Partida Rol por web

The House of YES: Amenazas

4.0 La Ciudad Olvidada

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29/04/2021, 08:42
Margotte “Psychopompe” Moreau

Concentrada en mi dolor, o en el alivio de este, apenas me percato de lo que sucede alrededor. Puedo hacer un repaso visual breve, comprobar con alivio que el monstruo que me ha prendido fuego se ha quedado sepultado bajo una pared, y deducir que ha sido acción de la pequeña Shoshanna, debido a las felicitaciones generales. Luego un poco de almíbar entre los dos atractivos desconocidos, una mirada cómplice de James que no termino de entender, e incluso algunas bromas desde el bando de Oz.

Me arrebujo bajo el abrigo chamuscado de James. Sigo tiritando desesperadamente.

-No quiero estropear el momento -no pronuncio mis palabras con una voz demasiado elevada, pero me hago perfectamente audible para los demás-, pero creo que deberíamos ir moviéndonos, el edificio sigue en llamas, y no sabemos si hay más como ese -señalo el montón de escombros con la barbilla- por ahí.

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02/05/2021, 13:00
Vesper Blue Proctor

Le guiñó un ojo a Red y le sonrió, era uno de esos gestos que no por espontáneos y relajados dejaban de enmascarar emociones más profundas que no podían ser soltadas allí y ahora, emociones que ambos conocían y con eso era más que suficiente: el tiempo, la construcción del hombre sobre la que giraban los días físicos, apremiaba.

-Claro que te los devolveré -soltó con la temeraria confianza de una adivina; no iba a replicar diciendo que ella no era sabia y tal, que él creyera lo que le hiciera falta para completar su camino -Pero hasta que vuelvas los usaré yo -se los colocó y le devolvió a Red su reflejo, quizás por primera vez -Porque hay algo de ti en mí y algo de mí en ti.

Se alejó más retrocediendo -Margotte tiene razón, debemos irnos ya -no quería alargar las despedidas, las odiaba aunque eran necesarias -Ella no está bien del todo, tengo que seguir curándola y el resto -alzó las cejas un par de veces -Está todo mojado y se puede enfermar.

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05/05/2021, 00:23
Penélope

Levantó el botecito que le había dado Red hasta llevarlo frente a su rostro, y miró a través del líquido transparente con escepticismo, cerrando uno de sus ojos, como si fuera un catalejo a través del cual pretendiera divisar una costa lejana. Lo agitó un poco, observando el baile de las llamas reflejándose en el cristal. Entonces sonrió, no sabía si iba a funcionar, pero le emocionaba poder experimentar una sustancia nueva, más si era un Despertado el que la había cocinado.

– ¿Por qué no? – dijo al fin – no te prometo nada, pero por probar que no quede…  ¿Os quereis colocar conmigo? ­– siguió, respondiendo a la pregunta de Oz, e incluyendo también a Eve ­– Si crees que debes ir solo adelante – volvió a dirigirse a Red­ – pero podemos acompañarte, hemos estado otras veces. Seguirá siendo tu viaje, pero podríamos ayudarte si lo necesitaras, ser tus guías, avisarte de posibles peligros… ese tipo de cosas.  

Notas de juego

Edito: un error, no hace falta releer 

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05/05/2021, 11:05
James Bonnie

A pesar de yacer inerte entre los escombros, la presencia cercana de aquella máquina seguía erizando el vello de la nuca de James. El humo dificultaba la respiración y ver arder la Ciudad Olvidada le estaba produciendo una sensación punzante. Asintió a las palabras de Margotte y Vesper acerca de la urgencia de moverse y su atención pasó a Penélope. Le dedicó una mirada hosca y directa cuando ofreció tomar también a Eve y Oz de aquel vial.

Joder Penélope, si tienes que colocarte para abrir esa puerta hazlo, pero no es momento de montar una fiesta —espetó. ¿Qué pensaban hacer? Tal vez más allá les esperaran nuevas dificultades y no podían permitirse el lujo de ir colocados. Y si alguno decidía acompañar a Red podría encontrar más dificultades todavía—. El camino del río es seguro ahora, no tengo ni idea dentro de cinco minutos, así que quien quiera marcharse por él que venga ya.

Dicho esto y sin dar lugar a que pudiera plantearse otra cosa, hizo un gesto con la cabeza a Shoshana para que le siguiera. Hasta que no la dejara sana y salva en la House of Yes o donde fuera no pensaba perderla de vista ni un segundo.

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05/05/2021, 18:08
Penélope

No pudo evitar soltar una carcajada al escuchar la reprimenda de James, negó con la cabeza, resignada, y cuando habló lo hizo con seriedad.

-No lo entiendes James, si quisiera montarme una fiesta me iría con vosotros y lo haría en el House of Yes. Pero Red ha decidido tomar ese camino, y le estoy ofreciendo ayuda, se lo debemos. No solo hay que estar puesto para abrir el portal, también para cruzarlo, si uno quiere volver con la cordura intacta...

Notas de juego

Edito: errorcillo

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05/05/2021, 23:53
Redmond Fox

La propuesta de Penélope le hizo reflexionar por un instante. El brillo de las llamas hacía que tuviera que entrecerrar los ojos, pues la claridad resultaba molesta para sus sensibles ojos. De todas formas, no tardó mucho en responder. - Tengo que cruzar al Otro Lado, pero no soy quién para decirte si debes venir o no. - Para el pintor, las promesas y las deudas eran algo importante y trascendente. Ya había pedido como favor que le abrieran el camino, pero no pediría ser acompañado, aún cuando sabía que Penélope sería muy útil abriendo el camino y acompañándolo tan lejos como pudiera llegar. Se quedó mirando a la líder de los Invisibles, sonriendo con gesto mefistofélico - No te lo pido ni te lo impido - incluso cuando James intervino para instar a todos a ponerse en camino. Tic-tac, tic-tac, el tiempo, siempre el tiempo. Decisiones, siempre decisiones. 

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06/05/2021, 01:15
Oz

La mirada de Oz se alternó entre Penélope y James en su intercambio, para terminar fijándose en Red. Entonces, asintió sin titubeos y dio un paso adelante. 

Yo voy con vosotros. 

Una vez manifestado aquello, miró a James.

Salid de aquí por el río. Nos vemos en la House of Yes en cuanto acabemos. —Y su mirada se desvió hacia Blue, para dedicarle a la bruja una sonrisa de ánimo—. Lo traeremos de vuelta. Ya verás. 

Se agachó junto a Penélope para compartir con ella el contenido del vial. Ya conocía el lugar donde iban y si ella lo acompañaba no sentía temor ninguno. No había mejor guía que ella para visitar ese sendero.

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06/05/2021, 09:39
Shoshana Lipkin

Miró a su alrededor por si aparecía otra cosa de esas. Tenía que contener el impulso de salir corriendo.

Trató de pensar en otra cosa, abstraerse, aunque todo allí fueran edificios en llamas. La lluvia de ceniza le recordó a su último verano en casa de sus padres, cuando los incendios desolaron los bosques cercanos y cubrieron de humo el cielo de Seattle.

Pensó en la La Ciudad Olvidada como uno de esos bosques de las películas de Miyazaki cuyo espíritu guardián —un ciervo con los cuernos muy grandes o un gigante muy alto con la cabeza muy pequeña— agonizaba tras una herida mortal de necesidad. Se preguntó si estaría asustado.

Luego pasó a esas cosas que piensas cuando la muerte te ronda y quieres ser positivo. En el ciclo de la vida: estaba segura de que en el futuro en ese lugar crecerían edificios altos como espárragos gigantes y que, independientemente de los intereses de unos y otros, tarde o temprano, albergarían vida, mucha más vida de la que albergaban hasta ahora.

Y se le ocurrió que igual que le habían explicado que muchas plantas lanzaban sus semillas en los incendios para que de las cenizas creciera un nuevo bosque La Ciudad Olvidada también podría haber hecho algo parecido, y buscó una semilla a su alrededor, entre los escombros, eligiendo una piedra que le pareció bonita, del tamaño de un puño y que no era otra cosa que una amalgama de cemento, graba y un trozo de varilla oxidada.

Con la piedra en una mano, la muñeca en la otra y el ciervo de ganchillo en un bolsillo se acercó todo lo que pudo a James sintiéndose como una rata cuando se sube a una tabla flotando en el océano, mientras observa el barco que había sido su hogar hundirse en llamas. Y se le pasó por la cabeza lo sexy que sería si sobrevivieran los dos juntos a un naufragio y, como la situación en la que estaban era algo parecida, le sonrió.

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07/05/2021, 16:45
Eve

Penélope había ignorado su sonrisa y eso era como darle plantón. No se podía permitir. Mientras la morena miraba el frasquito, Eve se puso a mirar los antinaturales ojos de Red. ¿Era por la luz o de verdad eran color rojo? Llevaba tanto tiempo mosqueada con las eternas gafas de Red que descubrir la verdad no le pareció real. Como levantarse y descubrir que ya no existe el suelo. Inconcebible, raro. Solo podía esperar que volviera a taparse los ojos y su rostro fuera normal de nuevo. 

No respondió a Penélope y le resultó un alivio la réplica del chico de la espalda bonita. Anda, su cara también era bonita. 

Salid de aquí por el río. Nos vemos en la House of Yes en cuanto acabemos.

- Tened mucho cuidado mis niños - Fue su forma de desmarcarse. No tenía sentido para ella ir, tal cual se sentía. Hizo pucheritos con los labios como un gesto de despedida cariñosa. Luego echó a andar hacia el chico alto, la loca de los peluches robóticos y la francesa. Movió los dedos, estirando el brazo, indicándole a Blue que se uniera a ella - Vamos nena.

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07/05/2021, 20:18
Margotte “Psychopompe” Moreau

Aún con los sentidos obnubilados por el dolor, el humo y el miedo, percibo que hay algún asunto de reparto de drogas, y si no estuviera tan absolutamente derrotada en todos los sentidos, hasta levantaría la mano en petición de una dosis para mí misma. No soy especialmente fan de los estupefacientes, especialmente porque cuando los utilizo suelo necesitar luego un buen pinchazo de adrenalina en el corazón, y no es en absoluto agradable. Pero quizás un poco de lo que sea que estén metiéndose podría ayudarme con el dolor.
En cualquier caso, mi aturdimiento es incapacitante, y mi cansancio me obliga a mantener la boca cerrada, los ojos a media persiana, y mis brazos en torno a cualquiera que se vea con fuerzas de sostenerme. Aún curada, toda la piel me escuece como si me hubiese quedado dormida en la playa durante todo el día.

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08/05/2021, 10:37
James Bonnie

Tengo que cruzar al Otro Lado, pero no soy quién para decirte si debes venir o no. No te lo pido ni te lo impido.

Aquellas palabras, al igual que toda decisión significativa, fueron para James como una piedra arrojada a un estanque. Las ondas de los acontecimientos perturbaron la superficie, generando nuevos patrones de posibilidades. Sabía ya que acababa de aumentar la probabilidad de que el artista de la House of Yes encontrara lo que se disponía a buscar. No quiso leer más sin embargo y en lugar de concentrarse en todo lo que a su alrededor reescribía aquellas posibilidades, prefirió centrarse en los ojos de Red. Eran extraños… Se preguntó si habría nacido así o habría adquirido aquel rasgo en algún otro “viaje”. Al ver la mirada que le dedicaba a Penélope le pareció también muy consciente de la trascendencia de las decisiones que tomaba o dejaba tomar a los demás.

Oz se despidió de ellos y James respondió a sus palabras asintiendo con la cabeza mirándolo muy fijamente. Él también era consciente de dónde se metía y seguramente confiaba ciegamente en Penélope. James por su parte no sabía lo que era la confianza ciega o tal vez siquiera la confianza a secas. Quiso creer sin embargo al menos que saldrían de aquello. Solo esperaba que la pérdida que estaba por llegar no fuera demasiado profunda mientras se preguntaba si sus compañeros serían quienes pagaran el precio de la revelación de Red.

Shoshana se acercó a él y la sonrisa que le dedicó fue como un bálsamo. El rostro inocente de la chica hacía que se hiciera consciente de que caminaba, respiraba o simplemente vivía como si un millón de cuerdas lo ataran y tensaran sus músculos o su alma. Su presencia aflojaba siempre aquellos nudos y su sonrisa lo calentaba por dentro.

Pídele a la Ciudad que se vaya contigo —le dijo en voz baja cuando la tuvo a su lado. Vio entonces que la chica llevaba un pequeño trozo de escombro en la mano y le devolvió la sonrisa. Tenía la impresión de que ya estaba hecho.

Notas de juego

Quería dejar un mensaje más antes de que actualice el master.

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10/05/2021, 11:01
James Bonnie

De pronto, James recordó algo. Antes de que Oz se marchara hacia aquel lugar incierto, le preguntó por el nombre y el teléfono del tipo que podría hablarles acerca de los hombres de negro.

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10/05/2021, 20:23
Oz

Cuando James volvió para preguntarle por aquello, Oz frunció el ceño por un instante. 

—Me temo que la tarjeta con el teléfono de ese tipo ahora no será más que ceniza —dijo—. Pero recuerdo su nombre: Arthur H. Wheeler.

Contempló a los que se iban alejando, esperaba de verdad que llegasen al refugio a salvo, pero al final volvió a centrarse en Penélope y Red. Estaba listo para embarcarse en los senderos y recodos de aquel viaje. A su alrededor el único lugar que había sentido como un hogar ardía y se consumía. Alargó la mano para coger la de Penélope y la miró con confianza. Mientras estuviera con ella, estaría en casa

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12/05/2021, 01:08
Penélope

Mientras el resto se encaminaba hacia el río Penélope echó un vistazo a su alrededor. La adrenalina y la determinación por salir de allí habían apartado su mente de la realidad que estaban viviendo, y fue en ese momento, justo un instante antes de marcharse, cuando el sentimiento de pérdida por ver destruido su hogar le golpeó en el alma. Una lágrima descendió por su mejilla, e inmediatamente fue interceptada por el dorso de su mano.

Miró a los ojos a Oz, dedicándole una sonrisa triste. – Saldremos de esta – le dijo ­– como siempre hemos hecho ­– y entonces abrió el vial, vacío el contenido en el interior de su boca y dio un profundo beso a su amigo para compartirlo con él.

El efecto no tardó en llegar, la sensación de euforia asaltó sus sentidos en olas que al romper salpicaban cada una las células de sus cuerpos entrelazados, llevándolas al orgasmo. Se sintieron flotar, levitando por encima del complejo en llamas.

Cuando pasaron los primeros segundos de subidón llegaron la pesadez en los brazos y las náuseas. Penélope se puso a cuatro patas y regurgitó en el suelo. Incorporándose un poco miró a Red con ojos somnolientos y señaló el vómito con un brazo tembloroso, indicándole el camino para saltar al otro mundo.

Notas de juego

un pequeño edit, no hace falta releer

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12/05/2021, 18:36
Redmond Fox

Red sacó un vial de su bolsillo, con un líquido transparente similar al que le había dado a Penélope, y que esta había compartido con Oz. Lo observó y calculó lo que debía tomar para que combinase de modo no demasiado negativo con la droga de claridad que había tomado antes para enfrentarse al monstruo de la Tecnocracia. Hizo un cálculo rápido. Sería suficiente con seis coma doscientas ochenta y tres partes. Se llevó el vial a la boca y tomó la cantidad apropiada. 

Notó llegar el sentimiento de euforia. Las llamas a su alrededor se convirtieron en pilares de roca roja y sólida, y el humo adoptó una naturaleza oleosa, moviéndose alrededor de ellos como las corrientes submarinas del fondo de los océanos. El suelo estaba hecho de algodón y los compañeros que se marchaban eran figuras geométricas habitadas por fantasmas luminosos. Penélope seguía en el suelo, a cuatro patas, con un vómito formado por notas musicales que danzaban en el suelo esponjoso, mientras cambiaban de color.

No notaba su cuerpo, ni estaba seguro de si seguía de pie o había adoptado una posición similar a la de Penélope. Su cerebro flotaba adormecido, sostenido en alto sobre un delicado y frágil soporte de hueso y músculo: una ofrenda a los dioses del Otro Lado. 

Estaba listo.

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13/05/2021, 02:50
Oz

—Lo haremos —respondió con absoluta seguridad en que así sería. 

Abrazó a su amiga, su confidente, su amante, su compañera. La besó con una entrega que también tomaba, y sus labios sabían a sal y a ceniza, a pasión y a esperanza. Latía en su pecho la tristeza por la pérdida de aquel lugar que los había arropado y refugiado, pero también estaba ahí la certeza de que siempre se habían levantado tras cada golpe, siempre habían seguido adelante, encontrando un nuevo camino que recorrer. Juntos. 

Cuando sus labios se separaron, los de Oz se curvaron en una sonrisa lánguida. A su alrededor los colores de la partitura se convertían en olores y sonidos, los edificios eran música y el aire sabía a refresco de cereza. Sus sentidos se entremezclaban creando una melodía nítida para sus oídos, sus ojos y su lengua, una melodía que podía acariciarse con las puntas de los dedos o saborearse con glotonería. 

Afianzó su mano en la de Penélope y miró el camino que señalaba. Las baldosas se volvían amarillas bajo sus pies y supo que de lamerlas todo su paladar se llenaría de dorado. Pero antes que él debía pasar Red, el dragón rojo al que iban a guiar y escoltar. Así que esperó a que llegase su turno con el cosquilleo expectante de una libélula vibrando bajo su piel.

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15/05/2021, 08:41
Margotte “Psychopompe” Moreau

Cuando por fin estamos a salvo, no me molesto en mirar atrás. Con la piel de mi cuerpo en guardia, mis pulmones acosados por el humo, y mis ojos llorando ceniza, no tengo fuerzas ni ganas de lamentarme por todo lo que hemos perdido. Porque, si algo he aprendido de mis infructuosas charlas con los que ya no están, es que todo es efímero. Polvo somos, y en polvo nos convertiremos. Todo lo que somos, todo lo que nos rodea, no son más que partículas de estrella con ínfulas de grandeza: nos creemos mamíferos complejos, el Empire State se cree un gran monumento, y un diamante se cree una joya de valor incanculable. Pero sólo somos una mota en la grandeza del cosmos. 

Nada importa, realmente.

Sólo importa que estamos vivos. Y, un día más, le hemos ganado un par de horas más a la muerte.