Partida Rol por web

El coloso mecánico reacciona a tiempo ante el ataque de James pero su pesado cuerpo juega en contra al momento de evitar el disparo del arma. Como consecuencia el disparo daña el costado del robot, quemando su lado pero no más que eso. Al parecer su robusta estructura presenta una aleación antitermica, que dificulta el daño por armas de energía.

En respuesta Napoleón se lanza con todo su peso y fuerza sobre James, descargando un fuerte golpe con ambas manos y destruyendo en el proceso todo a su paso. James sin dificultad podría evitar su embestida.

El piloto al tener la oportunidad salta sobre el robot y se cuelga de su cuello para comenzar a golpear el rostro del robot y así destruir sus sensores visuales.

- ¡Ahora en cuanto lo alejes de la estación de controles! - responde Ellen, situada varios metros atrás de James.

Artemisa

- Salvar vidas. - ¿Dónde están esos misiles comandante?

Eduard

-Detener el lanzamiento de misiles.- -Creo que deberíamos ir a la cubierta superior por aquí.-

Los accesos se cerraron inmediatamente y poco después comenzó el lento proceso de descompresión, el cual consta de la apertura de las bahías de los pods y con ello la expulsión de todos los objetos sueltos en el interior de la sala directo al espacio. Las luces rojas y la alarma siguieron a continuación.

- Imposible permitir el acceso sin mayor información. Mujer humana identificada. Hombre sin identificar… Misiles en proceso de lanzamiento sin destino violento. Solo lanzamiento a zona libre de peligros para todos los organismos. Tiempo de respuesta antes de la descompresión… veinte segundos y contando... -

La misma voz artificial revela algunos detalles pero solicita información a cambio del pase seguro al resto de la nave.

Una de las cosas que le habían enseñado a hacer con sus armas afiladas era escalar con ellas. Sujetarse era algo divertido, pero que requería un gran esfuerzo. Aún así, este no era el momento de escatimar. Si era lanzada al espacio, igual ... allí perecería; así que la clavó en la primera hendidudra que le dio confianza, mientras pensaba: - Este chacharrito se acuerda de mi. ¿Eso es bueno o malo?. 

Tras afianzar su posición le soltó bruscamente al Mayor: - Comandante, preséntese sin rodeos. Y mientras este reaccionaba le chivó algo al puñetero ordenador. - Hola Napoleón. Soy Diana. En la trayectoria que seguirán las nukes se interpondrá accidentalmente un objeto con vidas. Hay que evitar el lanzamiento. La verdad es que no quería chivárselo, pero ... igual simplemente había que hablar con el ordenador y convencerlo: - Maldita sea, estoy intentando convencer a una máquina que mi intención es legítima. Y encima el muy Hijodeperra quiere escupirnos de aquí como si fuéramos un moco. ¡¡¡Odio las máquinas!!! 

Todo se complica demasiado y el escenario es cuanto menos escalofriante. ¿Acaso no era una nave que trasladaba personas? Al parecer todas las teorías eran erradas, considerando aquellos misiles que tan bonitos se encuentran a la vista de todos. En parte Clementine no sabe siquiera ni que pensar, pero tampoco es que hay demasiado tiempo cuando es James quien a puro disparo atenta contra aquel monumento de metal. 

Y como si fuera poco, llega la devolución, cuestión que a la Doctora la fuerza a dar unos pasos para atrás. ¿Pero por qué para esta gente era tan normal combatir, tomar decisiones en el momento? Es evidente que están preparados para ello, vaya a saber el entrenamiento que han tenido, no obstante la rusa está lejos de siquiera llegar a ello. Se sentía muy inútil al respecto, pero al menos busca con la mirada algo para lanzarle al Robot, buscando distraerlo así Ellen procede con lo suyo. 

El disparo de James impacto en el robot quien por un momento pareció mostrar un sentimiento humano al girarse y atacar al oficial con rabia. El piloto aprovechó el momento para abalanzarse sobre la espalda de la máquina mientras James esquivaba sin demasiada dificultad el lento pero destructivo ataque de la máquina.

James sabía que no habría una segunda oportunidad un fallo y aquellos puños acabarían con él fáiclmente, el comandante avanzó por el pasillo y disparó de nuevo sobre el robot para llamar su atención y alejarlo así de los controles a los que Ellen necesitaba acceder.

El disparo de James fue certero una vez más aunque aquel robot sería duro de pelar.

Jankowsky volvió a hablar a la IA inmediatamente:

-Eduard Jankowsky, comandante MACO y Oficial Táctico de la NX-10 Escalibur de la Flota Estelar, solicito que se aborte el lanzamiento y acceso a la cubierta superior, repito aborte el lanzamiento.- No le gustaba hablar a máquinas, no estaba habituado, lo suyo era dar órdenes a otros soldados y sorprendentemente parecían obedecer mejor que aquella IA. Algo le decía que su compañera opinaba lo mismo de las máquinas, tampoco parecía segura de que fuera a funcionar.

-Agárrate a algo, si esto no funciona puede que tengamos que abrirnos paso a la fuerza.- Jankowsky también buscó un asidero por si al autómata se le daba por despresurizar de golpe su estancia.

- Hola Napoleón. Soy Diana. En la trayectoria que seguirán las nukes se interpondrá accidentalmente un objeto con vidas. Hay que evitar el lanzamiento.

-Eduard Jankowsky, comandante MACO y Oficial Táctico de la NX-10 Escalibur de la Flota Estelar, solicito que se aborte el lanzamiento y acceso a la cubierta superior, repito aborte el lanzamiento.

La secuencia de descompresión es cancelada luego de la respuesta del dueto. Inmediatamente la sala vuelve a reincorporar el soporte vital, la gravedad y todo lo necesario para que ambos puedan andar sin los incomodos trajes espaciales.

Negativo. Misiles próximos a lanzar sin ojivas activadas. Procedimiento de lanzamiento de emergencia ante un peligro a bordo cuya intención es detonar los PBM. Lanzamiento necesario y coordinado con La princesa de Nueva Orleans y el oficial Mukherjee Aakesh.

Posterior a la respuesta una puerta es abierta y un largo pasillo es iluminado por señales luminosas en el suelo.

Es necesaria ayuda para detener al elemento peligroso denominado Napoleón.  Deben llegar pronto a bahía de lanzamiento de misiles y asistir al capitán y a sus compañeros. Soy Gabriel, el CML M.A.D.O. 15-725 de la nave.

El corredor se extiende muchos metros a lo largo de la nave, siendo un pasillo poco utilizado que conecta la proa con la popa sin interrupciones excepto por los mamparos de refuerzo estructural y varias puertas blindadas que se van abriendo para Eduard y Artemisa.

El combate se intensifica con varios actores ingresando a la refriega, siendo Ellen la última en participar. Aunque su propósito es distinto al de los demás. Su intención es tomar control rápidamente de los mecanismos de la sala de misiles.

Al principio la treta de James parece funcionar pero cuando la ingeniera llega hasta los controles la atención de Napoleón cambia radicalmente, arrojando lejos a Gilbert y embistiendo la posición de Ellen. Pero en el último segundo ella logra evitar ser aplastada contra el mamparo y el robot al saltar hacia un costado.

Mientras tanto la doctora al buscar algo de valor para distraer el robot solo encuentra algunas hojas de un periódico del día en que el mundo llegó a su fin.

La tapa del The New York Times habla del intercambio de misiles entre la unión europea y el bloque asiático y el inminente ataque a Estados Unidos.

Entonces ella recuerda el turbulento viaje en jet privado luego de abandonar su remota isla y viajar a toda prisa hasta cabo cañaveral, poco antes de que la costa este de Estados unidos fuera aniquilada. La viva imagen de los hongos radioactivos llega como un recuerdo limpio y fugaz, acompañado por el breve preparativo de lanzamiento de la nave arca Discovery. Solo que todo eso de alguna manera le parece tan lejano…

Parecía que el plan de James podía funcionar pero el robot se dio cuenta de la maniobra y del peligro que representaba la ingeriera para sus intereses. No obstante el robot obtuvo un segundo impacto del rifle del comandante.

Ellen pudo esquivar el golpe, pero de esa forma no conseguirian desactivar los misiles. Alguien tendría que jugarse el tipo de verdad y el comandante no dudo en que debía ser él así que sin más pensamientos que derribar a aquella mole James se dirigió nuevamente a encarar el robot mientras disparaba su rifle una vez más.

Al llegar a su altura se interpuso entre la máquina y la ingeniera a fin de centrar en él su atención mientrsa esta se hacía cargo de los controles.

Ya había tomado medidas, cuando el comandante le había comentado que se agarrase. Ya había pasado por algo parecido, y por eso le dijo a él como actuar. En cuanto la "tormenta" pasó, recuperó su arma.

- Hola Grabriel. Gracias por dejarnos pasar para solucionar problemas.

No se quería entrometer en el comentario de que el lanzamiento estaba organizado con el Señor Mukherjee y era cosa del comandante hablar con él. Lo suyo era más reaccionar y su acción fue correr hacia el lugar cuando las compuertas se lo permitieron, mientras musitaba: - Joder, hasta los robotijos montan "Golpes de Estado". Ya no podía saber si era difamación con el oficial susituto, o si era algo coordinado con el "fantasma" que invadía a ratos a la Señora Comandante o qué. Daba igual quién fuera el culpable. Eso ya lo buscarían los jefes y depurarían responsabilidades. Para ella, lo importante era el lanzamiento....para empezar.

- No, si me voy a llevar mejor con los robotijos que con los hombres. Y miró al comandante con un poco de asco, y de soslayo.

Y mientras la escena de acción se gesta libremente a su costado, cuando el robot, Ellen y James combaten contra él para lograr su objetivo, Clementine busca algún objeto para distraer al oponente, hasta que da con aquello que en parte le da un golpe estruendoso a su memoria fragmentada mientras los disparos parecen escucharse lejano, cuando no, están en la cercanía. 

- Esto... - afirma confusa, sin entender demasiado. Pero sin ser capaz de quedar más allá de lo que por recuerdos remontan a la destrucción de su hogar, más el viaje de huída y lo que eso conlleva hasta llegar al arca donde en teoría se encuentra. Lamenta descubrir aquello, más ahora que la situación no es la adecuada.

-¿Ha dicho Mukherhee?¿Pretende alejar de la nave las ojivas nucleares?- Preguntó extrañado a Artemisa. Aunque la estrategia no era mala idea. -Gracias por abrirnos paso.- Dijo en voz alta hacia Gabriel cambiando su tono.

En cuanto tuvo vía libre en marcha con Artemisa al tiempo que le hablaba. -A lo mejor no logramos evitar ese lanzamiento pero no nos iremos sin saber que pasa aquí, detengamos a Napoleón.- Jankowsky avanzó a través del pasillo con la esperanza de encontrar a alguien al final.

- Comandante, … en la academia decían que si no puedes parar el misil, quítate del medio, pero si le quitas chofa, vuela menos lejos. Estaba claro que en el espacio eso no era así, ya que simplemente su aceleración sería otra, y al viajar a otro "paso", igual no impactaba en el objetivo previsto. Lo que si que había era sacar las cargas nucleares de allí, antes de que les explotasen en la cara.

Artemisa corría hacia donde le indicaba Gabriel, con la esperanza de que no es estuviera tomando el pelo un robotijo.

La sala de los misiles, también conocida como “silo de lanzamiento” es un lugar enorme, tan alto como lo es la nave. La iluminación fue saboteada como el resto de los sistemas en un claro intento por anular las restricciones de seguridad y llegar al oscuro propósito de disparar los misiles o hasta detonarlos sin un lanzamiento previo. Si Napoleón ha tenido éxito o no es una incógnita, porque lo que sí es verdad se puede observar a simple vista. La secuencia de lanzamiento pronto llegará a su fin con tan solo dos minutos para que los poderosos misiles enciendan sus motores.

El vapor de los motores en calentamiento, al igual que el sistema motriz del silo, se esparce de los mortales obeliscos de metal, distribuidos en dos filas de tres con dos sitios vacíos al final de la línea. Esto es indicativo que en otrora ocasión dos misiles fueron disparados.

El pasillo en penumbras anterior desemboca en la sección intermedia del silo, y desde allí es posible observar desde las barandillas de seguridad un nivel inferior y otro superior. Los controles allí apostados no son funcionales porque han sido molidos a golpes tan poderosos como para doblar un riel de una vía de ferrocarril. Al menos media docena de robots de mantenimiento y seguridad se hallan esparcidos por la escena, completamente destruidos al igual que aquel encontrado en la sección habitacional.

James pelea contra el robot y actuá de distracción, evitando sus fuertes puños de titanio. Napoleón a diferencia de los otros robots es más alto y estilizado, con formas humanamente amigables. Incluso su diseño es superior al del resto de la tripulación artificial.

El coloso mecánico tiene daños considerables en su cuerpo blindado, pero no el suficiente para que sea destruido. Otro robot en cambio habría sido destruido en mil pedazos. No así el caso de Napoleón.

Artemisa y Eduard llegan pronto gracias al atajo proporcionado por la IA. El pasillo desemboca en un lateral de la sala de lanzamiento y desde allí pueden verse todos. Tanto aquellos que se encontraban combatiendo al androide maligno como a los recién llegados.

Desde su posición deben subir una escalerilla de servicio para llegar al nivel donde James, Ellen y los demás se encuentran. Un poco aparte y cerca del acceso principal una mujer, joven y de apariencia indefensa, observa la pelea junto a un robot de mantenimiento.

Varios metros hacia el interior de la bahía de lanzamiento una lucha sin tregua por el control de los sistemas parece ir en aumento de destrucción. Luego que James disparase de nuevo al robot este se interpone entre él y la ingeniera que afanosa mente trabaja contra el reloj y los manotazos del robot para desactivar las ojivas termonucleares.

Pero servir de escudo humano para su compañera de poco le sirve. A continuación Napoleón utilizando toda la potencia de sus músculos hidráulicos golpea con fuerza descomunal el suelo frente a él y lo levanta sin esfuerzo, como barriendo hojas en otoño. La maniobra imposible daña irresistiblemente todo el nivel, dañando la integridad de este y consiguiendo que una parte colapse y se derrumbe. El resto que aun se mantiene en pie queda horriblemente inclinado en un angulo de cuarenta y cinco grados.

Tanto la estación de trabajo donde estaba la ingeniera trabajando como ella desaparecen con el derrumbe. James también le seguirá en ese destino a menos que sus reflejos sean mejores que los de su compañera.

En la otra punta un hombre con traje ligero de astronauta también fue arrojado al vacío, quedando en pie Napoleón gracias a su ancla magnética y James tambaleante y a punto de caer.

- ¿Cuándo estaremos tranquilos? Protestó para sus adentros mientras encaraba el rifle, para intentar demoler el robot adulador que ya les había conseguido engañar una vez. Se apoyó en la propia pared, para buscar estabilidad de disparo, y no dudó en abrir fuego... - A ver si le quito la cocorota al robotijo.

Esto tenía que ser rápido y la IA ayudarnos con la misión. Esta, estaba claro que nos quería ayudar, o su misión era la misma que la nuestra, pero teníamos otra … entre medias. - Hay que quitar las piedras del camino.

Artemisa se adelantó abriendo fuego contra el robot aunque aquella máquina parecía capaz de absorber gran cantidad de daño por lo que Jankowsky no dudó e hizo lo mismo.

Se adelantó un poco para buscar una buena línea de tiro y pasando el rifle a modo letal disparó al ser de metal con la mayor precisión posible.

-¡Agarrate bien James!- Gritó para dar ciertos ánimos a su compañero y a su vez informarle de que acababan de llegar. -Esta piedra parece bastante grande, mo dejes de disparar, quizá si impactamos a sus articulaciones logremos, al menos, dejarlo inmóvil.- Dijo a Artemisa, aunque confiaba en que ella sabría lo que tenía que hacer. No les quedaba mucho tiempo, tenían que quitarse de encima a Napoleón y después detener el lanzamiento in extremis.

James se interpuso entre Napoleón y Ellen en un intento de evitar el ataque sobre la ingeniera, el comandante llego a tiempo de interponerse entre ambos pero aquel demonio de metal no tenía intención de deterse, Napoleón alzó sus poderosos brazos dejando visibles los 3 impactos que James había dibujado en su torso, como un acto reflejo alzó el rifle como única defensa el golpe... pero aquella máquina sabía que era Ellen la que ponía en riesgo sus objetivos.

El suelo de la plataforma se tambaleo al recibir el golpe en forma de terremoto de aquella bes tia, todo se vino abajo junto con un grito ahogado de Ellen mientras desaparecía en el vacío a sus pies, James estuvo a punto de sufrir su mismo destino quedando al fin colgado por apenas unos dedos a un amasijo de cables que chisporroteaban.

Entre el humo y el aturdimiento por el impacto, James trataba de ver a Ellen o algún signo de que siguiera viva, algo creyo ver en la oscuridad que parecía que pudiera ser la ingeniera cuando algo llamo su atención... Napoleon era alcanzado por dos nuevos impactos y James pudo identificar la voz de Jankowsky, sus ojos buscarón la voz guía entre los escombros y las ruinas hasta cruzarlos por un instante por el MACO, con un gesto como indicandole que acabaran el trabajo por él James se soltó de su asidero en busca de Ellen en la oscuridad...

No respondió al comandante. Ya en su primer encuentro pensó en descoyuntar a Napoleón, y ahora que tenía la oportunidad, era el momento ideal.

Sonrió, como aceptando la orden, pero a su manera. - Si, si, pero la articulación del cuello es la que le voy a ...

La situación se vuelve demasiado caótica de repente, disparos, la presencia de nuevos oficiales que al parecer están con James y ese robot que de nuevo la estaba liándola. Quería huir de todo aquello, hacía tan poco que había despertado y su memoria fragmentada no le traía nada nuevo para recordar o relacionar. Así que impulsada por su instinto natural, corre entre los disparos para así dirigirse hacia James, evitando que caiga al vacío y tenga un destino tan funesto luego de haberle salvado la vida justamente a ella. 

- No permitiré que te caigas. - afirma al quedar al borde mientras extiende su mano, era delgada, pequeña, pero tenía coraje cuando de su interior ese instinto de preservación salía por sus poros. - ¡Sostén mi mano! - exige mientras observa el entorno, aquellos uniformes eran similares al que tenía el oficial. - Ha caído, pero tienes que salvarte tú... ¡Es al vacío James! ¡No lo permitiré! - termina por decir al intentar coger la mano de aquel hombre, esperando frustrar su acción de ir buscarla y engañar ese mismo destino, le daría mucha pena si así fuera. 

Con la mitad de la plataforma de operaciones colapsada solo existen dos vías de acceso a ella. Una es por el sendero proveniente de la entrada principal por donde todos habían ingresado previamente y donde Clementine y el robot acompañante observan todo el caos. El otro acceso lateral por donde ingresaron Eduard y Artemisa conecta con la entrada principal por medio de una pasarela que cuelga de la pared de proa. Para llegar hasta sus demás compañeros deben avanzar por allí y dar un gran rodeo.

Pasarela de proa

James finalmente sobrevive al derrumbe para quedar colgando débilmente de un borde y de unos cables humeantes. Desde su posición aun no logra ver el destino final de Ellen entre tanto vapor y humo de mecanismos destruidos.  El terrible oponente, situado bastante más lejos, comienza a subir el poco trecho que tiene adelante para llegar al resto de la plataforma estable y poder contraatacar.

Solo que en medio de los disparos y las chispas Clementine por medio de un gran acto de arrojo llega hasta las cercanías del precipicio y ofrece su mano y ayuda a Stevenson. A ambos solo les separa medio metro…

Solo que al estar tan expuesta es blanco fácil, algo que los robots asistentes de Napoleón no tardan en desaprovechar cuando entran en escena desde el extremo opuesto de la plataforma de operaciones. Los dos robots Sentri-k comienzan a disparar desde detrás de la cobertura de unas maquinarias. Uno abre fuego sobre Clementine para detener sus intentos de ayudar al comandante y el otro obliga a Eduard a buscar refugio detrás de una columna.

Guardias Sentri-k

Finalmente los nuevos disparos y daños producidos por Jankowsky y Kendra obligan al androide a tomar distancia y desistir su ataque sobre James. Luego de avanzar algunos metros Napoleón se oculta detrás de uno de los misiles en preparación para el lanzamiento.