Partida Rol por web

El caos del momento se apoderó de la situación. Xeno y Rongar, que se habían lanzado al ataque sin pensar demasiado, ahora veían que les estaba costando más de lo esperado tomar por sorpresa a los goblins, que se resistían como podían. Uzume también trató de apoyar al ataque, al igual que Ondine, pero obteniendo el mismo resultado en el proceso, desgraciadamente.

Los goblins, por otra parte, tampoco tenían facilidad para atacar a los humanos intrusos, aunque uno de ellos consiguió conectar apenas un rasguño en el brazo de Rongar, que dejó una fina línea roja en su piel virtual.

Los enemigos, al ver que estaban siendo superados en número, se miraron mutuamente, e intercambiando un par de rápidas palabras mientras repelían los ataques del grupo de humanos, uno de ellos comenzó a correr, grito al cielo, en dirección a la puerta de la empalizada.

lo iba a hacer mas tarde y se me fue, hoy posteo.

Grimmjow miró un momento hacia atrás mientras seguía corriendo y contó rápidamente a los goblins que aún les seguían la pista:
- Dos, cuatro, seis, nueve, doce...- Volvió la cabeza al frente para no tropezar y gritó a sus compañeros- ¡Son solo quince o dieciséis verdes y nosotros siete! ¿En serio creeis que no podríamos con ellos, Ágil? Serán unos dos para cada uno de nosotros...- terminó dejando la frase en el aire.

La cosa ya esta suficientemente fea como para que os abandonemos!! dije mientras orientaba mi arco hacia el goblin que veía como huía en busca de ayuda pero al girarme hacia él tropecé y caí de bruces al suelo.

Aquello era humillante!! Nuestros compañeros no eran reemplazables pero los NPC si, tal y como me habia dicho Uzume y que Rongar pretendiera que le abandonase... era que aun no me conocía....

Sigo corriendo en dirección a los secuestrados. Era el momento de jugar posicionalmente a este juego.

Con un poco de suerte llegar a ellos activará el final de misión.

- No podía ser.

- Ondine, Ayuda a Uzume YA. Le ordenó un tanto mosqueado. - Si no sacamos ya a los raptados pueden asesinarlos como represalia. No estaba especialmente habilidoso, peleando con los bichos, pero tampoco era su misión matarlos a todos; aunque si se deshacía de unos pocos, facilitaría al resto su labor. Su misión era entretenerlos y en un momento dado, apoyar a las que rescataban a los rehenes. - Cuando saques de aquí a quienes tenemos que salvar, te puedes acercar a cazar bichos.

«¡Sí, no son tantos! Pero ese grupo no es el único que vendrá a por nosotros, estoy seguro. Si nos ponemos a pelear ahora contra esos, vendrán más y más. Además, no sabemos si estos son más fuertes. Los otros parecían simplemente guardias, pero quizá tengan tropas más fuertes defendiendo el interior de la aldea.»

Agil corría mientras se explicaba, algo preocupado. No parecía tener miedo, simplemente parecía querer ser precavido. Después de todo, no cualquiera querría arriesgar su vida tontamente, aunque al principio tuvieran las de ganar.

«Pues yo creo que deberíamos pelear, Agil. ¡Vamos, esto no es más que un juego! ¿Cuándo se ha visto que unos goblins de pacotilla puedan ganar a los jugadores? Fíjate en Kure, ¡los está acribillando! Tenemos la ventaja, y vamos a aprovechar eso.» Tenno se reía mientras decía esto, parando en seco mientras desenvainaba su katana, en posición de ataque, esperando a que el grupo de goblins que los seguía se acercara. Parecía bastante seguro de que iba a recibir apoyo por parte del resto.

quizás... Los dos tenéis razón... dojo Kure lanzando una flecha. podemos hacerles un cuello de botella dijo buscando una zona donde poder juntar a los goblins. Quizás sean más duros... Quizás tengamos que huir. Pero por ahora
necesitamos ganar tiempo. Ataque nos sin perder la opción de huir. ¿Ágil, te parece?

Mientras toda esta discusión se mantenía con el grupo de humanos a la fuga, Kure aprovechaba su ventaja táctica con el arco para intentar repeler a los goblins, lanzando flechas con una puntería muy superior a lo habitual. Quizá fuera que en aquel momento estaba inspirado, quizá fuera que al haber tantos goblins había un número muy grande de blancos potenciales, pero sus flechas acabaron por derrotar a dos de aquellos goblins, que cayeron con sus saetas atravesadas en distintas partes de su cuerpo.

El combate seguía siendo un completo caos. El grupo de humanos trataba de vencer al goblin que seguía oponiendo resistencia, sin mucho éxito, ya que el goblin que permanecía se defendía de manera estoica en parte, aunque el factor suerte y de inexperiencia también influían en el resultado.

Sin embargo, Xeno, que estaba dudoso entre atacar a uno u otro, terminó por decidirse a intentar frenar la huida del segundo goblin, que poco a poco se alejaba en dirección a la puerta de la empalizada. Tomando aire y manteniéndolo un momento para estabilizar su arco, lanzó una certera flecha que impactó en el centro de la espalda del goblin. Sin embargo este, aunque malherido, continuó dándose a la fuga.

Uzume por su parte dejó el combate para lanzarse en dirección a donde se hallaba el objetivo: los dos NPC. Aún no podía verlos, pero en su mapa no estaban demasiado alejados, quizá a unos cien metros.

Rongar empezaba a cansarse de la resistencia heróica del goblin. Le lanzó un espadazo, que al fin, parecía mucho mejor "apuntado".

- Ya era hora. Pensó un tanto aliviado, y deseando que este golpe fuera suficiente como para neutralizarlo.

Esta bien dije por lo bajo mientras seguí el rastro de Uzume Pero en cuento esten a salvo volvere a ayudaros le grite a Rongar

Y mientras medio guardaba el arco me dirigí corriendo siguiendo la estela de Uzume, no sin quitar la vista de Rongar o Xeno por si necesitaban ayuda, tanto Uzume como Rongar tenían razón; si los NPCs morían volverían cosa que no harían mis compañeros pero si acabábamos la misión todos estarían a salvo asi que aquello ahora era lo mas importante.

Grimm miró por todos lados mientras corría, pero a su alrededor no había más que pradera descubierta y, muy a lo lejos, el desfiladero. Su mente trabajaba a marchas forzadas buscando una forma de acabar con los goblins: gracias a Kure ahora había una proporción de 2 vs 1 en contra de los jugadores. En un MMORPG normal no estaría huyendo como hacía ahora, pero en este…

- ¡Tenno!- gritó mientras se desviaba de su camino para acercarse al samurai- Gracias a la pertubada mente de Kayaba esto ya no es un juego. Nuestro objetivo es mantener a esos bichos alejados de los otros dos grupos y por ahora lo estamos consiguiendo. ¡Huye! Solo lucharemos si igualamos la proporción o si deciden volver al poblado. ¡Vamooooos!

Joder Tenno. grito el chico a su amigo.¿Que coño estas haciendo? Dijo mientras se paraba y empezaba a lanzar flechas como loco.

Viendo que su amigo yo no contestaba intento hablar con Grimm.No va a frenarse. Lo conozco suficiente como para saber qué no lo hará... Tenemos que defenderle.

Grimmjow no sabía que hacer. Tenían a los Goblins encima y Tenno parecía dispuesto a morir allí mismo. ¿Acaso sería esta la primera muerte que presenciaría en este juego?
- ¡Ni lo sueñes hijoputa!- maldijo el guerrero. Aceleró el paso para llegar hasta el joven samurai antes que los pieles verdes, apartó la punta de su arma con una manotada y, aprovechando el impulso y velocidad que llevaba, se agachó como si fuera un toro a la carga y le clavó el hombro izquierdo en pleno estómago para hacerle doblar y poder cargarlo sobre el hombro cual saco de patatas para seguir corriendo sin detenerse.

Tenno mantenía su empeño por enfrentar a los goblins, casi dispuesto a lanzarse a la carrera a por ellos, cuando Grimmjow intentó cargarlo contra su voluntad para alejarlo del combate. El samurái se resistió con todas sus fuerzas, forcejeando mientras increpaba a Grimmjow, liberándose al final, aunque no sin cierto esfuerzo.

«¡Maldita sea! ¿Estáis locos?» Agil se paró sobre sus talones, retrocediendo a grandes zancadas para intentar agarrar a Tenno también, aunque sin éxito. «¡Quizá creas que puedes con ellos, pero esto no es un juego, maldita sea! ¡Ya no lo es! ¡Si morimos será tu culpa!» Agil sonaba duro, y miraba con enfado a Tenno, pero a pesar de sus palabras, el grandullón sacó su hacha de guerra, dispuesto a defender a aquel cabeza hueca. El chico se mordió el labio, dubitativo.  

Mientras tanto, Kure trataba de defender la posición como podía, lanzando flechas a diestro y siniestro. Sin embargo, los goblins habían aprendido a estas alturas una valiosa lección, y poco a poco se habían dispersado horizontalmente para no aglomerarse y ser blanco fácil del arquero, por lo que le estaba resultando mucho más difícil tomar blanco. Así, el grupo de enemigos se acercaba a paso rápido, quedando a apenas unos segundos de distancia por recorrer. Tenno miró a un lado y a otro respectivamente, indeciso. 

«¡Está bien, vamos!» Tenno acabó por decidirse finalmente, envainando de nuevo la espada en su cinto y echando a correr de nuevo, alejándose de los goblins al fin. El grupo había perdido una ventaja de distancia considerable, pero aún era factible el continuar con la huida.

Uzume corría y corría en dirección a donde estaban los NPC, desentendiéndose finalmente del combate, como deseaba Rongar, seguida de cerca por Ondine, que finalmente también había decidido ir tras ella. Mientras atravesaba las polvorientas calles del interior de la aldea, a lo lejos pudo ver finalmente una serie de cajas de madera, junto a las cuales se hallaban unas jaulas de madera con gente en su interior. No parecía haber ningún enemigo junto a las mismas. Al acercarse, pudieron ver a ambos NPC. La hija parecía estar bien, dentro de lo que cabía, aunque lloraba abrazada a su padre. Sin embargo, el hombre era otro cantar. Su barra de HP estaba bastante baja, y además había signos claros de maltrato en su cuerpo, a juzgar por las marcas rojas que relucían sobre su cuerpo. A pesar de no ser tan grotesco como en la vida real, se podía entrever que no había sido tratado de forma gentil, precisamente.

Mientras tanto, una flecha de Xeno voló casi rozando junto al goblin, aunque sin hacerle daño aparente. Sin embargo, justo el momento en el que el goblin se distrajo esquivando la flecha, Rongar aprovechó el despiste para lanzar una estocada que alcanzó al corazón del enemigo, cayendo derrotado al fin, después de presentar tanta batalla por sí solo. Su compañero continuaba alejándose en dirección a la puerta, ya muy lejos del alcance. 

Quizá trajera refuerzos, o quizá solo estaba huyendo por su vida. El tiempo lo diría.