Partida Rol por web

Byron sonríe a la elfa y le pone una mano en el hombro con suavidad.
- No te preocupes, hiciste lo que te parecía correcto, y yo apoyaré tus decisiones mientras sean para bien. Con respecto a la meditación, te lo agradecería. Como rompe-conjuros, debo aprender a controlar la sed, o podría perder la cordura... Estando como estamos, lo último que quiero es hacerte daño, Eliana- cuelga su guja del cinto y se quita el Yelmo, dejando al descubierto los largos mechones rubio-castaños. Sus ojos en estos últimos días habían tomado un enfermizo color púrpura oscuro. Se sentía débil, pero para no preocupar a sus hermanos y hermanas, a su vieja amiga, oculto su cansancio y sacó fuerzas de donde pudo.

De repente escuchasteis de nuevo un sonido que os recordó a tragedia. Venía del cielo ¿serían otra vez aquellas gárgolas?
Echasteis un vistazo desde vuestra posición elevada para comprobar que las fuerzas de la Plaga se estaban moviendo ¡Y a más velocidad de la que os gustaría!

Pero el problema no estaba allí, si no por encima de vuestras cabeza, un grupo de gárgolas habían salido de su escondite cerca del zigurat para sobrevolar vuestra zona, parecía que no se habían conformado con Anyassori y querían más, ¿y si vuestra compañera estaba todavía con vida?¿y si estaba capturada por vuestros enemigos en el zigurat que había colina abajo?

Una cosa estaba clara, si aquellas gárgolas que sobrevolaban el lugar os descubrían tan solo había dos salidas, matarlas o morir, puesto que perder el único puesto de los elfos en aquel lugar sería ejemplo de una derrota en vuestra misión.

-Creo que la meditación aún tendrá que esperar... a distancia soy inútil por lo que creo que deberíamos ponernos bajo techo para que si quieren atacarnos tengan que bajar y así poder devolver los golpes...-

La elfa señalaba hacia el mirador, aunque el techo que podría ofrecer no fuese demasiado amplio seguramente sería suficiente para dos elfos

-Lo mejor será que no nos vean, pero si no es así y conseguimos que desciendan creo que seremos capaces de neutralizarlas. Podremos atacarlas de manera directa además de poder afectarlas con mis capacidades sanadoras que nos ayudarían a nosotros también-

Eliäna se sentía bastante inútil ante enemigos voladores, su formación aunque sea la de una sacerdotisa incluye enseñanzas de los paladines para tomar el camino de los sacerdotes de batalla en lugar de los sacerdotes comunes de las ciudades, ahora se arrepentía ligeramente de no haber tomado como arma el arco en lugar de la maza.

-¿Algún otro plan en lugar de guarecernos?, bueno, o de contingencia en caso de que nos encuentren-

La sacerdotisa no pretendía para nada llevar la voz cantante, pretendía que su compañero opinase y debatiese pero tal vez en este momento simplemente debía decir su opinión mientras se ponían bajo techo y decidir que hacer una vez allí con el tiempo que tuviesen de margen. Que bien les vendrían ahora unos Jinetes de Dragonhawk para capturar y destruir a esas bestias...

-Podríamos echarnos unos arbustos encima- Dice, sarcástico. - En el peor de los casos, puedo lanzar la guja para atacar a distancia... Pero siendo tantas... Opto por escondernos en el mirador... o por los arbustos- mientras habla con su compañera, mira al cielo, algo inquieto, y se vuelve a poner el yelmo de alas rojas.

La elfa recuerda que las gárgolas son criaturas vivas, no tiene conocimiento si estas concretamente lo son pero no puede arriesgarse a curar a los enemigos a los que se enfrentan también por lo que centrará sus curaciones en ellos dos únicamente.

Reflexiona, y finalmente
- Escondamonos, será lo más seguro. En el caso de que nos vean corremos a los árboles. No creo que puedan volar bien entre la espesura- se asegura de tener su guja bien agarrada.

La elfa entró al improvisado observatorio con el objetivo de guarecerse para no ser vista y atacar a las criaturas si estas se daban cuenta de que era una edificación y no un matojo natural, al fin y al cabo tenían que matar/capturar a aquellos seres para evitar que trajesen a los muertos a aquel lugar si eran vistos.

-Recuerda que nuestra misión es mantener este lugar, hasta la llegada de nuestro ejército, protegerlo... en caso de que nos veamos incapaces si será necesaria la huida por entre los arboles como dices pero en mi opinión debemos intentarlo-

La voz de Eliäna era lo suficientemente baja como para que solo su compañero, que estaba a su lado, pudiese oírla. La construcción estaba realizada de manera que se confundiese con la maleza (creo que hice incapié en ello durante su construcción) y la sacerdotisa dudaba que las gárgolas fuesen lo suficientemente inteligentes como para darse cuenta de que no era así de manera natural.

Byron siguió a su compañera al interior del observatorio, y buscó alguna zona con vegetación algo más espesa para él. Sin decir ninguna palabra, hizo un gesto de asentimiento a su compañera para demostrarle que estaba de acuerdo con ella.
De mientras, y por precaución, aferró su guja con firmeza.

De nuevo desde una posición segura, escuchasteis el aleteo de aquellas criaturas místicas que lentamente iban descendiendo. Por los movimientos que hacían parecía que estaban rastreando alguna señal, ¿sería vuestro olor?¿algún elemento que haya quedado a la vista?.

En tierra parecían más torpes, puesto que se movían dando lentos pasos mientras involuntariamente os daban la espalda, no sabíais que era lo que podía pasar, ¿descubrirían vuestro escondite?¿se darían cuenta que aquella estructura era un puesto de observación enemigo?¿o retomarían el vuelo?

La elfa intenta recordar haber si sabe algo de la inteligencia de las gárgolas, para saber si son capaces de distinguir construcciones artificiales, comunicarse con humanoides (los nomuertos)

Le hago un gesto a Eliäna para decirle mi plan. Levanto la guja, hago como que la lanzo y con el otro brazo intento imitar el ala de la gargola, intentando expresarle que podría intentar cortarle las membranas. Luego sigue gesticulando para que ella intente encargarse de la otra.

Eliäna suponiendo que entendía lo que su compañero quería decir asintió y al momento con facciones de duda o pregunta hizo gestos señalando con los dos dedos indices al suelo (en plan ¿ahora?) y esperó a que decidiese cuando lo harían mostrando su arma que era cuerpo a cuerpo (una maza).

Apuntó con cuidado y lanzó la guja con todas sus fuerzas, buscando las alas de la gárgola más alejada de Eliäna.