Partida Rol por web

Las miradas de Michelle denotaban que sabía o deducía que no se lo contabas todo. Que tampoco tienes obligación, por supuesto. Ella no te insiste, es lo bueno de Michelle, que te deja tu espacio, puede suponer que te guardas tus cosas, para no calentarle la cabeza o para no hacerle daño. O para que no se reafirme en su visión de los lados ocultos y oscuros de las otras Alice.

-Yo veo bien que salgas con ese grupo tan majo. Quizás me apunte yo un día -bromea. ¿O lo dice en serio? Amenaza o sugerencia. Su tono de voz es ambiguo.

Abre una botella de rosado, bien fresquito.- Mientras te encuentres cómoda en la pensión, si no tienes más necesidades de espacio, dinero que te ahorras. Aunque yo podría conseguirte algún alquiler económico en una buena zona. -Reflexiona acerca de eso de tu amiga - Hum... si quieres les miro un apartamento. Los míos están todos ocupados, pero tengo amistades y contactos, ya sabes. 

Husmea tus manejos en la cocina- A ver esos spaguettis... Si los cocinas tan bien como haces otras cosas, seguro que salen exquisitos, jajaja. -está chistosa, animada y divertida. 

-Quedas invitadísima a venir, pero te advierto que son muy preguntones y te asediarán a preguntas.- se ríe despreocupada y le roba un beso al pasar con la tabla con el bacon ya cortado para echarlo en la sartén.

-Pero son buenos chicos eh, seguro que alguno intenta ligar contigo. - advierte, pensando en el bueno de Lucas al tiempo que sonríe y niega con la cabeza.

-Si la verdad es que de momento estoy bien allí...se vive bien sin preocupaciones, aunque se renuncia a otras cosas...pero allí mi cuarto es un templo y tengo todo lo bueno de vivir sola y cuando quiero tener cháchara también la tengo.- empieza a revolver la carne y la cocina se llena de aroma a bacon frito.

-Oh es cierto que podrías...yo he empezado a trabajar con ello, seleccionando barrios ajustados a lo que pueden pagar y que no sean zonas muy malas...¿Tu tienes apartamentos? Que pregunta más tonta jaja-se responde a sí misma- Me vendría genial tu ayuda con eso, seguro que Kate prefiere un apartamento, por pequeño que sea. Ya les dije que las normas de Rose igual no son lo ideal para una pareja.

Cuando el bacon está dorado, Alice vierte la nata de cocina y sigue revolviendo con calma.

-En realidad soy bastante nefasta en la cocina pero esto lo he hecho muchas veces y ya sabes lo que dicen...la práctica hace al maestro ¿No? Jaja

-¡¡Ligar conmigo!! ¡Jajajajaja!, qué dices, qué risa. Con una bebita como tú tengo suficiente para recuperar mi juventud. -Te roba un beso con cara de pilla. 

Te sirve el rosado mientras observa tus manejos culinarios. Asiente con un "vale", al tema de la pensión y bebe un poquito. -Yo te soluciono lo del apartamento para tu amiga. Ya verás.

Lo que pasa es que Michelle está muy traviesa y muy cómoda contigo, y te va besuqueando aquí y allá, o te hace cosquillas soplándote en la nuca y el cuello. -Te veo muy puesta con la pasta. Maestra. El otro día en un programa de no se qué, en la tele, una chica confesaba que le gustaba desparramar macarrones o pasta en general en el cuerpo de su chico y luego lamerlo y comérselo. Me quedé tonta. Jajaja.

Se encoge de hombros -Hay de todo. Bueno, no la voy a criticar, si ambos están bien y de acuerdo. Pero no es una idea, Alice, eh, solo un comentario. -te mira y te admira, ladina- Yo te rociaría vino y te lamería, eso sí. O Champán. Puede que lo haga...

-¿Qué dices? ¿Pasta por la piel? Ay...no no es para mi...la comida es para comerla jaja...es decir, en un plato...¿no?-se rie, seguramente, imaginando la escena.- Ah si por supuesto, si a ellos les mola los demás no somos quien para meternos. Pero espero que no estuviera recién hecha, eso sí que es una práctica extrema.- vuelve a reír, divertida, ahora se le venía a la mente Alan cubierto de espaguetis y salsa boloñesa.

Tuvo otro pequeño flash que la hizo desplazarse en el tiempo y en el espacio. Frisbee...Frisbee rociándola con cerveza...lamiendo de su cuerpo sometido, atado, febril de sus caricias y sus deseos. Se le puso la piel de gallina, su corazón se acelera y pierde momentáneamente el ritmo del movimiento de la espátula. Sólo fue un instante pero sus pupilas atestiguaban lo mucho que se había excitado.

-Oh...sin duda deberías hacerlo...es una experiencia...única. Igual te sabe mejor...-la provoca, rodando los ojos para mirarla sólo por el rabillo con media sonrisa ladina y tentadora.

Un poco manipuladora si era, si.

Michelle se ríe contigo. Se muerde los labios, te pasa un brazo por la cintura y se pega a ti, besándote en el cuello.

-Eres mala, muy mala. Me pone cachonda esa imagen...-sus dedos acarician tus cabellos, sus yemas descienden desde la cabeza, el cuello, acariciadoras, susurrando placeres futuros a tu piel...- El champán pasa por aquí...y aquí...- Siguen por la espalda sobre la tela de la camiseta y llegan a tus nalgas, donde se detiene su mano.

-Sin duda es una experiencia que debo probar...¿Y si me vicio a beberlo en tu cuerpo? Qué peligro. 

Te besa tras la oreja, te besa en el cuello. Te besa la mejilla. -Hay dos botellas en el frigo. ¿Pongo alguna más? Jajaja.

Sus caricias hacen que casi le flojeen las piernas, se le entrecorta la respiración y trata de concentrarse en la salsa, manejando otra olla hábilmente para poner a cocer la pasta en un fuego aparte.

Todo su cuerpo se arquea merced de las caricias de Michelle se muerde el labio inferior, se cimbrea como un gato que sigue las caricias de una mano amistosa, termina echándose medio paso atrás para pegar bien su cintura a la de ella, y su espalda a sus pechos.

-Por todo eso...y todo al alcance de tu lengua...no puedes dejar que me ensucie, luego el alcohol se evapora y me quedo pegajosa del dulce...eso dicen.- comenta con malicia en un susurro tentador, sensual, grave, erótico, lento...

-Umm depende de cuánto quieras beber...o cuánto quieres que yo beba...jajaja...-ríe despacio, suave sin despegar la vista de la cocina pero su culito provocaba a Michelle, sentía su piel arder, tanto como los fogones...- Pero...después de comer.- dice de súbito, cambiando el tono, obligándose a serenarse y se separa un poquito su cadera de la rubia, aún intentando controlar su respiración.

Frenas a tiempo antes de derrapar y saliros de la carretera. Michelle se está excitando con tus insinuaciones, tu lenguaje sensual, con la seda voluptuoso en la que envuelves tus eróticas palabras, con el tono de voz que acaricia sus oídos.

Con el calor abrasador que irradia tu piel. 

A la mujer madura se le hace difícil separarse de ti. Acepta a regañadientes, riéndose, mirándote con auténtico deseo lascivo en su mirada sobre la copa que bebe. Nunca la has visto antes así, continua febril, ansiosa, cachonda. Te quiere devorar. Te quiere beber.

¿La has seducido finalmente? ¿Su deseo por ti supera su razón? La pasión por tu cuerpo, por tu entrepierna, por el perfume sexual que tu piel deja allá donde caminas. Es como si estuviese en celo y su olfato aspirase la fragancia incitante y afrodisíaca que exuda tu coño. 

¿Esto es lo que quieres? ¿Dominarla a través del sexo? ¿Y luego? Siempre la misma cuestión. ¿hay algo más? 

-Después de comer...-Evita darte un beso porque sabe que entonces no habrá vuelta atrás -Voy a poner la mesa. Dios mío, qué calor, Alice. Es el vino. Jajaja. Anda, bebe. Acompáñame. 

Se había dejado llevar como un torrente que se acelera antes de llegar a la cascada. Y por poco no había arrastrado a Michelle con ella, cual si fuera una ramita azotada por la corriente. Ese era su poder...el de la abeja reina. Conseguir de los demás lo que quisieran, que se ampliaran a sus planes, que entrasen en su agenda...ella evocaba un recuerdo sexual, su cuerpo reaccionaba a él y...todos bailaban al son de su música. Era...tan sencillo y peligroso que Alice...Alice tuvo un poco de miedo.

no eres mala persona...al menos sabes lo que haces e intentas controlarlo  algo así le dijo Michelle una vez.

prefiero no tentar a las distancias cortas contigo Alice... Había dicho Lindsey...algo parecido.

Todas follando con Alice, ¿Eso somos? ¿Una especie de harem? no fueron las palabras exactas de Frisbee...pero algo así era lo que Alice recordaba.

Suspira y le tiembla el labio al hacerlo. Sonríe, fuerza aúna sonrisa para Michelle y se la queda mirando a los ojos, embobada, tal vez usándola sin que ella lo supiera, de tabla salvavidas, de cabo al que agarrarse cuando estás en el fondo del pozo. Y mirándola a ella, su luz, su preciosa cara, Alice emerge de las sombras de sus pensamientos y su sonrisa se vuelve más sincera.

-Claro jaja...el vino. Entonces...tomemos más. Así seguro que lo solucionamos. - esgrime dos copas tras lavarlas un poco y las sirve de rosado- ¿Chin chin? - propone brindar.

-Alice...no me mires de esa forma, que me voy a derretir. Mira que te secuestro toda la semana. Al final van ser vacaciones sí o sí. -se ríe, con un beso que es un suspiro, y tomando la copa que le ofreces.

-Un brindis...eh...a ver, algo divertido y distinto...Que no se me caigan las tetas en mucho tiempo...pffff...No, no, eso no, jajajaja. Bueno, también, sí, jajaja... A ver...Ya se...Por muchos lunes como este...Y martes quizás...

Bebe y apura la copa. Rellena ambas - Ahora tú, venga, otro brindis...

No puede evitar reírse con las tonterías de Michelle, no podía no pensar, otra vez, en que le encantaba esa ambivalencia de la mujer. La responsable y la juerguista, la imparable negociadora y también la dulce amante que concedía todos sus caprichos.

-Ummm bueno pues...brindo por mis deliciosos espaguetis jajaja no no es broma. No se qué decir...solo que por nosotras, aunque ya lo hayamos hecho. Ah y porque mi jefa no me despida por estar borracha un lunes a estas horas jajaja.-ríe y apura su copa y le entrega un beso fugaz y divertido a la rubia antes de girarse y volver a la salsa su atención solo un instante para removerla. La pasta casi estaba cocida y la salsa ya olía deliciosamente. Le agrega un poco de pimienta negra y nuez moscada y sigue removiendo.

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La rubia bebe, brinda contigo, apura su copa una vez más, sin apartar los ojos de gata de los tuyos. Por un momento ahora no sabes decidirte si la abeja reina está quedándose pegada a la miel de la trampa de Michelle. ¿Será al revés? No, no, tú la tienes...el el bote. O algo así. Hará lo que le pidas, ¿sí? Ah...todo es probar, te dice esa vocecita en tu cabeza.

-Mujer, a estas horas ya eres libre de mi esclavitud. Y no es lo mismo emborracharse y cenar y follar con la jefa que sin ella, jajaja- lo suelta distraída, no hay nada en el tono de su voz que denote malicia. Ha sido un comentario con toda la confianza del mundo. 

Te giras y ella no puede ni quiere contenerse en abrazarte desde atrás, a tu espalda. Se pega mucho y te besa en el cuello mientras te observa cocinar. Sus manos te sujetan y acarician por el vientre, al menos encima de la camiseta y no debajo. Pero no tarda en colarse entre tu piel desnuda y la tela, sus dedos en tu estómago, en tu ombligo, hasta que las yemas juegan en la suavidad de tu vello púbico depilado...

Se apartan y regresan al abrazo tierno y dulce y a esos besos cariñosos en tu mejilla. -Qué bien así, Alice. Hum...huele que mata. Primero espaguettis...de postre tú. Me estás torturando mucho...Va, ¿en serio que no tienes nada de verdad importante o que desees para brindar?

Comparte su broma, por supuesto no le da ninguna importancia al comentario para mal, lo toma como lo que es. Se ríe y le cierra los labios a su jefa con un beso y continúa con su labor...aunque Michelle se lo pone muy difícil, cuando le mete mano de esa manera tan...posesiva, lujuriosa... La respiración se le acelera otra vez y su cuerpo se pone tenso, espectante por lo que Michelle quisiera hacer que....fue nada. Y casi mejor.

El contacto tan íntimo finaliza y Alice toma aire luchando por bajar su temperatura y sus...ideas.

-No ha sido fácil hacerlos con tanta dulce distracción...suerte que tengo hambre si no apagaba los fuegos y encendía otro.- amenaza con una risilla- Tengo todo lo que puedo desear Michelle, doy gracias por este momento de mi vida. Brindo por nosotras, por esta...está lo que tengamos...brindo por haberte conocido en ese tren. Aunque te equivocaras de plaza jaja

-Buf. Jajaja. Mi fuego está encendido. Jaja. Perdona, Alice...Estoy muy salida, no es propio de mí.

Coge los platos y cubiertos-Vamos a la terraza, hace fresquito a la caída de la tarde. -se encamina hacia allí.

-He evitado pensar en ti durante esta semana. Pensar demasiado. Pero...solo imaginaba escenas contigo...Visualizaba tu cuerpo, amándonos...Te he deseado tanto...Pensaba hasta en el plug -se oculta la cara con las manos, ingenuamente avergonzada, durante unos segundos - Y el vino no ayuda. O en realidad, me ayuda a desinhibirme. Ha sido una semana difícil. Muy difícil. En serio.

Brinda contigo ya afuera, en la terraza.- Alzo mi copa por ese encuentro. Ese tren.- te observa, astuta y con deseo a la vez.

-¿Y qué es lo que tenemos, Alice? ¿Qué crees tú que tenemos? ¿Es lo que tú quieres?

Alice liga los espaguetis con la salsa despacio y va removiendo, tienen una pinta estupenda, y, finalmente coge un salvamanteles y sigue a Michelle hasta la terraza con la olla para depositarla allí. Da gracias que la última pregunta de Michelle se estrellara contra sus oídos cuando la cazuela ya estaba en la mesa. Igual se le habría caído de la impresión.

¿De verdad quiere hablar de esto...ahora? ¿Por qué hoy? ¿Por que ahora...? Se lamenta para si mientras brinda con ella y la rubia, que no estaba tan borracha como parecía, la examinaba cuidadosamente. Seguro que había advertido el temblor de su copa.

-No lo sé. Somos amigas, somos amantes...eres mi jefa, me pagas por mi trabajo, me gusta hacerlo y me gusta estar contigo no solo para trabajar.-recapitula, todo esto así expuesto parecía sencillo- Me has ayudado mucho con asuntos personales, yo quisiera hacer lo mismo también por ti...al final te has implicado mucho en que yo pueda desarrollarme...sexualmente y psicológicamente...aunque esos caminos no te gusten. A ratos...a ratos pienso que...no lo sé Michelle...¿acaso importa tanto? -resopla, no encontraba las palabras adecuadas, o tal vez no se atreve a pronunciarlas. Toma un largo trago de vino.- ¿Y para ti? ¿Qué tenemos? ¿Es lo que tu quieres?- le devuelve las preguntas, tal vez algo nerviosa, pero mantiene la sonrisa.

No aparta la vista de ti un solo segundo. Sabe que te ha pillado un poco fuera de juego, un zarpazo en el momento menos esperado, con la guardia baja. Es mujer de negocios, ladina, con experiencia, y ha probado de pillarte en un renuncio. 

-Pues...algo sí importa. Verbalizar lo que quieres, lo que piensas, deseas...vives. Y tu respuesta en realidad no es del todo válida, has mencionado somos, y yo te preguntaba qué tenemos. 

Es Michelle la que sirve los espaguettis en los platos.

-Y por último has dejado una frase a medias. A ratos pienso que…-te sonríe- De acuerdo, no voy a seguir por ahí, no deseo incomodarte. -se marcha a buscar queso rallado.

-No te daré mi contestación hasta no obtener la tuya. -sin duda, Michelle era exigente, hermética y enigmática cuando se lo proponía. Te ofrece un beso- No hoy. Cenemos. De verdad parecen exquisitos. Pasta, vino, y de postre sorbete de Alice. Jajaja. Soy una mujer afortunada. 

No sabe si sentirse aliviada o angustiada. Michelle había desmontado su vacilante defensa con la facilidad que un viento se lleva una pluma de la calle. La cara de circunstancia, de haber recibido una bofetada sin buscarla tarda en abandonarla, la angustia no termina de abandonar el fondo de sus ojos ni después del beso, que no rechaza, aunque tiene matices de ausencia, como si aún se hubiera quedado pensando en sus preguntas, en sus respuestas...en las conclusiones de Michelle.

-Me gustas mucho, Michelle. Amo cada momento que paso contigo...¿qué tenemos? No lo se...es algo más que una aventura...es un romance ¿no? Con sus idas y venidas...a ratos pienso que...que me gustaría estar sólo contigo. -termina confesando, da vueltas a los espaguetis en su tenedor, vacilante. No tiene hambre. No suena alegre, sino confundida.- Pero luego pienso en esos momentos en que querría estar sólo con Frisbee. Pienso en vivir con ella...pienso en vivir contigo...estoy en el ojo de la tormenta y sigo jugando con mis canicas...ajena a lo que se levanta a mi alrededor. No voy a poder estirar esto para siempre...¿qué tengo con Frisbee? Una relación de ama y sumisa...cuyos límites son cada vez más difusos y me parece bien que lo sean y...sé el peligro que eso entraña. Pero ahí estoy...con mi velero en mitad del mar...a veces solo...a veces me gustaría desaparecer y no estar para nadie.- al final coge unos pocos espaguetis, puede que tal vez sólo dos y los enrolla en el tenedor para llevárselos a la boca. Le cuesta tragar...pero aún le cuesta más mirar a Michelle.- Hay unos sentimientos hacia ti que no puedo...no puedo ignorar. Ni quiero, claro...no puedo pensar en perderte de ninguna manera pero creo que acabará pasando. Ya ha empezado a pasar...sé que buscas poner distancia entre nosotras desde después de Escocia...lo he notado. Al menos emocionalmente...te has despegado y lo entiendo. 

La rubia sí que come con apetito mientras te escucha. Frunce el ceño, sin embargo a la vez sonríe. Rellena un poquito las copas. Finalmente te observa detenidamente, un largo rato, o eso te parece, en silencio. Su expresión no refleja ninguna emoción, no trasluce lo que está pensando. Sí que hay las acostumbradas serenidad y calma con las que suele encarar y tratar cualquier tema, delicado o no.

-¿Te sientes mejor? Conmigo puedes expresar y abrir la puerta a tu mundo interior. -Te acaricia con ternura una mano, con la otra la mejilla, el cabello. Se inclina hacia ti.

-Verás...Es un romance, de acuerdo contigo. Me gustas mucho. Me siento emocionalmente atraída por ti. De sexual ya ni lo menciono. Tampoco yo tengo claro qué es...Te veo cada día que vienes a trabajar y mi corazón salta alegre, más allá de la amistad. 

Bebe un poco de vino- No me he despegado por el motivo que argumentas, sino para dejarte tu espacio y tu libertad. No quiero agobiarte con mi presencia "ausente". No me importa compartirte, ni que entregues tu "amor", tu cariño, y tu cuerpo, a otra persona. Lo entiendo. Pero no quiero que te hagan daño. -se pone algo más seria-. Tú necesitas el equilibrio en este momento de tu vida, yo no puedo presionarte para que vivas conmigo. No creo que fuese bueno para ninguna de las dos. Si puedes mantenerte equidistante con una y otra, funcionará. Ella te da algo que yo no se,  ni podría dártelo. He visto las marcas y no he dicho nada. Respeto tu vida. Si solo estuvieses conmigo, te frustrarías, acabarías buscando fuera lo que no encuentras en casa.

Suspira.- Tal vez llegue un día en el que solo necesites a una de las dos. O que encuentres a una persona que te ofrezca ambos mundos. Va, come. Venga. 

Michelle no incide en tu relación con Frisbee. Sabe que la balanza puede decantarse hacia la tatuadora. Pero eso será decisión tuya.

Compone una sonrisa para Michelle responde a sus caricias con sus propias manos mientras la escucha. Sus palabras son como un bálsamo templado para su corazón.

Michelle...¿Siempre tenía respuestas para todo? La palabra adecuadas, no las que una quiere oír...pero si que halla consuelo en ellas. Especialmente cuando dice que no se ha alejado de ella por volver con Frisbee. Enrolla unos pocos espaguetis más y come, notando como la angustia se va disipando un poco hasta casi desaparecer.

Con ella hablar era tan fácil...¿Cómo podría dejarla? Ni aunque apareciera una persona que pudiera satisfacerla en todo...le debía tanto a Michelle...la necesitaba tanto.

Su sonrisa va dejando de ser forzada para ganar en sinceridad y parece copiar la tranquilidad de la cara de la rubia.

-Si...lo entiendo. Un romance, eso me gusta...- comenta con una sonrisa cursi- ¿Habrías usado tu esa palabra? Jaja no se me ocurría otra...- suena a disculpa divertida, toma un sorbo de vino, nota que se le ha quedado la boca seca con las confesiones. Toma un poco más y se dedica a su plato, de mejor humor.

-Creo que estoy a salvo de que me hagan daño...quiero decir, nadie está a salvo ¿No? Pero me preocupa ser yo quien haga daño, Frisbee...bueno es como es, y es genial pero le cuesta...no es como tú.- no es exactamente un lamento- y me gustaría que dejara de buscar...el límite...es como si tensara la cuerda y...bueno tiene derecho a querer siempre que me quedé un día más pero...pero necesito mi tiempo para mi...mi tiempo para ti. Mi tiempo para...lo que yo quiera. Y se que si me fuera a vivir con...con quien sea, ese tiempo desaparecería. Por eso estoy tan bien en la pensión ahora.

-¿Un romance? ¿Un affaire? ¿Un lío? La palabra romance es bonita, ¿no? Me gusta pensar que tenemos un...romance. No somos novias, ¿no? Ni te estás tirando a tu jefa para escalar puestos. Ni yo me acuesto con mi becaria. Mi secretaria. Eso es feo. Soez. Desagradable.

La cena toma de nuevo el rumbo tranquilo a través del crepúsculo. -A Frisbee no la vas a cambiar. ¿Vas a llegar a un trato con ella, le propondrás, "no buscarás más el límite y yo me encamaré solo contigo"? Esto no son negocios, Alice. -Se dedica un a la pasta- Está buena, y se enfría.

Te mira, perspicaz, observando tus reacciones. -Un par de días con ella...Un par de días conmigo.  Tres para ti. Yo lo veo bien. 

Te vibra el móvil. Es, justamente, un mensaje de voz de Frisbee.

-O el argumento de una película mala de sobremesa.- pone un contrapunto humorístico cuando Michelle habla de lo desagradable e incierto que es verlo como una relación basada en lo laboral.

La tensión se va desvaneciendo aunque siguen hablando de asuntos serios. Pero Alice está más relajada.

-Si...negociar con Frisbee no está bien...acaba cediendo y yo me siento mal por hacerla ceder. Este fin de semana...una de las amigas de Brenda le entró a Frisbee y ella le siguió el juego y yo bueno no dije nada, ya sabes...me divertí mirando. Pero luego en el baño en di cuenta de que Carlota estaba...muy pasada de cervezas, no era ella misma...o si pero demasiado...¿Me entiendes no? Salió la palabra trío, Frisbee lo hubiera hecho pero yo...no no así, no con una amiga de Brenda que está borracha...le dije que no. No lo entendió, lo vi en sus ojos pero lo aceptó...- tiene un gesto disgustado en la cara. Sigue comiendo, la carbonara le ha quedado deliciosa. Entra el mensaje de Frisbee, un audio. Mira a Michelle con gesto de disculpa.

Le da al play.​​​​