Partida Rol por web

Zated se quitó el aturdimiento que sentía, pero se quedó en la cabina por si la mandaloriana había dejado alguna sorpresa. El jedi no vio nada raro, y además tampoco es que hubiera tenido tiempo de hacer nada. Había estado unos segundos allí, y al parecer los había pasado disparando al droide del cereano.
Cuando le preguntó al pequeño robot astromecánico este confirmó sus suposiciones.

Mientras, abajo, Xostum seguía persiguiendo a la mujer. De repente el zabrak escuchó el ruido de una compuerta abrirse y pudo notar como entraba luz del exterior.

Tras la corta carrera solo pudo pensar que Mi-Neb no estaba cerca y que tenía que seguir disparando si quería detener a la pistolera. 

- ¡Ya veo la autenticidad de las historias sobre vuestro valor!

Disparó de nuevo en dirección a la mujer y logro que el haz impactara de lleno en su espalda, solo para descubrir que era una de sus partes mejor protegidas.

- ¡Enfréntate a mi! ¡Uno contra uno!

Era una trampa pues todavía contaba con que su amigo apareciera en cualquier instante cortando su retirada.

Por un momento la mandaloriana se detuvo, como sopesando las palabras de Xostum. Pero aquella mujer no había llegado tan lejos dejandose llevar por sus emociones en los momentos importantes. Y sobrevivir siempre habia sido una motivación fundamental en ella. Además, el jedi seguro que estaba a punto de llegar y no sería un uno contra uno.

Así que siguió corriendo por el hangar, zigzagueando, en dirección a...¿el espacio? Los ascensores y elevadores estaban en la dirección contraria. Hacia donde se dirigía no había salida alguna, que supieran, salvo el vacio del espacio.

Se sintió rechazado por la mujer, no había querido cruzar blasters a pesar de los buenos modales del zabrak. Ella se lo perdía. Xostun la veía alejarse en busca del vacío espacial, hizo un disparo más que golpeó en su espalda produciendo un pequeño estallido, no porque hubiese dañado sino porque ese metal dispersó la energía.

El soldado seguía corriendo pero consciente de que si no caía por el impacto le tocaría detenerse y dar por perdida la persecución.   

La mujer recibió otro disparo en la espalda de Xostum, y aunque pareció trastabillar no llegó a caer. Con gran esfuerzo logró llegar hasta el campo de fuerza que mantenia a salvo el hangar del vacio del exterior. Mientras lo hacia disparó dos veces con su pistola izquierda a un panel de la pared y una sección pequeña del campo desapareció.

Al instante sonaron algunas alarmas y el vacio del espació empezó a succionar la sala. Xostum estaba demasiado lejos para que le afectara mucho, aunque notó el tirón, pero la mandaloriana fue arrojada al espacio sin que pudiera hacer nada para evitarlo. Aunque lo mismo era lo que ella quería.

Mi-Neb por fin había llegado a la zona de los elevadores. Entrar en el que le llevaba a su hangar fue fácil.
No obstante, cuando estaba apunto de llegar a su destino sonaron algunas alarmas y el elevador se detuvo en seco. Sonó una voz melodiosa dando un aviso.

Atención. Peligro de despresurización en Hangar 32. Por favor, señale otro destino o espere.

Se detuvo dando por finalizada la persecución, se había vuelto a escapar, la muy zorra era muy dura gracias a todo ese metal que la envolvía. Sobrevivir a un soldado y a un Jedi no lo hacía cualquiera, mas dejó de pensar en eso pues retrocedió en busca de alguna puerta que cerrar que evitara que la descomprensión le alcanzara.

- ¡Vamos dos a cero, recuérdalo! 

Gritó por desquitarse, pues ya el sonido no llegaría hasta ella, luego activó el comunicador.

- Mi-Neb, la mercenaria ha provocado una descompresión mientras huía, cuidado por donde caminas.

—Vaya. Hangar 31 entonces, veré que puedo hacer desde allí. 

La voz del jedi sonaba totalmente tranquila. Cualquier otro se habría enfadado y maldecido su suerte. Él no. Simplemente agradecía a la Fuerza que el ascensor no le hubiera soltado en el vacío. 

Justo cuando Mi-Neb pedía al ordenador del elevador que le enviara a otro hangar escuchó la voz de Xostum.

- Mi-Neb, la mercenaria ha provocado una descompresión mientras huía, cuidado por donde caminas.

Aunque no parecía demasiado nervioso por ello.

—Voy a salir por el hangar 31, mirad a ver si podéis entrar por ahí un instante y me subo a la nave si estáis fuera. Voy vestido como uno de ellos para pasar desapercibido, ruego no disparéis. 

Tanto Xostum, que había cerrado la compuerta de la nave, como Zated que seguía en la cabina, escucharon a su compañero.

—Voy a salir por el hangar 31, mirad a ver si podéis entrar por ahí un instante y me subo a la nave si estáis fuera. Voy vestido como uno de ellos para pasar desapercibido, ruego no disparéis. 

La alarma seguía sonando y al poco rato aparecieron droides de mantenimiento que se dirigieron a la sección averiada.

Mientras Mi-Neb fue al hangar 31, el cuál al igual que el que teníais era un hangar privado. Afortunadamente estaba vacio por lo que no le retuvieron ni tuvo problemas para acceder. Esperó allí hasta que los robots repararon la parte del campo de fuerza y la alarma dejó de sonar. Menos de un cuarto de hora desde que saltó la alarma estaba todo reparado y todos juntos en la nave.

Mi-Neb esperaba en el Hangar 31. Estaba vestido con la túnica de uno de los sith y esperó a entrar en la nave. ¿Estaría el rodiano allí? ¿Quién les había traicionado?

—¿Os encontráis bien? ¿Qué ocurrió? En mi caso noté que el cereano me llevaba a una emboscada, así que retrocedí sin él a la tienda, allí me atacaron dos esbirros de los sith y tuve que acabar con ellos —se le notaba el disgusto en la voz— y luego volví a toda velocidad. 

Probablemente el sith estaba ahora mismo torturando al cereano, pero no era algo sobre lo que el Jedi podía hacer nada. 

Zated salió del interior de la nave y se encontró con Mi-Neb. Le hizo un gesto con la mano, la otra la tenía colocada en las costillas. Estaba herido, aunque no parecía grave. 

- Nos atacó la mandaloriana. Xostun la ha perseguido, yo me he quedado con los droides y la nave, no me fiaba. Estaba muy herida. - dijo. 

Después se apartó para dejarle pasar. 

- Mejor cámbiate, no es que no me guste tu nuevo aspecto, pero tengo los sentidos alterados y alerta con esa indumentaria. 

Mi-Neb se quitó la capa. 

—Vaya, pero si sólo es una de sus capas. 

- Nosotros no somos seres de oscuridad, no necesitamos la sombra para cubrir nuestros pasos - dijo sabiendo que era algo evidente y que Mi-Neb sabía de sobra. Sin embargo, le gustaba reflexionar en voz alta - Estás entre amigos y ya no hace falta que mantengas el engaño. Siento que hayas tenido que enfrentarte a ellos solo. Fue un error táctico por mi parte. 

—Te doy un ocho sobre diez en discurso-aforismo Jedi. Queda mejor cuando se lo dices a los padawans y novatos en una charla sobre sentir la Fuerza. Practica más la situación que la entonación —terminó de calificar las palabras de Zated— porque estamos en una guerra y a veces el sigilo es necesario, incluso para evitar matar a algunos de esos pobres desgraciados. 

Con tal de no escuchar algunos discursos repetidos y genéricos, Mi-Neb pensaría que alguno de los suyos se habría pasado a los sith. Si no fuera por que no le aceptarían o le matarían por diversión, por supuesto. 

—No te preocupes por eso, no me dieron ningún problema, sólo lamenté tener que acabar con ellos. ¿Por qué defendemos la paz y llevamos una de las armas más mortíferas que existen? —meditó en voz alta acerca de sus contradicciones Mi-Neb— pero que sólo fuera yo sería la voluntad de la Fuerza —despreció la táctica en general Mi-Neb en virtud de aceptar la providencia de la Fuerza— que os quedarais aquí probablemente salvó la nave de la mandaloriana. 

—¿Quién creéis que nos ha traicionado?

Al fin llegó su compañero, lo pudo ver con la túnica oscura, era curioso que nada más portarla le habían asaltado dudas sobre sus creencias. El caso es que sus dudas quedaron un poco extrañas justo en ese momento. El soldado aportó su modo de ver las cosas.

- Te diré lo que pienso... los sables-luz no tienen nada de malo, ayudan a mantener la paz en la galaxia. Sin ellos proliferaría todo tipo de escoria y por supuesto los más fuertes tomarían el poder. Los jedi y los soldados de La República hacemos un buen trabajo.

Mi-Neb era muy ingenuo a veces a ojos del zabrak, para él estaba claro que un ejército era necesario. Entonces siguió hablando pero ahora para explicar lo que habían visto durante el enfrentamiento.

- La mujer logró esquivarnos y entrar en la nave pero creo que el droide que dejó el cereano la atacó pues lanzó una maldición y tuvo que dispararle, eso la entretuvo. También es curioso que la mandaloriana se comunicaba con alguien a distancia, aunque no ha aparecido nadie más, puede ser que estén de camino. Las cosas no me terminan de cuadrar, o el cereano no trabajaba para los sith o la mandaloriana no trabajaba para los sith, o hay dos facciones de sith, a saber.

Al exponer todo aquello encontró una posible conexión.

- Posiblemente el cereano trabaja para los piratas, eso me encajaría bastante, aunque no pasa de suposición. Ahora deberíamos de prepararnos por si hay que despegar con urgencia. Puedo revisar si el droide mecánico ha hecho algo raro.