ni siquiera eso, podría sabotearlas o algo así. Jakowsky no se fiaba en absoluto de ese hombre. Además pretendía tener a bordo un animal peligroso como aquel, ¿qué meritos le habían otorgado tal privilegio? ¿qué había en ese paquete?

- Yo no se nada de eso que me dice... - Le respondí a la capitán. - Solo sé que los dos debemos de entregar el contenido del paquete en ese sitio.

Cristina meditó unos segundos aquellas palabras para después girarse a Jan

-¿Cómo? ¿Lo dice en serio? ¿Usted cree que eso es seguro? No se si podemos fiarnos de él

- No es seguro nada- le contestó al oficial táctico con gesto serio- en estos momentos no me puedo fiar de nadie- añadió más para sí que para alguno de los tres- pero sí, lo digo en serio... otra cosa, no quiero al osito suelto por la nave, búsquenle un sitio al señor Soong y a su mascota pero...- miró a Gaheris- queda terminantemente prohibido que su mascota pulule suelta por la nave, cualquier desperfecto o falta que cometa va a ser responsabilidad suya y ello conlleva consecuencias- concluyó para salir de la bahía

 - Pero no puedo mantenerle encerrado durante demasiado en un mismo sitio, eso es contraproducente. - Le respondí a la capitán. - Dientes de Sable es un buen chico, no causará problemas, pero necesita espacio para hacer ejercicio y desfogarse o se pondrá de los nervios, como haría cualquiera...

Que la capitana dijera que no se podía fiar de nadie le dolió a Jankowsky quien creía haber ganado su confianza y no solo eso también demostrado su lealtad.

Por otro lado se sintió satisfecho con la decisión de la capitana de mantener a raya al animal. 

Al ver la preocupación de Gaheris por el bicho Jankowsky pensó cual sería el mejor lugar donde llevarle. Quería aportar algo que sirviera para enterrar el hacha, aunque mantendría las distancias con Gaheris si iba a ser parte de la tripulación no le gustaba tenerle en su contra.

-Creo que en la cubierta de D hay un lugar la lado de ingeniería que sería un buen lugar para Dientes de Sable, no molestará a nadie y tendrá sitio para moverse, pero ándate con cuidado con él, al mínimo problema lo metemos e una celda de contención.-

Miré a Jankowsky, con los ojos entrecerrados, con desconfianza, antes de preguntar:

 - ¿Puedo ver el lugar, por favor?.