Partida Rol por web

 sha'de Alba.- susurró el enorme andoriano en el oido de la capitana.- Hemos determinado que la nave es territorio hostil y esperamos una traición en cualquier momento. NECESITO que esté preparada para organizar a sus hombres para que organices junto a mi tripulación una resistencia si se diese el caso. Pero necesitamos no levantar sospechas, sólo estar atentos para reaccionar lo antes posible. El terreno nos es hostil, si percepción dadas las circunstancias ambientales es limitada. No lo ponga más dificil.-

- Me he dado cuenta nada más pisar la nave, son mercaderes de esclavos... debemos valer más de lo que le habéis pagado vosotros... Estamos en el mismo bando, lo sé, no me ofenda, no olvide que soy capitán de la flota.

Lo prudente sería ponerla en estasis criogénico hasta llevarla a unas instalaciones en condiciones…- le respondió el doctor a la capitana -Pero la maldita prudencia es un jodido lujo ahora mismo- dijo, en un tono normal a pesar del lenguaje, que al menos en esta ocasión no era por ella, sino por la situación… al menos hasta que el andoriano sacó su cuchillo, o como se llamase aquella arma y lo incrustó en una de las jaulas a modo de amenaza.

Me cago en la puta, teniente, más le vale guardar ese jodido cuchillo, y dejar de amenazar a mis pacientes- le espetó Matthew a Ishant, esta vez realmente cabreado, colocándose entre él y de Alba -Me dan igual los motivos, lo que haya dicho o hecho, por mi como si se ha tirado a su jodida abuela, nadie toca a mis pacientes, ¿entendido? Nadie- le dijo, mirándole directamente a los ojos como si lo retase a responderle -Y tú, ya tienes bastante jodida la garganta por el puto gas, deja de hablar y no me hagas más difícil en tratarte- le espetó a Ollander.

¿Y qué es eso de ponernos aquí mismo?- exclamó al ver como la capitana extendía el brazo para que la examinasen -Joder, como si no fuese bastante complicado ya… primero hay que ir al camarote donde está el jodido botiquín y luego improvisar algún lugar medio decente donde poder trabajar- les dijo -¿O pensáis que esto va a ser como aflojar un par de putas tuercas?- les dijo.

El andoriano miró al medico por un lango momento, levantandose de su posición junto a la capitana. Sus antenas, que se habían relajado ligeramente después del breve intercambio con la capitana se aplastaron de nuevo contra su cráneo, aplastando el corto cabello del andoriano. Con toda su altura totalmente estirada, se cernió sobre el médico, arrancó de nuevo el ushaan-tor de la pared de la jaula, agarró al médico por el cuello de la chaqueta y lo levantó hasta que sus pies dejaron de rozar el suelo y pudo mirarle directamente a los ojos, con sus narices casi tocándose y el arma blanca otra vez ferozmente apretado en la otra mano.

- Vamos a tener usted y yo unas palabras... "teniente".- dijo en voz queda, sin apartar la mirada para después añadir.- ustedes dos no se muevan de aqui.- tras decir eso, se apartó un par de pasos sin soltar al médico ni dejarle usar sus propios pies para desplazarse.

Un poco apartados de los pacientes, pero aún manteniendo en el aire al médico, el andoriano comenzó a hablar, la voz trémola por la ira malamente contenida.

- Esta maldita nave es una nave esclavista por si no se había dado cuenta, una única salida,  justo aquí al lado, ha diferencia de en los... "camarotes" que nos dejaría virtualmente atrapados y sin posibilidad de escapar si fuese necesario. Esta tartana sólo tiene una vía de escape, ese maldito pasillo  de ahí atras, rodeado de jaulas, todo dispuesto para plantar con facilidad una emboscada. Fácil de defender en caso de motín, más fácil aún de contener un intento de escape. La iluminación es tan pobre que vosotros, pieles rosa, a penas veis los detalles de la sala 4 metros más allá de vuestras narices.-  tomo un poco de aire a través de los dientes apretados y desvió un segundo la vista para mirar su arma antes de volver a clavar sus ojos azules en los del médico.- La puñetera  betazoide ha asegurado que el capitán ha sido remunerado por adelantado y que está de nuestra parte, pero sospecho que se quedará con el dinero y nos apresará para sacar un extra con nuestra venta como tenga la menor oportunidad. Así que hagame el favor de hacer su jodido trabajo mientras yo intento que tengamos el culo a salvo en caso de que esto vaya tan mal como espero y tenga que cargar a sus dos pacientes fuera de aquí en medio de un tiroteo. Así que mantengase tranquilo y... obedezca de una vez sin poner más problemas. ¿Quiere el puñetero botiquín? iremos a por él, pero de una manera segura. Por los anillos de Andor, si hubiese tenido que soportar tanta indisciplina en la Guardia os habría matado a todos hace meses. Y me hubiesen condecorado por ello.

Si vuelve a amenazar la integridad de mis antenas otra vez sepa que no respondo de mis actos

Jankowsky sonrió para sus adrentros al oír al azulado ingeniero, sin duda la capitana era una experta haciendo amigos. Cuando Stevenson comenzó a repartir órdenes pudo percibir que en el gesto de Cristina había cierto desacuerdo pero tendría que apechugar. Estaban aquí gracias a esa gente y ahora debían cooperar además el peligro no había terminado, dejar a un esclavista para meterse en una andrajosa nave esclavista no daba demasiadas esperanzas aunque pensándolo en frío quizá fuera una muy buena tapadera.

Siendo experto en seguridad y táctica Jankowsky no comprendió que le enviaran a buscar agua, puede que lo que pretendía Stvenson era que hiciera de guardaespaldas de la vulcana en ese caso tendría sentido. De todas formas Eduard no puso impedimentos ni le dió mas vueltas, respondió con con un silencioso movimiento de cabeza a la vulcana y aceptó la orden a la espera de que ella decidiese hacia dónde ir.

Johnny observó algo asombrado lo que estaba ocurriendo entre el andoriano, la capitana y el médico. Allí todos gritaban, renegaban, soltaban tacos y parecía ya más una pelea de gallos para ver quien la tenía más larga que no una misión de rescate.

Iba a intervenir mostrando su apoyo a la capitana cuando vio como el azulado levantaba en volandas al médico y se lo llevaba para tener unas palabras, según dijo. Se acercó a de Alba, que se había quedado con el brazo extendido a expensas del reconocimiento del andoriano, y a Ollander.

- ¿Me lo parece a mi o esta gente está como un cencerro? Al final se matarán entre ellos... ¡y se supone que venían a salvarnos!

James trataba de hablar con el capitán tras recién acabar la conversación con elung cuando los ruidos del ingeniero y el médico formaron un nuevo alboroto del que pareció perderse el control.

El andoriana levantó con fuerza al doctor amenazantemente lo que llevó a James a tomar una decisión. El oficial sacó su phaser apuntó al gigante azul y disparo.

Me han decepcionado por última vez

Tras el disparo James miro a los ojos al doctor en una mirada fulminante mientras bajaba su arma.

Una vez que la pequeña conversación con el Primer Oficial termina, Elung se acerca a Jankowsky con la intención de extender su mano para presentarse sin dejar de mirar a los ojos a Eduard. 

- Señor, Elung, Oficial Científico. - se presenta en un tono neutral. - Podría acompañarme a buscar...- corta la frase de repente al ver como el Doctor e Ishant tienen algunos entredichos. 

Alzando una ceja, niega con la cabeza bajo la potestad de la desaprobación de aquel altercado y tras desviar nuevamente la mirada al Oficial de Seguridad, continúa la conversación mientras el andoriano cae al suelo tras la inminente reacción de James. 

De alguna manera la Vulcana se mantiene atenta, estos eventos, los comentarios e incluso la falta de respeto, puede repercutir en el Capitán de la nave, situación que no beneficia a nadie ya que se depende justamente de él para terminar la misión. 

- ¿Me acompaña? - indica Elung a Jankowsky, invitándolo a caminar por la nave hasta encontrar el agua y la comida. 

El disparo traicionero del Primer oficial del grupo de rescate no da tiempo al ingeniero a reaccionar adecuadamente y mucho menos a esquivarlo. El gigante de las tierras heladas es derribado por el rayo aturdidor junto al doctor que estaba siendo colgado por el ingeniero. Griffin en su breve pero inesperada caída golpea con su cuerpo una jaula y los barrotes de esta dejan sendos moretones en su espalda.

Ante el exabrupto el mercenario Gorn es quien reacciona con celeridad pese a ser una criatura de sangre fría.

- ¡Zzzhhhhzzz altoh ahí! - ordena Raptar a James.

El Gorn se acerca al humano hasta encontrarse a tan solo un metro de el.

- Zzzii uztedez mueren no importah pero zi elloz rezultan heridoz o muertoz entoncez la paga ez menor – sisea mostrando toda su dentadura afilada, cual depredador que es.

Las palabras del mercenario dejan en claro que ellos aun tienen el trabajo de cuidar de los tripulantes de la Excalibur, y que por consiguiente van a hacer todo lo posible para protegerlos, incluso de los rescatadores.

El “Breen” la ingresar a la nave comenzó a trabajar con un dispositivo de mano, similar a un escáner portátil, hasta que estalló la discusión y el disparo aturdidor cortó abruptamente la situación.

Entonces el “mercenario” guarda su aparato y extrae una pistola. Sin apuntar a nadie él también comienza a hablar con notable enfado.

- Basta de estupideces. ¿Dicen ser de la Flota Estelar cuando se comportan como Klingons, resolviendo todo con disparos y cuchillos? -

Sus palabras claramente denotan irritación y disgusto por igual.

Aribeth, haciendo gala de su habilidad, suelta un par de esferas del tamaño de un puño, las cuales comienzan a rodar por el suelo alrededor de ella. Lentamente se aleja de todos hasta alcanzar una pared junto al pasillo. Desde allí también se une a la intervención.

- James, James. No puedes tratar así a tu gente. No es ejemplo para los rescatados. Además deberías guardar tus energías para la noche. - aconseja con una sonrisa a medio dibujar mientras las esferas trazan un circulo a su alrededor. En cambio su mirada no acompaña su gesto. Todo lo contrario.

La pobre iluminación del interior de la Zeshkan es idóneo para mantener los detalles fuera del alcance de los “pasajeros”. Los caminos hacia la proa y la popa se encuentran bloqueados por sendas puertas blindadas, solo permitiendo el deambular por el área de carga donde se apilan las jaulas.

Cuando los mercenarios reaccionan ante el disparo de James, el capitán también toma cartas en el asunto tocando algunos botones de su caja de controles ubicada en su pecho.

- Basta. Acto violento prohibido. Alto o bajarse ahora. Obedecer o conocer tripulación Zeshkan -

Las palabras artificiales de Licahss son acompañadas por múltiples gruñidos que parecen surgir del interior de los mamparos de la nave, del suelo y de cada pared. Lo que anterior se asemejó a una sonrisa ahora es una mueca totalmente contraria en su rostro mortecino.

Pensaba que Stevenson y Cristina, imponiendo su autoridad, calmarían la situación. Especialmente viendo al andoriano como el racional del grupo. Sin embargo, todo se fue al garete cuando tomó al médico por la ropa y lo levantó en el aire.

Mis ojos quedaron como platos, no podía creer lo que veía.

-¿Pero que mierda...? -alcancé a susurrar, justo cuando Sevenson desplegó su arma y abrió fuego. Ahora se me caía la mandíbula. Habíamos estado perdidos en el desierto, desahuciados y desesperados, habíamos sido esclavos y asesinos, pero jamás los hombres y mujeres de la Excalibur nos habíamos puesto unos en contra de otros. Aquel acto me hizo recordar la camadería, el respeto, la lealtad, la hermandad de la Excalibur. Juntos nos habíamos enfrentado a todo y estábamos vivos por eso, quizá esa era la clave.

Hice un click.

Me puse de pie y me aproximé a la Capitana y a Lightman. Mientras la tripulación de la Zeshkan reaccionaba al entuerto. Me volteé al piloto y hablé:

-Si estaremos mal que en medio de este caos es agradable contar contigo, Lightman -dije; en eso, miro a De Alba y tomo su mano no biónica-. Capitana, estoy aquí. Vamos a salir de esta a como de lugar.

El día seguía yendo a peor, el capitán Licash no le respondió, el piloto de la Excalibur volvía a ignorarle y en vez de ir a apoyarle se fue con la capitana. Y volvía a haber otro incidente con Ishant aquella gente le estaba poniendo nervioso. Aunque le seguía escamando el que llevaba el traje del breen, aquel tipo le seguía recordando a cierto famoso ingeniero y hablaba de la flota cómo si conociera sus valores, cuando tuviera tiempo hablaría con él. Por el momento debía rebajar tensiones y esperar a que todos los demás hicieran lo mismo.

-Capitán Licash, tales acciones no serán necesarias. Quizás el comandante se haya sobrepasado en su acción correctiva pero el arma está en aturdir, no hay nada de lo que preocuparse. Contenga a su tripulación, por favor es mejor que descanse. ¿Podría acompañarnos al puente para que comuniquemos con nuestra nave y terminar esta situación lo antes posible? -Quería ir con el andoriano y calmarlo de nuevo cuando despertara pero no era el problema más inmediato, ahora era rebajar la tensión primero con el que parecía poder dar la mayor cantidad de problemas.

Trató con su lenguaje corporal que el capitán le acompañara al puente. -Por cierto, nos habían informado que unos orión tenían a más miembros de la Flota Estelar, ¿sabe usted algo?

Cuando el doctor Griffin salió a defender a sus pacientes en especial a ella, no pudo evitar sentir cariño por él, era un médico totalmente entregado a sus pacientes a pesar de todo lo cascarrabias e insufrible que era, lo que la dejó a cuadros fue al reacción del andoriano cuando agarró a su compañero del cuello y recuperó el cuchillo.

- ¿Pero que coño hace?- le dijo al andoriano sin dar crédito, sólo que antes de que pudiera hacer anda el disparo de James la sobresaltó al no estar ella también de espaldas, la capitana le dedicó una mirada de extrañeza y sorpresa a Stevenson, casi sin reconocerlo ¿Se había vuelto loco?

-Si estaremos mal que en medio de este caos es agradable contar contigo, Lightman -dije; en eso, miro a De Alba y tomo su mano no biónica-. Capitana, estoy aquí. Vamos a salir de esta a como de lugar.

Ante el espectáculo ofrecido Cristina comenzó a pensar que no tenían salvación pero se tranquilizó sintiendo una punzada de orgullo, al ver como su piloto y su ingeniero se posicionaban a su lado, lo que hizo que apretara la mano sobre Ollander, ella obtenía su fuerza de voluntad gracias a sus hombres.

- Lo sé... caballeros, estoy con vosotros- sonrió a ambos, juntos podían conseguirlo, al final la tripulación de la Excalibur no iba a resultar tan complicada frente a los rescatadores... se dijo para sí- Pero debemos colaborar con ellos, si hemos llegado aquí ha sido por su trabajo... Señor Lightman, el señor Newton le ha pedido ayuda, yo estoy bien... por favor vaya con él y apoye en lo que haga falta- debía organizar a los suyos para superar el caos.

Entonces al mirar al doctor se acercó a él y se agachó a su lado, preocupada por sus heridas.

- Doctor...no me suelte ahora ningún puñetero discurso, déjeme ayudarle- le tomó de los brazos para ayudarlo a incorporarse y mirarle la espalda- ¿Tiene algún sedante? Dígame que puedo hacer- se ofreció preocupada sinceramente por él.

 Entonces los mercenarios comenzaron a mostrar sus cartas, los sonidos que se escucharon cuando el capitán zombie intervino pusieron los pelos de punta a la española, miró primero a sus oficiales y después a su alrededor con los sentidos completamente alerta, desde su posición agachada con una mano puesta sobre el brazo del doctor y la otra sobre su espalda, sin llegar a presionar.

- Zzzii uztedez mueren no importah pero zi elloz rezultan heridoz o muertoz entoncez la paga ez menor –

Aquellas palabras fueron las que más preocuparon a la capitana, corroborando todas las sospechas, estaban metidos en una trampa y necesitaban trabajar en equipo para salir de allí

Cita:

- Lo tomaré como un cumplido - dijo el piloto - Que no se puedan controlar y que tengan que recurrir a las armas deja mucho que desear... Lo cierto es que esta nave me da escalofríos, casi tanto como los que nos han venido a rescatar. Aunque si hemos aguantado un el aterrizaje de la Excalibur y los macabros juegos en la arena, podremos con esto.

Johnny volteó a su alrededor. En el fondo tenia ganas de visitar la cabina de mando y ponerse a pilotar ese trasto para llegar lo antes posible a la otra nave con el resto de la tripulación.

Cita:

- De acuerdo, capitana. Haré lo que esté en mi mano para colaborar con él.

James volvió a guardar su arma sin apenas inmutarse ante los comentarios, miradas y demás con ganas de darle lecciones de moral. Aquel sobrio rostro era una contraposición de lo que realmente sentía por dentro, se sentía abatido, triste por tener que haber tomado una decisión así pero no podía mostrarse débil o titubeante, no en aquella nave, no rodeado de toda aquella hostilidad.

James disparó, sin mediar palabra y aquel era un mensaje para todos los presentes, para su tripulación, la de la Excalibur y sobre todo para aquellos mercenarios los cuales debían entender que James haría lo necesario para acabar su misión y que no les haría a ellos si era capaz de disparar a un miembro de su propia tripulación.

El andoriano se había convertido en un problema más que en un activo, James se sentía responsable en cierto modo, pero ya falto a la cadena de mando antes de empezar la misión y aquel acto nuevamente agresivo era un acto que no podía tratarse de otra manera, había tenido una segunda oportunidad y la había desperdiciado... las palabras y discusiones en aquel momento solo hubieran mostrado debilidad ante los mercenarios.

Finalmente James se giro hacía el reptiliano que se mostraba amenazante, dio un paso hacía él mandandole un segundo mensaje, indicándole que James no era una persona fácil de amedrentar.

Siento el altercado capitán dijo mientras miraba al gorn Parece que uno de mis hombres ha sido afectado por la inhalación del humo tóxico y podía suponer un peligro para cualquiera y para si mismo.

El tono de James volvía a ser tranquilo y conciliador no esperaba crear un altercado ni mucho menos, sino atajar la situación de una manera rápida y eficaz.

Stevenson comenzó a dar órdenes. Aakesh se disponía a ayudar en lo que pudiese cuando todo sucedió muy rápido. Oyó gritos y un disparo, sólo para ver como el andoriano caía inconsciente

-¡Pero que demonios....!

Se quedó quieto sin hacer nada, a la espectativa. Al final reaccionó

-Esto no me lo esperaba. Perdonen si me entrometo pero o empiezan a colaborar o dentro de poco todos estaremos en la arena de nuevo, y cuando digo a todos, es todos.

¿Qué coño…?- pensó Matthew cuando, sin previo aviso, el maldito y descerebrado andoriano le agarró por el cuello de la chaqueta y le levantó en vilo, llevándoselo varios metros así sujeto para empezar a decir cosas que lo cierto es que al doctor no le importaban en absoluto… aunque antes de que pudiese decirle lo que pensaba de ello, cuando, tras el destello del disparo de un phaser, el gigante azulado calló al suelo aturdido, provocando con ello que el propio doctor cayese al suelo al haber estado mantenido en vilo por el andoriano, aunque no sin antes golpearse dolorosamente la espalda contra los malditos barrotes de una de las jodidas jaulas de esclavos.

Tras el caído Ishant, James, arma en mano, le dirigió una mirada fulminante al doctor, seguramente a modo de reprimenda, mientras este se levantaba, pero lo cierto es que este no se amedrentó por ello. El muy imbécil había amenazado a uno de sus pacientes, y si James esperaba que no hiciese nada ante eso, es que no conocía a Matthew.

Si, lo tengo… pero no me sobran como para desperdiciarlos-le dijo el doctor a la capitana, aceptando su ayuda para levantarse mientras recuperaba el aliento, emitiendo un leve quejido de dolor por el golpe en la espalda -Si quiere ayudar, vayamos de una vez a por el jodido botiquín a ver si podemos hacer algo con esa maldita cosa- le dijo, echando un breve vistazo a la mano donde tenía el extraño guantelete.

El ambiente aún estaba tenso, pero el doctor ya estaba apurado por conseguir el precario botiquín con el cual asistir a los heridos. En tanto, le dediqué una mirada al capitán de aquella nave.

-Licahss, necesito saber con que herramientas cuento para trabajar -dije, intentando bajar los ánimos de los presentes-. Revisaré la sala de máquinas para ver que puedo conseguir.

Dicho esto, aguardé hasta que fuese seguro abandonar el crispado ambiente en dirección al cuarto de ingeniería.