Partida Rol por web

Vesper sacó su café con prontitud y luego reparó en su error: debería haberlo dejado para que se convirtiera en un trago. Hizo un pequeño rictus de lado y meneó la cabeza tan suavemente que su cabello apenas le lamió las mejillas, luego amplió la sonrisa y mientras se llevaba la bebida a los labios se alejó un par de pasos para contemplar el cambio obrado en la sala, quiso preguntar si era correcto que aquello sucediera pero no quiso sonar aguafiestas.

Retrocedió algo aparatosamente como si en vez de moverse por sí misma fuera una imagen en una cinta rebobinada y se mantuvo a una juiciosa distancia, más específicamente desde donde podía echar miradas a Red, no era que no confiara en el juicio de los demás pero después de lo de anoche… Luego tendría que pedirle que le dejara ver los dibujos… Los dibujos, un dibujo vino a su mente pero no supo de dónde, una torre de mago…

Sonrió a Beat asintiendo pero estaba demasiado ensimismada como para sacar de su mente los pensamientos que se iban acumulando uno tras otro en cascada, algo había pasado explicó el DJ, algo que podría haber destruido una parte de la ciudad, ese algo sin duda explicaba el porqué de aquella mañana, el que involucraba no tener en claro cómo había terminado su noche a pesar de estar totalmente sobria y en sus cabales…

Su cuerpo retembló y el café bajó de su mano hasta quedar sostenido por la punta de sus dedos, sus brazos también bajaron hasta quedar a los lados de su cuerpo y alzó ligeramente la cabeza entornando los ojos disfrutando de la voluptuosa sensación de abandono que producía conectarse con la línea directa a Cronos, aquel que guía la vida de sus hijos inmortales hacia su boca hambrienta, y a la Entropía, su hija ciega cuyos ojos devoraban galaxias, mientras un sentimiento de eco y velo le erizaba los vellos de los brazos y la nuca. Los hilos que delimitaban las decisiones de los hombres en el gran tapiz y sus nodos de energía temporal se desplegaban ante sus ojos sutiles otra vez, Vesper recordó la visión que había agitado su mente y su ser todo en el corazón del club la noche anterior mientras los presentes se debatían entre proyectar o no lo que Beat tenía que poner en la portátil…

Volvió el vértigo de la destrucción y el vacío, pero esta vez al ser un recuerdo pudo lidiar con él y se mantuvo en sus trece. Sin embargo, de pronto alzó la mano hacia adelante y empezó a moverla en negación, le pareció que por un instante podía ver el fantasma de sus movimientos como si estos fueran muy lentos -No, no, no… -se dio cuenta de que estaba ensimismada y luchó por salir de la influencia de la visión, cerró los ojos un instante inspirando con profundidad y volvió a abrirlos, centrada.

-Antes de dar play escuchen, por favor. Anoche tuve una visión entre el momento en el que Alix desapareció de mi vista y Arthur nos llenó del polvo de estrellas, una visión tan fuerte que me hizo tambalear y Red y Eve me tuvieron que ayudar a salir de la pista.

-Vi nuestras vidas de aquí a un año. Contemplé los anuncios de distintas fiestas futuras, obras de teatro y otras actividades… -miró a Helene y a Kate -También vi Alix pintando un mural impresionante y las fotos de su ficha policial cuando lo arrestaban. A Beat dando un concierto para miles de personas, y luego recluido en una institución mental -su mirada fue hacia el DJ con una expresión de notoria consternación, mientras se tomaba el brazo apenada. Sopesó si decir lo de Red y ella, quizás luego porque era personal.

-Vi a Eve danzando en el aire sobre las cabezas de todos, y luego vi cómo era secuestrada por unos hombres sombríos en una furgoneta negra de cristales oscuros-. Hizo una pequeña pausa suspirando -Vi a Arthur escribiendo un libro y luego un par de dibujos, en uno de ellos había una alta torre que se erguía en medio de un pueblo medieval que me recordó a la torre de Saruman en las pelis del Señor de los Anillos.

Se mojó los labios -El otro había un espejo en el que todos nos veíamos reflejados, y cruzábamos, guiados por Redmond, por un portal que nos conducía al reino que Alix nos mostró en su creación, no estábamos solos, sino que cientos de durmientes nos acompañaban, bailando entre las hermosas esculturas -solo en aquel momento conectó su sueño de aquella tarde con su recuerdo y se quedó momentáneamente muda, decidió finalizar con el relato antes de unirlo a lo que habían soñado juntos.

Su rostro se ensombreció -Pero algo pasó, de pronto empezaron a llover planetas que se estrellaban sobre la arena, cundía el pánico y entonces un gigante rojo sin rostro se estampó contra el suelo aplastándolo todo -el recuerdo del dibujo que Red hiciera antes de dormir le vino a la mente y no pudo evitar mirarlo por un instante sintiendo su corazón dando un vuelco.

-La imagen se fundía en negro, pero no era un color sólido, estaba formado por plumas de cuervo ensangrentadas que al esparcirse dejaron ver una pirámide de deshechos, trozos de las esculturas y partes rotas de extrañas máquinas, entre las que se amontonaban cadáveres de imposibles criaturas y personas masacradas. Todos estábamos muertos y en el cénit de la pila de muerte distinguí una figura al contraluz de un negro impenetrable, blandiendo una espada cubierta de sangre que vibraba, electrificada.

Hizo un largo silencio, cargado de significado -Sé que todas estas visiones pueden causarnos consternación, pero se nos han dado para todo lo contrario: hemos de estar atentos, a nuestros enemigos, a los acontecimientos… Lo que he visto, no es una profecía irreductible, sino que puede revertirse y es tanto un regalo como una advertencia.

No habló más, ya lo había hecho demasiado.

Eso explicaba muchas cosas. Sobre todo, la razón por la que ni Blue ni él recordaran cómo había terminado la noche. Tenían claro que habían bailado, y que se habían besado, pero ahora que Beat les había revelado que fue él quien paró la exhibición de Alix, entendía que el pincha era el responsable de los "huecos" que notaba en su mente. Había hecho cortes entre una escena y otra, como el montaje inconexo de una película, pero directamente sobre la realidad. Puto genio.

- Aunque apeste a Paradoja, creo que tenemos enchufarlo. La Casa lo quiere. - Red sentía un extremo respeto por la House of Yes. Sabía que Kate y Helena eran buenas, pero lo que habían creado aquí era mayor que la suma de ellas, una entidad gestalt con voluntad propia, y puede que hasta con intelecto. - Aunque no sé si será prudente enchufar eso sin tomar alguna precaución. - Se encogió de hombros y movió una mano hacia Beat. Él era el experto en esos rollos tecnológicos.

Entonces, Blue habló de su visión. Una tan fuerte que había hecho que se desvaneciese en mitad de la pista de baile, cuando fueron a por ella. 

Y entre recogerla del suelo y estar después bailando con ella... 

... un espacio en blanco en su mente. 

Escuchó la narración con mucha atención. No se le escapó el hecho de que entre todos los recuerdos del futuro no había uno de ella y él. Pero en ocasiones la pequeña bruja les había comentado que en sus visiones no se solía ver a sí misma.

Cuando habló del espejo y de cómo lo atravesaban para llegar a un reino onírico, Red asintió. Su sueño compartido había sido una visión, después de todo. Esa ciudad parecía existir realmente, en algún lugar más allá de la vigilia. Quizá las barreras entre los mundos se habían debilitado, por cualquier motivo. Y si habían estado una vez, en un viaje onírico, podían viajar de nuevo, a través de un espejo. Sí. Sí, podía hacerlo, y Red pensó en la fórmula matemática que tendría que utilizar, lo que debería preparar para abrir el portal, las...

Su pensamiento se interrumpió y un sabor metálico le subió a la garganta cuando la vidente habló del gigante rojo destruido, roto en mil pedazos. - Mi alma está hecha añicos. - susurró. Es lo que había escrito en el dibujo de su sueño. Era la pesadilla que le había atormentado en los últimos días. - Yo también lo he visto. - No era tan bueno como ella, pero lo había soñado.

Hubo un silencio prolongado y después, las palabras de Blue sobre que esto era una advertencia. Tenía que dar su propia opinión. - El gigante rojo sin rostro se me presentó por primera vez cuando desperté. Es mi guía. Una representación de mi alma, mi maestra decía que era mi Avatar. - Movió una mano, como quitándole importancia al nombre. - Se me aparece a menudo en visiones, en sueños. En ocasiones, incluso en el mundo real, de modos que no comprendo del todo. Pero nunca me ha mentido. Nunca. Todo aquello de lo que me ha advertido se ha cumplido de un modo u otro. - Miró a Blue y logró sonreír ligeramente. - Quizá en mi caso sí son profecías irreductibles, o puede que no haya tenido la fuerza o la voluntad para cambiarlas. - Su mirada se fue moviendo por las distintas personas de la sala. - También he visto las máquinas. He tenido visiones en las que un ojo mecánico observa esa ciudad de sueños de la que habla Blue. Pensaba que la ciudad podía ser una representación simbólica de la House of Yes, pero ahora ya no estoy tan seguro. 

Miró a Beat. - Definitivamente, con Paradoja o sin ella, creo que hay que meter el disco en el ordenador. Tenemos que saber qué conexión hay entre la ciudad y nuestra casa.

En principio la idea de nuestro barrio, o mejor aún, toda la ciudad, volando en pedazos me resulta encantadora. Lo cuenta Beat  e inmediatamente me caen los recuerdos de la terraza de Sir Wheeler y el bautismo del Apocalipstick. Me invade la nostalgia aunque eso no sucedió hace apenas horas. Definitivamente quiero ver lo que sea que tenga el DJ allí.

Usualmente los relatos de sueños y visiones me aburren de muerte. Son cosas que sólo tienen significado para el soñador y a veces ni eso. Me resulta patético el entusiasmo con que algunos desarrollan esas narraciones sin sentido. Sin embargo Vesper consigue toda mi atención. Creo que el secreto es que relata sus visiones con sutileza y por momentos como si no le importara si me interesa o no.

Siento que algo se me está perdiendo en todo esto. Por mi parte tengo información muchísimo más mundana pero seguramente también interesará. Pero lo comentaré luego, no quiero cambiarles de tema, tan entusiasmados se los ve. – Anda, pínchalo, Beat. -

Todos en la sala escucharon con atención los relatos de Vesper y Redmond, y en sus rostros podían leerse las emociones que los visones de ambos Magos les producían.

Helena y Kate eran como el Yin y el Yang, dos fuerzas opuestas y al mismo tiempo complementarias, tanto que sus personalidades parecían estar intercambiadas y eran exactamente lo contrario que insinuaban sus apariencias.

Kate, delgada, de piel pálida y aspecto frágil, era en realidad una mujer muy fuerte, como dejaba ver cuando se ponía la máscara y blandía su soldador para trabajar en las esculturas metálicas o en las jaulas, aros y demás parafernalia sobre las que bailaba Helena y las demás chicas, colgadas del techo del HoY sobre las cabezas del público.

Helena, por su parte, de físico corpulento esculpido a base de ejercicio, era un ser muy sensible y, a veces, frágil. Tenía momentos de gran creatividad y energía, pero otros en los que lo veía todo negro y se sumergía en las depresiones más profundas.

Su modo de entender la magia también se complementaba, el de Helena era más físico, y el de Kate, a pesar de su trabajo con el metal y otros materiales, más espiritual. Sin embargo, los ojos de Helena brillaron y su sonrisa iluminó la sala al escuchar hablar de ese “otro mundo”.... Una sombra apagó la mirada de Kate, que solía lucir clara y esmeralda como un lago en la montaña, sus delgados labios se apretaron dejando una simple línea en su rostro y su ceño se frunció mientras apuntaba algunas frases en un cuaderno que cogió, alargando el brazo sobre la mesa, siempre había papel y lápiz disponible en la sala para apuntar ideas.

-¡Eso es flipante!- dijo Helena, emocionada- ¡estoy deseando sabe más sobre ese reino que os mostró Alix!.

-Espera un momento Helena… hombres sombríos… una furgoneta negra de cristales oscuros… partes rotas de extrañas máquinas… una espada electrificada…un ojo mecánico observando -leyó Kate de la libreta- ¿acaso eso no os dice nada? – preguntó, mirando alternativamente a Helena y a Beat, quien asintió con una ligera inclinación.

-La guerra acabó hace tiempo Katie, ya no nos persiguen ni dan caza, y nadie como tú sabe que los portales a los otros mundos se cerraron. El que se haya abierto uno… ¡y en nuestra propia casa! Es una gran noticia…-

-Y lo es, no te lo niego, pero tal vez sea eso lo que esté atrayendo a la Tecnocracia. Hay advertencias en las visiones que no podemos dejar de lado. Solo digo que debemos prepararnos-

-Pues yo pienso que lo más importante es encontrar ese reino antes de que lo hagan otros…-

-Esperad un momento chicas- las cortó Beat- nos estamos metiendo en un jardín, y es mejor que les pongamos un poco al día al resto antes de seguir…-

-Como dice Helena, hubo una guerra… yo no era más que un adolescente, y las jefas son mas viejas de lo que aparentan…- dijo medio en broma.

Pasó entonces a hablarles de lo que llamó Guerra de la Ascensión. Una guerra oculta en el paso de los siglos en la que lo que había en jugego era nada menos que el control por la propia realidad. Les contó sobre las facciones implicadas, el consejo de las nueve Tradiciones, de las que confesó haber formado parte, tanto él como las chicas. Les habló de sus distintos puntos de vista, y su frágil equilibrio para permanecer unidos frente al enemigo común, la Tecnocracia. Les explicó cómo estos controlaban a las masas y les habían dado caza como a terroristas, que por su mera existencia amenazaban su ideal de realidad consensuada. Les explicó que en el cenit de la contienda ocurrió un suceso que unos llamaban Tormenta de Avatares y otros Anomalía Dimensional, y que cortó la comunicación con los otros mundos dejando a los maestros aislados más allá de la Celosía, y a las Tradiciones sin cabeza. Mencionó incluso a las demás facciones; los Merodeadores, los Nefandos, y los Dispares…

-Es cierto que la guerra terminó – concluyó- y los tecnócratas se erigieron vencedores, o eso creen ellos… Aunque no les falta parte de razón, sólo hay que darse un paseo por la calle o bajar al metro para ver a todos esos durmientes enganchados a sus pantallas… Pero aunque el consejo de las tradiciones se haya desmanteladoy sus miembros permanezcan escondidos en las grietas del mundo, algunos como nosotros resistimos, y no nos tragamos la mierda que nos quieren vender. Huérfanos, nos llaman, pero aquí estamos, y debemos defender nuestra realidad a toda costa…-

-Creo que ambas tenéis razón, tenemos que prepararnos para lo que pueda venir, aunque el enemigo aun no se haya revelado, y debemos encontrar ese mundo… por lo que ví esta hecho de todo lo que hemos construido aquí chicas, es nuestro, todos nosotros lo hemos creado... y el que se haya abierto un portal significa que estamos en peligro, y las adevrtencias de vuestras visiones el que tal vez la guerra este llamando de nuevo a nustras puertas-

Se volvió entonces hacia Vesper -En tus visiones aparecíamos todos allí, con los durmientes. Creo que viste múltiples posibilidades, y esa era en la que ganábamos, la otra… no quiero ni pensarlo. La muerte no es ni mucho menos lo pero que podría ocurrirnos-

Vesper se removió inquieta en su lugar y se tensó, las palabras de Beat trajeron a su mente el final de la visión que acababa de describir… y volvió a revivir todo otra vez; porque las visiones no se desvanecen en el aire, perduran con su propio tono, peso y esencia en la mente de quien las visionó y de quienes les sirven de recipiente, de biblioteca podría decirse, hasta que suceden y la mente del mago es liberada de esa carga. Cuando se tiene un deja vú se libera espacio en la memoria, cuando una profecía se cumple el profeta, la pitonisa, el oráculo puede suspirar aliviado: ha ocurrido, finalmente.

La muchacha rememoró en un instante el vagabundeo en soledad durante su adolescencia, ¡Cuán cruel y árido le había parecido el mundo de a momentos! Se recordó a sí misma sentada en la cornisa de un edificio mirando hacia abajo, pensando qué aburrida era la vida de los durmientes, girando siempre en torno a los asuntos más baladíes, aferrados a lo tangible como al aliento de vida ignorando todo lo demás mientras desviaban la mirada de la verdadera realidad. Supo en aquel momento que no cambiaría ni un solo segundo de autoconocimiento por toda la supuesta paz mental que acarreaba mantener la vista solo en lo aparente como un caballo con anteojeras que solo puede mirar un camino. Pero qué sola se había sentido.

Luego vendría Bridget a enseñarle que la realidad de los durmientes era necesaria, había que estar en paz con ella, había que respetar la individualidad… Su maestra había traído algo de paz y estabilidad a su corazón, al menos hasta que su alma había partido hacia la Terra Incógnita tras el velo de la muerte. Bridget también le había hablado de la Guerra pero someramente, solo para advertirle sobre la tecnocracia. Prestó atención a las palabras de Beat, se dio cuenta de que nuevamente había estado muy callada… aunque para ser justos tampoco era tan parlanchina. La muchacha debía ahora albergar la incertidumbre honda de cuáles de los finales sucedería, pero al menos ya no lo hacía sola: estaba acompañada y era por eso por lo cual House of YES y todos sus bellos habitantes eran tan queridos a su corazón y su familia.

-Yo también creo que hay que encontrar esa ciudad antes de que lo hagan otros -confirmó -Y creo que hay que ver qué tiene el disco, como ya dije. Pero con cuidado... -se sintió un poco tonta al decirlo, era obvio que iban a tenerlo, al menos... Helena y Kate.

Sintió frío y se le erizó la piel de solo pensar en la figura brillante con la espada flameante sobre la pila de escombros… Definitivamente no quería que eso ocurriera.

La cosa venía emocionante, con visiones misteriosas y pequeños secretos. ¿Qué Helena y Kate son mayores de lo que parecen? NECESITO conocer su truco. Pero la conversación comenzó a virar. Beat empezó con eso de la Guerra… ¡Qué deprimente! Y luego más, un consejo… tradiciones. PUAJ. Todo sonaba tan común.  De alguna manera todo este tiempo sentí que éramos especiales, diferentes, o sea, tenemos estos trucos y maravillas, y ¿Para qué? Para ser lo mismo que los demás humanos, con sus facciones, ambiciones personales por encima del conjunto, mezquindades y absurdas rivalidades. Todo ello para terminar en la olla del Sistema que prepara un triste guiso homogéneo, en el que cada cucharada sabe igual sin importar qué parte estés probando. Hasta aquí también llegan los tentáculos del aburrido consenso.

Mi cara de decepción no se disimula ni un poco. Sin quitar la expresión de estar oliendo mierda, empiezo a revolver mi bolso de mano. – Creí que no venía al caso, pero sí que viene. Un momento por favor. – Saco y dejo caer un la tapa de una olla. – Es que debe estar por aquí. – Cae un libro contable. – Hay que ver la de cosas que llevo – Saco un DVD virgen, sostengo a la altura de los ojos. – Probablemente lo único virgen de la sala. – Finalmente saco una carpeta con algunos papeles. – Esto, aquí está. – Extiendo el papelerío a los demás. – Hoy temprano Vesper, Red y yo estuvimos echando un vistazo en las nuevas construcciones del barrio, pero son personas muy desagradables y no conseguimos gran cosa. Así que inicié mi propia investigación. Resulta que van a hacer un zocotroco espantoso. – Muestro las imágenes de los montajes. – Que supuestamente traerá gentes de dinero y, sobre todo, camionadas de snobs. “La Torre del Arte”, la van a llamar. Si me permiten el comentario, hay pocas cosas que digan menos “arte” que poner la palabra en el nombre. ¡Qué poca creatividad! En fin. – Suspiro – No termina allí, todo lo que es el Waterfront será convertido en rascacielos, oficinas y residencias paulatinamente, según Blackstone y otros inversores vayan ganando permisos para demoler los viejos edificios. Hasta ahora la noticia no me alteraba en lo más mínimo, pero ahora que me hablan de esta “tecnocracia”… pues seguro que viene de la mano. La semana que viene habrá un congreso para presentar posibles proyectos. Tendríamos que ir a husmear, eso sí, hay que conseguir invitaciones.

Todo lo que contó Beat sobre la Guerra de la Ascensión, la Tecnocracia, las Tradiciones... tenía sentido. Lo tenía porque era como el marco de un cuadro, que delimitaba los límites de lo posible y daba una estructura sobre la que trabajar. Y ya estaba pensando en cómo encajaba todo lo que conocía en aquello que Beat les estaba contando. ¿Se había encontrado con la Tecnocracia antes? ¿Habían sido Merodeadores los que provocaron eso que vió en San Francisco? ¿Y si fueron los Nefandos los que terminaron con...?

... Brittany. Brittany nunca le habló de esto. Nunca le habló de nada más allá de lo que a ella le convenía. Quizá no llegó a enterarse de lo de la Guerra de la Ascensión, igual que le había pasada a él hasta ahora. O quizá llegó a trabajar para algunas de las facciones. Conociéndola... probablemente trabajó para todas y ninguna a la vez.

Huérfanos, nos llaman. Un nombre muy apropiado. De algún modo, sintió que lo eran: los Niños Perdidos, viviendo en el País de Nunca Jamás.

Y si la Tecnocracia o cualquiera de los otros grupos trataba de arrebatarles eso, tendrían que luchar para impedirlo.

El sonido de la tapa de una olla rebotando en el suelo le hizo volver a la realidad y perder el hilo de su pensamiento. Sonrió al ver cómo ejecutaba su espectáculo. Aunque, en realidad, ella vivía en un espectáculo continuo. Sus palabras le hicieron reflexionar. - ¿Un congreso? ¿De arquitectos, mecenas, o de qué tipo? Dependiendo de lo que sea, podríamos intentar conseguir esas invitaciones.

Kate echó mano a la carpeta y estudió a las fotografías, después revisó las notas que había escrito en la libreta.

- Vesper, aquí tienes tu torre de Saruman…- dijo, dejando sobre la mesa una de las imágenes*.

En esta podía apreciarse cómo el futuro hotel sobresalía como una torre solitaria, dominándolo todo, muy por encima de las antiguas construcciones de una o dos plantas que daban su carácter a esa parte del barrio. Ese era uno de los acertijos que no había entendido de la visión de la adivina, y que ahora, tras el relato de Diabolique sobre su reunión con Brian, se había esclarecido. Y esa certeza hizo que se le erizara todo el vello, pues significaba que tenían el enemigo a las puertas.

El hotel en construcción le recordó a antiguas lecciones de historia; de cómo el sultán Mehmed II levantó la fortaleza de Bogazkesen (Cortador del Estrecho o Cortador de Gargantas), sobre la ribera europea del Bósforo, en su parte más estrecha, con poco más de 600 metros de ancho. Las torres se erigieron en el año 1453, en un tiempo record de tan solo cuatro meses, justo antes de conquistar Constantinopla. Gracias a su ubicación estratégica junto a la fortaleza gemela de Anadolu Hisari, en el lado otomano, las tropas de Mehmed pudieron bloquear el paso de las flotas cristianas, evitando que los bizantinos recibieran ayuda por mar durante el asedio a la ciudad.

Aunque la situación geográfica e histórica era diferente, estaba claro que si realmente se trataba de la tecnocracia la construcción de tan improbable edificio tendría algún motivo oculto. Se imaginó, por su situación, que cuando estuviera terminado desde su azotea se dominaría perfectamente la rivera del East River, y Manhattan al otro lado, pero dudaba que solo se plantearan “conquistar” el Riverside, temía que se tratase del barrio entero…

- Supongo que ha pasado algo más que os ha hecho pensar que la construcción de este hotel no es un asunto mundano… Me parece buena idea que intentemos averiguar en que consisten esos planes para el Riverside, si están relacionados con el hotel, y quién está detrás de todo. Pero debemos ser cautos, y si vamos no podemos llamar la atención - y al decir esto su mirada se detuvo por un momento en Diabolique-  Si realmente se trata de la tecnocracia no podemos arriesgarnos a desencadenar un conflicto abierto...-

-Diabolique, ¿sabes algo más de ese congreso?. Y tú Beat, ¿podrías averiguar algo en la red?-

Las reflexiones de Kate me inquietan de sobremanera, porque una cosa es que unos yuppies ridículos quieran hacer negocios en el barrio y otra muy diferente es que un enemigo, que no sabía que teníamos, venga a instalarse a nuestro territorio.

- Pero debemos ser cautos, y si vamos no podemos llamar la atención - y al decir esto su mirada se detuvo por un momento en Diabolique- 

- Pppffff, supongo que puede ir Dante. – Digo con expresión de resignación. Dante es mi normie person, ya saben, sin las pinturas y los vestidos, el niño que quisieron criar mamá y papá. Todos los presentes han escuchado hablar de él pero ninguno lo conoce.

-Diabolique, ¿sabes algo más de ese congreso?.

- Es un congreso de posibles inversores del Riverside. Si me lo preguntan, para mí que más que nada van a acordar estrategias para vencer los intentos de conservación de edificios históricos de la MAR y LPC*. – Medito un instante. – Mi contacto también mencionó que en ese  sector de nuestro barrio hay una gran cantidad de leyendas urbanas flotando. Tal vez se trate de otros como nosotros, posibles aliados.

Una mezcla de sensaciones muy profunda y agridulce embargó a la maga. Por un lado estaba alarmada en su ser más recóndito por la perspectiva de que el enemigo les hubiera detectado y sintió en sus entrañas un temor muy real en perder todo lo que que con tanto esfuerzo, creatividad y cariño habían logrado construir; por el otro, estaba fascinada por la idea de que un portal a otro mundo se hubiera abierto allí mismo y pensó en su fuero interno qué cosa más hermosa era la Magia, qué energía más noble y pura era y cómo servía para cobijar a los Despertados cuando se la usaba para hacer el bien.

Inspiró muy profundo, sopesando todo y abrió la boca para hablar una vez hubo ordenado sus pensamientos, que hasta ese momento se habían atropellado unos con otros junto con ese escalofrío en la columna vertebral que antecede a dar el paso que desencadena ciertas acciones y en definitiva toda una cadena de sucesos que se habían ido acumulado alrededor de ellos, del HoY.

Kate comentó sobre si algo les había llamado la atención lo suficiente como para motivar ir a investigar y Vesper recordó varios detalles, se estaba despertando de la gloriosa dormida de aquel día todavía, pero su mente estaba empezando a trabajar -Sucedieron varias cosas a las que creo que deberíamos prestar atención: cuando fuimos a ver la obra, de pasada nos cruzamos con dos graffiteros que estaban borrando un mural de Alix por uno que era un anuncio de GoPro, en él una chica estaba en lo alto de un edificio desde el cual se veía al fondo el East River y tras él, Manhattan. Pero lo que más me dio mala espina fue que se veía HoY también, su techo. No puedo dejar de pensar que es una advertencia -hizo un gesto con los hombros, como diciendo “es una impresión pero ya veremos” -Luego, al llegar a la obra, me asaltó una sensación de angustia muy profunda al ver los carteles de advertencia y las exageradas medidas de seguridad que tenían, algo dentro de mí me decía que tenía que salir de allí corriendo… -recordó algo muy importante, ¡Cómo pudo haberse olvidado de ello! -Y pude percibir la resonancia de la Magia que me repelía tejida en las fibras ópticas de los carteles, el cercado del lugar y las cámaras de vigilancia… -miró en derredor -No sé si nos será tan fácil acceder al lugar -sopesó.

La muchacha se acercó a la mesa para ver la fotografía que Kate le acercaba con paso cauteloso, como si la sola carga de una fotografía pudiera revelarle secretos y se estuviera preparando para ello, dubitativa pero finalmente tomando coraje levantó el papel y se dispuso a recibir alguna imagen de él, podía suceder como no. Ladeó la boca con un rictus, no le gustaba nada cómo se estaban acomodando las piezas de este rompecabezas con respecto a esta torre.

Se giró hacia Diabolique y sonrió de lado -Recuerda cómo te trató el segurata, Kate tiene razón -apostilló. Recorrió las facciones de la Reina de la Noche y trató de imaginársela como el tal Dante: eso iba a ser interesante. -También podríamos investigar eso, sería interesante unir fuerzas con los otros despertados que estén pululando por allí… mientras más seamos mejor.

Luego carraspeó -Creo que he visitado la ciudad del portal en sueños -anunció, luego miró a Red -Que hemos visitado...

- El ritual de los chavales lo subvertimos. - Sonrió con satisfaccion. - Porque era un ritual, claro. Una muestra de magia, de la Tecnocracia, si esa es la gente a la que nos enfrentamos. El graffiti era un modo de fijar la realidad en un modo en el que a ellos les conviene. Una imagen fija y estática. - Estática. Eso, de algún modo, le parecía un calificativo correcto para definir a la Tecnocracia. No sabía por qué, pero sentía que lo averiguaría, quizás en el futuro. Y en el futuro, recordaría este momento. - Creo que convencimos a los chavales de que pusieran algo de sí mismos en el graffiti. Que no lo dejaran exactamente igual que lo que les habían dicho que hicieran. Eso servirá para algo. 

Suspiró. Se cruzó de brazos. - En el solar ese tuve un, - negó con la cabeza. - Lo que solo se puede calificar de un ataque. Noté algo. Una presencia muy similar a la que me ha estado atormentando en sueños en los últimos tiempos. Una sensación de peligro inminente. Me golpeó como un martillo. Vi mi avatar, hecho pedazos a mi alrededor. Vi un ojo mecánico, observándome desde las alturas. Lo he visto en mis sueños, otras veces. Lo vi ayer. Se lo dije a Eve: creo que nos vigilan.

Estaba apretando las mandíbulas. Había llegado hasta la House of Yes escapando... escapando de Brittany, de la gente que perseguía a Brittany. Pero parece que no existía ningún lugar seguro en el mundo. Que en algún momento había que parar, plantar los pies en el suelo y resistir.

Aunque eso signifique que acabes hecho pedazos.

Cruzó su mirada con la de Vesper. Sonrió de medio lado. Asintió. - En sueños compartidos. - Se mantuvo en silencio y miró hacia el suelo. Sin levantar la cabeza, miró a Vesper por encima de las gafas, dejando que ella viera sus ojos rojos.

- ¿Cómo no nos hemos dado cuenta de esto antes? - dijo Kate, más como un lamento que como una pregunta.

-Lo estamos haciendo ahora, aún hay tiempo - contestó Beat - aunque por lo que comentáis parece que tenemos difícil parar la construcción de la torre sí que podemos hacer algo para desbaratar los planes para el Riverside. Que construyan un hotel no va a perjudicarnos demasiado, incluso puede que nos beneficie, pero rascacielos de apartamentos de lujo… sería el final del barrio. -

- Esperad un momento - cortó Helena, y salió de la sala de reuniones como una exhalación. En su mirada se había encendido una chispa, señal inequívoca de que su mente había entrado en uno de los estados de creatividad explosiva con las que los solía sorprender a menudo, que solían acabar en fases de depresión profunda cuando se apagaba la llama, pero eso era otra historia... Entró en la oficina aledaña, y al volver traía con ella un plano que desplegó sobre la mesa y un marcador rojo y otro verde.

-Si queremos parar sus planes tenemos que utilizar sus armas contra ellos, y el arma más poderosa con la que cuentan es su consenso…, ¿y quienes son los que en última instancia dan forma al consenso? ¡Los durmientes! Sólo tenemos que ver qué podemos salvar, entender la percepción que tienen de esos lugares y cambiarla para que esto no se convierta en otro Manhattan-

Kate miró a su amiga con cierta preocupación, pues la conocía demasiado bien y sabía a dónde podían conducirle esos arranques si no se controlaba, pero la bailarina no pareció darse por aludida y siguió con su exposición.

-Veamos, aquí estamos nosotros y ahí es donde están construyendo el edificio. ¿qué tenemos aquí? - continuó, moviendo el dedo en línea recta desde el lugar de construcción en dirección al rio, hasta pararlo sobre la zona sur del Bushwick Intel, una entrada natural de agua, último remanente del antiguo arrollo de Bushwick, que en el pasado se extendía bien tierra adentro y que marcaba la frontera entre los barrios de Williamsburg y Greenpoint - esto es lo que nos pilla más cerca - rodeó el área con el marcador rojo- son los antiguos depósitos de la Bayside Fuel Terminal. Están abandonados, pero aquí nunca va nadie, ese lugar da muy mal rollo…

- Cierto, ahí hay algo chungo…- añadió Beat- esos depósitos son perfectos para pintarlos y apenas hay nada interesante, sólo firmas cutres hechas a todo correr. Alguien intentó pintar algo más guapo y lo dejó a medias, se dice incluso que lo único que quedó del artista fue su mano amputada sujetando un bote de pintura…-

- Esa zona está corrupta – sentenció Katie - aunque los depósitos ya no contienen una gota de petróleo la tierra está manchada. Su esencia espiritual, quiero decir-

-Pero podríamos hacer algo para limpiarlo ¿no? – dejó caer Helena, y ante los gestos de asentimiento de sus colegas continuó, siguiendo la línea de costa hasta el norte. Rodeo otra zona, esta vez con el rotulador verde.

-Otro antiguo edificio histórico, esto es una antigua fábrica textil, el Greenpoint Terminal Market… - hizo una pausa, mirando a todos, y en su expresión, antes preocupada, pudieron intuir un atisbo de esperanza - ¡La Ciudad Olvidada!  Tiene razón Diabolique, hay más como nosotros. La Ciudad Olvidada es la morada de Los Invisibles -explicó- son un grupo de Magos callejeros. Podrían ayudarnos… igual pasan de nosotros, están un poco al margen de todo, pero si pudiéramos convencerlos de que su ciudad está en peligro… Que nos crean o no ya es otra cosa… Han venido al HoY a alguna fiesta y Eve los conoce bien, estuvo allí algún tiempo antes de unirse a nosotros, y suele ir a hacer Parkour o a patinar. -

- Pero Eve no está- dijo Kate.

Se encogió de hombros y volvió a centrar su atención en el mapa para seguir la línea de costa, ahora hacia el sur – no hay nada más de interés, almacenes, depósitos… - y se paró en seco. Marcó, otra vez en rojo, la zona en la que se había detenido, junto al puente Williamsburg, aunque ahora daba varias vueltas alrededor, resaltándolo más que las otras zonas que había indicado – La Domino Sugar Factory, es un edificio muy interesante, arquitectónicamente hablando,  pero es la peor parte de todas. De aquí he oído de todo, que está encantada, que la controla una mafia, ¡y hasta que es un cubículo de vampiros! Además, está en la zona de la comunidad judía ultraortodoxa. Si queremos hacer algo aquí tendremos que contar con el apoyo de los rabinos…- terminó.

Miró de lado a Kate, lamentarse no servía de nada aunque la entendía; no lo habían visto venir pero no tenía sentido sentirse mal por algo que todavía ni siquiera había pasado. Por algo la tecnocracia era lo imperante: tenían sus trucos y su forma de moldear la realidad bien aceitadas, pero eso, como decía Helena podía usarse en su contra. La idea le sedujo muchísimo.

Observó a su jefa en su ir y venir y alzó curiosa las cejas al ver el mapa comenzó a seguir su mano mirando uno por uno los lugares que marcaba la mujer, enseguida supo en dónde podía ser útil -Creo que podría ser de ayuda en la restauración de la Bayside Fuel Terminal... Sin duda hay que ir a ver cuál es la extensión del daño y evaluarlo -señaló -La naturaleza siempre se abre paso -aseguró sin asomo de duda.

Se quedó pensativa unos segundos -Aunque quizás primero deberíamos buscar refuerzos en la Ciudad Olvidada -musitó luego, pensando en voz alta -Y a partir de allí investigar los otros lugares... ¿Qué opinan ustedes? Mientras más seamos mejor.

La idea de visitar la Bayside Fuel Terminal no le atraía demasiado. Ni el sitio ese encantado. Pero hablar con otros Magos y crear una pequeña alianaza, siquiera de conveniencia, le llamaba más la la atención. - Voto por visitar la Ciudad Olvidada y hablar con los Invisibles. - Había hablado con Eve de esos chicos en más de una ocasión, y estaba casi seguro de que se había cruzado con alguno en alguna fiesta, pero tampoco podía decir que los conociera mucho. - Aunque no nos hagan caso, ni quieran ayudarnos, siempre es bueno que estén sobre aviso. Por lo menos no les pillará de sorpresa y siempre podrán montar barullo por su cuenta, como mínimo. - En el peor de los casos, barullo que les metiera a todos en problemas. Pero en el mejor de los casos, barullo que entorpeciera los planes de la Tecnocracia.

La naturaleza siempre se abre paso

El rostro de Helena se iluminó con una inmensa sonrisa al escuchar esto… estaba deseando soltar su idea, pero esperó a que Red y Blue terminaran.

-¡Exacto!- exclamó - y me refiero a lo primero que has dicho, Vesper. Lo de que la naturaleza se abre paso…-  Volvió a fijar su atención sobre el plano -veréis, justo aquí, muy cerca del Bushwick Intel tenemos los parques- entonces rodeó su contorno con el rotulador verde, dejando abierto el borde que daba a los almacenes, siguió en línea recta hacia el norte por la avenida Kent y la calle Franklin, luego dobló a la izquierda para continuar por la calle Quay hasta el cruce con West.  Después marcó la línea de costa incluyendo los almacenes, los depósitos de la terminal abandonada, la pequeña bahía, e incluso una parte de la orilla opuesta, ya en Greenpoint, hasta llegar justo al borde de la Ciudad Olvidada. Por último, volvió hacia el sur para enlazar con Quay, dejando un área de unas cuantas manzanas rodeada en verde

- ¿Y si hacemos que toda esta zona sea declarada de uso público, y promovemos la idea de ampliar el parque? Me parece guay la idea de limpiar los depósitos, pedir ayuda a los Invisibles y demás, eso tenemos que hacerlo sí o sí. Pero si queremos vencer esta batalla tenemos que hacer algo más, y se nos ha brindado la oportunidad perfecta... - hizo una pausa dramática antes de continuar.

- ¿Qué os parece si colamos un proyecto de zona verde para toda esta área en el congreso? Seguro que a Beat no le resulta difícil encontrar a alguno de los arquitectos que van a asistir y “colarle” la idea de que presente lo que nosotros queramos en lugar de aburridos rascacielos… Con esto nos ganamos el apoyo de la gente del barrio. Y si incluimos los depósitos en el proyecto, reutilizados como huertos urbanos, salas de exposiciones o teatros, podríamos tener de nuestro lado incluso a la MAR y la LPC. Si nos ponemos a tope entre todos podemos hacer algo guapo. Red se podría encargar de los diseños. ¿Aún tenemos tiempo no? -      

Vesper sopesó lo que proponía Helena, una sonrisa se esparció por su rostro mientras asentía -¡Es cierto, podemos usar todas las... -iba a decir armas, pero se lo pensó -estrategias que tenemos a mano! -se mesó el mentón con sus dedos blancos y parpadeó pensativa, era una gran idea... una gran idea que hacía que su estómago se retorciera, era audaz, era arriesgada, era meterse de lleno a torear al poder imperante, le agradaba pero le recordaba un poco a los 300 espartanos... Bueno, mejor no pensar en eso. ¿O sí?

Sintió vértigo. Aquello no era ya su lugar en el mundo, su hogar, oculto a los ojos de todos y todo, no esto ya iba de otra cosa: iban a convertir su estilo de vivir la magia en un bastión de resistencia, saliendo de las sombras a la luz. Iban a dejar de ser Huérfanos para forjar una alianza. Iban a construir una comunidad en la comunidad... Y a la tecnocracia no le iba a gustar, podía sentir ya esa sombra cercana como la suya propia, respirándole en la nuca. Por algún motivo fue exactamente eso lo que la hizo decidirse; debían proteger el portal, debían proteger su hogar y restaurar algo del equilibro perdido de este mundo.

-Estoy de acuerdo con el plan, habrá que conseguir mucho apoyo de las colectividades, coincido en que la judía es esencial para mover contactos pero no conozco a nadie como para abordarlos, no sé ustedes -tendrían que tirar de muchos hilos pero no era imposible -Y quizás deberíamos consultar a otro grupos que hayan hecho frente a la tecnocracia antes para preguntarles tácticas que hayan utilizado... -se tocó una oreja pensativa -Sí -musitó para sí misma, se le ocurrió que podía preparar una tanda de robles, fresnos, serbales y tejos germinados de su vivero para plantarlos alrededor de los predios como barrera y custodia, tenía que consultar libros para que fuera más eficiente... Pero para eso primero tenían que acceder a los lugares.

-¿Qué hacemos primero? -inquirió ansiosa por empezar. De pronto recordó -¿Vemos lo que trajo Beat en el cd?

La idea de subvertir el plan de la Tecnocracia con su propio plan le resulta atrayente. Asintió ante la propuesta de Helena de encargarse de los diseños. - Claro, cuenta conmigo. Aunque ten por seguro que no será nada comercial. - añadió con una media sonrisa, mientras se levantaba el puente de las gafas con el dedo. Aunque seguro que nadie esperaba que diseñara algo tradicional. La simple mención de Helena había puesto su máquina mental a trabajar, y su ojo interior pensaba en las posibilidades, en lo que podría encajar mejor. En lo que podría Despertar a aquellos que lo vieran, o al menos despertarlos, con de minúscula. 

Se cruzó de brazos y se apoyó contra la pared de la habitación. Estaba pensando en su futuro trabajo y poco a poco comenzaba a tejer, construir, trazar y combinar en su mente. Luego tendría que bajar al sótano y ponerse manos a la obra. Pero antes... el CD de Beat.

-¿Vemos lo que trajo Beat en el cd?

Helena se quedó un momento seria al oír esto, el ceño fruncido, como si estuviera haciendo un esfuerzo para detener los engranajes de la máquina que se había puesto en marcha en el interior de su mente. Entonces estalló en una sonora carcajada; se había olvidado completamente del CD. Era una risa contagiosa que hizo que el ambiente se relajara un poco, dejando fuera por un instante los temores de una guerra con un enemigo desconocido, y los planes para frustrar sus intenciones…

Cuando pasó el momento Beat se levantó sin decir nada y se acercó a la barra en la que esperaba el portátil. Pasó unos minutos codificando algo, sus dedos moviéndose con rapidez sobre el teclado, volando. Hasta que no quedó satisfecho no se dio la vuelta para mirar a los otros -¿Preparados?- dijo (más como una advertencia que como una pregunta para la que no esperaba respuesta) y pinchó el CD.

El proyector se pone en marcha, dibujando la sombra del DJ sobre la pared mientras este vuelve para ocupar su sitio en el sofá, junto al resto. Entonces, como en el cásico de los 60, The Time Machine*, el techo del HoY parece desaparecer al igual que lo hacía la montaña en el que quedó atrapado el científico George Wells al escapar, viajando al futuro en su hermosa máquina del tiempo victoriana, del bombardeo nuclear que destruye el mundo.

Al igual que en la cinta George Pal la bóveda celeste es el lienzo en el que la casa decide mostrarles otro tiempo. En este caso no se trata del futuro, pues lo que ven sobre sus cabezas no es otra cosa que el pasado reciente. Los acontecimientos de la noche anterior se suceden a cámara rápida desde el momento en el que Beat decide subirse a pinchar y hace pedazos el consenso. Reviven la alegría de la magia desatada de las que todos forman parte, y la revelación de ese otro mundo que los espera… La proyección para un momento para detenerse en el punto en el que Alix se sienta a ponerse un tiro, el nodo del que divergen las dos realidades, la que pudo ser, y la que fue. Son espectadores de la primera hasta que la “cuidad de cristal de Alix” se fusiona con la realidad mundana y el mundo se les viene encima… Después rebobinan hasta Alix y sus, esta vez, infinitas rayitas… para seguir desde ahí por el camino alternativo que el DJ les ha regalado. Hay un salto en la secuencia, cosas de jugar con el tiempo, y lo que se les muestra ahora es el momento en el que Beat lleva al grafitero (y a Eve) a un sitio seguro en la Red. La película no para ahí, vuelve a rebobinar y continua desde el momento en que Eve intenta proteger a su amigo de la lluvia de meteoritos, dejándoles ver lo que ambos han vivido en ese paisaje mental formado por unos, ceros, y algo de Magia entre los dos valores binarios**.

Hay una última escena, la pista de baile se encuentra vacía, las luces apagadas, pero en la oscuridad se aprecia la energía que Arthur les había mostrado, la quintaesencia liberada esa noche por sus acciones y los sueños de los durmientes. Una brisa que parece no tener principio se lleva las hebras de energía, la cámara sigue su devenir, cómo se aleja de la sala principal, sale por el pasillo, baja las escaleras y se cuela bajo la puerta el baño, para desaparecer después detrás de uno de los espejos.

Un espejo en el que Red había dibujado un cuadrado rodeado de un círculo y enmarcado en un triángulo.

Algo le preocupa. 

Tiene que verlo globalmente.

Deja la libreta en el bolsillo y saca un rotulador al que le quita la capucha. Inspira, hincha el pecho. Las paredes parecen abombarse hacia el interior. Expulsa el aire y de repente ve la House of Yes en su conjunto. Escucha el espacio, ve las auras, huele las corrientes de entropía. - Malsgraphdon Vengraphmals Vengonmed'rux - y empieza a anotar con su rotulador. Lo mueve discretamente, con el brazo apuntando al suelo. Y aparecen cuatro runas escritas en el frontal de la cabina de Beat. Y un tablero de 4 x 4 números en la Sala Ónice, escritos con tinta negra sobre fondo negro (pero allí están, aunque nadie pueda verlos). Y una progresión áurea en la puerta del jardín. Y un cuadrado rodeado de un círculo y enmarcado en un triángulo detrás de un espejo de una pared, espejo que tendrá que ser sustituido por un cuadro apropiado. Cuando tenga tiempo.

Las visiones del CD eran espectaculares, y Red miró las imágenes del desierto y los seres fantásticos que allí habitaban, reconociéndolas. La primera vez que las vio, la noche anterior, había pensado que eran fantasmagorías e ilusiones conjuradas por la magia de Beat y Alix. Después, creyó que eran un sueño compartido entre él y Blue. Ahora, parecía que eran algo más, algo real que existía de forma independiente a todos ellos y de los que simplemente habían podido vislumbrar una parte del todo.

No pudo sin embargo evitar sentir un escalofrío al ver los restos del Gigante Rojo esparcidos por el desierto. No podía ser su avatar, porque él aún podía hacer magia (¿aún podía, verdad?) y sentía que si algún día el Gigante Rojo terminaba hecho pedazos por el desierto, no podría obrar prodigios nunca más. ¿Era una premonición? ¿O simplemente parte de la ensoñación de Alix?

Estaba dándole vueltas a esa idea cuando se vio a si mismo dejando marcas en un lugar y otro de la House of Yes. Mmm. - Noté algo cuando Beat y Alix obraron su magia. Expandí mis sentidos y encontré grietas en el entramado de la House of Yes. Pequeñas imperfecciones. Fallos estructurales en su tejido no material, sino místico. Quizá es a través de esas rendijas por las que se está colando esa otra realidad. - Miró a las dueñas del local. - Siento no haberos dicho nada, lo he recordado ahora, viéndolo de nuevo. Os puedo decir todo lo que he modificado, por si queréis que lo quitemos. - Se quedó callado un instante. - Aunque yo no lo haría.