Debido al traje que lleva puesto James, es un tanto complejo el revisar la herida como quisiera, tanto que incluso cuando el Oficial le ofrece el brazo, para Clementine es un dolor de cabeza ya que debería cortar y despejar para poder observar con precisión. Lamentaba las condiciones, eran un verdadero caos. 

Pero ante la necesidad de que no pierda más sangre, prefirió buscar la forma de crear un torniquete, rompiendo la tela que tiene debajo del traje James, y así apretar la herida hasta poder tratarla con mayor tranquilidad. No veía forma posible y más que nada higiénica de hacerlo. 

- No puedo demasiado ahora, necesito que te quites el traje y no es momento. Así que te haré un torniquete, vamos, algo muy provisorio y ya después, me dedico a lo mío cuando esto termine. - afirma la joven de Rusia, siendo completamente sincera. 

El robot torpemente cedió los repuestos a Ellen y observó como ella iniciaba las reparaciones a velocidades mayores a la estimada para el género humano. Un rápido análisis determinó que existía un margen de probabilidad que la humana conocida como Ellen fuera un humano Aumentado.

-Bzzz… - zumbó la caja de controles del robot poco después.

-. Necesitaré llevarme los módulos lógicos con la información de la nave. ¿Podrás cargar con ellos?

-Negativo. No es posible proceder. Proceder significar dejar al Discovery inutilizado. ¿Por qué no pedir a Gabriel lo necesitado? – respondió al instante, sin largos procesamientos ni zumbidos. 

Un milisegundo después la retina artificial del robot capturó cada detalle y gesto de Ellen para posterior análisis. Incluso sus pulsaciones y ritmo respiratorio…

¿Y si cortaramos la energía de toda la sección? quizá no podamos entrar pero sin energía no podrá hacer ningún lanzamiento ni acceder a los misiles.

El piloto comenzaba a regresar por el pasillo, en dirección a James y Clementine, cuando la idea del comandante lo detuvo junto a ellos. En su mirada era posible determinar algo de cansancio por todo aquello que estaba sucediendo, pero su enojo por la traición cubría todo lo demás.

-Podría intentarlo desde el reactor pero no lo haré. Con la nave tanto tiempo a la deriva es posible que el corte afecte también la recamara de los niños, y no es algo que quiera probar ahora… - se detuvo en mitad de una frase para soltar una pregunta -¿La otra mujer es mecánico? Si lo es podría llamarla por aquí – señaló un panel – y pedirle que abra esa puerta- añadió, al comprobar que James era un soldado y Clementine una especie de doctora.

James observó la puerta que le señalaba el piloto, Si ha cumplido mis ordenes y ha podido ya estará fuera de la nave, además las comunicaciones fallaban

Aun así James intento la comunicación, toda baza era buena.

¿Johnson, me recibe? Necesitamos abrir la puerta que da acceso al silo de misiles.

Mientras tanto James observaba los paneles alrededor del pasillo intentando identificar por donde pasaba la energía a la sección.

Luego de su desafortunada proeza en su propia área, permitió que James vuelva al ruedo mientras volvía a colocarse los guantes de su traje. No es para nada fácil trabajar de aquella forma, pero ante lo inevitable, hay que esforzarse en exceso. Y gracias a ello, continúa acompañando al Oficial mientras éste habla con aquel piloto. 

Sin saber que hacer realmente, se mantiene expectante a todo lo que sucede allí y en especial lo que conversan. 

Aun así James intento la comunicación, toda baza era buena.

¿Johnson, me recibe? Necesitamos abrir la puerta que da acceso al silo de misiles.

Si ha cumplido mis ordenes y ha podido ya estará fuera de la nave, además las comunicaciones fallaban

Solo hay interferencia en las comunicaciones por radio. Las comunicaciones analógicas, por cable y fibra, no se ven afectadas. - responde el piloto y capitán de la nave.

En esta ocasión el mensaje a través del canal interno de comunicaciones de la nave parece funcionar. Solo resta que Ellen responda desde el otro lado si aún no ha salido de la nave.

- ¿Que busca? - pregunta Gilbert, al ver la intención de James.

Los conductos de alimentación de energía en ese pasillo solo sirven para dar poder a los sistemas de soporte vital y secundarios, no así aquel que necesitan cortar. Cabe recordar que desde la posición de los tres -que provienen de la proa- solo es posible acceder a esos conductos. Los que son importantes provienen de popa, donde reside el reactor.

Lo único que James encuentra de utilidad es el panel de acceso al interior del silo de misiles, el cual ha sido bloqueado desde su interior.

Ellem no parecía recibir el mensaje de radio o no estaba en disposición de contestar. Los cables de alimentación principales no parecían estar accesibles desde aquella posición.

Busco los cables de alimentación del módulo pero veo que no pasan por aqui. Intentare abrir la puerta, ayudame

Dijo a la doctora para que le echara una mano.

Voy a abir el panel, sujeta esto con cuidado.

Sin más que hacer, se puso manos a la obra sosteniendo lo que le indica James mientras escucha la conversación, no pretende meterse en términos técnicos porque no capta una en absoluto, es lo malo que tiene ser una civil en una nave que ni siquiera conoció demasiado bien. Ahora comprende como la ignorancia es un asunto a resolver, más que nada para comenzar a ser más útil de lo que viene siendo. 

No obstante mientras ayuda a James, observa el entorno e intenta aprender en el proceso. 

Poco tiempo después Ellen llega hasta la posición de James y los demás. Ella viene acompañada por un robot de mantenimiento, quien carga herramientas y mantiene el paso constante.

Ni bien llega observa por un momento los robots de seguridad destruidos durante el combate y luego examina con detenimiento el área en busca de algún panel por donde comenzar su trabajo.

Al mismo tiempo informa que no pudo completar “la tarea asignada” porque hacerlo significaba paralizar la nave, pero en cambio el robot que la asiste facilitaría lo que James necesita.

De inmediato desestima el panel en el que James trabajaba, por considerarlo incorrecto. En su lugar actúa sobre el que da el acceso a la puerta blindada y permite el acceso al silo de misiles. Allí explica que generando un puente entre las conexiones neutras del cableado es posible generar una sobrecarga en el circuito completo. Incluso en el panel del otro lado de la puerta, aquel que Napoleón controla.

De modo que en menos de un minuto Ellen logra generar un flujo de retroalimentación en los circuitos hasta que la puerta se abre. Ahora un sendero en penumbras aguarda por ellos a su ingreso a la sala de misiles.

El legado - Discovery One

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La Princesa de Nueva Orleans mantiene su posición tanto como le es posible, siendo trescientos metros la distancia mínima y recomendable por los giros irregulares que presenta la DY-500 en su eterna deriva. Un cambio ínfimo en la órbita podría generar una colisión entre ambas naves y la destrucción mutua. Es mejor no correr riesgos, dijeron al acercarse por primera vez.

Un cabo magnético mantiene una linea de conexión entre ambas naves y permite el viaje con mayor facilidad de un sitio a otro por medio del cinturón de seguridad. De todas formas el cruce es una proeza requiere de sincronía y agilidad por igual cantidad.

Una gruesa capa de sulfuro, y otros reactivos ácidos, se acumuló durante los cientos de años que la nave lleva en esa órbita decadente, posiblemente siendo estos parte de los gases expulsados por la atmósfera alta del gigante gaseoso y que la misma masa de la nave atrajo en su estadía.

Por el momento la sustancia no supone un peligro inmediato, pero al volver a un espacio con atmósfera es cuando los ácidos reaccionaran consumiendo lentamente el traje EV y cualquier sustancia débil.

El único cambio circunstancial es la apertura del silo de lanzamiento de los misiles nucleares y el despliegue de los paneles solares, los cuales reabastecen de energía a la letárgica nave que poco a poco despierta como un leviatán largo tiempo dormido.

El acceso frontal no ha sido utilizado en muchísimo tiempo y es una seguridad que por allí no entraron James y los demás. Por lo tanto puede ser utilizado por Eduard y Artemisa una vez que crucen el espacio que separa ambas naves.

A "Diana" estos paseos no le gustaba nada: - Vamos otra vez. Pensó para si.

Ya sabía perfectamente que eso tenía que suceder, y cuanto antes llegasen, antes podrían hacer por evitar el lanzamiento de las armas … y luego ya buscarían "la chofa".

Se lanzó de inmediato … otra vez … al paseo del cartero, así que … ya conocía esta mugre oxidada, y no tardó en sacudírsela, para evitar terminar con un traje colador.

Pronto estuvieron listos para comenzar su expedición, aunque no estaba habituado a moverse en gravedad cero con ayuda del del cabo magnético no resultó demasiado complicado.

Debían evitar que se le pegara demasiada suciedad en los trajes por lo que extremó las precauciones para no tocarla más de lo necesario. Con un gesto indicó a Artemisa el acceso que podrían usar siempre que no estuviera atascado por el desuso. Se agarró fuertemente a la palanca que desbloqueaba la exclusa y giró, si todo iba bien pronto estarían dentro.

La llegada de Ellen fue sin duda aire fresco en el momento que más lo necesitaban, aquella maldita puerta bloqueaba el paso y estaba preparada para no ser forzada.

Una vez más la ingeniera mostró su pericia y tras unos pocos minutos la puerta termino por abrirse. James apunto al pasillo con el disruptor, al comprobar que no había una amenaza directa bajo el arma por un instante.

Te cubro

Dijo el comandante directamente al piloto, al fin y al cabo el era el que conocía la nave y lo que necesitaba hacer.

James hizo una señal a Ellen y Clementine para que permanecieran tras de él.

Al parecer la Oficial acompañada por el robot ostenta un control técnico de la situación que le da alguna que otra respuesta a los intentos de James, en parte Clementine se alegra de que todo esté relativamente en orden y con la ayuda de ese robot, puede ser que se marque la diferencia. 

Sin mediar palabra como de costumbre, sigue los pasos de los Oficiales mientras desvía la mirada hacia el lugar, ni siquiera conocía aquella parte de la nave en la que viajaba. Le daba cierta tristeza estar tan desmemoriada en un lugar y bajo una situación en la que poco o nada puede hacer. 

Pero como fiel lacayo, sigue los pasos de los demás hasta donde sea que vayan. 

  La sala de los misiles, también conocida como “silo de lanzamiento” es un lugar enorme, tan alto como lo es la nave. La iluminación fue saboteada como el resto de los sistemas en un claro intento por anular las restricciones de seguridad y llegar al oscuro propósito de disparar los misiles o hasta detonarlos sin un lanzamiento previo. Si Napoleón ha tenido éxito o no es una incógnita, porque lo que sí es verdad se puede observar a simple vista. La secuencia de lanzamiento pronto llegará a su fin con tan solo cinco minutos para que los poderosos misiles enciendan sus motores.

El vapor de los motores en calentamiento, al igual que el sistema motriz del silo, se esparce de los mortales obeliscos de metal, distribuidos en dos filas de tres con dos sitios vacíos al final de la línea. Esto es indicativo que en otrora ocasión dos misiles fueron disparados.

El pasillo en penumbras anterior desemboca en la sección intermedia del silo, y desde allí es posible observar desde las barandillas de seguridad un nivel inferior y otro superior. Los controles allí apostados no son funcionales porque han sido molidos a golpes tan poderosos como para doblar un riel de una vía de ferrocarril. Al menos media docena de robots de mantenimiento y seguridad se hallan esparcidos por la escena, completamente destruidos al igual que aquel encontrado en la sección habitacional.

La delantera la lleva Gamesh, el piloto, y por detrás James sigue sus pasos muy atento al entorno. En cambio las mujeres y el robot de mantenimiento han quedado muy atrás en el pasillo a la espera de una pronta resolución.

En algún punto del avance el piloto gana algo de distancia con respecto a James y luego de sortear un misil y vadear las nubes de vapor este es sorprendido por Napoleón quien sale de atrás del misil. Había aguardado allí, protegido por el vapor y el ruido de la maquinaria en sus procesos de arranque.

James descubre al robot en el momento previo que este se dispone a golpear a Gamesh con sus fuertes puños de titanio. Napoleón a diferencia de los otros robots es más alto y estilizado, con formas humanamente amigables. Incluso su diseño es superior al del resto de la tripulación artificial.

Lamentablemente el piloto no lo ha visto y su sigilo no fue suficiente para los sentidos del robot. En cambio el comandante MACO no fue detectado y ahora tiene la oportunidad de sorprender a su oponente si actúa con celeridad.

Este es el nivel inferior de la nave, donde se encuentra la bahía de lanzamiento de pods de reparación y mantenimiento además de las maquinas que sirven a los sistemas primarios y accesos a la nave.

1. Escotilla de aire.

No hay implementos en esta sala. Es de forma cúbica con bordes redondeados en todos los lados. Hay puertas herméticas a ambos lados de la compuerta. Esta es la entrada principal a la nave. La entrada secundaria se encuentra detrás de la sección de proa, por donde ingresó el grupo de James y Ellen.

2. Bahía de pods

La puerta entre la compuerta de aire y la bahía de la cápsula está normalmente cerrada. La bahía cuenta con tres puertas espaciales, una para cada pod.  Desde el centro de la sala una estación de trabajo permite el control de los accesos además de la presurización de la sala. Una estación MADO también tiene lugar entre las consolas. Adicionalmente hay sitio para tres trajes espaciales, los cuales coinciden en la numeración con los pods.

3. Almacenamiento de partes y equipos.

Gabinetes y armarios cubren todos los lados de la habitación. Estos casilleros contienen piezas de repuesto para todos los equipos en la nave,  la cabina y la sala de interruptores. El equipo para reparar el exterior del Discovery también se almacena aquí.

4. Laboratorio de reparaciones e investigación

Esta sala se conecta directamente al tubo de acceso (área 5). La sala contiene todo el equipamiento básico para realizar análisis de muestras e investigación de materia orgánica e inorgánica.Este laboratorio se utiliza para probar y reparar equipos portátiles y para preparar muestras para un análisis más profundo en el laboratorio de ciencias. Desde aquí también se pueden controlar las bombas de aire, las plataformas de lanzamiento y las puertas de la bahía de la cápsula.

5. Tubo de acceso.

Este túnel circular conecta todas las cubiertas en la nave, excepto la centrífuga. Comienza en el área  en la cubierta de la bahía de las cápsulas, conduce al área de la cubierta central, luego conduce al área en la cubierta de comando y finalmente termina en el área en la cubierta superior. Una escalera sube por el centro del túnel. Un pequeño mapa situado en la pared describe la posición del Tubo de acceso y sus conecciones con el resto de la nave.

2 bis. El objeto extraño.

Un cubo de un metro de altura descansa en el medio de la sala de pods, entre las capsulas y la estación de trabajo. Junto al extraño objeto hay herramientas diseminadas junto a equipo de investigación de la sala 4. El cubo parece estar compuesto de metales y otros materiales no identificables que en su conjunto general recuerdan al cementerio de monolitos hallados poco antes de ingresar al actual sistema estelar.

El objeto desprende una débil luminiscencia rítmica, que reacciona a cualquier intento de análisis. También emite un zumbido característico, casi hipnótico.

Al ingresar por la escotilla de aire de la cubierta inferior de la nave pueden leer allí un cartel en varios idiomas junto al logotipo de la NASA y el nombre de la nave: Discovery One.

Para Artemisa, que pese a no conocer esa sección, algo distinto puede percibir con respecto a su estadía anterior. Toda la nave ahora es plenamente funcional. No solo los sistemas de emergencia.

La muestra primordial de la actividad plena de la nave viene de un altavoz, donde un recibimiento ataja a los recién llegados.

-Saludos. Indiquen su propósito –

Una voz masculina, claramente artificial, saluda y pregunta las intenciones de Eduard y su compañera.

Jamás le descifraría a una máquina sus verdaderas intenciones, pero por lo bajo se le escapó: - Salvar vidas.

- ¿Dónde están esos misiles comandante? Lo tenía bastante claro, si esas municiones estaban dañadas no podrían despegar, y por tanto, no harían daño. Ya tenía en la mano una de las falcatas listas para empezar a desmontar los sistemas de propulsión de esos misiles. - Si no vuelan, no van, y si no llegan, no destruyen su objetivo.

El pequeño pasillo conducia a un gran hagar con varios misiles en disposición de ser lanzados, el proposito de aquella nave descolocaba a James ya que por un lado parecía un arca para salvar los últimos resquicios de la raza humana y por otro una nave con armamento nuclear.

El comandante avanzaba a unos metros del piloto tan sigilosamente como le era posible atento a cualqui movimiento inusual, las luces rojas y un la visible cuenta atrás dejaban claro que los misiles estaban siendo lanzados.

Un mal presentimiento recorrio la espina dorsal de James cuando de una nube de vapor apareció el robot cargando contra el piloto cogiendolo por sorpresa.

James disparó su rifle en un acto reflejo manteniendo la distancia entre ambos, pues sabía bien que los brazos de aquella máquina serían letales.

¿Johson, puede desactivar o desarmar esos misiles?

Jankowsky contempló la estancia buscando orientarse, tenían que buscar la sala de artillería o la bahía de lanzamiento de misiles para intentar evitar el lanzamiento siempre que llegasen a tiempo. Ante la pregunta de Artemisa se encogió de hombros y respondió a la voz que, sin a su parecer, era la IA que controlaba la nave.

-Detener el lanzamiento de misiles.- Dicho esto miró a Artemisa, tenía serias dudas de que fuera tan fácil. Miró el extraño cubo haciéndo un gesto también a la mujer para que se interesara por el. Se acercó pero evito tocarlo, dado lo ocurrido con el guantelete de Cristina evitaría el contacto con cualquier tecnología extraña. Se acercó al tubo buscando algún diagrama que indicase lo que había en cada sección de la nave para saber a donde ir. -Creo que deberíamos ir a la cubierta superior por aquí.- Dijo a Artemisa.