Partida Rol por web

- ¿Pero qué coño...? - dice Brokk con una cara que es un poema - sea quien sea ese tío no me da buena espina

Dada su condición de prisionera, Maria decide permanecer junto a sus rescatadores.

Al aparecer el extravagante personaje, la chica se queda aislada y observa la escena desde detrás de los dos hombres, a la espera de que ellos intenten dialogar con él ya que ella sigue un poco desorientada con todo lo que ha vivido horas atrás.

David se dirige a sus compañeros, diciéndoles:

- No sé quien es este tipo con pintas de pirado, pero lo mejor sería que nos alejáramos de él, podría ser peligroso.

Como es lo más lógico (Y dado que lo ha dicho David, el único que ha propuesto algo) el grupo acelera el paso para intentar perder de vista al hombre enmascarado. Pero este no cesa en su empeño por detenerlos: 

- ¡Eh! ¡No huyáis! ¡Alto en el nombre de la justicia! - Mientras decía esto saltó hasta el siguiente poste (Aunque más o menos estaban a la misma distancia que antes). 

Viendo los pocos resultados que obtenía con sus palabras el conejo buscó algo por dentro de su chaqueta y saco la que ha primera vista parecían conejos metálicos de juguete.

- Se acabó, probaré a mis nuevos ayudantes con vosotros. 

Los lanzó en el aire y cayeron al suelo. Comenzaron a correr (Con ruedas que tenían debajo) hacía la posición donde estaba el grupo. Eran un total de cinco conejos, plateados y con ojos rojos brillantes. 

David se gira y le dice al desconocido:

- ¿De qué justicia hablas? ¡Eres tú quien está atacando a tres inocentes que pasaban por la calle! ¡Deberían encerrarte en un psiquiátrico, estás delirando! - dice como puede mientras intenta patear los conejos si estos se acercan demasiado a él.

Al tener que correr perseguidos por... ¿conejos metálicos? Brokk se da cuenta que el efecto de lo que aquella zorra científica le hubiera puesto no había terminado, y faltándole reflejos no puede esquivar a los conejos.

Maria se queda perpleja observando a los conejos. Le dan un poco de grima y de mala espina, así que por precaución, opta por alejarse de los simpáticos saltarines con un par de acrobacias.

- ¡No intentes engañarme con tus artimañas, malhechor! Estás ayudando a huir a estos fugitivos, puedo ver en el registro de criminales que los dueños de sus IRIS están en busca y captura. 

D intentó correr todo lo que pudo pero uno de los conejos se acercó demasiado a él. Cuando intentó patearlo de pronto sus ojos emitieron un brillo mayor y el juguete explotó dejando escapar una masa transparente gelatinosa. La masa fue a parar a los pies de D y entonces se dio cuenta de que no podía moverlos con facilidad. El resto de conejos corrieron hacía Brokk que se había quedado atrás, las mas le rodeo toda la pierna y se quedó inmobilizado. Maria pudo esquivar con algo de dificultad el líquido, pero la parte de abajo de su bata se manchó un poco de él y se hizo más pesada. 

Maria dirige la mirada hacia el conejo en cuanto oye la palabra fugitivo. Se queda mirando al extravagante personaje con una cara muy seria y de pronto dice:

-¿Criminales? Aquí el único criminal que hay eres tú! No llevo en la ciudad ni una hora y ya me ponen bajo ''arresto''. ¿Es así como trata Cele a los viajeros? Vaya bodrio de hospitalidad!

Maria intenta ayudar a David, tirando de la forma más elegante posible de uno de sus brazos para que el hombre de la chistera pueda liberarse de la gelatina que lo apresa.

Al verse en esa situación, Brokk decide que solo hay una opción posible, y por tanto empieza a quitarse la ropa que ha quedado cubierta con la gelatina. Una vez no queda nada de gelatina por el cuerpo de Brokk, rápidamente saca y desactiva su IRIS.

- ¡Maria, desactiva tu IRIS! - dice Brokk gritando -

Entonces Brokk, medio en bolas, coge su peinavaja, se retoca el pelo en un instante y apunta con ella al hombre-conejo.

- No sé quien coño eres, pero solo me pareces un maldito friki - dice Brokk gritando mirando hacia lo alto de la farola -.

David aprovecha la confusión creada por Brokk para desabrocharse rápidamente las botas, y le susurra a Maria discretamente:

- Reuníos conmigo en la taberna de El Comerciante. Brokk sabrá donde es.

Y entonces, activa su arnés, alzándose hacia la farola, mientras se coloca su antifaz:

- ¿Y ahora, a quien vas a perseguir, conejo? ¡Llegas tarde a tu cita con el gran D, el ladrón misterioso! ... Y te recuerdo que las agujas del reloj siguen moviéndose lentamente hacia su destino - dice D, el ladrón misterioso, antes de salir corriendo por los tejados de los edificios, separándose de Brokk y Maria.

Maria mira extrañada su IRIS y presiona un botón de manera dudosa.

-Brokk, necesitas atención médica de inmediato, será mejor hacer caso a David por ahora. 

Seguro que El Gran D puede engañar a ese conejo y perderlo de vista. A fin de cuentas, esa es su profesión. ¿Verdad?

Dice Maria mientras se aleja de la escena dejando a David a su suerte.

Brokk mira a Maria, mira con rabia al friki con máscara de conejo, y da un golpe al aire con la mano de la peinavaja con rabia, y sale corriendo detrás de Maria lo más rápido que puede con el efecto de aquella cosa en el cuerpo.

A paso lento Brokk y Maria acaban bastante lejos del lugar (Aunque para cuando miraron atrás el conejo y David ya no estaban allí). Brokk siente cada vez con más fuerza los efectos de la droga que le ha inyectado Samantha, así que al cabo de un rato tiene que utilizar a Maria como soporte para poder continuar. La taberna del Comerciante ya no estaba muy lejos de allí, pero lo que venía a continuación era una de las peores partes. Para llegar hasta la taberna tenían que pasar por una gran plaza que conectaba muchos caminos de la ciudad y la salida de la misma. A través de uno de esos caminos se llegaba a la taberna, escondida entre las sombras. Y más les valía ser sombras a Maria y a Brokk, porque cuando llegaron a la plaza pudieron darse cuenta que el caos era mucho más grande de lo que imaginaban. La gente hacía colas enormes para salir de la ciudad y los robots patrullaban el lugar con insistencia, se podían contar a cientos. Costaba creer que eran ellos los que habían creado tal revuelo.  

Brokk estaba débil y lento, y Maria atraería cualquier mirada de curiosidad si conseguían verla. Tendrían que ser religiosos. 

El conejo se acercó a pasos agigantados hasta cerca de donde se encontraba D. Mientras que ambos corrían por los tejados él gritaba: 

- ¡Sabía que esa malvada voz me sonaba de algo! ¡Solo podías ser tu, mi archienemigo, doctor D! ¡Tus fechorías llegarán hoy a su fin!

De momento solo perseguía a D, pero tiene la guadaña cogida preparada para usarla si es lo alcanza (Y a este paso no tardará). Por suerte estaban corriendo por una zona de tejados bastante cercanos, pero a lo lejos D pudo divisar robots de vigilancia y un cambio de zona, más le valía cambiar pronto de estrategia. 

Maria se queda pensativa al llegar a la entrada de la plaza. Sabe que si los descubren, volverá a su bonita celda del laboratorio. Se les agota el tiempo y Brokk cada vez está más débil. Si todo sigue así...

La chica le da un pal de palmaditas en la cara a Brokk para mantenerlo despierto.

-Vamos, aguanta! Indícame por dónde se va a la taberna antes de que te quedes dormido! 

Ahh, y necesitamos un plan para pasar desapercibidos por esta enorme plaza!

Maria vuelve a echar un vistazo a la plaza de pé a pá, observando sobretodo los lugares altos que llaman la atención.

- Pues lo que nos queda ahora es colarnos en la plaza y pasar al otro lado. - dice Brokk con escaso entusiasmo - Aunque nos mezcláramos con la gente, nos diferenciarian porque no llevamos IRIS. - Brokk saca su IRIS y lo mira con mucha atención - Si solamente pudieramos aprovechar alguna propiedad de este cacharro...

Finalmente, Brokk se vuelve a guardar el IRIS y mira a Maria.

- O liamos una buena en la plaza, o pasamos a pelo. ¿Se te ocurre algo?

D, el ladrón misterioso, se gira encarando a Cloud of Scythes y le grita:

- ¡Eso será si puedes atraparme, justiciero de pacotilla! ¡Pareces mi apuntador, siempre por debajo mío! - le grita, mientras le sonríe con sorna.

Tras esto, se descuelga teatralmente por la pared entrando por una ventana a lo que parecía ser una habitación pequeña y vacía.

De nuevo, Maria vuelve a mirar hacia la plaza, intentando buscar elementos clave con los que poder interactuar.

Esencialmente, se fija en los edificios que parecen tener más relevancia para la plaza, así como las estructuras que más le llamen su atención. Farolas, algún elemento de cristal en la lejanía, algo que haga estruendo al ropmperse. Cualquier cosa es buena para intentar crear una distracción. 

[CAMBIO DE TEMA]