Partida Rol por web

AÑO 21.

MES ONCE: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO.

MONTÍCULOS CERCANOS A SIVERO.

MEDIA MAÑANA, CASI MEDIODÍA

- Oh sí... Como ordene, ama. Puck estará limpito a media tarde. Pero...

Los ojillos del trasgo se movieron a izquierda y derecha y, cuando comprendió que no abarcaban suficiente, dio media vuelta y repitió la operación. 

Buscaba agua a su alrededor, la suficiente como para poder lavarse, que en su caso no era mucha. Un charco de mediano tamaño probablemente le bastaría. Era una de las múltiples ventajas de ser menudo. Claro que también existían desventajas, como la imposibilidad de alcanzar los estantes altos de la alhacena sin subirse a ellos.

Entonces, con la búsqueda aún sin terminar, sus orejas aletearon ante la mención de su nombre. Con las manos cruzadas en el pecho, cabizbajo y culpable por no haberse limpiado aún, se acercó a Zazer por la espalda intentando estar lo más alejado de Bashabarana y usando al trocalengo como barrera ante las miradas.

- Oh no...- bajó la voz.- Yo no tengo otra idea. Mis ideas son las de la ama, señor Zazer. La ama es sabia. Por eso se queda atrás en la batalla. Usted también debe ser sabio.

AÑO 21.

MES ONCE: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO.

MONTÍCULOS CERCANOS A SIVERO.

MEDIA MAÑANA, CASI MEDIODÍA

Tras dar dos o tres vueltas a los krankas caídos, Bolduf corre en dirección a la aldea, siguiendo a Hassern, que no parece querer entretenerse más.

AÑO 21.

MES ONCE: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO.

MONTÍCULOS CERCANOS A SIVERO.

MEDIA MAÑANA, CASI MEDIODÍA.

Caos olfatea el camino con desconfianza, pero después sigue a su amo hasta la aldea fantasma.

AÑO 21.

MES ONCE: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO.

MONTÍCULOS CERCANOS A SIVERO.

MEDIA MAÑANA, CASI MEDIODÍA.

Kanghmer, para no variar, era parco en palabras. La cerveza en una posada, y la presencia de mujeres guapas, eran casi las dos únicas cosas que podían soltar su lengua. Dado que no era el caso, observó por un momento cómo su hermanastra se encargaba de tratar las heridas de Seragoi y Karlio. 

No era la primera vez que lo veía, y sabía de la efectividad de la bruja. Por ello, entre otras tantas variopintas habilidades, eran consideradas como personajes importantes en las comunidades bárbaras. Personajes de vital importancia a las que había que proteger y guardar. Una especie de guías, muy sabias aunque no siempre ancianas, como demostraba Basha.

Tras unos segundos de contemplación, el bárbaro dirigió su corcel en pos de los pasos de Hassern. Iba siendo hora de averiguar qué había ocurrido en Sivero, y si ellos podían hacer algo al respecto.

AÑO 21.

MES ONCE: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO.

MONTÍCULOS CERCANOS A SIVERO.

MEDIA MAÑANA, CASI MEDIODÍA.

Cuando Peñasco empezó a fustigarse por aquellas heridas, Karlio le quitó importancia con un gesto de la mano, buscando tranquilizar a su compañero.

-He sufrido heridas peores, Peñasco. Y este es el pago por involucrarse en un combate, aunque uno habría esperado que esta armadura me protegiese algo más contra los picotazos de los seres... Pero esos picos son terribles-comentó. Quedaba, por supuesto, el asunto de plegarse o no al ofrecimiento de la extraña mujer. Aquello en cierto modo sonaba raro, quizás incluso siniestro, pero debía ser realista: ante ellos se alzaba lo desconocido. Y más valía tener la mayor cantidad de fuerza posible para hacerle frente. Así que finalmente asintió y dejó al descubierto sus heridas, permitiendo a la salvaje tratarlas. 

AÑO 21.

MES ONCE: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO.

MONTÍCULOS CERCANOS A SIVERO.

MEDIA MAÑANA, CASI MEDIODÍA.

Sonrío a la mirada de Bashabarana, donde indica de forma pícara, sutil y velada pero a la vez insinuante, de que debo quitarme las ropas para ser sanado. Mi sonrisa de medio lado se mantiene mientras me descubro el torso, mostrando una figura más bien delgada y con una serie de cicatrices, claramente de daños anteriores de diversos tipos. Destaca en mi antebrazo izquierdo un tatuaje, en la parte ventral, con forma de un círculo y unos signos extraños en el centro, coronando un cráneo.

 - "Completamente tuyo."

Levanto mis brazos, en un gesto como de abrazar, mostrando las heridas que el pico de las criaturas causaron en mi torso y permanezco quieto a la espera de las atenciones de la bruja, probablemente la única con capacidades curativas en el grupo. Algo que se agradece de sobre manera pues puede significar la supervivencia de lo que continúe en esta pequeña aventura.

AÑO 21.

MES ONCE: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO.

MONTÍCULOS CERCANOS A SIVERO.

MEDIA MAÑANA, CASI MEDIODÍA.

Basha observa por el rabillo del ojo como los dos hombres empiezan a desvestir las zonas donde han sido heridos mientras se prepara mentalmente para el esfuerzo que va a realizar. Si bien las deidades o espíritus cuyo favor iba a invocar dormían profundamente, lo cual probablemente era lo mejor para todos, el tomar su poder no era algo que no tuviera un coste. Era como meter las manos en un sucio lodazal para conseguir el dorado premio que escondía, no podías evitar mancharte las manos, los brazos y puede que hasta salpicarte la cara. El truco era no repetirlo hasta que no te "limpiaras" porque sino corrías el riesgo de que esa mancha, esa oscuridad quedara en ti de manera que no se podía limpiar más.

Se dirigió primero al espadero mientras murmuraba unas palabras y recorría con sus dedos la línea de sus heridas. Al contrario de lo que pudiera parecer su toque, que emanaba calor y una agradable sensación de bienestar, no produjo ningún dolor sino que al paso de sus dedos las heridas se iban cerrando dejando atrás sólo unas pálidas líneas blancas. Después vio el torso desnudo de Seragoi y su insinuante frase.

- Aunque el invierno está acabando yo tendría cuidado Seragoi, podrías coger frío y empezar a toser y moquear sin parar. Eso sería fatal para tu encanto. -

Tras eso pone la mano de manera casual en la muñeca del caballero mientras pronuncia una palabras y da un par de toques con su dedo índice sobre la piel del hombre. La energía se transmite y sus heridas parecen cerrarse, aunque no del todo.

- Yo pondría un vendaje sobre eso, mañana estarás mejor. -

Mientras hablaba Stajä se había acercado con suave trotecillo y Basha montó con un movimiento ágil dispuesta a encarar la exploración de Sivero. Para quien se fijara en su expresión daba la impresión de que se había tragado algo amargo y luchaba por no expulsarlo entre arcadas.

AÑO 21.

MES ONCE: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO.

MONTÍCULOS CERCANOS A SIVERO.

MEDIA MAÑANA, CASI MEDIODÍA.

Observó con curiosidad y paciencia cómo la mujer curaba las heridas de los dos humanos. Y percibió con claridad la cara de esta cuando montó sobre el gran cérvido. Frunció el ceño de forma casi inapreciable por un segundo, y su mirada adquirió una tonalidad preocupada. Espoleó su montura hasta alcanzarla.

-Tienes un gran poder -dijo casi de forma casual y aparentemente ingenua. Sin duda, una obviedad ante quien ostentaba aquel poder-. Pero parece que pagas un precio por él. Un precio poco agradable. ¿Hay algo que pueda hacer por ayudarte? ¿O por aliviarte? 

AÑO 21.

MES SÉPTIMO: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO, DE OFELYA,  PRIMERO DEL VERDUGO, O MEDIO INVIERNO

DÍA 14.

SENDERO NATURAL QUE ATRAVIESA "LOS CUERVOS" DE NORTE A SUR

MEDIODÍA.

Tus pasos, los cuales no siempre tienen un destino fijado, te han llevado esta vez hasta el límite occidental de Los Cuervos tras atravesarlos durante días de norte a sur, quizá para evitar los aledaños de las puertas de Küam Zamok, el reino enano.

Esto hace que en este momento, te asomes a la extensa meseta de Yndarien, que abarca bastante más allá de donde tus ojos pueden enfocar, pero conoces la zona, y sabes que no muy lejos hay un asentamiento humano, que en el último tiempo ha crecido hasta la denominación de aldea. Calculas la distancia, en parte, por tu memoria del terreno, y en parte porque de aquella dirección parecen elevarse columnas de humo.

Levantas la vista al cielo y presientes que en pocas horas se desatará una tormenta.

AÑO 21.

MES SÉPTIMO: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO, DE OFELYA,  PRIMERO DEL VERDUGO, O MEDIO INVIERNO

DÍA 14.

SENDERO NATURAL QUE ATRAVIESA "LOS CUERVOS" DE NORTE A SUR

MEDIODÍA.

Sí, había evitado los aledaños de las puertas de Küam Zamok, el reino enano, aunque aquello le había supuesto un rodeo. Su áspero carácter chocaba frontalmente con el de los "amistosos" enanos, siempre dispuestos a fanfarronear de su gallardía y provocarlo por el mero hecho de ser un trocalengo. Los humanos eran otra cosa, mucho más susceptibles de alquilar sus artes curativas, a pesar de su desagradable aspecto que indicaba una higiene poco apropiada para un curandero. Pero la desesperación solía hacer que pasaran por alto sus menos higiénicas prácticas.

-Tonterías y mierdas de esas sólo hacen que robarme tiempo. Lo que no mata engorda, joder.- Y no era malo curando heridas, aunque muchos lo llamaran matasanos.

Apresuró el paso al constatar que pronto llovería. Si llegaba al asentamiento humano antes de que comenzara a llover seguro que podría hacerse con un techo donde pasar la noche y quizá algo de comida caliente. No le apetecía adoptar la forma de una musaraña y pasar la noche en un pequeño agujero. Era peligroso por los depredadores. Mientras caminaba desgarbado practicaba una sonrisa dispuesto a regalársela al primero que se encontrara por el camino.

AÑO 21.

MES SÉPTIMO: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO, DE OFELYA,  PRIMERO DEL VERDUGO, O MEDIO INVIERNO

DÍA 14.

SENDERO NATURAL QUE ATRAVIESA "LOS CUERVOS" DE NORTE A SUR

MEDIODÍA.

Las montañas aún te impiden ver directamente la aldea, pero ya algo te resulta extraño. Quizá es que para ser mediodía hay muy poco ruido. O puede que sea un olor diferente al que te esperabas.

AÑO 21.

MES SÉPTIMO: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO, DE OFELYA,  PRIMERO DEL VERDUGO, O MEDIO INVIERNO

DÍA 14.

SENDERO NATURAL QUE ATRAVIESA "LOS CUERVOS" DE NORTE A SUR

MEDIODÍA.

- Uh, oh...un incendio.- Era mala cosa. Porque no era una quema de rastrojos, sino de una estructura o varias, posiblemente con personas dentro. Eso haría que los ánimos estuvieran por los suelos y que la llegada de un extraño despertara suspicacias, o símplemente no fuera el mejor momento para pedir dormir bajo techo y un plato de comida caliente. Cada vez se le antojaba mejor idea cambiar de forma para poder acercarse sin ser visto. 

Un poco más adelante, quizás...- Esta vez no apresuró el paso sino que lo ralentizó, tratando de permanecer oculto a cualquiera que pudiera percibir su avance hacia el pueblo.

AÑO 21.

MES SÉPTIMO: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO, DE OFELYA,  PRIMERO DEL VERDUGO, O MEDIO INVIERNO

DÍA 14.

SENDERO NATURAL QUE ATRAVIESA "LOS CUERVOS" DE NORTE A SUR

MEDIODÍA.

Bajas con cuidado pero lo más rápido posible el trecho del sendero que te separa de los terrenos de la aldea, abordándola desde el sudeste. En varias ocasiones intentas discernir desde la distancia el origen de ese olor, pero la posición relativa del sol y el reflejo de la nieve que aún reposa en gran parte del suelo rocoso de la ladera te lo impiden, y no es hasta que llegas hasta el llano que no te das cuenta de que aquel asentamiento parece arrasado.

Columnas de humo ascienden aquí y allá, y ahora el viento te deja oler la madera quemada. El lugar parece saqueado y desierto.

AÑO 21.

MES SÉPTIMO: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO, DE OFELYA,  PRIMERO DEL VERDUGO, O MEDIO INVIERNO

DÍA 14.

SENDERO NATURAL QUE ATRAVIESA "LOS CUERVOS" DE NORTE A SUR

MEDIODÍA.

Tratando de protegerse de los molestos reflejos del sol en la nieve Gusano avanzaba raudo pero cauteloso. Se paró en seco cuando pudo discernir que la aldea a la que se dirigía había sido arrasada. No necesitaba saber nada más. Era hora de adoptar una forma que le permitiera pasar desapercibido en un lugar como aquel. El corazón le latía con fuerza. Por una parte existía un gran riesgo en aproximarse más a un lugar arrasado en el que aun podía existir algún peligro. Sin embargo, lo que más le movía ahora era la posibilidad de hacerse con algo de valor. Que le perdonara Prios por no ser más que un carroñero, pero tenía que sobrevivir.

AÑO 21.

MES SÉPTIMO: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO, DE OFELYA,  PRIMERO DEL VERDUGO, O MEDIO INVIERNO

DÍA 14.

SIVERO.

TARDE AVANZADA

Tal y como imaginábais, el camino de vuelta no os comporta ningún peligro más allá del viento que azota con algo más de fuerza en el terreno abierto.

Hassern, taciturno y concentrado en llegar, apenas ha cruzado palabra con vosotros por iniciativa propia, aunque si habéis preguntado o iniciado una conversación, él no ha puesto objeciones en responder*. Por su parte, los caballos y permanecen tranquilos y confiados, aunque algo en su caminar os dice que esperan llegar pronto a algún lugar donde descansar. Bolduf, probablemente, esté deseando volver a ver a su familia, y parece saber que el camino que recorréis, el mismo que el grupo hizo a la ida, es el que le lleva hasta ella.

La marcha no es demasiado rápida debido a que todos se adaptan al paso de Peñasco, pero este es capaz de dar grandes zancadas con sus robustas piernas, con lo que tampoco existe un sentimiento de retraso.

AÑO 21.

MES SÉPTIMO: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO, DE OFELYA,  PRIMERO DEL VERDUGO, O MEDIO INVIERNO

DÍA 14.

SIVERO.

TARDE AVANZADA

- No he entendido el viaje- dijo repentinamente Peñasco, como si hubiera estado rumiando el pensamiento desde hacía horas- Un viaje que se tarda más en hacer de lo que se tarda en permanecer donde se ha viajado, ¿tiene sentido? Y poco parece que has buscado, Hassern. Esperaba que buscaras más o te interesaras más con el destino del pueblo y el motivo por el que está así. 

AÑO 21.

MES SÉPTIMO: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO, DE OFELYA,  PRIMERO DEL VERDUGO, O MEDIO INVIERNO

DÍA 14.

SIVERO.

TARDE AVANZADA

Karlio estaba tranquilamente sentado en la silla cuando llegaron las palabras de su compañero. Unas palabras quizás demasiado directas, pero que no dejaban de reflejar una duda que podría ser considerada razonable.

-Es natural que nuestro compañero no quisiera permanecer mucho y arriesgarse con los intrusos, Peñasco...-replicó Karlio, echándole un capote al aldeano, aunque realmente no había gran convicción en sus palabras, y mantenía la mirada fija en Hassern, a la espera de su respuesta. 

AÑO 21

MES SÉPTIMO: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO, DE OFELYA,  PRIMERO DEL VERDUGO, O MEDIO INVIERNO

DÍA 14

CAMINO QUE CONECTA SIVERO CON EL CAMPAMENTO HOYT

TARDE AVANZADA

El aldeano hizo un gesto a vuestras palabras sin quitar la vista del frente, lo que transmitió cierta vergüenza.

- He recogido lo esencial, algunas mantas y utensilios, y esperaba que aquellos compañeros que nos abandonaron al ver a los krankas hubieran recogido más cosas, pero es cierto que no era por eso por lo que quería volver. O al menos, no era la razón principal. - Metió la mano bajo su capa de abrigo y os mostró una cajita de madera, alargada y estrecha, y se la tendió a Karlio. - Quería recuperar esto. Es algo que he estado haciendo para mi hijo durante mucho tiempo. No tiene gran valor comercial, pero sí lo tiene para mí.

AÑO 21

MES SÉPTIMO: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO, DE OFELYA,  PRIMERO DEL VERDUGO, O MEDIO INVIERNO

DÍA 14

CAMINO QUE CONECTA SIVERO CON EL CAMPAMENTO HOYT

TARDE AVANZADA

No sabía que respuesta esperar en concreto, pero desde luego esa no estaba entre lo que había venido a su cabeza. Sorprendido por aquella salida, el espadero avanzó para coger la caja y echar un vistazo a su interior, más por curiosidad que por sospecha. ¿Un muñeco quizás?