Partida Rol por web

Es un cuestionario sencillo. Por internet corren otros detallados, pero este lo que tiene es que afirman que te contactarán para comentarlo y asesorarte. Hum. Te crea suspicacias, pero bueno, ya estás decidida a ello, y además, hay reseñas de ese local, y en su mayoría son buenas. 

Te pones a ello. Tienes que responder a la mayoría: sí, tal vez, no.    Nada de lo que indiques te señala como una persona "rara" o enferma. No te engañes a ti mismo y contesta con sinceridad.

Te sientes...te gustan los roles...

Dominante 

Pasiva

Esclava

Switch (versátil, dominante y sumisa, depende persona y momento)

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Te excita la idea de ser atada, amordazada

Te excita la idea de ser tú la que ates, amordaces

Te gustaría que te azotasen 

Quieres probar el dolor

Quieres azotar o provocar tú el dolor

Crees tener alguna parafilia, ¿cuál?

Cuál es tu fetiche

Prefieres una sola persona, tríos, o más

Prefieres pareja de tu mismo sexo, te es indiferente, incluso transexuales

Te excita la idea de mirar nada más.

Qué te gustaría probar, qué secreto oculto te guardas, qué te pone y no te atreves con ello.

Uff empezamos fuerte...

Los dedos de Alice pasean por el pad del portátil, el cursor da vueltas entorno a las preguntas, meditando las despacio...lee cada una de las frases. Se enciende un cigarro.

Piensa en Michelle y cómo le gusta que ella la maneje en cierto grado...¿Era eso ser sumisa? Piensa en las imágenes y vídeos que ha visto por internet...los azotes, las cadenas...¿Cómo se veía ella? ¿Al principio o al final de la cadena? Distraída, se lleva una mano a su escote...sube...sube y acaricia su garganta. Se le pone la piel de gallina. Si...si eso le gustaba.

Luego pensó en Brenda... cómo le había gustado, aunque solo fuera por un instante, la idea de jugar con ella...de seducirla...de llevar el mando. De...dominar la situación. Por eso no había bajado a por el sándwich. Alice sonríe al darse cuenta. Se había puesto cachonda solo de pensar en ella como una presa y en ella misma como un remedo de cazadora... Y luego estaban Will y Robby...cuando llegará el strap on... Se los imaginaba a cuatro patas a sus pies...y ella dándoles...

uff Alice...vale, para o vas a llegar nadando al estudio de tatuaje...

Carraspea... Deja salir el humo y su ratón se mueve hasta posarse sobre la opción de "Switch". La marca y pasa a la siguiente pregunta.

Sonríe y comienza a responder a todo que si. Porque cada una de esas frases evoca en ella una imagen mental que la está excitando demasiado. No se planea la idea de no probar algo. Lo quiere todo...lo quiere ya. 

Empezaba a entender ese fuego que ardía en su interior, ese del que hablaba Michelle.

¿Alguna parafilia? Umm... Se para a pensar y frunce el ceño... tuerce el gesto y teclea "no lo sé, aún"

¿Fetiche? "Me gusta el olor del cuero"

"Varias personas, una sola, tríos...ir cambiando es lo que me gusta, no siempre lo mismo" 

​​​​​Continúa tecleando, sin saber si estaba dando buenas respuestas, pero al menos eran sinceras.

MIrar y...¿Nada más? No...no eso seguro que no. "No es algo que me atraiga así de primeras"

La última pregunta es la más difícil...¿Secretos? Algo que te ponga...¿Qué podría ser?

Da una calada. La última antes de apagar la colilla.

"Me gusta la idea del sexo violento, con golpes y arañazos...como una pelea entre animales"

Listo. Enviar.

Golpean a la puerta. Abres. Es Brenda -Pero tía, se te ha pasado la hora de la comida. Y esta vez no he podido cogerte nada. Ya sabes como es Rose -te riñe. 

Miras la hora, qué desastre. Pues sí que se te ha abierto un hueco en el estómago. Brenda sonríe maliciosa, que en su cara queda como una mueca graciosa -Mira, mira, tonta, un trozo de pastel de queso. Te lo comes, te duchas y nos vamos con cohetes.

Ella sí que se marcha corriendo, que también tiene darse una ducha y cambiarse. Tú lo haces aprisa, pensando en el cuestionario, evocando imágenes, y menos mal que hay que salir pitando porque si no te dabas otra alegría tú sola. 

En el bus de camino hacia el local de los tattoos, conversáis un poco de todo, charla intrascendente al principio, acerca de series, de novelas gráficas. Luego Brenda te cuenta un poco sobre el origen de algunos de sus tatuajes, tú le hablas de tu vida en la otra ciudad. Le preguntas si juega a rol, lo mismo podéis organizar una parti. Ella alguna vez participó pero poca cosa. La observas, entendiendo que es fácil tomarle cariño, y que tener una persona así a tu lado no está mal, activa, optimista, alegre. No es para nada sofisticada, claro, pero es un lago en el que bañarse cuando estás cansada. Sin embargo, no es la clase de aguas que tú necesitas para apagar tu fuego. Es un chica para enamorarse, quizás, pero no estás en eso. ¿O sí? No, después de Henry necesitas un tiempo. Y Michelle...tu cabeza da muchas vueltas.

-Mira -te saca de tus ensoñaciones y te muestra la pantalla del móvil. -Son tipos de letras que me envía Klaus. ¿Qué te parecen?

Alice se siente cómoda ahora con Brenda, parece que su incomodidad por su intento de ligoteo habñia quedado en el olvido y ahora ya volvía a ver a la chica como una buena amiga con la que desahogarse, una tabla de inocencia donde refugiarse cuando la dura vida de altos vuelos la trastocase. No era una presa, era una compañera.

La morena se acomoda en el asiento del autobús y mira lo que la tatuada le tiene que mostrar.

-Oh son todas una pasada...ay...no se cuál escoger...no quiero una que tenga todo el mundo, ¿sabes? eso descarta muchas opciones...- Alice se toma unos largos instantes, ampliando y empequeñeciendo las letras para observarlas mejor. 

Al cabo de unos largos instantes parece decidirse.

-Ésta...la que dice Justice.-señala a una de las del final.

-Ah, Justice. Buena elección, a mí también me gusta. Se lo digo -afirma convencida tu compañera de viaje. Este continua sin incidentes, media hora. El local de tattoos no es muy grande, hay una guapa chica morena completamente tatuada con un cliente, un hombre de unos treinta y tantos, tatuándole un águila en el antebrazo.

-Hola, honey -saluda sonriendo y con un beso a Brenda. Te mira sin disimular su interés  -¿Una nueva víctima nos traes? Hola, soy Frisbee.

-Es Alice. Mi amiga. Muy maja, hace unas semanas que se mudó a nuestra ciudad, vive en la pensión. Hemos quedado con Klaus.

Justamente este aparece desde una salita interior. Te estrecha la mano, un hombre de mediana edad, no muy alto, sonriente también. -Pasa.

Os conduce a una habitación más privada. Te deja a solas que te quites el pantalón, te tumbas en una camilla, él cubre con una toallita el culete. Unas preguntas sobre alergias, si quieres anestesia local, que no es necesaria pero bueno. Te enseña como quedará tu carpe diem, y se pone a ello mientras Brenda os mira con sus cascos y su música.

Duele, pero soportable. No es tan terrible. Klaus no habla apenas, solo te va preguntando qué tal vas. Tú bien. No te excita. No es la clase de dolor que pueda ponerte a tono. Por un lado bien, porque ya te veías en un apuro y en un mes medio cuerpo tatuado.

-Jo, te va a quedar de muerte, Alice. Yo creo que también me haré uno así, pero en la pierna, ¿tú que dices, Klaus?

El tatuador sonríe -Claro, pequeña. En una pantorrilla Carpe, en la otra Diem.

Cuando se encuentra con la mirada escrutadora de Frisbee, Alice no se amilana y la devuelve, recorriendo toda su figura sintiendo como su fuego crepita en su interior, advirtiéndola...Dawson dedica una sonrisa sugerente a la tatuada y le responde antes de pasar con Klaus.

-Yo por mi encantada de caer en tus garras como una pobre víctima.- su comentario es tan sutil como su mirada pero poco le importa ser una descarada. Había captado el interés de Frisbee y algo le decía que podía permitirse ser directa.

Se termina el tiempo de las presentaciones y Alice se acomoda en la camilla. Todo empieza, siente el cosquilleo de la aguja, no duele, el sonido resulta molesto al principio pero cuando pasan los minutos el oído se acostumbra.

-Voy bien, tengo muchas ganas de verlo terminado jeje - asegura ante las preguntas del tatuador- te quedaría estupendo, Brenda pero no sé si tienes ya tanto espacio libre jaja

Pasa el tiempo. Brenda te da conversación, que si no, te amodorras. Es mejor eso que no estar pensando en Michelle, o los chicos de la pensión, o en ese maldito cuestionario que has rellenado con demasiada sinceridad.

-Tengo espacio, qué dices mujer, me quedan muchos huequecitos de piel libres, jajaja. -Te va hablando, a ratos. También charla con Klaus pero este apenas contesta, es muy profesional. Y luego está Frisbee. ¿Por qué últimamente te atraen más las chicas? Sencillamente crees porque ha sido hasta ahora terreno inexplorado. Y toda mirada te parece que te van buscando y provoca una reacción instintiva de defensa-ataque.

Finalmente la obra de arte está finalizada. Klaus la cubre un envoltorio especial transparente, te da unos consejos y te regala una crema que tienes que ponerte.

-Ya te la iré poniendo yo, es solo unos días.

Te fijas en Klaus y le lanzas una mirada de las tuyas, pero este sonríe travieso y poco más. Te cobra -cualquier cosa, avisas o te pasas por aquí. No tiene que haber problema. Te ha quedado muy bien. -Te muestra las fotos del tattoo en tu espalda, la verdad es que es genial, el tipo es un auténtico artista.

Os vais. Frisbee te sonríe, ella no ha terminado el ave. -Eh, Brenda. Pásale mi teléfono a tu amiga. -La tatuadora te guiña un ojo y entrecierra la mirada.*

Al salir, Brenda te envía el número de Frisbee -Es buena tía, muy enrollada. Pero le da a los canutos. Y a la cerveza. Es muy fiestera. A mí me cae bien, aunque me da algo de miedo, jajaja. ¿Nos tomamos un helado? Tengo tiempo, ¿y tú?

Alice mira maravillada las fotos de su tatuaje y siente la necesidad de tocar las letras pero se contiene. La ligera sensación de ardor le sirve de advertencia para pensarlo dos veces y mantener sus manos lejos de la sensible zona.

Por otro lado el coqueteo evidente con Frisbee le estaba sirviendo de agradable distracción de su ajetreo pasional interno. Por algún motivo todo lo nuevo era mucho más apetecible que lo conocido y, cuando escucha la petición de la tatuadora hacia Brenda, Alice vuelve su atención hacia la salvaje y sensual mirada de la chica.

-Suelo tener las noches libres. Espero que no te vayas a dormir pronto.- y le guiña un ojo.

-Tú llama. O envíame un mensaje. Te puedo hacer un tattoo nocturno. -te responde Frisbee, igual de provocadora.

Ya tienes un nuevo número. Mientras lo incluyes en la agenda, Brenda te observa maravillada.

-¿Cómo lo haces? ¿Vas a quedar con ella? Me tienes que enseñar a ligar, a encontrar la persona adecuada- Brenda te pone ojitos angelicales.

Helado. Brenda se pide cuatro bolas nada menos en una tarrina grande. Chocolate, plátano, leche merengada y cacahuete, ¿y tú?

-Cuando pase un tiempo empiezas a pensar en otro tatuaje. Es un poco vicio. . (Le has preguntado a Klaus o se le olvidó a Alice?

Recibes mensaje de Michelle. Mañana pasará el día fuera, con entrevistas y citas que ha concertado por el tema del restaurante, entre otros. Te ha enviado un correo con una serie de establecimientos de peluquería y centros de estética de alto standing, para que contactes con ellos y establezcas una serie de entrevistas para el viernes. Esos locales ya están avisados, solo es determinar los horarios. Añade que la acompañarás, luego comeréis juntas y la tarde se la reserva para ti sola.

Alice se ríe sonoramente ante la incredulidad de Brenda y le pasa una mano por el hombro mientras caminan.

-Es fácil hacer lo que yo hago, todo el mundo quiere cazar y ser cazado. Lo difícil es encontrar alguien de quien enamorarse haciendo esto. Así que no...no te voy a enseñar, que para ser encantadora como solo tu eres, no necesitas mi ayuda.

Cuando llegan a la heladería, Alice no se resiste a un helado de cucurucho, todo de chocolate, varios tipos de chocolate y con un topping de virutas de colores. Solo de verlo daba empacho. La lengua de la morena se mueve con pasmosa agilidad recorriendo el contorno de la monstruosidad diabética.

-Que delicia de helado, son unos artistas en este sitio...-comenta nada más probarlo.

-¿Más tatuajes? ¿En serio? No se...leí que la gente repetía pero no se porqué...supongo que con el tiempo lo sabré jeje.

La morena vuelve su atención al teléfono y su gesto se amarga un poco de nuevo...tal vez algo menos que esta mañana pero suelta un largo suspiro y teclea una respuesta rápida.

Perfecto, lo estoy deseando. Tengo una sorpresa...pero no te diré nada hasta el viernes. Ya lo verás. Chau Chau

Luego deja el móvil de nuevo en su bolsillo...para sacarlo segundos después y mandar otro mensaje. Pero no a Michelle.

Busca el contacto de Frisbee y teclea.

¿Qué planes tienes mañana por la noche?

Directa, sin sutilezas...no podía estar otro día con este calentón que llevaba.

 -Perdona Brenda, era mi jefa, que mañana tampoco trabajo, es posible que quede con tu amiga la tatuadora mañana por la noche.-y guiña un ojo cómplice.

Tu amiga no te entiende del todo. Su cara es de intensa reflexión entretanto paseáis hasta la heladería. 

Un mohín y un Hum, se le escapan de su boca llena de helado cuando le informas sobre tu posible salida por la noche.- Pero...pero no podrás entrar en la pensión. -Se queda pensativa- Oye, ¿y yo me puedo apuntar? -te pregunta. Y lo hace en serio. Parece lanzada. Quizás por el momento helado.

Después regresáis. Tienes planes. Sorpresas. Citas. Y trabajo, aunque te pienses que no. En el bus recibes respuesta de Michelle:

"Si es una sorpresa no deberías mencionarla. Deja de serlo. Anótalo. :P"

Tú también te encuentras con una ansiada sorpresa en la pensión. Tu juguete ha llegado. No puedes esperar a probarlo y, en la intimidad de tu habitación...pues eso, tu excitación te lleva a ponértelo. 

Te miras al espejo. Te tocas emulando a un hombre, riéndote. De perfil, de frente, a una y dos manos. También te pones a culear, practicando divertida. Te mueres de la risa. Y te estás poniendo cachonda.

¿Qué decides, Alice? ¿Avisas a los chicos para después de la cena? ¿Solo a Robby, que además te hará cosquillas allí donde imaginas? ¿Puedes esperar a mañana, toda la mañana o la tarde dándole al tema? 

Medio desnuda y con el dildo colgando, compruebas el móvil. Frisbee no la leído todavía tu mensaje.

Alice se ve bastante sexy divertida con el artilugio, realmente se ajusta bien y le da buenas sensaciones. No podía esperar a probarlo como se merece. Se muerde el labio inferior poniendo los brazos en jarras. Le gusta lo que ve. Pero ¿Cuando estrenarlo? Esta noche tenía ganas de ir al club BDSM...pero tal vez podría dejarlo para otro momento...y tenía que resolver el problema del alojamiento nocturno; una cosa era quedarse con Michelle y otra hacerlo en casa de cualquiera que se encontrara en la calle.

Afortunadamente tenía bastante dinero, se preguntó si podría encontrar un motel o pensionucha para poder pasar la noche que no fuera muy cara para poder ir a dormir cuando la fiesta se extendiera más allá de las doce.

Mientras buscaba la información, da un par de cuñadas más delante del espejo y se ríe. Era perfecto...si, definitivamente no podía esperar, avisaría a Robby y a Will, no fuera a ser que alguno se pusiera envidioso...y porque le encantaba la idea de "jugar en su lugar".

Las ganas de probar tu juguete te pueden. Te pueden y te ponen. Una excitación lúbrica te recorre de pies a cabeza y moja tu sexo. ¿Por qué te sientes así?  ¿Posesión? ¿Lujuria? ¿Necesidad acuciante de probar todo aquello que erotiza tu mente y tu cuerpo? Tantos años reprimida ha hecho que explote en ti una mujer desbordada por la acuciante necesidad de sensaciones nuevas.

Localizas un hotelito cercano al local de BDSM que puede irte bien para cuando te decidas a ir. No hay respuesta en tu correo todavía al cuestionario. Te quitas el arnés, te duchas con cuidado, y bajas a la cena, toda sonrisas.  Frisbee sigue sin dar señales de vida, será por el trabajo, te dices.

La cena es amena. Estáis casi todos, en esta ocasión falta Frank. Tú coqueteas un poquito con los chicos, sin que sea demasiado evidente lo que buscas. Aunque Will se da cuenta de que esta noche sí tienes ganas. Al término de la cena, en un aparte mientras os retiráis, comentas que los invitas a tu habitación. Que les vas a dar lo que piden. Robby enseguida se relame -me ducho y voy volando, brujita- .Will ya lo hizo antes. Mientras Robby se pone guapo, Will te acorrala en la pared al lado de tu puerta. Te acaricia el pelo.

-Ya tenía muchas ganas de ti. Te has hecho de rogar. -te besa en el cuello- Hueles muy bien. El perfume de tu coño me la está poniendo tiesa. Muy muy dura. Y hoy tenemos tiempo no como cuando la ducha. *

Alice suspira, casi un jadeo cuando Will la toma desprevenida de aquella manera; recordando el test, se preguntó si aquello era su lado sumiso anhelando sentirse poseída. Le gustaba.

-No hace falta mucho para ponértela tiesa, Will.- dice, juguetona, alza su mano e introduce los dedos entre el cabello del hombre y entonces cierra la mano y tira de un puñado de pelo hacia atrás para exponer el cuello de Will, si se deja, y entonces lame y araña con los dientes su fuerte garganta.

-Espero que te guste mi sorpresa...tengo muchas ganas de...ponerte en tu sitio.

Will no opone resistencia. Le gusta esa fogosidad salvaje tuya, le gusta que muerdas, arañes y que le lamas después. Luego toma la iniciativa de nuevo, es él quien te estira de tu cabellera y te devuelve esas mordidas. -Tengo algo que te va a gustar más lamer y chupar -No es muy sutil, va a lo que va. Sus manos se afianzan a tus posaderas y se pega a ti. Notas su bulto allá abajo expandiéndose.

Abrazados, con besos y lamidas y algún toqueteo, entráis a tu habitación. Will ya se deshace de su camiseta, dejando el torso al descubierto. Entrecierra los ojos, curioso por esos comentarios tuyos, quizá sospechando, que es joven, pero tiene mucha carretera detrás. Y tú, pues buscas tu regalito, lo ocultas a la espalda, pero enseñas una parte y, más sutil que él, expones lo que quieres hacerles. Te brillan los ojos, estás muy muy cachonda.

Will se ríe, divertido. Te coge por la cintura -Hum, morena, qué atrevida. Eso le va mucho a Robby. Yo no soy de recibir, sino de dar. – Te besa -Pero tampoco soy virgen por detrás. Mira, empiezas con Robby si tan mojada te está poniendo follarnos. Me dejas probar tu culo…y luego vemos las fuerzas que te quedan conmigo.

Te desliza la cremallera de tu falda a la vez que conduce una de tus manos a su entrepierna.

Alice se cuelga de su cuello estirando los brazos por arriba de la nuca del chico rubio y usa sus uñas para tantear el terreno cálido y apetecible:

-No te pienses que no te voy a dar lo tuyo...tengo ganas de verte de pasiva...-le dice con un jugueteo en la voz, una firme promesa que se afianzaba con las sutiles negativas del chico. Cuanto más se resistía a la idea de que le follara, más le ponía a ella la idea.

-Pero no voy a quejarme ahora de que me des primero lo que merezco.-añade mientras le ayuda a desvestirla y arroja sus prendas contra la pared. -¿Vamos empezando o esperamos por Robby?- aunque ella no está muy por la labor, pues ya se esta poniendo a cuatro patas sobre la cama y espera a William con aire lujurioso.

Ves cierto aire de sorpresa en la expresión de Will ante tu predisposición y tus ganas. Te come con voracidad a besos mientras te desnuda y se ríe de verdad cuando propones esperar a Robby y sin embargo vas calentando motores. Claro que cuando pasa los dedos por tu sexo brillante y empapado, comprende que no puedas esperar. Acaricia y te masturba para volverte loca y con tus propios jugos y sus dedos prepara el vórtice de tu trasero y humedece su miembro. 

Te abres para él. Will entra suave. Y entra. Entra muy al fondo. Te agarra por la cintura con firmeza. Su arma es de grandes dimensiones y no te ha dado miedo, sino incrementado tu lujuria. Es una barra de durísimo acero que te quema las entrañas y te quita el aliento en cada embestida. Esta vez sí duele más. Un dolor placentero conforme inicia su vaivén. O un placer doloroso que te sacude y arranca quejidos cada vez más altos.

Una de sus manos cosquillea en tu vientre y sus dedos encuentran tu clítoris palpitante.

¿Es este el principio, un aperitivo, del dolor que buscas? ¿La fusión entre goce y dulce tortura? 

Esto.

Si. Esto debía ser. Alice empieza a gemir fuertemente, clava las uñas en la cama y trata de ganar "tracción" aferrándose al colchón para que las acometidas de Will la llenen con mayor fuerza.

-Ah ah ah...aaah...un...un poco más...- pide, sin saber muy bien si podrá soportarlo, pero quiere...no...necesita conocer sus límites. El miedo a hacerse daño se va diluyendo con cada embestida, las líneas entre el dolor y el placer se diluyen, cuanto más crece una, más crece la otra, como si s retroalimentaran y todo fuera uno...esa violencia sin preliminares, esta pasión desatada la estaban quemando por dentro como un volcán en erupción.

Agacha la espalda sobre la cama y con ello levanta más el culo y el coño para exponerse más a Will, abriéndose toda ella mientras que su sexo rezumaba pidiendo más atenciones.

Tu amante acelera la cadencia. Y la profundidad de sus acometidas, acompañándolas con el másaje rápido en tu sexo hinchado, abierto, liquado. El dolor aumenta y con él, el delirante placer. Sientes que no es goce solo por la penetración en sí. Si no por la reptante deliciosa sensación dolorosa que secuestra tus nervios y estalla en tu cerebro. No quieres que se detenga.

No te das cuenta de tus gritos sofocados por la sábana, en segundos, en ese par de minutos que te están destrozando y liberando. 

Will también jadea, sofocado, agitado. Se deja caer hacia atrás, se sienta sobre sus talones a la vez que te tira de los cabellos hacia atrás. Te obliga a arquear mucho la espalda, hasta que quedas casi sentada sobre él, con la cabeza totalmente hacia atrás, mirando al techo, y sin que el chico deje de hundirse dentro de ti, aunque más calmado tras esos intensos momentos. Te sorprende con la postura, besándote apasionadamente la boca, sujetándote con fuerza de esos mechones de pelo. Tu espalda roza su vientre, su torso. 

Te besa, hunde la lengua en tu boca tanto como su miembro en tu culo. Y sigue follándote, a buen ritmo, continua el dolor, pero ahora más dulce, más rico, más sensible y menos salvaje. Sometida a él, y deseando correrte y que no pare...

-Eeeres...un hijo de perra...muy...muy bueno...joder...- balbucea entre beso y beso, con la respiración entrecortada, entierra todo sus ser entre sus brazos, estira el cuello tanto como puede para sentir casi como si se fundiera con él, alza de nuevo los brazos y entrelaza los dedos tras la cabeza del hombre, apretándole contra sí, tal vez fuera una manera de mantener el control, un acto instintivo de fiera enjaulada.

Su virilidad la penetra salvajemente, es tan intenso que siente un gran calor detrás de sus globos oculares. El placer y el dolor siguen en aumento, como una presión que no puedes soportar pero que tampoco quieres dejar de sentir...si esto llevase a la muerte, desde luego que Alice Dawson ya tendría medio cuerpo en la tumba.

Pasan los minutos más rápidos y más intensos que nunca y finalmente Alice cae presa de un fuerte orgasmo que relaja todas sus extremidades apunto de dejarla "colgada" del cuello del rubio.