Partida Rol por web

Byron corre junto a su compañera, observando el paisaje de putrefacción y muerte que deja la Plaga a su paso.
Si alguien no los para, los muertos vivientes acabarán consiguiendo que el mundo entero sea así...
Se acercan poco a poco a los sonidos de la batalla esperando que sus hermanos sigan en pié (y que nos les embosquen a ellos).
- Tendrás que ocuparte de los heridos. Yo te cubriré mientras sanas a nuestros hermanos ¡Que el Sol guíe tus pasos, Stormwalker!- hace un gesto honorífico a la sacerdotisa y se acercan al campo de batalla.

Os adentrasteis plenamente en un campo de batalla que olía a muerte y putrefacción. Quizás tan solo erais dos unidades más, pero vuestras habilidades en el combate eran destacables.

A vuestro alrededor podríais comprobar con satisfacción como un gran número de elfos se alegraban de vuestra presencia mientras seguían luchando contra un gran número de no-muertos. Estabais en minoría pero parecía que la batalla podía ponerse a vuestro favor en cualquier momento.

Los magos lanzaban sus ráfagas arcanas, los sacerdotes y clérigos usaban el escaso poder de Belore que todavía quedaba en ellos para masacrar a las huestes de la Plaga a la vez que las espadas y escudos rompían los quebradizos cuerpos de vuestros enemigos.

Pero la batalla todavía no había terminado.

- ¡¡Hermanos!! - gritó vuestro príncipe.

- ¡¡La victoria está cerca, seguid luchando, seguid demostrando que nuestro pueblo nunca se rendirá ante la adversidad, luchad por los caídos, luchad por vuestro linaje!! - y dicho aquello usó sus artes arcanas para invocar un poderoso fénix flamígero que barrió con su llamarada a un gran número de enemigos.

Sin embargo, cuando todo parecía ir a mejor, unos proyectiles surcaron los aires para impactar contra el suelo con gran violencia. Las catapultas de la Plaga habían esperado a que el grueso de elfos estuviese concentrado en un mismo punto para atacar con sus proyectiles repletos de carne, huesos y poder nigromántico.

Las diversas explosiones provocaron que vuestros cuerpos saltasen por los aires. Apenas os dio tiempo para recobrar la compostura ya que la imagen desoladora de comprobar que a vuestro alrededor había un gran número de elfos caídos era desesperante.

Poco a poco las fuerzas os iban a rodear, quedarían aproximadamente media docena de elfos de sangre, incluyendo a vosotros dos. Y las fuerzas de la Plaga casi os triplicaban.

El alivio provocado en los elfos de sangre daba satisfacción a Eliäna, desobedecer la orden de proteger el mirador no parecía ahora mismo ningún error puesto que si el ejército de los elfos terminaba por caer, de nada serviría conservar el observatorio unas horas más.

-¡Vamos hermanos, por la gloria de nuestro pueblo!-

Puesto que los sacerdotes estaban curando sin problemas a las fuerzas del príncipe Eliäna se centró en machacar enemigos con su maza. La batalla tomaba un aire épico, los elfos en clara desventaja numérica estaban aguantando como leones y eliminando a gran número de enemigos lo que hacía que la moral de Eliäna seguramente que al igual que la del resto de los elfos de sangre se inchase, mas poco tardo en pincharse esa burbuja puesto que una lluvia de masa putrefacta, procedente de cadáveres tratados con poderes nigrománticos, empezó a caer sobre el grueso de los elfos explotando y haciendo que varios cayesen y otros saliesen despedidos (incluidos Byron y Eliäna).

La desesperación había sustituido de repente el gozo de haber llegado en un momento apropiado, el fénix invocado por el príncipe podría destruir con facilidad aquellas catapultas con su fuego pero de que servía ahora si solo quedaban una media docena de elfos en pie. La sacerdotisa ahora invocó su círculo sanador sobre el grupo de elfos para ver cuantos de los caídos seguían con vida y eran capaces de volver a ponerse en pie mas pocas esperanzas tenía de que muchos de ellos hubiesen sobrevivido a la masacre pero el poder curativo dañaría y mantendría alejados a aquellos cadáveres andantes al menos por un momento, tal vez eso les diese tiempo y espacio para retirarse.

-Belore, concédeme tu gracia para salvar a tus seguidores de la calaña putrefacta que azota la tierra que iluminas-

Byron observa el campo de batalla con detenimiento, corre junto a Eliäna y se acercan a Kael'thas. Él le hace un gesto respetuoso con la cabeza al príncipe, y observa la magnificencia del Fénix masacrando a los muertos. Pero la sorpresa llega cuando los proyectiles de los carros de desechos impactan cerca de ellos, mandándoles por los aires. El impacto con el suelo es terriblemente doloroso, pero no se deja achantar. Ve a Eliäna preparando un conjuro de sanación y se pone frente a ella con el escudo por delante.
- Sigue con el conjuro, no te preocupes, te cubriré- sostiene el escudo y la guja con firmeza, preparado para el embate de los muertos.

Los necrófagos os comenzaban a rodear, algunos de vuestros hermanos se habían lanzado a la batalla contra ellos.

La magia de Eliäna era efectiva, pero no suficiente, puesto que las criaturas parecían no tener fin y donde caían 5 volvían 10.

Había justo tres de ellas frente a vosotros, el resto de vuestros hermanos estaban ocupados librando sus propias batallas, eso significaba que tendríais que superar este obstáculo por vosotros mismos.

Apunta con cuidado y lanza su guja con fuerza al necrófago más cercano.

La guja de Byron generando un silbido mortal atravesó el frágil torso de uno de los necrófagos haciendo que las dos mitades cayesen al suelo formando un charco de vísceras y putrefacción bastante repulsivo, sin embargo el resto de vuestros enemigos no iban a quedarse allí parados.

Otro de los necrófagos que allí luchaban se abalanzó contra el elfo de sangre con intención de clavar sus ponzoñosas garras pero su escudo Sin'dorei era demasiado robusto como para dejar que penetrase en sus defensas.

Eliäna trata de asestar un golpe con su maza sobre el cadáver andante más cercano a ella también.

-Malditos no-muertos... ojalá esta peste no acabe con nosotros-

La maza de Eliäna machacó el cráneo del necrófago haciendo que saltasen varios pedazos. Parecía que la situación estaba controlada de momento pero tampoco se podía cantar victoria puesto que seguíais en inferioridad numérica después de haber recibido tantas bajas y sobre todo al comprobar como los necrófagos parecían aparecer de la nada, como una verdadera plaga.

Recuperando la guja, avanza estoico hacia el necrófago restante y, con un grito de ira, asestar un corte cuerpo a cuerpo, intentando cortar el cuello de la criatura.

Y la cabeza salió rodando por el campo de batalla.

Parecía que habíais ganado aquella confrontación, ¿pero cual había sido el precio a pagar? la fuerza de los elfos se había mermado y nadie de la Alianza estaba allí para apoyaros en la lucha contra los no-muertos.

Kael'thas, que acababa de matar a otro grupo de necrófagos se alegró de comprobar que estabais bien.

- Hermanos, sé que es difícil lidiar con esta situación pero no podemos rendirnos ni aún cuando la situación se torne oscura, ¿qué fue lo que lograsteis completar de vuestra misión?¿llegasteis a saber algo más del Comandante Garithos? - parecía que aprovechaba el pequeño descanso que dio la batalla para averiguar más sobre vuestra misión.

Eliäna se limitó a hablar contando la situación pero omitiendo por ahora la conversación con el emisario del mariscal

-Mi príncipe, nuestra compañera ha sido capturada por una gárgola, dos gárgolas han sido abatidas manteniendo el observatorio a salvo al menos hasta que partimos para ayudar e informar... el mirador es funcional al menos, y se encuentra a un escaso trecho desde aquí. Allí, salvo que haya sido tomado en nuestra corta ausencia, podremos atrincherarnos, pues debemos informarlo de más cosas detenidamente y en privado mas debemos darnos prisa puesto que el observatorio está desprotegido-

La elfa deseaba contar también el resto pero ciertamente en medio de una batalla no había tiempo para narrar la conversación con el emisario y la ayuda recibida de los naga. Tampoco podría preguntar por la exploradora que los había acompañado al principio por esa falta de tiempo. Todo lo que podía hacer era apremiar a su gente para retirarse al observatorio y allí dejar que el príncipe estudiase la situación y tomase su decisión.

Eliana preparaba de nuevo su hechizo curativo para mantener alejados a los muertos y que así pudiesen escapar, mientras trataba de ubicar al campeón enemigo y sus nigromantes (imagino que serán brujos o sacerdotes y seguramente será del lado que vienen los cadáveres).

Byron limpia su guja de la podrida sangre y carne de los necrófagos usando la hierba del suelo. Atento a las palabras del Príncipe, asiente ante el informe de su compañera y se mantiene dudoso ante los hechos que deduce que Eliäna también debe de estar comiendose la cabeza ¿Deberían contarle al Príncipe lo de los naga? ¿Habría vuelto sana y salva la exploradora?

Antes de que el príncipe pudiese responder a las preguntas de Eliäna, un fuerte temblor acompañó a otra sucesión de sacudidas. La primera impresión fue que os habían comenzado a bombardear de nuevo con las catapultas pero la realidad era mucho peor.

De la fortaleza de los No-Muertos surgieron cinco criaturas abismales, algunos de vuestros hermanos las catalogaron como "Aberraciones", por desgracia nefastos recuerdos os llegaron a la mente en cuanto supisteis que criaturas como esa habían destruido la hermosa ciudad de Lunargenta.

Kael'thas no dudó en usar su inteligencia antes que el orgullo.

- ¡Retirada mis hermanos, no podemos luchar contra tantos enemigos en nuestro estado! - y lo peor era que llevaba razón. Los pocos elfos que aún seguíais con vida ya se vieron totalmente superados por la llegada de aquellas abominaciones. Ni si quiera el príncipe tenía ya tantas fuerzas como para encargarse él mismo de la situación. ¿Por qué no estaban allí los refuerzos que necesitabais?

Al final Eliäna decide liberar el hechizo en la vanguardia de los muertos para dañarlos y tratar de que no avancen demasiado, así poder ayudar a su gente a huir mientras lo hacía ella también. No tardó en situarse al lado del príncipe para preguntarle:

-Principe Kael'thas ¿ha llegado Elvawen Calmleaf para informarlo de lo acontecido? la hemos enviado de vuelta para avisar de una eventualidad-

La respuesta del príncipe daría mucha información a la elfa para medir como dar la información pues sabía que su opinión y la de su compañero contaría mucho y sin duda la mejor opción visto el frente de los no muertos era abandonar la posición y retroceder hasta encontrar refuerzos de la alianza, la alianza que los estaba abandonando (no la alianza, el mariscal estrecho de miras).