Partida Rol por web

Templo de Nemie - mañana del tercer día desde el comienzo de la primavera.

Tras dos días de viaje, Klauss había llegado a las puertas del templo. El poblado era de gente pobre, casi sin nada para comer. Sus casas eran viejas, de barro y paja, con numerosas goteras. Sus animales estaban famélicos y sus campos casi desiertos.
Sin embargo el templo se mostraba reluciente. Construido con piedra bien tallada, con numerosas figuras esculpidas, que representaban a los dioses y a sus clérigos en la tierra. La puerta, de madera de roble, firma, rígida, poderosa de casi dos metros de altura. El edificio, a pesar de ser de una sola planta, era alto e imponente, dominando a los demás.

Entrar al templo era sencillo, un pequeño diezmo era más que suficiente para poder pasar la noche bajo su techo. Orar y compartir conocimientos era un pago que también se realizaba con asiduidad. De la misma manera, cuentos y leyendas también eran bien recibidos.

Klauss se detubo ante la imponente puerta de roble, miro hacia atras a las demas casas, y penso en su interior "Clara prueba de corrupcion,puede que estubiera equivocado, pero aun debo de estar seguro".Klauss pago el diezmo necesario, debia de hablar personalmente con Oceley, Klauss no queria cometer el error de ajusticiar a un inocente, en su pasado lo hizo y aun le pesa tal carga....

La sala común no era muy austera. Grandes cortinas de seda blanca, con paredes repletas de tapices, con candelabros de plata, cubrían la sala. En el centro, una gran mesa, daba cobijo a todos ellos, en total cinco, que compartían el vino que se servían de una jarra de plata, sobre copas de fino cristal.
Las túnicas de los predicadores, de finas telas, se quedaban pobres en comparación con la de la figura principal, que presidia la reunión.   Un hombre anciano, de larga y espesa barba cana y cabellos igual de largos y tan puros como la nieve. Su túnica de seda gris perla, refulgía con las luces de la sala. 

El mercenario tomo asiento en un banco alejado de la reunion, espero cuidadosamente en silencio e intento afinar su duro oido, por si escuchaba algo que le ayudara a tomar una decision sobre el padre Oceley, Klauss no estaba acostumbrado a los templos o las obligaciones de los sacerdotes asi que espero a que la reunio terminara...

Los monjes comentaban cosas triviales, nada de importancia. El susurro más parecía por mantener el silencio, que por tratar algo secreto. 
Al verlo sentado en la sala, el anciano interrumpió la reunión y clavó la mirada en el extranjero. Se levantó, camino con paso seguro hasta aquel caballero. 

Me llaman Oceley, soy el Sacerdote del Templo, me he fijado en que nos presta atención, me gustaría saber en que podemos servirle. 

Klauss respondio en tono serio -No quiero interrumpir su reunion padre, he escuchado de usted y queria vereficar las historias que se van contando sobre su persona, pero le vuelvo a repetir que esto puede esperar- Klauss espero serio y en pie esperando algun gesto o que prosiga la reunion de los sacerdotes...

¡Oh! nuestras charlas pueden llevarnos todo el día, si nada más nos surge - con un gesto despidió al resto de miembros del templo, que en silencio abandonaron la sala. Sentándose a su lado continuó -tome asiento ¿que historias se cuentan sobre mi persona? 

Klauss sonrio antes de mediar palabra -bueno, padre las historias que se cuenta de usted, no son muchas... pero digame, tengo mis dudas y querria saber sobre usted, asi sabre si me mienten o me dicen la verdad,no se intranquilice ya que despues de conocerle le contare gustoso de que historias se tratan... ¿como llego a ser sacerdote?- Klauss espero una respuesta de Oceley

¡Uh! eso es largo de contar, pero podríamos hacer un breve resumen. Todo comenzó con mi ansia de aprender. Desde joven siempre tuve esa llama interior que te obliga a conocer y saber sobre todo lo que te rodea. Pero por mi padre, bien conocía las historias sobre los peligros del conocimiento. 
Cuando tuve la edad apropiada, mi padre, me llevo ante un predicador, el cual me tomo como discípulo. De él aprendí mucho y por diversos trabajos y buen juicio, llegué a ser Sacerdote. 

¿Me contara ahora quien habla de mi, cuando no estoy presente?

klauss saco la carta que le entregaron, espera unos instantes a que el padre lo lea, y comenta -tengo mis dudas y por eso estoy aqui, digame ¿como pago esa toga tan lustrosa?- Klauss espero que el padre perdiera los nervios o incluso le atacara...

Tras leer la carta, la deposito sobre la mesa, muy cercana a su mano. Klauss supo al momento el por que hizo eso. Necesitaba las manos si pretendía conjurar algo. 

- Así que sois un asesino - dijo sin levantar la voz. Sin temor al peligro que tenía en frente - Has de saber que no has acertado con el lugar, así que confío en que sean vuestras dudas y no vuestra torpeza la que os lleva a interrogarme con tanto descaro. Bien, entonces hablemos. Preguntáis por mi túnica, fue un regalo del Lord, por los servicios prestados. Pero nunca cedí mi mando por obsequio alguno. 

Ser un Sacerdote de Nemie, despierta muchos enemigos. Nuestro deber es mantener el equilibrio entre nobles y plebeyos. Conducir a las masas a la luz de la verdad y no a los engaños que traen las sombras - señalo la carta - ¿quien os la dio? ¿os dijo su nombre? ¿os era conocido? 

Klauss vio que aun disponia de tiempo antes de taner que sacar su espada, asi que siguio hablando.-No soy un asesino a sagre fria, extraños propositos los suyos, viniendo hasta aqui he podido ver la pobreza que debora las casas de las pobres gentes, es facil padre, dice poseer buenas voluntades respecto a los demas, pero los demas no ven sus buenas voluntades... volviendo a la nota da igual quien me la diera si es verdad lo que dice,si no es asi y la nota miente, puede demostrarmelo, no he venido aqui a matarle si no llevarle ante quien la escribio, si los que me contrataron mienten, tiene mi palabra de que le protegere, si no sera juzgado... Usted decide- Klauss se levanto de su asiento y espero la respuesta del viejo Oceley, si olvidar que e este el momento donde podria haber un ataque sobre su persona.

¡Vienes a mi casa con el encargo de matarme, insultas nuestros propósitos y encima pretendes raptarme diciéndomelo a la cara!

El sacerdote se levanta. Su rostro es una mueca de ira. 

¡Márchate antes de que cometas alguna insensatez! 

-los corruptos nunca os entregais ¿verdad?- Klauss saco su arma dispuesta a probar sangre...

-Preparate para ser juzgado aqui y ahora- Klauss lanzo su ataque contra el sacerdote...

Retrocediendo hasta caerse, con el pecho herido y tosiendo sangre tiñendo su barba, el hechicero hizo un sumo esfuerzo por no perder el conocimiento.

- No sabes lo que haces - balbuceó el sacerdote, levantando su mano y con un leve resplandor azulado trato de contener al guerrero - Calma - pronunció y una oleada de calor lleno el cuerpo de Klauss, quien sentía el deseo de bajar el arma y escuchar lo que le tuviera que decir.

Aun sin afectarle el debil hechizo que lanzo el sacerdote, Klauss espero a ver lo que tenia que decir -no pareces el tipico sacerdote paciente y benevolo que todos esperan que seais, habla maldita sea, si aun tienes algo que decir que pueda ayudarte... y las manos quietas donde pueda verlas... te lo juro un truco mas y sera el ultimo... Solo das fuerza a las palabras escritas en esa nota, ¿por que temeis presentaros ante la justicia si no sois culpable?-