Partida Rol por web

The Last Blade

Capítulo II: Maestro

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09/05/2011, 14:02
Director

Moriya abrió los ojos y lo primero que vio fue el cielo. Era de día y estaba cubierto de nubes grises, completamente encapotado. Entonces vio más espíritus luminosos que revoloteaban sobre él... pero fue muy extraño, porque continuó viéndolos cuando cerró los ojos. Le dolía la parte trasera de la cabeza y se sentía mareado.

Se dio cuenta entonces de que estaba tendido sobre la hierba, en un claro del bosque. De pronto, todo comenzó a volver a su mente y trató de levantarse con rapidez, pero lo único que consiguió fue sentir un pinchazo en la coronilla y una oleada de naúseas. Volvió a ver espíritus, solo que no eran espíritus, si no simplemente lucecitas que se movían ante sus ojos causadas por el aturdimiento. ¿Cuándo se había desmayado? No podía recordarlo, pero al caer debía haberse golpeado la cabeza. Su espada reposaba cerca de él, a algunos metros entre la hierba. Se arrastró débilmente y consiguió recuperarla. Con ella asida, se sintió más seguro y se levantó trabajosamente.

Los pájaros piaban cerca, y el aspecto del día era normal, el de un típico día de lluvia. No había ni rastro de Kagami ni del hombre que había saltado sobre él. Estaba solo.

¿Qué podía hacer? Había perdido al asesino de Gaisei. Podía intentar volver a seguir su rastro, pero no tenía ni idea de las horas que debían de haber pasado desde que se marcharon. Era difícil que pudiera volver a encontrarlo. ¿Y quién era ese gigante que le había atacado sin previo aviso? Kagami parecía haberlo reconocido...
También podía volver al Dojo, pero no sabía qué podía hacer allí que fuera de utilidad. Además, no estaba seguro de querer ver a Yuki y Kaede... Le dolía la cabeza y se sentía mareado. Entonces recordó su herida del brazo. No había perdido mucha sangre debido al corte, ya que la espada candente de Kagami lo había cauterizado nada más infligírselo, pero aún así era doloroso y tendría que tratarlo adecuadamente en cuanto tuviera la oportunidad.

Oía ruidos entre la arboleda, pero a aquella hora podía ser cualquier cosa. ¿Cuál sería su próximo paso?

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20/05/2011, 21:50
Moriya

Moriya descanso sentado aun unos minutos más. Su cuerpo necesitaba un remiendo, pero sobre todo era su mente la que necesitaba saciar su sed de respuestas.

Había librado una batalla intensa, contra un contrincante que era formidable, de eso podía estar seguro. Pero el resultado final, con la intervención de aquel, hombre, le había dejado totalmente fuera de lugar. Sabía que si ahora estaba vivo era gracias a su aparición. Lo que aun no sabía, era si seria de esa clase de gente a la que se le podría agradecer algo.

Se puso en pie con cierta dificultad. Y uso su gabardina para guarecerse la herida, hasta que llegara a algún lugar donde poder pedir ayuda sanitaria.

Algo era seguro, tenía que ponerse en marcha. No podía seguir como un espectro el rastro que seguro a esas horas, ya era tenue, y podría haber ido dejando su enemigo. Pero al menos, ya sabía cómo se llamaba, y que aspecto tenia. Si tenía que dar mil vueltas a Japón, las daría, y volvería a enfrentarse a él, y esa vez, todo sería distinto. Ahora conocía sus movimientos. Y podría darle muerte, como el espíritu de su maestro necesitaba.

Había escuchado unos ruidos, puede que fueran personas faenando en el bosque. Era un buen lugar para empezar, ellas podrían orientarle, y ponerlo en camino del pueblo más cercano. Así que siguió a sus oídos por entre el bosque. 

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08/09/2011, 16:13
Director

Al principio, incluso el simple acto de caminar le producía a Moriya un leve mareo, reminiscencia del golpe que debía haberse dado aquella noche. Pero con la brisa fresca de la mañana y el corto paseo, comenzó a sentirse mejor. Su mente se despejó y pudo percibir mejor lo que le rodeaba. Los sonidos que oía eran rítmicos y parecían ser golpes, como si alguien atacara sin piedad una pieza de madera con un hacha.

¡Toc... toc... toc...!

Moriya caminó en dirección al sonido, atravesando algunos matojos húmedos por el rocío de la mañana. Dejó de ver la claridad del cielo en cuanto se internó en la foresta, y un par de pajarillos volaron espantados por su presencia. Comenzó a oír el rumor del agua que corre. No tuvo que andar mucho antes de llegar a un pequeño claro, bastante menos espacioso que el que había sido testigo de su combate con Kagami, donde pudo ver a una joven de pelo negro y liso, recogido en una coleta. Iba vestida con una túnica tosca de arpillera, y estaba talando un árbol pequeño de tronco blanco con finas líneas negras. No pareció darse cuenta de que Moriya la observaba, y a su alrededor no había nada más, salvo un par de pajarillos en una jaula de madera y las herramientas de la muchacha.

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08/09/2011, 18:40
Moriya

El joven guerrero había disfrutado de las circunstancias. Un buen paseo, que activo su cuerpo y su mente, y mitigo el dolor. Dejándolo bajo llave hasta que pudiera ser visto por un especialista.

El claro al que había llegado era más pequeño, pero en cierta manera, era más acogedor. Un hombre daba buena cuenta de un tronco, golpe a golpe.

El ver a alguien golpear, fuera metal o madera tenia para Moriya algo hipnotizante. Así que aprovecho para disfrutar un poco más de aquella visión, mientras sus ideas se ordenaban una tras otra.

Tenía algo que hacer, y tenía cierta urgencia, para que negarlo, pero sabía que a veces, unos segundos o minutos para observar atentamente podía ser la diferencia entre errar un movimiento y convertirse en un maestro.

Permaneció en silencio mirando como el hacha subía y bajaba en una rítmica cadencia. Pero sabía que tarde o temprano, la otra persona notaria su presencia. Podía notar que faltaban segundos para que esto pasara.

Y así podría comprobar la reacción del hombre. Se alarmaría, o solo se sorprendería. O quizás, mantuviera el silencio siendo consciente de que Moriya lo estaba observando. Las reacciones de la gente podían dar mucha información sobre su personalidad.

Así que Moriya espero su momento. En completo silencio.

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12/09/2011, 10:51
Director

Moriya esperó paciente, hábilmente oculto entre los arbustos, mientras los pájaros piaban y la luz del sol de la mañana se colaba entre las ramas bajas. La chica que cortaba el árbol se afanaba en su tarea, sin prestar atención a nada más. Aunque a primera vista parecía frágil, sus golpes eran fuertes y decididos, y estaban bien dirigidos, acertando siempre en la ya profunda herida del tronco blanco. Estaba claro que aquella joven llevaba toda su vida haciendo eso.

Pasaron un par de minutos y nada cambió, hasta que se oyó un crujido y el árbol cayó con estrépito. La muchacha se limpió el sudor apenas un momento y comenzó a cortar las ramas al tronco para dividirlo y llevárselo. En ese momento llegó un perrito blanco y negro, que Moriya supuso que era muy joven ya que no paraba de dar saltos y juguetear con su rabo. Corrió hasta la chica y ella lo cogió. El perrito le lamió la cara un par de veces mientras ella se reía, pero de improviso comenzó a gruñir.

El tiempo pareció ralentizarse mientras Moriya se ponía alerta. Sabía por qué ese perro estaba inquieto. La chica lo dejó en el suelo y enseguida el can miró en dirección a los arbustos donde él se escondía, mientras gruñía y enseñaba los dientes. Nada escapaba al olfato de un perro. La joven se asustó de pronto, consciente de que había alguien más allí. Cogió el hacha y se la puso frente a sí, agarrándola fuertemente con las dos manos y los brazos extendidos. Sería muy buena leñadora, pero desde luego no tenía mucho de guerrera...

- ¿Quién anda ahí? -preguntó en voz alta, nerviosa. Las manos le temblaban y caminaba lentamente hacia delante.

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12/09/2011, 12:53
Moriya

Minataka Moriya san, de la escuela de guerreros de Giasei Sama.

Luego, dio un paso al frente, quedando completamente al descubierto. Lo cierto es que tampoco estaba oculto. Simplemente estaba parado casualmente al lado del follaje.

Con los brazos cruzados sobre el pecho, y la gabardina oscura ondeando tras de sí, se quedo inmóvil dejando que la joven lo observara y tomara sus propias decisiones.

Era un joven samurái, lo había dicho, y la katana que había en su obi era un claro ejemplo de que la verdad iba instalada en sus palabras. Pero sabía por experiencia que eso no era suficiente.

Era la joven la que debía de tomar su propia decisión, y el tendría que respetarla. El había pasado allí varios minutos observando, decidiendo que clase de persona tenía en frente. Porque tras las últimas horas, nada parecía real, y sobre todo, nadie parecía de fiar.

Echaba de menos a sus hermanos, pero se había prometido mantenerlos al margen. Y ahora, tenia frente a si, a una mujer que sin duda era buena persona. Estaba claro. Se sabía por su manera de trabajar, dura y concienzuda. Por sus movimientos frutos de años de práctica.

Los maleantes siempre buscaban el camino fácil, una manera de conseguir lo que querían sin esforzarse para conseguirlo. Eso los marcaba incluso más que sus ropas o su manera de hablar. Y esa chica era una persona honrada.

Ahora quedaba averiguar el resto.

Notas de juego

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15/09/2011, 19:43
Director

La joven observó durante un momento el rostro de Moriya, nerviosa aún. La calma con la que el joven samurai había salido de su cobertura parecía haber hecho que la tensión del momento se calmase ligeramente. Entonces fijó sus ojos negros en los de él, durante un largo instante. El hacha tembló, y un rubor se apoderó de las mejillas de la chica. Pero de pronto recordó que no conocía de nada a aquél hombre, y volvió a esgrimir el hacha.

- ¿Quién eres? -exclamó-. ¿Qué quieres?

El perrito había dejado de gruñir, y se acercó despacio a Moriya para olfatearle la pierna. Había detectado que el samurai no tenía miedo, y eso parecía intrigarle. La chica se puso aún más nerviosa.

- ¡Ko,  no te acerques a él! -chilló.

Notas de juego

Brutal... xDD

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15/09/2011, 20:18
Moriya

El joven Moriya se agacho con una mano extendida para que el animal pudiera olfatear sus manos.
Tras unos segundos, acaricio al perro y luego dirigió su vista hacia la joven.

Mi maestro a muerto a manos de un desalmado. Lo perseguí, pero durante nuestro combate un ser enorme nos interrumpió. Ahora he perdido el rastro.

Estoy herido, pero antes que curarme, necesito encontrar de nuevo la pista del asesino. Si me orientas, te dejare tranquila, y me marchare.

Los ojos del joven miraban con fijeza a la joven que aun enarbolaba el hacha en su mano. Pero había determinación, la determinación de la venganza que ahora estaba cosida a su alma.

Tenia una misión, y no demoraría mucho mas sus pasos. Con tan solo saber donde estaba y hacia donde ir, se pondría en marcha.

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24/09/2011, 11:20
Director

La leñadora pareció calmarse un poco, aunque seguía mirando con extrañeza a Moriya. Sus ojos iban de su rostro a su katana, pero acabó contagiándose de la tranquilidad del joven y bajó el hacha, aunque no se acercó.

- ¿Eres un samurái? -le preguntó.

Desde luego, era raro encontrar samuráis en aquellos tiempos, y además la indumentaria de Moriya no era la usual de los guerreros del Emperador. Pero su arma no dejaba lugar a dudas.

- No sé nada del hombre contra el que has luchado... pero si estás herido, mi padre puede curarte -dijo dubitativa aún-. ¡Pero si intentas algo, te advierto que sé defenderme!

Volvió a alzar el hacha. Moriya sabía perfectamente por su forma de moverse que la última frase no era cierta, pero tampoco tenía intención de hacerle daño a esa chica, así que no habría problemas.

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24/09/2011, 16:27
Moriya

Moriya lentamente dejo que su cabeza bajara lentamente y luego volvió a subirla. Clara señal de que agradecía el ofrecimiento de aquella joven.

Os lo agradezco. Quizás vuestro padre pueda ayudarme. Estoy a vuestra disposición joven.

Tenía prisa, pero no podía presionarla. Era mejor dejar fluir ciertas cosas. Moriya, aun con los brazos cruzados sobre el pecho, lejos de la empuñadura de su arma empezó a caminar muy lentamente hacia la joven muchacha que aun lo apuntaba con el hacha.

Eso no será necesario.

Se refería a la herramienta para cortar. No tenía intención de agredir a una joven. Ni ahora ni nunca. Puedo que en cierta manera no pudiera ser un samurái. Aquel tiempo había cambiado, muchas cosas habían pasado en Japón. Y él, intentaba entenderlas lo mejor posible.

Sin embargo, sí que era un hombre de palabra. Así que se mantendría fiel a ella. En todos los aspectos. Dejaría a sus hermanos a salvo, y luego vengaría la muerte de su maestro.

Escondió aquellos sentimientos bajo una mirada de lento escrutinio, esperando que la invitación de la joven, se hiciera real.

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28/09/2011, 09:10
Director

La chica dudó aún un momento, pero finalmente asintió y bajó el hacha. Caminó hacia atrás, sin apartar la vista de Moriya, y cogió con esfuerzo el fardo lleno de finos troncos que había cortado aquella mañana. El perrito se apresuró a seguirla, con la lengua fuera. La chica se levantó y miró al joven, haciendo un gesto para que la siguiera, y echó a andar.

- ¿De dónde vienes? -le preguntó titubeante.

Ko les seguía, dando vueltas alrededor de ambos y saltando al lado de Moriya para atraer su atención.

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28/09/2011, 11:17
Moriya

No de muy lejos.

La verdad es que aquellas preguntas hacían que Moriya se sintiera incomodo. No porque fueran complicadas de contestar. Sino porque le nacía contestarlas. Y no pensaba que fuera bueno ir dando toda la información de su vida a cualquier chica que cortara leña en los bosques.

Dejo que el silencio mostrara que no tenía intención de seguir hablando del tema. No le gustaría dar una mala respuesta a la joven, que tan amablemente le estaba ayudando.

No, no quería ser desagradable. Por eso su silencio se hizo patente. La incomodidad para seguir respondiendo también.
Aunque no estaba seguro de que ella no insistiera. Las mujeres jóvenes, casi con excepción de Yuki san, solían ser cotillas, y desear información para la que no iban a dar ningún uso. Simplemente como si preguntar fuera de por si un fin.

Afortunadamente el fardo, por tamaño y peso podía darle información extra. La casa no podía estar muy lejos, pues a la chica ya le costaba llevarlo. Y lleno a rebosar de madera debía de pesar algunos kilos más.

Quizás en un breve rato, estuviera atendido y pudiera orientarse para seguir el rastro del asesino de su maestro. No estar corriendo como un loco por el bosque le hacía sentir una punzada de culpa. Pero sabía que no podía dejarse consumir por las prisas de la venganza de esa manera.

Ahora el debía de estar lejos. Y en su estado no sería rival para él. Era muy rápido, casi de manera inhumana. Le había visto bloquear sus ataques con destreza, y hacer cosas que escapan a las de un simple guerrero.

Y aun quedaba la pregunta de qué o quién era aquella cosa, que con su interrupción le salvo la vida. No sabía si tendría la oportunidad de darle las gracias. O si se las querría dar llegado el caso.

Moriya era tozudo, y su mente volvía una y otra vez sobre los mismos términos. Ahora se volvía a preguntar cuando quedaría para la casa de la chica.

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05/10/2011, 12:15
Director

No transcurrió mucho tiempo hasta que Moriya llegó a una humilde cabaña en el bosque, conducido por la joven leñadora. De una rudimientaria chimenea de madera salía una leve columna de humo tenue, y podía olerse el aroma del arroz recién hervido. El estómago del joven emitió un rugido...

- Es aquí -dijo la muchacha.

Entró primero, seguida del perrito, y Moriya la siguió. Su padre resultó ser un anciano leñador, casi ciego, pero atendió con rapidez y hospitalidad a Moriya, desinfectándole y vendándole la herida en un santiamén. Después, le ofreció compartir su almuerzo.

Los tres comieron en silencio, con Ko correteando a su alrededor en busca de bocados de arroz, hasta que el padre de la joven interpeló a Moriya.

- Dime muchacho... ¿qué es la oscuridad que siento en tu interior? -preguntó enigmáticamente-. Algo atenaza tu alma, como las de los atormentados seres que esta noche se han manifestado en el bosque... ¿Tiene algo que ver?

Notas de juego

Siento la tardanza... Se me están retrasando algunos personajes de otras escenas...

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05/10/2011, 18:36
Moriya

Moriya fue un invitado agradecido, y cumplió con su educación refinada el papel de hombre silencioso y reservado.

Ya pensaba que pasaría por aquel lugar sin tener que explicar nada mas, pero aquel hombre, ya mayor, tenía la misma lucidez que cualquier guerrero. Y le ofrecía además, un pie para indagar sobre cosas, que el mismo no terminaba de entender.

Dejo el cuenco en el suelo de la pequeña pero acogedora cabaña, y  los palillos puestos sobre el cuenco. Luego, espero un poco a que su garganta eliminara los restos de comida que pudiera haber, para tras respirar hondo empezar hablar.

Lo que ve en mi es venganza. Mi maestro fue asesinado ayer por un formidable guerrero. Y en su búsqueda me tope con ciertos bakemonos inquietos en el bosque.

Seguramente tenga alguna relación, pero no soy capaz de hallar más respuestas a mis preguntas. Ahora mi senda es la búsqueda de ese enemigo, y limpiar el nombre de mi maestro y padre.

Luego, tras aquel escueto pero directo discurso, volvió lentamente a coger los palillos y el bol de comida, para seguir disfrutando del almuerzo.

Más o menos eso era todo lo que sabía. Su némesis había hablado de los espíritus del bosque, como si pudiera convocarlos, o al menos conocerlos, y tenía una afinidad con el fuego que no podía pasarse por alto.

Pero en realidad, que sabía. Que sabía realmente Moriya. Poco o nada. Solo que estaba lejos de encontrar la verdad, y de su duelo final.

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07/10/2011, 20:06
Director

El viejo leñador permaneció en silencio, a pesar de que su hija se movía inquieta, seguramente ansiosa por preguntarle cosas a Moriya. Desde que la tensión se había disipado, la joven no había dejado de mirar de soslayo al guerrero, con un extraño rubor en las mejillas pálidas. Moriya intuyó que había visto a pocos hombres durante su vida...

- Los espíritus furiosos atacan a los débiles y a los guerreros -continuó al fin el anciano-. A los débiles, para descargar su ira sin peligro... y a los guerreros, porque son su mayor amenaza. Debes tener cuidado...

Señaló a la herida de Moriya al decir estas palabras.

- ¿Fue tu maestro víctima de los espíritus? -preguntó.

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07/10/2011, 23:47
Moriya

Moriya, que había dejado de comer hacia unos minutos, reposaba la comida, y dejaba que tranquilamente sus anfitriones terminaran.

Su brazo estaba de nuevo curado, y tenía mucho por hacer, pero no era la clase de persona que ofendía la caridad de otra así como así.

Así que cuando el viejo señalo una verdad irrefutable, y luego pregunto, quiso contestarle. Puede que aquel viejo ermitaño, que vivía solo con su pequeña nieta en los bosques quizas hubiera escuchado hablar de su enemigo.

Mi maestro y yo fuimos atacados por Shinnosuke Kagami, sin duda un enemigo poderoso. Un hombre temible, que parece controlar mucho más que una espada.

Yo salve la vida, quizás porque otro hombre, otro ser de increíble corpulencia apareció como un buey desatado atacando sin aviso y sin contemplaciones.

Ahora, su rastro se enfría, y mi enemigo, Shinnosuke Kagami escapa de mi presa, tras haber cometido el mayor de los crímenes.

Moriya inclino respetuosamente la cabeza, en señal de respeto ante el viejo anciano. Y luego habla de nuevo.

Si fuerais capaz de indicarme un camino que seguir. Un lugar donde continuar mi búsqueda más allá de estos bosques, estaría eternamente en deuda con vos, dos veces.

Tras formular aquellas palabras, Minataka Moriya volvió a alzar la cabeza, y mantuvo su vista puesta en el leñador, que hasta ahora, era su única fuente de información, aunque esta fuera poca o ninguna.

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14/10/2011, 11:57
Director

El anciano leñador escuchó la historia en silencio, mientras su hija no dejaba de observar a Moriya intentando que no se le notara. Cuando el joven terminó de hablar, el leñador negó levemente con la cabeza.

- No puedo ayudarte a encontrar al hombre que buscas -dijo con gravedad-. Nunca he oído hablar de ese Shinnosuke Kagami. Sin embargo...

Calló durante un momento, como tratando de recordar algo. Fruncía el ceño ligeramente. Su hija lo miró, intrigada.

- Sí que sé de un hombre enorme, fuerte y corpulento como el que describes -dijo al fin el anciano-. Tal vez si le encuentras puedas dar un paso hacia tu destino. Está claro que ese gigante atacó a tu rival por alguna razón, y desde luego es obvio que él si lo conoce.

Ambos, padre e hija, miraron a Moriya esperando su respuesta. Podía intentar seguir esa pista, aunque tal vez el hombre al que el anciano conocía no tuviera nada que ver con el que había atacado a Kagami la noche anterior. Y Moriya sabía que buscar dos cosas a la vez, normalmente significa no encontrar ninguna... ¿pero había algo más que pudiera hacer en su situación?

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14/10/2011, 13:15
Moriya

La mente del joven samurái era un revuelo de pensamientos. Deseos se mezclaban con expectativas y luego eran pasadas a través de la cordura para finalmente destilar una idea clara.

Su necesidad de encontrar pistas, fueran las que fueran, le hacía dar un paso al frente. Encontraría a las personas que fueran necesarias si con eso podía llegar a localizar a su verdadero enemigo.

La urgencia se veía frenada por la sensación de que la búsqueda, ya desde aquella cabaña empezaba a dilatarse en el tiempo.

De acuerdo.

Esa fue la escueta respuesta del samurái, que quería conocer los datos del leñador. Quizás le sirvieran, o quizás no. Pero desde luego conocer cosas no le hacía ningún mal.

Esperaba de veras, que aquel entrañable anciano tuviera algo que le ayudara. Y si no, ya había hecho más por él, de lo que humildemente podía pagar.

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29/10/2011, 17:45
Director

El leñador asintió y miró a su hija. La muchacha le miró a su vez, dudosa.

- Este hombre debe ir al estanque que hay al norte, a una jornada de aquí -le indicó-. Ese hombre es un ermitaño, vive solo. Pero tal vez sea a quien busca. ¿Le acompañarás?

La joven se quedó boquiabierta, sin poder creerse lo que oía. Fue a discutir, pero su padre la interrumpió.

- Tú sabes cómo llegar allí, y será mucho más rápido que darle indicaciones -sonrió-. A menos que él prefiera ir solo, claro...

Clavó sus ancianos y velados ojos en Moriya, aguardando su dictamen.

Notas de juego

¿Qué tal vamos? Yo llevo un inicio de curso brutal... entre trabajos y prácticas no salgo del semi-OUT. Menos mal que sois pacientes... >_<

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29/10/2011, 21:57
Moriya

El samurái sopeso la oferta. Si bien prefería viajar solo, sabia que con la chica guiándolo andaría mucho mas rápido y seguro.

Así que depues de pensarlo un poco. Asintio. Y se puso en pie.

Agradezco enormemente su ayuda, y la de la joven. Ojala algun dia, pueda devolveros el favor.

Luego, salió de la cabaña. Ya hacia mucho tiempo que estaba sentado, y necesitaba estirar los musculos. No sabia cuando volveria a combatir, y mucho menos cuando ese combate seria a muerte contra su nemesis, pero como decía siempre su maestro, el camino ha de andarse paso a paso.

Así que espero a que la joven pusiera en orden sus ideas, y discutiese con el viejo, si era menester. Un poco de privacidad no le vendría mal.

Seria sin duda un camino duro, pues pensaba ir lo mas rápido que diera el camino, su cuerpo y la joven. Así que se preparo mentalmente para lo que le tocaba afrontar.

Notas de juego

Voy bien. Tranquilo. XD