Partida Rol por web

Jurek sacó una serie de compuestos y un vial y preparó una extraña mezcla antes sus compañeros. La fórmula, de color brillante, desprendía un denso vapor.

- Veamos que significa esto -masculló-.

Entonces, sin dudar, ingirió el preparado. Su gesto reflejaba la oposición natural de su organismo al poder de la mezcla.

Identifican 6, vamos a ver cuales.

Jureck, ayudado por Queck, se dio cuenta de que los grabados de estas cuevas eran diferentes y más antiguos que los que habían visto anteriormente, posiblemente anteriores incluso antes de que los Gillmen empezasen a visitar estas cuevas.

Las inscripciones textos y las imágenes hablaban de las parábolas de La Historia y el Futuro de la Humanidad, el principal texto sagrado de Aroden. La mayoría estaban demasiado estropeadas como para sacar más información de ellas, pero seis de ellas todavía se podían entender.

Se trataba de las parábolas del Artista, el Pescador, el Mercader, el Sabio, el Pastor y el Sastre. Extrañados, se dieron cuenta de que los textos de las parábolas no eran completamente iguales a los que aparecían en la versión actualmente conocida. ¿Quizá estos textos eran una versión primitiva de las parábolas? En ese caso, se trataba de un gran descubrimiento.

El Artista se mostraba pintando las paredes de edificios imponentes. Esta parábola se asociaba a Absalom, que tras haber sido pintada por Aroden con hermosos colores, maravillaba a todos su visitantes.

El Pescador se mostraba cargando con una gran cantidad de pequeños peces de camino a Absalom. Esta parábola era una declaración de que una gran multitud de pequeñas criaturas pueden ser capaces de lograr cualquier objetivo por grande que sea, como alimentar a una nación.

El Mercader se mostraba pesando y comerciando con monedas de diferente tamaño, en referencia a los proverbios de que la paz tría comercio y prosperidad a todas las gentes.

El Sabio se mostraba escribiendo en un trozo de pergamino, y leyendo sus contenidos a otras personas. Se decía que Aroden sonreía a aquellos que recopilaban la historia y el conocimiento, y lo compartían con otros.

El Pastor se mostraba pastoreando animales fuera de una gran ciudad, representando las bendiciones que Aroden concedía a los líderes que dirigían a la gente a las tareas que mejor se adaptaban a ellas.

El Sastre se mostraba cosiendo una larga tela. La tela estaba llena de patrones geométricos, que rodeaban una ciudad como si fueran un foso. Esta parábola representaba la proclamación de Aroden de que el destino de todos los pueblos estaba entrelazado, y que esto sería la mayor fortaleza de toda la humanidad.

Tras descifrar todo lo que pudieron de los grabados, los iniciados siguieron avanzando por el túnel. Un poco más adelante, el fuego de antorchas colocadas a ambos lados se mezclaba con la suave luz fosforescente de los hongos. A continuación, el túnel se abría de nuevo en una gran sala.

En el otro extremo, una piscina de agua reflejaba las luces azules y verdes de las paredes, iluminando las estalactitas del techo. En medio, una columna de roca se elevaba algo más de un metro. Parecía como si fuese una estalagmita que alguien hubiese cortado. Y sobre ella había una réplica en miniatura de una ciudad, ocupando toda la superficie. Sobre ella había algunos abalorios, como monedas antiguas, piedras semipreciosas, o bucles de cuerda trenzada.

En su borde, de espaldas al grupo, se encontraba un gillman arrodillado, de manera reverente, en dirección a la ciudad en miniatura.

Alrededor de la pequeña laguna el suelo estaba cubierto de grava y guijarros, y varios ciempiés de casi 30 centímetros de largo se movían entre ellos. A ambos lados, otros dos túneles se separaban hacia el este y el oeste respectivamente.

Dammeros se detiene, haciendo una seña al grupo, quería ver, que es lo que iba a hacer el gillman.

- Parece ser un tipo de altar, dejémosle que medite, no debemos interrumpirle, sería una falta de respeto - susurra recordando las largas horas de meditación del templo . Puede que luego acepte conversar con nosotros.

- No sabemos cuanto tiempo podría estar así Dammeros, quizá unos minutos o quizá días, desconozco sus costumbres.

Jurek se aproximó lentamente hasta quedarse a una distancia prudente del gillman arrodillado, con ambas manos detras de su espalda, en una postura distendida. Sin embargo, oculataba un frasco que había sacado de su conturón mientras se acercaba. Desde allí, se dirigió al humanoide.

- Hola, siento interrumpirte... Mi nombre es Jurek, ¿qué trae a un guillman a un lugar tan bello como éste, pero tan lejos de la costa?

Tristan no se sorprendió al encontrar un gillman ahí, pero tampoco estaba tranquilo. No sabían cómo reaccionaría, y menos aún después de interrumpir su plegaria. El guerrero dio unos pasos hacia delante para estar delante del grupo pero detrás de Jurek, porque no quería intimidar al gillman.

Agatha vió por fin uno de aquellos Gillmens. Parecía bastante pacífico, allí rezando y, la verdad, no le pareció que era bueno molestarlo. Si ella hubiera estado estudiando magia tranquilamente en su casa y unos intrusos llegaran y no tuvieran la educación de esperar a que acabara para dirigirle la palabra, posiblemente acabarían con el culo chamuscado.

-Creo que quizás podríamos haberlo dejado tranquilo pero ahra ya es demasiado tarde.

Queck busca una de sus balas y la coloca discretamente en su honda. Luego se mueve sigilosamente para tener un buen ángulo de tiro sin que exista ningún obstáculo ni compañero por en medio.

De momento es pacífico, pero como haga cualquier gesto agresivo contra mis compañeros le meto la bala entre ojo y ojo.

Aprovecha su movimiento para echar un vistazo al resto de la sala por si hay algún otro Gillman oculto o hay algo interesante. También por si percibe algún ruido extraño.

Habria tratado de esquivarlo si se hubiese dado la oportunidad, No me gustaba avisar de mi llegada si no sabiamos si las intenciones eran hostiles o no. pero se me habian adelantado y ya no habia nada que hacer. No creia que fuese peligroso él solo contra todos nosotros pero de todos modos, me mantuve a una distancia segura, por si habia que atacar, poder abalanzarme sobre él sin darle oportunidad de nada. Mantuve la mano en la empuñadura de mi espada a la espera de sus reacciones.

Hasta que no estuvieron prácticamente al lado del Gillman, éste no pareció darse cuenta. Cuando se volvió, pareció ligeramente sorprendido de ver a tanta gente en la cueva.

Cuando Jurek le habló, el gillman le miró atentamente, pero lo único que hizo a modo de respuesta fue señalarse los oídos y negar con la cabeza.

Al hacer ese gesto, me pareció entender algo. que no nos entendia... o que tla vez no nos podia escuchar. Al vernos se sorprendió un poco pero no parecia hostil, aun asi no aparté la mano de mi empuñadura. sabiendo que yo no era ningun tipo social, decidí dejar paso a otros del grupo que tal vez podrian comunicarse mejor con él.

Dammeros observa con detenimiento la escena.

- Bueno, ahora comienza lo complicado, o no nos oye, o no nos entiende.

Comienza a hacer gestos con las manos creando una forma de boca, señalando primero al gillman y luego al grupo.

- ¿Puedes hablar con nosotros?

Al instante se señala al gillman de nuevo, al grupo, y a sus oídos.

- ¿Puedes oírnos siquiera?

Dammeros comienza a cansarse de tanto gesto.

- Bah, nunca se me dio bien hacer estas cosas, no se ni porque me molesto.

Agatha se acercó al Gillman con las manos desnudas por delante y tratando de hacerse la simpática.

-Hola! Somos amigos. Agenteees Pathfindeeer. ¿Me entiendes? Venimos ayudaros contra minotauros... Traemos comida para todos los Gillmen! -la hechicera sonrió y le entregó una de sus raciones de viaje al nativo.

Efectivamente, parecía que el gillman era sordo, y por ello no les había oído aproximarse. A pesar de ello podía leer los labios y entender a la gente que le hablaba mirándole. Asintió ante las palabras de Agatha, y respondió amablemente a las preguntas que le hicieron.

Uori (pues así se llamaba) les informó de que habían entrado en un lugar sagrado para los gillmen. Anteriormente era también un lugar sagrado de Aroden, el dios muerto de la humanidad, pero a lo largo del último siglo los relieves se habían desdibujado demasiado, y probablemente la influencia de Aroden desaparecería en no mucho tiempo. Sin embargo, otras criaturas habían invadido también la cueva, les avisó, y probablemente no serían tan amables como él.

También les confirmó lo que ya sabían sobre los relieves. También les indicó que si alguien mostraba respeto a Aroden, representando alguna de las parábolas en la ciudad en miniatura, era posible que la bendición del dios se extendiera sobre ellos si eran merecedores y la influencia del dios era todavía lo suficientemente fuerte.

Agatha miró al grupo que esperaba a su espalda. No se le ocurría nadie que pudiera sentir cierto apego a la religión de aquel ser primitivo. Si por ella fuera, seguiría su camino dejándole allí tranquilo.  Agatha le dió unos golpecitos en la espalda y se preparó para dejar la cámara.

-Bueno, ¿alguien quiere hacer la gracia o nos ponemos en marcha?

Jurek se aproximó a la réplica de la ciudad y la observó con detenimiento, después recordó las parábolas escritas en las paredes y pensó como podrían obtener el favor de Aroden en su santuario.

El Sabio se mostraba escribiendo en un trozo de pergamino, y leyendo sus contenidos a otras personas. Se decía que Aroden sonreía a aquellos que recopilaban la historia y el conocimiento, y lo compartían con otros.

Sin dudarlo saco su libro de fórmulas y en voz alta compartió, dirigiéndose hacia la ciudad, una de las fórmulas de sus compuestos.

- Que Aroden nos de su favor -susurró en voz baja esta vez-.

A pesar del intento de Jurek no pensaba que un diós casi muerto nos brindase su atención, y menos si ni siquiera habia oido hablar de él hasta este momento.

- Nos olvidamos de porque hemos venido aqui. Hay que averiguar porque vienen los guillmen a estas cuevas en las lunas llenas. Agatha, puedes preguntarle? Parece que te entiende mejor que al resto. - Dije recordando a mis compañeros nuestra misión. - Alguien tiene pergaminos y una pluma, deberiamos anotar lo que es esta cueva-templo y lo que hemos averiguado, para llevarlo a la Sociedad.

Tristan asintió y sonrió con agradecimiento.

- Muuuuuchaaas graaaaciaaas.- dijo como si le hablara a un niño pequeño. Luego miró a sus compañeros y se encogió de hombros, algo dudoso de que realmente ese dios pudiera bendecirles. Miró cómo Jurek lo intentaba y se quedó en silencio para respetar su breve oración.