Partida Rol por web

Jankowsky entró en la D5 con su rifle por delante. El aspecto del interior de la nave no era bonito pero después de haber estado en la Zeshkan estaba curado de espantos.

-Menudo antro.- Pensó mientras buscaba presencia hostil. No tardó en ver a aquellas cuatro bestias, al carajo el efecto sorpresa, si se libraban de esos bichos no lo podrían hacer en silencio.-¡Cuidado!, tienen dientes.- Fue la única obviedad que se le ocurrió decir para advertir a sus amigos. Al momento apuntó a la primera que bestia que se le cruzó para disparar a discreción.

Aunque era un experto en armas no tenía demasiada experiencia matando animales o cazando, la situación le recordó a ciertas criaturas en unas remotas catacumbas en el planeta B-Sygnus. Allí era donde había comenzado su camino con la Excalibur y forjado su amistad con Jonhy, tenía la sensación de que habían pasado siglos de aquello. Ahora ya empezaba estar agotado, solo quedaba terminar con esa maldita amenaza Klingon, echarse una buena siesta y... quien sabe, culminar ese baile pendiente con De Alba.

Todo esto pasaba por su cabeza mientras los fogonazos de su rifle iluminaban su cara.

Aakesh entró cautelosamente, con el escaner y su arma en las manos. Observó con curiosidad el interior de la nave klingon, ya que la primera y última vez que estuvo en una nave, en esa nave precisamente, fue para que los llevasen como esclavos a la arena de Mohjo, y lo único que pudo contemplar hasta cansarse eran las celdas donde estuvieron encerrados durante todo el viaje.

Al subir una rampa pudieron ver a lo lejos a dos klingon con cuatro bestias espantosas, no más grandes que un jabalí de la Tierra, pero con dientes y una armadura que los hacían extremadamente peligrosos. Se iba a agazapar cuando Jankowsky sin pensárselo dos veces les avisó de que tenían dientes y disparó a uno de ellos.

En ese momento Aakesh también disparó, pero no a las bestias, sino a uno de los klingon

Las bestias no darán la voz de alarma, los klingon sí

Las ligeras vibraciones en la nave señalaban la maniobra de desacople, sin duda una nave enemiga no era el mejor lugar para estar pero la Orion estallaría de un momento a otro y al menos eso era mejor que nada. La nave resultaba algo austera pero robusta a su vez, no obstante había daños visibles en la estructura y algunas alarmas sonaban dentro de la nave. No podían saber si la Frankling seguía ahí fuera pero sin duda la D5 había sufrido daños severos.

Los tripulantes parecían estar lo suficientemente ocupados para percatarse de su presencia, al llegar a una de las intersecciones los primeros tripulantes hicieron acto de presencia dos klingons y lo que parecían ser 4 bestias guardaban el paso.

Tras tomar las pertinentes posiciones los phaser intentaron aprovechar el factor sorpresa y acabar con la mayoría de la amenaza antes de que reaccionarán.

James tiro las cajas que se agolpaban a los lados para intentar improvisar una especie de barricada pues sin duda aquellas bestias buscarían el contacto cuerpo a cuerpo. Su rifle phaser dispuesto y preparado escupió muerte a la orden de su dedo ejecutando a uno de los klingon.

Cristina entró en la D5 midiendo casa paso y cada movimiento, con todas las alertas activadas. Acababan de entrar en al boca del lobo, pero si las lecturas eran ciertas aquello podría convertirse no sólo en su propia salvación sino en la de la Franklin, que no podría resistir demasiado a los ataques klingon ahora que estos se habían desacoplado de la nave orionita.

A medida que iban avanzando por aquella pestilente nave más asco le estaba dando, una cosa estaba clara... no soportaba a los klingon, una oleada de recuerdos de todo lo pasado, hizo que tuviese que tomarse unos segundos para controlar su ira, debía calmarse, tener la sangre fría, habían llegado demasiado lejos para echarlo a perder.

Al llegar a la estación de control y divisar a aquellos horripilantes jabalís, la capitana se arrodilló y tomó posición, de inmediato sus hombres y Stevenson abrieron fuego y ella hizo lo mismo apuntando a los klingon.

Con cautela el numeroso grupo entró en la nave klingon. La idea de que tendrían el camino despejado, si es que a alguien le hubo pasado por la cabeza, enseguida se disipó al deslumbrar a dos soldados klingons con lo que parecían una especie de perros con ellos.

- Vaya, aquí dejan embarcar a mascotas... - bromeó por lo bajo.

En seguida todo el mundo empezó a disparar, no era cuestión de esperar que los klingons les dieran la bienvenida y les invitaran a visitar la nave. Johnny hizo lo mismo. Dudó en qué objetivo podía ser prioritario, si los klingons o los perros, pero entendió que el mayor riesgo eran los soldados más que los animales. Apretó el gatillo de su rifle y disparó a uno de ellos.

El ataque lo inicia Jankowsky al disparar contra uno de los Targ, quienes de inmediato olfatean a los humanos y arremeten contra ellos antes que sus dueños Klingon. Las bestias son muy ágiles y veloces, al punto que el disparo del comandante acierta por nada. Aunque el daño de un disparo no es suficiente para derribar a la bestia.

Las otras tres criaturas atacan a sus compañeros, comenzando por Johnny que evita el mordisco al saltar hacia un lado. En cambio uno de los targ cae pesadamente sobre Diana y Rosinka, quienes forcejean con la bestia. La capitana también es atacada por un Targ en la altura de sus rodillas.

Los demás disparos del grupo fallan por la cobertura parcial de los Klingon, que al estar detrás de la estación de comando obtienen una defensa no esperada. Solo James y Cristina logran herir a los dos guerreros, pero estos devuelven el fuego tan rápido como pueden.

Y en medio de ese caos Aakesh obtiene el resultado de su análisis previo con su escaner personal. La red de sistemas primarios de la D5 presenta fallos importantes por un daño reciente. Por ejemplo ahora el sistema de sensores (interno y externo) no funciona. Esto a su vez es una ventaja porque desde el puente no pueden saber que en la rampa hay combate y disparos de armas.

Todo sucedió muy rápido, los disparos del grupo de abordaje y el contraataque de los klingon y sus bestias, que resultaron ser más letales de lo que se pensaban. Aakesh se parapetó lo mejor que pudo detrás de unas cajas a la vez que su sensor daba lecturas de la nave.

-¡Tienen los sensores internos y externos fritos!, ¡no sabrán lo que pasa si nos damos prisa!

Las cuatro bestias estaban encima suya. Realizó una evaluación rápida y apuntó para disparar a la bestia que atacaba a Jankoswky

El klingon tendrá que esperar

Apretó el gatillo pero sin perder de vista a los klingon. Sabía que en cualquier momento le podrían disparar.
 

La fiesta había empezado. Johnny se dió cuenta de que no podía menospreciar la amenaza de los animales. Eran rápidos, ágiles y con dientes afilados. Por suerte logró esquivar a uno de ellos, pero algunos de sus compañeros no tuvieron tanta suerte y las bestias amenazaban sus vidas con esos colmillos sedientos de sangre.

Dado que no gozaba de un buen tiro contra los klingons decidió cambiar su objetivo y disparar a la bestia que estaba atacando a Jan. Él estaba herido y una mordedura de esos animales podría llegar a ser mortal, dado su estado. Sin pensarlo dos veces, aun teniendo un perro de esos cerca, disparó a la bestia que atacaba a Jan. No dejaria que muriese mordido por un chucho apestoso.

El disparo de James acertó de lleno en el blanco abriendo un buen agujero en el pecho del klingon quien incomprensiblemente respondió al fuego blaster del comandante. El disparo del otro klingon sin duda era letal pero James consiguió esquivar el impacto de energía en el último momento no sin ver su uniforme con una ligera línea negra por el paso tan cercano del disparo.

Las bestias se lanzaron al ataque más rápido de lo que parecían ser, el combate cuerpo a cuerpo parecía inevitable y la barricada de cajas improvisada por James no pareció tener el más mínimo efecto sobre aquellas criaturas que llegaron hasta la segunda línea sin pestañear gracias a su agilidad.

La situación de la nave klingons sin duda era precaria pero aquel combate ponía al grupo en una situación no mucho mejor.

Mientras recupera el aliento de ver la muerte ante sus ojos James aprovecho para abrir el comunicador a ver si había más suerte.

Aquí Stevenson nos encontramos en la D5 en combate con la tripulación ¿Pueden oírme?

Cristina maldijo en español mientras trataba de quitarse de enmedio de los disparos de los klingons, a pesar de la celeridad que se habían dado no había sido suficiente para eliminar a los klingons y sus rápidas mascotas.

Con horror vió como uno de esos bichos iba directo hacia Jan con las fauces abiertas.

- ¡JAN!-exclamó sin poder contenerse consciente de que el oficial táctico no sería capaz de sobrevivir a más heridas, quiso ayudarlo apuntando ella también hacia la bestia que lo iba a embestir, sin embargo otro targ se dirigió directamente hacia ella lo que hizo que por instinto terminara por disparar hacia este.

Oyó el grito de de Alba advirtiéndole del peligro inminente y por muy poco logró apartarse para evitar ser la cena de aquel bicho. Se le acercó tanto que pudo percibir su aliento fétido y cálido pero le respondió con un disparo a quemarropa.

-Quita bicho.- Le dijo de forma despectiva. Lo había herido con su primer disparo, esperaba que no sobreviviera a este, aquellos targ estaban acosando al resto de sus compañeros que, por suerte, habían logrado salir indemnes. Le preocupaba especialmente la criatura que acosaba a Cristina, en cuanto acabar con el suyo ayudaría a la capitana en caso de que ella no fuera capaz. Aunque tenía que serlo, debían acabar cuanto antes con esos jabalís del demonio para hacer frente cuanto antes a sus dueños.

Las bestias reanudan sus ataques luego del asalto inicial, habiendo superado las primeras lineas de MACOs y cayendo sobre la tripulación de la Excalibur. Sus ataques iniciales fueron contundentes pero en la repetición fallan en todos sus intentos por el reducido espacio. Tal vez sus amos reconsideren empelar Targs en espacios reducidos.

Solo una bestia de guerra consigue acabar con un atacante. Rosinka finalmente cede ante la presión de las fauces del monstruo y su cuello es desgarrado sin piedad. Instantes después Diana ataca al Targ con sus cuchillos de combate.

Jankowsky se mantiene con vida de puro milagro al evitar la mordida del Targ. Su disparo hiere mortalmente al jabali klingon y Aakesh y johnny terminan por destruir al monstruo.

Los Klingon tampoco tienen tanta suerte porque sus ataques fallan estrepitosamente, cuando sus heridas hacen mella en su puntería. Uno de ellos es abatido por James momentos después de herir gravemente al primer oficial de la Excalibur.

El disparo de Aakesh impactó de lleno en el targ junto con el de Stevenson y Jonny, aunque ya estaba muerto por el disparo de Jan. No pudo evitar sonreír de oreja a oreja

-¡Uno me...!

No pudo acabar la frase, un disparo impactó de lleno en él. Cayó hacia atrás gritando de dolor

-¡AAAGHHH!!!

Intentó levantarse pero la herida le dolía demasiado. Notó como la zona del impacto le ardía y pudo ver una mancha oscura en el uniforme provocada por el disparo que había quemado esa zona.

¡Mierda, mierda, mierda!, ¡ahora no!

Se encontraba débil, por lo que permaneció sentado

Creo que los klingon se acabaron para mí, de momento.

Pero era un miembro de la Flota Estelar, uno de los pocos supervivientes del suceso de la Ulyses. Primer Oficial de la Excalibur y había luchado y sobrevivido en la arena y hasta a una catástrofe multiuniversal. No se iba a quedar sentado sin más mientras sus compañeros luchaban por sus vidas. Se intentó cubrir todo lo mejor que pudo con las cajas que había tirado Stevenson, apuntó su arma como pudo y disparó al targ que atacaba a su capitán.

Si voy a caer, que sea luchando
 

La situación se iba complicando. Johnny pudo ver como caía la MACO, víctima de una de esas bestias, lamentando que acabara de esa manera tan cruda. Pero tenían que reaccionar, empezaban a tener bajas en su grupo. Ya no solo era Jan el herido, Muk recibió el impacto de un disparo y parecía grave. Johnny se abalanzó a su posición, llamando a Blake para que auxiliara al primer oficial de la Excalibur.

- ¡Blake, aquí, rápido! - avisó a su amiga - Yo os cubro.

Volvió a apuntar y decidió que objetivo atacar. Dado que aun quedaban bestias, apuntó a una de ellas ya que eran el peligro más inminente, y una mordida de esos animales en Muk podría ser mortal.

El segundo disparo de James acabo sesgando la vida del klingon aunque no pudo evitar que el disparara por última vez. La refriega esta en su punto más álgido y el segundo klingon a unos metros de distancia amenazaba con acabar el trabajo de su compañero ya que el primer oficial de la Excalibur parecía vivo aunque la herida en su pecho no tenía ninguna buena pinta.

James miró a su alrededor con especial atención a Cristina quien parecía defenderse bien de su atacante y Jan liberado de su propia bestia les daba cierta ventaja. James apunto al segundo klingon mientras se puso justo encima del cuerpo de Mukherjee quedando este a sus pies para cubrirlo con su propio cuerpo ante cualquier otro ataque.

Una vez en posición y sin dudarlo más disparo su phaser para añadir un nuevo certero y efectivo disparo sobre el enemigo.

Cristina respiró cuando Jan pudo esquivar al targ, sin embargo Muk no tuvo tanta suerte, quiso ir hacia él, pero estaba siendo acosada por otra de las bestias y a los klingons que quedaban tampoco podían perderle la cara por lo que se concentró en seguir disparando para acabar lo antes posible el combate, el sonido de unos huesos al crugir le hizo darse cuenta de que alguien de los suyos había caído... Pero no quiso mirar... No debía hacerlo, primero tenían que resolver el conflicto.

-"Bastardos" -maldijo en español incapaz de contenerse.

Se había librado del targ y ahora debía ayudar a los demas, por un momento dudó si ayudara Aakesh y Cristina pero decidió apuntar a la bestia que había atacado a Johnny. Confiaba en que la capitana y su segundo darían controlado la situación.

Para poder ayudar a su amigo tuvo que exponerse de forma más arriesgada de lo que le hubiera gustado por lo que se convirtió en un blanco fácil durante unos instantes. Por suerte el klingon que seguía vivo parecía estar demasiado ocupado con James.

Cuando tuvo buena línea de tiro descerrajó una buena ráfaga al aberrante jabalí que se le había echado encima a Johnny.

-Muérete de una vez sucio bicho.- Gritó lleno de rabia.

Las bestias arremeten de nuevo, con sus nauseabundas fauces, intentando desgarrar la carne de Johnny y los demás. Siempre intentando matar y continuar con otras victimas. Para ello fueron entrenados en lugar de ser comida de Klingons.

En esta ocasión los defensores mantienen a raya a las bestias durante el combate. Incluso Diana puede con el Targ que tiene encima. Poco después dos de estas criaturas son abatidas por Eduard y Aakesh respectivamente.

En el pequeñísimo ínterin el klingon restante dispara sin piedad contra Blake, quien acudió en ayuda de Aakesh y por pedido de Johnny. La rubia es herida de muerte por el disparo y cae de bruces sin emitir sonido alguno. La risa burlona del guerrero Klingon es apagada cuando James dispara contra él y lo mata en el acto.

Dentro de la brutalidad del combate solo resta la criatura que forcejea con Diana...

Tendría tiempo de compadecer a Johnny por la pérdida de Blake, Jankowsky sabía que se habían generado sentimientos entre ambos y llorará su muerte pero ahora no hay tiempo. James se deshace del segundo klingon por lo que ahora solo queda un targ que Artemisa no logra quitarse de encima. Eduard dispara sin miramientos aunque con precisión, no pretende herir a su "rescatadora",y al fin y al cabo ya estaba harto de tanta bestia y tanto diente.

-Es mejor sacrificarlo para que no sufra.- Le dice con tono jocoso a Artemisa. Es una mujer seria pero Eduard lleva haciendo chistes malos a lo "heroe de acción de los 90" desde que era soldado fregonas. Por supuesto no esperaba que a Artemisa le hiciera p... gracia.