Partida Rol por web

Star Wars: The Path Begins

[Prólogo] The Call (Kah'in, Kaia, Anya, Ajax, Kilye)

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26/01/2020, 01:48
Master

 

In the wrong place at the wrong time

 

El espaciopuerto de Nar Shaddaa era un lugar bullicioso que mantenía un ritmo frenético de llegadas y salidas de naves de todo tipo, desde los cargueros de mercancías de transpondedor cambiado, o directamente sin el, hasta los transportes de personas que podían venir ilusionados o en contra de su voluntad. Los rostros iluminados por las promesas de un nuevo comienzo contrastaban con las lágrimas y el llanto de las parejas que se despedían, o de los que abandonaban la luna tras golpearse con el muro de la realidad. No era un día diferente al resto, simplemente uno más. 

El ánimo entre los trabajadores solía mejorar a medida que se acercaba la hora de salida de su turno, las bromas y las confidencias empezaban a acallar las órdenes dadas a través de los comunicadores, o directamente de los jefes de personal. Todo mejoraba con la promesa de volver a casa cada vez más cercana. La llegada de una nave imperial, clase lambda, cambió los planes de todos los presentes. El comunicador comenzó a rugir todo tipo de órdenes, los mozos de pista corrieron para hacer un hueco en la pista de aterrizaje y los paneles de avisos de llegadas y salidas empezaban a mostrar retrasos.

No era frecuente ver descender una nave imperial, pero tampoco extraño. Desde que se disolvió el senado para alzar el imperio se habían producido muchas reuniones de delegados imperiales con los líderes del cártel Hutt y el consejo de señores del crimen. Se había corrido la voz de que el gremio de cazarrecompensas había estado al servicio del imperio durante los últimos años e, incluso, que se había traficado con información valiosa, pero nadie lo sabía con certeza. Las visitas se habían incrementado durante los últimos meses y los rumores que circulaban de una resistencia que estuviera plantando cara al régimen imperial no podía ser una coincidencia. 

De la nave descendieron un total de doce soldados de asalto, otros cuatro mejor pertrechados de armadura negra y, por último una mujer de aspecto siniestro, sin armadura, pero de paso firme y decidido. Cuando descendió por la rampa, los soldados flanquearon su paso, tomó el primer lugar y la siguieron en fila de a dos hacia el interior del espaciopuerto. Todo el que la observó notó una fuerte incomodad y sensación de peligro.

El séquito avanzó sin demorarse en observar a nadie que saliera a su paso. Se perdieron por el entramado de pasillos ante la atónita mirada de la gente. El silencio que se había adueñado del lugar se terminó por romper en cuanto los imperiales dejaron de estar a la vista y las quejas se volvieron gritos a los pocos segundos. Las naves que ya deberían de haber aterrizado no obtuvieron permiso de aterrizaje y las que debían de haber salido permanecían en tierra.

Nulha el Hutt, un conocido líder del cártel, apareció por la puerta de entrada acompañado de un pequeño ejército hombres de confianza. Entre ellos destacaban dos sicarios embutidos en unas armaduras completas, eran mandalorianos y una muchacha joven, pálida y menuda, que avanzaba con un grillete, que mostraba su condición de esclava, en su delicado cuello. El propio Hutt también destacaba a simple vista, pues al contrario que la mayoría de seres de su raza no era obeso, y su grácil movimiento y la potencia de su musculatura le daban un aspecto temible. A juzgar por el arsenal que lucían ambos mandalorianos con el orgullo del guerrero, venían esperando problemas. El ambiente se empezó a enturbiar en el momento en el que se dirigieron hacia el pasillo por el que se habían ido los imperiales.

Los comunicadores empezaron a rugir órdenes de nuevo, se precisaba de un mecánico que fuera a revisar la nave imperial que acababa de descender, pero nadie se atrevía a ofrecerse. Cuando el jefe de personal cayó en la cuenta de que el único mecánico que quedaba ocioso era Ajax, no tardó en cogerle del brazo, con cara de preocupación, y acercarlo a la nave dándole instrucciones de lo que tenía que hacer. Peor suerte tuvo Kah'in, que estando en el vestuario, a punto de cambiarse para salir de trabajar, fue reclutado por su superior para descargar, de urgencia, un bulto importante del interior de la nave imperial. 

La nave mercante Ryn que esperaba Kaia fue retrasada hasta nuevo aviso, al igual que el pedido de alcohol especial que Kilye estaba esperando para llevar a su cantina. 

El imperio había llegado y todo se había torcido.

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26/01/2020, 04:35
Master

—¡Eh! —lo apremieron—. ¡Eh, chico!

Alguien lo agarró del brazo y tiró de él sin previo aviso. Cuando Ajax fue capaz de comprender lo que estaba pasando se encontraba ya a mitad de camino de la nave imperial. El bothan que tiraba de él, su superior directo, no estaba enfadado, se encontraba profundamente preocupado mientras escuchaba el informe que le llegaba por el comunicador.

—La nave imperial tiene preferencia, muchacho —le miró mientras caminaba con él hacia la rampa de descenso de la nave clase lambda—. Hay que revisar todo. Diagnóstico, reparación y puesta a punto básica. Te enviaré ayuda en cuanto pueda, pero no podemos peder tiempo.

Al llegar le empujó hacia la nave con nerviosismo. Sin dedicarle una mirada, como si no fuera consciente de su brusquedad, empezó a tomar notas a un ritmo frenético dejándote a tu aire. 

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26/01/2020, 11:31
Master

El Chiss encargado de los estibadores se removía inquieto, tratando de encontrar a alguno de sus trabajadores libres para descargar la nave imperial, pero nadie le respondía por el comunicador. Sabiendo que las pérdidas de tiempo innecesarias podían tener fatales consecuencias, se encaminó hacia los vestuarios para sacar de allí, aunque fuera a rastras, a alguno de sus trabajadores. Pero a quien encontró allí no le agradó. Paseó por el vestuario, entró en el de mujeres, pero sólo dio con Kah’in, el ciego, que pese a tener una habilidad fuera de lugar y trabajar más rápido que alguno de sus compañeros sin taras, no era su elección para este encargo. Pero no tuvo otra opción.

El Jedi tenía una mala sensación en el cuerpo, lo había notado desde que la nave entró en órbita, y se acrecentó a medida que se acercaba a tomar tierra. Había algo ahí, no algo, alguien poderoso en la fuerza, pero el odio que recorría sus venas encendía una llama de discordia en el corazón de los que lo percibían. Kah’in notó una pequeña lucha en el interior de su ser, en lo más profundo de su cerebro, pero la sensación de peligro le mantuvo alejado de cualquier tipo de tentación de acercarse a aquella presencia.

—¡Drach’nyen! —trató de sonar apresurado, pero su tono indicaba decepción—Hoy vas a salir más tarde, muchacho. Tenemos que descargar la nave imperial de urgencia y no encuentro nadie más.

Hizo señas de que le acompañases y al darse cuenta de tu ceguera se lmentó llevándose una mano a la cara. Al ver tu reticencia, aterrado de que pudieras irte sin más, se acercó a agarrarte del brazo para tirar de ti hacia el exterior, encaminándose hacia la nave.

—Ve a por una grúa, sólo hay un bulto pero según el manifiesto pesa varias toneladas —te informó mientras caminaba contigo—Tienes que llevarlo al transporte de Nulha, el Hutt. Cuando lo tengas, me avisas y te digo a dónde lo tienes que llevar. ¿Alguna pregunta?

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26/01/2020, 13:12
Nulha, el Hutt

Nulha, el Hutt, no era un líder del cártel que delegara cualquier trabajo en su subalternos, como solían hacer los otros Hutts obesos con los que se veía obligado, con desagrado, a tratar. Era frío, inteligente y despiadado, era capaz de ver las oportunidades donde otros sólo veían problemas y terminaba por juntarse con gente capaz que le hacían prosperar con una rapidez inaudita. Cuando te compró no era nadie, pocos años después su cártel rivalizaba con el de Grappa y Jabba.

Algo iba a pasar, cada vez que Nulha daba un paso para ganar más poder el ambiente se enrarecía. Los más cercanos a él estaban nerviosos y las órdenes eran, aún, más taxativas que nunca. Habías visto, en alguna ocasión, como los esclavos más torpes eran asesinados sin piedad por el más mínimo error, o cómo los puestos de mando bailaban entre personas cuando estas demostraban su incapacidad. Dentro de este aparente caos existía un orden, y ese era: la última palabra de Nulha.

Cuando fuiste llevada a su presencia se encontraba recostado en su sala del trono mientras varias esclavas Twil'ek danzaban frente a él, y dos Codru-Ji lo masajeaban con sus cuatro brazos. Fuiste recibida por el señor del crimen con indiferencia, no se dignó a mirarte, se limitó a proyectar su potente voz mientras observaba el hipnótico y sensual baile de sus esclavas.

—Vamos a reunirnos con una delegación anexa al imperio en las salas de reunión del espaciopuerto —informó a la Nagi—. Tengo entendido que sabes Alto Galáctico, vendrás conmigo por si acaso —miró hacia la recién llegada—, no me fío de ellos.

Con las instrucciones dadas se prepararon para la cita, el viaje en el transporte fue silencioso, al menos para el séquito de esclavos que iba en la parte delantera.

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26/01/2020, 17:18
Darth Synn

Se salió con bastante tiempo de antelación hacia el espaciopuerto, algo extraño en el Hutt pues le gustaba tener controlado el escenario en el que iba estar. Al llegar se reunió con la seguridad, entregó un chip de créditos pidiendo que cerraran la entrada por tierra y congelaran el tránsito aéreo. Cuando las cantidades fueron revisadas le aseguraron que cumplirían con su parte del trato. Antes de que fuerais al siguiente encuentro ya se había establecido la orden de alarma y se empezaban a ver los primeros retrasos en las pantallas de información. 

La siguiente parada fue en uno de los reservados, dos mandalorianos, reconocibles por sus armaduras completas, informaron al señor del crimen de que todo estaba en orden, no había indicios de peligro y el gremio de cazarrecompensas no había recibido nuevos encargos con destino en Nar Shaddaa, se unieron a la comitiva como escolta personal sin mediar palabra y, juntos, tomasteis el camino hacia la sala de reuniones. 

Un malestar profundo se instauró en ti, una verdadera sensación de peligro, de acercarte hacia la guarida de un verdadero depredador. Un escalofrío recorrió la espalda de Anya y su piel se erizó poniéndola en alerta. Cuando abrieron las puertas de la habitación, el Hutt se impresionó de la imagen con la que era recibido. Los soldados colocados de manera simétrica, en pie, alrededor de la mesa circular con su holoproyector en el centro, los cuatro soldados de élite, de armadura ennegrecida, flanqueando a una mujer embutida en un traje de cuero negro con una capa roja que le cubría el rostro, miraba hacia el exterior dándoos la espalda. Su voz os recibió antes de que dierais un paso al interior.

—Te has tomado demasiadas molestias —inició sin emoción alguna—. Ha sido inteligente congelar el tránsito —se retiró la capa y se giró para mirar hacia el líder del cártel—, pero innecesario. No preciso de apoyo para acabar con un puñado de maleantes desorganizados —sonrió con seguridad, levantando el mentón—. Si es que esa hubiera sido mi intención.

Por un segundo su rostro mostró un signo de extrañeza, movió su cabeza hacia ti y te observó con detenimiento. Como el doctor que observa una paca de petri tratando de desantrañar sus misterios. Enarcó una ceja y volvió a centrar su atención en el Hutt, que se reía con su comentario.

—¿Quién es esta mujer? preguntó indignada—.  No me gustan las sorpresas de última hora.

Nulha restó importancia a las palabras de la mujer y se acercó a la mesa. Miró a los soldados con estudiada seriedad y terminó por asentir.

—Sirve como traductora, nada más —uno de los mandalorianos sacó un pad de datos que entregó al Hutt, que dejó encima de la mesa—. Aquí está lo acordado, si todo sigue en pie podemos cerrar el trato.

La delegada imperial no se apresuró a coger el pad de datos, observó de nuevo a la Nagi, con interés. Tras un momento de demora continuó.

—Para la traducción de idiomas tienes androides de protocolo —giró la cabeza, observándole como si sospechara algo—. Más eficientes y útiles que una niña capaz de perder la cabeza en cualquier momento.

Caminó hacia la esclava, clavando la mirada en ella. Al llegar la observó con detenimiento, paseando a su alrededor sin demostrar ningún tipo de vergüenza, o interés en el resto de personas a su alrededor. 

—Aceptaré a la esclava como pago por el insulto de la duda hacia el compromiso del imperio —miró a Nulha esperando que no opusiera ningún tipo de problema—. A menos que quieras renegociar un nuevo precio al alza por entregarte el control del espaciopuerto de Nar Shaddaa. 

La queja del Hutt es rápidamente acallada por la mujer que no acepta que se le rebata lo que acaba de proponer y pese a que le recordó que con el control del espaciopuerto el imperio tendría libre acceso a la luna de Nal Hutta, se mantuvo firme hasta que consiguió que pasaras a ser de su propiedad. No fue una negociación larga, para Nulha sólo eras una más con algún conocimiento extra útil, por lo que terminó aceptando. Mandó a sus hombres a tomar posiciones y se quedó en la sala, observando por la ventana hacia el exterior. La delegada se acercó a ti, recogiendo el pad de datos y ofreciéndotelo. Acto seguido retiró el collar explosivo de tu cuello.

—No será necesario este anticuado mecanismo de control —esperó a que recogieras el pad de sus manos—. Esta será tu primera misión. Entrégale este pad de datos al piloto de la nave. Es un stormtrooper llamado F14k0085, después espera a que lleguemos.

Con un movimiento de su dedo índice, el collar explosivo sale disparado contra la pared, partiéndose por la mitad inocentemente. 

—No te demores.

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26/01/2020, 18:36
Master

Tras la llegada de los imperiales todo se volvió caótico. Todo el tránsito aéreo programado comenzó a retrasarse y las quejas de malestar empezaron a hacerse audibles. La seguridad del espacio puerto empezó a disgregar a los grupos de personas que se amontonaban frente a las pantallas de información ordenado que tomaran asiento y esperaran a que todo volviera a la normalidad. Para Kaia, ver cómo se retrasaba la nave mercader de los Ryn cuando iba a ser la próxima a tomar tierra fue un golpe duro. Para Kilye el retraso suponía un descalabro de clientela, pues parte del cargamento que venía a recoger era el licor de contrabando con el que se había ganado cierta reputación entre las cantinas de la ciudad.

Recibió un mensaje hace unas semanas informándola de que iban a ir a hacer negocios en la luna y que tenían ganas de hacer una visita y ver cómo se encontraba. Se lo había pensado durante mucho tiempo y al final había decidido ir a verles por recordar cómo era aquella nave de transporte de mercancías, pero ese golpe de nostalgia iba a acabar por ocupar más tiempo del que había pensado que invertiría. 

Kilye había sufrido retrasos en los envíos desde hacía más de dos meses, el imperio había recrudecido la persecución del contrabando y varios de los rateros con los que solía tratar la dueña de la cantina habían sido apresados. Sólo quedaba uno que siguiera haciendo el trabajo, pero ni era de fiar, ni su nave daba la seguridad mínima necesaria como para quedarse tranquila. También corrían rumores de que estaba endeudado y habían puesto precio a su cabeza, pero no tenía otra opción. 

Esperar a que todo volviera a la normalidad iba a costar tiempo, y el tiempo era un lujo que en Nar Shaddaa nadie se podía permitir. Cuando la seguridad les ordenó que tomaran asiento, ambas decidieron ir a tomar algo para ocupar su tiempo haciendo algo más que ver las nubes pasar. Ahí se reconocieron y se juntaron, pero la alegría de encontrar a alguien con quien hablar se esfumó rápidamente, en el momento en el que Kilye observó que las puertas de salida del espaciopuerto estaban selladas y custodiadas por la seguridad que apartaban de malas maneras a todo el que intentaba salir de allí.

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26/01/2020, 20:08
Kah'ín Drach'nyen

Kah’in había terminado su jornada de la misma forma en que lo había hecho siempre, siguiendo las órdenes de su capataz al pie de la letra desde primera hora hasta el momento de volver a casa. Ese era el único momento del día en que realmente se sentía seguro, aunque no era miedo lo que sentía en su interior. Simplemente en casa podía ser él mismo, sin ocultarse bajo una falsa apariencia. 

Aunque no estaba impedido, debía parecerlo para no llamar más la atención de lo que ya lo hacía, y su cabeza siempre gacha oculta casi siempre bajo una ancha capucha, así como sus parcas palabras, eran sólo un intento de escudarse del mundo que le quería ver cautivo o, peor aún, muerto. No obstante, era un trabajador modelo cuyo único fin era poder llevar dinero a casa para pagar a sus padres adoptivos todo cuanto han hecho por él.

No obstante, ese día todo cambió. Su Maestro, que con la fuerza sea uno, lo llamaba "Perturbación", y eso era precisamente lo que era, algo que le perturbaba. Hacía mucho tiempo que el antiguo padawan no sentía algo parecido a aquello. Parecía ser alguien que portaba encima una pesada carga llena de odio. No quiso creerlo, pero todo apuntaba a que se trataba de un usuario del Lado Oscuro que venía a la Luna del Contrabandista.

Kah’in sentía que debía irse de allí, que debía volver a la seguridad del hogar hasta que la presencia del Imperio fuera solo un chismorreo entre trabajadores, y se apresuró a cambiarse de ropa en el vestuario. Desconocía el motivo de que aquella presencia se encontrara en Nar Shaddaa, pero sólo esperaba que no fuera por él. No quería tener que desaparecer de nuevo y empezar una nueva vida, otra vez. 

Sin embargo, cuando apareció el chiss en el vestuario, el miraluka cerró el puño, apoyando su brazo contra la metálica taquilla y dejándose vencer sobre él, y soltó un leve suspiro de resignación. El encargado pudo ver que al ciego no le había hecho tampoco gracia que él fuera el escogido para este trabajo. Sin apenas darse cuenta, sus planes acababan de cambiar a peor y el capataz lo arrastraba hacia el exterior mientras lo agarraba del brazo.

- Entendido -Respondió Kah’in, de forma seca, con cierto tono de desagrado. Seguidamente golpeó ligeramente la mano del capataz, a la vez que daba por terminada la conversación-. Y ahora suelte. 

Tenía que pensar en algo rápido para no ser detectado, pero de momento lo dejó todo en manos del destino, y que la Fuerza  le mostrase los planes que tenía para él: Su tarea era buscar una grúa y descargar la nave Imperial, y eso era lo que de momento haría una vez en el exterior del vestuario. 

Notas de juego

La idea es buscar la grúa y poner rumbo a la nave Imperial. 

En caso de que sienta que estén intentando sentir usuarios de la fuerza, trataría de ocultar mi presencia con una tirada de "Usar la fuerza" vs su CD de "Usar la fuerza".

Si pasas una tirada de usar la Fuerza CD 15 te permite conocer cuantos usuarios de la Fuerza hay en ese radio, su distancia y dirección aproximada, y si son conocidos. Pueden intentar ocultar tu presencia de ti, venciéndote en la tirada de usar la Fuerza.

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27/01/2020, 17:26
Anya

Observo con indiferencia la escena que hay ante mí, mis ojos se mueven despacio entre los presentes: las bailarinas Twil’lek, los Codru-Ji que masajean a Nulha y mi amo Hutt. Una visión no muy diferente a las que veía otros días, así que espero a que el gigantesco Hutt tome la palabra mientras lo espero con la cabeza gacha y las manos entrelazadas, en una de ellas se pueden ver dos anillos de distintos metales que envuelven mis dedos anular y corazón. Una toga larga que presenta colores apagados, grises y azules marinos, cubre mi cuerpo desde el cuello hasta los pies, mientras que mi oscuro pelo cae lacio por mi espalda y mis hombros. Sobre mi cabeza un pequeño tocado aporta algo de vida al resto del conjunto, de ahí nacen unas delgadas cadenas de metal que sujetan pequeños trozos de acero de diversas tonalidades que van desde el plateado hasta alcanzar tonos más cobrizos.

Al escuchar las palabras de Nulha, alzo el rostro hacia él.

Sí, señor— contesto, con una voz tan penetrante y melódica que parece recorrer la sala varias veces antes de apagarse—. Como queráis, mi señor— termino, acompañando mis palabras con una inclinación de cabeza.

Después, simplemente espero a ser llamada para marchar. 

 


 

Acompaño a Nulha hacia nuestro destino, a una distancia adecuada de él y de los mandalorianos. Mis pasos son largos pero mostrando unos intervalos lentos, como si me estuviera frenando. Y cuando estoy ya cerca de alcanzar la sala de reuniones, siento un escalofrío que me hace detenerme contra mi voluntad, como si por alguna razón creyera que no debo entrar ahí. Veo continuar a Nulha hacia ahí, y tras una pequeña negación, los sigo sin mayor dilación.

Antes de entrar, mis ojos se posan automáticamente sobre la figura de la que cuelga una capa roja. Escucho sus palabras sin saber bien a que se refieren. Y cuando de pronto su vista se centra en mí y nuestras miradas se cruzan, rápidamente agacho la mirada, como si hubiera hecho algo mal. Siento como el corazón empieza a latirme más y más deprisa al preguntar ella por mí. «Sí, he hecho algo mal...» me digo a mi misma, mientras espero y deseo no ofender a mi señor.

A penas puedo escuchar el resto de la conversación por el miedo que me está causando toda esta situación y mientras un ligero temblor empieza a recorrer todo mi cuerpo, uno que se acentúa cuando la siento cerca de mí. Tengo temor a levantar la vista y fastidiar más la reunión, así que prefiero mantenerla fija en el suelo. Y a pesar de eso, sí comprendo que están negociando conmigo, hacía tanto tiempo que estaba con Nulha que no esperaba que esto pudiera llegar a ocurrir. No sabría describir el sentimiento que siento, pero no es de mi agrado.

Finalmente, todo termina. Y ahí me encuentro, rodeada de desconocidos, sin saber que pinto yo entre todos ellos, sin mis cosas, que ya habían dejado de serlo. Se quedarían ahí en aquella oscura habitación y las perdería para siempre. Borrosos flashbacks de momentos pasados vuelven a mi mente, imágenes de gigantescas montañas y gritos, muchos gritos. El chasquido del collar hace que levante la vista y me lleve la mano al cuello, extrañada por la falta de aquella pieza que había formado parte de mi vida durante tanto tiempo. Acaricio la piel de mi cuello con mis pálidos y esqueléticos dedos. Después, bajo la vista hacia la mano de la mujer y tomo el pad de datos.

Sí, señora— respondo a mi nueva ama con mi característica voz nagai y seguidamente hago una reverencia.

Antes de irme, mi vista se posa de nuevo sobre el collar que ha salido disparado contra la pared, sin entender bien como ha pasado eso. Sigo sin creerme lo que visto hace un momento, mi mente ha tardado demasiado en asimilarlo. «¿Pasa eso cuándo te lo quitan?», me pregunto. Sin embargo, sé que no debo entretenerme y tras realizar de nuevo una inclinación hacia la mujer, salgo de la sala, en dirección a la nave imperial clase lambda, en busca del piloto. 

«F14k0085, F14k0085, F14k0085...», no paro de repetirme durante el camino para no olvidar los números que designan al stormtrooper. 

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28/01/2020, 15:34
Kilye Mal Doran

Iba a tener que cerrar si aquello seguía así. Su pequeño droide contable, Montor-0, se lo había dicho con la frialdad del que anuncia la lluvia o el despegue de una nave del helipuerto. Sus existencias estaban bajo mínimos, al menos las que se referían a los licores que hacían que los contrabandistas recorrieran algún sistema adicional para sentarse en sus mesas. Solo le quedaba alcohol normal, y no demasiado, y por ese ni siquiera uno de los habitantes del planeta daría medio paso más de lo necesario. Kilye sabía lo que movía su negocio, una especie de círculo vicioso en el que ella compraba material de dudosa procedencia, lo que hacía que los contrabandistas se encontraran cómodos en su local, se movieran negocios y todo ello le dejara su parte. En algunas ocasiones esos contrabandistas tenían un precio suculento a su cabeza y, si le daban algún problema en el bar, trataban mal a alguna de las chicas o simplemente intentaban jugar al Casanova con ella, no tenía reparos en cobrar la recompensa antes de que lo hiciera otro.

La ruina, volver de nuevo a la caza de recompensas a tiempo completo y todo por culpa del imperio. El imperio le había robado a la única persona que se había preocupado por ella incondicionalmente durante los últimos años, y ahora, iba a ser complicado volver a empezar. Muchos de sus contactos habían sido apresados y el círculo cada vez se estrechaba más. Le quedaba alguno, pero recurrir a la chusma siempre era mala idea, porque hasta entre los maleantes había clases. Por ejemplo allí estaba Kaia, una muchachita muy inteligente que no te la jugaba si no le dabas motivos poderosos, y con quien a veces compartía alguna confidencia u otra con las que pasar el rato y sacar algún crédito adicional.

Se dirigió hacia ella mientras observaba como la seguridad cerraba el perímetro y alejaba de la entrada a cualquier persona que soñara en salir. En voz alta para hacerse oír y fingiendo resignación le dijo

"Parece ser que hoy los honrados ciudadanos de Nar Shaddaa no vamos a poder ejercer nuestras nobles profesiones. Así que pongámonos al día, tengo que contarte la última vez que entró un wookie en mi cantina, todavía estoy quitando pelo, un incordio, aunque los tipos tienen una sed inacabable y son buena fuente de créditos. Ven, vayamos..."

Desde allí se la llevaría a un lugar con cierta privacidad para decirle que aquello no era normal y que lo más probable fuera que estuvieran buscando a alguien, un pez gordo y que debía ser peligroso. Le señalaría con un gesto rápido su bláster y le guiñaría un ojo para que estuviera preparada porque parecía que la situación se iba a salir de madre.

Un vistazo rápido le serviría para contar el número de guardas de seguridad y/o detectar posibles brechas en la seguridad. Debía salir de allí, porque mientras estaba allí no hacía dinero.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro por percepción intentando averiguar número de soldados y posibles brechas de seguridad....

La verdad es que me ha costado postear. La frontera entre anticipar acciones, el powerrol... no sé, si quiero llevarme a Kaia ella puede elegir no venir conmigo.... no sé, supongo que me iré haciendo al tema según pasen los turnos :)

Edit: Tirada hecha, un 26...eso debe ser bueno :P

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28/01/2020, 19:04
Ajax

El imperio era un concepto lejano, incluso aunque se viviese dentro de sus fronteras. En aquellos planetas (y lunas) como el que ahora habitaba, uno no tenía mucho trato con el gobierno central. Uno se las veía con el gobierno local, que en algunos casos se molestaba en fingir lealtad al imperio, en otros dejaba claro que más que un gobierno era una mafia (Si es que había diferencia entre ambos conceptos). Ajax no era un gran fan del imperio. Su opinión sobre el hecho de que un solo ser acumulase todo el poder, sin elecciones ni contrapeso parlamentario, podría llevarle directo a una prisión si la dijese en voz muy alta. Aunque en este lugar puede que un poco más de presencia imperial fuese hasta positiva. El imperio, por muy tiranico que fuese tenía sus normas redactadas en formas de leyes, aquí la ley era el Hutt con más armas.

Indiferentemente de su opinión política,... la nave era una belleza de la ingeniería. Ajax se enamoró nada más verla. Por supuesto sabia que esto era lo que coloquialmente se conoce como "un marrón". Un tornillo fuera de sitio y su cabeza rodaría. Pero aun así se alegró de poder meter mano a semejante maravilla. La ultima nave que revisó tenia más cinta adhesiva que metal, la que tenía ante si jugaba en otra liga.

-Tranquilo jefe, no perdamos el tiempo, pero tampoco dejemos que las prisas nos jueguen una mala pasada.- Ajax se puso manos a la obra. Esta vez no se fió de sus instintos ni corrió de un lado a otro en busca de goteos, grietas, led de alarma. Suspiró y con mente fría se ciñó al protocolo estándar, aunque el protocolo estándar no incluía tararear una canción por lo bajini ni acariciar el fuselaje como si la nave fuese un ser vivo.

Notas de juego

Si existe documentación a seguir (Protocolo para la nave, o protocolo para cualquier nave) Ajax se ciñe a él con rigurosidad absoluta. De hecho si puede adjuntar fotos de cada punto que comprueba en alguna tablet o aparato, lo hará. (por si alguien sabotea la nave a posteriorí, tener pruebas de que él lo dejó todo bien)

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28/01/2020, 23:25
Kaia

Era un día especial para Kaia, un día que esperaba con ansias en la época del año en que se encontraban pues por esas fecha, como cada año desde que había llegado a Nar Shadda ya hacía cerca de seis años, su familia pasaba por la luna del contrabandista. Solo estancias cortas, como mucho dos días, pero para ella significaba ponerse al día con sus seres más queridos tal y como si nunca se hubieran separado. La única excepción era Djon, a ambos les dolía ver al otro apenas cruzando unas pocas palabras cordiales, ambos eran demasiado tozudos y ninguno estaba dispuesto a ser el primero en dar el brazo a torcer y disculparse por lo que se habían dicho tiempo atrás.

La nave Ryn aparecía la siguiente en la cola de aterrizaje del espacio puerto y su animo estaba por las nubes. Entonces en un abrir y cerrar de ojos paso a ser solo una espectadora ante todo el jaleo que se formo, tan rápido que no fue consciente de que había provocado tal cambio en el ambiente. Una nave imperial. Bueno aquello era Nar Shaddaa, había sangre fría a raudales como para temblar ante el Imperio. Reteniendo ese pensamiento enseguida busco en el infinito del espacio señales de la nave ryn, dispuesta a activar su comunicador en caso que hubiera alguna señal entrante desde ella, gesto que murió en instante que su mirada se poso sobre la mujer escoltada por los imperiales. Una sensación de repulsa y malestar se apodero de Kaia pese a la amplia distancia entre ellas y las cristaleras que las separaban. El imperio le había fastidiado el día, y esa mujer iba a fastidiarlo a alguien más, eso seguro.

El regreso del habitual bullicio del espacio puerto lo hizo también la consciencia de Kaia que parecía haberse quedado en un molesto trance, volcando su atención en los paneles.

-mierda – masculló al comprobar estos y ver el resultado de la presencia imperial – no me lo puedo creer...- continuó girándose al interior con los brazos en jarras buscando a algún miembro del staff, de manera que no fue consciente de la llegada de Anya y su amo.

Su estado de animo se había ensombrecido hasta pasar a uno bastante malhumorado y con necesidad de descargar su frustración sobre alguien por el retraso, aparentemente indefinido, de la nave mercante. A punto estaba de bufar cuatro cosas a uno de los impresentables de seguridad que bloqueaba su paso cuando se encontró con que quien estaba junto a ella era Kilye y automáticamente su día se ilumino un poco, rebajando su agresividad, aunque si que la molestia de su gesto desapareciera.

-lo que tu digas – respondió enarcando una ceja ante el “elevado” tono utilizado, torciendo la boca en molesta resignación – la próxima envialo al Le Sphinx,* estoy segura que Sewua agradecerá la compañía de los suyos para variar – replico con genuina sugerencia y curiosa ante un posible relato por parte de su amiga – tú guías y yo te sigo mi lady, como siempre

El burdo intento de ser graciosa de Kaia mostraba la incomodidad que corroía a la joven vahluka por dentro, quien usualmente era una corriente de palabras que no dejaba de fluir. Siguió a Kilye, como quien sigue a una venerada diosa, quien por cierto actuaba con cierta cautela solo apreciable a corta distancia. Un esclarecedor guió por parte de la cantinera sumado al cómplice gesto en dirección a su blaster le hizo que sus sospechas infundadas eran acertadas...el imperio lo jodía todo.

-vale...¿que esta pasando?- había sido prudente guardando silencio hasta que Kilye la llevo a un lugar con la suficiente privacidad para que pudieran hablar claramente

No era usual que cerraran el espacio puerto de esa manera, más con gente aún dentro, buscaran a alguien o no ese no era el procedimiento en Nar Shaddaa. Mientras derramaras sangre estando en tu territorio y no en el de otro todo estaba bien. Cazar o ser cazado, no había medias tintas en la luna del contrabandista.

- Tiradas (1)

Notas de juego

uy se me olvidaba

*Le Sphinx es el nombre del burdel, que no es tanto como un burdel a la antigua usanza, si no más bien a "estilo" Firefly, con cortesanas más como Inara ;) Y si tienen una amplia variedad de especies alli trabajando ^^

editado por jugadora

Ale ahi queda la tirada, espero que este bien.

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29/01/2020, 10:53
Master

Prácticamente toda la seguridad del espaciopuerto está de patrulla, no puedes saber exactamente el número que hay de ellos por todo el lugar, pero de un rápido vistazo cuentas como máximo a cinco de ellos estacionados en las puertas de salida. Son insuficientes claramente, y podríais calcular con cierta facilidad un momento para tratar de salir de allí sin que se os viera. Otras brechas de seguridad no hay a simple vista, pero a Kilye se le ocurre que usando las puertas de mantenimiento podríais llegar al exterior de alguna manera, aunque no está segura de que eso pueda funcionar. 

También sabéis que la sala VIP tiene su propio acceso a la calle directo, pero entrar ahí requeriría de identificación aprobada que no tenéis ninguna. 

La seguridad del espaciopuerto no es muy efectiva, son una banda de gamberros y pandilleros venidos a más, generalmente controlados por algún señor del crimen Hutt, que tienden a ser más efectivos controlando a la masa a golpes que con eficacia estratégica. Uno de ellos se paró haciendo su ronda, aprovechando a tomar un trago de alguna bebida preparada en su petaca. Dejó el comunicador en el asiento antes de beber y se lo dejó ahí al emprender el camino de nuevo. 

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29/01/2020, 19:45
Master

El casco de la nave estaba perlado de gotas de agua de la condensación, el frío del espacio exterior congelaba la superficie metálica y esta, en la entrada a la atmósfera se calentaba casi hasta el rojo vivo. Una vez apagados los motores, la humedad ambiental templaba la cubierta condensándose por su superficie. La tranquilidad de Ajax contrastaba con el nerviosismo de su jefe que, durante los primeros pasos, se quedó con él haciendo el diagnóstico.

—Con el imperio hay que hacer las cosas rápidas, muchacho —terminó por decir mientras tomaba nota de los resultados—. Y más cuando se presenta uno de esos encapuchados. Continúa.

Cuando acabaron se marchó hacia el registro para seguir con el protocolo, dejando al joven mecánico con el resto del trabajo. La nave estaba en perfectas condiciones y seguir el reglamento al pie de la letra no fue una tarea que le costara demasiado tiempo al joven mecánico que miraba obnubilado aquella maravilla de la ingeniería aeroespacial. Al menos eso le pareció en un primer momento al chico. 

La concentración de Ajax mientras realizaba las labores de puesta a punto se vio cortada por la entrada de una grúa a la bodega de carga de la nave. La grúa avanzaba automáticamente mediante un link de proximidad con el ciego estibador, que caminaba despacio a su lado. No le pareció un evento extraño a Ajax, que ya se había acostumbrado a ello, pero el piloto Sotrmtrooper bajó a la bodega para ver el espectáculo.

—Pensé que lo había visto todo en mi vida —se rió observando a Kah'ín—, pero reconozco que ver a un ciego manejando una grúa es algo que jamás me hubiera imaginado que vería.

Al ver que no se golpeaba con nada, la risa del piloto empezó a esfumarse. Cuando se aburrió se acercó al ciego y le puso la zancadilla esperando a que se tropezara sólo para reírse de él. 

A la rampa de descenso llegó la Nagi esclava de Nulha, la chica pálida que no se despegaba del Hutt a menos que este estuviera ocupado o le diera permiso, y ninguna de las dos opciones solía darse a menudo. Su cuello, del que habitualmente colgaba un collar de control, lucía libre de carga. En sus manos portaba un pad de datos y parecía buscar a alguien.

Notas de juego

Kah'in, puedes tropezarte o no, lo dejo en tus manos.

Ajax, tirada de mecánica. (d20+mecánica) dif 20

Todos, tirada de percepción. (d20+percepción) dif 15

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29/01/2020, 20:24
Kah'ín Drach'nyen
- Tiradas (2)

Notas de juego

La tirada de engañar es para aparentar una "caída real". He puesto CD15, por poner algo. Si no aplica, pues nada, pero obviamente con la tirada tan maravillosa que ha salido, lo rolearé. Uno carga con sus consecuencias ;)

 

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29/01/2020, 20:48
Kah'ín Drach'nyen

Kah'ín siempre había obviado las burlas. Para la práctica totalidad del mundo era un lisiado, un impedido, un ciego al fin y al cabo, por lo que la reacción del soldado de asalto ante sus capacidades no le molestó y se limitó a continuar con el trabajo que le habían encomendado. 

Estaba ya acostumbrado a que la gente le mirara, que cuchichearan alrededor del ciego, y hasta que le apuntaran con el dedo como si él no supiera que eso estaba ocurriendo, pero, por sorprendente que parezca en un lugar donde la tasa de criminalidad es tan elevada, aún ningún habitante de Nar Shaddaa había intentado ponerle a prueba. 

No obstante, siempre supo que ese día llegaría, y qué mejor momento que ese, con aquella oscura presencia tan cerca. Los caminos de la Fuerza son inexcrutables, sin duda. 

Cuando el stormtrooper se acercó, el miraluka continúo con su trabajo, pero al ver venir la zancadilla intentó caer, y que pareciera real. Sin embargo, lejos de que aquello fuera algo serio, el antiguo padawan intentó caer de forma autentica, pero algo salió mal, se agarró a lo que pudo y acabó de rodillas frente al soldado.

No estaba seguro de si aquello había sido la situación más incómoda de su vida, o había sido algo tan estúpido que hasta pasaría por alto ante el soldado de asalto que quizá se viera incomodado por la cercanía del miraluka. 

En cualquier caso, se encontraba en una situación de visible desventaja.

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29/01/2020, 21:33
Kilye Mal Doran

Aficionados, aquellos brutos eran unos aficionados que no sabrían encontrar el extremo por el que se disparaba un bláster ni aunque un androide les guiara. Kilye miró con disgusto las múltiples aberturas que había en el perímetro y casi sintió dolor. Las rondas estaban mal hechas, no se cubría todo el perímetro, ni siquiera las puertas de acceso a los túneles técnicos estaban protegidas. Miró con ojo experto mientras hablaba de forma despreocupad, temiendo que alguien pudiera escucharle y poniendo las manos en las caderas de forma femenina, un viejo truco aprendido a lo largo de los años, pues los hombres solían ver las manos y las caderas y no la proximidad de las manos al bláster.

"Sé que el Le Sphinx podría satisfacerle, pero una también tiene derecho a divertirse de tanto en cuanto" dijo dándole una palmada amistosa en la espalda mientras sus ojos danzaban en todas direcciones buscando problemas. Siguió bromeando sobre tonterías durante unos instantes, para asegurarse de que nadie le escuchaba, cuando bajando la voz le dijo

"Está pasando algo gordo. Esos tarugos no se movilizarían así por nada, están buscando a algo o alguien, lo suficientemente importante como para traer al imperio hasta aquí. Sea como sea está fastidiando mi negocio, y si no puedo vender alcohol tendré que vender información. Fíjate allí, ese guardia de seguridad se ha dejado el comunicador y podríamos saber que está pasando. Podemos escapar, ni siquiera son capaces de guardar una puerta, pero creo que podemos sacar mayor partido si nos enteramos que pasa, quien sabe? Igual están buscando a un noble por el que podamos cobrar una buena recompensa." - miró en dirección a uno de los guardias y le dijo - "Yo le distraigo y tú coges el comunicador, y si hay recompensa te doblaré tu comisión" , la miró y estalló en una afectuosa carcajada antes de revolverle el pelo de forma cariñosa "Ya sé que lo tendrías a tus pies en menos de un minuto pero yo también tengo que afilar mis encantos, ya sabes, a veces los blásters se quedan sin energías y hay que adaptarse"

Kilye se marchó en dirección al guardia intentando caminar con gracia pero sin llegar a contonearse. Aquello no era lo suyo, su hermana era la que se encargaba de esas cosas por ser más guapa, más graciosa e ingeniosa, pero ahora ya no estaba y tenía que apañarse. Con un gesto fluido pero lento, apartando la mano del bláster sacó su licencia de cazarrecompensas y le dijo al guardia con una gran sonrisa

"Hola amigo, soy Kilye y me dedico a repartir comisiones cuando cazo la peor de la escoria. Solo viendo este movimiento se puede ver que estáis buscando a alguien importante. Que te parecería darme un empujoncito en la dirección correcta a cambio de una buena comisión?, ya sabes, algo entre tu y yo...no tiene porque enterarse tu jefe "

Sonrió como había visto hacer a su hermana en tantas ocasiones mientras apoyaba casual una mano en la cadera. Si aquel tipo desenfundaba iba a saber lo que era velocidad.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

He tirado por carisma por si acaso :)

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29/01/2020, 23:21
Kaia

-la diversión que no falte nunca – replico jocosa siguiendo el juego de Kilye

No escapo a su atención el barrido que esta hizo del lugar, siguiendo su estela y ejemplo dio un breve vistazo, asintiendo a las palabras que la cantinera pregonaba a modo de charla insulsa sobre las pelusas de los wookie.

-y si es diversión con un wookie Sewua puede enseñarte muy buenos truquitos...sabe que hay un punto que si le rascas menean la cola a toda velocidad – bromeó muy descaradamente sobre la “inexistente” cola de los Wookie

Siguió un “forcejeo” verbal sobre la anatomía de los gigantes peludos, enmascarando así la idea de Kilye y no podía estar más de acuerdo con ella. Información es poder y allí se fraguaba algo lo suficientemente importante para implicar al imperio directamente. El resto de los allí presentes estaba demasiado enfrascado en sus propios problemas como para pensar en sacar provecho, pobres infelices que no veían más allá de sus propias narices. La joven vahluka necesitaba focalizar la frustración por la interrupción de sus planes y con el resto de los allí presentes manteniendo a los guardias entretenidos con sus quejas y exigencias, podría jugar sin competencia. O casi.

Ahí estaba Kilye para tomar la delantera.

-vale ya...- refunfuño ante la carantoña regalada a su indefenso pelo, tratando de apartar las zarpas de la mujer de un manotazo – sera...

Esa se la guardaba, definitivamente. No era de extrañar que la tratara como una cría para hacerla enfadar pero había menos preciado sus habilidades esperando otras.

-veras mis encantos lo eficientes que son – masculló por lo bajo, como si Kilye, quien ya se había alejado lo suficiente para no enterarse, pudiera escucharla.

Fijo su objetivo en el comunicador que yacía abandonado en el uno de los bancos de la sala, vigilando las posiciones del resto de la gente. Estudió sus posibilidades, era algo demasiado fácil. Tanto que podría robarle los calzoncillos y ni se daría cuenta...bueno quizá eso no pero sin duda con la mente en otra parte como parecía en ese momento podría haber sacado algo más de aquel pardillo que hablaba con Kilye.

Se acerco con disimulo, se sentó con gran descaro sobre su objetivo y haciendo uso de la soltura de sus ropas escondió los movimientos de su maniobra para ocultar el comunicador en uno de los múltiples bolillos “magicos” que tenía. En un gesto de hastió y aburrimiento fingidos, por si alguien le prestaba atención, dio un vistazo a las pantallas desde donde estaba sentada, inclinándose hacía delante para apoyar ambos codos sobre sus rodillas para finalmente descansar un par de segundos su rostro en las palmas de sus manos. Se estaba regodeando. No pasaron ni veinte segundos para su breve actuación y ya se estaba alejando disimuladamente de la “parejita”, procurando no llamar la atención.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Toma ya pedazo tirada (ya podia ser esto así en todos los sistemas...cago en to jajajaja)

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31/01/2020, 02:32
Anya

Me detengo justo al terminar de descender por la rampa, tomándome unos segundos para mirar a mi alrededor mientras con la mano libre me acaricio el cuello con lentitud. En esa mano se pueden apreciar dos anillos de distintos metales que envuelven mis dedos corazón y anular. Una toga larga que presenta colores apagados, grises y azules marinos, cubre mi cuerpo desde el cuello hasta los pies, mientras que mi oscuro pelo cae lacio por mi espalda y mis hombros. Sobre mi cabeza un pequeño tocado aporta algo de vida al resto del conjunto, de ahí nacen unas delgadas cadenas de metal que sujetan pequeños trozos de acero de diversas tonalidades que van desde el plateado hasta alcanzar tonos más cobrizos.

Mi ceño se frunce levemente al ver al mecánico, recuerdo su rostro y lo que ocurrió aquel día, seguramente es de las últimas personas que me hubiera gustado encontrarme hoy. Tomo aire antes de volver a emprender mi camino hacia la nave imperial, sin volver a prestarle atención.

Mis largas y rápidas zancadas me llevan hasta el piloto stormtrooper, sin inmutarme lo más mínimo por el hombre que yace en el suelo. Había visto incontables situaciones en la que los más fuertes se aprovechaban de los débiles, y desde siempre, lo mejor siempre había sido ignorarlo.

¿F14k0085?— pregunto, centrando mi atención en el piloto imperial.

- Tiradas (1)
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01/02/2020, 17:15
Ajax

Cuando el superior le dejó solo, Ajax hizo una mueca de disgusto. "No se puede hacer todo rápido y bien. O lo uno o lo otro." pensó disgustado. Aún así intento darse un poco más de prisa en hacer las comprobaciones pertinentes.

En cuanto escuchó el ruido de algo caer, salió del costado de la nave y miró hacia donde el ciego estibador yacía o mejor dicho se arrodillaba. -¿Estás bien?- Preguntó acercándose a ofrecerle la mano para ayudarle a levantarse. Chasqueó los dedos para que supiese donde estaba la mano. -¿Ha fallado el sensor de la grúa o te has tropezado?- dio un par de golpecitos en el costado de la susodicha grúa, que evidentemente no arreglarían nada de estar estropeada.

De repente, un pensamiento asalto su mente: "¿Es esa...?" Intento mirar la largilucha cadavérica con discreción. "Sí, es ella" pensó. ¿Por qué no intentaba escaparse en vez de seguir trabajando para los Hutt? ¿No tenia esperanzas ni sueños? "Dios, este planeta me da cada día más asco" pensó a modo de resumen.

- Tiradas (2)