Partida Rol por web

—Sí, ayudan a mantener la paz en la galaxia y a multiplicar por dos los problemas —dijo tranquilamente Mi-Neb en otra muestra de humor Jedi— pero a veces me pregunto si un blaster aturdidor no sería mejor para nuestra salud emocional. 

—Quizá se comunicaba con el Sith que pensaba tenderme una trampa. El cereano me hizo volver por otro camino y sentí algo allí. Quizá sería eso. Hay un viejo aforismo de no pelear en el terreno que decida el enemigo. Yo me quedo en "no pelear" si puedo. 

Mi-Neb vió que estaban heridos y así, de pasada les sujetó a ambos del brazo y cerró sus heridas como quién no quería la cosa. 

Zated agradeció la atención de Mi-Neb. El combate con la mandaloriana había sido duro y Zated no había estado todo lo concentrado que necesitaba. Sus ataques fallaban, e igualmente sus defensas eran horrorosas. Así le había pasado que poco le había faltado para perecer bajo el fuego de sus cañones. Por suerte habían conseguido repelerla y ahora ella vagaba por el espacio, seguramente en camino de alguna nave amiga. 

- Hemos de tener cuidado, mientras discutimos sobre el uso o no de las armas, un enemigo acaba de huir y puede volver con refuerzos. 

Una vez curados y puesto al día de lo sucedido, Xostum revisó la nave con la ayuda del nuevo droide que habían comprado. No parecía haber nada fuera de lugar. No podían saber qué quería hace la Mandaloriana en la cabina, pero no tuvo tiempo de nada gracias al droide del cereano.
Droide que resultó tener unos cuantos accesorios extras, como blasters integrados. Sin duda era algo más que un robot de reparaciones.

Lo que sí se dio cuenta es que la nave no tenía transpondedores extra. Había un acceso preparado, pero faltaban los cartuchos y conectarlos. Del resto parecía estar todo en orden.

Mi-Neb no sabía que el droide tenía láseres integrados. Así que de momento pensaba que era un simple Droide astromecácnico y de pilotaje. 

—¿Nos vamos entonces? —curar había sido un momento ahora podían largarse— sentí una presencia maligna, no quiero volver a sentirla. Ya pondremos los traspondedores en otro momento. 

El droide del cereano era un maldito droide asesino, se le veía en la cabeza que tenía muy malas pulgas pero Xostun pecó de ingenuo. Al menos murió sirviendo a la República.

- Lleva blasters y debió de sacarlos frente a la mandaloriana. 

Apartó el cacharro, iba a llevarlo con ellos pues era chatarra valiosa, alguna vez tenían que pensar en sus bolsillos.

- Nos vamos en cuanto queráis.

No se preocupó por el rodiano, lo más seguro es que hubiera estado al tanto de lo sucedido.

- ¿No tiene reparación posible? - preguntó Zated - No nos vendría mal un droide de seguridad. - La pregunta era pertinente pues estaban aún en una estación espacial, y podían comprar las piezas necesarias en caso de necesitarlas. 

Zated miró interrogante a Mi-Neb. 

- Creo que no deberíamos irnos sin esos transpondedores - dijo muy serio - Si nos dieras algo más de información sobre lo que ha pasado con caracono. Porque por lo que has dicho no me ha quedado nada claro. ¿Crees que él nos ha traicionado? ¿Crees que pudo ser casualidad? Lo pregunto porque igual es posible seguir haciendo negocios y comprarlos. En nuestro caso, el droide ha defendido la nave, y parecian hablar mucho entre ellos, lo cual me da por pensar dos cosas: O ha sido casualidad y ambos (la mandaloriana y el caracono) querian nuestra nave, pero por separado, o realmente estaban juntos y el droide no sabía nada. 

—Sí, si creo que nos ha traicionado. Volvimos a la tienda, pero al regresar estaba demasiado nervioso y me llevaba hacia una presencia oscura y por otro camino. Me dí la vuelta para no caer en una emboscada y volví a la tienda donde luché y tuve que matar a dos soldados sith, aprendices a los que sólo han inculcado odio. Al volver vi vuestros mensajes y al final acabé en el hangar 31 y no en el 32 porque estaba despresurizado. 

—Podemos ir a por él y a por la presencia y a por los cilindros, que ni idea si habrá programado bien. Como prefieras. Yo creo que el rodiano y el cereano nos han vendido por separado. Uno a la mandaloriana y otro a los sith. O la mandaloriana ha hecho su intento por su cuenta.  

En esta estación perdida en mitad de la nada le parecía hasta lógico que hubieran sido traicionados por partida doble, tendrían que informar sobre las sospechas que ahora caían sobre el rodiano. Al hablar de permanecer en la estación el zabrak pensó que no implicaba demasiado riesgo. Habían vencido ya a unos Sith, no habrían tantos agentes.

- La mandaloriana ha escapado, puede venir de nuevo para hacer segundo intento. Yo ya no me fio de ninguno de esos dos, aunque encuentro la situación extraña por ese enfrentamiento fortuito entre el droide asesino y la mandaloriana.

En esas circunstancias cualquier camino estaba abierto. Xostun no diría que no a cualquier curso de acción que ayudara a saber más.

- Veo la opción de ir a investigar dejando el navío cerrado y a R8 expectante, con órdenes de echar a volar si alguien se acerca y trastea. Puede estar en permanente contacto con nosotros. Ya para más seguridad no habría otra que quedarme yo a bordo.

Alguna utilidad debía de tener el nuevo ayudante.

Finalmente decidieron dejar la nave bien cerrada y con el nuevo droide vigilando. El cuál silvó afirmativamente y muy entusiasmado.

Justo antes de salir tuvieron una visita de uno de los controladores de mantenimiento, pero lo despacharon rapidamente. Tampoco es que les pareciese con muchas ganas de saber realmente lo que había sucedido.
Cuando los tres miembros del ejercito de la republica llegaron a la tienda del cereano la encontraron vacia. También muy cerrada. Después de eso siguieron el camino que había llevado caracono y lo encontraron muerto en un callejón oscuro. Tenía la trequea destrozada, aunque no parecía marcas de agarre de ningún tipo. Lo más curioso de todo es que tenía los cilindros con los transpondedores. No se habían molestado en robarle. Y eso sí que parecía muy extraño.

Con todo volvieron a la Cimitarra y se dispusieron a partir. Tenían la dirección del planeta donde orbitaba la base de Roland, Ambria, y sus coordenadas. Sólo tenían que salir y llegar allí.

—Mira, sí que tenía los traspondedores. Fue buena idea, Zated. 

Ahora sí que tenían más posibilidades, pero no iba a ser tan sencillo como entrar en Ambria. Había un campo de asteroides alrededor de la base del tipo. 

Mi-Neb no tenía idea alguna de ordenadores. Por fortuna había comprado un droide que parecía útil. 

—Eh, pequeño cabezudo, ven aquí y desencripta este datapad, quiero saber cosas sobre las ultimas llamadas. 

El droide se acercó "silvando" a una terminal que había en el muelle y empezó a buscar la localización de la llamada. Al poco la consiguió situar.
Era de un lugar de la zona privilegiada de la estación, un restaurante llamado Lu'Cas. Al parecer se hizo justo cuando llegaron a la tienda y el cereano se metió en su taller.
R8 podría llevaros hasta el lugar. Aunque al parecer acceder a esa zona costaba un mínimo de 200 créditos por persona, pues era lo que se dice "pija" y esas cosas cuestan dinero.