Partida Rol por web

Descendeis los escalones lentamente reuniéndoos con Cosmo y Akako.
Esta última planta mide la mitad de las anteriores ya que el pasillo por el que debería continuar está cerrado por una gran puerta de metal cubierta de polvo pero en muy buen estado. Hacia esta puerta llegan varios tubos que salen de la estancia llena de maquinaria. Cubriendo la gran puerta veis imágenes de humanos, imágenes congeladas, restos de flores marchitas y otros objetos que rodean la gran puerta.

Una de las alas de la puerta tiene una pequeña abertura por la que podeis pasar con facilidad.

La puerta se debió abrir cuando se fue la luz, un fallo en el sistema debido a la falta de uso. Parece que no se ha usado en siglos -informa el científico acercándose a la apertura para salir del lugar -en cuanto vuelva la luz al lugar seguramente se reiniciará la puerta y quedará cerrada.

Escuchais unos gritos que vienen del piso de arriba.

Vuestros compañeros bajan al último piso dejandoos a Michael, Carol, Mark y el gigantesco animal en el piso de las máquinas.

Antes de que podais hacer nada algo atraviesa a Mark con una espada oscura.
Una figura formada por cenizas empuña la espada mientras os mira con locura. Tras él otras dos formas comienzan a formarse con las cenizas que han inundado el piso.

Los humanos, siempre demasiado ciegos para ver lo que ocurre. Cuando la criatura se forma del todo dejo de gruñir y retrocedo dos pasos mientras olfateo el aire tratando de encontrar un olor que identifique al ser. Incluso aquellos monstruos tenían un olor claro, pero este ser solo huele a cenizas.

Lo que mis gruñidos no han logrado, lo consigue la criatura atravesando a uno de ellos. Al fin lo han visto, pero quizá es demasiado tarde.

Algo en mi instinto me dice que debo huir, que no hay nada que pueda hacer contra un ser como este, pero me dotaron de suficiente inteligencia para superar mis instintos, por desgracia, y Donald dijo que debía proteger a estos humanos. La herida de mi costado aun sangra, aunque menos, y siento la debilidad atenazar mis músculos, pero eso también lo puedo ignorar.

impulsandome con mis patas traseras, salto aire la criatura.

Miro un momento hacia atrás para ver si el resto de supervivientes del refugio nos siguen. Si no lo hacen es cosa suya, yo que hecho lo que he podido por sacarlos de aquí.

Cruzo la puerta.

Michael bajó el arma y le tendió la mano con la piedra a la mujer.-Ven conmigo,dame la mano y aguantemos esto juntos...-Le dijo tranquilamente a la mujer.-el resto marchaos,y tu también testigo.-le dijo con cierta pena al perro,sonrió a la bestia y apoyó su mano armada en la cabeza del lobo.

Los monstruos acabaron nuevamente con uno de ellos.-Vamos¡,marchaos.-gritó Michael,abriendo fuego contra los seres.

Poco mas podían hacer ahora. Su oportunidad de sobrevivir -o al menos eso esperaba Atho- se encontraba cerca, muy cerca. Escuchó los gritos que vienen de arriba, pero mi mente solo piensa en salir de allí. 

Tras abrirse la puerta, sigue a Michael y la cruza. 

Me sentía culpable por haber permitido que se inyectara ese líquido infecto. Realmente, yo había sido el que había encontrado los viales en la maleta del científico.

No puedo dejarles aquí. No así por lo menos.

Mientras estaba pensando en qué decir, noté una presencia en mi espalda, pero antes de poder girarme noté un dolor en el pecho y vi como una espada de ceniza me atravesaba el pecho.

Caigo al suelo y me giro como puedo mientras intento taparme la herida sangrante.

Testigo se lanza contra el extraño ser. Este, sorprendido ante la acción del lobo comienza a desvanecerse descomponiendose en pequeñas cenizas. Sin embargo el ataque del lobo ha sido demasiado rápido y no consigue desaparecer a tiempo, cayendo al suelo y sintiendo las mandíbulas de la bestia aprisionando su cuello.
La espada del ser cae al suelo junto a su dueño pero a diferencia de este el arma se desvanece formando una nube de cenizas.

Mientras tanto otros dos seres se han formado y avanzan lentamente con sus afiladas espaldas de cenizas hacia los tres humanos y el lobo.

El sabor a ceniza inundaba mi lengua, pero no haria que soltase mi presa. Mis dientes se cerraron mas aun sobre el cuello de aquel ser y comence a mover la cabeza de izquierda a derecha, mientras tiraba tratando de desgarrar la carne como haria con una presa demasiado dura.

GRRRRRR

La puerta sigue abierta detrás vuestra. Gracias a la antorcha que llevais podeis ver un gran pasillo cuyo final no podeis apreciar.
Junto a la puerta se amontonan multitud de herramientas oxidadas y llenas de telarañas. Por este lado podeis ver que la puerta está cubierta de sangre antigua y de pequeños arañazos. Por el suelo se encuentran esparcidos multitud de huesos humanos sin ningún tipo de carne.
Delante vuestra sólo os aguarda la oscuridad y el silencio.

¿Nos vamos? ¿o esperamos por si alguien más se nos une? -os pregunta Akako tratando de andar sin pisar ningún hueso, cosa que no logra y el crujir de huesos rotos rompe momentaneamente el silencio.

-¿Seguro que esto es una salida, Cosmo? -digo con desconfianza, mirando al científico- Más bien parece una caverna sin salida.

Cosmo se agacha y busca entre los huesos hasta que finalmente recoge una calavera con su mano. Tras coger impulso lanza con todas sus fuerzas el craneo hacia la oscuridad, que se pierde de vuestra vista.
Escuchais el sonido de la caida y un pequeño eco que surge tras el impacto -Parece que el camino sigue más adelante y el eco demuestra que es un lugar bastante grande. Tal vez sea una salida o puede que sea otra tumba, pero es mejor que esperar la muerte en el otro lado. Espero que cierren la puerta cuanto antes y que esas cosas no puedan seguirnos.

No hay muchas mas opciones, salvo avanzar- dice Atho- al menos allá atrás no hay posibilidad de escapatoria. Esperemos que este camino sea nuestra salvación.

Suspiro.

-En fin, supongo que es nuestra mejor oportunidad. Sigamos.

Michael alzó el arma y abrió fuego contra la criatura.-Morid de una vez...-Michael miró a la mujer que le daba la mano y luego volvió a mirar a las bestias.