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5 de Fuego del Hogar, Media Mañana, Salón principal

Asintió con la cabeza

- Si, lo sé, no es la primera vez que me los encuentro, pero la última vez aún era una mocosa y me pude escabullir sin ser vista, esta vez la diferencia es que estaban casi en el exterior. Aunque… no debería de haberme metido allí sin pensar. Dijo con una vergonzosa sonrisa mientras se rascaba la mejilla derecha con un dedo.

Mientras seguía observando cómo se comportaba el muchacho, al ver que se echaba para adelante sobre la barra, sonrió un poquito más, de manera alegra, ¿se estaba abriendo un poquito?

Tardó el contestar, en la cabeza le daba vueltas a la pregunta, de hecho en un par de ocasiones abrió la boca para responder, para luego volver a cerrarla y fruncir el ceño.

- ¿Te refieres justo en ese momento o a que de dónde soy? Preguntó finalmente con curiosidad.

4 de Fuego del Hogar, Mañana, Salón principal

Llevaba ya varias horas en pie y sirviendo desayunos a los viajeros que se hospedaban en la posada, por suerte, bajaban en diferentes momentos así que no se le acumulaban demasiado. Se encontraba terminando de posar unos platos en la mesa de unos clientes cuando vio a la dunmer sentarse a la barra. Dejando que los comensales disfrutasen de las viandas mañaneras que habían pedido, ella volvió tras el mostrador con la bandeja bajo un brazo, que luego dejo en un extremo del mostrador.

- ¡Buenos días! saludo energética y animada. A diferencia de la elfa, que parecía más dormida que despierta ¿Qué va a ser? Pregunto sonriente quedándose a la espera de la respuesta.

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El ánimo matutino con el que la atendía la muchacha no concordaba en absoluto con la pesadez con la que la dunmer había comenzado a enfrentar lo poco que quedaba de mañana- Algo que levante a un muerto. O en su defecto una cerveza y algo caliente de comer. - pidió, observando a Eldrid con algo más de detenimiento.

4 de Fuego del Hogar, Mañana, Salón principal

Se quedó mirando a la elfa un poco extrañada, era muy pronto para estar bebiendo alcohol. Estaba por decírselo, pero no era cosa suya el decirle a los clientes que a lo mejor preferían otra cosa. Parpadeo un par de veces antes de asentir. Tomando una jarra se volvió hacia el barril y abrió el grifo para llenar el recipiente de aquel brebaje que dejo frente a la dunmer antes de retirarse a la cocina donde se encontraba la esposa de Rodegar preparando más comida.

Volvió a los pocos minutos con un plato lleno de un revuelto de huevos y una rebanada de pan recién hecho con una buena rodaba de queso encima que se iba fundiendo poco a poco.

- Aquí tienes, ¡qué aproveche! Dijo mientras dejaba el plato en la barra junto a la elfa.

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- Gracias.- dijo, entrecerrando los ojos, llevándose la jarra a los labios, dando un largo trago y posteriormente un profundo suspiro. Había bajado ya casi media jarra por su garganta cuando comenzó a tomar la comida, despacio, como convenía hacerlo cuando el estómago no se encontraba asentado, para no provocar un momento incómodo. 

La grasa del queso derretido en pan pareció sentarle bien, como siempre que el cuerpo la reprendía por haber abusado anteriormente del acohol. La comida con cuerpo, ingerida con calma, le volvía a añadir el color a las mejillas- ¿Te dedicas a esto desde hace mucho? Sé que no llevas demasiado tiempo atendiendo en esta posada. Te vi con un tipo, hablando con el posadero, para convenir un acuerdo, hace unos tres o cuatro días. El mismo día que yo llegué aquí. -explicó- No es que yo sea indiscreta, claro. Uno no puede evitar escuchar lo que se le acerca a los oídos. -añadió, con una sonrisa. 

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Se había puesto a recoger algunas cosas que había dejado esparcidas por allí atrás ahora que se había quedado sin nadie a quien atender y podía dedicarse a ello, pero se volvió de nuevo hacia la barra cuando la mujer se dirigió a ella.

- Mmm… No exactamente, pero si era algo similar ¿Por qué lo preguntas? Ah ya, la conversación con Rodegar, no es como si fuera un secreto la verdad. Así que no pasa nada por que tengas curiosidad. Seguramente ya te habrás dado cuenta de lo que trataba ese acuerdo, pero si no, bueno, era para quedarnos aquí y trabajar. Se quedó en silencio tras eso hasta que se decidió por preguntarle Ya sé que no es cosa mía pero… ¿no es demasiado pronto para estar bebiendo alcohol?

5 de Fuego del Hogar, Mañana, Salón principal

A veces el peligro surge de forma inesperada. dijo lacónico, algo agrio. Siempre se ha de estar alerta.. suspiró mientras jugaba con la jarra de su bebida, apenas probaba de ella.

La pregunta a su pregunta hizo que se encogiera un poco de hombros, como si le hubieras bloqueado al no responder sin más, pero reaccionó a tiempo.

Ambos, supongo. dijo al final, sorteando la situación.

4 de Fuego del Hogar, Mañana, Salón principal

- Ya, algo de eso me pareció escuchar.-admitió, para luego encogerse de hombros ante su pregunta- Supongo que depende de cómo se mire. Para algunos ya es bastante tarde, y hay ocasiones en las que podría estar bebiendo a horas a las que se consideraría que es demasiado pronto porque aún no me he acostado a dormir. -comentó, divertida.- En cualquier caso, a falta de un buen remedio, la cerveza es un buen antídoto para la resaca. 

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Sus palabras cortaron como un cuchillo tan rápido que le cambio la cara por completo. Bajó la mirada, ahora llena de dolor y tristeza. Ahora en vez de mirarle se afanaba en limpiar menaje y la barra.

- Soy de Paraje de Ivar, pero en ese momento venia del campamento que habíamos levantado la noche anterior. Contesto apagada y sin emoción ninguna en su voz. El mismo que notaste que había cuando me ayudaste a rastrear a Aren. Volvió a mirarle y trato de esbozar una pequeña sonrisa que ni por asomo se parecía a las anteriores, antes de desviar la mirada a un lado y encoger los hombros.

5 de Fuego del Hogar, Mañana, Salón principal

Haming se quedó en silencio al verte mohína, estuvo a punto de pedirte disculpas creyendo que había dicho algo inconveniente, en su línea de no terminar de cuajar con las personas. Pero seguiste hablando y calló.

Conozco Paraje de Ivar. De niño viví cerca.. junto a mi abuelo. explicó lentamente, pero al ver el tono de tu respuesta miró hacia un lado, bajó un poco la cabeza. Lo siento. Dije algo que te molestó.

Se quedó en silencio, asintió cuando dijo lo de Aren sin decir nada más. Se sentía algo incómodo, temeroso de haber metido la pata. Al final se puso en pie moviendo ligeramente la cabeza.

Volveré más tarde, cuando Rodegar esté. Gracias por la conversación. empezó a despedirse.

5 de Fuego del Hogar, Mañana, Salón principal

Negó con la cabeza y le miró dejando ver unos ojos vidriosos y una melancólica sonrisa.

- No lo sientas, no es culpa tuya. Respondió con amabilidad. Aunque sus palabras hubiera traído a su mente la reciente tragedia, no quería de ningún modo hacer que el chico se sintiera culpable porque hubiera dicho algo que le hacia recordar. Le diré que has venido para que esté pendiente. Que tengas un buen día dijo despidiendose de el. No podía negar que al haber reaccionado  de aquella forma, había creado un ambiente incomodo para ambos. Pero es que no era fácil ocultar las emociones.

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- Ah, una noche de juerga entonces Solo esperaba que quien estuviese para atenderla o atenderles, no estuviese hoy de mal humor, si mal no recordaba, ella había llegado junto a un hombre con un señor espadón a la espalda. Deduzco que tu amigo aun no se ha despertado ¿no? No le he visto bajar.

5 de Fuego del Hogar, Mediodía, Salón principal

Haming se marchó tan silenciosamente como llegó, atendiste la posada una hora y poco más hasta que llegó Rodegar. El posadero se dirigió a ti con aquel aire sombrío que había tenido los últimos días, pero procuraba mostrarse educado.

¿Cómo ha ido la mañana? ¿Algún problema? preguntó mientras examinaba con detalle que todo estuviera en su sitio.

4 de Fuego del Hogar, Mañana, Salón principal

Seretide le dedicó un guiño, como única contestación a su primera deducción. Dio un sorbo a su cerveza y suspiró, mesándose el cabello, con una sonrisa maliciosa en los labios- Sí. Supongo que está muy cansado. Ese espadón suyo da mucho trabajo. 

5 de Fuego del Hogar, Mediodía, Salón principal

Había estado afanada en cosas que la distrajeran lo suficiente como para no pensar en el asunto. Se había quedado bastante desanimada y quería salir de allí y tomar el aire. 

Se giro para ver al posadero y contestarle, se le veía también bastante afectado por lo que le habían dicho hacia días, aunque no fuera de una manera tan abierta, en su rostro se notaba a pesar de todo.

- No, solo Hamming, quería vender carne. Dijo que volverá mas tarde cuando estuvieses.

4 de Fuego del Hogar, Mañana, Salón principal

Se quedó completamente quieta mirando a la elfa y mirándola estupefacta y con la boca abierta, para luego dar pasó a la risa que le entro por culpa de sus palabras.

- Vale, casi que prefiero no saber si estas siendo literal o metafórica comento entre risas. Hay informaciones que no necesito tener.

4 de Fuego del Hogar, Mañana, Salón principal

Seretide rió de buena gana- No te preocupes. Lo dejaremos en que has asumido de qué espadón estoy hablando sin que yo lo haya especificado, y no daré más detalles.- comentó, maliciosa, apurando su jarra de cerveza. 

4 de Fuego del Hogar, Mañana, Salón principal

Rió negando con la cabeza, mirando entre divertida y alucinada a la elfa. - Dejando eso de lado... estuvo por soltar ella otra barbaridad, pero casi que prefirió callársela. ¿Que os trae a vosotros a Helgen? preguntó cambiando de tema por completo.

4 de Fuego del Hogar, Mañana, Salón principal

- No conozco demasiado bien los motivos del sacerdote. Después de todo, nos hemos conocido hace relativamente poco. Durante el viaje hacia Helgen. -explicó- Tengo entendido que creía que en un nuevo asentamiento haría falta un sacerdote de Arkay. -se encogió de hombros- En cuanto a mí... Bueno, cada cierto tiempo cambio de lugar. Unos meses aquí, otros allá, un par de años en una ciudad, una década en otra... -sonrió, procediendo a acabar la comida que había en el plato- Cualquier cosa con tal de evitar hastiarme. 

5 de Fuego del Hogar, Mediodía, Salón principal

Rodegar asintió con gravedad, su rostro mostró cierta pena cuando alzó el rostro, pensativo.

¿Hamming? repitió el nombre con un leve suspiro mientras comprobaba la barra. Ese chico es diligente, demasiado para su edad diría. negó con la cabeza comprobando la caja. Pero supongo que es normal, dadas las circunstancias..

Dejó en el aire esas palabras, Rodegar siguió comprobando las cosas como siempre hacía. Tal como decía que Hamming era demasiado diligente, él no se le quedaba a la zaga.