Partida Rol por web

Brokk sabe que acabará rompiendo el cristal, pero si tiene una sola oportunidad para evitar hacer saltar una alarma la aprovechará. Brokk pulsa varias veces el botón 0 en el teclado numérico esperando una respuesta de la interfaz.

Brokk pulsa varias veces el botón 0 de un panel al lado del tubo hasta que llena la pantalla de zeros. Cuando no puede introdudir más suena un sonido y se reinicia el valor de la pantalla, entonces se emite una voz de mujer digitalizada:

- Quedan 2 intentos. 

-Vamos, te queda un intento!

No sabemos cómo puede reaccionar la máquina cuando falles los dos que te quedan!

Rompe, el cristal, va!

Maria observa toda la sala y mira a diestro y siniestro a ver si hay algún rastro de sus pertenencias. 

- ¿Un intento más, no? - dice Brokk mientras teclea

Esta vez, Brokk teclea un simple "42" en la pantalla.

De nuevo el sonido surgió y la voz anunció que solo quedaba un intento. Brokk estaba a punto de perder la esperanza con una última oportunidad cuando de pronto los ojos de su IRIS se encendieron y de su interior salió una voz: 

- ¿Ha olvidado la contraseña, Sr. Bradley? Yo me encargo. 

Hasta el momento Brokk no había visto hablar al IRIS por lo que aquello le pilló por sorpresa. De la esfera surgieron dos pequeños brazos que comenzaron a introducir números en la pantalla (La contraseña era de unas 20 cifras). Cuando terminó volvió a su posición original y sus ojos y sus brazos desaparecieron. 

- Contraseña aceptada. - Anunció el panel.

Y de pronto el líquido que envolvía a Maria comenzó a descender por el tubo para escaparse por las cañerias de abajo. Acto seguido el tubo comenzó a ascender liberando por fin a Maria de su prisión. pero perdió el equilibrio por un momento al dejar de flotar y fue a caer en los brazos de Brokk. 

Al oír el ''clic'' de la cápsula, una punzada penetra en el corazón de Maria, por lo que esta queda paraliza por unos segundos, lo que conlleva a que pierda la inestabilidad y caiga al suelo a merced de ese hombre.

Tanto cautiverio la tiene agotada, por lo que cae rendida.

Maria cae cuál hoja de otoño, del árbol que se despoja de su follaje con serenidad y gentileza. Sus desenmarañados cabellos privan a Brokk de una adúltera visión de sus pechos.

La chica deslumbra la sala con su belleza, como si se tratase de un rayo de luz en una mañana fría de invierno.

Al principio, Brokk se alegró de poder salvar a esa mujer. No sabía lo poderoso que podía ser un IRIS de un científico en estos casos.

Cuando la mujer comienza a caer, y gracias a dios, hacia su lado, Brokk se prepara para agarrarla, y finalmente cae en sus dos brazos.

Obviamente, Brokk no puede evitar ver de refilón todo el cuerpo de la dama, pero rápidamente aparta la vista y vuelve a mirarla a la cara. Realmente queda sorprendido con su belleza.

Con delicadeza y aún con la mujer en sus brazos, Brokk dice no demasiado alto:

- Eh, oye, ¿estás bien? Ahora es el momento de salir de aquí.

Y Brokk busca por la sala una de dos: o taquillas de los científicos o alguna bata que estuviera por la zona para poder tapar las verguenzas de la muchacha.

Maria abre los ojos despacio y cruza su mirada con la del chico. Rápidamente, se sonroja y le da un pequeño empujón al grito de quita.

En ese momento, pone su figura de perfil de cara a su salvador y se vuelve a tapar sus vergüenzas.

-N-necesito ropa! 

La chica se queda esperando a ver cómo reacciona el hombre de la bata mientras ella sigue buscando con la mirada algún lugar en el que puedan estar sus pertenencias.

Brokk acaba encontrando una bata en las taquillas y se las da a Maria para que se tape. Maria no tiene la misma suerte en la búsqueda de sus pertenencias. La sala se quedó en un silencio incomodo un rato. Ninguno de los dos sabía cuanto tiempo iban a estar seguros en aquel lugar, pero Brokk ya había visto la cantidad de robots que vigilaban todas las puertas, iba a ser complicado salir de allí. 

Maria se ajusta bien la bata y tras asegurarse que no se le ve nada, se dirige al chico.

-Bueeeeno, ¿y tú cómo te llamas?

Yo soy Maria, no me tengas en cuenta el empujón de antes jeje.

Brokk, sorprendido por el repentino cambio de humor de la mujer se sorprende mucho, pero finalmente se aclara la garganta y dice:

- Soy Brokk. Brokk Jone. ¿Y tú? - una vez la chica le hubo dicho su nombre, cosa a la que no espero para acelerar todo, Brokk continúa - Hubiera sido mejor conocernos en otras circunstancias, pero ahora tenemos que pensar cómo salir de aquí. Aunque antes... ¿sabes de algún sitio de este laboratorio donde pudieran haber pistas acerca de las actividades que aquí se realizan? - mientras dice eso, Brokk sigue dando vueltas por el laboratorio intentando, milagrosamente, encontrar algo que se hubiera pasado por alto. - Y creo que sé cómo podríamos salir de aquí... tú serás un "cadáver" - y Brokk hace unas comillas con las manos - del que me voy a deshacer. Creo que es una práctica común en el laboratorio, ¿no?

Maria duda ante la idea de Brokk, pero piensa que dado a las circunstancias en la que se encuentra, no le quedan muchas opciones más.

-Será mejor que busques algo para taparme o me reconocerán al salir.

-Quizá con una camilla o algo cubriéndome la cara y parte del pecho sirva.

- Sí, te cubriré con algo, no soy tan descuidado. ¿Pero no sabes ningún sitio donde pudieran tener nada más interesante? Informes de los proyectos o algo...

Maria se queda pensativa por unos momentos y dice:

-No...

Salvo estos ordenadores no he visto nada...

- En ese caso no tengo nada más que hacer aquí, excepto sacarnos a ambos sanos y salvos.

Brokk vuelve a las taquillas y busca alguna manta suficiente grande como para llevar a una mujer envuelta en ella.

- Esto... ¿Maria? Échame una mano para buscar una manta en condiciones.

Brokk encontró una manta con un tamaño suficiente para cubrir a Maria por completo. A parte registro otras taquillas en busca de datos de interés. En una de ellas encontró una lista de nombre, el último de todos era el de Maria di Arya. En esa misma taquilla había apuntado en otro papel datos sobre una algo en concreto, a parte había junto con un clip una foto de la cara de Maria. En un armario, apartado de las taquillas encontró un bastón el cual Maria no dudo en coger al instante y un fajo de cartas. Lo demás parecían cosas sin interés o simplemente las taquillas no se podían abrir. Junto a estas dos cosas había un IRIS apagado.

Brokk coje el IRIS, y mientras lo mire dice a Maria:

- Por casualidad no serás poseedora de un IRIS, ¿no?

Maria se queda obervando al artefacto y sus demás pertenencias. Está extrañada y duda en coger el bastón.

Al ver el IRIS, se sorprende y torna la vista hacia Brokk.

-Sí, es mío, o eso creo. Al salir de la oficina de turismo me dieron uno...

- ¿Crees que aún servirá? Sí es así, creo que a los robots podremos burlarlos con ello. Luego con la manta burlaremos a los humanos. Cuando tengas todo en orden, procederemos a salir de aquí.