Partida Rol por web

Terapia de Grupo

Escena 1: El Sanatorio de West London

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17/12/2014, 11:30
Gregory Yeats

A pesar de que antes de subir al carruaje que les llevaría de vuelta a Londres, Gregory había conseguido ocultarse para dar un pequeño trago a su petaca, pero una vez dentro se moría por dar rienda suelta a su terrible adicción. Notaba la garganta seca y el paladar pastoso, y se revolvía incómodo en el asiento mientras disimulaba su "mono" con sonrisas forzadas. Disfrutaba de la compañía de los otros miembros de la terapia (a pesar de sus extraños sueños, todos parecían ser agradables), pero estaba deseando llegar a la intimidad de su hogar o del anonimato de un bar para beber hasta perder el sentido. 

Gregory alargó una temblorosa mano cuando Nikolay le tendió su tarjeta y, al darse cuenta de su nerviosismo, guardó la misma con rapidez y demasiada brusquedad.

- Gracias, señor Volkov -dijo, forzando una vez más la sonrisa ante su rudeza. Y para justificarse añadió- Vaya día... creo que dormir mal me está afectando, cada vez me siento más cansado, je je -y volvió a bajar la mirada concentrándola en sus nerviosas manos. "¡Hablas demasiado de cosas que a nadie le importan, patán!", se riñó a sí mismo, "Si tuviese una copita aquí mismo no estaría diciendo tantas tonterías, y mantendría una conversación totalmente natural... ¡qué ganas de beber tengo!", pensó con penuria.

En ese momento, la señorita MacGuffin sugirió encontrarse al día siguiente para hablar. A Gregory al principio no le hizo mucha ilusión: tenía miedo de que le pasase como en ese momento, que sus ganas de beber le hiciesen parecer un tipo algo desquiciado. Pero comprendió la idea de la mujer sobre que charlar con sus compañeros de grupo podía ser muy útil para su recuperación.

- Eh... yo... mañana también tengo la tarde libre -mintió. Podía pedirle al dueño de la librería donde trabajaba que le dejara la tarde libre a cambio de echar más horas otro día. Tanto tiempo en el trabajo tal vez le distrajera del alcohol: cuando estaba entre libros, su gran pasión, se le olvidaba un poco su sed-. Así que digan hora y lugar y allí estaré -dijo amablemente. Cuando el niño abandonó el carruaje, se despidió de él con simpatía- ¡Hasta dentro de dos días, chaval!

 

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31/12/2014, 22:18
Lucrecia MacGuffin

Sentí una punzada de preocupación por Iván cuando abandonó el coche. Me hubiera gustado saber donde vivía, en qué circunstancias, qué clase de educación estaba recibiendo. Pero no podía hacer nada. No tenía ningún parentezco con él y no hubiera sido de buen gusto que lo fuera a buscar para que asistiera a tomar el té con los demás si el chico no quería venir.

Sin embargo, los adultos parecían encantados con la idea de seguir debatiendo por nuestra cuenta aquel asunto tan extraño de los sueños. -Conozco una casa de té modesta pero con muy buen servicio no muy lejos del corazón de la ciudad. Deberíamos quedar a las 4 de la tarde, cuando todavía no hay mucha gente.

No sería lo habitual reunirnos a aquella hora, pero seguramente tendríamos un ambiente más tranquilo, sin demasiada gente sobre la cual llamar la atención, ni voces molestas que nos impidieran conversar con tranquilidad.

-Hasta mañana... ha sido un gusto
-me despedí cuando el coche llegó a la casa de mis señores y me apeé con cuidado. La niebla londinense ya cubría las calles y no quería terminar con un esguince en el tobillo por culpa de una imprudencia.

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01/01/2015, 21:36
Nikolay Vólkov

Asiento mecánicamente cuando nos cita en una casa de te, pero cuando la veo descender me alarmo un punto y miro al resto de los ocupantes del carruaje. No quiero parecer descarado, pero tampoco quiere ser descortés.

Eeeh... Esperar, señora... No... No ser adecuado que irr sola calle. Nikolay poder acompañar dos calles... Sólo parra ver que todo vien*. Irr vien darr poco de airre. Prroponer a cavallerros haser mismo.

Con lo cual es mi deseo hacer justamente eso, acompañar a la dama un tramo, en tímido silencio, con la compañía que se quiera unir, para luego despedirme de todos hasta la cita del te.

Notas de juego

* lo pongo así para que suene más eslavo... 

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02/01/2015, 18:07
Director

La institutriz sonríe ante el ofrecimiento del señor Vólkov pero el carruaje la ha dejado en la puerta de su vivienda y hace lo mismo con el resto de los pasajeros, o al menos os deja cerca de vuestra vivienda. Al pagar el precio del carruaje entre todos el gasto no es tan grande e incluso hay alguno que ha salido ganando.

Sin embargo esa noche todos tenéis de nuevo el mismo sueño. Una solitaria calle de Londres cubierta por la niebla nocturna y apenas iluminada por la luz de gas. Una persona que camina asustada huyendo de algo o alguien, y de pronto cae al suelo sin vida donde su sangre se mezcla con el barro y la humedad del suelo.

Notas de juego

Todos perdéis un punto de cordura por la terrible visión, tranquilos que ya me encargo yo de retirarlo.

Asumo que todos os volvéis a reunir al día siguiente en el salón de té que se ha propuesto. Si alguno no quiere acudir solo tiene que comentarlo por y lo retiro de la nueva escena en juego.