Partida Rol por web

«Mercaderes es igual a mercancía, y mercancía usualmente es igual a guardias o mercenarios... Bueno, por lo menos existe la posibilidad de que sea un viaje tranquilo» Lars meditó en las palabras del sacerdote antes de responderle.

— Entonces en dicha caravana seguramente viajaran hombres de armas, algo muy bienvenido cuando se viaja por los caminos de Skyrim — mencionó el joven Batallador a su interlocutor. — Si, las ciudades pueden ser abrumadoras de vez en cuando — tenía que darle la razón, lo que decía era cierto — pero si uno se toma el tiempo necesario, pueden llegar a ser tan hermosas como la más imponente montaña o el más anciano de los árboles —. Lars no pudo evitar recordar como lucía Carrera Blanca durante el atardecer, y por un momento su voz adquirió un tono más melancólico — Esas vistas que son sublimes y magníficas, y que hacen que dejar todo aquello que conoces y lanzarte hacia algo desconocido sea aún más difícil — no sabía exactamente a qué se debía aquel arrebato de sinceridad, pero lo cierto era que había algo en aquel sacerdote que inspiraba paz y confianza.

El joven legionario estrechó su mano con la del dunmer, con firmeza y seguridad — Lo soy, serví en la Legión Imperial durante varios años — reconoció a Erandur — Mi nombre es Lars, del Clan Batallador, y el placer es todo mío — se presentó al elfo y finalmente soltó su mano. — Y dígame, si no es mucha indiscreción, ¿qué le lleva a Helgen exactamente? — le pregunta, pues los sacerdotes usualmente pasan sus vidas en los templos dedicados a sus deidades y rara vez los dejaban.

Le acaricio el rostro con todo el cariño del mundo shh tranquilo vuelvo a susurrarle un amable señor nos ha recogido y nos están llevando a Helgen, necesitamos ayuda, tienes que ponerte bien... Le explico para que se tranquilice...

Lo desconocido siempre abruma, muchacho. asintió dándote la razón con una sonrisa. Mas si confiamos en la misericordia y cobijo de Mara, ella nos salvaguarda de los peligros y sanará nuestros pesares. sonrió convencido de sus palabras. No hay lugar para que nadie pueda acudir a su abrazo. No temáis, a pesar de la adversidad, nunca estáis solo.

En el turno de las presentaciones, Erandur asintió resolviendo algunas de las intrigas que había a tu alrededor. No se mostró especialmente sorprendido por tu origen familiar, quizá porque para él no era relevante o siendo dunmer no conocía sobre el poder e influencia de las familias nórdicas.

Me considero un sacerdote errante, Lars. acuñó tu nombre como muestra de cercanía. Creo que en un lugar como Helgen, la compasión de Mara puede sanar muchas heridas y pesares. Al fin y al cabo, me muevo allí donde la voluntad de la diosa-madre me lleve. sonrió beatífico, aquel hombre transmitía santidad.

Erik trató de incorporarse, pero un dolor lumbar lo plegó de nuevo en el traqueteante lecho de pieles de lobo del carro. Te miró con una sonrisa que estaba hecha para que te tranquilizaras.

Me pondré mi, Auri. Tranquila, solo ha sido un bache. sonrió mientras te tomaba la mano con firmeza. ¿Helgen? Eso está en Falkreath.. suspiró como si fuera un mundo. Muy lejos de casa.. a Erik le costaba también aquella peregrina empresa, pero te miró a los ojos con convicción, esas miradas con las que se alzan imperios.

Desde el cabecero del carro, Suetonio os llamó la atención.

La ciudad de Carrera Blanca ya estaba cerca, Suetonio anunció la llegada.

Pronto haremos una breve parada en los establos de Carrera Blanca, quizá se nos unan viajeros.. se mordió el labio mirando a Erik. Con un poco de suerte.. habrá algún curandero que pueda atenderte, hijo.

¿Que tenían las miradas de Erik que hacían que mi corazón se tranquilizara? Si no fuera mi hermano, estaría enamorada de el, de eso estoy segura.
Por eso Helgen es un buen sitio, lejos de casa... le dedique esa sonrisa, que solo era para el, que el tan bien conocía, y me quedé cogida a su mano, agradeciendo que Suetonio me dejara viajar junto a mi hermano.
Muchísimas gracias señor Suetonio, seguro que se pondrá bien, el es fuerte y superará este bache, gracias a usted por dejarnos viajar en su carruaje

El joven nórdico te miró con una sonrisa febril, pero sincera. Tomó tu mano apretando con suavidad.

Ahora eres tú quien cuida de mi. bromeó mientras trataba de reír levemente, se recostó un poco y suspiró. Escuché historias sobre Helgen.. Falkreath.. ¿sabes que un dragón se adueñó de la zona durante años? Hasta que el mismísimo Sangre de Dragón lo derrotó.. de allí volvió a surgir la actitud soñadora de tu hermano. Algún día seré un gran héroe como él.. ya lo verás. afirmó aguerrido, aunque por su aspecto bastante débil no parecía para nada uno de esos grandes héroes, pero te sonrió con confianza y te guiñó el ojo.

Sonrío a mi hermano -anda ya... yo no estoy cuidando de ti, eres suficientemente fuerte como para recuperarte tu solo, ya veras- bromeo ante su estado, la verdad es que se me esta haciendo eterno verlo así...

Así que has escuchado hablar de Helgen... ¿un dragón? espero que no haya ni rastro de dragones, no me gustaría tener que enfrentarme a uno, al menos por ahora... es una locura -lo observo con cariño, y cuando dice lo de que será un héroe, le acaricio el rostro, colocando un mechón de su cabello tras la oreja -tu ya eres un héroe, siempre te admirare, y siempre serás mi héroe favorito, ya lo sabes...- me río, y me vienen a la cabeza recuerdos de cuando eramos niños, como el me acogía en su cama cada vez que a yo tenía una pesadilla, o las veces que limpio mis heridas cada vez que  tropezaba, es un hermano excelente. 

Pero ¿sabes que? quizá tengas razón, algún día tu nombre será conocido como el de ese hombre que derroto al dragón, porque tu te lo mereces querido, tu llegaras muy lejos siendo como eres... 

Erik negó con la cabeza azorado por tus cumplidos, respondió con cierta acidez.

Menudo héroe.. abatido por un jabalí. suspiró mirando al cielo moteado de nubes blancas. Gracias, Auri.. soy afortunado de tenerte. sonrió y te tomó la mano con cariño.

La debilidad de tu hermano no le dejaba mantener una conversación muy prolongada, enseguida necesitó reposo a pesar de la tenacidad de Erik. No importó demasiado, pues ya estabais llegando a los establos de Carrera Blanca.

Seguiste conversando con el sacerdote dunmer haciendo que la espera fuera corta, pero el relinchar de unos caballos os anunciaron la llegada de un carro. Dirigiendo el mismo había un imperial de cincuenta y pocos años, a su diestra una joven nórdica, flanqueando el carro dos guardias. Una mirada más detallada reveló que tumbado en el carro había otro joven nórdico de aspecto febril.

Parece que nuestro carro ha llegado. anunció Erandur mientras se acercaba al mismo.

El imperial detuvo el carro cerca de los establos de Carrera Blanca, allí estaban esperando un dunmer con una túnica anaranjada de sacerdote y un nórdico joven de aspecto aguerrido.

Buenos días, viajeros, ¿os unís a esta comitiva hacia Helgen? preguntó hombre, mas luego asintió. Soy Suetonio Narano, mercader, tengo un puesto en Helgen. Por Zenithar sed bienvenidos, cuantos más seamos, más seguro será el camino. asintió convencido.

El dunmer se presentó de forma cordial, hizo una amable reverencia.

Mi nombre es Erandur, soy sacerdote de Mara, sois amable al ofrecernos compañía y la acepto. asintió levemente. Es un placer. miró de soslayo al silencioso nórdico dejando que se presentara.

El nórdico se presentó como Lars del Clan Batallador, tenía una actitud cordial, pero se demostraba curtida y marcial como la de un militar. El joven se ofreció a unirse a la escolta anunciando que tenía aptitudes marciales útiles para la misma.

Me asomo desde el interior del carro, viendo la nueva compañía, asegurando que todo vaya bien.

Saludos asiento con la cabeza y saludo con la manita a los que se unen, aunque no me presento ni nada, saludo mas por cortesía que por otra cosa. 

Vuelvo a sentarme tal cual estaba, esperando paciente...

El joven guerrero observó toda la caravana y luego respondió al saludo de la mujer con un asentimiento de cabeza, para luego girar el rostro hacia el mercader que parecía ser el principal líder de aquella comitiva. — Estoy de acuerdo, los caminos de Skyrim son mucho más peligrosos que antes — comentó Lars mientras apoyaba la espada larga en el hombro derecho.

— ¿Cuántos días de viaje son hasta Helgen? — pregunta a Suetonio, quien parece haber recorrido la ruta más de una vez.

Mientras el carro emprendía el camino, el mercader imperial atendió a la pregunta de Lars. 

Cinco días si los caminos nos son propicios, cruzaremos Cauce Boscoso antes de entrar en Falkreath. asintió al nórdico mientras miraba a Erandur. Sacerdote.. traemos un muchacho afectado por unas fiebres, ¿podríais atenderle? Hemos tratado de sanarle, pero temo que precisa atenciones más letradas que las nuestras.. preguntó mirando de soslayo a Aurora.

El sacerdote dunmer asintió solícito a la petición de Suetonio, se encaramó a la parte trasera de la caravana donde Erik se había vuelto a quedar dormido por la fiebre. Erandur miró a Aurora, sonrió de forma tranquila y apaciguadora.

Es importante para ti, ¿verdad? sonrió viendo como la joven nórdica miraba a Erik. No te preocupes. Le habéis cuidado bien, ahora sea la obra de Mara que sane definitivamente. tomó su medallón con la mano e impuso la mano sobre el pecho del muchacho mientras oraba en silencio.

Un brillo dorado nació de los dedos del dunmer, y ese brillo traspasó al cuerpo de Erik, paseó sobre su pecho y luego se adentró en su cuerpo. Erik convulsionó una sola vez, pero luego se quedó profundamente dormido, ya sin temblores. Erandur alzó la mirada hacia Aurora y le sonrió con dulzura.

Mara ha sanado la enfermedad, ahora necesita recuperarse de su cansancio, pronto estará recuperado. asintió mientras miraba a los ojos de Aurora.

"Cinco días más así" me digo a mi misma mentalmente, y agradezco las palabras de Suetonio, cuando entra el sacerdote lo observo curiosa, no me separo de Erik para nada, por lo que puede darse cuenta enseguida del cariño con el que le trato, cuando me pregunta asiento es de lo mas importante ahora mismo para mi le digo en modo de respuesta a su pregunta.

Observe curiosa todo el proceso de sanación, y disimuladamente cerré los ojos un instante para agradecer a Mara lo que había hecho por nosotros ahora mismo, estoy casi segura de que ella ha puesto a este hombre en nuestro camino, que gracias a ellas, nuestros caminos se han cruzado, así que ¿que mínimo que agradecerlo? 

Muchísimas gracias señor, si Mara le ha concedido el poder para curar a Erik, estoy segura de que es usted un gran hombre, y yo debo agradecerle lo que ha hecho por nosotros me siento sorprendida y agradecida a la vez, puedo ver a Erik descansar, los temblores han desaparecido, y se le ve bien, tranquilo... "ojalá algún día pueda ser como este hombre, y pueda ayudar a las personas que lo necesitan como ahora Erik..." es lo que pienso, y ojalá algún día se cumpla. 

Me muero de ganas por saber mas cosas sobre este sacerdote, pero por vergüenza me muerdo la lengua y no pregunto más por ahora, espero a ver si por casualidad el me diera conversación... 

Lars no entra al carromato, pero se posiciona de tal forma que también pueda contemplar la obra de Erandur. «Un experto en los dominios de la vida... Y sin duda Mara también ayudó» pensó el joven soldado al contemplar aquel milagro de sanación, si bien su rostro se mantuvo neutral, con impasibilidad adquirida y practicada a lo largo de los años. «Aún si existe ya otro sacerdote o sanador en Helgen, otro nunca está de más... Los asentamientos en ciernes siempre son atacados...» meditó Lars a medida que la carvana emprendía la marcha. El legionario dedicó una mirada de aprecio al sacerdote antes de avanzar hasta la parte delantera de la caravana.

— ¿Estado del asentamiento? — pregunta al imperial en tono marcial, aunque pocos segundos después niega lentamente y mira al mercader con un gesto de discupas. Se aclara la garganta antes de proseguir — Quiero decir... ¿Cómo se encuentra el poblado? ¿Ha tenido un buen desarrollo? — pregunta en un tono bastante más cordial y educado.

El sacerdote sonrió beatífico primero a Erik que asintió agradecido, aunque aun algo chocado por la repentina mejoría, y luego a Aurora a la que asintió levemente.

¿Cómo os llamáis, muchacho? preguntó al hermano de la joven, él se presentó como Erik y Erandur asintió con suavidad. Eres fuerte, Erik. miró de soslayo con una sonrisa burlona, pero sin malicia, a Aurora. ¿Tu chica?

Erik se puso rojo y negó rápidamente indicando de que era su hermana, eso causó que el sacerdote riera con sinceras carcajadas.

Hermanos, ¿eh? El amor fraternal es buena cosa, un vínculo del que Mara bendice de todo corazón. sonrió mientras se acomodaba sobre las pieles, charlando tranquilamente con los hermanos Bosque Blanco.