Partida Rol por web

El joven padawan parpadeo ante la claridad de la sala de curas. Sonrió ante el espectaculo de sus compañeras registrando los armarios, antes de imitarlas para reabastecerse de vendas, desinfectantes y esas cosas...

"Bien. Con esto puedo terminar de aplicaros las curas necesarias par evitar que se os infecten las heridas... Si tenemos un momento, claro"

Lleno el petate con suministros medicos, Arion se esmeró en aplicar desinfectantes y pomadas en las quemaduras, para vendar a la malhumorada mandaloriana. Despues se volvió hacia su compañera humana, con un gesto cargado de significado...

"Sientate, Lyna. Tengo que limpiar las heridas y cambiarte el vendaje... en serio" Con firmeza, Arion se dedicó a remendar a su compañera, mientras prestaba atención a la conversación sobre sus proximos pasos... "Suponer que nos han distribuido por niveles tiene su logica... pero... no estoy seguro de que sea asi... Podemos comprobar el pozo. Si no nos convence, podemos rastear a esos droides..." Con dedos expertos, terminó de vendar a su compañera padawan, dandole un suave toque para repasar el trabajo. "Listo, Lyna"

"Esas maquinas son una pista. Estoy seguro."

Refunfuño un poco mientras Arion aplica las vendas -Pero si estoy perfectamente... Esos droides no eran nada...- Mientra Arion aplica los vendajes digo:

-Lo mejor será ir por donde iban los droides; no podemos perder tanto tiempo bajando de nuevo; eso es lo más seguro. - Frunzo el ceño y añado... - ¿Soy la única que piensa que esta puede ser una encerrona de nuestros maestros? No sé, una especie de prueba. Es mucha casualidad que el día de nuestra primera misión ellos desaparezcan y sólo nosotros nos enfrentemos a esta especie de laberinto...  Me encojo de hombros y añado, cargando con el petate al hombro - Da igual. Lo mejor será salir de aquí cuanto antes.

Mientras curaban a mi compañera trate en vano de sentir la fuerza vital de nuestros compañeros. Suspirando me volví hacia ellos y susurré:

Lo pensé... en un principio. Pero...ese hombre....el del video. Claramente dominaba el lado tenerboso de la fuerza. Por cierto, ¿De que droides hablais? ¿De los que destruisteis?En el piso inferior había tambien un par de droides agresivos...y uno que parecía de mantenimiento o algo así. Ese no lo destruimos

Puede ser un actor... O una proyección, quién sabe. - Chasqueo la lengua y añado -No debísteis dejar escapar al droide... Puede que envíen refuerzos.

Me encojo de hombros de manera agresiva. Realmente no me interesaba si era un actor, o si realmente era un sith lord, el tema era que cuando lo viera le daria un buen golpe en la cara.

-Lo único que importa ahora, es encontrar a nuestros compañeros y salir de aquí – Digo maquinalmente – Nuestros maestros saben cuidarse por si solos, pero yo recuerdo – Trago saliva – Que faltan otros dos padawan que aun están solos, y no conviene que estemos separados en un lugar así, ya sea una prueba, o sea una situación de verdad.

Tomo algunas vendas extras y salgo de la habitación a toda prisa dirigiéndome al otro pasillo, de donde venia Mowar para intentar encontrar la subida al próximo nivel.

Arion frunció el ceño, ligeramente sobrecogido por la intensidad de las emociones que dimanaban de sus compañeras...

"Este lugar les esta influenciando... Nos esta influenciando a todos..." Una rigida sonrisa se instaló en el rostro del joven padawan, mientras asentía con gravedad ante las palabras que escuchaba. Sin embargo, cuando Alia, Lyna y Mowar se encaminaron cada una en una dirección, Arion se puso pálido...

"Ohohoohhoh... Esperad un momento, por favor..." El muchacho extendió los brazos, en un intento de abarcar a sus compañeras, a pesar de estas ya se habian alejado unos pasos... "Este lugar nos esta influyendo de alguna forma... Y esta nublando nuestra conexión con la Fuerza... Por no hablar del sentido común..." Arion se mordió la lengua tan pronto terminó la frase... "El Miedo conduce a la Ira... La Ira conduce al Odio... Y este lugar esta mancillado por el Reverso Tenebroso..." El muchacho cerró los ojos e inspiró profundamente, concentrandose en la Fuerza, en busca de paz y serenidad... "No tenemos mucho tiempo..."

"Este lugar es como un laberinto... No podemos deambular por aqui, porque nuestros amigos y nuestra propia seguridad peligran... Es lo que Él quiere... Nos esta probando... Nos esta corrompiendo..." Arion hablaba con voz entrecortada, como si le costasé expresarse con la calma y la tranquilidad que normalmente le caracteriza...

"Veo que tenemos cuatro posibles direcciones... A saber: el pozo de ventilación... No tenemos el equipo adecuado para subir por el con seguridad... La puerta de los droides, con las posibilidades de combatir y destruir... Esta puerta doble de aqui, que ya sabemos lo dificil que es de abrir... Y el pasillo del fondo es una incognita absoluta..."

A cada opción expuesta, Arion señalaba con su mano derecha. Cuando terminó, se giró y encaró la puerta doble. Con voz controlada y tranquila, expusó su idea... "Mi maestro me enseño que no solo debemos confiar en la Fuerza. Aunque este en todas las cosas, en toda la Galaxia, muchos seres viven sus vidas sin ser apenas conscientes de su existencia. Tenemos nuestra inteligencia, nuestros conocimientos y nuestras experiencias para tomar decisiones... Por lo que sabemos, conocemos y hemos experimentado, este es el camino que debemos seguir."

Arion terminó su exposición acercandose a la puerta doble junto a la que estaba Lyna y le apoyó la mano con gesto cariñoso.

"¿Estamos deacerdo?"

Apretó el puño reprimiendo los sentimientos negativos, sabia que gran parte de lo que decía Arion era verdad, sentía como los malos deseos de guerra se apoderaban de mi y me nublaban la conciencia, pero había que resistir. Todas las células de mi cuerpo querían ir en dirección a los droides y liberar combate una vez más, pero ¿ese era el camino del Jedi? Me muerdo el labio y doy un pisotón al suelo, dejando salir de mí la ira que tenia acumulada.

-¿Qué me esta sucediendo? – Me pregunto intrigada, y me miro la mano ahora abierto, aquella mano que había empuñado con ira  - ¿Me estoy volviendo loca? ¿Es que me estoy transformando a mi misma en aquello que me han enseñado a combatir?

Abro la boca para hablar, pero entonces la cierro súbitamente, decido que lo mejor para mi era permanecer en silencio por ahora. Asiento ante Arion y miro a las otras Padawan esperando su respuesta.

Creo que el pasillo del fondo es lo más adecuado Arion. No hay enemigos ni trampas por allí. De todos modos creo que lo que debemos hacer es explorar con rapidez y para ello podemos separarnos siempre y cuando logremos arreglar los comunicadores. Así si hay un problema, podremos ayudarnos. -saque el comunicador y traté de ponerlo en sintonía con el de mis compañeros. ¿Creeís que se puede hacer algo con él? pregunté mientras trasteaba con el comunicados. La tecnología nunca había sido mi fuerte y había dedicado todos mis esfuerzos a sentir la fuerza y aprender a moverme con ella...

Andando entonces - Dije, poniéndome a la cabeza de la marcha.

Los cuatro padawan se pusieron en camino. Habían escogido rumbo, y también habían decidido que juntos serían más fuertes. Al fin y al cabo, no parecía haber muchas amenazas en aquél lugar... pero el tiempo seguía corriendo y la sentencia del hombre encapuchado estaba en la mente de todos.

Habían dado algunos pasos, con sus armas prestas para defenderse, cuando todos pudieron sentir algo a su espalda. Una presencia extraña, como distorsionada. Estaba claro que era la Fuerza lo que les avisaba de aquello, pero nunca habían sentido algo parecido.

- ¡Vaya, me imaginaba que andaríais por aquí, pequeños Jedis! -dijo una voz socarrona a su espalda, que les puso la carne de gallina.

Se volvieron como si temieran encontrarse con la mismísima muerte, pero en lugar de eso, lo que vieron fue a un muchacho rapado y pálido, completamente vestido de negro, que se confundía con la oscuridad del lugar.

El muchacho avanzó un par de pasos hacia ellos. Emanaba poder de la Fuerza, pero la sensación que les llegaba a los pequeños padawan era muy desagradable. No tenía nada que ver con la que sentían en presencia de sus Maestros, o de los compañeros del Templo Jedi.

- Dejad que me presente -dijo el chico, con una sonrisa burlona-. Mi nombre es Darth Phiras. Me envía mi Maestro con un mensaje para vosotros...

Arion sonrió cuando todos se pusieron deacuerdo y en marcha. Aquel lugar les estaba afectando y el muchacho empezaba a sentirse fisicamente enfermo...

"Este lugar no me gusta nada... No me habia parado a pensar en lo importante que es la conexión que tenemos con la Fuerza... Y en lo que nos puede afectar si la Fuerza esta... contaminada... No... Esa no es la palabra... Desequilibrada. Si..."

Mientras caminaba junto a sus compañeras, les dirigió una mirada de reojo...

"Son las mejores padawan de la Academia... Mowar tiene un poderoso instinto y mucho sentido común... Alia es impulsiva pero solo por la influencia de este lugar...Y Lyna es una lider natural... Diestra y disciplinada..."

Una subita oleada hizo que Arion se detuviera en seco, junto con sus camaradas padawan. El sonido de la voz que les interpelaba hizo que se le erizara el cabello de la nuca. Con presteza, giro sobre sus talones para encararse con el recien llegado... Una leve nausea borró la sonrisa del joven padawan, que inclinó la cabeza levemente a modo de saludo.

"Yo soy Arion Ulf Menem." Respondió laconicamente el muchacho. "Por favor, expón el mensaje de tu Maestro con brevedad... El plazo que nos concedió se agota"

Me acerco al chaval, con el sable láser bien aferrado y añado, apuntándole:

-Y más vale que sea importante, calvito, porque si no...

Esto ya pasa de marrón oscuro... No hay mejor forma de cruzar un muro que haciendo un agujero.

Tratando de controlar la respiración ví las reacciones de mis compañeros y temiendo que Alia se dejase llevar por su temperamento, me coloqué delante suyo como quien no quería la cosa. Obstaculizandola era posible que  la ayudase a pensar antes de actuar y evitar que atacase a la ligera a aquel chico.

¿Lyna no piensa antes de hablar?

Fanfarronear no era propio de los jedis. mi sable seguía colgando del cinturon y estaba preparada para actuar si era necesario, pero aquello no me gustaba nada

El muchacho vestido de negro miró a todos con una sonrisa burlona, y casi no pudo contener la risa ante los comentarios de Lyna. Sin embargo, cuando Mowar se interpuso entre él y Alia, frunció un poco el ceño y sonrió aún más ampliamente.

- Vaya... parece ser que el Maestro Maleng tenía razón -dijo enigmáticamente-. Aquí hay padawans muy hábiles y que ven más allá de lo superficial.

Se colocó los brazos en jarras y alzó un poco la voz.

- Supongo que a la mayoría no os interesará lo que tengo que deciros, pero a mi Maestro le habéis impresionado. Vuestros otros dos compañeros todavía no han logrado ni salir de su celda -añadió con una carcajada de burla-. Sin embargo, vosotros tenéis potencial. Sobre todo la pequeña mandalore. Su ira es realmente deliciosa y con las enseñanzas adecuadas, podría ser muy poderosa.

Extendió un brazo hacia Alia, con la palma de la mano abierta.

- ¿Qué me dices? ¿Te unirás a nosotros? -ofreció con malicia-. Es la única forma que tienes de seguir con vida. Tú y todos tus compañeros, por supuesto...

-Alia...no lo hagas-susurré tratando de mantener la calma. Sabía lo que había que hacer si aceptaba, pero dudaba ser capaz siquiera de intentarlo

Las palabras de aquél muchacho parecían haber hecho mella en la mente de Alia. Por un momento, su joven rostro mandaloriano exhibió una expresión de duda... como si la desesperación de no poder encontrar a su Maestro ni salir de aquél lugar hubieran calado hondo en ella y realmente se estuviese planteando algo... alguna salida alternativa.

Luego escuchó las palabras de Mowar, negó con la cabeza y apretó los dientes con fuerza. Su sable láser se encendió.

- ¡Ni lo sueñes, maldito! -exclamó con furia.

Al contemplar la reacción de Alia, el aprendiz de Sith retiró la mano que le había tendido... pero su sonrisa no se estrechó ni un milímetro.

- Vaya... qué decepción -dijo con su voz burlona-. Parece que aún no te has dado cuenta de cuánto tienes que ganar con nosotros y cuánto puedes perder si sigues con ellos... Pero en fin, hay tiempo.

Señaló a los cuatro jóvenes padawan y volvió a hablar con voz rebosante de malicia.

- ¡Sabéis perfectamente que jamás saldréis de aquí si no os unís a nosotros! -advirtió-. Ahora voy a hacerles una pequeña visita a vuestros amigos... Algo me dice que están a punto de salir de su celda, por fin.

Encendió un sable láser rojo, profirió una horrible carcajada que sonaba como la de un niño que ha conseguido salirse con la suya en una travesura especialmente cruel, y echó a correr por el pasillo del pozo, hacia la zona que aún no habían explorado.

Enarco una ceja, realmente indignada ante la chulería de ese niño.

-¿te crees que te irás de rositas? -Extendí el brazo concentrando la energía de la fuerza en las yemas de los dedos - Ahora comienzan las negociaciones agresivas.

Intento golpearle contra uno de los muros laterales, a mala idea.

"Bien... Asi que Maestro Maleng ¿eh? Tenemos información... Piezas de este rompecabezas, etapas de esta prueba..."

Arion se permitó sonreir, al escuchar la mención de sus compañeros... aunque su alegria duró poco, al percatarse de que el recién llegado no había mencionado una palabra de sus maestros. Las palabras que pronunciaba el aprendiz oscuro, tentandoles, amenazandoles con sutileza, aprovechandose de sus miedos, empezaron a hacer mella en el caracter del padawan...

"Este asunto va a acabar mal... Lyna esta a punto de estallar... Mowar esta tratando de conteniendose para no soltar dos voces a mi compañera... Y Alia esta fuera de si... No se sí saldremos con bien de esto... "

Cuando Alia renegó de la proposición del discipulo del maestro Maleng, Arion sintió que se le quitaba un peso del pecho. La perspectiva de tener que enfrentarse a la muchacha mandaloriana no le seducía, precisamente. La reacción del autonombrado aprendiz sith fue bastante brusca y demostró lo decepcionado que estaba.

Actuando por instinto, se preparó, mientras su adversario encendia su sable luz y se giraba, pasillo adelante. Lyna, rápida como el rayo, recurrió a su dominio de la Fuerza, tratando de detener al fugitivo. Arion encendió su espada laser y echó a correr en pos del fugitivo...

"¡Phiras, detente! ¡Te estan utilizando! ¡Te han engañado!" El joven padawan alzó la mano, pero se contuvó, reacio a proyectar su voluntad sobre los sentimientos del aprendiz oscuro... "¡Tienes que escucharnos!"