Partida Rol por web

Negativo señor Scheneider.- Fue la única respuesta que dio el bibliotecario antes de levantar la pistola bolter y volarles la cabeza a aquellos dos nativos.- Interrogatorio terminado.

Los dos proyectiles de bólter impactaron en las cabezas de aquellos-pobres-desgraciados-violadores-de-la-Ley-Imperial reventándolos como sandías en temporada. Rápido y limpio, si uno ignoraba las salpicaduras de sangre y cerebelo aderezadas con pequeñísimos trozos de cráneo.

Estaban muertos antes incluso de empezar a caer al suelo.

Con gesto imperturbable Marev activó el comunicador con sus compañeros de la Deathwatch

-No es la primera vez que se refiere a alguno de nosotros así-comentó con indiferencia-No sé cómo será en otros lugares. En Deliverance eso conlleva unas responsabilidades que deberá asumir.-con eso dio por zanjado el tema sin darle ninguna importancia.

Los tiros del bibliotecario dejaron dos cadáveres desmadejados en el suelo. Posiblemente hubiera habido que esperar a que el Interrogador diera por finalizado el interrogatorio aunque en opinión de Marev hacía ya un rato que debería haber acabado. Lo que estaba fuera de toda duda era desautorizar al bibliotecario, y más cuando él mismo compartía su actuación.

-Avanzamos-dijo por el altavoz externo para que lo oyeran todos y señaló el agujero que descendía a los pies del cenotafio. Ellos eran una fuerza de asalto y todo indicaba que lo que habían venido a buscar estaba por allí. Era una pérdida de tiempo entretenerse con los alrededores-Hermano Grigori abra la marcha-ahora sí era momento de marchar en orden de combate.

Presenció la ejecución y negó con la cabeza, demasiado ruido... pero él no iba a ser quien reprendiera al bibliotecario, es más, en cierto modo confiaba en que al verle negar de ese modo se sintiera algo avergonzado.

Miró a Marev cuando le ordenó que abriera la marcha y mandoble en mano, asintió con marcialidad y se encaminó a cumplir la orden... a abrir la marcha para seguir internándose en aquella cueva, tumba o guarida de algún culto pro xeno... fuere como fuere, todo apestaba, y todavía más que hubieran templarios negros en la zona. 

¡¿Pero qué ha hecho, está usted loco?! exclamo totalmente enfurecido mientras me giro y encaro al bibliotecario, ignorando por completo las ordenes de avanzar dadas por Marev. Esta vez la furia que sentía ante la forma de actuar de los Astartes no podía ser contenida ¡No se si se ha dado cuenta pero esto no es un máldito campo de batalla, es una hodida investigación criminal! ¿Sabe siquiera lo que significan esas palabras? Aunque por lo visto lo dudo bastante, ¡no puede ir por ahí apretando el gatillo a la primera de cambio! Puede que a la hora de matar xenos y herejes sean los mejores, pero esta claro que fuera de los aspectos de la guerra las habilidades de los Astartes dejan mucho que desear.

¿Sabe siquiera por que he intentado poner de nuestro lado a esos dos saqueadores? poco a poco me iba envalentonando, sin levantar la voz en exceso pero con un tono claramente enfadado y haciendo furiosos aspavientos con las manos ¿O el apretar el gatillo es para vosotros un acto reflejo y ni siquiera pensáis antes de hacerlo? No se si os habéis dado cuenta al principio, pero la gente de este tipo de sitios no suele hablar con extraños, menos si estos son Astartes y miembros de la inquisición. Quería utilizar a esos dos para sacar información de forma sencilla, pues la gente habla con más facilidad a una cara conocida. Amén de que pueden sacar información en sitios que no conocemos o en los que no podemos estar mientras investigamos otros sitios. Pero al parecer ustedes los Astartes son demasiados cerrados de mollera como para pensar en algo que este fuera del alcance de su bolter.

Además había una segunda razón para perdonarles la vida. Lo crean o no, en ocasiones ser magnánimo tiene sus ventajas. Si se hubiese corrido la voz de nuestra buena obra la gente estaría más dispuesta a hablar con nosotros, sabiendo que no somos unos puñeteros cabezas cuadradas y que somos razonables. ¿Pero ahora? ¿Qué pasara cuando se corra la voz de que los saqueadores han muerto a manos de los Astartes recién llegados? ¡Eso nos pondrá más trabas en la investigación, nadie querrá hablar con nosotros, ni dos darán acceso a zonas que pueden ser cruciales para la investigación! Y por si no lo sabía, hablar con la gente correcta y visitar los lugares adecuados es parte esencial en una investigación y yo que creía que al ser el bibliotecario sería el más inteligente y cabal de los tres y ha resultado ser el más cafre y cabestro...

Ya más calmado me giro en dirección al Guardian del Cuervo y me acerco lentamente a el, mirándole fijamente a la cara ¿y usted no tiene nada que decir? Se supone el líder del grupo, y como tal me ha dado la opción de decidir el destino de los presos dado que soy el experto en este tipo de temas. Sin embargo el hermano bibliotecario Astramael ha obrado como le ha venido en gana, desacreditando mi autoridad de paso, y usted no dice nada. ¿He de suponer entonces que de ahora en adelante el será el líder? ¿O he de entender que mi opinión y mi autoridad tienen el mismo valor que la mierda de Orko?

El bibliotecario miró al interrogador y sus extraños y exagerados movimientos de manos, respiró hondo y recitando los primeros versos de la letanía de calma se armó de paciencia.

El tono que empleó para contestarle era el mismo que hubiese utilizado para explicarle algo a un niño. Un niño al que se le había caído una piruleta a una alcantarilla y ahora era incapaz de recuperarla.- Estos humanos eran traficantes de tecnología Xeno. Solo un destino espera a quienes con sus actos atentan de ese modo contra la especie humana.- Tal simple y sencillo que hasta un niño podría entenderlo.

No hacía falta entrar a discutir si los templarios negros habían o no dejado algún testigo para responder a la pregunta que hizo Schneider. Era de necios simplemente pensarlo, igual que lo era pensar que ellos lo dejarían.

El bibliotecario comenzó a caminar tras el guardián de la tormenta, dando por resuelto aquel asunto. Dos pasos después su voz volvió a resonar en el canal de comunicación interno.-Le aconsejo, interrogador, que si no desea quedarse atrás comience a avanzar de inmediato.

Después de los disparos y las voces Marev dejó de avanzar. Se giró con lentitud clavando la mirada a través de los visores en el interrogador. Sin embargo no rompió la disciplina de silencio, usando el comunicador en su lugar, a diferencia del resto. Su voz fría y aséptica apenas se veía modificada por la calidad del aparato.

-Se confunde en varias cosas Interrogador.-comenzó a enumerar-Esto no es exclusivamente una investigación, estamos en zona hostil y por tanto bajo actuación militar. Esos sujetos no iban a decir nada más de utilidad; liberarlos habría sido contraproducente para la misión-Empezaba a sospechar que el Interrogador sobrevaloraba sus propias habilidades y, además, si no quedaban testigos tampoco podría nadie decir qué había pasado con ellos- Desconozco a que Ordo pertenece usted, pero la Deathwatch colabora con la Ordo Xenos. Para humanos contaminados por tecnología alienígena sólo hay una vía de actuación. Por tanto respaldo la actuación del hermano Bibliotecario Astramael. Si usted no está de acuerdo con ésto puede rellenar un informe y presentarlo al Capitán cuando volvamos.-

Lo que no había gustado lo más mínimo a Marev era que aún cuando él no había solicitado ser el oficial al mando de la misión se pusiera en tela de juicio su autoridad y así se lo hizo saber-Cualquier acto de insubordinación frente al oficial al mando también tiene una única vía de actuación señor Schneider.-A pesar de que el tono carecía de variaciones, no había que ser muy listo para darse cuenta del aviso a navegantes que el Marine había dejado caer-Haría bien en recordar que nosotros no somos el Ejército Imperial. -La Deathwatch no tenía oficiales políticos al estilo de la Guardia y sus Comisarios, por tanto las decisiones que tomase el mando correspondiente eran absolutas e incuestionables una vez decididas.

De hecho si iba a ser un problema su presencia allí, el Guardia del Cuervo le daría la opción de quitarse del medio un tiempo para que se calmaran los ánimos -Si quiere puede volver a la nave e ir redactando. En caso contrario espero que se comporte de acuerdo a su posición en una zona de guerra-No iba a dejar de lado a un Hermano de Batalla, y más cuando compartía su forma de actuar. Sin embargo habría preferido ejecutarles él mismo debido a que su arma era mucho menos escandalosa. No tenía nada más que añadir. Sin esperar respuesta volvió a girarse y retomó su posición en la marcha descendiente hacia los subterráneos del cenotafio.

Grigori se quedó estupefacto ante la actuación del interrogador, bastante era soportar que llamara hermanos a los marines espaciales como para tener que aguantar esa bronca... en cierto modo, y en otra situación, aquello se lo hubiera tomado a risa, era como ver a un niño de diez años abroncando a su abuelo. 

El bibliotecario y Marev habían sido claros, solo con ellos dos ya habían dicho practicamente todo lo que el Guardián de la Tormenta pensaba, y seguir la discusión sería, a su juicio, otro error... pero si que tenía ganas de añadir algo, muchas ganas - no olvide esto Interrogador - deliberadamente recalcó su puesto, que no llegaba ni a Inquisidor - no somos sus hermanos, hágase un favor y no se extralimite - dicho aquello, emprendió de nuevo la marcha como le habían ordenado.

Lance una profunda mirada de decepción a los marines, en especial a Marev cuando creía que había encontrado unos Astartes decentes y resulta que son igual de altaneros, orgullosos y estúpidos que los demás. Está claro que con estos salvajes el único razonamiento posible es el del fuego del bolter. Y yo que creía que los bárbaros estaban fuera de la cueva... No entiendo como el Ordo Xenos ha confiado la vida de dos inquisidores a estos tres...

Toda investigación se hace en una zona hostil Guardia del Cuervo dadas las palabras de Grigori y dada la tendencia excesiva a solucionar sus problemas por la vía bolter decidí pasar a llamar a los Astartes por su capítulo pero el nivel de hostilidad depende de las acciones que se lleven a cabo. Y si comienza a disparar a la primera de cambio en lugar de tratar de entablar algún tipo de vínculo con los lugareños créame que la hostilidad crecerá y mucho. Espero que lo tenga en cuenta antes de convertir Kar' Thir en una zona de guerra.

Conozco perfectamente el destino de los traficantes de tecnología Xeno Angel Sangriento nunca un nombre fue tan apropiado pero incluso los más duros de los castigos pueden posponerse unos días si de esa forma conseguimos algo a cambio. Por si no se había dado cuenta ¿como se va a dar cuenta si seguro que en lugar de cerebro tiene un bolter y una espada sierra? en ningún momento he dicho que vaya a perdonarles la vida, solo que no iba a disparar ahora mismo. Habiendo dado ordenes a las autoridades de que los retuvieran una vez que fueran a ellas les podíamos haber dado el mismo castigo más adelante. Pero parece ser que pese a ser bibliotecario la paciencia no es una de sus virtudes.

Comienzo a avanzar lentamente con la Hellgun en mano no se preocupe, puede dar por hecho que a la vuelta redactaré un informe. Solo rezo al Emperador por las almas de los dos pobres inquisidores y que seamos capaces de salvarlos a tiempo...

Antes de entrar en disciplina de silencio vuelvo a hablar por última vez y no se preocupe Guardian de la Tormenta, no volveré extralimitarme y llamarlos hermanos. El Emperador me libre de considerarme su igual, no quisiera perder el buen juicio y la humanidad que tengo...

Avanzásteis por los dos túneles gemelos que nacían tras sendos altares. Sus muros eran de una suavidad sin igual, como si hubieran sido lijados con un gran cuidado. No. Decididamente no era un buen simil. Un lijado dejaría imperfecciones ondulatorias y aquello era, al menos en origen, de la perfección de un espejo. ¿Cómo habrían construido eso? Es como si en origen hubiera sido líquido. Y en medio de esa superficie perfecta había imágenes en un sorprendente buen estado y de una naturaleza aún más sorprendente. Eran diminutos engarces dorados introducidos en punciones de su tamaño realizadas en la roca. Representaban algo. Es más, representaban diversas cosas. Había ¿paisajes?, algo parecido a paisajes con extrañas estructuras proporcionales y geométricas, también un sarcófago de diseño similar extrañas caras alargadas y muy marcadas, casi esqueléticas. Más adelante, destacaba un gran panel circular (de una circularidad perfecta, incluso) con engarces de todos los tamaños y colores. Su complejidad era abrumadora. En él había además dibujadas finísimas elipses que se entrecruzaban unas con otras y un montón de... ¿anotaciones? en una tinta dorada. Los caracteres eran diminutos, geométricos y muy comprimidos, escritos con mimo y dedicación. Aquello habría llevado meses, quizá años. Y... faltaban algunos de los engarces. Sospechábais el por qué.

Todo tenía una cierta coherencia de diseño. Era como si hubiera pertenecido a una civilización muy pequeña o muy estandarizada, sin una gran diversidad, pero de unos niveles de perfección que harían palidecer a un adepto de Marte. El propósito o incluso la naturaleza original de aquellas ruinas os parecía un misterio.

Los túneles desembocaban ambos en un vestíbulo no demasiado grande. Un día fue o tuvo una fachada con cierta decoración, pero ha sido saqueada y maltratada hasta la saciedad, si es que el hambre de los ladrones de tumbas tiene fin. Tenga que ver o no con éste hecho, los pilares han cedido y parte del techo se ha derrumbado. El sitio está desolado hasta el punto en que lo más destacable (quizá lo único destacable) es una enorme grieta que se extiende unos 30 m que se abre a un abismo. No parece accidental o natural. Podría decirse simplemente que apenas queda hay suelo. La caída es de centenares de metros, pero hay suficientes salientes e irregularidades como para que el descenso no suponga un desafío extremo. Del fondo proviene un eco de voces sostenido y rítmico a la vez, y el brillar débil de luces remotas.

Grigori, en cabeza fue el primero en ir descubriendo todo lo que le mostraba aquella gruta... la perfección del diseño, las señales que cada vez dejaban más claro que estaban en algo que hicieron unos xenos... Grigori deseó al Emperador que ya estuvieran extintos, pero a cada paso que daban, una mala sensación le iba atenazando sendos corazones...

Una vez llegaron al vestíbulo, el marine señaló con la espada la grieta e indicó, con gestos de batalla, la clara pregunta que todos se hacían... ¿bajamos? 

Tan pronto como el Interrogador abrió la boca y habló el Guardia del Cuervo se movió con una celeridad que nadie esperaría en alguien de su tamaño. Plantó el guantelete en la boca de Schneider silenciándolo de forma efectiva. Por el comunicador añadió únicamente una breve frase mientras las lentes oscuras de su casco refulgían fijas en el humano- Silencio de combate-y aquello era ya el segundo aviso que daba. Aquella manía del Interrogador de quedar encima como el promethium le parecía banal pero la jerarquía tenía que quedar clara de una vez por todas.

Avanzaron por donde había indicado y señaló la grieta ignorando la decoración del lugar. Tenían un objetivo y estaba claro el curso a seguir: bajar. Asintió a la pregunta de Grigori para que descendiera el primero. Con gestos rápidos indicó a Schneider y Astramael que siguieran. El bibliotecario iba a mantenerse cerca del interrogador, como forma de asegurarse que ambos estuvieran callados pues estaba claro que no había buena relación. Y de paso volvía a dejar claro que no toleraría más injerencias. Él bajaría el último cubriendo mientras el descenso de los demás con el bólter, manteniéndose a una distancia en la que sus habilidades serían más útiles.

Grigori se paró frente la gran obertura y colocó su sacris claymore en el lateral de la mochila, con el cierre magnético se quedó adherida sin dificultad y se asomó con cierta cautela... luego, miró a Marev y con gestos de batalla indicó con cierta facilidad

Muy profundo

Luego volvió a mirar y esta vez con más detinimiento tratando de discernir o estimar la profundidad de la misma...

Habría un par de centenares de metros. Una caída libre desde esa altura probablemente sería letal hasta para un Marine. Por suerte, las características de la grieta eran favorables: era bastante irregular, así que aun en medio de una caída no sería difícil encontrar un asidero al que agarrarse desesperadamente, dentro de la sencillez relativa de encontrar asideros en caídas.

Al final se vio obligado a hablar por la radio, cosa que no quería hacer... - es muy profundo... cerca de un par de centenares de metros, aunque hay asideros por donde poder apoyarnos... Interrogador ¿Sabe trepar? - fue una pregunta sincera y real, no sabría si tendrían que cargar con él... aquel despreciable ser le caía mal, pero no le deseaba ningún mal.

Marev ni se movió. Activó una vez más la radio y con tono monocorde dijo a los demás -Coged los picos y herramientas de los mineros-total, ellos ya no las iban a necesitar-cread más puntos de apoyo con ellos e iremos bajando en el orden establecido por etapas.-sería un proceso largo, no sería fácil, pero era la única alternativa que tenían en la que cayera el Guardia del Cuervo.

Ni siquiera se planteó que otro cargase con el Interrogador. Bajaría, o caería, por sus propios medios igual que todos los demás.

Grigori asintió al líder de la pequeña unidad que eran y comenzó a descender después de coger un pico. 
El guardian iba bajando a buen ritmo, con seguridad y usando el pico cuando era necesario para construir un saliente donde apoyarse... lo cierto era que le estaba resultando muy fácil y confiaba que el interrogador lo encontrara del mismo modo, fácil y que pudiera bajar sin problemas.

Cuando vuelven con los picos el bibliotecario volvió a fijarse en los otros pasillos que salían de la sala principal deseando que nada se ocultase en ellos para emboscarlos mientras ellos descendían por aquella grieta.

Sin pensárlo mucho más, bajó tras el guardián de la tormenta, como había ordenado el guardia del cuervo, aprovechando los salientes que el primero iba haciendo en la dura roca y realizando alguno nuevo.

Los picos estaban resultando bastante útiles; aunque el poco elemento sorpresa que había quedado después de liberar a los contrabandistas xenos lo estaban perdiendo con cada metro de ruidoso descenso, aunque la verdad era que al ángel sangriento aquello no era de las cosas que más le preocupasen en aquellos momentos.

Miraba constantemente hacia arriba, preguntándose si el interrogador sería capaz de bajar o le tocaría sujetarlo en mitad de su caída.

Después de unos metros de descenso, en los que el bibliotecario no dejaba de mirar para arriba constantemente, a Astramael le pareció ver la sombra de la duda asomar por la cara del interrogador.

¿Necesita ayuda señor Schneider?- Le preguntó por un canal privado. El hermano Solaro lo había dejado a su cuidado no una sino ya dos veces en la última hora, así que ahora el bienestar físico de aquel hombre era su responsabilidad. Además, la mayoría de veces que las misiones fracasaban era por culpa el eslabón más débil y en aquella grieta ese eslabón era sin duda el interrogador.