Finalmente aparece la mujer a la que el grandullon llamado Juzoh estaba llamando, y cual es mi sorpresa cuando resulta ser una niña! Y ademas parece dispuesta a entrar a luchar, ya que le da instrucciones a su hermano. Aunque intuyo que la muchacha puede ser mas de lo que parece, no puedo evitar decir a Juzoh.- Traeis a una niña? esto es peligroso!
Me dirigo seguidamente a la cria.- Supongo que tendras motivos para venir, pero creo que ahi dentro nos vamos a encontrar una dura batalla, y no creo que sea el sitio ideal para una niña.
Mira a Yuki. Parece no reconocer sus ropas... quizá el sitio de donde viene no hay gente como ella, pero eso es imposible... templos hay en todos lados.
-Mi nombre es Akari, Onmyôji de Kyoto. No deberías juzgar por las apariencias... aquí donde me ves he purificado espíritus vengativos y malvados y luchado contra demonios de fuego.
Señala a Kaede, que también parece joven.
-Además, ¿por qué yo no debo estar aquí cuando alguien de mas o menos mi edad si puede? No dudes de mis habilidades, como yo no dudo de las de él.
A ver si ahora tiene que venir esa a decirle lo que tiene que hacer... y encima tiene pinta de Gaijin... pero rubio y ojos claros... no, sin duda ella no le va a decir lo que tiene que hacer.
Por un momento tengo la sensacion de haber vivido la misma conversacion, pero con distintas personas. Sonrio a la joven.- No pongo en duda tu habilidad, solo me. Y si de verdad ahi dentro estan abriendo una puerta a el Infierno, desde luego una exorcista sera util.
-Acepto tus disculpas.
Parece que nadie más tiene algo que decir así que es mejor ponerse en marcha antes de que sea demasiado tarde. Mira a los que componen el grupo. Sin duda, ella es la más pequeña y seguramente no tendrá ni voz ni voto porque hay gente que ha luchado durante más tiempo.
-Será mejor decidir cuanto antes lo que hacemos... si no nos damos prisa, será demasiado tarde.
Tras observar detenidamente a los hombres que nos hemos encontrado, guardo silencio. El silencio y la cautela son las mejores armas de los hombres. Lo más importante es la misión a cumplir y parece que todos tenemos el mismo objetivo, más tarde ya nos encargaremos del resto. - En marcha señores, tenemos una obligación que cumplir.
Moriya parecía cansado de todo aquello. Se veía claramente que estaba ansioso por entrar en la casa y no iba a estar toda la noche debatiendo por dónde hacerlo. Se encaminó a la puerta principal y probó el pomo, que giró suavemente. Estaba abierto.
Los demás aún estaban a tiempo de decidir si querían intentar entrar por algún lugar más discreto, pero tendría que ser rápido. El samurái pelirrojo no estaba dispuesto a esperarles más.
Maldiciendo por lo bajo, Amano comprobó que no iba a encontrar nada interesante en esas habitaciones. Bajó la escalera que daba al piso inferior mientras se masajeaba el dolorido hombro.
Nada se interpuso en su camino. Cuando llegó abajo, comprobó que estaba en un gran recibidor de estilo occidental. Había puertas alrededor de aquella sala, y arriba una galería con barandilla de madera. Tardarían bastante en registrar toda aquella casa...
En ese momento, un ruido captó su atención. La puerta principal de la casa se estaba abriendo, y alguien entraba desde el exterior.
Lee respiró hondo y concentró en la palma de su mano toda la fuerza de su espíritu, como los monjes del templo le habían enseñado a hacer durante años. Nada podía resistírsele cuando reunía en un punto toda su energía, no importaba lo duro o pesado que fuera.
Con un golpe seco y un estallido de fuerza, propinó un impacto a la puerta en el punto exacto. La hoja de madera se resistió, pero cedió y saltó en pedazos, cayendo al suelo con estrépito.
Lee estaba libre, o al menos podía salir de su celda. Delante de él tenía una pequeña bodega, llena de tarros tapados con tul. Al final de ella había otra puerta, que parecía ser la única salida.
- ¡Vamos chico serio, que no se diga! - dijo Juzoh apareciendo por detrás del pelirrojo y abriendo la puerta de un golpe con su manaza - ¡Demostremos a ese tipo que no se juega con los espíritus! ¿Alguien se apuesta conmigo a que se caga en los pantalones cuando nos vea entrar? ¿Nadie?
El gigantón parecía de un visible buen humor, y eso se notaba en cómo sonreía abiertamente y cómo había desplazado la desconfianza original que los nuevos guerreros habían podido observar en él.
aamano camina tranquilamente por la casa, o al menos lo hacia hasta que nota que alguien entra, corre tras uno de lso muebles y se oculta hasta ve quien llega, prepara su espada en caso de necesitarla y trata de que el susto no le quite el efecto del alcohol.
Mientras esta oculto observa todas las puertas y empieza a pensar como derribarlas todas sin tener que usar su hombro
Niega con la cabeza. Si ella fuera el malo ya sabría que están ahí solo por las voces que pega su hermano... y es que no puede estarse callado ni hablar en voz baja ni nada de eso y algún día esa faceta suya le traerá más problemas de los que ya le trae.
Ella prefiere entrar más por la puerta trasera así que decide ir por el lateral a la entrada pequeña de la casa a ver si puede abrirla y si no puede, ya irá por la principal.
Solucionado los posibles malentendidos, paso a centrarme de nuevo en nuestro objetivo inicial. Miro a Moriya, esperando que diga su siguiente paso para apoyarle
Me voy hacia los tarros para inspeccionarlos.
Los tarros estaban firmemente sellados con tul y cera, y los habían atado con un pequeño cordel. No subía ningún olor de ellos, pero era de suponer que eran simples tarros de comida, quizá para guardar arroz.
No había nada de interés en ellos, al menos a primera vista.
Akari se separó del grupo y se dirigió al lugar que Hagure le había indicado. Allí encontró efectivamente una puerta más pequeña, que debía de dar acceso a una habitación diferente de la casa. La franqueó con cuidado y se encontró en una cocina occidental, llena de fogones, sartenes y ollas limpias.
Había una despensa abierta al lado, y justo enfrente, otra puerta que estaba cerrada. La cocina y la despensa estaban apagadas y desiertas, no había nadie allí.
Siguiendo a Moriya, todos entraron en la casa. El recibidor era inmenso, lleno de puertas en los costados que daban acceso a otras habitaciones, y había en él dos escalinatas que subían a una galería en el primer piso, llena también de puertas. Del techo colgaba una enorme araña de hierro, que estaba apagada. La decoración era claramente occidental, con maderas nobles, alfombras, armaduras y muebles.
Fuera, el viento se había convertido poco a poco en una tormenta lejana, y los relámpagos iluminaban la estancia con su luz súbita y blanquecina. El silencio era absoluto, no parecía haber ni un alma allí...
Hacedme los que queráis una tiradita de 3d10 desglosada. Lo sumaremos a vuestro atributo de Percibir.
Dificultad de la prueba: Difícil (20).
Amano permaneció oculto tras el primer mueble que encontró. Los que entraban en la casa eran desconocidos para él... al principio. El primero era un samurai pelirrojo joven, pero luego le siguieron Washizuka y Juzoh. ¿Qué estaba pasando ahí?
Las puertas parecían ser tan sólidas como las del piso superior. Afuera, el viento se había convertido en una tormenta lejana, y los relámpagos empezaron a iluminar con su luz blanca la estancia en la que se encontraban.
¿Permaneces oculto y observas?
Aquel lugar le resultaba terriblemente extraño al gigantón. ¿Dónde estaban las paredes de papel y los largos corredores? ¿Para qué tantas velas y ventanas? No entendía la forma de construir de los occidentales, pero sobre todo, no entendía por qué un compatriota habría hecho construir un hogar asi.
Motivo: Percibir
Dificultad: 20
Habilidad: 8
Tirada: 2 10 10
El dado ha explotado: 2 5 6
Total: 15 +8 = 23 Éxito
¡Pum! xD
EDIT del Master: Suertudo... xDDD
Moriya sabía que pisaba terreno pantanoso. Aquella casa seria todo menos fácil de transitar, el hecho de que aun no se hubiera topado con ningún enemigo, no hacía sino confirmarle sus malos presentimientos.
Ahora además, iba cargado no solo con sus hermanos, sino con un ridículo grupo de personas que habían venido a aquel lugar por distintos motivos.
Pero no iba a preocuparse por ninguno de los extraños, si habían decidido entrar en la mansión de Shinnosuke Kagami, era bajo su propia responsabilidad.
Mientras ese sentimiento se alojaba en su corazón dio un par de pasos observando toda la estancia.
Sin duda, era un lugar perfecto para iniciar una batalla, y para tender una trampa, o varias. Así que aguzo su visto todo lo que pudo. Allí había algo que no estaba bien.
Motivo: Percibir
Dificultad: 20
Habilidad: 9+5
Tirada: 4 7 8
Total: 7 +9 +5 = 21 Éxito
Percibir= 21
Interesado, intento abrir con cuidado uno de aquellos frascos, sin embargo, si veo que las delicadezas no permiten abrir ese recipiente, arrojo uno este con todas mis fuerzas hacia el interior de la habitación de la que he salido.