Me mantengo en un segundo plano, intentando pasar desapercibido ante la autoridad.
Seguro que en el centro hay algún chalado que pasaba más rato con él que los demás... Quizás ese puede saber algo... Espera que se vaya el inspector y pregúntale a Melvin...
Observo como Humprey se adelanta para recoger la tarjeta del inspector cuando se decide a despedirnos. Aquel hombre ha hecho unas cuantas preguntas a las que hemos dado respuesta sin problema. Pero no se me escapa que ha pasado por alto la pregunta que el pequeño Iván ha hecho.
Tal vez al hacer la pregunta el muchacho no la ha tomado en serio. O puede que, como muchos policías, este también sea amigo de hacer muchas preguntas pero no responder a las de los demás. Si al menos uno de nosotros hubiera repetido la pregunta del muchacho, por si acaso...
Eran reflexiones inútiles, pues el inspector Shaw hacía unos instantes que ya había abandonado la habitación. Parece que por ahora el resto de la investigación quedaba en nuestras manos.
-Y bien, señores, parece que es nuestro turno. Si queremos saber algo más sobre nuestro problema, parece importante tratar de averiguar más cosas sobre ese tal Rupert Grant, el fallecido de los ojos azules. ¿Alguna idea?
Había que ponerse en marcha, y toda aportación era bienvenida. Había notado al señor Vólkov bastante callado ante el inspector. Tal vez haya tenido malas experiencias antes con la policía, tampoco sería nada extraño. Espero que ahora que volvemos a estar en confianza, entre los compañeros de la terapia de grupo, se anime de nuevo a colaborar.
Solo con oír acerca de aquel enfermo de ojos azules, el joven Iván se sentía abrumado, al recordar el episodio que vivió aquel día, cuando sufrió el ataque de ese enfermo. No obstante, ahora parecía que estaba muerto.
Se refugió, nuevamente, tras Nikolay y el señor Yeats, con quién guardaba cierta afinidad, a la vez que se sentía más protegido entre sus nuevos amigos.
La idea de investigar sobre ese tal Rupert Grant parecía lo más acertado, si bien, el joven se había percatado de que el inspector Shaw había ignorado su pregunta, acerca de como localizar a ese hombre. Sabía que, de alguna forma, en la policía o en el mismo sanatorio, podrían tener los datos de dicho señor o de sus familiares. Aunque también pensaba que le podían haber ignorado debido a su edad.
Permaneció callado, junto a sus amigos, esperando las divagaciones del resto de "enfermos", como él. Si llegaban a algo claro, Iván les seguiría en la investigación.
Abandonáis el sanatorio precipitadamente. Tenéis ganas de salir de este lugar, y mejor coger el coche de caballos que volver andando. Afuera os encontráis con una asustada señorita MacGuffin, que pese a todo se alegra de veros y se acerca hasta la posición de Iván para darle un gran beso en los mofletes. Tan solo Gregory Yeats se ha quedado ingresado en el sanatorio, no tiene fuerzas para salir de aquí pero espera volver a reunirse con vosotros en una futura sesión de esta "Terapia de grupo".
Fin de la escena.