Partida Rol por web

Aquella noche apenas pudisteis dormir de la tensión, pero la compañía mutua que os disteis fue una dádiva que os permitió pasar la noche en mejores condiciones que solas. Abajo tu primo y tu padre montaron guardia toda la noche, y vuestras madres, agotadas, se quedaron dormidos delante de Brynjolf que permanecía en un incierto letargo. Al día siguiente todo transcurrió del mismo modo, los ánimos más relajados, vino una sacerdotisa de Mara, experta sanadora, a atender a tu tío y logró aliviarle la fiebre, pero no mostraba síntomas de despertarse.

Tu familia permanecía en una duermevela incierta, pendiente de la evolución de tu tío, y al llegar el segundo día, cerca de la primera hora de la tarde llamó alguien. Era Karliah.

La dunmer fue invitada a entrar por tu primo, ella avanzó con gesto sombrío hasta donde estaba tu tío postrado y suspiró lentamente al verle en aquel estado. Tuvo una breve conversación con tu madre y tu tía, también con tu padre, se la veía ofuscada. Demasiado quizá, en el salón principal pudiste dar con ella.

Hola Eldrid, ¿cómo te encuentras? preguntó tratando de mostrar una tenue sonrisa en aquellos momentos oscuros.

El día siguiente, fue lento, muy lento, demasiado para ella. No podían hacer nada más que esperar y esperar, pero el tío no se despertaba. Al menos la sacerdotisa del templo de Mara había acudido y había logrado quitarle la fiebre. Malia y ella se habían dedicado a preparar comida, necesitaban hacer algo más que quedarse quietas. A ratos le venía a la cabeza lo que había escuchado de sus labios, sin encontrarle demasiado sentido o que es lo que querría decir. Llego a mirar en algunos de los libros que había en la mansión, pero pronto se dio por vencida... Eso y que iba cada poco a ver si había algún cambio, a pasar un poco de tiempo con su padre  y Fammel, hacerle compañía a Malia o ayudar a su tía y a su madre (que no es que pudiera hacer mucho, pues no había mas que hacer)

La llegada de Karliah, despertó mas preguntas, sobre todo si había encontrado algo.

- No lo sé... contesto dejando escapar un cansado suspiro Preocupada mayormente supongo. No estaba bien eso desde luego, pero ahora mismo tampoco se encontraba tan mal como la noche del ataque. ¿Y tú qué tal? ¿Descubriste algo?

La dunmer te miró con suspicacia, miró a su alrededor como si temiera ser escuchada y al veros solas asintió lentamente.

Algo sé. Los asesinos que nos atacaron pertenecen a una secta de asesinos.. las Dagas de Molag Bal.. es un culto de asesinos menor, poco conocido. explicó bajando la voz, solo para tus oídos. Suelen moverse solo por Cyrodiil.. pero verlos aquí es.. extraño. No sé quién los puede haber contratado.. pero.. se calló mirándote, sin saber si continuar. Cuando estuvo a punto de hacerlo, tu madre salió de la habitación donde reposaba tu tío anunciando que había despertado. La dunmer te miró a los ojos y asintió. Ve con él, ahora lo importante es su salud.

Tu tío estaba reclinado sobre una almohada con el semblante pálido, pero podías apreciar una notable mejoría en su aspecto respecto a la noche trágica. Estaba junto a tu madre, tu tía y tu prima Malia, cuando entrabas salían Fammel y tu padre con gesto neutro, ambos te asintieron cuando pasaste. Había una felicidad empañada, lo notabas, pero tu tío mantenía una actitud serena y afable como si nada pudiera arrancársela del rostro.

Niña.. que bueno verte. Ven.. os he tenido preocupados a todos, ¿eh? sonrió con calidez ofreciéndote un abrazo. Me han contado que trajiste el antídoto, gracias. asintió con sinceridad.

Brynjolf se mantenía en la cama, sin moverse, extrañamente quieto. Pero su espíritu se mantenía intacto, Malia se abrazó a su madre llorando, él pidió que no llorara, que no hacia falta, con el mismo cariño que te entregaba a ti.

A medida que le iba contando, ella fruncía mas el ceño. ¿Por qué alguien quería matarles? Si era porque eran buenos mercaderes, le parecía una razón muy poco valida y eso denotaría la envidia de quien quiera que fuese por no saber llevar mejor su negocio. Espero a que Karliah continuase, lo que sea que fuera a decirle debía de ser realmente importante si estaba dudando en contárselo. 

Y se quedó con las ganas de saber que seria, pero de repente todo había pasado a un segundo plano, cuando escucho que estaba despierto. No tardo en ir a verle y en responder al abrazo. Era como volver a respirar después de estar bajo el agua. El peso que se le quito encima no podía describirlo. Y unas cuantas lágrimas se escaparon de sus ojos. 

- Deberías dárselas a Karliah dijo negando con la cabeza y secándose las lágrimas mientras sonreía, fue quien se dio cuenta rápidamente del veneno.

Observo mientras escuchaba como les pedía que no llorasen y arrugo el ceño ligeramente, había algo que no estaba bien. Si, le habían salvado, estaba vivo, pero podía ver que había algo extraño. De repente lo que Ingun había dicho sobre el veneno le dio de lleno. 

"... un veneno que paraliza el cuerpo y causa necrosis en las extremidades atrofiándolas, luego empieza a atacar al sistema digestivo, al esófago… "

- Tío... le llamo con cierto temor en la voz No puedes moverte, ¿verdad? No quiso mirar a nadie, solo mantenía la mirada en su tío, no quería ver las caras de resto después de soltar aquello. Al menos hasta que no tuviese la respuesta que quería, porque en realidad no estaba preguntando, estaba confirmando sus sospechas.

Ella cuenta con mi agradecimiento eterno, pequeña. sonrió suavemente. Hemos perdido la cuenta de las veces que nos hemos salvado mutuamente la vida. niega lentamente. Para ti es nuevo. rió quitando hierro al asunto.

Cuando empezaste a deducir cosas, el gesto de tu tío se ensombreció una pizca, pero no quiso perder el brío. Una sonrisa tranquilizadora, resignada, asomó finalmente en su rostro.

No es tan grave como parece. dijo el hombre. El veneno atacó mi pierna izquierda.. No la puedo mover. miró la susodicha con un suspiro, mostrando una entereza envidiable. No ha sido un mal resultado.. pensando que querían matarme. añadió tratando de sacarle el lado positivo de aquello.

Oh, niña. Tranquilízate. alzó las manos pidiendo tranquilidad. No hagas un drama como tu tía y tu prima, sigo vivo, sigo bien. Solo que ahora.. tendrás que venir a tu viejo tío más a menudo porque no podré ir a Paraje de Ivar como desearía. sonrió ofreciéndote un abrazo.

Y ella soltó un fuerte suspiro relajando visiblemente los hombros. A decir verdad había esperado una peor respuesta, pero aquello.

- Es menos de lo que pensaba dijo sonriéndole Habría estado bien que estuvieses del todo curado, pero no me quejo. Como dices, estas vivo, no podría pedir más término diciendo mientras respondía al abrazo. El ambiente había mejorado notablemente en toda la casa, puede que no descansasen mucho aun en los siguientes, sobre todo teniendo en cuenta que iban a tener que cambiar las rutinas para ayudar al hombre a moverse por la casa y la ciudad. Jejeje dalo por hecho tío. Sera mejor que vaya a terminar de hablar con Karliah le dijo al oído Además, creo que Malia necesita los abrazos más que yo, la pobre lo ha pasado realmente mal. 

Se levantó de la cama y se acercó a su tía y a su prima para darles un buen abrazo, y otro a su madre, estaba muy contenta de que estuviera bien. Luego salió de la habitación en busca de Karliah, aún tenía algo más que decirle y quería saber que era.

Karliah estaba junto al marco de la puerta, la dunmer cruzó la mirada con Brynjolf que abrazaba a su hija y a su esposa para tranquilizarlas.

Vamos, vamos.. estoy bien. comentó en un sentido abrazo. Constance.. llévate a Malia, quiero hablar con Karliah y con Eldrid.. hubo un contacto visual entre este y su esposa, que pareció comprender un mensaje oculto en ello. La mujer obedeció, también salió tu madre tras darte un cariñoso abrazo. Cuando estuvisteis a solas, tu tío suspiró aliviado y antes de que hablara, Karliah soltaba un eres duro de pelar, viejo.

No tan viejo como tú, Karliah. sonrió levemente. Gracia., ¿has descubierto algo?

La mer se acercó al borde de la cama con los brazos cruzados, asintió lentamente mientras empezaba a explicar a tu tío lo descubierto.

Las Dagas de Molag Bal. anunció, y como si aquel nombre fuera suficiente información para tu tío que entornó la mirada. Que no hayan recurrido a la Hermandad Oscura es.. significativo. hablaba con naturalidad, aunque estuvieras presente. Sé que ya no tenemos nuestra tregua con ellos, pero aun tenemos algún contacto con ellos y, hasta cierto punto, hay cierta cortesía profesional. Quizá ellos sepan algo. tu tío negó con gesto serio mientras reflexionaba, se preguntó quién podría haber contratado a los asesinos y a por quién iban.

Está claro que a por ti y a por mi. Aún no sé nada de Dunyn, también irán por él. Brynjolf sugirió la idea de localizarle. Ya estoy en ello, pero ya sabes cómo es esto, no se le localizará a menos que quiera. se cruzó de brazos con gesto grave. No sé quién está detrás de todo esto, pero.. tengo sospechas. Y de ser ciertas.. la mirada de la dunmer fue significativa, negando con la cabeza.

Su cara debía de ser todo un poema cuando se pusieron a hablar como si estuviera entendiendo algo. Pero desde luego, o se había perdido algo en aquellas palabras o aquí había mas de lo que no tenía idea. ¿Desde cuando su tío hacía negocios con un grupo de asesinos como los de la hermandad? Que a todas luces eran mas reales de lo que se había imaginado. 

Miraba de uno a otro, sin saber que decir, sentía que sobraba en aquella conversación.

- Em... perdonad que os interrumpa habló claramente confusa pero es que... creo que me he perdido algo.

Tu tío te miró a los ojos por unos segundos, asintió con una sonrisa leve, comprensiva. Miró a Karliah que asintió a su vez.

Lo siento, niña. No quería que te enterases de este modo.. pero las cosas no han salido como quisiera. admitió el hombre mientras se acariciaba la barba. La verdad es que no sé cómo empezar, pero supongo que lo sencillo.. es empezar diciendo que tu tío tiene negocios mucho más.. fructíferos que los que ya conoces.

Respiró profundamente, te miró esperando que, como mínimo, le dejaras explicarse.

Antaño la sutileza la esgrimía con maestría, pero supongo que los años me han hecho más directo. rió levemente. Soy el maestre de un gremio.. un gremio muy especial, que se dedica a sustraer cosas que no le pertenecen y darles usos más beneficiosos. El Gremio, ¿has oído hablar de él? te miró intrigado, analizando tu reacción.

Aquel término te podía resultar familiar, el Gremio era un rumor, ladrones asociados para dar golpes de mayor envergadura. Una mafia que nadie admitía que existía, incluso tú habías escuchado hablar de ellos.

No paraba de pensar que era lo que se traían aquellos dos entre manos, no había pasado desapercibida la silenciosa conversación entre ambos cuando pregunto. Lo que no se esperaba era aquella declaración. Sabía que su tío era un mercader de éxito, pero escucharle decir que sacaba el dinero de otro tipo de tratos... Se empezaba a preguntar si todo lo que estaba pasando y lo que había pasado no serían producto de un sueño.

Cuando empezó a hablar de El Gremio... todos sabían de los rumores, había oído a los propios guardias hablar de ello, pero nadie sabía nada con certeza, siempre habían sido cuentos para niños, como los de la Hermandad Oscura. Abrió muchísimo los ojos y porque físicamente no era posible, pero estaba segura que de poder la mandíbula estaría tocando el suelo ahora mismo. Estaba alucinado. Bastante.

Cuando por fin termino de hablar y se le quedo mirando, no supo ni que decir, no estaba preparada para algo así. De hecho... se peñizcó en un brazo, con fuerza, necesitaba confirmar que no estaba soñando.

- ¡au! soltó frotando la zona donde se había hecho daño ¡ay ay! jolín, duele... De acuerdo... no estoy soñando... se quedó callada varios minutos, asimilando aquella información, sobre todo el que su tío fuera el jefazo mayor. Luego empezó a reír levemente La verdad es que no sé qué decir... Esto es bastante raro. ¿Era esto lo que me ibas a enseñar antes del ataque? 

Tu reacción hizo reír a tu tío, fue una risa reparadora porque pudiste ver que aunque todo aquello que te contaba era extraordinario, seguía siendo él.

No, no estás soñando, niña. dijo beatífico mientras negaba con la cabeza. Te entiendo, no era así como quería que te enteraras. torció los labios mirando a Karliah. Suspiró y trató de levantarse, la dunmer le ayudó en el acto salvo que tú lo hicieras antes. Brynjolf sonrió agradecido a ambas mientras cojeaba notablemente, no podía mover la pierna izquierda, tu tío se miró y suspiró resignado.

No, quería darte otra cosa. Ven conmigo. Karliah.. ¿nos podrás dejar un momento de intimidad? la dunmer asintió sin poner malas caras y salió de la habitación dejándote a solas con él, te miró y viste el orgullo en su mirada. Algunos dicen que te quiero más a ti que a mis propios hijos, yo les respondo que cada uno os amo con la misma intensidad y de distinta forma. Llévame allí. te señaló un panel de madera a un lado de la habitación. Cojeando y con tu ayuda llegasteis a ese panel que resultó ser extraíble, detrás había algo que nunca antes habías visto.

Había una vieja, pero bien cuidada, armadura de cuero con el cuero ennegrecido, también dos espadas cortas en sendas fundas con el cuero del mismo color. Brynjolf miró con orgullo ese atuendo, luego te miró a ti.

Esta armadura me perteneció cuando era joven, me la hizo un curtidor de Paraje de Ivar como regalo tras salvar a su hijo de morir ahogado en el río. explicó con una sonrisa, con nostalgia. Esas espadas.. fueron de un viejo amigo que murió hace treinta años, me las entregó a mi y me han salvado la vida en docenas de ocasiones. Ahora.. son tuyas. te miró a los ojos. Eres una Canción de Silencio. Puede que nuestra familia no sea antigua como los Batallador o los Melena Gris, que no poseamos el poder de los Espino Negro, puede que incluso para muchos carezcamos de honor.. respiró profundamente. Pero siempre hemos estado aquí, y nuestro clan no palidece ante ningún otro. Nunca olvides eso.

A la dunmer no le hizo falta ayudar a Brynjolf, pues enseguida estaba ella a su lado para ayudarle. Iba a ser difícil acostumbrarse a verle así para todos, y más para el tener que acostumbrarse a no poder hacer uso de esa pierna.

No pudo evitar reírse ante el comentario. A vece ella también tenía esa impresión, aunque no se quejaba. De hecho su padre solía decir lo mismo de ella respecto a ellos dos. Le acerco a la pared y dejo que hiciera lo que necesitaba, para ver como la abría y sacaba una armadura de cuero y dos armas. Le miro un poco extrañada ante aquello mientras escuchaba con atención. No hacía falta que le recordarse aquellas últimas palabras, el orgullo familiar lo llevaba bien alto y eso jamás cambiaria

- ¿Para mí? ¿En serio? Era un honor recibir algo así de él, aunque no pudo evitar expresar su duda ¿No debería de ser para Fammel? De hecho... ¿Quién más sabe todo esto? Tengo claro que Malia seguro que no, pero... ¿La tía Constance, papa, mama y Fammel? Quería saber si aquello era un secreto familiar o solo de él y que ahora le confiaba a ella. Y aunque así fuera... ¿Por qué quería que fuera ella quien lo supiera?

Como si se esperara esa pregunta de ti, tu tío mantuvo una actitud serena y tranquila mientras te respondía.

Fammel tendrá sus dádivas, pero a mi corresponde entregar las que considere oportunas a quien crea oportunas. dijo con convicción mientras sonreía levemente. Puso su mano sobre tu hombro, apretó suavemente. Él acatará mi decisión, es mi hijo y mi heredero. Tendrá lo que le corresponde. sus palabras no dejaban lugar a dudas que también poseía un profundo cariño por su hijo, pero desde luego su afecto más prístino era por ti. Algo que ningún padre debería mostrar abiertamente.

Tu tía sé que lo sospecha, pero no pregunta. respondió algo más serio. Ni Fammel ni Malia saben nada.. pero lo sabrán, especialmente él, cuando sea el momento. Tú no debías enterarte aún, pero las circunstancias.. suspiró y miró a Karliah, él dudó, pero ella asintió con convicción.

Niña, no te pediría esto si no fuera importante. hizo que lo llevaras de nuevo a la cama en la que se sentó al borde de la misma. Pero no puedo confiar en nadie más.. alguien me ha traicionado, no me han atacado a mi, han atacado a mi familia. Yo no puedo salir.. estoy lisiado. respiró profundamente. Karliah buscará a ese traidor.. yo.. necesito que encuentres a un amigo de los dos, Dunyn. Hemos de advertirle, que puede estar en peligro.. ¿podrás hacerlo por mi, Eldrid? Puedes negarte, lo comprenderé.. pero ahora mismo solo puedo confiar en ti y en Karliah..

Un silencioso "oh" se formó en sus labios mientras explicaba la situación de los presentes para a continuación fruncir el ceño. No le gustaba que la tía no los supiera, además de que tampoco había dicho nada de sus progenitores, ¿lo sabían o no? Lo que si empezaba a tener claro es que aquello era un legado familiar, o al menos eso sacaba en conclusión al saber que tanto ella como Fammel lo iban a saber a su debido tiempo. Tal vez lo que le costaba asimilar era que fuera un ladrón, aún no tenía muy claro como tomárselo. Quería hacer más preguntas, que le contase como había llegado a ello, mas por mera curiosidad que por otra cosa. Pero no era el momento y sus palabras lo dejaban claro.

- Lo haré, lo haré, ademas si no fuera por Karliah ahora mismo estaría ensartada contra uno de los postes del porche... Un escalofrío le recorrió el cuerpo de solo pensarlo Es lo menos que puedo hacer para agradecérselo y ayudar en todo este asunto. Porque realmente la que había conseguido el antídoto había sido la dunmer por mucho que hubiera sido la joven la que lo hubiera llevado a todo correr hasta el. Y porque necesitaba hacer algo mas que quedarse allí a esperar a ver que pasaba. Tu dime como es y donde le encuentro y yo le busco. Y cuando vuelva y todo esto termine me cuentas toooooooodo sobre como llegaste al gremio dijo con una gran sonrisa

Tu tío sonrió aliviado por tu decisión, respiró profundamente antes de responder mirándote a los ojos. 

Verás.. Dunyn vive en Peñón de Shor.. al norte de Riften.. 

22 de Última Semilla. Mediodía. Provincia de La Grieta

Tu tío se había asegurado de darte las indicaciones pertinentes para que pudieras llegar a Peñón de Shor sin problemas, y aunque al principio pareció que iba a mandarte sola, decidió encargar a un viejo conocido tuyo, el orco Korgoth, como tu guardaespaldas. Quizá creías que no necesitabas uno, pero el orsimer había sido una suerte de ángel de la guarda para ti y tus primos desde que tenías memoria. Korgoth era un veterano guerrero, de aspecto fiero e intimidante, aparentaba tener pocas luces, pero debajo de ese aspecto casi salvaje había un corazón que no le cabía en el pecho. Atento, educado y paciente, virtudes poco habituales en los de su raza, quizá no podías esperar mejor acompañante en tu empresa.

Llevabais tres días de viaje, aun os quedaba otra jornada según había calculado Brynjolf cuando os despidió. Fue una partida en secreto, tu tío te aconsejó no avisar a tus padres, ya se ocuparía él, para no retrasar más la partida. La urgencia de la misión que te había asignado no era baladí, tu tío parecía realmente preocupado por su amigo Dunyn. Pero ni por esas podías avanzar con el estómago vacío o con el cansancio acumulado, por lo que Korgoth se ocupaba que no te olvidaras de esos menesteres.

Es hora de comer. anunció el orsimer con ese tono que no admitía discusión. Prepara los conejos, yo prepararé el fuego. propuso mientras reunía ramas secas y piedras, siendo el final del verano no iba a ser complicado. Hacía una temperatura agradable y el cielo era claro.

Se había llevado una buena sorpresa al ver que aquella montaña de músculos seria quien la acompañase. En un principio creyó que serían Karliah o Fammel. Pero no se quejaba, le recordaba bastante bien, la primera vez que le vio, recordó que le había dado un poco de miedo, pero enseguida vio que no le iba a hacer nada, de hecho tenía la sensación de que les tenia vigilados a los dos pillastres que eran ella y su primo. Es más ahora que disponía de la información que le había dado su tío, había ciertas cosas que cobraban un nuevo sentido. 

Lo único malo es que era un hombre muy cuadriculado y no pasaba ni una sola comida y ni un solo descanso, que de ser por ella probablemente habrían comido por el camino, si es que se acordaba de comer si quiera con la prisa que tenían por llegar a Peñón de Shor. Además, en realidad agradecía que él se acordase, muchas veces no se daba cuenta de lo cansada que estaba hasta que no se había sentado en el suelo.

Rebusco en la mochila de las provisiones y saco un par de conejos y un cuchillo para despellejar a los animales, por suerte las tripas ya se las habían quitado en la mansión. No era de sus animales favoritos para comer, pero no le hacía ascos, el problema es que tenían tan poca carne que casi no merecían la pena ni molestarse en cazarlos. Cuando los tuvo limpios y listo para asar, ayudo a preparar un soporte para poder dales vueltas a la comida para que se hiciesen por todos lados.

- Oye ¿Cómo conociste a tío Brynjolf? ¿Y cómo es ese tal Dunyn? Sentía curiosidad por saber cómo era, y que tenia de importante para que quisieran matarlo a él también.

Mientras preparaba el fuego con diligencia, el orsimer te miró para responder. Su voz tranquila, siempre dispuesta a sorprender al que no la conocía, vibró en su garganta.

Huía de Largashbur, una fortaleza orca de las montañas del este. explicó con sencillez, ahora empezaba a hacer prender el fuego. Maté a un hombre, no quería que me castigaran. Conocí a tu tío en la plaza del mercado de Riften mientras intentaba robar algo para comer, él me descubrió.. pero no me delató. Me llevó a la Ratonera, me dio de comer. Luego.. empecé a hacer trabajos para el Gremio. Esa es la historia. sabiendo que ya conocías el verdadero trabajo de tu tío, Korgoth parecía hablar con mayor libertad. El fuego empezó a prender.

Solo lo he visto en una ocasión. Es el más joven de los tres. Es bretón, astuto, arrogante. siguió en su proceso de mantener vivo el fuego. No sé más de él. admitió mientras veía que los conejos eran debidamente preparados.