Partida Rol por web

El local se encuentra en su apogeo con todas las mesas ocupadas y la gente pegada a la barra. Hay gente a la espera de que se vacíe una mesa para sentarse. La mesa donde estaba sentada la pareja de pronto se encuentra compartida con otra pareja más, sin duda son desconocidos que solamente comparten el espacio físico de la mesa para sostener sus bebidas mientras tienen conversaciones diferentes, quien sabe de que estarán hablando.

El dueño del local se vuelve a pasar con la nueva ronda que ha pedido Nikolay pero no rellena los vasos hasta que recibe el dinero. A estas horas y con tanta gente no sería extraño que alguien se fuera sin pagar. En esta ocasión solo os sirve las bebidas, hay mucho trabajo como para acompañarlo de algo más. Aunque hay actividad en la cocina y podéis ver como algunas personas están tomando sopa caliente en vasos.

Me sentí un poco incómoda cuando las copas comenzaron a correr. Si bien en todos los círculos había algunos hombres más aficionados a la bebida que otros, a aquellos apenas los conocía y si bien parecían hombres de bien, no podía confiar en ellos. Aún no.

Viendo que poco más podíamos sacar en claro de aquella reunión (salvo que todos habíamos comenzado a soñar con el crimen el mismo día y que todos éramos seres racionales, nada parecía unirnos), decidí que era hora de volver a casa.

-Si me disculpan, caballeros... se ha hecho tarde y debo dejar su compañía. Gracias por la velada, hasta la próxima sesión con el Dr.

Discretamente saludé a los presentes y salí del local en busca de un coche que pudiera llevarme a la casa de mis patrones. Con suerte, aquella noche las pesadillas me dejarían en paz.

Los vasos chocan y por un momento me siento feliz. El alochol entra golete abajo de un trago y coloc el vaso sobre la mesa, boca abajo, con un sonoro golpe. Después chasqueo la lengua, de puro placer.

En cuanto a señora anuncia que va a marcharse me apresuro a ponerme de pie, con cierta torpeza, no ya por la bebida, que tampoco he bebido mucho, sino como fruto de una timidez natural.

Seniorrra...

Acierto a decir.

Las mesas se van vaciando y otras personas ocupan su lugar. Os percatáis del cambio de clientela del local, la gente de bien parece haber desaparecido y los que se ven ahora os dan bastante que pensar.

El sentido común os dice que sería mejor abandonar el local, no parece ser el mejor lugar para cogerse una borrachera. Y este os pilla a todos lejos de casa.

La señorita MacGuffin se retira del local cuando empieza a correr el alcohol tanto en la mesa de nuestros protagonistas como en las demás mesas que ocupan el local. A Jack no le extraña, ha convivido con borrachuzos de primera y no es agradable su compañía. - Buenas noches, señorita MacGuffin. Que sus sueños sean bondadosos y su descanso placentero. - No tenía intención de emborracharse, menos aún en un lugar tan alejado de sus "dominios" pero un par de copitas no se las quitaba nadie. ¡Además! No se conoce mejor a una persona que cuando está beoda. - Es una verdadera lástima que a una dama tan gentil como la señorita MacGuffin se vea arrastrada al mismo oscuro lugar que unos "caballeros" tan pintorescos como nosotros. - Ninguno de ellos tenía buena pinta, eso estaba claro. Los sueños que describieron, sus orígenes tenebrosos, su alcoholismo... Todos se parecían más de lo que pudieran admitir; todos se merecían cualquier cosa que les pasara. Todos salvo MacGuffin. Levanta su bebida y propone un brindis. - Por las malas compañías, las bebidas nocivas y las noches sin sueños.

¿Qué oscuro secreto ocultarían todos ellos?