Partida Rol por web

The Chronicles of Vandal & Enchantress

02. Resistencia

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26/05/2020, 20:34
Enchantress

Aniisha miró con odio a su asesino. Las amenazas servían de poco, y estaba dispuesta a matar a aquella mujer que estaba perdida en su interior. Ya estaba muerta, así que le daba lo mismo extinguirse completamente, al igual que lo hacía el Sol al final de cada día.

Pero el otro hombre, en cambio, habló… sabiamente, recordándole lo que era, aquello que defendía. No deseaba matar; nunca había pensado en hacerlo. Pero su vida, cruelmente truncada, estaba clavada en su alma como un puñal que no podía arrancarse. Deseaba continuar experimentando y sintiendo, a pesar de cuanto había perdido.

¿Otro cuerpo?

Sabía de aquella orden, pero no creía demasiado en ello, y aún así, estaba ofreciéndole una alternativa.

Aniisha lo miró.

-Está bien, acepto. No le haré nada al alma de Encantadora, como la llamáis, y a cambio, me llevaréis hasta el refugio de la orden para transmutar mi alma. Nada más pido que volver a caminar por esta tierra.

Aniisha cerró los ojos. Su energía también se consumía, porque ambas, ella y Encantadora, luchaban por sobresalir.

-Si aceptáis, descansaré y permitiré a Encantadora salir. Recuperaré fuerzas y cuando ella necesite descanso, ocuparé su lugar. Ese es el trato.  Si no, esto acaba aquí y ahora. Sí, “Vandal”, antes de que pudieras hacer nada, haría explotar su alma y la mía a la vez, y ningún corazón que trajeses lograría recuperarla, puesto que ya no habría nada que encontrar. Así que decide pronto.

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29/05/2020, 18:46
Hath-Set

Amanda Waller no se diferenciaba demasiado de mí por las palabras de Klarn. Solo que ella ansiaba el poder sobre todas las cosas y yo aprendí a controlarlo de otra manera: hasta que llegó Encantadora.

- No me importaba su promesa. Salir de la celda, de aquella cárcel era suficiente para logra mi libertad. Y cuando me implantaron aquella nanobomba me dieron la libertad plena que necesitaba. Con estallar en mil pedazos sería libre, libre de regenerarme de nuevo, libre de ARGUS y de su cárcel.

» Su plan reclutándome, me dio la libertad que necesitaba para huir de ellos y saber a que atenerme. - Sonreí con aquella arrogancia tan característica en mí. - Pero nadie me habló de aquella diosa y lo que ocurrió entre ambos, nuestros planes, nuestra manera de pensar... mi descendencia. - Miré a mis hijos, sin duda hijos de dioses. Llevaba demasiados años buscando un linaje perfecto y en 52000 años de vida solo había reconocido a Scandal como mi propia hija a pesar de tener más descendientes míos por diferentes puntos del mundo.

- No Klarn. Olvidas que son simples mortales. - La soberbia volvió a mí cuando reclamó el derecho a la vida de aquella mujer. - Nadie la pidió que nos trajese a este mundo. No nos consultó. No se molestó en ver a quienes traía. Solo jugó con su... ¿magia? y un simple mortal jamás estará por encima de mi diosa, de mis hijos ni de mi mismo.

Y entonces la mujer despertó. - Pero no olvides nunca que las almas son inmortales, sobre todo las de los dioses y yo se donde buscar la de Encantadora si la pierdo. - No olvidaba aquella visión. No la olvidaría nunca y bajaría al mismo Infierno a rescatarla si era preciso.

Y guardé silencio. Yo me había vuelto más visceral de golpe por todo lo que sentía por Encantadora y nuestros hijos, en cambio Klarn, mi enemigo de toda mi existencia, había adquirido sabiduría, paciencia y saber estar y sus palabras llegaron incluso a convencerme a mí.

- ¿Renunciarías con ese suicido a reunirte con tus dioses y con Tek cuando este muera, ya sea en mis manos, en las de Ra o de viejo? - Pregunté con curiosidad a la mujer. El sacrificio era demasiado grande para ella simplemente para hacerme daño. - Además, no se para que me preguntas a mí nada. Él te ha ofrecido el trato y tú lo has aceptado. Tus amenazas sobran ya y mi opinión está de más. ¿O también vas a incumplir la palabra que acabas de darle a quien quiere ayudarte y que no gana nada con todo esto?

»Yo seré un asesino, no lo negaré nunca. Han sido más de 52.000 años de vida quitando vidas, pero al menos cuando doy mi palabra la cumplo. ¿Y tú? ¿O te vas a retractar ahora?

Y así era. Si decía que alzaría a un mendigo al poder, lo hacía... otra cosa era que le asesinase tiempo después para conseguir mi propósito de iniciar una guerra entre los mortales. Pero cumplía mi palabra. - Yo solo te puedo decir que si te comportas, me comportaré y si me buscas, me encontrarás. Y esa es mi palabra.

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05/06/2020, 11:47
Klarn

Tal y como Klarn había supuesto, unirse a aquel grupo había sido únicamente una estratagema para escapar de su celda. Muchos hablaban siempre de complicadas formas de huir de prisión, pero olvidaban que las más sencillas de todas eran siempre tener un as en la manga, algo que les permitiera a otros verte de utilidad y luchar por uno, aun cuando nadie más pudiese o quisiera hacerlo.

Además, la capacidad de regeneración hacía que incluso en el peor de los casos, nada perdiese, salvo el tiempo.

-Fue muy inteligente por tu parte, viejo amigo. Lo cierto es que nunca han sabido valorar al enemigo que tenían delante, pero eso es algo que ya sabes, ¿verdad? –le dijo Klarn, mientras continuaba escuchando una historia que le estaba resultando fascinante, sobre todo en lo que se refería al encuentro entre ambos, Vandar y la mujer

Era todo demasiado fascinante para dejarlo pasar y la manera que tenía su amigo de contarlo todo, añadiendo esa nada sutil pizca de arrogancia, lo hacía todo mucho más divertido.

Pero mientras eso ocurría, la mujer despertaba y añadía un nuevo conflicto. Aniisha, esa sacerdotisa, estaba demostrando ser mucho más de lo que aparentaba en un principio. Por mucho que Vandar le dijese que sabría encontrarla, Klarn no estaba nada seguro de que así fuese, pero lo dejó hacer y no comentó nada. No era su jugada, sino la de él.

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05/06/2020, 11:55
Enchantress

La mujer pareció escuchar con atención a Vandar pero su sonrisa no presagiaba nada bueno. No obstante, no dudó en responderle.

-Ahora mismo, solo importo yo. He descubierto mucho más aquí dentro de lo que pensaba que había cuando estaba allí fuera, con todos vosotros. Tek… ya no me importa. Ni siquiera Ra me parece ahora otra cosa que no sea insignificante. Pero Encantadora… ella sí que tiene valor, porque es mucho más que yo, que tú y todos vosotros, y que cualquiera. Es una diosa… y por tanto, YO soy una diosa.

Encantadora / Aniisha se puso en pie, pero no a la manera normal, sino levitando, como si una fuerza misteriosa la elevase por encima del suelo, hasta enderezarla y depositarla completamente vertical.

-Puedo matarla si quiero, pues está muy débil. Puedo esconderla para que jamás la encuentres. Puedo hacer muchas cosas que antes no podía y que jamás imaginé, pero no te la quitaré. Ella vendrá ahora, pero tú… tendrás que buscarme un cuerpo para mí, alguien de mi agrado, para usarlo y con él, demostrarles a todos que yo también, desde ahora, soy una diosa. Harás eso… y Encantadora estará a tu lado para siempre.

Antes de que Vandar o Klarn pudiesen decir nada, los ojos de Encantadora se volvieron sobre sí mismos, tornándose blancos y después, recuperando su color natural. Encantadora había regresado y su cuerpo no tardó en notarlo, puesto que cayó al suelo, falto de fuerzas.

-Estoy aquí… pero no sé durante cuánto tiempo –te dijo, antes de buscar con la mirada a su alrededor -. Nuestros hijos. Entrégamelos para que los alimente. Ellos deben prevalecer.

El rostro de Encantadora estaba ligeramente demacrado, pero la determinación de su mirada no dejaba lugar a dudas sobre lo que quería y necesitaba. Todo era poco para mantener su descendencia a salvo, a costa de lo que fuese.

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13/06/2020, 19:58
Hath-Set

- Dolorosa, pero sin duda me regalaron mi libertad sin saberlo. Si quise quedarme fue por R'as al Ghul. - Sí, todas las muertes, todas las heridas que recibía dolían. Había aprendido a aguantar el dolor y tenía una resistencia superior a cualquier humano, con o sin poderes frente al mismo, pero aún así, dolía. Y explotar en mil pedazos... no era precisamente agradable, aunque solamente fuese una fracción de segundo.

Pero nuestras palabras se esfumaron ante la presencia de tan indeseable mujer, la cual nos mostró sus cartas. La observé incrédulo cuendo comenzó a hablar así. ¿Una diosa? No podía ser... ella era mortal. El cuerpo de Juno también... ¿Qué había salido mal? De poder pasarse el poder de Encantadora a un parásito como era Aniisha me lo habría advertido al menos.

Y cuando la vi levitar y la escuché renegar del hombre al que amaba, lo entendí todo. Se había convertido en lo mismo que Encantadora y que yo. En un ser arrogante, soberbio y orgulloso. El problema era que yo sabía que no tenía poder suficiente como para matar a Encanadora, ella era superior a mí. Mis dones no solo se concentraban en la inmortalidad, habían más cosas, como mi fuerza y destreza, mi inteligencia alteradas, mi regeneración, mis conocimientos sobre la magia, los milenios de experiencia acumulados en mi cabeza...

La sed de poder la consumía y escuché con desagrado sus amenazas y peticiones. Pero no me iba a rendir ante ella. No iba a permitir que le hiciese daño a mi diosa ni me arrodillaría ante semejante ser. No podía liberar a alguien más poderoso que yo sobre una tierra donde podría terminar muerto. Definitivamente muerto.

Ya era suficiente con Ra.

Y cuando Encantadora cayó, me arrodillé ante ella y la recogí en mis brazos. Retiré con cuiado el pelo de su rostro. - Tranquila. Deberías descansar... se que hay una lucha interna dentro de ti, coge fuerzas, mi diosa. - Le dije a Encantadora acariciando su rostro y besando su frente. Pero su voz, su mirada. Sabía que haría cualquier cosa por nuestros hijos. Incluso morir por ellos por lo que parecía.

Le hice un gesto con la cabeza a Klarn, para que nos trajese a uno de ellos y me acomodé en la espalda de mi diosa, rodeando su cuerpo con mis brazos. - No te esfuerces. Yo te ayudaré a sostenerlo. - Le dije con dulzura al oído, mientras mi viejo enemigo, ahora aliado, nos entregaba a uno de los pequeños. - Y no te preocupes por él ni por su mujer, por ahora son los únicos en los que podemos empezar a confiar. - Añadí para que no se cegase de golpe con él y acabase con su vida por tocar a uno de nuestros pequeños dioses.

Luego miré a Klarn. Aniisha se había convertido en un problema mayor que Ra. Debía encontrar una manera de vencerla... quizás engañándola. Pero para eso debía contar con el apoyo de mi enemigo y de aquellas mujeres de las que nos habló. Algo que no sabía si podría llegar a obtener... porque el cebo lo tenía claro. ¿Quién mejor que la sana y hermosa guerrera esposa de Klarn para "entregrársela" a Aniisha?

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01/08/2020, 19:09
DIRECTORA

El tiempo en Midian, bajo el suelo de aquel mundo nuevo y diferente, no podía medirse de la misma forma en que lo acían los que vivían en su superficie. Arriba todo era luz y arena, agua y comida, esperanza... pero también dominación. Allí abajo, la libertad podía encontrarse en cada rincón, en cada piedra, pero había que luchar constantemente por ella, para retenerla, porque todos deseaban ir hacia la luz.

La luz era la promesa de una vida mejor, pero también, como Icarus, la muerte segura. ¿Merecía la pena vivir envuelto en las sombras, alumbrándose únicamente con antorchas y promesas, antes que respirar una sola vez aire fresco y sentir el calor del Sol?

Todos los que allí habitaban, no pensaban de la misma manera.

Por un lado, nada de todo aquello le importaba a Vandal y Encantadora, eso seguro, pero dada su situación, todo era importante. Su muerte podía producirse en cualquier momento, pero no solo eso, también la de su linaje y con ello, su futuro. Por vez primera, el futuro estaba en peligro.

Mientras Encantadora y Vandal luchaban contra Aniisha y sus impulsos, era el momento de decidir. Klarn miró a lo lejos, viendo el largo desfile de sabios que se dirigían hacia una reunión del consejo, "la reunión". Kytet pasó justo por delante y Klarn lo agarró del brazo.

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01/08/2020, 19:26
Klarn

Ver el enfrentamiento que mi viejo amigo tenía con su diosa, resultaba extraño. Hubiera sido divertido, en otra época, poder ser testigo de su sufrimiento, pero en aquellos instantes, no lo era en absoluto. Aquel tiempo había pasado y yo solo deseaba paz y tranquilidad, y un final para mi vida mejor del que hubiera esperado.

Pero al ver que la reunión iba a tener lugar, me temí lo peor. No podía permanecer impasible ante la destrucción de los que había llegado a considerar como mis propios hermanos, así que salí de la cueva y al ver a Kytet, lo detuve.

-Es demasiado pronto -le dije, sabiendo que él mismo tampoco podía evitarlo -. Ellos pueden ayudarnos, lo sé, pero no todavía. Necesitamos tiempo.

Yo sabía, antes de que me respondiera, que cuando el consejo se reunía, la decisión estaba ya tomada, pero aún así, ni siquiera ellos podían negarle el derecho a hablar y por tanto, el voto podía cambiar.

Aún disponía de una oportunidad.

Así que me volví hacia Vandal.

-Debo irme. La mayoría quiere salir y enfrentarse directamente con Ra, pero será una masacre. Debo detenerlos. Mi esposa volverá dentro de poco. Ella os ayudará en cuanto necesitéis.

Salí con Kytet, deseando que por una vez, prevaleciese el sentido común y  no la desesperación, porque Ra acabaría por matarnos a todos. No estábamos preparados. No podíamos estarlo.

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01/08/2020, 19:31
Kytet

Kytet había sido avisado y sobre sus hombros pesó el recuerdo de derrotas pasadas y de la que estaba por venir. Sabía, o esperaba más bien, que su vida no se prolongaría en exceso, pero al menos soñaba con dejar un mundo mejor para sus descendientes y familia, y sobre todo, para todos sus hermanos.

Pero en el consejo, muchos estaban hastiados de tanta oscuridad y pensaban que el número les daría la victoria. No sabía lo que decían. 

Seguramente por eso, se temía lo peor.

Cuando Klarn lo vio y le detuvo, en su mirada le dijo todo cuanto necesitaba saber. Por fortuna, decidió unirse a él y hablar, pero ambos eran conscientes de la futilidad de aquel acto. Seguramente, nada haría cambiar de opinión a los sabios, que parecían preferir morir ya que seguir luchando.

Pero lo intentarían, eso seguro.

-Gracias -le dijo a Klarn, mientras se unía a él en aquella misión perdida.

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01/08/2020, 19:35
DIRECTORA

Klarn se fue mientras Vandal todavía llevaba a sus pequeños y Encantadora cerraba los ojos, dejando paso de nuevo a Aniisha, que se erguía arrogante y segura de la victoria.

-Encantadora volverá, pero no durante un tiempo. Ahora, descansa. Tu amiguita es fuerte, pero por desgracia para ella, ha puesto demasiada energía en esas dos criaturas -dijo, señalando a los hijos de ambos.

Su cuerpo, sin embargo, se levantó, y mientras estiraba sus brazos como si hubiese despertado de una siesta eterna, y una desagradable sonrisa cubría su rostro, parecía como si hubiera vuelto a la vida. Pero no era la suya, sino de la usurpadora, y era algo que Vandal debía recordar.

-Siento tu mirada hacia este cuerpo, Vandal; tu respeto y también tu odio por mí. Pero no temas. Ella está bien. Las dos lo estamos.

En ese momento, la esposa de Klarn llegó, llevando comida y agua.

-He traído víveres para todos. Puedo llevarme a los niños y buscar un ama de cría para ellos, si queréis. 

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01/08/2020, 20:23
Hath-Set

Todo se complicaba cada vez más. Yo seguía sin saber cuanto tiempo me quedaba antes de no ser nada para mi diosa, Aniisha tomaba el control de mi amada cada vez que quería y sabía que no podía enfrentarme a ella. No podía matarla, pues matar a Aniisha, si es que tenía una oportunidad de hacerlo, sería matar a Encantadora. Nuestro linaje era pequeño y débil, nos necesitaba a los dos.

Y ahora aquellos locos querían hacer un ataque suicida ante Ra.

Ambos pequeños habías sido alimentados por su madre, Klarn salía hacia la reunión para evitar una masacre. La verdad era que ellos no me importaban nada. Podían morir todos si así lo deseaban, pero verdaderamente les necesitaba para vencer a Ra. Aunque seguía pensando que lo mejor sería mantenerse ocultos, dejar que Ra se enfrentase a quien venía de camino y luego pisotear lo que quedase detrás de aquella guerra... porque estarían tan débiles que morirían.

Con mis pequeños en brazos, sentí que la voz de Encantadora había cambiado. No era el tono, era la manera de hablar. - ¿Ya has vuelto? - Pregunté dejando a mis hijos sobre las mantas para que descansasen. Aún había que bajarles la temperatura, pero al menos no necesitarían comer en horas.

Me giré entonces hacia la mujer que hablaba con tanta arrogancia como yo. Sabía perfectamente lo que era eso. Habló del odio y sonreí. - No. No te odio. Aún no te has ganado ese privilegio. Además, te miro y la veo a ella. - Acerqué mi mano a su rostro, buscando acariciarlo.

- Te odiaré en el momento que cumplas una sola de tus amenazas y hagas daño a mi familia. A ella o a ellos. - Mi soberbia se disparó en ese punto. - Pero mientras tanto... no siento nada por ti... entiendo que me odies por lo que hice y ahora Tek no te importa. Pero, ¿recuerdas cuando te importaba? ¿Cuándo le amabas?

» Dime Aniisha, si recuerdas aquel momento y hubieses tenido que matar a sangre fría a un desconocido para salvar la vida de quien amabas tanto, ¿no lo hubieras hecho tú también? Si en tu sangre corriese el don de la inmortalidad y lo pudieses compartir para devolver la vida junto con el órgano que le faltase a tu amor, ¿no lo hubieras hecho?

En ese momento entró la mujer de Klarn. Traía lo prometido. - Salvo que ella tenga hambre, yo comeré después. Por ahora no necesitamos un ama de cría. Nuestros hijos... - Miré a Aniisha a los ojos. - ... porque te guste o no, son tuyos también, llevan parte de tu sangre, la que quedó en el corazón cuando lo metí en este cuerpo... creo que están en buenas manos. - No dejaba de mirar a la mujer que estaba en el cuerpo de mi diosa, buscando sus respuestas físicas y emocionales. Debía encontrar ese punto donde poder empezar a manipularla...

- Pero necesitan un baño frío para bajar la temperatura de su cuerpo. - Me remangué para encargarme de ellos. Pero también necesitaba a Aniisha. No como madre, sino como aliada... al menos hasta que pudiese derrotarla. Mientras empezaba por el niño, no dejaba de mirar el cuerpo de mi diosa. Había fascinación y amor hacia ella, hasta que recordaba quien lo controlaba en aquel momento.

- Dime, Aniisha. Ahora que solo te importas tú misma porque has descubierto el poder que tienes, dime... ¿de que te serviría ser una diosa si no tienes fieles que te sigan? - Clavé mi mirada en sus ojos.

- Está Ra y el ejército aquel que dijiste que vendría a destruiros... y este pueblo está dispuesto a realizar un ataque suicida contra Ra, donde no sobrevivirán... ¿Quieres ser una diosa? ¿Quieres que te admiren y honren por tu poder? No importa que sea con este cuerpo que amo o con aquel al cual te traspasen, yo se quien es Aniisha y quien es Encantadora y puedo ser quien se encargue de que los demás sepan tu historia.

» Llevo vivo más de 52.000 años. Mi inmortalidad es un don de tantos que tengo. Por supuesto que reconozco mi inferioridad ante el poder que tienes y el de Encantadora. Por eso os necesito a ambas. A ella porque la amo. A ti para que me ayudes a dominar esta situación y cuando todo acabe, nos devuelvas a casa. Este mundo será tuyo, como la diosa que eres ahora. No es mucho lo que te pediré que hagas ahora. Solo debemos ir a esa reunión y que hagas una pequeña demostración de tu poder delante de todos los mortales. Hay que parar ese ataque... me necesitan en esa batalla, necesitan a Encantadora para derrotar a Ra y si tu nos acompañas... serás su nueva diosa. Yo me encargaré de todo.

Sabía que no se fiaría de mí, pero debía alimentar su ego, mostrarle que es lo que quería y deseaba y que podría alcanzarlo con facilidad con ayuda.

En cuanto a retirarnos del planeta, yo tenía claro que debía regresar a la Tierra cuanto antes. Desconocía los planes de Encantadora para este mundo a parte de tenerlo para ella. La amaba, sí. Pero en cuanto fuese mortal, no sería más que un grano más de arena en el desierto para ella y caería en el olvido y en la muerte. No. Este no era mi mundo al igual que no era el de Klarn, por muy feliz y a gusto que se encontrase en él... él era un inmortal más y su muerte aquí no le daría más vidas y yo perdería a mi más viejo enemigo de la manera más tonta.

Pero ahora importaba lo que dijese aquella mujer que tantos problemas me estaba dando y ver por donde salía. El agua fría funcionó con mi pequeño y luego cogí a la niña, al tiempo que esperaba la respuesta a mis palabras por parte de la supuesta nueva diosa... pues quizás ahora tuviese acceso al poder de Encantadora, pero... ¿mantendría su poder una vez movida al cuerpo de una simple mortal?

Esperaba que no y que sus ganas de pasar a un cuerpo mejor y su arrogancia la cegasen tanto como para no darse cuenta de esa posibilidad.

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19/03/2021, 13:38
DIRECTORA

Mientras dejabas con sumo cuidado a tus pequeños sobre la manta, te percataste de que su tamaño era algo mayor que de hacía unos momentos. Sentiste que había tanta energía en ellos que quizás estuvieran creciendo a mayor velocidad de la que esperabas.

No eran simples humanos y eso hacía que fuese sencillo sentir orgullo por aquellas dos creaciones que entre ambos, Encantadora y tú, habíais conseguido hacer. Una nueva raza de dioses había nacido y aquel podía ser el amanecer de un nuevo mundo e incluso, por qué no, de un nuevo universo.

Aniisha te miraba con ojos completamente diferentes a los de Encantadora, pues en ellos podía distinguirse la falsedad de una simple humana que había conseguido adentrarse en el cuerpo de una diosa. Su sonrisa tampoco era la de alguien satisfecho, sino que parecía reflejar el descubrimiento de algo diferente.

-Recuerdo a Tek, cuanto me importaba y cuánto le amaba, pero eso era antes de ser inmortal y de descubrir que estaba destinada a obras mayores. Mis prioridades han cambiado y Tek sirvió a una causa que al final, resultó completamente fútil. Esas criaturas que sostienes entre tus brazos tienen algo de mí y eso puede que sea todo cuanto necesito para cumplir con mi destino. No, no es la muerte; yo reinaré en este mundo cuando vosotros no estéis para contemplarlo, recuerda mis palabras. 

La llegada de la mujer de Klarn interrumpió aquella batalla sin cuartel en un campo de batalla llamado "Encantadora", cuyo cuerpo estaba sufriendo las consecuencias. Las gotas de sudor caían por la piel de Aniisha/Encantadora, pero no perdía su sonrisa arrogante, fruto de saberse en posesión de aquello que no deseabas perder.

La mujer de Klarn asintió en silencio y te observó mientras te ocupabas de tus hijos. Era testigo de una situación excepcional, pero también, mucho más que eso, puesto que su voz se elevó entre las vuestras.

-Entre los míos, la vida de los infantes es más sagrada que cualquier otra cosa, puesto que son puras y aún no conocen la tentación ni el sufrimiento. Tu estirpe honra ahora tu vida, y como amigo de mi esposo, también lo haces con la nuestra.

Pero el combate continuaba. Aniisha parecía disfrutar de aquel cambio que era no verse limitada por su ocupación anterior ni tampoco por la fragilidad de disponer de un cuerpo humano. 

-No necesito fieles, sino adoradores, y eso es algo que solo el poder logra. Además, tú me los conseguirás, si deseas tener a tu querida "Encantadora" de regreso, ¿verdad?

Su estridente risa resonó por todas partes, haciendo que la mujer de Klarn se estremeciese, pero no de miedo, sino de rabia. De hecho, durante unos instantes, su mirada buscó un arma con el que cortarle la cabeza a aquel despreciable ser, hasta que comprendió que no podía hacerlo sin causar un daño irreparable.

-Tus palabras me divierten, mi señor "inmortal". Mi destino está fijado ya y solo debo esperar a que se cumpla. No me importa complacerte un poco manteniendo con vida a esta "diosa" que está en mi interior, pero al final, cumpliré lo que he visto. Este mundo será mío y todos me adorarán.

Fue entonces cuando le hiciste aquella promesa y eso pareció complacerla.

Pero antes de que dijera algo, pareció estar a punto de desmayarse. El esfuerzo por mantener el control no era algo tan automático ni sencillo como parecía. Demasiadas almas competían por el mismo cuerpo y la energía de la cual disponían no era precisamente mucha.

Aniisha te miró con cierta preocupación y vio entonces a tus pequeños. Al hacerlo, una sonrisa afloró en su rostro, como si de repente hubiera encontrado la solución a todos sus problemas.

-Quiero un nuevo cuerpo, poderoso, capaz de dominar el mundo y ser una diosa. Tienes dos hijos. Uno de ellos será mío y en su cuerpo, mi alma encontrará lo que necesita. Escoge... o perderás a tu querida Encantadora... y quizás a los dos. Seré tu vástago... y me protegerás con tu vida. 

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17/04/2021, 15:52
Hath-Set

- ¿Tan fácil es dejar de amar a alguien? - Pregunté a aquel parásito que ahora habitaba en Encantadora con curiosidad. - Puesto que en mi longeva vida, hay mujeres que no he olvidado en milenios. - Concretamente una. - Hasta que conocí a quien comparte cuerpo contigo. - Le dije a la mujer sin tapujos. - Es por eso por lo que me tienes a tu servicio, no lo olvides nunca. Por ella y nuestros hijos. Si ellos desaparecen, tú también lo harás. Es así de sencillo, así que deja de amenazarme de una vez, pues creo que ese punto ha quedado claro entre ambos.

Debía buscar la manera de hacerme con ella. Pero aún no sabía como. Encantadora era demasiado poderosa y aquella... perra lo era también ahora que tenía su poder.

- Y no, te vuelvo a repetir que yo no quiero este mundo. Por mí puedes quedártelo entero. Sólo quiero salir de él y volver a casa antes de que me consuma, tal y como siento y veo que hace. Así pues, mi tiempo y mi estancia en este lugar es limitada para tu fortuna. - Aunque también podía dejarme llevar, volverme mortal, morir y ver que ocurría después... No. Esa idea era una estupidez. - Y quizás para la desgracia de mi familia, puesto que si encuentro la salida antes que la forma en la que te adoren... como decirlo... les amo, pero más me amo a mí mismo. - Sonreí a la arrogante mujer y en ese momento entró la mujer del ex-inmortal y vi el sudor en la frente de quien poseía el cuerpo de Encantandora. Aquella batalla por poseer el cuerpo la cansaba de igual manera que a mi amada, eso era algo bueno, puesto que si seguía dominando como hasta ahora, Encantadora podría recuperarse y si era lista, seguir dejándola salir hasta que no tuviese fuerzas y ella sí.

Y Encantadora era más inteligente que el parásito que albergaba en su interior.

Y eso me lo demostró cuando pidió poseer el cuerpo de uno de mis hijos. Pero antes habló la mujer de Klan. - El problema es que ninguno de los dos pertenecemos a tu mundo. - Repliqué sin dejar de mirar a Aniisha. - Y eso deja en cierta desventaja a los infantes... no a todos por supuesto, puesto que ellos, mis hijos, son sagrados. Son una nueva estirpe, hijos de dioses, no de simples mortales. Por lo tanto están por encima incluso de tus creencias, mujer. - No quería herir a la mujer de Klan, pero no podía demostrar debilidad ante Aniisha. Debía mantenerla engañada.

- Tu esposo y yo somos eternos enemigos. Llevamos más de 52.000 años matándonos el uno al otro. La diferencia es que se que ahora si muere, no volverá para vengarse y nuestro juego se acabará. Claro que por otro lado, estropeó muchos de mis planes e identidades... como cuando casi me descubre como Jack el Destripador o me ejecutó siendo Barbanegra. - Después de aclarar ese punto, retomé la conversación con "la diosa", la cual veía cada vez más patética.

- Ya te he dicho que has de hacer para que comiencen a creer en ti. Está en tu mano enseñar tu poder, en la mía solo la de ser tu profeta y tu voz mientras descansas, pues no puedes presentarte ante el pueblo ni el mundo que quieres poseer, cansada y sudorosa por la lucha que te traes para dominar el cuerpo que no te pertenece y doblegarme ante ti. Por desgracia, vas a tener que descansar y confiar en mí si quieres que todo esto salga bien. Y sí, todos te adorarán, pero mi amada vivirá y volveremos a casa. - Me faltó decirla por donde se podía meter su mundo, un mundo que me acabaría consumiendo no era lugar para mí. Quizás lograse llevarme a mi eterno enemigo y a su familia conmigo y dejar a esa loca dominando este mundo, pero no en el cuerpo de uno de mis hijos...

Pero ella debería pensar que así sería.

Así pues mi cuerpo se tensó con aquella decisión y miré a mis ahora más crecidos hijos, al tiempo que veía a la mujer marchitarse por el esfuerzo. - Ahora debéis descansar y yo cuidar de la diosa a la que amo, de esa manera, seguiréis con vida. En cuanto me asegure de que mis hijos están bien, comenzaré a preparar todo para la llegada de la nueva diosa a la ciudad y hablaré con Klarn para que me hable más sobre eso del cambio de cuerpo y la fiabilidad que tiene. Es la primera vez que oigo algo semejante y si para librarme de ti he de renunciar a uno de mis hijos... - Tensé la mandíbula y apreté los puños. - Así será. - Dije inclinando mi cabeza hacia la "diosa" que tenía delante.

Todo era teatro. No iba a darle a mis hijos ni a dejar que matase a mi amada. Pero mi tiempo tenía un límite en aquel mundo y si era cierto que sería capaz de dejar a todos tirados por salvarme de una muerte definitiva. Eso lo tenía claro. El amor iba y venía, la inmortalidad no. Además, estaba seguro de que en cuanto me volviese mortal, Encantadora me vería como un simple humano más. No traicionaría a quien sin duda me iba a traicionar a mí antes. Otra cosa eran mis pequeños, quienes si salían rebeldes, acabarían siendo mi alimento.

- Dadme tiempo para elegir y pensar. Es duro renunciar a un hijo de esta manera y más cuando siempre he deseado que esta estirpe exista y no lo he conseguido nunca. Como dije, iré preparando todo lo demás.

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18/04/2021, 10:17
Aniisha

Aniisha te miró con extrañeza. Lo que ella veía que sentías por Encantadora, no terminaba de ser amor, tanto como respeto a causa de su divinidad. De ser una simple humana, dudaba que hubieses sido capaz de sentir algo por ella, al igual que Aniisha no recordaba haber amado a Tek, que ahora le parecía... sencillamente insignificante.

-No es ni fácil ni difícil. Es simplemente, lo natural. Un ser superior no puede dejarse llevar por algo tan pobre como un ser humano. No lo olvidaré, pero tampoco le daré mayor importancia de la que tuvo. Quizás tu recuerdo sea la prueba de que eres débil y no mereces gobernar nada. Pero no, no me olvido de que mi vida depende de ti... al igual que tú no deberías olvidar que la de Encantadora, depende de mí.

En ese momento, el rostro de Aniisha se contrajo de dolor, como si la muerte estuviese a punto de alcanzarla. Su cuerpo se convulsionó y al cabo de unos segundos, se desplomó, continuando los movimientos en el suelo, hasta que de repente, cesaron igual que habían empezado.

Entonces, volvió a aparecer aquel gesto de arrogancia y desprecio que pertenecía a Aniisha, y esta se puso en pie.

-¿Ves? Puedo matarla en cuanto yo quiera y prefiero morir si con ello veo el sufrimiento en tus ojos.

Pero había tenido que esforzarse mucho y eso era lo que habías notado. Aquella lucha era doble, porque al mismo tiempo que batallaba por el control contra Encantadora, también debía mantenerlo con vida, y eso la dejaba exhausta. Parecía exhausta.

No sabías si tus palabras hicieron mella en la esposa de Klarn, si te miraría de forma diferente o te dejaría de lado, pero no se movió ni pronunció palabra alguna al respecto, salvo una reafirmación de sus propias creencias.

-Confío en mi esposo y si él te ayuda, sé que no es por miedo u odio, sino por la bondad de su corazón. Cuando lo conocí, estaba lleno de ira y frustración, pero ahora es diferente. Supe hallar lo mejor que había en su interior y conseguí que él mismo fuese capaz de verlo. Ahora te ayudará, y yo a él, porque desea hacerlo y se siente mejor con ello. Lo que tú hagas con tu vida a continuación, corta o larga, solo de ti dependerá.

Tampoco tuvo tiempo de hacer mucho más, porque tu enfrentamiento con Aniisha parecía no tener fin.

-Sí, descansaré, pero no demasiado. Piensa en mi petición y en que cuanto antes hagamos la transmutación, antes podrás tener de regreso a tu querida diosa.

Aniisha cerró los ojos y su cuerpo pareció descansar, envuelto en sudor, pero al fin en paz.

El cuerpo estaba demasiado agotado para que Encantadora lo tomase sin riesgo, por lo que en lugar de eso, permaneció inconsciente, esperando recuperar las fuerzas. Mientras tanto, con ayuda de la esposa de Klarn, no tardaste en disponer de un barreño en donde bañar a los pequeños y conseguir que su temperatura descendiese. Su tamaño aumentaba con rapidez, incluso sin necesidad de alimento. Quizás se alimentaran de la energía y no necesitaban nada más, no podías estar seguro, pero al menos, parecían estar bien.

Y tu diosa, también.

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18/04/2021, 12:48
Klarn

Klarn regresó un poco después. Parecía preocupado.

-Se ha desatado la guerra y es inevitable, viejo amigo. Yo voy a ayudarles en lo que pueda y nos vendrías bien para intentar convertir la derrota que casi estoy viendo, en una victoria. Pero no te obligaré a ello. Sin embargo, he de advertirte. Si Ra nos venciese, no tendría piedad de nadie, ni de mí, ni tampoco de ti o tu estirpe.

Tu amigo miró el cuerpo de Encantadora, que yacía dormida.

-Sé que ahora mismo solo hay una cosa en tu mente y es proteger a esa mujer y a tus hijos, pero....

En ese momento, todas las cuevas temblaron y pequeños fragmentos de roca cayeron del techo. Klarn miró hacia arriba.

-Es Ra. Está intentando hacernos salir. Tengo que irme... y diría que no es seguro para vosotros ni para nadie estar aquí abajo, pero es tu decisión.

Su esposa apareció enseguida, armada con una lanza.

-Estoy lista, amado mío.

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18/04/2021, 12:55
Enchantress

La lucha en el interior del cuerpo de Encantadora pareció recrudecerse, porque las gotas de sudor eran cada vez más evidentes. Quizás ambas almas fuesen demasiado para aquel frágil cuerpo, o a lo mejor simplemente la batalla entre ambas estaba terminando por destruir los tejidos que ocupaban.

En cualquiera de los dos casos, parecía que el destino de Encantadora, de su cuerpo al menos, estaba ya escrito, aunque al abrir los ojos, ambos, Klarn y tú, os preguntasteis quien de las dos, Aniisha o Encantadora, sería en aquel instante quien hablaría.

-Vandal. Sácala. Tienes que sacarla o nos destruirá a las dos -dijo temblorosa, la voz de Encantadora. Apenas conseguía hablar pero de alguna manera, había reunido las fuerzas suficientes para hacerlo -. Este cuerpo... no aguantará más a... las dos...

La batalla se aproximaba pero antes, había que tomar una decisión, sin tiempo para pensar. Encantadora... o uno de tus hijos, hallaría el final.

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20/04/2021, 20:21
Hath-Set

- O quizás mi debilidad demuestre que tengo los pies en la tierra y que se que lo que soy. - Le dije con una media sonrisa. Sonrisa que se borró cuando vi el fágil cuerpo de mi amada convulsionar de esa manera. La manera de pensar de Aniisha y la de Encantadora sobre el amor, no distaban demasiado, eso lo sabía y lo tenía claro. Por el contrario, yo si me había llegado a enamorar de una mortal, una que amé hasta que tuve que alejarme de ella para ocultar mi inmortalidad, pero cuya hija aún vivía y me repudiaba... solo porque le pedía descendientes de mi sangre y ella prefería estar con mujeres...

Así que aquella mujer me recordó lo que era para Encantadora, solo un capricho mientras fuese un Dios. Cuando acabase como Kalrn, todo acabaría... al menos para ella. Pero sus convulsiones, salé raudo a su lado y la sostuve para que su cuerpo no sufriese daño alguno. - Encantadora, mi diosa... estoy aquí, a tu lado... resiste... - Rogué al tiempo que esas convulsiones se esfumaban y el gesto en el rostro del cuerpo de la mujer que amaba, me decía que no era ella.

Me separé unos pasos por prudencia, porque estaba tan débil que podía acabar con ella allí mismo, con el sufrimiento de ambas y criar a mis hijos en solitario. Pero Encantadora era mi debilidad en aquel momento. Entonces escuché las palabras de la mujer de mi eterno enemigo. - Entonces no conociste al Klarn que yo conozco... que es quien te acompaña ahora. Siempre estropeando mis planes para conquistar una nación, el mundo... para iniciar una guerra o arrebatar el poder a otros. - Miré a la mujer- Y sí, yo quería esas tierras, esas guerras... susurraba en los oídos de los más poderosos de mi mundo durante generaciones para que supiesen que hacer, adiestré a grandes dictadores que iniciaron guerras mundiales... y estoy orgulloso de ello.

El cuerpo de Encantadora estaba demasiado cansado como para que pudiese seguir así. Si no hacía más caso a la falsa diosa, borracha del poder de Encantadora, quizás nos dejase en paz de una vez por todas. Y así ocurrió. Me acerqué a ella, para cubrirla con unas telas y ocuparme de mis hijos, cuando Klarn apareció con malas noticias.

- No tengo tiempo para batallas perdidas, ni tú tampoco. - Le dije a la mujer de Klarn, deteniendo así su paso con la lanza. - Hablemos a solas. - En ese momento Encantadora despertó y me dijo lo que debía hacer. - No te preocupes mi amor, descansa, estoy en ello. No te preocupes por nada, todo saldrá bien.

Dicho esto,por fin besé a la mujer que amaba en sus labios y salí de la habitación en compañía de la pareja. - Esa loca, quiere salir del cuerpo de Encantadora. Supongo que piensa que se llevará el poder de mi diosa con ella, pero sin duda, ha previsto que si falla, quiere entrar en el cuerpo de uno de mis hijos... la quiero muerta. - Les dije con claridad a ambos. - Ese ritual, debéis hablar con quienes lo hacen, llevaré a mis pequeños que crecen por segundos... no se si podrán trasferir el alma de esa loca a cualqueir cuerpo vivo y cuando digo cualquier cuerpo vivo, me refiero a una cría de un gusano, que sea posible pisarla con el zapato, un animal pequeño que no nos de problemas... cualquier criatura, mascota que tengáis aquí, menos uno de esos gusanos. - Susurré a ambos.

- Iremos al templo ya, con mis hijos y ella. No hay tiempo que perder. Solo una de ellas podrá vencer a Ra y Aniisha quiere dominar este mundo. - Dije entrando de nuevo en la sala,hablando alto para que me escuchase. - Si lo quiere para ella tendrá que demostrar que puede defenderlo de Ra y así se ganará a sus seguidores. Yo seré su profeta hasta que me devuelva a casa. Pero debemos hacerlo todo con urgencia. Sin ella no tenemos nada que hacer. - Dije dando a entender claramente que Aniisha era nuestra salvación, nuestra única salvación en aquel momento.

- Aniisha, ¿me oyes? - Dije junto al cuerpo de mi amada. - No te esfuerces, descansa. Solo tu poder podrá destruir a Ra, tu mayor enemigo para dominar este mundo y tu victoria hará que todos los habitantes de este planeta te honren y se rindan a tus pies. Te voy a llevar al templo, Ra está aquí y debo elegir entre que sobrevivamos la mayoría o perder a un hijo y elijo perder a un hijo... pero después de esto, deberás dejarnos volver a casa a los demás. Simplemente asiente con la cabeza y te llevaré en mis brazos para que empiece el ritual. - Le dije deprisa y convencido de mis palabras. No la estaba mintiendo. Solo ocultaba cual sería el destino de su alma... Y esperé ese gesto para que Klarn y su esposa cogiesen cada uno a uno de mis hijos y ponernos en camino hacia aquel lugar.

Una cucaracha. Una simple cucharacha me serviría para aquel fin.

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24/04/2021, 19:32
Klarn

La urgencia de las palabras de Encantadora no dejaba lugar a dudas. El cambio, o más bien, la liberación del alma de Aniisha, tenía que llevarse a cabo deprisa. Cuando saliste para hablar con Klarn y su esposa, lo hiciste consciente de esto y de que no existía para ti nada que fuese más importante.

Klarn, en cambio, tenía otra clase de urgencia. Su batalla, la que se desarrollaba por la libertad de la gente de aquel planeta, avanzaba a pasos agigantados, aproximándose como el final del hilo del destino a las vidas de todos los mortales. Te escuchó con atención y tras tus palabras, reflexionó un instante antes de responder.

-Hay un sacerdote que sería capaz de ayudar con esto. Es un hombre sabio y poderoso, que ha ayudado a muchos a pasar al otro lado. Supongo que entre eso y conseguir transferir un alma a otro ser, no habrá demasiada diferencia. Podemos hablar con él. Pero ahora mismo no puedo acompañarte. Necesitamos a todos los hombres y las mujeres disponibles para no caer ante Ra.

Pero tú seguiste hablando y al hacerlo, dejaste claro algo que hasta Klarn debía reconocer. Solo Encantadora, o Aniisha, podían vencer a Ra. Ellos solo conseguirían resistir, pero ¿hasta cuándo?

-Entiendo. Iré contigo. Esposa mía, tú deberás ir en mi lugar. Yo... nosotros, iremos en cuanto podamos -le dijo a su amada esposa, que contempló sus ojos como si fuese la última vez que lo hacía, antes de sellar con un dulce y tierno beso aquella despedida -. Te esperaré. Guardaré mi aliento hasta ver tu regreso, y si no llegases a tiempo para oírlo, oye esto ahora. Estoy orgullosa de ti, y tu nombre será siempre respetado y amado, pero por encima de todo, jamás me arrepentiré de haberme unido a ese extranjero que llegó a nuestra tierra y que supo encontrar mi corazón.

Así, mientras tú hablabas con Aniisha e intentabas convencerla de tu ardid, Klarn se despedía de su mitad, porque sabía que solo aliándose contigo y salvando la vida de Encantadora, podía conseguir lo que necesitaba para su pueblo, porque las gentes de aquel planeta, eran su pueblo.

* * *

Las cuevas que os habían ocultado se quedaron completamente vacías, pero mientras el ejército, escaso y temeroso, se dirigía hacia el encuentro de Ra, vosotros, tú, Aniisha, tus hijos y Klarn, caminabais en dirección opuesta a través del desierto.

Tus hijos crecían demasiado deprisa. En aquellos momentos, ya empezaban a mirar el mundo con otros ojos, como preguntándose de qué manera podían hablar de él, pero había algo más en sus ojos, algo inesperado. El calor y el viento os azotaban en aquellos primeros momentos en los que salisteis de las cuevas y eso sembró dudas.

-El lugar no está demasiado lejos, pero el camino será duro. Debemos llegar a las montañas de Sarkas y ascender. ¿Tus hijos podrán hacerlo?

Entonces, tu hijo alzó la voz, como si siempre la hubiera tenido.

-Sí, podremos. Tenemos la fuerza de mi padre y la determinación de mi madre.

Al mirar a tu hijo con sorpresa, entendiste que sus ojos eran mucho más que eso; eran espejos que en verdad atravesaban los tuyos y alcanzaban tu mente, absorbiendo todo cuanto había en ella. Quizás aún no habían podido hacerlo completamente, pero dentro de poco tiempo, serían tan inteligentes como tú y su mente contendría el mismo conocimiento.

-Padre mío -dijo la niña -. Madre nos necesita. No debemos hacerla esperar.

Klarn estaba con la boca abierta.

-No puedo creerlo. 

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25/04/2021, 18:18
Hath-Set

Entendía que no quisieran unirse, pero debían darse cuenta de que debían liberar a esas almas antes de que una acabase con la otra. Sin duda y por lo que sabía, en el cuerpo que poseía Encantadora habían demasiadas almas cohabitando.

Las palabras de Klarn sobre aquel hombre me dieron esperanza y nuevos planes se trazaron en mi cabeza. Aún podíamos ganar y no solo a Ra. Con mi amada inconsciente y mis hijos aún pequeños, el viaje sería largo y pesado, pero para cuando regresamos a la cueva donde estaban, estos habían vuelto a creer y Aniisha volvía a controlar el cuerpo de Encantadora. Eso iba a estropearlo todo, puesto que sabía que si tenía acceso al poder de mi diosa, no solo lo tendría a sus recuerdos, sino que además a los de quienes estaban con ella y hablar egipcio antiguo con Klarn para que ella no se enterase, no era una opción.

Cogí telas para cubrir los cuerpos de mis pequeños de la fuerza del sol en aquel desierto, telas que serían sus ropajes según creciesen y agua. Yo podía aguantar sin ella si mi inmortalidad continuaba en mi cuerpo, pero Klarn no y dudaba que los demás tampoco. Ella por estar débil, ellos por ser muy pequeños y mi viejo enemigo por ser un simple mortal. Un mortal al que Encantadora debería respetar si lograba salvarla.

Cuando escuché la voz de mi hijo le miré y le sonreí. No nos conocía, en cambio parecía que el vínculo era fuerte. Me detuve unos instantes para cubrir su cuerpo con una de las telas, que pronto se quedaría corta y lo mismo hice con su hermana. - Es importante que el sol no os abrase. Y si tenéis sed, llevo agua.

Entonces fue cuando la pequeña nos apresuró y la sonreí. - Lo sé, pero también debo cuidar de vosotros o vuestra madre se enfadará conmigo. - Dije a mi niña cubriendo su cabezita con una tela para que el sol no le derritiese el poderoso cerebro que sin duda tendría. Miré a Klarn y escuché sus palabras. Yo tampoco me lo esperaba. Quizás fuese el planeta, quizás solo viviesen 24 horas en aquel mundo pero una cosa estaba segura. - Klarn, son hijos de dioses. Su poder será mayor que el de Encantadora y el mío. Para bien o para mal, estan destinados a gobernar mundos y ser tratados como lo que son, dioses. Y por lo que estoy viendo, de aquí a nuestro regreso, ni Ra ni su ejército, ni ese otro que viene a conquistar y dejar este mundo de nuevo destruído, serán rival para nosotros.

Me volví hacia Aniisha. - Solo espero que seáis verdaderamente alguien con palabra y una vez acabadas estas guerras, una vez os convirtáis en la única diosa de este mundo, nos dejéis regresar al nuestro. - Y miré a Klarn. - A mi familia y a mis viejos amigos si desean volver a casa con su familia. - Era lo mejor que podía ofrecerle a Klarn, regresar a la Tierra con su mujer si todo salía mal y Aniisha acababa con el control de aquel mundo.

Pero debía tener esperanza y fe en mis argucias y más aún que mis hijos, sin conocerme, confiasen en mí como para poder llevar a cabo mis planes.

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07/05/2021, 10:40
DIRECTORA

Aquellos niños eran, desde luego, hijos de dioses. Por sus venas corría la sangre de dos seres contra los cuales nada ni nadie podía competir.  Su crecimiento acelerado era no solo físico, sino también mental, y en sus palabras oíste tanto tu propia voz como la de Encantadora.

Pero seguían siendo pequeños, expuestos a la dureza de un  mundo que era totalmente nuevo para ti, y además, con tan solo unas cuantas horas de vida, su posibilidad para adaptarse era aún pequeña, por lo que debías protegerles.

Solo Aniisha se interponía en tus planes. Bueno, Aniisha... y Ra, pero estabas convencido de que Ra no era enemigo para ninguno de vosotros, sobre todo estando juntos.

-No se trata de tener palabra -te respondió Aniisha -, sino de un trato que nos beneficiará a ambos. ¿Has escogido ya, mi arrogante señor, o tendré que hacerlo yo por ti? 

Aniisha sonreía con crueldad, como si la situación fuese una delicia para ella.

Sin tiempo para más, proseguisteis el camino a través de la ventisca y la arena, hasta llegar a las montañas prometidas. Un enorme gigante de roca se erguía ante vosotros, mientras la arena no dejaba de golpearos desde todas direcciones.

-Las montañas de Sarkas -anunció Klarn -. Cuenta la leyenda que un diso proveniente de tierras lejanas la creó a partir del suelo como monumento para su amada. Ese podrías haber sido tú, ¿verdad? De ser así, parece que alguien se nos adelantó. Pero ahora nosotros tenemos que llegar arriba del todo. Será una escalada complicada.

Pero tampoco podíais entreteneros. La tormenta era cada vez más fuerte y al mirar al horizonte, visteis que parecía aproximarse a vosotros con una clara intención de deteneros, como si aquella fuese su verdadero objetivo. Apenas podíais ver más arriba de diez metros, pero la montaña estaba allí, desde luego, y vosotros debíais ascender como os fuera posible.

-¿Cómo nos organizamos? -preguntó Klarn, elevando la voz para poder ser oído.

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07/05/2021, 10:54
Enchantress

Encantadora estaba ahí, como un testigo silencioso del mundo que le rodeaba. Los sonidos le llegaban como si ella se encontrara en el fondo de un pozo y la luz parecía ser algo así como un breve destello que desaparecía con rapidez.

La lucha con Aniisha, junto con su parto, la habían debilitado hasta tal punto, que podía casi saborear la muerte. Pero no lo estaba aún. La energía la rodeaba, podía sentirla, en el suelo, el cielo, en Vandal, su amado inmortal, en Klarn y también en sus hijos. Quizás ella no tuviese demasiada pero sí que disponía de mucho en donde escoger.

Y eso fue lo que hizo.

En lugar de extraer energía de su interior, cerró los ojos y atrajo la que había dejado escapar. Un segundo sería suficiente, y solo la suficiente para sus fines. Sintió como la energía fluía desde todos; un poco de sus hijos, algo de Vandal, y una pizca de Klarn, como si estuviese creando una receta mágica, solo que en este caso, se trataba de algo más importante.

Los demás apenas notasteis lo que estaba sucediendo, salvo Vandal, que iba perdiendo un poco con cada segundo que estaba en aquel mundo. Klarn apenas disponía ya de algo, por lo que ni siquiera se percató de lo que sucedía. Para los pequeños, fue como si su madre volviese a la vida, por lo que en lugar de sentir que estaban siendo ligeramente exprimidos, percibieron que su madre volvía a la vida.

Aniisha sintió una punzada, como si alguien le hubiera dado una patada para quitarla de en medio. Encantadora se irguió de nuevo en aquel cuerpo y colocó sus manos en contacto con todos, acercando a sus retoños, y asegurándose de que Klarn y Vandal estaban a su lado.

Y finalmente, todos desaparecieron en mitad de la tormenta, que cuando los alcanzó, únicamente logró cubrir el vacío del lugar en el que unos segundos antes, habían ocupado.

Casi a la vez, las cinco figuras reaparecieron en lo alto de la montaña, en un ambiente completamente diferente, con el aire calmado y sin arena alguna en ninguna parte. Y tras realizarse el teletransporte, Encantadora se desmayó. Había usado su habilidad y casi toda la energía de la cual disponía. Necesitaría ahora mucho más tiempo para recuperarse, pero al menos, estaban ya arriba, a salvo. Vandal podría seguir a partir de aquí.