Partida Rol por web

En la cima de la montaña el grupo de aventureros se vuelve a reunir. No ha pasado mucho desde que se separaran gracias a los lobos, pero es como si hiciese una eternidad que no se ven. El camino hacia la cima no ha sido tan duro como habían previsto ya que con el poder de Aura el viento soplaba a su alrededor pero respetando ciertos límites, como si tuviesen una barrera protectora.

Ante ellos, se alza una gran mansión y aura les está invitando a entrar para resguardarse del frío.

Yard avanzó rápidamente, agradecido de encontrar al fin cobijo después de la terrible ascensión a la cumbre. De no haber sido por Aura, seguro que se habrían congelado. Se dio aliento en las manos para que entraran en calor, y mientras tanto miró a Kara y Kururu.

- Estábamos preocupados por vosotros -comentó-. ¿Os encontráis bien?

Una sonrisa enorme se colocó en mi rostro cuando a lo lejos dislumbré las figuras de Kara y Kururu, en lo alto de aquella cima, frente a una enorme mansión que me recordaba a la que habíamos pisado hacía unas horas.
Mi primer impulso fue correr hacia ellos dando brincos de lo contenta que estaba de verles, pero entonces me dí cuenta que de haberlo hecho no estaría a salvo en la curiosa protección de Aura, así que me contuve.

Una vez frente a ellos abracé a los dos jóvenes incluso aunque el muchacho se quisiera negar a ello, aliviada de estar de nuevo todos juntos. O casi todos. En el fondo echaba de menos a Eldar y Maron aunque llevasen menos tiempo conmigo.

- Entremos y pongámonos al día, aquí fuera se nos hielan hasta las palabras antes de salir de la boca. - comento mientras me adentro en la mansión.- Me alegro de que estéis bien.

A veces, parecia que cojeara, aunque no hubiera necesidad real de ello, era casi un acto reflejo. No le dolia pero su cuerpo tenia otro comportamiento que iba contra la posible logica de su cabecita. Se alegraba de ver a Kara, y mucho, y Kukuru, era Kukuru, simplemente lo ignoro:

-Kara, por el amor de las Diosas...¿donde os habiais metido? Nos teniais preocupados...

Abraza a la pequeña Kokiri cuando se lanza a por ellos. Suerte que no ha pasado ni un día desde que se separaron porque sino los hubiese tirado al suelo de la emoción. Sonríe a sus amigos mientras sigue abrazada a Farale... parece que es su hermana pequeña aunque es muy consciente que Farale es mayor que ella.

-Nos tuvimos que refugiar en una cueva para librarnos del temporal. Después apareció Aura y nos guió hasta aquí.

-Si me acompañáis... quizá prefiráis un lugar más agradable y cálido para los reencuentros.

Aura se encamina hacia la mansión, de blancas pareces, que hay al final de camino. La nieve se acumula a los lados del camino, en el tejado a 2 aguas y en las esquinas de la casa. No parece que nadie más viva en ese lugar... sólo Aura. Quizá nadie más pudiese vivir allí, alejo del mundo, sin más compañía que las nieves perpetuas. 

Las puertas de la mansión se abren, invitándoles a entrar en el cálido interior.

-Bienvenidos a la Mansión del Espejo, morada secreta del Espejo del Crepúsculo.

Tras el cálido y afectuoso abrazo me separo de Kara risueña y feliz aunque en el fondo esté cansada tras el duro ascenso.
Miro hacia Aura cuando la dama vuelve a hablar. Su belleza es hipnotizante, así como su voz suave, y la sonrío sin darme siquiera cuenta, es como algo irremediable.

La sigo hacia el interior de la Mansión, que es preciosa por fuera y espero lo sea por dentro. O al menos acogedora y calentita, que es lo que mejor nos vendrá ahora.
Al escuchar el nombre del hogar en el que entramos y la mención de un secreto me inquieto un poco y mi curiosidad de niña me hace preguntar:
- ¿Y qué es el Espejo del Crepúsculo para que tenga que estar escondido en secreto? - ladeo la cabeza esperando una respuesta, aunque sé que puede que no la obtenga. Al fin y al cabo no tiene por qué ser asunto mio.

Yard sonrió ante la curiosidad de la kokiri. Tuvo que admitir que él también sentía ganas de enterarse de qué era aquél Espejo, así que no dijo nada y esperó la respuesta de Aura, si llegaba.

En ese momento, recordó a Eldar y Maron. ¿Qué sería de ellos? Aún se sentía mal por haberles abandonado y esperaba que algún día se volvieran a encontrar. Pero de momento no podían hacer nada más que entrar en calor y saber qué paso debían dar a continuación.

Miraba, sobrecogido, aquella impresionante mansión cuando el resto del grupo llegó. No es que supiera mucho del negocio de la inmobiliaria, no era su dominio ni el de sus familiares... pero aquella casa debía valer una fortuna.
Dedicó una media sonrisa a los recién llegados sin moverse del sitio aunque no se esperaba el abrazo de la kokiri de improviso. Sin saber bien qué hacer le dio un par de palmadas torpes en la cabeza cuando lo aprazó por la cintura. Asintió en dirección a Yard y dedicó una amplia sonrisa a Linnet al ver el atisbo de cojera en sus movimientos.

-¿Qué tal el paseo por la nieve, Linnet?

No tardó en devolver su atención a su antinatural anfitriona. La siguió junto a los demás de camino hacia la mansión.

-Suena caro... -comentó por lo bajo, abstraído.

Pues mira que bien, ni una tormenta de nieve podia con Kukuru. Aquella sonrisa socarrona, aquella actitud despreocupada... estaba herida por su culpa. El otro Kokiri, sin embargo, esta vez solo obtuvo, como mera respuesta, rezongo y mascullo algo incomprensible e inaudible. Ya le pondria en su sitio ya...pero sino le dijo nada fue porque hacia frio y Aura y los otros estaban delante, podia ponerse freno cuando queria...

Y del enfado, paso a la sorpresa. Se quedo boquiabierta con lo que les mostraba Aura, tendria que haber dicho... "Oh" o "Ala"...pero solo se quedo mirando, esperando que Aura les invitara a pasar...

Les guía hacia el salón donde una enorme chimenea con un fuego alegre y cálido, les acoge, dándoles el calor necesario para olvidar el frío que hace tras esas cuatro paredes. Frente al fuego hay una gran alfombra mullida y parece ser que es el único lugar para sentarse, aunque, bien mirado, es el más adecuado para disfrutar del fuego, su calor y de muchas noches de historias.

-Sentaos antes y dejad que caliente vuestros cuerpos con un poco de bebida caliente. Cuando todos estéis repuestos, os contaré que es el Espejo del Crepúsculo.

Sonríe y se aleja mientras deja que todos se acomoden. Tras lo que parecen unos 10 minutos, Aura vuelve con una bandeja y varias tazas en ella, con un contenido humeante.

Kururu contempló con la cabeza bien alta la imponente y acogedora sala del hogar. El suave murmullo del crepitar de la leña al fuego añadía un toque acogedor de tranquilidad. Cuando su glamurosa anfitriona retornó con las tazas humeantes aspiró cerrando los ojos el aroma del brebaje, sonriente.

-Ah, por fin... estas son las aventuras que a mi me gustan -comentó mientras se dirigía a por su taza.

Dando pequeños brincos me busco un buen sitio en la alfombra para ponerme cerca del calor de la chimenea y hago un gesto a Linnet para que se siente a mi vera. Supongo que el calor le vendrá bien tras ese extraño hechizo de Aura...

La bella mujer nos deja en aquel acogedor rinconcito y me dan ganas de tumbarme y dormirme allí, después del frío que hemos pasado y la larga caminata ascendente mis párpados pesan más de lo normal, mis pies y piernas me piden un descanso y mi mente no está para mucho pensar.

Sin embargo, tras un ratito Aura vuelve a aquella salita con varias tazas humeantes que me hacen abrir de nuevo los ojos y aspirar en su dirección buscando el cálido olor de su contenido.

Yard se acomodó lo mejor que pudo y disfrutó de la sensación cálida del acogedor refugio al que habían llegado. ¿Quién iba a pensar que se pudiera estar tan bien en un lugar rodeado de ambiente inhóspito como es la cima de una montaña?

Cuando Aura llegó con las tazas, se preguntó qué podrían contener... pero seguro que a su garganta le sentaría fenomenal fuera lo que fuera.

Una vez que todos están acomodados y con sus bebidas calientes, Aura se sienta en el espacio libre para que todos puedan verle mientras habla. 

-Hace tiempo vuestros ancestros, los antiguos habitantes de estas tierras, usaron un espejo de inmenso poder para enviar al mal reencarnado a otro mundo. Pero este mal volvió a este reino tras cientos de años y en una batalla épica el mal fue derrotado, el reino del Crepúsculo liberado de su poder oscuro y la princesa regresada a su hogar, no sin antes hacer pedazos el espejo para que nada de eso pudiese volver a pasar.

Espera a que todos hayan entendido lo que está explicando. Es un resumen breve y quizá algo poco elaborado, pero la situación en la que se encuentran no puede ser de otra forma. Espera unos minutos para continuar por si tienen alguna pregunta que hacer.

Asiento ante el comienzo de la historia de Aura, para hacerle ver que he comrpendido la misma, pero al ver que se queda callada un momento, no puedo evitar hacer una pregunta tonta:
- Pero, si ese espejo se rompió en pedazos, ¿qué se protege aquí? ¿Los pedazos?

Linnet se acomodo y tomo un poco de te. Alli se estaba bien, no hacia frio y Aura era una anfitriona muy buena, pero poco mas que decir. Torcio un poco el gesto e hizo una mueca de desagrado por la historia que les contaba. Tenia muchas dudas de muchas cosas...

-No acabo de entender que tiene que ver ese espejo con lo que pasa en la actualidad la verdad.. no hay Heroe del Tiempo, ya tienen un alma inocente... la verdad es que todo pinta muy negro...

Yard escuchó el comentario de Linnet, pero prefirió no añadir nada. Estaba claro que Aura no había terminado y sería mejor oír toda la historia antes de formarse una opinión.

- Continúa, Aura... -pidió con un gesto.

Aura no parece afectada por el tomo de Linnet. Es lógico que sea escéptica ante esas cosas y es lógico que no sabe nada de lo que está pasando, pero si sigue con esa actitud se quedará sola, aunque ella no es nadie para decirle que tiene que hacer o dejar de hacer.

-Siempre hay un Héroe del Tiempo, pero esta vez el héroe sucumbió tras nacer. La oscuridad fue más lista que la luz, esta vez.

En las palabras de Aura se puede percibir la tristeza de ese hecho. Niega con la cabeza ante ese hecho tan desagradable.

-El Espejo del Crepúsculo es aquel que os guiará hacia el Reino de las Sombras, hacia el Reino del Crepúsculo. Aquí se oculta el espejo, reconstruido de sus pedazos, con el poder de aquellas que dieron forma al Mundo. 

Los mira con decisión en la mirada. Una mirada que no da lugar a réplica.

-La oscuridad tiene la 3ª llave, pero no tiene las otras dos y vosotros sois los que podéis conseguirlas. Quizá no seáis el Héroe de la leyenda, pero habéis llegado hasta aquí por los designios de las Diosas. Podéis negaros a continuar si es lo que queréis o podéis seguir luchando por la luz.

Kururu permaneció en silencio, en pie junto al resto del grupo y de brazos cruzados, paladeando lo que se le antojaba sabrosa ambrosía... perfecta para una tarde de hielo y ventisca. Conforme su particular anfitriona narraba aquella tétrica historia su cabeza cabilaba más y más el lío en el que se había metido de cabeza. Por un instante, incluso, se le pasó por la mente la enervante idea de que aquella generosa invitación achocolatada podía contener algo más que cacao... como por ejemplo un veneno cuyo antídoto solo estuviera a disposición de aquellos que aceptasen dejarse la vida en aquella absurda encomienda. Alarmado, separó de sí un tanto la taza, mirándo su contenido fíjamente... pero como estaba tan bueno decidió darle otro sorbito.
"De algo hay que morir... ", pensó divertido por la gracia del chiste.

Tras aquellas últimas palabras de Aura su boca se abrió en una amplia sonrisa y extendió la mano hacia ella como el alumno obediente que desea llamar la atención de su adorado maestro.

-Verá, estimada señora... a mi esto de las guerras claroscuras es que no me va... -empezó a decir.