Partida Rol por web

Zated no quería romper la nave, pero era mejor eso que dejar a la mujer campar a sus anchas. 

Hizo un movimiento con el sable y empezó a cortar la puerta en sentido antihorario. 

Mi-Neb sabía que sus compañeros tenían problemas, por lo que se dirigió hacia el hangar lo más rápido que pudo. Aunque tuvo que ir por el único camino que conocía. Si era uno corto o rápido eso no podía saberlo, pero al menos no se perdería.
Eso sí. Mientras lo hacia pudo notar como la presencia del lado oscuro disminuía. O al menos se alejaba de ella.

Xotum no pudo si no quedarse quieto viendo como Zated se abría paso en por la puerta de acceso. En cuanto el jedi acabó la placa de metal cayó al suelo entre los dos. Arriba pudieron escucharse más disparos, esta vez sí que eran las pistolas blasters de la mandaloriana. Pero para sorpresa de los dos no iban dirigidos a ellos.
Cuando se asomaron pudieron ver como el droide que el cereano había dejado estaba en el suelo con el pecho humeando, al fondo la mujer con sus pistolas en la mano. Seguía farbullando algo en un idioma que no entendía ninguno,algo bastante gutural y potente, pero no parecía ser nada agradable.*

Iban a tener que pagar ese droide si tenían ocasión, les había dado unos segundos muy valiosos. Ahora con la mandaloriana otra vez enfrente levantó el rifle disparando en el acto. La mujer era demasiado habilidosa como para andarse con chiquitas, hizo varios disparos tratando de no darle al panel de control.

- Ríndete, nadie quiere ver la cabina pintada de rojo.

No había mucho que conversar, estaban dispuestos a matarse unos a otros y eso despertaba instintos muy violentos en el zabrak. Verse en una sala estrecha con la mandaloriana solo le hacía concluir que la muerte estaba allí presente junto a ellos, esperando a ver quién iba a llevarse consigo hacia el vacío interestelar.

Activó de nuevo el comunicador.

- ¡Estamos en la cabina de la Cimitarra, Mi-Neb!

La mandaloriana recibió de lleno el impacto de Xostum. El zabrak era certero con el rifle blaster, y en un espacio cerrado como la cabina Zated seguramente brillaría. No obstante, a pesar de gruñir de dolor, la mujer seguía en pie.

Mientras Mi-Neb se dirigía al hangar recibió otro mensaje de Xostum.

- ¡Estamos en la cabina de la Cimitarra, Mi-Neb!

Entre los gristos podían escucharse sonidos de disparos blaster.

—Estoy de camino  —Mi-Neb apagó el comunicador, les debían estar atacando. Avanzó a toda velocidad hacia la bahía de atraque donde estaba el cimitarra. Vestido como estaba, intentaría pillar por sorpresa a los enemigos. 

Eso sí, se asomaría antes de entrar en el hangar, no le fueran a disparar con los cañones de la nave. 

Zated subió rápidamente para encontrarse en la parte superior con la mandaloriana.

- ¿Cómo estáis, droides? Gracias por cuidar de la nave. - dijo mientras terminaba de subir, hizo un giro y encendió de nuevo el sable para cortar -o al menos intentarlo- a la mandaloriana. Quería acabar con ella de una vez. La mujer no consiguió esquivarle, pero Zated solo alcanzó a cortar una parte de la armadura. El impacto, no obstante, fue fuerte. 

Zated golpeó con su espada a la mandaloriana. La cual parecía abrumada. Tan sólo la manufactura especial de su armadura había impedido caer ante semejante embite de los dos miembros de la República.

Joder. Esto no está saliendo como esperaba. Me tengo que marchar.

No estaban muy seguros pero parecía que no hablaba con ellos.
Sacudiedose el atudimiento, la mujer se movió alejandose del jedi. Este trató de detenerla pero no lo logró en un principio. Así que ella se dirigió al hueco para bajar saltando al lado de Xostum. Cayó al suelo como una experta y continuó un poco más. Parecía tener muy claro su plan de acción.

Por otro lado pudieron escuchar en sus comunicadores la voz de Mi-Neb.

—Estoy de camino

Zated intentó golpear cuando la mujer pasó por su lado, pero no fue capaz. Acto seguido le pidió a Voreno que fuera tras ella. Él y Mi-Neb podrían darles caza. El jedi se quedó para asegurarse de que los droides estaban bien. 

Las palabras de la mandaloriana fueron sensatas ahora, se enfrentaba a un Jedi y un soldado de élite, no las tenía todas consigo y al fin lo admitió. Xostun asintió a Zated sabiendo que entendería el gesto a pesar de la ceguera, fue tras la mujer aunque su intención era seguir disparando hasta que se perdiera de vista.

Si Mi-Neb venía hacia ellos podía encontrarla de frente pero no le quiso advertir para no poder sobre aviso a la mujer, que se diera de bruces una vez más con un sable láser. Ojalá la pudieran advertir, costaba horrores librarse de esa mercenaria y ni siquiera tenía la certeza de que fuera una gran mandaloriana, por lo que sabía toda su especie era igual de resistente.

Alzando el rifle disparó a la figura femenina, la impactó de lado, lo había notado por la manera en la que su cuerpo se retorció a punto de caer.

- ¡Ese no es el camino! 

Le espetó tratando de burlarse de ella.

Xostum no parecía tener muchas ganas de dejar huir a la mujer que tantos problemas les había dado. Así que bajó para poder enfilarla y disparó.
La armadura de la mandaloriana, ahora bastante chamuscada y rozada, incluso un poco abollada, resistió lo peor del impacto. Pero no todo.

Zated se abalanzó sobre el androide para ver si era capaz de rescatar algo. Mientras, llamaba al otro para ver si podía echarle una mano. Al fin y al cabo, si bien el otro androide era piloto, seguro que tenía mucha más idea que él de electrónica. Al ir a tocar los cables, estalló una ráfaga de chispas y los ojos del droide se apagaron. 

Era mejor no tocar... 

Zated se dirigió al droide caido, pero al tratar de hacer algo por él se llevó un calambrazo que lo dejó aturdido. No obstante se dio cuenta de que no había nada que se pudiera hacer para salvarlo. El pequeño robot atromecánico se lo confirmó con un par de silvidos melódicos cuando se acercó al Jedi.

Por su parte, la Mandaloriana logró sacudirse de encima el dolor que sentía del disparo de Xostum y echó a correr todo lo que daba de sí sus acorazadas piernas.

Viendo que la mujer huía tenía claro que había que perseguirla, y que no podía perseguirla hasta quedar aislado solo contra ella. Se detendría ya mismo si no fuera porque Mi-Neb podría cruzarse con ella iniciando una nueva lucha.

- Esto no lleva a ninguna parte. 

Se impulsó todo lo rápido que pudo tratando de recortar distancias, activó el comunicador.

- Mi-Neb, la mandaloriana escapa, ¿estás cerca?

Preguntó queriendo saber si valía la pena seguirla.

Mientras Mi-Neb se dirigía a la zona de elevadores recibió otro mensaje por el comunicador.

- Mi-Neb, la mandaloriana escapa, ¿estás cerca?

Era Xostum. Lamentablemente aún tardaría unos minutos en llegar a la zona que le bajaría hasta los hangares.

Suspirando, Mi-Neb aceleró. —Estoy llegando. Espero atraparla —dijo en el comunicador con un susurro. 

La respuesta tardó unos segundos en llegar.

—Estoy llegando. Espero atraparla-

Aunque la voz sonaba apagada, como en un susurro.

Xostum siguió a la mandaloriana, a pesar de que parecía que huia uno nunca se podía fiar. No obstante el correr con el rifle y la linterna le causaba un poco de complicación y no pudo alcanzarla. Aunque intuía que estaba cerca de la salida de la nave.