Partida Rol por web

Estaba flotando en las nubes, en ese momento para Jankowsky solo estaban él y Cristina, nunca la había tenido tan cerca y pudo fijarse en cada uno de los detalles de su cara, la constelación de tenues pecas que adornaban su nariz y subían hasta la frente. Sonreía enseñando una hilera de dientes perlados que mordían levemente su labio inferior.

Estaba dispuesta a bailar con él pero los planes del maldito ayudante de cocina eran otros.

-Diablos, como le gustan a esta gente las competiciones de bebida.

Cristina estaba disgustada, él entendía perfectamente el motivo y, aunque en otras situaciones habría hecho lo que fuera por no tener que bailar, en este momento estaba ilusionado por hacerlo con ella.

Le empujó a aun lado, alejándolo de la barra y, por supuesto, se dejó llevar entonces ambos advirtieron la aparición de otros tripulantes. Jankowsky no lograba entenderlo entre esos tripulantes había ¿un fantasma?.

-Es imposible.- Dijo totalmente contrariado.

Tambien vieron aparecer a Gaheris con aquel animal, Jankowsky estuvo a punto de intervenir pero la capitana ya había tomado la iniciativa de pararles los pies al “polizón”.

Seguimos teniendo pendiente el baile…

Asintió con la cabeza y sonrió pensando si alguna vez volverían a tener la oportunidad

De Alba estaba cabreada, se había visto obligada a interrumpir el baile con Jankowsky  simplemente estaba que echaba las muelas. Pero por nada del mundo estaba dispuesta a desperdiciar la oportunidad de bailar con su oficial táctico, así que se apresuró a llegar junto a Gaheris para finiquitar lo antes posible el asunto y volver con quien deseaba estar.

- Señor Soong, no me gusta que Dientes de Sable esté en la fiesta. Hay tripulantes que pueden sentirse incómodos- si por ella fuera sacaría al animal en ese mismo momento pero dado que estaba comiéndose un filete de carne, lo más sensato sería esperar a que terminase, no fuera que le diera por buscar sustento de otra manera... que poco le gustaban las mascotas...- En cuanto termine de comer, sáquelo fuera, ¿Me ha entendido?- dijo tajante, no estaba por al labor de andarse por las ramas.

Acto seguido y viendo lo cerca que se había situado de la infernal barra y lo fuera de sí que estaba el primer oficial y su amiga, decidió marcharse para volver con Jankowsky, sin dar opción a réplica ni de Gaheris ni de nadie, eran capaces de pillarla por banda y hacer que participara y con una vez ya había tenido bastante para el resto de su vida.

- Si no le importa prefiero alejarme de la barra- dijo al lado nuevamente de Eduard- le he prometido un baile y lo pienso cumplir, en cuanto termine toda la parafernalia del concurso de chupitos- añadió recuperando la sonrisa y guiñándole un ojo, al tiempo que guiaba sutilmente del brazo a su rubio preferido hacia el lugar más apartado que pudo encontrar, que fue el ocupado por McCall y la embajadora.

Al darse cuenta de que había ido a parar a un sitio que estaba ocupado, se volvió a maldecir... ¡¡Si lo que quería era estar a solas con él y solamente con él!!

- Buenas noches señor McCall... buenas noches embajadora- sonrió a ambos, que remedio le quedaba que ser amable... al menos seguía estando acompañada por Eduard y lo cierto es que tanto el oficial de comunicaciones como la embajadora le caían bien- ¿Les importa que los acompañemos? No soy muy amiga de los concursos y menos con alcohol de por medio.

Mientras aguardaba la respuesta, Cristina observó la escena entre John y los tripulantes que se habían congregado a su alrededor,
entre ellos la doctora Walker, que aunque tarde, había acudido finalmente a la fiesta.

- Hay algo que no encaja...- murmuró- Fisher estaba muerto... ¿o lo he soñado? y...- miró al acompañante de Ollander, Birikov- no me gusta y no se explicar por qué...- al tratar de encajar las piezas la cabeza comenzó nuevamente a dolerle.

Aakesh sonreía pero la sonrisa se le esfumó en cuanto su vieja amiga le susurró al oído

-¡¡¡Serás!!! ¡¡¡Es un golpe bajo, muy bajo!!!

Aakesh se mantuvo serio unos segundos pero sonrió y le susurró

-Muy bien, pero tú besas a la capitán...

Por un momento dudó, había sellado la paz con la capitán o eso creía, y esto podría ser contraproducente....

-Mejor a la doctora....no quiero volver a tener problemas con la capitán, y total, la doctora nos odia a todos

Soltó una carcajada

-Aunque te aconsejo cambiar las apuestas, si uno de los dos pierde tendrá repercusiones a largo plazo, y no creo que buenas

Aakesh estaba pletórico, aunque quien le viese pudo observar como su sonrisa desaparecía en cuanto la comodoro le susurró algo

-¡¡¡Serás!!! ¡¡¡Es un golpe bajo, muy bajo!!!

Se mantuvo serio unos segundos, hasta que volvió a sonreir y le susurró algo al oído con una sonrisa de oreja a oreja, aunque mostró cierta duda en su rostro durante unos segundos

-Bueno, ¿cuando comenzamos?, ¿nadie más?

Volvió a observar toda la sala, buscando a más gente

-¡Ollander, deje de mariposear y venga aquí!, ¡y usted Blake!-¿no era rubia?, debe ser cosa del alcohol- y...y...Fisher, ¡tiene un aspecto estupendo para estar muerto!, ¡venga aquí!

En ese momento le vinieron de golpe un montón de sensaciones, Ollander....Blake....¿Fisher?,

¡Pero si estaba muerto!, ¡le vimos morir!

Hasta ese momento, ya fuese a causa de los efectos del alcohol o por la diversión en sí, no había caído, salvo pequeños detalles. Ahora era como si alguien levantase una persiana y una luz cegadora le diese en los ojos

Esto no puede estar pasando, no debería estar pasando

Su cara reflejaba sus dudas internas, se sentó en un taburete y respiró hondo mientras intentaba aclarar sus ideas. De nuevo tuvo una visión de Kali, pero esta vez sus brazos eran similares a los de un gigantesco pulpo, destruyendo a las naves romulanas y por último a la Excalibur

- ¿Que qué pasa? Pasa que Blake está con uno que no debería estar aquí, y ocurre que Ollander es de los tuyos cuando no hace mucho intentaba ligar con Blake. Y Blake es morena, cuando ella siempre ha sido rubia.

- Bueno, quizá se haya teñido ¿Sabes? Tendrías que haberme conocido a mi cuando llevaba rastas, no tenía el pelo del mismo color dos semanas seguidas.- contestó, pasándose la mano por la cabeza rapada. En parte lo echaba de menos, pero había que invertirle demasiado tiempo- Y en cuanto a lo de Ollander,  hay más opciones a parte de los "machotes" y las "mariposillas", quizá al ingeniero le va la variedad.- Se tomó un segundo de más para responder el punto más conflictivo de la afirmación de Johnny, que justificó pegándole un trago a la cerveza azul.- Y en cuanto al... "novio" de tu "novia"... creo... creo que eso es mejor que lo aclaréis vosotros dos.- tenía la sensación de que la tal Blake había estado jugando a dos bandas, y, por mucho que quisiese hacer de caballero andante en esos momentos, no tenía ganas de volver a la enfermería por un gancho de derecha del piloto.

Cuando Lightman se apartó ligeramente de él para llamar a su hermana, aprovechó para hacer mutis por el foro, y apartarse un poco del conflicto. Necesitaba coger perspectiva para intentar ver que narices pasaba. Más aún cuando seguía con esa sensación de que algo andaba mal en el fondo del estómago, acrecentada desde que había visto al compañero de Ollander, Birikov. ¿ Por qué le provocaba tanta aversión? No recordaba haberle visto antes salvo, quizá de lejos en el comedor o dando algún reporte de máquinas con todo el tema de los romulanos. Espera. ¿No le había sugerido a la capitana que cortasen el soporte vital de varias cubiertas para redirigir energía a la sala de máquinas? Incluso habían dejado a la doctora aislada en la enfermería, sostenida sólo por el soporte de la cámara de cuarentena. Y entonces, entonces.... Entonces no era capaz de recordarlo. Era como su dos parejas de recuerdos se entremezclasen en su cabeza y era imposible que fuesen ciertos ambos. Era como un gato de schrödinger, muerto y vivo a la vez, hasta que se abriese la caja y supiesen que narices había ocurrido en realidad.

Sin saber muy bien como, mientras elucubraba, sus pies le habían arrastrado junto a la Embajadora Andoriana, zh'Irín. Se giró hacia ella, y la saludó en su idioma natal, en parte aliviado por tener una excusa para dejar de darle vueltas a la extrañeza cada vez mayor que sentía por toda la situación actual. 

- "¡Embajadora! Creo que usted apreciará tanto como yo lo que he conseguido rescatar de la destrucción que va causando hoy el Primer oficial".- continuó en andoriano, con una amplia sonrisa que no sentía del todo, mientras mostraba con orgullo la botella de cerveza azul.- ¿le sirvo un poco?".- iba a añadir algo más cuando la Capitana apareció como de la nada, con un pequeño frunce en el entrecejo que no auguraba nada bueno. Pero arrastraba consigo a Jankowsky, que se dejaba arrastrar sin decir absolutamente nada, con sus rasgos severos ligeramente más relajados de lo que era habitual en su rostro adusto. <<Ah, le jeune amour! Il adoucit même les lions>> pensó alegremente.

- Buenas noches señor McCall... buenas noches embajadora ¿Les importa que los acompañemos? No soy muy amiga de los concursos y menos con alcohol de por medio.

- Siento decir que la Embajadora y yo nos disponíamos a compartir una copa de cerveza andoriana, en honor a su gente.- se disculpó sonriendo, mientras levantaba la botella y el vaso llenos de líquido azul oscuro.- pero es un mero brindis, nada de competiciones locas, no se sienta obligada a acompañarnos. Tampoco me siento demasiado inclinado por esas competiciones ya he... caído en demasiadas de ellas en la Academia.- añadió, dejando a entender que había varias historias bochornosas detrás de esa afirmación, mientras daba un sorbo a su vaso.

Aún estaba tragando el líquido cuando la Capitana se giró hacia el grupo del que se había apartado Dam hacía sólo unos momentos y comentó:

-Hay algo que no encaja...- murmuró- Fisher estaba muerto... ¿o lo he soñado? y...- miró al acompañante de Ollander, Birikov- no me gusta y no se explicar por qué...

McCall casi se atraganta ante esa afirmación

- ¿Que Fisher estaba muerto? Me parece muy vivo ahora mismo, viendo como ha entrado con la novia, o la ex... o "lo que sea" de Lightman. Aunque quizá a nuestro piloto se le vaya de las manos y acabe muerto hoy.-  contestó, solo bromeando a medias.- Esta noche está siendo... extraña ¿Para vosotros tambien?.- se atrevió a tutear a sus superiores y a la embajadora, quizá envalentonado por el calor de la cerveza.- Es como si tuviese dos pares de recuerdos de toda esta misión, totalmente incompatibles entre si.... no sé si fue por mi desmayo o por ser mi primera misión en la NX pero es... confuso.- intentó justificarse para que no le tachasen de cobarde

Shirrazz agradeció el gesto de McCall, tanto la cerveza como que le hablara en andoriano.  Lo dominaba bastante bien, tanto el lenguaje como la forma de servir la bebida, dejando justo la cabeza de espuma correcta.  Y este saborcito de cerveza azul era algo que llevaba días extrañando.  

Sólo esto supera su delicioso té de algas de la Excálibur, Sr. McCall, gracias.      Tienen ustedes un replicador excelente.  Debemos incluir ese software, sin duda, en nuestro intercambio tecnológico. 

Buena velada, capitana. -saludó la embajadora a De Alba cuando se les acercó.   Me ha gustado mucho su discurso.  Buen reconocimiento a lo capaz y decidido de su tripulación.  La ocasión lo ameritaba; yo por mi parte le agradezco de nuevo que me haya podido transportar hasta acá, sana y salva a la luz de las tensiones y desencuentros. 

¿Cuáles cree que sean las reacciones del gobierno Romulano ante nuestro incidente?  ¿Lo escalarán? 

- Señor Soong, no me gusta que Dientes de Sable esté en la fiesta. Hay tripulantes que pueden sentirse incómodos- si por ella fuera sacaría al animal en ese mismo momento pero dado que estaba comiéndose un filete de carne, lo más sensato sería esperar a que terminase, no fuera que le diera por buscar sustento de otra manera... que poco le gustaban las mascotas...- En cuanto termine de comer, sáquelo fuera, ¿Me ha entendido?- dijo tajante, no estaba por al labor de andarse por las ramas.

 Al escuchar aquello, como si hubiera entendido cada palabra, Dientes De Sable le lanzó a la capitana una mirada de cachorrito, como pidiéndole que le dejara quedarse.

 Mientras tanto, yo trataba de apelar por él:

 - ¡Venga, capitán, si él no está haciendo nada malo, por favor!. Se lo está pasando bien y no está molestando a nadie. ¿Como va a integrarse si no le da la oportunidad de hacerlo?.

Erika continúa negociando con Aakesh por el concurso de bebidas, al parecer deben ponerse de acuerdo primero. Por esa razón, se muestra muy ajena a todo lo que acontece mientras conversa entre susurros con su mejor amigo. Obviamente no se le pasa por alto aquel detalle de que Sirril se retira solo, no le sorprende considerando su personalidad y más aún su raza. 

-Bueno algo entre nosotros dos. ¿Qué puede ser? - pregunta al rascar su perilla. - Aprovecha que estoy fácil y buena hoy. -  bromea entre risas. 

Claro está que el hindú y ella traen consigo una amistad de años. ¿Será aquello intachable a la hora de apostar para un juego? 

- Anda, propone. - incita divertida.

Miró con desden a Gaheris pero no se molestó ni en dirigirle la palabra, si pretendía que el gato se quedara, bueno... la capitana sabría como ponerle en su sitio. Además estaban en una fiesta y no quería lío ahora... al menos no con Gaheris.

- Si no le importa prefiero alejarme de la barra- dijo al lado nuevamente de Eduard- le he prometido un baile y lo pienso cumplir, en cuanto termine toda la parafernalia del concurso de chupitos-

-Lo comprendo pero antes he de avisarle que tampoco me considero un gran bailarín, lo digo por si piensa que soy Fred Astair.- Conocía algo de cine clásico, al menos a los actores más míticos. -Vamos, le acompaño- empezaba a sentirse raro tratándola de usted, si, cierto que debían mantener la disciplina de la cadena de mando pero ¡demonios! se acababan de besar ¿no?, en cualquier caso no dejaría de hablarle así hasta que ella se lo pidiera.

Al resto de tripulantes parecía importarles poco la aparición de Paul, como si el recuerdo de su mente fuera un sueño lejano ya olvidado por algunos. Por otro lado Jankowsky sentía el mismo rechazo al ver a Birikov, ese hombre no le inspiraba confianza en absoluto y apenas le conocía.

  - Hay algo que no encaja...- murmuró- Fisher estaba muerto... ¿o lo he soñado? y...- miró al acompañante de Ollander, Birikov- no me gusta y no se explicar por qué...- al tratar de encajar las piezas la cabeza comenzó nuevamente a dolerle.

-A mi me pasa lo mismo con Birikov. Lo cierto es que la sensación de que algo no encaja la tengo desde su discurso, sonaba muy alegre y victorioso pero no es así como me siento.- Se quedó callado un momento, tenía miedo de haberse abierto demasiado, a lo mejor lo que acababa de decir le sonaría raro o ridículo a de Alba. -Tampoco podría explicarlo la verdad, pero es así.

La duda asalta a Johnny cuando aparece su amiga de toda la vida y algo más. Solo que la confusión llega pronto al descubrir que ella cambió el color de su pelo en tan solo un día y encima ahora anda con alguien detrás. La situación empeora cuando el timonel juraría haber visto al auxiliar morir en la misión anterior. ¿O realmente se imaginó todo eso?

Un dolor punzante en su sien le obliga a dejar esos pensamientos, a abandonar en la búsqueda de sus recuerdos para solucionar algo que es evidente que esta mal.

- ¿Desde cuando debo responder a ti? ¿Has olvidado que terminamos o continuas aferrado a tu botella en tu camarote? ¡No me importa realmente pero dejame en paz de una vez! - responde con enfado Blake al tirar para que Johnny la suelte.

Luego las palabras de la doctora acaban por confundir también a Blake, quien responde con el cenit del súbito enfado provocado por el accionar del timonel.

- ¿Que alta medica? Si Jack en ningún momento nos visitó en la enfermería. Ademas mi servicio activo no es hasta el turno Alfa. - añade con notable disgusto hacia Diane y Johnny.

Ollander da un paso al frente para situarse entre el timonel y su supuesta “amigovia”. Para el las amistades merecen su defensa, más aun cuando el agresor es un borracho y golpeador empedernido.

- La has escuchado. Suéltala. - ordena el jefe de ingenieros con gran ímpetu.

- No se de que habla Doc. Estoy en una pieza y lo seguiré estando. - añade sin apartar la mirada a Johnny.

Desde luego el grupo desoyó las palabras de Aakesh por tratar de reclutar candidatos al concurso del “tripulante flameante”. La tensión se vuelve palpable cuando en cualquier momento puede estallar la violencia y arruinar una noche sin precedentes.

Ella nunca cambio el color de su cabello. No lo necesita cuando su belleza resalta a simple vista. - responde Paul a Daemon. Inmediatamente después señala a Lightman con gesto desagradable.

- Y tu, borracho. Aparta o tendrás tu merecido. No volverás a golpear a ninguna mujer porque acabarás dentro de un torpedo en dirección a un agujero negro. -

Sin lugar a dudas el grupo de amigos es muy unido en situaciones como la actual. Más cuando se trata de alguien con la reputación de Lightman.

- Es mi novia actualmente – añade, también sin apartar la atención del guitarrista.

Sergei poca importancia dio al meollo ocasionado por la ex pareja. Ni tampoco por las incoherencias expresadas por los demás. Al parecer el alcohol es un componente previo a la fiesta actual.

- ¿En serio? Si pelean aquí, en frente de los oficiales, pueden despedirse de sus rangos ademas e pasar una temporada en el calabozo... - advierte despreocupado - … ademas arruinaran el concurso de chupitos. - dijo al separarse de sus amigos y su novio para luego ir hacia la barra y presentarse ante Mohamed y los demás concursantes.

- A un lado, que en mi país los biberones tienen vodka. Esto no es nada. ¡Voy a participar! - anuncia con ánimos festivos la posibilidad de dar por tierra las intenciones de Aakesh y Erika.

Aakesh por un instante recordó un evento trágico, erizando su cabello y soltando gotas de sudor en su frente. Se imagino a si mismo siendo atacado, y posiblemente asesinado, por Sergei cuando este le dispara con una pistola phaser en Ingeniería.

Tal vez es el recuerdo de un sueño, una pesadilla o simplemente una alucinación a causa del estrés de los días pasado. Como fuese la sensación se fue tan velozmente como llegó. Rápidamente el primer oficial recuperó la compostura para seguir adelante con la fiesta.

- ¡Muy bien! Cuatro es mejor que nada ¡Y que gane el mejor! ¡O en este caso el mejor hígado! - dijo sonriente el auxiliar de cocina convertido en barman y juez del concurso de tragos ardientes.

- ¿Preparados? A la cuenta de tres. Uno, dos… ¡Tres! -

De este modo Mohammed inicia el concurso de chupitos de tequila y los cuatro concursantes deben beber su primer trago ardiente.

Aakesh se encontraba sentado en un taburete, serio y sudoroso, casi pálido. De pronto dio un fuerte respingo, se quedó muy quieto, como si estuviese en blanco, y al poco comenzó a reaccionar.

-Esto no debería estar pasando

Le llegaron las voces de la discusión que estaba teniendo lugar entre la tripulación, y por un momento pensó en acercarse para poner orden, pero al ver que Birikov se acercaba se detuvo. Le miró con odio y más cuando dijo que se apuntaba al torneo. Aakesh no dijo nada, pero su rostro dejaba claro que no estaba a gusto con él.

-¡Lightman, Blake, Fisher, Ollander, tranquilitos, estamos de celebración!.

Buscó con la mirada a los demás miembros de la tripulación. Vio a la capitán y a Jankowsky, los cuales parecían acaramelados, -¿desde cuando...?- así como a McCall, a la embajadora a Soong y a la doctora. Por un momento dudó a quien dirigirse, aunque tenía claro que a la embajadora y a Soong no les diría nada.

-¡MCCALL!

En cuanto pudo ver que el oficial de comunicaciones le devolvía la mirada, algo de lo que estaba seguro que no le iba a costar nada en hacer, le hizo señas para que se llevase a Lightman de allí.

Se preparó para el torneo, volvió a mirar a Birikov con odio, mientras que de nuevo le venía un dolor punzante en el pecho

-Vamos a hacerle morder el polvo Erika

Cogió el chupito que le habían dado y antes de beberlo lo levantó

-Por lo caídos de la Excalibur

¿Por qué he dicho eso?

Y se lo tomó de un trago

Aakesh le susurra a Erika antes de tomarse el chupito

-Nuestras propuestas son muy atrevidas, bajemos el tono. Quien pierda hace un streptease delante de todos.

Toma el chupito y sonríe

-Siempre y cuando quedemos nosotros dos como únicos vencedores. Si nos vencen....o hacemos el streptease los dos o no hacemos nada.

- Si te gano, es decir, quedo como única vencedora... Trabajarás un día en el puente con mi ropa, serás una primer oficial. - responde divertida. - Acepto lo del streaptease, espero que no se grabe lo único. 

Tras decir aquello, coge el vaso y al ruedo.