Partida Rol por web

Terapia de Grupo

Escena 1: El Sanatorio de West London

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27/11/2014, 05:11
Johan Millner

El doctor espera a que todos os sentéis en las sillas para iniciar la sesión. Lentamente comienza a hablar con su voz pausada, grave y melosa mientras va contando los segundos y hace oscilar su reloj que atrae toda vuestra atención. Poco a poco os vais relajando, dejándoos llevar por el tratamiento quedando finalmente en un estado de trance.

Ustedes están tranquilos ahora, relajados, cómodos... es un buen momento para recordar que les ocurrió durante el último sueño. No se preocupen por las cosas malas que ocurran, porque ahora están a salvo. Aquí no les puede pasar nada malo, este es un lugar seguro.
Compartan su experiencia con nosotros...

Notas de juego

Bien, quiero que ahora cada uno escriba un mensaje "Solo para el director" en el que cuenten con sus propias palabras lo que recuerden del sueño. No os preocupéis si no podéis acceder al anterior mensaje que había en la escena cero con el sueño, lo he quitado a posta.

Recordar, enviar el mensaje solo para el director.

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27/11/2014, 07:56
Nikolay Vólkov

En un principio estoy tenso, con las manos sobre mis muslos, apretando con fuerza hasta que mis dedos se ponen blancos... Pero la voz del doctor es suave y su acento germánico es meloso... Casi me recuerda a mi ruso natal... mi ruso natal... Y veo una noche lluviosa...

Llueve... No... Ha llovido. El suelo está mojado. Es de noche. Tengo miedo. Alguien me sigue... No sé si es un ladrón. Londres por la noche es peligroso. Y estoy en una zona poco segura.

Curiosamente, en trance hablo el inglés sin problemas.

Me escondo. Hace frío. Voy abrigado. Lo espero. En un portal. La calle es estrecha. Lo veo pasar. Se detiene cerca. Me busca. Es ruso. Tiene sombrero ruso. Bigote ruso. Cara de ruso. Me han encontrado. Espero. Pienso. No... No me ha visto. Pero me han encontrado. No hay más. Sólo uno.

Me llevo la mano la bolsillo de forma inconsciente, donde tengo el bisturí.

No se puede saber que me han encontrado. Londres es peligroso. Salgo. Rápido. No se lo espera. Le clavo el bisturí en el cuello. Una vez. Dos. Tres. Más. Más. Sangre. No grita. Sopresa. Me mira con ojos muy abiertos. Muere. Mucha sangre. Me voy. Londres puede ser peligroso.

 

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27/11/2014, 23:23
Jack Turner

Jack se relaja lo mejor que puede respirando lenta y profundamente, tratando de controlar su desbocado corazón. Esto se suponía que iba a ser beneficioso para él y sus sueños raros así que... ¿Por qué estaba tan nervioso? Ignorando al resto de las personas que lo acompañaban en la consulta, se dispone a narrar lo poco que recuerda del sueño. 

- Era... Era de noche y yo estaba borracho en un callejón. No soy abstemio pero tampoco suelo, ya sabe, emborracharme hasta caer por los suelos totalmente beodo. - Necesita explicarse, tiene la necesidad de hacerle saber que no es alcohólico como... Como su padre. - Estaba borracho, en el sueño, y me arrastraba por entre las sombras de un callejón. De repente vi o escuché algo y era... Era un animal peludo, blanco. Un conejo. Caminaba por delante de mí y luego... - Trata de recordar el sueño. Era más difícil de lo que creía. - Luego alguien o algo seguía a ese conejo. Creo que estaba armado. No lo recuerdo. ¿Un cuchillo? Seguía al conejo y lo mataba... Pero... Tenía la sensación de que me buscaba a mí o... No lo sé.

Notas de juego

Me cago en Judas, que difícil acordarse después de tanto tiempo. Creo que me he inventado la mitad xD

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28/11/2014, 13:19
Humphrey Arminton

Estoy en un callejon. Escondido. Esperando

Hay una persona entra en el callejon. Ansia, el ansia se apodera de mi, golpeo, el o ella cae.

 

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30/11/2014, 11:48
Gregory Yeats

Gregory tomó asiento y, nada más hacerlo, se relajó. Tal vez fuera por la seguridad que ofrecía el despacho del doctor Millner frente al caos que reinaba en los pasillos del sanatorio, o tal vez porque el alcohol ya hacía mella en la sangre del hombre, se sintió muy cómodo en cuanto el médico empezó a hablar. Sus ojos se fueron cerrando lentamente mientras las suaves palabras le pedían relajación.

El viejo Yeats no pudo oírse, pero su voz empezó a hablar como si fuera un ente independiente de sí mismo. A pesar de estar dormido, en su voz no había rastro de sueño ninguno.

"Es de noche y salgo de la taberna...", empezó a hablar la voz de Gregory, "...y hace frío. Ya es tarde y el dueño ha dicho que quiere cerrar. Dice que bajo ningún concepto va a servirme otra copa más, han sido demasiadas. '¿Habrá otro lugar abierto a estas horas?', me pregunto, y echo a andar haciendo eses, apoyándome de vez en cuando en los sólidos muros que forman las callejuelas por las que me voy adentrando. A ratos cierro los ojos mientras camino, porque estoy cansado, pero el alcohol hace que toda mi cabeza de vueltas y, mareado, abro los párpados rápidamente, intentando fijarme por dónde diablos estoy andando.

De repente, al doblar una esquina, veo a una mujer andar rápidamente. Casi corre, y parece asustada. La sonrío con amabilidad y hago una accidentada reverencia: 'Soy solo un pobre borrachín, de mí no hay que temer', quiero decirla, pero de mi boca no salen palabras. Ella no parece verme ni haber reparado en mi presencia. Sus zapatos resuenan en la adoquinada carretera con un ritmo constante, cada vez más veloz. Me doy la vuelta y, aparte de las enormes sombras que los objetos de la calle forman sobre las pareces de las casas, no parece haber nadie más. Así que me encojo de hombros y continuó mi sinuosa marcha de vuelta a casa; '¿O iba a un bar? no recuerdo...' . De pronto, un ahogado grito de terror rompe la tranquilidad del callejón y me saca toda la borrachera que llevo encima. Como si nunca hubiese estado más sobrio, miro rápidamente hacia todos los lados y apuro el paso por el camino que la dama ha seguido. 'Pero si no la he perdido de vista... ¿dónde se ha metido? estaba aquí mismo...', me pregunto, extrañado.

Mientras ando, me fijo que la vía se ha vuelto muy oscura. Y encharcada. Miro al cielo nocturno, pero no está lloviendo. '¿Qué...?', y me doy cuenta: es sangre. Estoy pisando sangre. Mucha, caliente y roja, poco a poco se va escurriendo por la calle, inundándola toda. Noto como el corazón me late a una velocidad vertiginosa y, tragando saliva, ando unos pocos pasos siguiendo el caudal de muerte, buscando la fuente de donde mana.

No tardo mucho encontrarla: la dama yace en el suelo, inmóvil. Es una visión horrible: su frágil cuerpo se encuentra tirado de cualquier manera, rodeado de sangre, y la parca se ha encargado de ponerle a su bello rostro la expresión más terrible que he visto jamás. Si se pudiera describir el pavor más profundo que todos sentimos, tendría la cara que tiene ahora la mujer muerta. Estoy muy asustado, no sé qué hacer. No sé si huir o tratar de ayudar a un cadáver, a una pobre mujer asesinada. Y mientras lo pienso, la sangre sigue inundándolo todo: mis pies, la calle, como un río. La iluminación de la calle parece disminuir y las sombras se ensanchan, peligrosas, sobre la muerta y sobre mí. Todo se vuelve muy oscuro y siento miedo, mucho miedo. Sin que pueda controlarlo, de mi boca sale un grito: un grito terrorífico, acorde con la cara de la víctima. Y en ese momento, despierto.

 

Notas de juego

EbaN, perdona el retraso, esta semana la he tenido liadísima y me ha sido imposible contestar antes U_U . Espero que mis "recuerdos" del sueño no disten mucho de la realidad, no me acordaba de algunas cosas y lo he adornado con lo que iría sintiendo Gregory U^^

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01/12/2014, 14:12
Lucrecia MacGuffin

La voz del doctor fue como un bálsamo para mis oídos. Sin apenas percatarme de ello, mi cuerpo se rindió a su embrujo y. poco a poco, la reticencia y las reservas que sentía al llegar a aquel lugar, se fueron desvaneciendo. Me encontraba segura, allí mis pesadillas no podrían alcanzarme.

Sin embargo, cuando comenzé con mi relato, un nudo atenazó a mi estómago.

-Recuerdo estar en una calle vacía. Es de noche y la niebla lo cubre casi todo. Siento unos pasos y me asomo a ver quién es. Es una de mis alumnas, sé quién es ella aunque ahora no puedo recordar su rostro -inspiré lentamente para ordenar mis recuerdos. El miedo amenazaba con romper la paz interior que me había proporcionado el doctor Millner, pero sus palabras suaves "adelante, por favor, continúa", lograron contener aquella horrible sensación y transmitirme la seguridad que necesitaba.

-Estoy a punto de llamar a la niña, que me ha tenido preocupada con su ausencia, cuando detecto la presencia de alguien más. El miedo... no, un terror frío me invade. Aquella presencia se manifiesta como un hombre que quiere hacerle daño y yo no puedo impedirlo. Intento gritar, advertirle, pero no sale ningún sonido de mi garganta. Mi cuerpo se encuentra inmovilizado y veo todo como a la distancia, como si aquello lo estuviera viviendo alguien más.

-El hombre la alcanza por detrás y la acuchilla salvajemente mientras lo veo todo con impotencia. Llegado a ese punto es cuando despierto cubierta de sudor y con el corazón desbocado por el miedo.

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07/12/2014, 22:13
Iván

Toda la escena le parece irreal, como un sueño en si mismo, agarra la mano de la señora, insconcientemente se apoya en ella cada vez que un grito lo asusta. De pronto siente que la idea de venir al doctor no fue tan buena... Los doctores son adultos bien vestidos con un maletin lleno de cosas maravillosas, que te pinchan con una aguja pero te lo quitan todo en un momento... esto no es la casa de un doctor, es... es un lugar tan horrible como el horfanato. Lo recuerda y se pone enfermo por momentos, pero mantiene la compostura a duras penas, intentando no temblar.

-I... Ivan señora, me llamo Ivan- le responde a la mujer intentando no llamar demasiado la atencion en el pasillo a nadie, agarrandola la mano con fuerza sin querer.

En la consulta se queda junto a la mujer, le ofrecen asiento pero de momento no se sienta, esta nervioso como un conejo a punto de salir corriendo al ver un zorro.

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07/12/2014, 22:20
Iván

Recuerdo a una mujer que se acerca con un parasol por la calle, muy elegante y bien vestida. En un primer momento no lo pensé pero al repetirse el sueño lo hago, que puede hacer nadie con una sombrilla por la calle en medio de la noche...

Me acerco a ella para pedirle unos peniques, estoy seguro que me dara algo, y la mujer me mira, me sonrie...

La miro entonces a los ojos, y me quedo helado, es mi mamá, una ola de sensaciones dispares y un escalofrio me recorre el cuerpo de arriba abajo, tiemblo, la primera vez corri hacia ella para echarme en sus brazos, las demás ya sabia lo que iba a psar y empiezo a gritar desesperado intentando salvarla, pero nunca llego a tiempo...

Un ser, un demonio oscuro mas oscuro que las propias sombras, al que solo se le ven los ojos rojos como brasas, sale de detrás de ella, la agarra con una mano enorme tan grande como la de un gigante y me mira, enseñandome unos dientes y una boca ardiente como el mismo infierno, se rie mientras ella grita mi nombre y alarga un brazo... y luego la parte en dos apretando el puño... en ese momento siempre despierto gritando y asustando a los demás crios en la casa de la Abuela Agatha.

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08/12/2014, 13:55
Johan Millner

El doctor Johan Millner, que no ha dejado de tomar notas en todo momento, se muestra muy sorprendido. Os comenta que a pesar de que tiene otros grupos de terapia, este es el único que comparte una misma experiencia extrasensorial. Lo considera fascinante y se regocija entusiasmado.
Es todavía más excepcional cuando descubre que no os conocíais previamente y que no compartís círculos sociales.

- Fascinante, todo esto es fascinante. Son ustedes un grupo muy prometedor pero por ahora necesito repasar mis notas e investigar al respecto. ¿Que les parece si nos volvemos a ver dentro de dos días?

 

Notas de juego

La primera sesión de la terapia de grupo ha finalizado aunque podéis comentarle lo que queráis al doctor antes de abandonar este lugar.

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08/12/2014, 14:37
Iván

La angustia de la situación y el recuerdo del sueño, el comprobar que hay gente adulta que ha soñado cosas parecidas... hace que me entre un repentino ataque de tos, me retiro a un rincón y alli toso durante casi un minuto. Vuelvo mi cara y pido disculpas. Miro a los adultos y recupero la poca compostura que puede tener un niño mendigo.

-¿No va a ponernos una inyeccion o darnos algo para curarnos o algo?

Luego se lo piensa mejor, limpiandose con la manga, y formula otra pregunta.

-Señor Doctor, sigue lloviendo y Londres me queda muy lejos, ¿podría llevarme alguien?

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08/12/2014, 19:04
Johan Millner

El doctor sonríe cuando el niño le dirige la palabra.

-¿No va a ponernos una inyeccion o darnos algo para curarnos o algo?

- ¿Es lo que quieres? Porque la gente que habéis visto antes sigue un tratamiento similar a ese, y mirarlos lo bien que están. La medicina moderna esta cambiando, ahora es algo más que encerrar a los enfermos para no tener que preocuparse de ellos.

-Señor Doctor, sigue lloviendo y Londres me queda muy lejos, ¿podría llevarme alguien?

- Tal vez puedas compartir transporte con sus compañeros, sino hay un servicio público de transporte en la carretera. Y si quieres, puedes quedarte en el sanatorio, así podré investigar tus sueños esta misma noche.

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08/12/2014, 20:53
Jack Turner

Todos sus sueños compartían similitudes. Él había olvidado (u omitido de forma inconsciente) parte de su sueño pero la verdad es que todos tenían cierto parecido. ¿A qué se debería eso? ¿Cómo compartirían algo tan íntimo como son los sueños un grupo tan variopinto de personas? Además, el sueño del ruso era inquietante ya que él era el apuñalador...  - Gracias, doctor. Tengo la agenda libre, nos vemos en dos días. - Entonces el muchacho... - Si quieres puedes venir conmigo, zagal. - Se ofrece amablemente. - No tengo transporte pero seguro que encontramos algo por el camino. Incluso podríamos compartirlo con alguien más. - Mira al resto de sus compañeros de tratamiento. - Si gustan... Así compartiríamos gastos.

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09/12/2014, 11:50
Nikolay Vólkov

Al escuchar los sueños del resto me siento terriblemente incómodo. No levanto la mirada de la punta de mis pies, a pesar que mis pupilas se mueven frenéticas. Todos sueñan con una noche lluviosa, y todos son testigos de un crímen... Pero yo soy el único que comete un asesinato.

¿Qué pasa aquí? Estaré equivocado? Lo habré recordado mal? Los voy a matar a todos? La vergüenza me invade y por un instante atraviesa por mi mente la idea de sacar mi arma y matarlos a todos... Pero es una idea absurda, además de tonta y peligrosa. No tiene sentido... ¿Verdad? Ahora todos lo saben. Maldito doctor cabronazo. Debería matarlo a él el primero.

Parece que la terapia a terminado y el sádico del doctor nos envía a casa a que sigamos carcomiéndonos, no ya con nuestros propios fantasmas, sino con los de los demás.

Da... Porr favorr... Prronto volver. Querer que esto parar. No bueno. Malo. Malas cosas pasarr. No gustar noche lluvia. No gustar noche. Hombrre sombrrerro volver. No querrer ver más.

Esta nueva terapia es el colmo del sadismo... No nos meten jaulas en la cabeza ni lavativas, pero esto es jugar con nuestras mentes... Dos días no es mucho...

Asiento a la proposición del marinero.

Buena idea... Volver todos.

No me gusta mucho eso de compartir carruaje con ellos, pero tampoco deseo no ir y que hablen de mí sin estar presente... Y ahorrarme unos chelines siempre va bien.

 

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09/12/2014, 12:26
Gregory Yeats

Gregory se estremeció al darse cuenta de que los sueños de los otros pacientes eran muy parecidos. Casi iguales, pues a excepción de algunos detalles, el trasfondo del sueño era el mismo. "Esto sí que es raro", se dijo a sí mismo, y se dio cuenta de que tenía la garganta seca. "Necesito urgentemente un trago", sin embargo, el pudor por hacerlo delante de todos le impidió sacarse la petaquita. "Ya conocen los turbios sueños que tengo. Mejor que no sepan que además me gusta empinar el codo".

El doctor les despidió hasta dentro de dos días, y mientras se levantaban, Gregory miró al resto del grupo. Al llegar su mirada al hombre eslavo, sus ojos se detuvieron con recelo un momento más, pues en su sueño él era el asesino... Y rápidamente desechó esos pensamientos: los sueños, sueños eran. Por más que Gregory y su familia miraron en los periódicos en días anteriores al día en el que estaban, no fueron capaces de encontrar ni una sola noticia sobre el asesinato del sueño; todo era fruto de su mente maltrecha, y la desdicha había querido que el tal Volkov soñase que asesinaba a gente cada noche. "Pobre diablo", se compadeció Gregory.

- ¡Vaya! Pues esta es la primera sesión del camino a nuestra curación -según pasaba el tiempo, los pequeños traguitos que le había dado a su bebida se iban transformando en un dicharachero optimismo- De aquí a no mucho estaremos durmiendo como marmotas, ¿eh? -dijo para quitarle hierro al asunto, y le guiñó un ojo al niño.

Ante la proposición de Jack Turner, se unió a Nikolay Volkov:

- Si hay hueco para un pobre viejo, gustosamente compartiré transporte con ustedes -no le importaba andar, a pesar de que estuviese lloviendo a cántaros, pero por el momento ya habían sido suficientes emociones para ese día.

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15/12/2014, 16:10
Director

Nadie tenía intención de querer alargar la situación así que abandonasteis el despacho del doctor Millner de vuelta a la sala de espera donde estaban vuestras pertenencias. La sala se había enfriado al no quedar nadie allí pero os servía de aviso a lo que os ibais a encontrar fuera del sanatorio donde el frío clima de Londres os esperaba.

En dos días os volveríais a ver aquí mismo, y tal vez el doctor ya tuviera una solución a vuestro problema.

Notas de juego

Salvo que queráis hacer algo en concreto antes de la próxima reunión podéis usar vuestras escenas personales o si queréis quedar entre vosotros podéis usar esta escena.

Si estos días buscáis en los periódicos alguna noticia sobre lo que habéis visto en sueños no encontraréis nada.

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16/12/2014, 12:47
Nikolay Vólkov

Durante el camino de vuelta rebusco en mis bolsillos, con cierta inseguridad, como si fuera un oso con chaqueta, hasta que se me dibuja una ligera sonrisa al encontrar lo que busco.

Saco unas tarjetas algo arrugadas (e incluso alguna tiene pequeñas manchas de incierto orígen).

Tomarr...

Digo a la vez que las alargo a mis vecinos de carruaje.

Quisás poderr verr... Si querrerr...

Añado, algo tímido, temeroso del rechazo de mis compañeros de terapia. Al menos ellos son testigos. Yo soy un asesino.

Podría serlo... Podría matarlos a todos aquí dentro. Luego al cochero y dejar el carruaje en un bosuqe... Primero mataría al marinero, que parece le más fuerte... El resto serían pan comido... Qué cosas tienes, Nikolai. Ya lo saben, y no parece importarles... Son enfermos... Enfermos como tú... Ya los oiste... No son lo que crees... Tranquilo...

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16/12/2014, 14:46
Lucrecia MacGuffin

Escuchar aquellos relatos me había estremecido y aliviado por igual. El temor, producto de los relatos de aquellos hombres y el pequeño Ivan, me había puesto la piel de gallina. Sin embargo, saber que ellos también sufrían de la misma aflicción que yo me dejaba un poco más tranquila. Era inquietante que todos soñáramos parecido, pero aquello me daba la pauta de que no estaba volviéndome loca.

La mayor parte del viaje de regreso permanecí en silencio. No me sentía del todo cómoda viajando sola con cuatro hombres desconocidos, pero la necesidad de velar porque Ivan llegara bien a su residencia y la necesidad de compartir un poco de tiempo más con mis compañeros de infortunio me hicieron aceptar la propuesta de compartir carruaje.

-Gracias caballero -tomé la tarjeta que me tendía Nikolay y la guardé en mi pequeño bolso-. Yo... no estoy segura si es buena idea de que volvamos a vernos antes de la próxima reunión con el doctor. No quisiera afectar al tratamiento. Sin embargo... si ustedes desean, mañana por la tarde podríamos reunirnos en alguna casa de té. Tal vez conociéndonos un poco mejor, en un ambiente menos opresivo, nos ilumine acerca de por qué compartimos sueños tan parecidos -avergonzada, bajé la mirada y apreté nerviosamente mis manos. Era todo un atrevimiento de mi parte ofrecer aquella invitación a cuatro hombres adultos siendo soltera, pero aquel sueño y el malestar que me causaba podía más que el decoro y el temor al "que dirán". Si conocer mejor a aquellas personas me evitaban otra noche de pesadilla, gustosa aceptaría los chismes que mi proceder pudieran generar.

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16/12/2014, 21:07
Jack Turner

Al final habían aceptado su oferta y compartieron coche hasta la City. ¡Buen comienzo! - Esto.. gracias. - Acepta la tarjeta que le ofrece el caballero de raro acento. ¿Nikolay? - Le pido disculpas, no puedo devolverle el gesto con una tarjeta propia ya que no soy un hombre de negocios. - Se guarda la tarjeta en un bolsillo interior de la chaqueta. - Gracias igualmente. - Había oído el relato de sus compañeros y aquel hombre parecía el más perturbado. ¿Intentaría atacarles dentro del coche? Lo primordial era proteger a la señorita MacGuffin y a Iván. Con esos lúgubres pensamientos Jack se pasa gran parte del viaje en tensión...

Logra evadir un poco de esa tensión cuando escucha el ofrecimiento de la señorita. - ¡Sí! - Demasiado efusivo, Jack estruja la gorra entre sus manos y trata de rebajar el tono. - Ehem... Disculpen... Sí, es una gran idea señorita MacGuffin. Tengo la tarde libre y me parece una idea estupenda para conocernos mejor. Además, no creo que interfiera en la terapia ya que el doctor no nos indicó nada al respecto. - Así compartirían además los sueños que seguramente tuvieran esta misma noche. ¿Volvería a soñar con el conejo blanco?

Notas de juego

Niko, tronco, tu sueño ha dado un mal rollo tremendo xD

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17/12/2014, 05:37
Iván

Ivan escucha las palabras amables del marino, pero el hombre sigue intimidándolo, sólo cuando la mujer se ofrece a viajar con ellos, sonríe a los demás y acepta acompañarlos... de todos modos es la única forma que tiene de salir de allí sin pasarse una hora bajo la lluvia.

En el carruaje se sienta junto a la mujer y frente al marino, mirándolo directamente. Nunca ha sentido necesidad de una figura paternal, pero su mente divaga, imaginando que ese señor de voz atronadora es su papá, con una gorra parecida a la suya, y que la mujer cuida de él. Involuntariamente se abraza a la mujer para buscar calor y evitar asustarse, con la inocencia que sólo un niño puede tener. y se pasa todo el camino sin hablar, sólo lanzando miradas curiosas al resto del pasaje.

Mira al eslavo y al borrachín. El hombre de acento extraño ha soñado que es un asesino, eso debería intimidarlo, pero ha visto muchos horrores en su corta vida, lo estudia con una mirada nada disimulada, no, este señor no mataría una mosca, él ha conocido a gente peligrosa de verdad. Espera no equivocarse.

Respecto al borracho, se nota su nerviosismo, y que está deseando tomar un trago. Los conoce bien, sabe que este hombre pertenece a la Calle, como él, pero no es el lugar adecuado para comentarlo delante de gente que no entendería nada. Anota mentalmente fijarse en los mendigos de la ciudad, por si encontrara al tipo entre ellos, siempre es bueno conocer a alguien más en las calles.

Cuando el carruaje llega a Londres, es el primero en salir del habitáculo y les dirige la palabra a los presentes, ya más calmado:

-Muchas gracias por el viaje, señores... señora... los veré en el horfanato del Doctor dentro de dos días.

Sonríe a todos y sale corriendo para perderse en las calles, necesita alejarse de este extraño episodio por ahora... además se ha llevado la taza de té y la cuchara de plata con que le sirvieron y no quiere que se den cuenta. Seguro que la Abuela Agatha lo recompensa con un buen trozo de pastel.

Notas de juego

estos dos días los pasaré golfeando haciendo vida normal, esperando no volver a soñar con nadie, expectante ante la nueva sesión con este grupo tan dispar y el enigmático Doctor.

master me he tomado la libertad de suponer que saco las tiradas de robar ya que sólo es un detalle cosmético, si hay que tirarlas o algo dimelo

maese estoy suponiendo que tu pj es un bonachón, o al menos esa es la impresión que me da a mí, pero claro, podria equivocarme :P

 

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17/12/2014, 11:03
Nikolay Vólkov

Le devuelvo una sonrisa al marino cuando me dice que no puede devolverme su tarjeta. Es un pobre hombre que no puede permitirse ni tener una tarjeta. Me da cierta lástima... O bien oculta algo... Aunque sería demasiado obvio...

Da. No prreocopar... Grran plaserr.

Asiento con énfasis a las palabras de la señorita y noto como me sube la sangre hasta las orejas.

Clarro... Té ser buena idea.

Acierto a contestar, aunque quizás no fuera la frase más apropiada. Justo después me percato de la respuesta algo exagerada del marino, como si tuviera un interés romántico por la dama.

En ese caso razón doble para ir. A saber si es un perturbado o algo así este marino...

Porr desgrrasia no conoserr casa té... Segurro que seniorrita McGuffin saberr indicarr buena casa...

Parece que ya hemos llegado al final del trayecto y el chiquillo, que ha estado todo el rato muy atento a todos nosotros se dispone a salir. Antes de que salte del coche lo retengo del brazo.

Tenerr cuidado. Calles pelogrrosas.

Murmuro, verdaderamente preocupado por el chiquillo.

 

 

Notas de juego

marinero... Los sueños, sueños son!! ;-DD

Y sí, Ivan, me parece muy correcto que me veas como un grandullón bonachón.  :-)