Partida Rol por web

Son muchas las horas que la Vulcana lleva en aquella misión de rescate, centrando su mente en la ejecución de la misma mientras la lógica se manifiesta en cada acción, planteo o pensamiento que surge desde aquella naturaleza que innegable la condiciona y favorece por igual. 

Al margen de que el tiempo para el eterno, no lo es para Elung al estar en su camarote observando las pruebas que ha obtenido en la Bahía de Ingeniería. Su concentración es tan permanente, que la impulsa a estar ajena del entorno en el que se encuentra o quién puede asomarse por la puerta. 

Ahora está analizando a través de teorías un misterio que para ella es fuente de conocimiento, el golem es una criatura creada con restos de otras, mantiene su vida, pero carece de pensamiento como si se tratase de un animal. ¿Hasta donde ha avanzado la ciencia delante de sus narices? Es lo que se pregunta mientras realiza algunas anotaciones en su blog, esperando que ningún detalle se escape de su mente. 

Luego de haber tenido una hora para meditar, solo con la intención de cobijarse en una calma que siempre es bienvenida, la Vulcana abandona aquel camarote donde la soledad era su única compañía, para encontrarse con Ishant y Karl. 

El suave golpe de la puerta, resuena en aquel silencio concentrado en el pasillo. Su oscura mirada se mantiene en un constante vaivén, peinando el pasillo de lado a lado, sin algún pensamiento que lidere su mente, no cuando lo necesario se encuentra anotado en su blog de notas para una pronta revisión y análisis. 

Y mientras aguarda paciente para ser recibida por alguno de sus compañeros, siempre desde el respeto hacia la intimidad del otro, revisa el tricorder por segunda vez para detectar alguna bioseñal agregada. 

El andoriano se disponía hablar cuando un suave toque sonó en la puerta, lo que hizo que se levantase y se acercase cutelosamente a la pueta, entreabriendola. Cuando descubrió a la vulcana mirando distraidamente su tricorder, sus antenas se unieron levemente en su frente, tocando las puntas y la permitió pasar, tocandole suavemente el hombro para llamar su atención. Antes de cerrar la puerta, miró a uno y otro lado, comprobando que no había oidos indiscretos en el pasillo.

-Zha'Elung...- saludó con sencillez, moviendo el peso de un pie a otro, indeciso.- cha'Karl estaba contandome que había ocurrido en el camión durante nuestra exploración del mercado... y su opinión con respecto a que el... señor Stevenson me teme, y por eso se comporta de manera tan poco honorable conmigo.- la ausencia de el marcador honorifico delante del nombre del primer oficial le resultaba extraña al andoriano, pero ya no respetaba al hombre y no se sentía inclinado a ofrecerle un respeto que no iba en dos direcciones. Las antenas del ingeniero se agitaron ligeramente antes de aplastarse finalmente sobre su craneo, testarudamente.- No le partiría como un carámbano cha'Karl, no soy un soldado, soy un civil. Mi propio keth designó que no era apropiado para formar parte de la guardia, y en parte gracias a ello fui exiliado y no ejecutado después de...- cuando se dió cuenta de que había hablado demasiado, el rubor púrpura volvió a subir a sus mejillas, y se miró plenamente concentrado los pies, las antenas caidas a los laterals de la cabeza mostrando su desazón.

Lo cierto, es que tras haber dormido, el ánimo del doctor había mejorado con respecto a antes, en parte por el descanso, y en parte por la agradable sorpresa de que nadie había tenido ningún tipo de incidente que requiriese su atención. Ojala el resto del viaje fuese así, aunque lo cierto es que lo dudaba. Fuese como fuese, lo cierto es que de momento no había más heridos, y Ollander parecía responder bien a las curas que le había hecho… o al menos, todo lo bien que podía estando en aquel jodido camarote reconvertido en un remedo de enfermería, aunque lo cierto es que le jodía no poder hacer más. Pero incluso con eso, las cosas iban mejor de lo esperado, así que se dirigió con buen humor al camarote contiguo a la “enfermería” junto a la capitana y el tal Daniel… aunque aún no entendía demasiado bien el motivo de la presencia de este.

Es hora de volver a revisar esa jodida cosa, capitana… y Ollander necesita descansar todo lo malditamente posible, así que vayamos donde no le molestemos- le dijo -A menos que esta maldita cosa se vuelva loca, claro, pero supongo que en ese caso, despertarle sería el menor de nuestros jodidos problemas- añadí mientras le indicaba a la capitana que se tumbase para volver a escanearla.

Y tú… ¡espabila!- le medio gritó a Daniel, pues por lo poco que sabía de él, el mantener la atención no era su punto fuerte -Me ha dicho la capitana que puedes ayudar, aunque ni siquiera tengo una maldita idea de en qué- le dijo a Daniel.

-Elung, bienvenida. -Dijo al ver a la vulcana. Trató de usar un tono más neutro y tranquilo que el que usaba con Ishant.

Luego trató de responder al andoriano. -Se que no lo harías. -Más bien lo esperaba, a veces los andorianos tenían ciertas urgencias en momentos dados y el cuerpo de Ishant le permitiría hacerle algo horrible a un humano normal. -Pero por tu apariencia y formas podría parecerlo. No le excuso, no podría, pero quiero que entiendas que pasaba por su cabeza desde la perspectiva de un humano y no muy interesado por culturas que no son la suya.

Trató de no indagar más de por qué su asignación en la Flota era una especie un exilio por algún delito en andoria. Aunque ahora que la Federación iba abolir la pena de muerte entre todos sus miembros quizás Ishant fuera el primero de muchos en una situación parecida.

Miró a la vulcana. -Perdona, no tendrías algo e agua, no bebo nada desde que llegamos a la estación y llevo desde que hemos llegado a la Zeshkan en el puente así que no se dónde conseguirla. -Notaba como sus labios se agrietaban por segundos, aunque no fuera así era como lo sentía.

Cristina se había reunida con su tripulación en uno de los camarotes vacíos, para ello habían puesto varios asientos en la habitación, la española se sentó frente a todos al lado de su primero y del timonel, su actitud en general era sosegada, como si si acabara de salir de una clase de yoga, de esas que tanto la relajaban... lo que era positivo, puesto que significaba que la capitán de la Excalibur se encontraba preparada para asumir su papel.

- No se ustedes - dice Johnny - pero a mi esta misión de rescate me está resultando algo desastrosa. Aunque estamos vivos, de momento. - hace una pequeña pausa - No dudo de la competencia del comandante James, pero no me acabo de fiar de él. Tal como trato la crisis con el andoriano no se si es el mejor para llevarnos a casa. Aunque no es que tengamos otras opciones.

- Estoy bien señor Mukherjee, con el seño Griffin de doctor a ver quien es el bonico que se muere...- bromeó dedicándole una sonrisa al primer oficial para después responder a las preguntas- es un rescate desastroso porque las cosas se han complicado- asintió- pero como ustedes bien saben hay veces que no podemos controlar las cosas, en la Excalibur los problemas nos crecían cuando pensábamos que ya no se podía tocar fondo... Conozco al comandante Stevenson desde hace mucho tiempo, estudié con él en la academia y somos amigos. Ha venido para rescatarnos, pertenece a la nave USS Frankling y su capitán es Balthazar Edison- miró en ese momento a Jan a quien en principio había tratado de evitar- es un ex MACO, quizás a usted le suene señor Jankonsky, yo sinceramente no lo conozco.

Johnny se levantó, tenia ganas de estirar las piernas después de haber estado horas pilotando la nave, sentado todo el rato.

- Otra cosa que quería comentar es la carga que lleva esta nave. La capitana y yo pudimos observar un mamparo que chorreaba sangre y que algo parecía querer salir, abollando el mamparo. No se que diablos transporta esta gente, pero no me gusta nada de nada. ¿Serán esclavos? ¿Algún tipo de bestia como los que utilizan de seguridad? La verdad, tengo ganas de llegar a la nave orion, liberar a la parte femenina de la tripulación y salir pitando de este cuadrante. ¿Por cierto, cómo lo haremos? ¿Capturaremos la nave de los orionitas y con ella regresaremos a la Tierra? ¿O los cabezas pensantes de aquí al lado- dijo señalando con el pulgar hacia la puerta, refiriéndose a los otros miembros de la Flota - tienen alguna nave escondida en la manga?

- Lo que ha dicho el señor Lightman es cierto, por eso os ordené que no investiguéis la nave- miró significativamente a Ollander a quien abordó evitando volver a entrar en polémica- los mercenarios tienen un precio y si han establecido un acuerdo con Stevenson significa que es válido, es cierto que no nos podemos fiar de nadie pero tampoco estamos en posición de ponernos a averiguar que pasa, podríamos romper el acuerdo al que se ha llegado y francamente lo que ahora me interesa es precisamente lo que acaba de decir Johnny, tenemos que llegar a Orion y rescatar al resto de nuestra tripulación- miró a todos unos segundos para cerciorarse de que la entendían- Stevenson me ha asegurado que vamos a rescatarlas y yo confío en él... con respecto a la relación con sus hombres... creo que nosotros tampoco somos ejemplo de virtud... - miró nuevamente a Ollander para después mirar a Lightman- yo también le disparé a usted en un baile frustrado, que no se me ha olvidado... cuando comenzó a pelearse... el caso es que son un grupo de rescate que están aprendiendo a trabajar juntos, pero que de momento han conseguido sacarnos de la Arena, me gustaría que le diésemos un voto de confianza.

Tras la reunión con James, y la conversación con sus tripulantes Cristina tenía la intención de irse a dormir, cuando fue interceptada por el doctor, con cierto fastidio y cansancio la capitán lo siguió.

Es hora de volver a revisar esa jodida cosa, capitana… y Ollander necesita descansar todo lo malditamente posible, así que vayamos donde no le molestemos- le dijo -A menos que esta maldita cosa se vuelva loca, claro, pero supongo que en ese caso, despertarle sería el menor de nuestros jodidos problemas- añadí mientras le indicaba a la capitana que se tumbase para volver a escanearla.

- Y yo que pensaba que me escapaba...- suspiró tumbándose en la cama y mostrándole el brazalete- soy toda suya... de momento no me ha vuelto a molestar señor Griffin y si ahora me duerme no me voy a quejar- estaba realmente cansada.

Y tú… ¡espabila!- le medio gritó a Daniel, pues por lo poco que sabía de él, el mantener la atención no era su punto fuerte -Me ha dicho la capitana que puedes ayudar, aunque ni siquiera tengo una maldita idea de en qué- le dijo a Daniel.

- Oiga- se retrepó en la cama para defender a su Daniel- el señor Winwood es un gran científico y un buen hombre, además confío en el... excepto cuando se pierde. Deje que él también examine el brazalete es posible que entre ambos podáis hacer un mejor diagnóstico- nadie se metía con sus hombres...

Aakesh asintió

-Muy bien, si usted confía en ellos yo también. Si necesitan consejo de como superar sus diferencias insalvables, con mucho gusto les podríamos servir como asesores o terapeutas

Río, hacia mucho que no reía de aquella manera

-En fin, pues entonces nos toca quedarnos quietos y esperar a que lleguemos a nuestro destino. Si no estamos de guardia sugiero intentar descansar lo que podamos, necesitaremos de todas nuestras fuerzas.

Johnny meditó las palabras de la capitana.

- Es cierto, capitana. Dejaré de lado mis prejuicios y si usted confía en James, me basta con eso. Colaboraré en todo lo que pueda en esta misión. Y sobre la carga de esta nave, se que podemos romper el acuerdo que tienen con estos transportistas, pero no puedo dejar de pensar si transportan algún tipo de esclavos. ¿Liberarnos a cambio de tener a otra gente esclavizada? Lástima que no podamos acceder al sistema de la nave para ver sus registros.

Johnny volvió a estirar sus piernas.

- En todo caso lo principal es que la capitana y Ollander estén bien y que se recuperen. El viaje durará unas horas, es mejor que descansen. Cuando alcancemos la nave con nuestras compañeras necesitaremos de todas nuestras fuerzas para rescatarlas.

El sonido de la puerta al abrirse le permite a la Vulcana alzar la mirada y tras asentir conforme por la bienvenida de Karl, ingresa al Camarote mientras busca algún sitio en donde pueda sentarse. Las primeras palabras del Andoriano, certifican aún más lo que por pensamiento ella viene teniendo en cuenta, al desarrollar un análisis conductual sobre James Stevenson. No obstante, permite que los hombres expresen lo indicado, para tener una idea sobre la conversación gestante en el lugar. 

- Disiento, no es temor. El ser humano se vuelve impulsivo cuando surgen las emociones, siendo estas un afluente para tomar decisiones que ni siquiera transcurren en la mente. El Oficial Stevenson está comprometido a nivel emocional con la mujer de la NX EXcalibur y como todo ser, abnegado de razón, intenta mostrarse heróico, correcto y autoritario para ser percibido por Cristina. - explica la vulcana en un tono neutral. 

Nada se le pasa por alto, ni las actitudes del Primer Oficial como las reacciones de aquella mujer, cada miembro de esa Tripulación tiene una particularidad que ha captado Elung y bajo esa línea de análisis, ninguno de los rescatados está en condiciones normales para ejercer su rol. 

- Enseguida regreso, tengo agua. - responde a la petición de Karl, al retirarse por unos minutos y tras regresar con la botella, se la alcanza al Oficial. - La violencia no soluciona la situación, si bien comprendo Señor Th T'alesh y estoy de acuerdo con usted por la falta de respeto manifestada hacia su persona, también es importante tener en cuenta que el Primer Oficial no respeta a quienes no son humanos por naturaleza y su acción, como he mencionado anteriormente, está guiada por las emociones y remarca aún más sus fallos. ¿Por qué no hubo reprimenda hacia el Oficial Mathew? Pero sí la hubo para él, estas cuestiones de falta de equidad y el hecho de no existir una reunión entre los tripulantes de la USS Franklin por la mera necesidad de encerrarse con la mujer, habla en exceso sobre un proceder más que cuestionable. - agrega la vulcana al tomar asiento, manteniendo su espalda recta y una pierna cruzada sobre la otra. 

- th'Talesh .- corrigió de forma automática Ishant a la vulcana, siguiendo que había adoptado en la Tierra de intentar que su nombre se pronunciase correctamente, aunque ya lo daba por imposible.- Pero  llamarme señor th'Talesh es humillante, se traduciria como señor "un thaan dentro del Keth Talesh",  me convierte en sólo un número. Thezhanishant o Ishant es más correcto.- explicó, ahorrandose la complejidad de los nombres andorianos.

Mientras la vulcana iba a por agua, el ingeniero rumió lentamente sus palabras, que estaban más en consonancia con su pensamiento inicial e intentó encajarlas con el razonamiento de cha'Karl que, seguramente, era el más versado en asustos piel-rosas de todos los presentes, a pesar de que mostraba una consideración para los no-terraqueos mucho mayor que cualquier otro miembro de la tripulación de la USS Franklin.

- Lo cierto es que cuando volví a los camarotes desde el puente, sha'de Alba estaba intentando seducir al señor Stevenson, tha'Griffin y cha'Winwood de una manera... muy obscena, si el Primer Oficial está interesado en ese cortejo puede explicar su comportamiento.- barruntó en voz baja, aferrandose a conceptos que comprendía.- Quizá debería dejarle claro que no tengo interés en su shen, no tengo interés en competir con otro thaan por ella...

Aún con todo no pudo evitar que sus antenas se crispasen ligeramente cuando la vulcana se refirió a las emociones como un fallo, girando la vista hacia ella y mirandola con intensidad durante unos minutos, pero sin agregar nada. Su gente era intensamente emocional y se enorgullecía de serlo, pero la discusión entre emoción y razón había sido recurrente entre la vulcana y él y sabía que no llegaba a ninguna parte. Aún con todo la aseveración le resultaba extraña dadas sus últimas acciones.

Ante todo agradeció el agua, y hasta no beber  un par de tragos, que trató que no fueran muy largos recordando su entrenamiento de supervivencia. -Muchísimas gracias Elung. -Dijo sinceramente, quizás los vulcanos no expresaran agradecimiento pero pensaba que era mejor ser humano y correcto en este caso, su padre le hubiera metido un sopapo de no hacerlo.

Escuchó con cierta diversión las teorías sobre el comportamiento de Stevenson, si fuera científico podría hacer un gran estudio sobre como ven especies alienígenas ciertos comportamientos humanos, como el del cortejo, el liderazgo, la masculinilidad, habría un montón de gente en la Tierra que mataría por aquel artículo. Al igual que disfrutó del error cultural entre la vulcana y el andoriano que parecía zanjarse sin muchos problemas.

-Entiendo que marcar su masculinidad pudiera ser una variable de cierto comportamiento impulsivo ante otro macho con rasgos sexuales tan marcados. -Trató que su lenguaje fuera lo más correcto posible para hablar en términos de una científica vulcana.

-Pero el miedo, no solo por una figura amenazante si no por toda la situación crea una variable con mucho mayor peso a la hora de crear su comportamiento. Como bien ha dicho Stevenson no es solo un oficial de la Flota, antes que eso es un MACO, al igual que Kendra, el doctor o nuestro capitán. En su entrenamiento hacen que su fidelidad a los miembros de ese cuerpo sea mucho mayor que otras consideraciones, de forma que actúen en su favor por encima de otras consideraciones. Así que ser humano o no ni siquiera cuenta, es ser miembro del MACO o no. Podría hacer lo mismo conmigo, pero trato de pasar desapercibido. -Era una estrategia que la larga le había servido bastante bien y que había tratado de usar en la misión.

Tomo otro sorbo al líquido elemento disfrutando de la hidratación de su boca. Tenía ganas de volver a la Franklin y tomar algo frio y más contundente que el agua.

Miró un momento al andoriano. -¿Seguro que la capitana estaba tratando de seducir aquellos tres a la vez? ¿Y quién es Winwood?

La vulcana analiza ambas respuestas a través de una comparativa que tiene cierto punto de razón, apelando a la sabiduría de Karl en cuanto a su exposición objetiva sobre Stevenson, ofreciendo una clara explicación sobre los MACOS y su lealtad. Por otro lado Ishant, desde un lado más visceral, concuerda con lo expuesto por ella, pero al ser traducido desde una mirada un tanto "primitiva", simplemente asiente en pos de tener en cuenta sus palabras. 

- Entonces...  Supervivencia, emoción y lealtad hacia sus iguales, es lo que usted alude en su teoría. Si bien tiene coherencia, es imprescindible preguntar sobre las acciones y el interés "desmesurado" hacia una de las rehenes, el mantener el orden humillando a un miembro de la tripulación, el no requerir una reunión entre los rescatistas para reorganizar la misión y por ejemplo... Ordenar que luego de realizar un proceso médico, como un torniquete, exija que utilice el tricorder. ¿Cuánta lógica encuentra en estas acciones? ¿Es propio de un MACO? Desconozco este aspecto que usted menciona, los vulcanos trabajan de una forma organizada y la jerarquía se respeta desde una línea de razonamiento, coherente.-  cuestiona Elung, atraída por el debate que se gesta entre los tres. - He hablado con el Oficial Stevenson sobre la situación, abnegado ha desautorizado mi teoría. Llevo pocos meses formando parte de la Flota Estelar, encuentro una variedad extensa de incongruencias. 

Luego al tratar el asunto de Ishant, no opina al respecto por su escaso conocimiento sobre el comportamiento Andoriano, no por falta de interés ya que parte de sus investigaciones tratan sobre las diversas razas, especies que en todo este universo se encuentra. 

- No daré crédito de ello, los rehenes padecen un estrés postraumático debido a lo padecido en la arena y por la pérdida de su nave. Supongo que el Doctor les dará licencia, sus acciones son cuanto menos, cuestionables. - responde sobre la Capitán, dando crédito de que el comportamiento en general es similar y deberían tratarse. 

- cha'Winwood es... uno de los rescatados. Es... peculiar, creo que tiene un problema mental más grave que el resto...- Elucubró el andoriano, respondiendo al oficial de comunicaciones.- Y la capitana parecía más que dispuesta a asaltar a los otros tres, con gritos, manos dirigidas a la garganta, insultos... En el momento que llegué parecía a punto de cometer una agresión y, bueno, ya sabes como termina eso con...- su vista se levantó momentaneamente hacia zha'Elung y apartó la vista, enrojeciendo de nuevo.

Aprovechó la diatraba de la científica para recuperar la calma, comprobando de paso que los pensamientos de la vulcana estaban en consonancia con los suyos. En ese momento, la luz del camarote comenzó a fallar y, sin añadir nada, Ishant salió de la habitación

-Muy bien, si usted confía en ellos yo también. Si necesitan consejo de como superar sus diferencias insalvables, con mucho gusto les podríamos servir como asesores o terapeutas

Río, hacia mucho que no reía de aquella manera

Cristina al escuchar las palabras de su primer oficial no pudo más que reir con él, y eso era algo que no solía ocurrir a menudo... concretamente nunca lo había hecho delante de sus hombres ni a bordo de la Excalibur.

- En eso no nos gana nadie- convino con el hindú de buen humor, había un brillo diferente en Cristina, parecía haber recuperado algo... quizás esperanza... o fe, no estaba claro pero no era la Cristina de los últimos seis meses ni la capitán al borde de un ataque de nervios de la Excalibur, algo había cambiado confiriéndole entereza- ¿recuerda como empezamos nosotros dos? creo que peor imposible... pero mire ahora- le posó una mano sobre el hombro, sentía un gran afecto por Muk- primero

-En fin, pues entonces nos toca quedarnos quietos y esperar a que lleguemos a nuestro destino. Si no estamos de guardia sugiero intentar descansar lo que podamos, necesitaremos de todas nuestras fuerzas.

- ¿Quietos? ¿Van a ser capaces de estarlo?- bromeó mirando significativamente a Daniel- creo que sería conveniente hacerlo- adoptó un tono más serio- nos espera una complicada operación de rescate, como dicen en mi país, "Se avecinan curvas"- tras decirlo en español lo tradujo para que sus hombres lo entendieran y continuó hablando- las chicas van a necesitar que demos lo mejor de nosotros mismos, no pienso irme sin ellas y se que ustedes tampoco... 

- Es cierto, capitana. Dejaré de lado mis prejuicios y si usted confía en James, me basta con eso. Colaboraré en todo lo que pueda en esta misión. Y sobre la carga de esta nave, se que podemos romper el acuerdo que tienen con estos transportistas, pero no puedo dejar de pensar si transportan algún tipo de esclavos. ¿Liberarnos a cambio de tener a otra gente esclavizada? Lástima que no podamos acceder al sistema de la nave para ver sus registros.

- Sí... confío en él y es nuestra mejor baza- respondió a Johnny para después mirarlo con comprensión- te entiendo, a mi también me gustaría saber que pasa en esta nave y si hay esclavos, liberarlos... pero creo que lo que guardan no lo son, las jaulas de la bahía estaban vacías... el caso es que aunque así fuera, no voy a arriesgarme a poner en peligro vuestras vidas, sois lo más valioso para mí- se sinceró- y ponernos a investigar nos traerá problemas, hay que centrarse en estar recuperados por las chicas y por nosotros mismos, no estamos fuera de peligro.

- En todo caso lo principal es que la capitana y Ollander estén bien y que se recuperen. El viaje durará unas horas, es mejor que descansen. Cuando alcancemos la nave con nuestras compañeras necesitaremos de todas nuestras fuerzas para rescatarlas.

- Vuestra capitán estará bien- le sonrió agradecida por la preocupación- y el señor Ollander saldrá de esta- miró al ingeniero con afecto, su enfado se había pasado... siempre le pasaba lo mismo con sus hombres- estoy segura

Estaba cansado, mi cuerpo pedía una cama y unas horas de sueño. ¿Dónde había quedado aquel tiempo en el cual me pasaba horas y horas... y días... despierto en mi laboratorio, realizando investigaciones? - Ah, sí... en la Excalibur... - Murmuré para mí. - Lo que me faltaba... ahora ya hablo solo... - Me quejé en susurros y me di con la palma de la mano en la frente al repetirlo de nuevo. - Este aburrimiento mental me va a volver loco. - Gruñí entre dientes mientras buscaba un lugar tranquilo donde descansar.

Le había prometido a de Alba no alejarme demasiado. Pero las voces de los demás no me dejaban escuchar mis aburridos pensamientos, sin duda mejores que cualquier conversación que pudiesen mantener entre ellos. Al asomar por uno de los camarotes me encontré con la vulcana de la otra tripulación. La miré unos instantes en silencio, observando que hacía allí sola, sin pensar en los peligros de los que nos habían alertado que ocultaba esta nave. Ladeé la cabeza - No soy un caballero andante ni ella una damisela en apuros. - Pensé para mí mientras mi boca se abría en un gran bostezo. Iba a darme la vuelta y marcharme a otro lugar cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo realmente.

De dos zancadas me planté a su lado. Lo mío no eran las relaciones sociales y menos aún cuando la ciencia entraba en juego. Recogí con rapidez uno de los objetos que custodiaba y lo examiné con curiosidad, en el más absoluto silencio. Me estaba centrando tanto en aquello, que olvidé por completo que no estaba solo y que aquel objeto no me pertenecía. - Me pregunto... ¿de dónde habrá salido esto? - Murmuré en voz alta, para luego torcer el gesto por volver a repetir aquello que no me gustaba hacer: pensar en voz alta.

Permanecía recostado en aquella cama, puesto que mi cuerpo me exigía un descanso, al igual que mi mente que no paraba de aburrirse. Lo cierto es que no se cuanto tiempo había dormido, esperaba al menos que hubieran sido el 90% de las horas de viaje, puesto que de Alba no me iba a aguantar y consentir mucho más esos: "queda mucho?" y "¿Cuándo llegamos?" que tanto la repetía. Unas voces me sacaron de los brazos de Morpheo, quien me había permitido descansar lo suficiente como para levantarme bastante espabilado.

Abrí los ojos y me encontré a mi Capitán junto al carismático doctor, hablando del brazalente que llevaba Cristina en su brazo. Luego se giró y me gritó, gritos que por parte del médico sobraron puesto que estaba despierto. - Y yo que dejé de cursar medicina porque no sentía empatía con los enfermos... - Dije a modo de queja en parte y verdad por otra. No pude evitar sonreir a Cristina tras sus palabras al defenderme de aquella manera.

- No se preocupe Capitán. Que un médico no sea capaz de diferenciar un simple caso de déficit de atención de una sordera, creo que lo dice todo. - Miré serio al doctor. Sabía perfectamente lo que estaba pensando de mí: "¿Quién es este jodido capullo que me ha calado tan jodidamente bien?" - Bueno, quizás con más tacos e insultos en la frase. La verdad es que eso era lo de menos.

- Pues verá, doctor... - No recordaba el nombre, tampoco es que eso fuese una novedad. Me llevó meses aprenderme el nombre de Cristina. Al final logré hacerlo recurriendo a lo más básico y elemental: Elementos Químicos. Así se pasó a convertir en cromo, yodo,azufre, titanio y sodio. Todo en ese orden.* Algo que no repetiría con aquel hombre, bastante era que le llamase doctor por el momento. - ... estudié algo de medicina, ingeniería, geociencias, geología expecializándome en geoquímica y geofísica entre otras cosas. Considero que estoy suficientemente capacitado para inspeccionar lo que parece ser un artefacto que porta mi Capitán y emitir una evaluación sobre el mismo, al igual que estaré encantado de escuchar todo lo que ambos sepan del objeto en cuestión y de los resultados previos que dio su escáner, doctor.

Permanecí sentado en la cama, mirando fijamente al hombre mientras daba un par de palmadas sobre el colchón. - Capitán, por favor. - Dije al unísono de los golpes, invitándola a sentarse a mi lado y que me permitiese ver el objeto con detenimiento.

Me senté en aquel improvisado centro de reunión de la tripulación de la Excalibur, asomando más personas en el camarote de los que recordaba realmente. Miré atento a todos y cada uno de ellos, cada vez que hablaban y expresaban su opinión sobre... - ¿De que hablan? ¿Ahora somos esclavistas? ¿Mercenarios? ¿Cuándo dejamos la Flota Estelar para unirnos a esta nave y a un grupo de...?

Debía dejar de pensar y centrarme en sus palabras si quería saber que estaba pasando. - Vale, vamos de camino a Orion, eso me queda claro. Y nos lidera el comadante Stevenson... ¡Un momento! A mí solo me manda mi Capitán. - Fruncí el ceño al escuchar a aquel indio decir aquellas palabras.

Pero no fue hasta que la capitán Cristina de Alba comenzó a hablar, hasta que no comencé a enterarme bien de las cosas. Y para lo que se me escapaba porque mi mente decídia ir por libre, simplemente mantenía mi mirada fija en quien hablase y asentía con la cabeza, tratando de mostrar así mi gran interés por aquella charla en la cual no sabía cual era mi sitio.

Así fue como cuando la capitán me miró de aquella manera tan significativa, se encontro con mi gesto de afirmación a sus palabras... fueran las que fueran...

Aakesh sonrió y cogió la mano de la capitán

-Usted lo ha dicho mi capitán, nosotros dos somos un claro ejemplo de superar diferencias. Tendrían que exponer nuestro caso en la Flota

Volvió a reír. Tras hacerlo recuperó la compostura

-Estoy de acuerdo con usted, lo prioritario es rescatar a nuestras compañeras. Luego si da tiempo podríamos investigar, al menos para cumplir una de las funciones de la Flota, conocer más sobre otras razas y culturas de la galaxia. La mínima información que podamos aportar sobre esta nave y tripulación podría ser útil en el futuro. Pero lo prioritario es nuestra tripulación

Quedó pensativo, por dentro la rabia comenzó a resurgir, solo de pensar en el destino incierto de sus compañeras y si estarían bien.